Venezuela: La revolución como espectáculo

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Rafael Uzcátegui

Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200). Sin embargo, en 1997 crea el partido Movimiento V República (MVR) el cual lo postula como candidato a las elecciones presidenciales de 1998. Aunque una interesada reconstrucción histórica afirma que Hugo Chávez es el origen de una suerte de despertar de la conciencia venezolana, como ampliamente hemos descrito es parte de la ola de descontento popular vigorizada tras el Caracazo. El MVR, haciendo una correcta valoración de aquel momento, recoge las diversas reivindicaciones de los conflictos de la época para incorporarlas a su difusa ideología, dando la sensación de que su bolivarianismo electoral era la expresión legítima del acervo social y de izquierda del país, antagonizando con un contrario en proceso de descomposición. El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez conquista el poder con el 56.20% del total de sufragios válidos, una cifra de 3.673.685 votos. Estos resultados electorales permiten confirmar nuestra hipótesis: a pesar de toda la retórica nacionalista y revolucionaria, el proceso bolivariano es una continuación, y no un quiebre, de la crisis acumulada por la democracia representativa y petrolera. Cierta propaganda ha afirmado, por todo el mundo, que el presidente Hugo Chávez ha radicalizado la democracia venezolana, por lo que las grandes mayorías han acudido, masiva y entusiastamente, a los diferentes procesos electorales posteriores. Esta afirmación es coherente, en teoría, con hacer una revolución. Si el cambio radical del rumbo político favorece al pueblo, este expresa su adhesión, entre otras maneras, mediante el voto. Sin embargo, los datos oficiales desmienten todo lo anterior. Ni en las votaciones del año 1998, ni en las del año 2000, cuando tuvo que ser re-elegido tras la realización de un proceso constituyente, o las realizadas el año 2006, cuando fue seleccionado para un nuevo período presidencial, Hugo Chávez alcanzó la mayor participación en la historia de la democracia venezolana. Al contrario, los números confirman la tendencia decreciente que se ha venido experimentando desde 1958. Esta conclusión se puede extraer de las cifras oficiales de abstención. Es en las elecciones de 1968, cuando la izquierda participa por primera vez en la contienda, cuando se registra la mayor cifra de participación democrática en toda la historia. Ese año la abstención totalizó un 3.27% del total del padrón electoral, una cifra ligeramente mayor cinco años después, cuando los que no fueron a votar sumaron el 3.48% del total de inscritos. Estas cifras contrastan con la abstención presente en las tres elecciones presidenciales ganadas por Hugo Chávez: 36.55% en 1998, 43.69% en el año 2000 y 25.3% en las elecciones de diciembre del año 2006485. Algún 485.- A continuación la serie completa de los datos sobre abstención en los eventos electorales realizados desde el año 1958 en Venezuela: 1958 (6.58%), 1963 (7.79%), 1968 (3.27%), 1973 (3.48%), 1978 (12.45%), 1983 (12.25%), 1988 (18.08%), 1993 (39.84%), 1998 (36.55%), 2000 (43.69%), 2006 (25.3%). Como se observará, desde el año 1993, 4 años después de El Caracazo, se produce un aumento sustancial de las personas que no acuden a votar, una tendencia que no ha sido revertida por el proceso bolivariano, el cual no puede producir, a nivel electoral, los entusiasmos de las primeras épocas de la democracia en el país.

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