Estilos (11-18 de septiembre)

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Tendencias & Estilo Por: Jerónimo Rivera Betancur Especial para TENDENCIAS

LA t elevisi ón ha acompañado a la humanidad desde hace más de 80 años (En Colombia han sido 60). Desde el inicio, los televisores y la televisión han evolucionado y la relación entre televisor y televidente ha pasado por diferentes etapas. Para aclarar, el televidente ve el televisor, que es el aparato que decodifica la señal que conocemos como televisión. En un principio se trataba de llevar el mundo a los hogares y la televisión tenía la clara finalidad de dar imágenes a los contenidos radiales que la gente solía recibir en familia hasta entonces. En esta primera etapa, los televisores eran muebles que hacían parte de la decoración de la casa y a cuyo alrededor se reunía la familia (o incluso los vecinos, cuando había pocos televisores). El lenguaje de la televisión no existía y, más que al cine, la televisión copiaba a la radio y al teatro en su lenguaje. No es gratuito, por tanto, que la televisión colombiana surgiera de la mano de los gestores de la Radiodifusora Nacional. Los televisores eran voluminosos y ocupaban un lugar privilegiado en la sala de los hogares (hasta porcelanas y “carpeticas” tenían). La señal viajaba entonces por antenas de aire y hasta la llegada de la televisión por cable muchos vivimos la experiencia de tener que subir al techo a mover

www.elnuevosiglo.com.co l JUEVES 11 de septiembre DE 2014 l EL NUEVO SIGLO /

DEL SIMPLE ESPECTADOR AL PROSUMIDOR

, n ó i s i v e l e T televisores y

s e t n e d i v e l e t

l Se plantean horizontes interesantes como una mayor interactividad, imagen cada vez más definida y algo que aun parece ciencia ficción: TV biónica la antena para recibirla mejor. Sobra decir que cuando llovía en los cerros en donde estaban las antenas repetidoras aparecían letreros diciendo: “Ofrecemos disculpas por los inconvenientes técnicos en el cerro…”, o sea, estaba cayendo un diluvio. A esos primeros televisores en blanco y negro tipo mueble le siguieron algunos más compactos que reproducían una novedosa señal a color a finales de los años 70. La gran novedad llevó a que muchos hogares colombianos adquirie-

ran un nuevo televisor y el mercado se llenó de nuevos modelos que incluía los gigantes, pero también pequeños televisores “portátiles” (hoy también nos parecerían gigantes) y con ellos llegó la moda de tener varios televisores por familia y la llegada del televisor a las habitaciones. El acto de ver televisión pasó a ser un disfrute familiar, pero también una elección de contenidos diferenciada cuando en los hogares había más de un receptor. Los más jóvenes espectadores

seguramente no vivieron la transformación del punto blanco en la mitad de la pantalla hasta convertirse en una imagen en movimiento, ni la pantalla partida por una línea vertical que dividía la imagen como un ascensor que se quedó atascado entre dos pisos. Muchos de ellos tampoco vivieron posteriormente la expectativa del particular sonido que indicaba que la línea telefónica estaba “intentando” conectarse a Internet ni el júbilo cuando lo lograba ni la rabia cuando entraba una

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llamada y se caía la señal. No hay que ser muy viejo para haber vivido esto, pues hace menos de 20 años se popularizó el Internet en Colombia y hace 30 años los televisores a color eran muy pocos. Las últimas décadas han significado una revolución para el mercado de los televisores que ha ido de la mano de la evolución de la televisión y de los hábitos de los televidentes. Los canales de televisión generalista fueron desapareciendo o transformándose en canales de televisión temáticos, especializados y dirigidos a públicos concretos: Del canal generalista con una franja deportiva, al canal de deportes y de allí al canal de fútbol, por ejemplo. En Colombia aún seguimos con la discusión sobre la apertura de un tercer canal generalista y la televisión segmentada no ha tenido suficiente despliegue. Los televisores, por su parte, vieron nacer distintas tecnologías que cambiaron la interacción entre televisor y televidente: Primero fueron los televisores de plasma y luego los televisores LCD y LED que, con sus pantallas planas, poco brillo y mayor calidad de imagen han ido constituyendo espectadores cada vez más exigentes. Los espectadores hoy ya no quieren ser consumidores pasivos y en todo el mundo se ha acuñado el término “prosumidor” para indicar un nuevo usuario que quiere también decidir activamente el orden, ritmo y calidad de los contenidos que recibe. Este nuevo usuario ve mucha televisión por Internet, participa en foros de discusión y hasta escribe por diversión capítulos nuevos de sus programas favoritos, un fenómeno conocido como “Fan-Fiction”. La televisión se ha ido especializando y el mercado de los televisores también. Antes de adquirir un nuevo televisor, cada usuario debería saber si preferirá los contenidos deportivos o las películas, si cuenta con canales de televisión en alta definición, que tanta interactividad quiere, si le gusta ver contenidos en 3d, si quiere navegar por Internet y cuál será la distancia que habrá entre el lugar en donde verá la televisión y su televisor. Estos elementos hacen la diferencia entre una experiencia placentera y una frustrante. Esta es la televisión de hoy, pero en el futuro se plantean horizontes interesantes como una mayor interactividad, imagen cada vez más definida y algo que aun parece ciencia ficción: Televisión biónica incorporada en el cuerpo de las personas. Ya veremos lo que pasa, pero hay algo claro y es que la televisión evoluciona pero no desaparece. * Profesor investigador de la Universidad de La Sabana, analista de medios.


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