El Corso Nº 47

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Nº 47 • NOVIEMBRE-DICIEMBRE• 2014

ILUSTRACIÓN: Pablo

J. Casal

elcorso.es

El Capítulo Final .

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En portada 32

CINE Peter Jackson concluye la trilogía del Hobbit y cierra así una parte del cine contemporáneo reciente, la misma en la que se recuperó la épica y la fantasía para el séptimo arte después de años de convencionalismos.

4 MÚSICA los simpson y la música 14 LETRAS radiografía brutal del país de pesadilla de orwell 20 ARTE depero, el futurista olvidado 26 CÓMIC osamu tezuka, el gran maestro del manga 44 CIENCIA el mono que soñó ser mucho más con la mentira Fundador y

editor:

50 VIAJES la isla de pinos y sal

Luis Cadenas Borges luiscadenas@elcorso.es

Colaboradores: Mónica S. Gato (Música) Nuria Ribas Costa (Viajes) Marcos Gil (Ciencia) Pablo J. Casal (Ilustración – Cine)

Diseño:

inqanet@inqanet.com El Corso, revista cultural online. El acceso producción de los contenidos es propiedad Corso, pero está abierto a copia siempre y do citéis a El Corso (incluyendo dirección

y rede El cuanweb).

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Épic way of life por Luis

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Cadenas Borges

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ubo un tiempo en el que el realismo lo era todo, porque la política, la dimensión social y casi todo era género negro, una especie de agujero negro cósmico literario que se lo traga todo. En España esa situación era todavía peor: una vez descabezada la ciencia-ficción en un país de rancio abolengo católico y donde las luminarias como Unamuno clamaban por la espiritualidad auténtica con el nefasto “Que inventen ellos”, le tocó el turno a la fantasía. La literatura fantástica, y con posterioridad el cine fantástico y épico, siempre ha sido mal vista. Recuerdo a un familiar anclado en el siglo XX español (los Dioses nos protejan de esa centuria) bramando contra la fantasía que perturbaba a los niños, a una generación entera que tuvo que leer cómics y novelas a escondidas, y a otra que ha redescubierto el placer de ver en pantalla grande y pequeña la épica en movimiento bajo otro prisma.

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Es lo que ocurre con Peter Jackson y la apuesta que le ha valido cierto grado de eternidad cinematográfica: Tolkien. Primero fue ‘El Señor de los Anillos’, y ahora ‘El Hobbit’, la primera piedra del universo Tolkien. El resultado es que medio planeta se deleita con las películas y novelas, y a su estela han surgido muchas otras variantes de cine fantástico, que vive su gran etapa desde que George Lucas se decidiera a hacer ‘Star Wars’, que tiene más de cine de aventuras que de auténtica ciencia-ficción, pero esa es otra historia y es pecado decirlo, que España es tierra de realistas.


música

La serie más enaltecida de la historia contiene un sinfín de (sin olvidarnos de los clásicos del XVIII Mozart y Beeth de la sociedad, sí, pero también nos al


e guiños a las estrellas del rock, el jazz, el pop y el country hoven). Los seres amarillos reflexionan sobre los vicios leccionan sobre los ritmos del mundo. por Mónica

S. Gato IMÁGENES: FOX


Homer, los Rolling, Kravitz, Costello y más

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Homer y Kiss

Una Duff junto a los Kiss en el templo de Dios La espuma de una cerveza bien fresquita retumba en la iglesia. Papá Simpson engulle su tesoro mientras dos boxeadores se atizan en televisión. Las cuatro paredes sagradas se rinden a Gene Simmons (“la mano derecha de Dios”, según sus propias palabras) y sus compinches, entonando ‘I was made for loving you’ con su maquillaje psicodélico. “Amo esta canción”, exclama nuestro protagonista, quien menea los lunares rojos de sus calzoncillos al ritmo de Kiss. Homer invita a los demoníacos a entrar en un santuario en el que ya bailó (esta vez con sus gracias al aire) ‘War’, de Edwin Starr. En aquella ocasión era el único superviviente. Ya ningún habitante podría aplaudir aquel ‘ragtime’ de 1902 que susurraba la cinta ‘El Golpe’, ‘The entertainer’ (Scott Joplin), y que intentó tocar el reverendo; ni siquiera interpretar en la parroquia el single de 17 minutos de Iron Butterfly, ‘In-A Gadda da vida’ (‘El jardín del edén`) como cuando Bart vende su alma al diablo y cambia la partitura. Lovejoy clausura: “Esto suena a rock esquizofrénico”.

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Los Simpson y U2

eñor Simpson, por favor, ¿podría usted cambiar la emisora de radio?” Milhouse arroja su plegaria a Homer mientras contemplamos las caras largas de Bart y Lisa y las arcadas de otra de las niñas a las que el cabeza de familia acerca a la escuela. “¡Pero si son los Grand Funk Railroad!¡No me digas que no los conoces!” lamenta el adulto, que detalla las virtudes del emblema del hard rock americano a finales de los 60: “¿Ninguno los conocéis? ¿Las letras aplastantes de Mark Farner? ¿El trepidante bajo de Mel Schacher? ¿Los alardes en la batería de Don Brewe? Jopé” (la situación merecía un taco más contundente). Homer se pasea por la vida con un lápiz incrustado en el cerebro vía nasal, babea con las rosquillas y sus intervenciones se antojan más surrealistas que cuerdas, pero esos sonidos que mamó entre la era pop y la psicodelia y del rock más excesivo en los albores de los 70 amasaron un gusto musical intachable. Los pequeños dan un portazo al coche, aliviados, y él los mira con desconsuelo, pena e incluso con amargura. Se muestra tan desacreditado que acude con ellos a un sucedáneo de festival Lollapa-

looza donde atrapa balas de cañón con su panza, presume de su banda favorita (gesto que propicia abucheos) y se excusa con Billy Corgan por no valorar el rock moderno, un tanto oscuro y triste en su opinión. El líder de Smushing Pumpkins interpreta ‘Zero’, uno de los cortes destacados de aquel ‘Mellon collie and the infinite sadness’, con siete nominaciones a los Grammy en el saco, en un escenario por el que también circulan (antes de los créditos finales, a cargo de Sonic Youth) Cypress Hill (‘Insane in the brain’), Peter Frampton (‘Do you feel like we do?’) y el cerdo volador de Pink Floyd, artilugio que se gestó cuando Waters ideaba la portada para el clásico ‘Animals’ (dicen que se rompió la cuerda del globo relleno de helio que se usó para las fotos y entorpeció la ruta de los aviones a Heathrow, con lo que muchos vuelos se suspendieron). Y al final, todos acaban cantando ‘Some kind of wonderful’, ese tema que contenía ‘All the girls in the world beware!!!’, disco de Grand Funk Railroad en cuya portada se emula al musculoso Arnold Schwarzenegger. Porque la música une al mundo. Aquel beso del que fue testigo David Bowie junto al Muro de Berlín y que ins-

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Simpson Abbey


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piró la icónica ‘Heroes’ impregnó ese momento en el que los Who se lían a golpes de guitarra con la barrera que emancipa Springfield del nuevo territorio, comandado por el marido de Marge; una actitud que nos permite viajar a aquel 1986 en el que Aerosmith y los raperos Run DMC derriban las paredes de una habitación, estrechando lazos entre negros y blancos a través de la MTV y la célebre ‘Walk this way’. Y sí, el grupo liderado por Steven Tyler también disfruta de su espacio de gloria en la serie. El solista de la boca enorme tararea la mencionada composición y ‘Young lust’ con el imborrable ‘Flameado de Moe’ de fondo, al que se agrega la Larry Davis Band. Y es que los seres de cuatro dedos, especialmente Lisa, también idolatran el blues y el soul (James Taylor entona ‘Fire and rain’ y ‘You’ve got a friend’ desde la NASA; Barry White conduce a las serpientes a casa de los Simpson con ‘Can’t get enough of your love, babe’; la comediante Bette Midler protagoniza un dúo con Krusty enmarcado en el género en un episodio donde se escucha a los Red Hot Chili Peppers; y James Brown participa en el Festival de Jazz Lo que te dé la gana con ‘I got you (I feel good)’, entre las joyas de la imperecedera ‘Good Morning, Vietnam’). Mientras, Marge se declara beatlemaníaca (se cartea con George Harrison); al igual que Flanders (con santuario dedicado al cuarteto). Los de Liverpool reciben su homenaje a través de Los Borbotones, de aquel submarino amarillo con el que se topa Lisa producto de la anestesia que le aplica su dentista; y de la hoguera en la que se queman juguetes (instante inspirado en la carbonización de los discos de Lennon y secuaces por parte de la sociedad conservadora estadounidense).

Los ancianos de la residencia se divierten danzando por el campo, como los músicos en ‘A hard day’s night’; y Paul y Linda McCartney inculcan a la perspicaz de los Simpson el respeto por las ideas ajenas. La serie tampoco se olvida de Metallica (Hans Topo encaja con la abuela de Lars y conduce su camión de gira), U2 (Homer usa a Bono para su candidatura a inspector de Sanidad), REM (¿Se te ocurre un lugar mejor que el bar de Homer en su garaje para escuchar ‘Its the end of the world as we know it…’), The White Stripes (guiño al videoclip de ‘The hardest button to button’, con Bart a la batería), Motörhead (Lemmy es el invitado en el famoso ‘Treehouse of horror’), Bob Dylan (con una entrevista en la que no se le entiende), Coldplay (padre e hijo escuchan ‘Viva la vida’), Tom Jones (y su concierto exclusivo) y Elton John y Lady Gaga (en los Globos de Oro). A ellos se unen un Jacko encerrado en un cuerpo desconocido, una actuación de Kid Rock, Sex Pistols adictos al chocolate con leche, Lionel Richie en el avión de Burns, el vocalista de Judas Priest o la novia de Moe (Katty Perry y los villancicos). Justin Bieber, Green Day, los quiméricos Spinal Tap, Blink 182, Willie Nelson, Cyndi Lauper, Tito Puente, Sting, Linda Ronstadt… Y los que quedan. ¡Larga vida a los Simpson! Como brama Otto cuando el autobús escolar cae al agua: “Viva Led Zeppelin”. Viva la música. l

The Simpsons


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Homer y The Ramones


Homer y The Rolling Stones

Cumpleaños con Los Ramones; vacaciones con Los Stones

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El osito Bobo acaba en manos de Hitler, aunque finalmente es la pequeña Maggie la que se apiada del señor Burns y le entrega el peluche en aquel episodio en el que la serie homenajea a ‘Ciudadano Kane’ (1941) , la película más relevante para el posterior desarrollo evolutivo del arte fílmico. El repelente Montgomery, una caricatura del magnate Charles Foster que encarnó Orson Welles, recibe felicitación cumpleañera con una versión punk en directo del ‘Happy Birthday’. A las guitarras, los enamorados de Sheena, del sol californiano de ‘Rockaway beach’ y creadores del grito de guerra “Hey! Ho! Let’s go!” Los Ramones amarillos fueron diseñados por Wes Archer; y los tridimensionales declararon su amor por los personajes paridos por Groening. Marky definió este momento como uno de los más grandes de su carrera. “Nunca esperamos formar parte de unos dibujos animados…” (lo hicieron después en ‘El laboratorio de Dexter’) “… Groening es un gran fan nuestro y una vez me preguntó qué nos parecería hacer un cameo. Naturalmente, lo vi como una idea estupenda”, ha reconocido el baterista. Los de Forest Hills no se cortan, terminan insultando al propietario de la planta de energía nuclear, quien ordena a Smithers mandar liquidar a los Rolling Stones, creyendo que son los británicos quienes actúan en la fiesta. Claro, que los matones contratados tendrían que adentrarse en pleno bosque para cargarse a Jagger y Richards, encargados de aleccionar a Homer (“Oh, dios mío”, exclama al ver el cigarro del guitarrista), Apu, Wiggum, Otto y compañía sobre cómo convertirse en una estrella. Estos ‘balas perdidas’ irrumpen en el escenario, envueltos en una nube de humo y acompañados por los primeros acordes de ‘Start me up’. No imaginamos mejores profesores en esta particular escuela de rock por la que también desfilan las electrizantes ‘It’s only rock ‘n roll (but I like it)’, ‘She’s so cold’ o ‘Rip this joint (durante los créditos). Los dueños del logo más famoso de la historia de la música no ejercen como únicos monitores de este campamento al que se unen el observador privilegiado de la New Wave y el punk, Elvis Costello; y el tatuado Lenny Kravitz. Los alumnos se empapan también de las letras cantadas por Elvis (‘Hound Dog’) y Tom Petty y sus Heartbreakers (‘The Last DJ’). Verano ‘stoniano’ sin cocoteros.

Lady Gaga

Green Day

Coldplay

The Simpson


Aerosmith Blink 182

Metallica

Red Hot Chili Peppers

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The Who

– Otto y Metallica

The White Stripes

Lista de algunas de los mĂşsicos en Los Simpson


letras

Radiogra

del país de

de Or

Escogemos un libro para abor y ninguno mejor que ‘El huérfano’ de A


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rwell

rdar un país como Corea del Norte, Adam Johnson, Premio Pulitzer en 2013. por Luis

Cadenas Borges IMÁGENES EDITORIALES: Seix Barral


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e puede definir un país a través de un libro? Una pregunta surgida durante una conversación que se convirtió en una tarea de trabajo. Elegimos un país, el más raro y que es la esencia misma de ‘1984’ de George Orwell, Corea del Norte, y una novela que no hemos seleccionado al azar: ‘El huérfano’ de Adam Johnson, una visión demoledora y de sinceridad brutal sobre la peor dictadura del mundo, con permiso de lo que posee ISIS en el norte de Irak. El libro vio la luz en español con Seix Barral en junio de este mismo año, y es lo suficientemente reciente como para poder abordar desde el prisma literario la dictadura que haría palidecer a algunos nazis, si no fuera por el genocidio, el imperialismo y el racismo exasperante. Por lo menos el país “dirigido” por Kim Jongun no intenta invadir a otros, si no fuera por las bravatas constantes contra Corea del Sur.

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Johnson utiliza el personaje de un huérfano, Jun Do, para estructura su historia, la de un ser desvalido y falto de amor que vive en un orfanato y se considera un buen y humilde ciudadano “del mejor país del mundo”. A los catorce años es reclutado por el ejército norcoreano como soldado de túneles, y asciende

al servicio del Gobierno, primero como secuestrador y asesino profesional, luego como oficial de inteligencia militar. Guiado por un sentido extremo de la lealtad y el sacrificio, Jun Do es capaz de cometer los actos más atroces sin pestañear, pero es, también, aquel niño abandonado que busca desesperadamente el amor. Se trata de un thriller trepidante y surrealista de lo que habita de verdad bajo el telón de hormigón y acero casi impenetrable; también es una bella historia de amor que transporta al lector en un viaje a las profundidades de Corea del Norte y al rincón más íntimo del corazón humano. En realidad la novela resultante tiene un efecto tan rotundo que se ha convertido en una de las últimas y mejores obras distópicas que existen, pero vuelta del revés, como un remedo actual de la mencionada ‘1984’ o ‘Un mundo feliz’, o cualquiera de las novelas y relatos que han creado ese futuro dictatorial que más tarde o más temprano termina por llegar en toda sociedad civilizada que teme por su presente y a la que le da escalofríos su futuro si algo se tuerce. Por ejemplo ‘V de Vendetta’, la película, lo deja bien claro: la dictadura llega con el miedo. Pero lo de Corea del Norte lo supera todo, ya que fue un régimen impuesto por la violencia y el control sin que hubiera antes nada

Una dictadura que parece sacada de la novela ‘1984’ de Orwell con todos los tonos cutres de la pobreza y l asesinato de masas y el imperialismo. Porque los campos de concentración existen, aunque son más del estilo de C escenario de novelas, ensayos e incluso de cómics. Escogemos, aparte de ‘El huérfano’, otras dos obras que nos ayu Demick, y la novela gráfica ‘Pyongyang’, de Guy Delisle. La primera es un relato triste y directo, desde un punto de Sur durante años, hizo varios viajes y logró contactar con ellos. Comprendió el lavado de cerebro completo al estilo ciudadanos son dirigidas por el poder. Reflejan la pobreza, la sumisión ciega al líder, cómo se delatan unos a otros planeta. Barbara Demick ha dedicado varios años de su vida a entrevistar a exiliados, desertores y disidentes norcor sobre periodismo y derechos humanos, el Premio Osborne Eliott de la Asia Society y el Premio Arthur Ross de la Am

Guy Delisle (1966), autor de cómic canadiense, tipo concienciado y autor muy peculiar, capaz de meter el ded en una dictadura como Corea del Norte. Con humor y fina ironía desvela el interior del horror. Delisle no parece ser las tiranías, sean rojas, azules o multicolores. Su novela gráfica ‘Pyongyang’ es demoledora por su impacto, por los p profesional canadiense de la animación en la ciudad del país más hermético del mundo: Corea del Norte. Absurdos, que en una sociedad real, un contraste continuo entre lo que se supone que es una sociedad habitual y la forma de y casi se muere del susto cuando el soldado en la aduana le pregunta qué es sin darse cuenta de la ironía. Las visitas “guías” que son en realidad miembros del servicio de contraespionaje y que intentan ser simpáticos pero en realid horror, porque a veces sólo la risa puede desvelar la verdad.


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Corea del Norte en letras y cómics

la falta de moral absoluta. Una dictadura que haría palidecer al nazismo si éste no estuviera asociado al racismo, el China, “campos de reeducación”. Es el horror convertido en realidad. Tan extremo que no podía sino terminar como udan a acercarnos a un régimen tan opaco y extraño: ‘Querido líder. Vivir en Corea del Norte’ (Tusquets), de Barbara vista personal, de las vidas de seis exiliados que lograron huir. La periodista norteamericana que vivió en Corea del o soviético mezclado con el fascismo que impera en esa parte donde apenas hay energía eléctrica y las vidas de los y todo es una prisión inmensa. Demick retrata el país desde dentro y explica por qué viven al margen del resto del reanos. Sus reportajes sobre Corea del Norte la hicieron merecedora del premio que concede el Overseas Press Club merican Academy of Diplomacy.

do en el ojo desde la humanidad, el humor y la acidez que se desprende de la vida cotidiana de un occidental de visita r un furibundo anticomunista, más bien un personaje prototípico de la fauna y flora humana de Occidente: se ríe de premios recibidos y por el éxito comercial. ‘Pyongyang’ se resume así: narra en primera persona las andanzas de un surrealismo puro y duro, una sensación de que el protagonista está dentro de una película de los Monty Phyton más vida orwelliana de Corea del Norte. Un ejemplo: el personaje lleva en el equipaje un ejemplar de ‘1984’, de Orwell, s a los monumentos del país, la comida, la luz por las noches, el campo, los voluntarios, las películas, los hoteles, los dad son auténticos chistes andantes; la música en la obras, los delatores… Una obra imprescindible para conocer el


parecido salvo un régimen colonialista japonés. Y como en todas las novelas de este tipo, el personaje principal termina por rebelarse contra el propio Estado por las contradicciones internas y por esa necesidad de amor que le marca para siempre.

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‘El huérfano’ hace converger tres líneas en sus páginas: la descripción del estado totalitario comunista que es Corea del Norte, podrido por dentro y tan burocratizado y alienado que no hay forma de destruirlo; la intriga de cómo asciende y se mueve Jun Do por el interior de esa misma estructura; y el romance y la parte emotivo de un personaje marcado por su origen solitario. Va siempre un poco más allá. Por ejemplo no se sabe si es cierto que se le prohíba a la gente mirar hacia el cielo estrellado de noche, algo fácil porque apenas hay suministro eléctrico nocturno, en parte por la falta de capacidad de generar energía pero también para no dar pistas de infraestructuras a los satélites enemigos. Sin embargo la fantasía resulta ser terriblemente realista, una estructura caduca que se sostiene por el miedo y la burocracia represiva, por la delación continua y la aquiescencia distante de China, que ya ha mostrado signos de estar “harta” de su vecina, que pasa de protegida a lastre. Por ejemplo la ansiedad que describe Johnson porque el gobierno sabe que lentamente el resto del mundo se filtra por las rendijas que no puede sellar el sistema. Johnson usa varias voces y tonos, desde la ironía con aspiraciones de ser sátira al drama profundo. Resuenan historias increíbles, como que muchos norteamericanos huyen a Corea del Norte para refugiarse de su país en ruinas, o que los amados líderes son seres divinizados que escribían un libro al día. Pero sobre todo hay realismo, sin cortes, ni pegas, ni censuras. Lo que cuenta deriva de su contacto con periodistas, agentes, exiliados y ONG que saben mejor que nadie que el país ha sufrido ya tres hambrunas desde los años 60 en las que han muerto millones de personas, que casi un tercio de la población espía a los otros dos tercios, que cientos de miles son internados en campos de concentración que se vacían “misteriosamente”… el individuo no existe. Es alimento para el Estado, así de claro. Una novela única y arriesgada que sirve para responder la pregunta del principio: “¿Puede definirse un país por un libro?”. Pues sí, y por eso es Premio Pulitzer. l

El huérfano Adam Johnson - Bookpage Adam Johnson - Stanford


Adam Johnson

Hijo de Dakota del Sur, un estado literario sólo en el cine (‘Con la muerte en los talones’, por ejemplo), que vio la luz en 1967 para convertirse en periodista y escritor de éxito con un Pulitzer en 2013 que le abrió las puertas de la traducción a muchas lenguas planetarias. Sin embargo creció en la otra punta del país y del clima: del congelador de Dakota a la brasa incesante de Arizona, donde creció. Actualmente es profesor de Escritura Creativa en la Universidad de Stanford y ha colaborado con medios como Esquire, Harper’s, Tin House o The Paris Review. Fue alumno de Neil Connelly en los 90 y de la Florida State University, con lo que continuaba con su peregrinación. Antes de ‘El huérfano’ (publicada en 2012), publicó la novela ‘Parasites like us’ (2003) y el libro de relatos ‘Emporium’ (2002). Ha publicado numerosos relatos en medios de comunicación y está considerado como uno de los mejores profesores universitarios de EEUU.

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arte

h Depero y Marinetti


Depero,

el futurista olvidado Fundación Juan March recupera a uno de los grandes nombres del futurismo, la vanguardia artística de principios del siglo XX que terminó absorbida por el fascismo

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ubo una época en la que el fascismo abrazó con fuerza el arte. No tanto para estrangularlo (eso también) como para utilizarlo como representación del poder del Fascio. Hablamos del fascismo original, revolucionario y atravesado por completo por las incongruencias de una ideología que abjuraba del socialismo y el capitalismo y se entregaba en conceptos difusos como fuerza a través de la alegría, Estado, Patria, Deber o nostalgia de edades doradas en las que los italianos se suponía eran superiores. El arte fue abrasado por ese abrazo: muchos artistas terminaron sus días en cárceles, paredones o el exilio. Pero otros, ya desde antes, habían calentado la estética del futuro, ese fascismo industrializador y de orgullo agrario al mismo tiempo que encontraría en el futurismo la vanguardia artística perfecta para su causa. Se trataba de un estilo artístico que se basaba en la velocidad, en la fuerza, en la fugacidad y el culto desmedido a lo industrial y técnico como un ente que arrollaba la Historia y la sociedad. Como casi todas las vanguardias

por Luis

Cadenas Borges

nació con un panfleto de presentación, el Manifiesto del Futurismo, el 20 de febrero de 1909 en el periódico francés Le Figaro. El principal ideólogo fue Filippo Tommaso Marinetti, una gran sombra proyectada sobre muchos artistas que iban desde el arte a la literatura o la fotografía. Muchos le siguieron. Uno de ellos fue Fortunato Depero (1892-1960), un artista al que rescata del olvido español (que no italiano) la Fundación March en una exposición que desde el pasado 10 de octubre y hasta el 18 de enero expone lo mejor de este artista que encarnó a la perfección el futurismo que sería utilizado luego por los fascistas italianos para gran parte de los elementos distintivos y propagandísticos. Depero lo abarcó casi todo: pintura, dibujo, ilustración, escultura, arquitecto, diseñador y escritor. Lo que probablemente más haya perdurado haya sido el famoso diseño de la botella Campari, salida de su cabeza. Fue también un pionero de la cultura de masas y el pri-


mero en aplicar las reglas de la publicidad a un individuo. Él mismo. La exposición reúne 300 piezas suyas o de otros en gran parte ignoradas por el gran público en España, país donde el futurismo no llegó con tanta fuerza y donde la vanguardia italiana apenas es conocida. No sería por su habilidad para promocionarse: el marketing artístico había nacido.

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Entre los que están a su lado figuran el propio Marinetti, gurú del movimiento, así como Balla y Boccioni. Como muchos de ellos, Depero fue polivalente y un creyente de la capacidad del arte para modificar la sociedad. Al igual que el resto de vanguardias que nacían sucesivamente durante la primera mitad del siglo XX, el futurismo tenía el convencimiento de que el arte era una herramienta para transformar la sociedad, y por eso debían hacer promoción y pedagogía. Cuando apareció Mussolini, los futuristas vieron al líder perfecto para modificar esa Italia tradicionalista y abigarrada por otra libre, apasionada y futurista. Por el camino sacrificaron su inocencia y se entregaron en brazos de un gobierno fascista y dictatorial en el que mientras el líder rapado daba arengas en un balcón los matones de camisas negras daban palizas en los callejones. Depero usó su talento al servicio de la propaganda de Mussolini. Ambos movimientos sellaron un acuerdo que permitía al futurismo tener fondos y carta blanca para desarrollarse, mientras que el segundo ponía a su servicio a expertos que le hicieran la propaganda. Pero eso no supuso que Depero y el resto no cayeran en muchas contradicciones al apoyar a semejante estado totalitario. Depero había llegado al redil al poco de empezar la Primera Guerra Mundial; no fue de los fundadores pero sí de los continuadores. Esa Gran Guerra fue un desastre resultado de una sociedad imperial y que no parecía tener límites en su fuerza y desarrollo. En un principio el futurismo se alegró: la guerra era la esencia de ese poder veloz, era la glorificación de la máquina y la velocidad, incluso de la violencia. Pero Marinetti se perdió en sí mismo, y muchos artistas cayeron en la contienda, como el Boccioni del que hay piezas en la Fundación Juan March. Pero Depero era de ideas fijas: mantendría siempre esos pilares estéticos e ideológicos hasta que muriera en plena posguerra italiana. Parte de su olvido surge del ostracismo parcial al que fue condenado por su pasado mussoliniano.

Botella Campari - Depero


¿Qué era el futurismo? “Un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia”. Con esta frase se definía en 1909 el sello del futurismo, el arte total, el estilo de un siglo basado en la industria, las masas y todo lo totémico y maximalista. Fuerza, velocidad, poder, la hermosura del movimiento, el color, el fin del estatismo artístico. Pero sobre todo fue literatura. Que hayamos abordado sólo la parte plástica no debe hacernos olvidar que Marinetti, el gran padre fundador, fue sobre todo un autor de letras al que seguirían muchos otros a partir de ese manifiesto original de 1909 en Le Figaro. Pero fue sobre todo un movimiento italiano que buscaba romper y quebrar la tradición del arte. Lo revolucionario, la audacia, la velocidad, el valor, el movimiento y la agresividad. Quizás por eso terminó en manos del fascismo. Teóricamente quería exaltar lo sensual, lo nacional, lo agresivo y guerrero, el culto a la máquina, el movimiento, el deporte, lo escandaloso y virulento, telúrico a partir sobre todo de la acción… todo eran máquinas y movimiento, y un punto de ingenuidad. Todo lo anterior explica el atractivo que causó en los fascistas y cómo arrollaron y absorbieron este movimiento a partir de los años 20. Era arte de acción, justo lo que querían en el Fascio. Fue fundamental para dar pie a otros ismos posteriores: fue el primer movimiento organizado que rompió las fronteras del arte y desbordó desde 1909 hasta el final de la Primera Guerra Mundial y ayudó a abrir camino a todos los demás. Legó, con Depero por medio, gran parte del desarrollo del diseño gráfico del siglo anterior, pero también el lenguaje de movimiento y antiestatismo del cómic. Según Marinetti, había que hacer tabula rasa y empezar de cero. Rompe la métrica en literatura, cambia el léxico y se entrega por completo a lo matemático, todo se plaga de conceptos técnicos, infinitivos deshumanizados y que desarrolla un discurso-rodillo frente a la realidad. Pero también tuvo un lado mucho más siniestro: por motivaciones estéticas se llegó a unos principios que buscaban romper la paz social, y adolecían de una misoginia pasmosa. La guerra era la forma de sanear el mundo decadente de Occidente, aborrece de lo emocional. Otra razón por la que terminó en manos de fascistas, sobre todo porque Marinetti no dudó en ser militante fascista.

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Exposición 24

Depero fue en parte responsable de la decadencia del movimiento, su alineamiento con el fascismo contaminaría para siempre un movimiento que fue muy característico de Italia y de las vanguardias contemporáneas. La exposición de la fundación busca “limpiar” un poco, separar al artista del ciudadano del Fascio para, por lo menos, rescatar su obra. Algo difícil ya que todo artista es su obra y viceversa. Pero el intento está ahí: aparece el Depero que asume el mando tras Marinetti, que crea el llamado “segundo futurismo” a través de ‘Reconstrucción futurista del universo’, un segundo texto refundacional que soñaba con redibujar el universo mismo en virtud de los valores totémicos de su arte. Sobre todo era un futurismo más desligado de la pintura y cercana a otros elementos, como el diseño gráfico, una herramienta vital en una sociedad industrial y de masas que era el caldo de cultivo del futurismo. Frente al espectador, como suele ser habitual, hay una gran parafernalia decorativa que permite ponerse en situación, pero también pinturas, manifiestos, obras primerizas, retratos, piezas de diseño, escenografías teatrales, esculturas y creaciones que rinden tributo a motos, coches y trenes, las aeropinturas, incluso grabaciones originales en las que Depero recita poemas futuristas. Porque la literatura también tuvo su papel preponderante. Una reconstrucción tardía de un artista cuya obra hoy nos lleva a aquellos algo inocentes años de entreguerras donde todo era posible, sobre todo lo peor. Un tiempo donde las piezas parecen haber dejado cierto rastro naïf y que, seguramente, a los ojos del espectador post-industrial de hoy le recuerdan a la publicidad. ¿Por qué? Pues porque en gran medida futuristas como Depero crearon esa estética en la que nos hemos acunado todos, incluso el pop-art, directamente vinculado visualmente con aquellos futuristas. l

Fundación Juan March Marinetti temporale patriottico - Depero


Portada Vanity Fair - Depero

Case al pestri - Depero

Fulmine compositore - Depero

Cartel de expo de Depero en Nueva York

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c贸mic


Astiberri publica ‘Alabaster’, una obra clave en el manga japonés y que cambió el cómic y la carrera de Tezuka (y a sus discípulos) por Luis

Cadenas Borges

IMÁGENES: ASTIBERRI


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samu Tezuka, el “padre del manga”, o como sus seguidores japoneses les gusta llamarle, “el dios del manga”. Siempre con su boina puesta y sonriendo a los fotógrafos. Voy a ponerles un ejemplo: ¿nunca se han preguntado por qué los dibujos japoneses tienen los ojos tan grandes respecto al tamaño de la cabeza y que es parte del estilo manga? Pues porque Tezuka decidió hacerlos así para transmitir más emoción. Era una constante en todo el manga, pero fue él, con su gran productividad (más de 700 títulos) e influencia, el que le dio carta de pertenencia al manga. Este otoño se ha publicado con Astiberri la obra ‘Alabaster’ (31 de octubre, 488 páginas, 26 euros), una excusa perfecta para poder hablar de este maestro de tremenda y larga sombra artística y que dejó tras de sí, por nombrar algunos ejemplos, ‘Astroboy’, ‘Buda’, ‘Adolf’, ‘Fénix’ o una de nuestras preferidas, ‘El libro de los insectos humanos’.

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Imagínense lo importante que fue este hombre que el propio Stanley Kubrick le invitó a Londres para ser el director artístico de ‘2001: Odisea del Espacio’, algo que rechazó porque supondría dejar de crear manga y salir de Japón durante demasiado tiempo. Era un dibujante atado por completo a su trabajo, al estilo japonés: lealtad, creatividad y sin descanso. Tan potente que creó un estilo, una escuela y unos fans acérrimos que le seguían con fidelidad. Y en esa prolífica carrera que le hizo superar los centenares de obras que se encargó de producir en masa (el mercado era enorme y en continua expansión) tuvo varias épocas. La nueva obra publicada para el mercado español, ‘Alabaster’, es especialmente importante porque marcó un antes y un después histórico en su carrera. Eran los años 70 y él los recibía con otro fondo: realismo social, crítica descarnada, tonos mucho más oscuros y que dejaban atrás la alegría del crecimiento sostenido del Japón de posguerra. Una generación entera de jóvenes que no habían vivido la guerra y la época imperial y para las que la pobreza era cosas de los padres, llegan al cómic y había que tomárselos en serio. ‘Alabaster’ apareció en la revista Weekly Shonen Champion entre 1970 y 1971. Pasó de golpe del optimismo que logró sintetizar en obras mucho más conocidas como ‘Astroboy’ a atmósferas mucho más siniestras y agobiantes, teñidas de literatura y de posturas críticas que no son tan frecuentes en Japón como en Occidente.

Osamu Tezuka con su personaje Astroboy


¿Quién es

Osamu Tezuka? Osamu Tezuka fue uno de los dibujantes de manga japonés más influyentes y de los primeros en empezar a considerar su popular arte (en Japón es parte integral de la cultura nacional) como una gran mezcla literaria y artística. Caminó en paralelo a los autores que llegaron a la novela gráfica en Occidente, y a su propia manera hizo lo propio: de hecho, como hemos señalado, creó el takoubon, el actual formato de publicación de manga en todo el mundo. Fue tremendamente prolífico y firmó algunos de los mejores álbumes del manga (‘Buda’, ‘Adolf’ o el celebérrimo ‘Astroboy’), mejoró las técnicas y modernizó el manga heredado de los viejos formatos de historias cortas originales. Su obra más famosa sin duda es ‘Astroboy’, fundamental para que el manga entrara en Occidente y sobre todo como patrón y maestro para todas las nuevas generaciones de autores japoneses. Un ejemplo: los ojos desmedidos del manga. Nació el 3 de noviembre de 1928 en Osaka. Creció en una familia de mentalidad abierta, leyendo cómics y viendo películas de Walt Disney. Estudió medicina, aunque finalmente eligió las profesiones que prefería: el manga y la animación. Sus obras en ambos campos tuvieron un gran impacto en la formación de la juventud japonesa de posguerra. Cambió el concepto del cómic japonés introduciendo nuevos estilos y llegando a producir más de 700 obras y más de 150.000 páginas antes de su muerte, a los 60 años, el 8 de febrero de 1989. Ganó numerosos galardones en vida. Su publicación en otros países, con posterioridad a su muerte, le ha supuesto, igualmente, diversos premios a título póstumo. Autor de una obra prácticamente inabarcable, entre sus títulos destacan creaciones como ‘Astroboy’ (EDT, 2003-2008), ‘Fénix’ (Planeta DeAgostini, 2013), ‘Buda’ (Planeta DeAgostini, 2002-2003) y ‘Adolf’ (Planeta DeAgostini, 2010).

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“made in Tezuka”:

30 Si por algo destaca Tezuka es por sus thrillers psicológicos, como ‘El libro de los insectos humanos’, una de sus primeras novelas gráficas y publicada por Astiberri el año pasado. Se trata de una obra de un público claramente adulto, nada que ver con la legión de niños y niñas que crecieron con ‘Astroboy’. Es todo un manual japonés sobre la sociopatía, si bien en las más de 300 páginas de este manga se intuyen muchos aspectos comunes también a Occidente. El libro se plaga de todo aquello que es el lado oscuro humano, desde las agresiones sexuales al asesinato, concentrado todo en un personaje brutalmente agresivo y desnudo en su egoísmo que dejó huella en Japón. Ese personaje es Toshiko Tomura, considerada como un genio, un moderno Da Vinci. Con poco más de 20 años, es una actriz de renombre internacional, futura arquitecta y está a punto de recibir el premio literario más importante de Japón. Sus actividades se reflejan en los titulares de los periódicos e inspiran programas de radio y televisión. Pero ese genio y ese rostro angelical esconden un pasado turbio y una personalidad inquietante, la de una peligrosa mariposa en perpetua metamorfosis. Toshiko, es una solitaria mujer fatal dispuesta a que el mundo le dé todo lo que se proponga. Su capacidad para la imitación le permite aferrarse a gente con talento para extraer de ellos todo lo que le interesa.

Alabaster

Un buen ejemplo de manga

En una cultura tan monolítica desde fuera (pero con fuertes movimientos sociales internos) sorprende a muchos de sus fans anteriores. Porque la contraposición entre el pequeño superhéroe manga, que ayudó a abrir la lata de Occidente al cómic japonés y que sigue siendo una de las creaciones canónicas, con los personajes quebrados, malvados y sin heroísmo alguno es muy fuerte. Porque no hay resquicio para la luz y la justicia. Pasamos pues a abrazar el realismo sucio que caracterizó a los años 70, y sobre todo con personajes que no son estrictamente japoneses. ‘Alabaster’ gira en torno a James Block, un atleta negro de prestigio que es víctima del racismo por parte de la persona a la que más adora, su amada, que le niega la posibilidad de vivir con él y formar una pareja estable por el color de su piel. Arranca pues con el racismo por parte de un miembro de una cultura que nunca ha escondido sus prejuicios raciales. Un primer punto de fuga. Block, enfurecido, descarga toda su rabia en la violencia que culmina con un asesinato que da con él en la cárcel. Allí vive una segunda injusticia. Está tan machacado moralmente que empieza un viaje sin retorno hacia la ira y la misantropía sin límites. Odia todo lo humano. A partir de ahí se cruza una barrera que Tezuka utiliza para desarrollar un personaje de gran calado y diametralmente opuesto a casi todo lo que había entonces. Al menos en Japón.


Astroboy

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ASTIBERRI

Budda

Adolf

En la prisión un anciano que está entre los muros como él le quiere dar un poder enorme: la invisibilidad a partir de una descarga eléctrica. Sin embargo el experimento sale mal y sólo logra que sea la piel lo invisible, dejando a la vista todo su interior. Eso lo condena y enerva todavía más. Fuera de la cárcel se convierte en un criminal y un villano que se esconde en las sombras, vengativo y furioso que se renombra como Alabaster. A partir de ese momento lucha contra las hipocresías, clichés y sobre todo las maldades de la sociedad. Ese argumento le permite a Tezuka convertirle en todo un pionero a la hora de construir personajes complejos, desprovistos de la polaridad habitual. Con él se permite el lujo de echarle un pulso al Fantômas de Marcel Allain que, curiosamente, murió en 1970. l


cine y tv

Con ‘El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos’ se termina la segunda trilogía tolkiniana de Peter Jackson, que con las dos primeras superó los 2.000 millones de dólares sólo en recaudación. IMÁGENES Warner

por JLuis Cadenas Borges Bros / New Line Cinema / MGM ILUSTRACIÓN: Pablo J. Casal



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e terminó. El segundo viaje de Peter Jackson & Friends por el universo literario de John Ronald Ruelen Tolkien llegará a su fin el 17 de diciembre en todos los cine de España. Un desembarco en toda regla del mejor talento neozelandés con dinero y logística norteamericana a partir del texto de un británico de origen sudafricano. Se cierra un círculo que empezó hace dos años con Bilbo Bolsón y que culmina en ‘El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos’. La anterior terminó con el dragón Smaug bramando “Yo soy el fuego, yo soy la muerte” camino de… mejor esperar al estreno y a que el resto vea la segunda película de esta trilogía que debería cerrar ya la aventura tolkiniana de Peter Jackson, un director neozelandés nombrado caballero y que es un ídolo en su país, hasta ahora sólo conocido por estar en la otra punta del mundo y por su equipo de rugby, los All Blacks. Ahora también es la Tierra Media para siempre, y el turismo crece en paralelo a la explotación sin prejuicios de todos los guiños posibles. Jackson es adorado en Nueva Zelanda tanto como lo es Tolkien en el resto del mundo. Salvo excepciones, claro. Jackson ha sido capaz, desde 1999, de tejer un discurso cinematográfico, literario y estético muy complejo y concreto alrededor de las dos obras fundamentales de J. R. R. Tolkien, padre de la épica moderna. La tercera película es algo más: es el cierre de una época y de un proyecto por duplicado en el que tanto Jackson como su esposa y guionista Phillipa Boyens han sabido dar vida visual a las cientos de páginas que dejó Tolkien tras de sí. Un escritor con talento pero no demasiado, ninguneado por los sucesivos comités Nobel y por gran parte de la comunidad literaria de todo el mundo,

pero que logró dos cosas que muy pocos autores han podido: crear un universo propio que ya es legado de varias generaciones y relanzar la literatura fantástica a niveles nunca conocidos. Con él llegó lo que vulgarmente se llama “Fantasía de Capa y Espada” o de “Espada y Brujería”, etiquetas tan manidas y poco lustrosas como cualquier otra, pero que sobre todo demuestran que sus fantasías de profesor universitario con mucho tiempo libre y muchas pasiones reprimidas tuvieron su espita de salida. Tolkien ahora encandila indirectamente a través de cientos de personas que desde los escenarios de Nueva Zelanda y el talento de WETA (la industria de efectos especiales creada alrededor de la primera trilogía) ha logrado ser la franquicia más exitosa de los últimos 40 años. Sólo Star Wars puede ponerse a esa altura. El nuevo filme no deja de ser una adaptación de una parte de ‘El Hobbit’, el libro de cabecera de mucha gente y que fue el inicio de todo el universo Tolkien y de la Tierra Media creada por él entre clases, exámenes, vacaciones y pipas humeantes. Esta tercera parte sin embargo tiene mucho más de Jackson que las otras: mientras que ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ y ‘El Hobbit: La desolación de Smaug’ eran adaptaciones del libro original al que Jackson inyectó algo más (como el personaje de Tauriel, por ejemplo), esta última cubre lo acontecido


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Azog


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La (enorme) Batalla de los Cinco Ejércitos dura

Técnicamente era un desafío a la altura de rodar el asedio a Gondor durante ‘El Retorno del Rey final en el que se entremezclan humanos, elfos, enanos, trolls, orcos, huargos, trasgos y un Nigromant de ‘El Señor de los Anillos’, pero los cerca de 45 minutos que como mínimo ocupará la batalla en la prim entera pivotará sobre ese momento en el que la alianza temporal entre Erebor, humanos y elfos se enfre gramas para no perderse en el montaje final. “Tuvimos que pensar bastante en la logística porque tenem Hemos aprendido que hay que sacar menos a los soldados anónimos, y más a los héroes de las batallas o e enanos y el orco blanco Azog en medio del enjambre de la guerra. Pero no sólo ellos, también estará Be salvadoras de personajes clave en el último momento).


Batalla de los Cinco Ejércitos

ará 45 minutos

y’, una batalla final que tiene mucho que ver con la estructura literaria de Tolkien, que busca un clímax te que ya se destapó como Sauron. Va a ser complicado que Jackson pueda superar la espectacularidad mera versión que se estrenará. Habrá tiempo antes y después de esa horquilla, es decir, que la película entan a un anticipo de las fuerzas de Mordor. Jackson confesó a la prensa americana que se hicieron diamos enanos, hombres, elfos y orcos, todos con sus armas particulares y distintas tácticas de combate […] el público acaba fatigado”, con lo que promete muchos momentos de estruendoso silencio con planos de eorn en forma de oso o las águilas gigantes, que tendrán mucho más peso que el visto hasta ahora (como

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entre el final de ‘El Hobbit’ y el principio de ‘El Señor de los Anillos’. También tiene parte del talento de Guillermo del Toro, que renunció a dirigir la trilogía en la que Jackson iba a ser productor: los problemas financieros de MGM y el retraso del inicio del rodaje hizo perder a más de uno la paciencia y Del Toro salió para dirigir otros proyectos. Sin embargo quedó como coguionista y co-creador de esta nueva trilogía. Y así figura en los títulos de crédito.

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En realidad, para poder alargar la historia y enlazarla con la primera trilogía (y así ejercer de “precuela”) tuvieron que acudir a los cuentos escritos por Tolkien durante años que terminaban de concretar aspectos del universo de la Tierra Media y que en gran medida también estaban en el Silmarillion, la gran “biblia” de la Tierra Media que quedó inconclusa (como muchos otros cuentos) por la muerte de Tolkien. En gran medida se explica, por ejemplo, la desaparición de Gandalf cuando dejó a los enanos y a Bilbo rumbo a Erebor: la fortaleza de Dol Guldur y cómo el Concilio Blanco se reunió con él para…. Y de nuevo hay que esperar al estreno, que fue retrasado y que es la etapa final de una reconfiguración, porque Jackson no tuvo tan claro este episodio vital para poder enlazar con la primera trilogía. Años atrás, cuando se diseñó la producción de la adaptación, se pensó en dos películas, luego en tres, y la tercera se titularía ‘Partida y regreso’ en honor al título original del libro, pero Jackson lo cambió para hilvanar una parte con otra y así crear un todo continuo que permita a los fans sentarse un fin de semana y lanzarse a ver seis películas de varias horas cada una hasta mimetizarse con la tela del sofá. No fue sólo un cambio de nomenclatura hacia esta tercera producción final. Jackson, a través del canal en Facebook de ‘El Hobbit’, aseguró que “nuestro viaje al hacer la trilogía de el Hobbit ha sido de alguna manera como el del propio Bilbo, por caminos ocultos que revelan sus secretos medida que vamos avanzando. ‘Partida y regreso’ parecía el título correcto para la segunda entrega de una narración dividida en dos filmes”, pero esa era la idea inicial que se alteró por los cambios de producción, la salida de Guillermo del Toro y quizás presiones de New Line Cinema (es decir, de Warner).

Por eso se decidió alterar el orden y el guión y alargar la saga hasta tres y no dos. “Cuando hicimos el viaje de estreno a finales del año pasado, tuve una conversación con el estudio sobre la idea de revisar el título. Decidimos no tomar una decisión hasta que tuviéramos listo un primer montaje de la película. La semana, y después de ver la película, todos estuvimos de acuerdo que ahora hay un título que es completamente apropiado: The Hobbit: The Battle of the Five Armies (El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos)”. Al parecer este título será readaptado para cuando salga la obvia versión recopilada, extendida y trufada de extras de la trilogía después de su estreno. Jackson lo deja claro: “No os sorprendáis si lo veis el box-set de la trilogía”, apuntaba. Lo que no cambia es la dialéctica de fondo que también forma parte del corpus de los libros: la moral frente a la corrupción del poder, una de las constantes de Tolkien en sus textos, producto de las particulares obsesiones del escritor. El


autor sufrió la guerra y su podredumbre, la inmoralidad y el desastre que lleva aparejados, con lo que sabía bien lo que escribía: el Anillo Único es una metáfora de cómo los hombres y mujeres se dejan corromper y cómo el individuo debe luchar contra ese mal que es el principio del caos que destruye todo lo bueno. Igual que Frodo, Bilbo es puesto a prueba, pero también Thorin con la Piedra del Arca y con la propia tentación de ser el nuevo rey bajo la montaña. Será el personaje que más se tuerza, que más expuesto a la tentación quede junto con Bilbo, que no hay que olvidar que carga con el Anillo Único. La pareja Legolas-Tauriel, los elfos corrompidos, la brutalidad del mal y su forma de actuar pero sobre todo asuntos mundanos como el dinero o la ambición se cuelan dentro de una historia que en su versión primeriza fue mucho más infantil y que, tras la exitosa publicación de ‘El Señor de los Anillos’, obligó a Tolkien a revisarla para adaptarla a un público más crecido. Y ahora, una vez más, es sometida a otra adaptación, pero para un tiempo mucho menos ingenuo todavía. l

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Smaug


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J. Casal ILUSTRACIÓN: Pablo

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Tolkien y el libro que lo empezó todo ‘El Hobbit’ fue la primera piedra literaria de John Ronald Reuel Tolkien, el cimiento principal donde más tarde edificaría toda su mitología de raíces paganas y cristianas al mismo tiempo que cambiaría las letras del siglo XX para una gran cantidad de gente. Fue escrita por partes desde finales de los años 20 y principios de los 30 mientras corregía exámenes o mataba el tiempo fumando en pipa frente a la chimenea. La empezó con el cándido objetivo de divertir a sus hijos los domingos o cuando se iban a la cama. El cuento fue pulido lentamente hasta ser algo más que una diversión. No obstante, el manuscrito de la obra empezó a rodar de unas manos a otras, las de sus amigos profesores e intelectuales británicos, hasta que finalmente cayó en las del jefe editorial de George Allen & Unwin, que decidió publicarlo. Fue el 21 de septiembre de 1937. ‘El hobbit’ se sitúa en el año 2941 de la Tercera Edad del Sol, y narra la historia de Bilbo Baggins (Bolsón en español) que junto con el mago Gandalf el Gris busca el tesoro custodiado por el dragón Smaug en la Montaña Solitaria. Debido al éxito que tuvo y a las buenas críticas que recibió, los editores pidieron a Tolkien una continuación, ‘El Señor de los Anillos’, que el autor pensó para un público más adulto, lo que obligó a reeditar ‘El Hobbit’ con un tono más maduro para no cambiar el ritmo. Los libros serían editados primero en Argentina con una traducción tan mala que hubo que recomprar los derechos y hacer una versión mejorada en España, ya en los años 80.


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The Hobbit

Tercer y último paso hacia el Anillo Único

Peter Jackson prometió que la segunda trilogía sería la última o cuando menos estaría a la altura. de la primera, pero el capítulo final promete al menos no bajar el pistón. El trailer principal arranca co que sobrevivieron y de los que no”. ‘El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos pondrá punto final a la Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage), que clama por la guerra ante la pregunta de Bardo el Arque frentamiento en las Lindes de Erebor, la Montaña Solitaria, narrado por Tolkien en su libro, y que unirá a de trasgos, orcos y huargos.

En el nuevo filme, una parte importante gira alrededor del dragón Smaug, que se prepara para des Nigromante, uno de los muchos nombres de Sauron, que desembarca en el mundo de nuevo después de del segundo filme; culmina así el círculo en el que se repite el pasado incluso con los descendientes de en su día su padre. Bardo (Luke Evans) es la única persona que sabe como detenerle, ya que su padre, determinado que es, en realidad, su punto débil, en su vientre. Tendrá que usar la misma arma que usó poder atravesar las escamas de dragón. En el filme Bardo sigue teniendo un gran peso y volverán Martin F Ken Stott, Graham McTavish y Jed Brophy.


Bardo

‘[•REC]²’

Desde luego lo logró. Quizás no sea tan adulta y profunda, puede que no tenga el calado moral narrativo on una frase de Bilbo: “Un día me acordaré de todo lo que ha sucedido. De lo bueno y de lo malo. De los aventura iniciada por Bilbo Bolsón, Gandalf (Sir Ian McKellen) y la compañía de enanos capitaneada por ero (Luke Evans), otro de los personajes con más peso en la nueva película que gira en torno al gran ena los enanos, los humanos de Esgaroth, los elfos del Bosque Negro y las grandes Águilas contra las hordas

struir la Ciudad del Lago, y para el asalto final de la guerra entre todo el bestiario de la Tierra Media y el ser aplastado tiempo atrás. Smaug es consciente de esta amenaza e incluso la anticipa en la parte final los anteriores personajes, ya que en este caso es el humano Bardo el que le hace frente, como hiciera el antiguo del Valle y aliado de los enanos de Erebor, fue el único capaz de herir al dragón en un punto su padre, una ballesta gigante con un proyectil especial, una flecha negra especialmente diseñada para Freeman (Bilbo), Ian McKellen (Gandalf), Richard Armitage, James Nesbitt, Aidan Turner, Evangeline Lilly,

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ciencia

El mono qu

mucho más c

‘De animales a dioses’ es un libro de antrop de la raza humana a una mera razón: nuestra cap


ue soñó ser

con la mentira

pología muy peculiar, ya que reduce el éxito pacidad para creernos nuestras propias mentiras por Marcos

Gil


c

ontaba el antropólogo español Juan Luis Arsuaga que los seres humanos son los únicos animales con la capacidad de unirse y enfrentarse por un símbolo que no representa nada en sí mismo, o por algo tan intangible y fútil como una idea. A diferencia del resto de animales, que nunca hacen nada sin sentido práctico y no piensan más allá de las siguientes horas, el ser humano ha construido un mundo invisible formado de banderas, ideologías, convenciones, normas y mitos. Fue precisamente la capacidad para construir mitos, vivir y morir por ellos, lo que nos diferenció por completo. Gracias a esa capacidad intelectual evolutiva nació la religión, el arte, la ciencia y la tecnología. La abstracción y el lenguaje ayudó a definir el mundo y lo que somos. Todo lo demás, para bien o para mal, viene de ese paso.

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El libro ‘De animales a dioses’ del israelí Yuval Noah Harari (1976), historiador y estudioso de la evolución humana, demuestra que todo, en realidad, sigue ese mito y que sobre todo es la mentira consensuada, muchas veces creada y tragada por nosotros mismos, la que marcó la diferencia. La diferencia entre un mono y un humano es algo más que el 2% real de ADN distinto, es sobre todo que un mono jamás soltará una pieza de fruta a pesar de que alguien le prometa que si la entrega después de muerto tendrá millones de frutas para él solo. No la suelta: es suya, y punto, y se la va a comer aquí y ahora porque necesita comérsela. El humano en cambio sí lo hace. Es una forma muy sintética de mandar al traste cualquier religión, pero ese salto mitológico es lo que nos diferencia. El humano, según Harari, crea mentiras, las difunde, las asimila y las enriquece. Fue en ese salto totalmente cognitivo, resultado de la evolución de nuestras conexiones neuronales hacia un nuevo estado de inteligencia, lo que hizo que de repente los truenos, el cielo, el suelo, los terremotos, los animales más feroces o la maternidad se convirtieran en elementos míticos que eran compartidos por todos. Al principio fueron sólo elementos de la vida cotidiana: el espíritu del poderoso león cazado, la fertilidad divina que se enseñoreaba de todo en primavera con los campos, y que luego se traspasaba a las mujeres embarazadas, el valor del chamán para hacer de intermediario entre la gente y lo divino… Luego llegaría el mito más elaborado, y finalmente el colmo de la construcción, las religiones organizadas. Según Harari, la clave

para que el más débil físicamente de todos los simios terminara por dominar el mundo y convertirlo en su finca particular estaba en su cerebro y esa capacidad no física de crear, imaginar…y mentir. A sí mismo y a los demás. El libro es un ensayo de éxito en Israel, el mundo anglosajón y Europa, donde ha quedado como un paso más en la construcción del relato de la evolución humana. En España se ha publicado en castellano (Debate) y en catalán (Edicions 62). Es un texto provocador, mucho más en un país como Israel, desgarrado por la religión y en el que late un conflicto entre creyentes y laicos que estallaría de no tener ambos a los palestinos como enemigos principales. También en Occidente, donde la religión se recluye lentamente en sus dogmas mientras la ciencia y la tecnología se expanden en la psique humana. Hariri no inventa nada, ya que la capacidad teleológica (llegar a un fin concreto) de la mente humana está más que demostrada. Él va un paso más allá y arguye que es la difusión de una mentiramito concreto lo que moviliza los recursos humanos. Extraños de lugares distantes se unen para un fin, y esta capacidad fue vital para que los humanos se organizaran de manera más eficiente. Así nacieron las civilizaciones. Por eso los demás animales son nuestras víctimas, y nosotros, imbuidos de nuestra pretendida superioridad, terminemos creyéndonos dioses. Para Hariri la dimensión temporal es también fundamental. Los primates tardaron más de 60 millones de años en dar lugar a una especie como la de los orangutanes, de las más inteligentes que ha dado la naturaleza. Pero los seres humanos apenas han tardado unas cuantas decenas de miles de años en poner a uno de los suyos en la Luna o enviar una sonda mecánica que ya ha salido del Sistema Solar. Por decirlo así, la Humanidad es una loca con un bólido que no para de acelerar en el tiempo. Hariri cierra el círculo de la mentira con una habilidad derivada: si todos creen en una misma idea concreta, todos cooperarán. Así se pasó del grupo de cazadores que apenas les daba para sobrevivir a las tribus, y éstas, una vez expandido el mito, a comunidades de tribus, y de aquí a las sociedades, las culturas, las civilizaciones, las naciones… y al mundo globalizado. La escala aumenta sin parar, y las ideas, mitos y mentiras se expanden y se enriquecen. Cada uno aporta algo nuevo que hace que se despliegue en espiral ascendente. Harari explica así que el mito lleva a la organización, y ésta a una dimensión superior del mito. l


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Primates

Pinturas rupestres


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Yuval Noah Harari


Invención, lenguaje y dominio El libro de Harari es una pequeña joya que permite saltar por encima de la Historia tal y como se ha explicado siempre. Abarca toda la historia humana y desde luego pasa como un rodillo por todas las ficciones y relatos de la Nación, la Fe o el mito. Gracias a eso podemos ver con un prisma global de bosque y no de copa del árbol lo que somos en realidad. Una comunidad global que se alimenta de su propia capacidad para inventar y dominar. Es decir, para crear un universo humano dentro del universo real, o incluso para desarrollar un universo virtual (internet) que está dentro del universo humano que a su vez se nutre del universo real. Una escala desproporcionada que aumenta y sigue. La Humanidad miente, inventa, y huye de su realidad. Pero esa invención va desde los dioses paganos del estilo de Zeus u Odín a los derechos humanos, una creación humana que no tiene correspondencia con la realidad natural. En este caso esa “creación” permite tener mejores niveles de vida y cooperación, esto es, es útil para la Humanidad.

Entrevista a Yuval Harari

Harari

Según Yuval Noah Harari la capacidad de inventar es una herramienta derivada que ha dado base a la construcción de las mentiras útiles. La supremacía humana no es más que ese don para inventar relatos imaginarios sin base real alguna pero que bajo el prisma de nuestros miedos (a la muerte, a la soledad) se convierten en una droga brutal que nos convence. Es decir, que Dios habla por nosotros para convencernos de lo buenos que somos y de que lo que hacemos está bien. Luego Dios fue sustituido por el destino del Pueblo, la Nación, la Patria… incluso de la ciencia. Harari demuestra que los mitos son el motor de la Humanidad. Sin ellos cada individuo, diseñado para sobrevivir a toda costa, terminará por no cooperar, por ir por su cuenta. O dominar a los demás por la fuerza. Sin embargo los mitos permiten crear una red donde todos se sienten útiles, identificados y espoleados.

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viajes

La isla de

Reclutamos a una nueva colaboradora, N como pocos pueden hacerlo, con su experiencia d


pinos y sal

Nuria Ribas Costa, que nos habla de Ibiza de aĂąos y amor por ese pedazo del MediterrĂĄneo TEXTO Y FOTOS: Nuria

@nribascosta

Ribas Costa

limpossiblenscal.blogspot.com

Puesta de Sol en Cala Conta


p

robablemente por aire sea la manera más espectacular de llegar a Ibiza. Su pequeño tamaño permite que, en una de las rutinarias vueltas que da el avión antes de posicionarse para aterrizar, el ávido espectador pueda disfrutar de un buen aperitivo de la isla. Las entradas de mar se suceden, unas a otras, como lamiendo la tierra, que se arruga en forma de acantilados y calas rocosas o se relaja en forma de arenosas playas. Predomina el verde de los pinos, haciendo que el nombre que dieron los griegos a Ibiza y Formentera cobre sentido: las Pitiusas, islas de pinos. Al aterrizar, el recibimiento corre a cargo de los estanques de Ses Salines, único Parque Natural de la isla y hogar de la salinera que en su día fue el motor de la economía isleña.

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La llamada “pitiusa mayor” es famosa mundialmente por haberse convertido en uno de los destinos turísticos por excelencia, debido básicamente al gran número de discotecas y a la oferta de fiestas. Hermana menor de Mallorca y Menorca, Ibiza se ha visto forzada en muy diversas ocasiones a soportar tachaduras del tipo de “Ibiza party hard”, y similares, como si la fiesta fuese aquí el único atractivo. Sin embargo, el carácter de Ibiza como recodo mediterráneo continua existiendo, y es precisamente ese carácter único lo que la hace especial. Ibiza ofrece una gran oferta hotelera: desde agroturismos tranquilos y cuidados hasta hoteluchos cutres de playa, pasando por un gran número de respetables hostales y no menos hoteles de gran calidad en primera línea del mar. Los precios varían en función de la localización y, evidentemente, la calidad. En general, los puntos de mayor atractivo económico son Platja den Bossa y Sant Antoni de Portmany. El primero es una urbanización alrededor de la playa del mismo nombre, en la parte este de la ciudad de Ibiza (llamada por los lugareños “Vila”, núcleo urbano más grande de la isla). Se trata de una larguísima extensión de arena blanca y fina, sobre la que se suceden las hamacas de los distintos hoteles cuyos balcones presiden la orilla; una playa en la que es fácil divisar en un extremo un equipo de algún deporte repitiendo pesados ejercicios mientras en el otro pasa una pareja de avanzada edad dando su paseo matinal diario.


Calle principal de Santa Gertrudis

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Dalt Vila y el Puerto


Es Bol Nou, con Es Cap d’Es Falcó al fondo

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Porroig


Amurallando la arena se codean enormes edificios de cinco estrellas cuyo nombre ha dado ya la vuelta al mundo (como el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel o el Hard Rock Hotel Ibiza) con modestos establecimientos o edificios de apartamentos poco agraciados. Sin embargo, el carácter de Platja den Bossa se hace pronto patente: siendo temprano todavía es habitual encontrarse los servicios de limpieza del Ayuntamiento retirando restos del desenfreno de la noche anterior. Botellas y vasos de plástico por las aceras, papeleras a rebosar y encargados de los hoteles afanados en dejar brillantes las puertas de entrada. En Sant Antoni de Portmany, otro de los núcleos urbanos importantes de la isla y localidad cabeza de uno de los cinco municipios, ocurre un fenómeno similar. Los bajos precios de los apartamentos y hoteles aumentan la rentabilidad de un turismo de bajo valor adquisitivo, que una vez instalado en estas zonas se estanca y no sale de los alrededores de su alojamiento. Esto provoca la proliferación de más edificios de iguales condiciones, pubs, restaurantes y toda una serie de emblemas del turismo prefabricado de sol y playa más primitivo que nada tiene que ver con la verdadera esencia de la isla. Platja den Bossa y Sant Antoni son, pues, los dos puntos dónde este fenómeno ha tenido la mayor incidencia. La recomendación de las oficinas de turismo para hacer compatible un alojamiento barato con el conocer la verdadera Ibiza es simple: hay que moverse. El transporte: la clave La libertad es en general la mejor manera de disfrutar de un lugar. En el caso de Ibiza, no hay excepción. Según los lugareños, la forma idónea de descubrir la isla es teniendo un medio de transporte propio: ya sea moto o coche, la posibilidad de ir más allá de las líneas de bus es para muchos el punto de inflexión. Ruedas, piernas y jadeos son la receta para llegar a los recodos más escondidos y vírgenes de una isla que es mucho más que masificación y discotecas. Algunas de las playas más populares que requieren pequeñas excursiones son, por ejemplo, Sa Pedrera (conocida también como “Atlantis”), Punta Galera y Es Portitxol. Las dos primeras son terrazas de roca plana que se suceden una a una hasta llegar al mar. Escaleras imperfectas bañadas cada X tiempo por las olas del cálido Mediterráneo. Es Portitxol, por su parte, en el norte, en el medio de la zona más montañosa de la isla, es una diminuta cala

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de arena y aguas cristalinas recogida entre pinos, rocas, y alguna que otra pincelada del ser humano en forma de casitas de pescador. Hierbas, sofrito y emprendada El coche se convierte en un imprescindible también a la hora de saborear (en el sentido más literal de la palabra) la cultura ibicenca. De los muchos restaurantes que ofrecen platos típicos, la autenticidad es siempre una apuesta segura. En el caso de Ibiza, lo más inteligente es probar en cada restaurante su especialidad. Entre los imprescindibles se cuentan la paella del restaurante El Carmen, en Cala d’Hort, el pescado al horno de S’Espartar, en Sant Josep, o el sofrit pagès d’ Es Pins, en Sant Joan. A esta ínfima lista cabe sumar postres tan típicos como la greixonera, el flaó, las orelletas o las madalenas de almendra, productos que se pueden encontrar casi en cualquier parte dada su gran popularidad. En el caso de la bebida, se podría decir que las Hierbas Ibicencas han dado ya el salto a la fama. Este licor con base de anís se fabrica en la isla desde tiempos inmemoriales y consiste en una mezcla entre hinojo, tomillo, y bayas de enebro, entre otras.

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Sin embargo, saborear, lo que se dice saborear, también se puede hacer con los ojos y los oídos. Y es que lejos de las fiestas en grandes naves industriales y con música saliendo a toda pastilla de enormes altavoces, las auténticas pistas de baile de la isla fueron siempre las plazas de las iglesias. En ellas los jóvenes y no tan jóvenes de las collas (agrupaciones de cada parroquia) bailan payés, la danza típica de Ibiza. Ataviados con la vestimenta tradicional, luciendo los chicos las barretinas y las chicas hermosas emprendadas (profusos juegos de joyas), dan vueltas y vueltas al son del tambor y la flauta ante los ojos nostálgicos de los vecinos de mayor edad, y las ávidas y curiosas miradas de los visitantes más pintorescos. Tierra y mar: el desconocido interior y las sorpresas de la costa El baño del Mediterráneo convierte la costa en el punto más atractivo de la isla. En este sentido, se puede decir que Ibiza lo tiene todo: desde calas pequeñas de roca hasta largas playas de arena. Probablemente la más popular de las primeras sea Ses Salines, situada en el Parque Natural de Ses Salines, cuyos estanques se divisan desde el avión minutos antes de aterrizar. Como Playa den Bossa, se trata de una


Es VedrĂ y Es Vendrell

Estanques de sal de Ses Salines

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Fiesta en Space Ibiza


larga extensión de arena blanca, escoltada esta vez por dunas y savinas, y con un agua cristalina que deja claro por qué en las guías suelen reiterar que las Baleares no tienen nada que envidiar al Caribe. Después de Ses Salines, se suceden un buen número de playas y calas. Su vecina es la igualmente extensa Es Codolar, al otro lado del popular Cap d’Es Falcó, una lengua de tierra que se introduce en el mar estrechándose a medida que éste gana profundidad. Aparece a continuación Sa Caleta, una preciosa y diminuta cala rodeada de varaderos de pescadores y con vistas al mencionado Cap d’Es Falcó. Después Es Bol Nou, es Xarco, Porroig… Pero sin duda son las calas los lugares más emblemáticos de la isla. Las hay de muy diversos tipos: de arena, como Cala Conta, con su preciosa puesta de sol, o Cala d’Hort, con sus vistas al islote de Es Vedrà; de roca, como Porroig o Punta Galera, o mixtas, como Es Sòl de’n Serra o Cala Boix. Sin embargo, todo turista que se precie es presa de una curiosidad que le lleva a querer conocer lo bdesconocido. En el caso de Ibiza, este deseo lo satisface el interior. Lo más interesante es sin duda la ruta que va desde Sant Antoni hasta Sant Miquel, pasando por el Pla de Corona, en Santa Agnès, y bajando hasta Santa Gertrudis. El Norte de la isla lo conforman los ya mencionados Es Amunts, lo más parecido a una sierra montañosa de que dispone Ibiza. El paseo por sus bosques a menudo termina en impresionantes acantilados: fachadas de roca roja orientados al noroeste, disposición que permite, en días claros, ver la costa valenciana. Roja es también la tierra del Pla de Corona, una enorme extensión de tierra poblada exclusivamente por almendros. En invierno, cuando éstos florecen, hacen del Pla un lugar comparable a un campo nevado. Santa Gertrudis es, por su parte, un perfecto ejemplo de pueblo ibicenco: presidida la calle principal por la iglesia, las casas son todas blancas, abundan los pequeños comercios y, sobretodo, los restaurantes. El atractivo del interior de Ibiza no termina aquí: rutas en bici, caminos para senderismo y carreteras serpenteantes son sólo algunas pinceladas apetitosas que esconde lo desconocido. Las grandes urbes, por su parte, no existen en la isla. Ibiza ciudad (Vila), al

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sur, es el núcleo más grande. Se articula alrededor de dos puntos clave: el puerto y Dalt Vila, la parte antigua, un paseo por los cuales es probablemente una de las actividades más interesantes. Es sin duda un imprescindible perderse por las callejuelas del casco viejo, entre piedras milenarias, mientras el viento salado y los últimos rayos de sol del día acarician los tejados de las casas, para desembocar finalmente en el Mercat Vell, en el centro del puerto (Es Moll), con sus casitas blancas y sus innumerables bares, restaurantes y tiendas. Desenfreno sin precedentes: la mejor fiesta del mundo “Aquí la gente hace cosas que no haría en su casa”. Esta suele ser la frase más pronunciada por los ibicencos cuando hablan de los turistas en el marco de la fiesta. Y es que la gran oferta nocturna propicia una inclinación a pensar que no hay nada más allá de los focos, las mesas de mezclas y el confeti. Una vez dejado claro que no es así, se hacen imprescindibles un par de pinceladas sobre la fiesta en Ibiza.

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La oferta es inmejorable: desde enormes naves industriales como Amnesia o Privilege hasta bares de copas y pubs en los puertos de Vila o Sant Antoni, pasando por discotecas de menor tamaño como Pacha o Blue Marlin; cada local tiene una fiesta diferente según el día. DJs de renombre internacional se codean con artistas locales, ofreciendo noches con un nivel de electrónica muy alto. El Ibiza Rocks o el Hard Rock, por su parte, se ocupan de traer a la isla músicos de otros estilos: grandes nombres del pop, como Kylie Minogue; o del indie rock, como Franz Ferdinand, entre otros, han estado también ante los micrófonos de la isla. Música, pinos, sal y piedra se unen así conformando uno de los escenarios más polifacéticos del Mediterráneo, que mantiene su esencia mientras una ya frenada masificación permite que millones de turistas pueblen la isla cada año. l

Ibiza Oficial Turismo Ibiza


Mapa satelital de Isla Ibiza

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Vista desde el mirador de Porroig



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