Kant se refiere a la ilustración con la frase: “La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad.” Con esto nos da a entender que la ilustración es el momento por así decirlo, en el cual, somos totalmente autosuficientes, y podemos tomar nuestras propias decisiones sin depender de nadie. Cuando Kant se refiere a la minoría de edad, se está refiriendo a la incapacidad de servirse por uno mismo. Las causas que Kant defiende sobre la minoría de edad de la humanidad es que todos somos culpables de esta “minoría de edad” no porque no entandamos algo, si no por la falta de decisión y ánimo para ser independiente. En este fragmento Kant se refiere a los tutores como alguien que nos ahorra , por así de decirlo, un esfuerzo, como por ejemplo un médico que te dice que tienes que hacer para mejorar tu salud, un profesor que te enseña a sumar… La recomendación de Kant para los que vivían en esta minoría de edad era : que anteriormente habían menos obstáculos para poder alcanzar esa meta, ya que luchaban por conseguir la libertad absoluta, pero esto les costaba, ya que la gente prefería ser guiada antes que ser autosuficiente, porque era mucho más cómodo, también decía que por mucho que seamos menores de edad, también podemos tener la capacidad de pensar libremente, actualmente esto sigue igual, podemos pensar libremente pero no siempre estamos de acuerdo unos con otros. La opinión de Kant sobre las mujeres es que no son capaces de avanzar sin un hombre a su lado. Pero la que
realmente
defiende, es que las mujeres si que
pueden
valerse por sí misma, ya que de tanto
caerse,
finalmente, acabarían aprendiendo,
como
cualquier hombre. No estamos de
acuerdo
con la opinión de Kant, porque ha
habido y
hay muchas mujeres que han triunfado,
sin
depender de un hombre y actualmente,
cada vez
hay más casos, de mujeres, que han hecho que avancemos en el mundo.
Nuestra opinión es que estamos de acuerdo con Kant en que ahora no vivimos en una época ilustrada, si no en una época de ilustración, ya que actualmente no somos aún autosuficientes porque no nos dejamos guiar por nosotros mismos, si no por los “tutores”.
Elena Luque, Maria Peiró, Luis López, Miguel Verdeguer.