GUIA DE BOTANICA

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recibió el prestigioso “Earthcare Award” (Galardón al cuido de la tierra) otorgado por el Club Sierra. Además, recientemente fue nombrado Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales y fomentó numerosas medidas de control sobre la caza, deforestación y contaminación de aguas. Muchos grupos conservacionistas locales dedican programas a la conservación y preservación de la flora y fauna nativa, pudiéndose mencionar entre ellos a: La Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, Sociedad de Ciencias Naturales de La Salle, Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, Consejo de Bienestar Rural, Sociedad Audubon y Sociedad Conservacionista del Estado Aragua. Estas alentadoras señales de una creciente conciencia pública, enfatizada por la prensa, radio y televisión, sobre los peligros de destrucción y pérdida de la biota y recursos naturales de Venezuela, todos parecerían ser indicativos de una tendencia positiva hacia la protección de nuestra herencia natural. Consecuentemente las perspectivas para las especies amenazadas y en peligro de Extinción en Venezuela son aparentemente halagadoras. Desafortunadamente esta actitud optimista es bastante engañosa y antes de discutir las razones de tal falso optimismo, examinemos en detalle el estado actual de la flora de Venezuela. La flora de Venezuela así como la de otros países neotropicales, es rica en especies endémicas y en especies de distribución geográfica restringida. Debido a su historia geológica y orogénica, Venezuela está enmarcada en sus extremos Norte y Oeste por las Cordilleras de la Costa, Andes y Sierra de Perijá; en la mitad sur por las tierras altas de Guayana con sus montañas y sabanas intercaladas con selvas, y los Llanos entre estos dos extremos. En cuanto a especies endémicas respecta, solo existe una pequeña representación de ellas en los llanos, tipificado por Hymemocallis venezuelensis y Limnosipanea termifolia. El grado más alto de endemismo ocurre en las tierras altas de Guayana, donde se estima que el 75% o más de la flora total sea endémica (Maguire, 1970). Esto se cumple especialmente en las Cimas y Regiones mas elevadas de las montañas de arenizca. Sin embargo, la cifra varía de una montaña a otra y en algunos casos puede bajar hasta 25% de endemismo. Un gran número de géneros también son endémicos de las tierras altas de Guayana. De igual manera se encuentran muchas especies y algunos géneros endémicos en las sabanas y selvas de baja altitud del Territorio Federal Amazonas y Estado Bolívar de la Guayana Venezolana. También se presentan porcentajes de endemismo significativo, aunque menores, en las selvas nubladas y páramos de los Andes y Sierra de Perijá, así como en las selvas nubladas de la Cordillera de la Costa. Las áreas endémicas de importancia de la Cordillera de la Costa se encuentran en las selvas nubladas de la Península de Paria en el Estado Sucre, selva del Avila y Colonia Tovar en el Distrito Federal y Estado Aragua, Parque Nacional Henri Pittier en el Estado Aragua, Sierra de Aroa y Montañas de Nirgua en el Estado Yaracuy, y en las montañas al Sur de Borburata en el Estado Carabobo. Algunos ejemplos de géneros endémicos de la Cordillera de la Costa son Croizatia (Euphorbiaceae), Caracasia (Marcgraviaceae), Llewelynia (Melastomataceae), Tammsia y Neoblakea (ambas Rubiaceae).

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