IV ANTOLOGÍA LITERARIA ESTANCIA VIEJA MÁGICA

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ANTOLOGÍA LITERARIA “ESTANCIA VIEJA MÁGICA”

Prólogo y Compilación Rudy Catoni

Comisión de Cultura IV Antología: Ana Depaoli, Paula Pizzano, Cecilia Vidal, Adriana Molina Sarach, Rudy Catoni.

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2019

PRESIDENTE COMUNAL ADOLFO PARIZZIA

SECRETARIA DE TURISMO Y CULTURA LIC. ANA DEPAOLI

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PRÓLOGO Pareciera que hablar de libros, de lectura, de creación artística, y más aún, y en otro campo, intentar hablar de una escritura o una expresión plástica de lo “mágico”, en un mundo atravesado por la anomia social y el avance acelerado e indiscriminado de lo tecnológico sobre la mente de millones de individuos, suena algo así como el sentido primario de lo “utópico”. El punto del revés, que todavía nos permite la libertad individual y el atrevimiento de acceder a la lectura que -como toda lectura- nos abre las puertas a otros mundos, una lectura que nos habilita para ir al otro lado -en éste caso- de lo tangible, nos permite digo, que aquello que se interpreta como “real” pueda desbandarse de las reglas racionales y nos conduzca a un lugar extraño, que no se explica con argumentos probados, y nos deja el espacio para aquello que está más allá: lo mágico, lo fantástico, lo increíble, lo misterioso. Y Estancia Vieja aporta desde el mito; siempre desde lugares ancestrales, indefinibles; porque el mismo lugar lo habilita. Y me permito aquí un neologismo: un lugar bambístico. Una leyenda (Bamba) que invade a través de la palabra mágica del poeta Ataliva; un relato que prioriza el vuelo de la imaginación. De eso se trata: de imaginar. Por la lectura engrandecemos nuestras vidas, crecemos como personas, como sociedad, y por eso -también- nos imaginamos lo “imposible”. Una conocida frase de Paulo Coelho marca el sentido de estas reflexiones: “La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos”. Lo mágico, quizá, como una forma deforme de darle al existir un contenido aparte de la corriente habitual que nos atraviesa diariamente. Lo mágico entendido como pensamiento abstracto, que regenera o reflota mitos, tradiciones y les da movimiento, los hace presentes, los manifiesta fuera de toda lógica, remarca emociones y vivencias personales que dejaron una marca, marca a la cual esa “superficie de lo real” no le encuentra explicación. Desde estos conceptos previos, nació el proyecto que hoy se materializa como “Estancia Vieja Mágica”; una Antología que ha convocado, una vez más, a escritores y artistas plásticos del Valle de Punilla, como también de otras regiones e incluso de otros países, para compartir sus producciones. El resultado ha sido ampliamente exitoso, tanto por la cantidad de material recibido como por el contenido de los trabajos que respetaron, fehacientemente, la consigna establecida para este cuarto volumen. Y es inevitable subrayar que pese al actual momento complejo, tanto desde lo económico, lo político y lo cultural, la compilación y la edición de esta obra cobra más valor desde aquel desafío que fuera planteado originariamente. Es así que, a partir de ésta labor, recupera sentido el término política cultural, es decir, una programación de apoyo concreto y puntual por parte de una institución del Estado hacia aquellos sujetos social, geográfica y temporalmente situados, que se expresan a través de las distintas formas culturales y artísticas de una comunidad. Desde allí se trazan objetivos y se planifica el “hacer” cultural. Ésta IV Antología reafirma todo lo anterior y establece un significado que va más allá de una postura intelectual. Apunta, dicho sea de paso, a metas más ambiciosas y de índole popular. 4


Bienvenidos, pues, a formar parte de esta misión que nos hemos impuesto desde la Comisión de Cultura y la Secretaría de Turismo y Cultura de la Comuna de Estancia Vieja. Rudy Catoni Escritor Compilador

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LA MAGIA DEL BAMBA

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ADELA LEONOR BOSCARINO

TODA LA MAGIA DEL POEMA BAMBA Cuando Ataliva Herrera decidió escribir “Bamba, poema de Córdoba colonial”, optó por utilizar leyendas, mitos, tradiciones, que hablan de fantasías, de enigmas, de seres sobrenaturales… de magia. A lo largo de toda la obra aparecen duendes, brujas, divinidades, el mandinga, la Pachamama, la salamandra… y el cóndor, su musa inspiradora. Bamba recuerda su niñez junto a María Magdalena… los juegos infantiles… él era un muchacho ya garrido y ella frisaba los trece años. Por la noche, los mulatos se reunían en la cocina, a veces, Magdalena va a escuchar cuentos de duendes: “…en los días de estío, el duende sale a retozar a la hora de la siesta… al río de Saldán fue la india Dominga una siesta y apareció el mandinga… la Dominga quedó encinta… ¡¡Bamba es el hijo del duende!! decían. Mitológicamente los duendes son criaturas mágicas, misteriosas, juguetonas y traviesas…como los que viven en el bosquecito de Estancia Vieja… Según Paracelso, médico y alquimista del siglo XV, los duendes son seres interdimensionales invisibles a los adultos, pero no a los niños. Pero, Bamba y Magdalena crecieron y Magdalena se enamoró de Gaspar… “…Bamba retorcíase de celos… una noche… a grandes trancos, a Gaspar lo alcanza… su facón Bamba le hunde en el pecho… deja la ciudad… vive en la selva… la visión del crimen lo obsesiona a toda hora… una tarde sintió un bramido… es la bruja que le dice: ‘si me das tu alma, yo te cuidaré’… Bamba por miedo responde ¡hecho el pacto! “…Bamba ronda la casa de Magdalena… la lluvia azota en el tejado, se arrastra por los suelos, llega hasta ella… quien entre sueños lanza un alarido… con el bien codiciado entre sus brazos Bamba huye… lleva a su amada… Escribe Herrera: “…Bamba raptó una niña y escapa con la presa a la guarida, entre los algarrobos de las sierras de Córdoba…” “…Pachamama… divinidad de las sierras… del arroyo, de las flores, de los pájaros… de toda la naturaleza… por tu oculta senda, Bamba penetra en tu reino, llevando una virgen para hacerte ofrenda…” Según el mito, la Pachamama: Pacha: universo, tierra; Mama: madre, es una deidad a quien se le puede pedir un favor a cambio de un obsequio. Pasaron varios años, nacieron cuatro hijos varones, “… la familia sale a cosechar la algarroba...al niño más pequeño le hacen un mullido lecho… despacio… se desenrosca la lampalagua… a la criatura ha olfateado… lo engulle de un bocado… Magdalena lanza un grito… Bamba le corta la cabeza, le abre la panza y saca al niño aún con vida… pero sus ojos se han cegado… Bamba, mira a la infeliz madre… piensa en la bruja y van por ella… la Salamanca le dice: has de buscar la flor del lirio-lay, que cura la ceguera…” Se le llama Salamanca a las cuevas naturales que existen en algunos cerros, donde, según las creencias las brujas realizan pactos diabólicos; por ello se las llama indistintamente: brujas o salamancas. Los tres hijos mayores Magín, Crespín, Delfín, salen en busca de la flor.

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Leyenda de la flor lirio-lay: Delfín, encontró el lirio-lay… Magín y Crespín ven llegar a Delfín… pero envidiosos, le arrebatan la flor… y lo ultiman a estacazos… lo enterraron en la margen de un arroyo… lavaron sus manos fratricidas en las aguas que, alcanzadas por los rayos del sol brillan doradas como oro y según la tradición, de allí el nombre: Agua de Oro. Leyenda de Delfín: en aquella fosa nació un cañaveral…Delfín se transformó en una planta de caña, sus dedos son los tubos… Bamba salió en busca de sus hijos… llegó al cañaveral de Agua de Oro… con su puñal fabricó una flauta de caña… y el cañizal le murmura: “no me toques, padrecito, ni me dejes de tocar, que mis hermanos me han muerto, por la flor del lirio-lay”. Leyenda de Magín: Crespín y Magín partieron con la flor… el recuerdo del hermano los aterra… en secreto… cada cual la quiere... una tarde… fatigados, se echaron a dormir… Crespín alzó a Magín dormido y lo arrojó a un pozo de aguas profundas… por ello, la leyenda del Pozo Verde de aguas muertas. El ‘Pozo verde’ es una olla natural de agua de un intenso color verde, próximo al dique La Quebrada en Río Ceballos. Leyenda de Crespín: Crespín conoce a una hermosa muchacha… se hizo la boda… pasó un tiempo… Rosa se enamoró de un mozuelo… furioso Crespín llevó a Rosa a buscar nidos de catas en lo alto de un árbol… allí quedó Rosa, mientras Crespín descendía con prisa hachando los gajos, dejándola en la copa abandonada… Rosa lo llama ¡Crespín!, ¿Crespín?... piadoso el monte, cubrió todo su cuerpo de plumas, sus pies mudaron en garras, sus brazos en alas… Crespín, Crespín… lo llama por siempre Rosa… transformada en ave… Sola… Magdalena cuida a su hijo… teme… implora que no venga el ave que roba los niños… rendida se duerme… más, vino el pájaro agorero y le robó el último aliento al niño… el nuevo día sorprendió a Magdalena con su hijo muerto entre sus brazos… En la gruta los padres lloraban su pena… sus hijos nunca volvieron… “…llegó la primavera…el pichón de loro es un buen bocado… atado con un lazo a la cintura, Bamba pende en el abismo, la otra punta amarrada a un árbol sujeta Magdalena… de repente el niño gatea hacia la orilla del precipicio…Magdalena corre a salvar al hijo… El lazo que sostiene a Bamba se desenrosca y el cuerpo cae al vacío… Magdalena da alaridos de amargura… al fin encuentra una bajada al barranco… cubre de besos los despojos de su amado… cava con sus uñas una fosa... llena de angustia regresó a la gruta…

Según el historiador Félix Barroso, el canto de este pájaro anuncia la muerte, es un ave muy esquiva y solo anda de noche. “…Magdalena le hizo dos alas al niño… lo colocó en una cesta adornada con papeles de colores… en la rama de un manzano silvestre puso a su hijo… el aire lo mece… el niño se transformó en la orquídea de la ‘flor del aire’…” En este caso, Herrera cambia un tanto la leyenda popular original, que habla de una española que huyendo de un indígena se arrojó al vacío… asentándose al caer sobre la rama de un algarrobo transformada en una orquídea. 8


“…Hallan a Magdalena… A poco de andar encuentran el sepulcro de piedras que le hizo a Bamba y los huesos del perro que murió junto al amo. “…Si alguna mariposa grande y negra bajo el techo observáis, es el alma de Bamba…” Según el mito, la mariposa negra es un difunto que regresa para despedirse… “…Magdalena, llega a la ciudad… al estrecharla entre sus viejos brazos, su padre cayó muerto... la servidumbre musita: la amita esta endemoniada… ha de ser exorcizada el sábado de Gloria… lanza un grito mortal… Magdalena muere... le dan piadosa sepultura… Sobre la tumba se posa la ‘monjita’… una avecilla blanca… su piar es triste, suave… la monjita es María Magdalena, que tiende el vuelo hacia la sierra, testigo de su amor y de su pena… El autor hace referencia a la conocida leyenda de la “viudita o monjita”… Tal vez…el alma de María Magdalena y el de Bamba, sobrevuelan las mágicas calles de Estancia Vieja.

Adela Leonor María Boscarino, es historiadora; Miembro de la Academia Argentina de Genealogía y Heráldica; autora del libro “Nuevas Miradas de Córdoba”, 2016; Ganadora 1º Concurso de Ensayos, Secretaría de Cultura de Córdoba, 2011. 2º Premio Certamen: “Jesuitas”, Academia del Plata Córdoba, en los años 2008 y 2010; HUÉSPED DISTINGUIDA, La Cumbre, 2014; Participación en el “Congreso Internacional de la Lengua Española”, Córdoba 2019.

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Esteban Catoni: Poeta, artista plástico y diseñador gráfico. Nacido en Villa Carlos Paz. Tiene numerosos poemarios inéditos, y una amplia producción pictórica expuesta en muestras plásticas de la Ciudad de Córdoba, donde vive actualmente.

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ESCRITORES

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PAMELA ALEJANDRA ALTAMIRANO CREER

Jamás había creído demasiado en la magia, a pesar de ser fiel seguidora de literatura ficcional que la tiene como centro de la historia. Nótese la palabra que he decidido usar: ficcional. No perteneciente a la realidad, algo inventado, imaginario. Me gustaba leer libros y ver películas y pensar en cómo la imaginación de sus autores o autoras fuese tal como para poder llegar a ese resultado. Siempre siendo consciente de que sólo de eso se trataba, una sucesión de hechos o imágenes creadas por su mente, ideas posiblemente ancladas en su propia realidad, ya sea a modo de inspiración o para huir de ella. Pero… ¿Magia real? Difícil de creer. O bueno, ahora sé que no tanto. Debatiendo sobre esto me dijeron que deje de querer comprender la magia. -¿Cómo comprenderla si no existe? pensé. Y casi leyéndome la mente me refutaron diciéndome que empezara a prestar más atención. Con el paso del tiempo y como a toda conversación que no te resulta tan relevante, la olvidé. Ese fue un año difícil, en ocasiones no podía dejar de llorar incluso con el paso de muchas horas. Las pérdidas duelen, sobre todo esas que se dan por la decisión propia de la otra persona, de dejarte. Te rompen, dejan un vacío imposible de llenar. Ese año me vieron rota, me abrazaron y me arreglaron. Así, con esa facilidad y simplicidad con las que lo narro. No puede haber sido el calor, tampoco la mirada o la preocupación sincera y profunda por mí, porque ya tuve contacto con esas cosas y nada había pasado. En ese abrazo recordé la conversación, Quise pero no pude comprender, Y supe que fue magia. Ahora, como me dijeron: sólo presto atención. Ahora sé que sos vos, Que incluso puedo también ser yo. Sé que es mi hermano, mi mamá, mi novio, mi mejor amiga. Que es un abrazo, un beso, un lazo. Que es el sol o una canción. Existe y por fin lo sé, Está en todas partes, lo juro. Ya no quiero comprender. Pamela Alejandra Altamirano. Reside en Parque Síquiman. Es Profesora de Educación Primaria. Escribe relatos cortos autobiográficos. Prefiere la lectura de novelas

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SONIA IRIS ALTAMIRANO JORGE LUIS Y LA MAGIA

Bar de Bellas Artes. Siempre la misma mesa. Él, el más grande. Los jóvenes lo llaman “Maestro”. Pelean por ocupar la mesa “de al lado”. Escuchan de Funes, de Rosendo Juárez. Escuchan de El Aleph y Asterión. -“Hoy la Musas no aparecieron…” dice algunos días. Invita a que lo dejen solo. -“¡Adiós Maestro!, mañana volvemos”. La Magia de la Musas… dibujan historias en el papel… inventan personajes en la birome… recuerdan tramas que no fueron. La Magia de Jorge Luis. El más grande.

QUÍMICA

Tu olor, eleva fantasías. Tu aliento, remueve hormonas; tus manos, detienen latidos. Tu mirada corta la respiración… La piel erizada, la adrenalina borbotea, las neuronas se paralizan. Sólo los sentidos hacen sinapsis. Mi cuerpo baila al son del tuyo. El mundo no rota ni se traslada. La razón no explica la reacción. La biología no tiene la respuesta. ¿Qué Magia se produce? Entonces tú me rebelas este dogma absoluto, que explica nuestro amor: 13


Entre tú y yo, me dices, Hay Química…. Sonia Iris Altamirano. Profesora en Ciencias Jurídicas, políticas y sociales, ejerce la docencia en el Nivel Medio desde 1994. Integrante del Taller “Ecos de Palabras” filial AMA Bialet Massé, ha participado en variadas Antologías y Encuentros de escritores.

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ROSA ANARQUISTA EL CONJURO DE LAS FLORES

El verano azotaba con su cálida brisa. Soplaba el viento aquella tarde cubriendo el cielo de nubes, como llenándolo todo de algodón. Los pájaros salieron a despedir al Sol y vieron asomarse a la Luna, más temprano que de costumbre, mirándolos, como haciéndoles un guiño de complicidad. Volaban presurosos para llegar a tiempo a sus nidos así que no alcanzaron a descifrar el mensaje. Algo extraño, largamente esperado, sucedería por estos lugares. Algo que hacía tiempo no ocurría. La Luna cumplió pacientemente su ciclo de círculos infinitos. Y cuando estuvo redonda y grande, infundió su luminosa energía sobre la Tierra, se conjugó con el Sol y esperó. Desde las profundidades, el corazón de la Tierra comenzó a latir, con su llamado de tambores lejanos venidos desde la tribu inicial. Arriba, en el Cielo, lugar de los ancestros del hombre, Ancianos y Ancianas oyeron los sonidos repetidos y urgentes. Cielo y Tierra se unieron. Había llegado el tiempo del reencuentro. Simples y pequeñas eran aquellas flores, Estaban escondidas entre las matas, se mimetizaban con el monte, para parecer invisibles. También les tomó tiempo asomarse a la luz, hasta que crecieron expandiendo un aroma intenso, como de elixir mágico, como de fragancia de azahares. Ajenos estaban ellos a lo que estaba ocurriendo, y sumidos en un sueño hipnótico, se dejaron envolver por el poder de aquel perfume. Ella y él caminaron llevados por el instinto, descubriendo de nuevo el camino que tantas veces habían recorrido. Y se abrió un paisaje nuevo ante sus ojos. Ya hemos estado aquí, -le dijo ella-. En otro tiempo, en otros cuerpos. Cuando el amor era simple y puro, y el corazón era amo y no esclavo. Aquí estuvimos juntos celebrando los frutos de la Tierra Madre y agradeciendo al Padre Sol con nuestros cantos. Mil días con sus noches estuvimos aquí frente a esta Puerta Sagrada recibiendo las bendiciones de la Luna. Encendiendo fuegos bajo las estrellas. Danzando, amándonos, gozándonos sin límites. Él la miró sorprendido, asustado como un niño, con sus ojos profundos la besó como no pudieron animarse sus labios. Ella lo tomó entre sus brazos, sin miedo, y le dijo al oído: hemos venido aquí a recordar quienes somos. Y lo amó hasta la siguiente salida del sol. Hubo una fiesta en el Cielo y otra en la Tierra aquella noche. Un hombre y una mujer se animaban a recuperar su esencia verdadera y todo volvía a comenzar.

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LA BRUJA Y EL HECHICERO

Si el Hechicero se enamorara de la Bruja ya no serían ellos, sino otros. Y deberían dejar atrás la magia y dedicarse a las cosas del mundo. No se ocuparían de sus escobas ni agitarían con ansias sus baritas. Desecharían los hechizos los conjuros y las revelaciones. Escaparían de todo intento de adivinaciones. De lado quedarían las extrañas pócimas de excitantes aromas, oscuros colores, amargos sabores. Elíxir misterioso, sanación de los cuerpos y de los corazones. Presagios y lecturas del futuro, sonidos temblorosos del pasado quedarían olvidados… Si el Hechicero y la Bruja se atrevieran a adentrarse al Amor ya no serían ellos, serían otros. Un hombre, una mujer, seres comunes. Se desconocerían al mirarse al espejo. Se morirían de miedo, de tristeza, de desilusión y la incertidumbre les paralizaría el corazón. Se volverían locos de pasión y perderían definitivamente la razón. Así que han decidido no hacer caso y pasarse la vida sin mirarse a los ojos, sin rozarse la piel, sin escucharse, sin oler su perfume, sin gustar sus sabores. Y dedicarse enteros a la magia por no atreverse a saber del Amor.

Rosa Anarquista es María Verónica Catania. Nacida en 1973 en Mendoza. Actualmente vive en Tanti. Desde 2014 escribe poemas y cuentos breves.

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FÉLIX ARGUELLO ENSOÑACIONES

Arturo Santillana estaba convencido de su pertenencia a Estancia Vieja, allí había nacido en el año ´37. Y aunque jamás mantuvo dialogo con vecino alguno, sentíase un nativo más de ese lugar. Conocía la historia de cada habitante de esa pequeña villa y hasta la extraña historia de su fundación. Que era parte de otra historia mucho más extensa y más cargada de sobresaltos y misterios. Aunque no guardaba registros de haber cruzado palabra con nadie en el largo trayecto de su vida. Tenía la certeza de haber acompañado cada instante de todo acontecer en el lugar, con su presencia, con su silencio respetuoso y esa timidez que lo acompañó hasta el final. Sin embargo, aquella noche de febrero cuando estaba a punto de cumplir sus 82 años. Por primera vez se le ocurrió mirarse en los reflejos de una charca junto al río, sorprendiéndose al comprobar que su figura no lograba reflejarse en esa superficie oscura. Donde sí pudo ver la bóveda del cielo, las estrellas, algunos árboles cercanos y hasta el raudo paso de una luciérnaga volando a voluntad con esa intermitencia de destellos. Y por más que se esforzara en encontrar su figura reflejada sobre el charco, no lo pudo lograr. Aquella noche le rondó una inquietud que no le permitía conciliar su sueño, tuvo pesadillas de las más extrañas. Por primera vez dudó de su existencia, imaginaba ser un sueño dentro de otro sueño, respondía a voluntades ajenas a sus razones y se arriesgaba más que nunca a desafiar el orden lógico de aquello que se definían como cuerdos. Una irreverencia jamás imaginada animaba sus sueños, sólo temía despertarse. Por primera vez quiso ser él en la mayor dimensión que la libertad le permitía. Y se negó a despertar, apretó sus ojos aún con los párpados abiertos y los fijó en un punto indefinido por donde podía ver el rastro de las galaxias alejándose sobre el tiempo infinito. Hoy no dicen aquellos que se encargaron de su sepultara, que su cuerpo parecía raramente iluminado, tenía en sus retinas el más profundo dejo de ausencia y nada de lo que rodeaba su presencia proyectaba sombra alguna. Lo sepultaron un medio día ardiente de febrero, con el sol vertical sobre el cortejo, pero sin una sola sombra que se proyectara en medio de tanta luz radiante. Algunos especulan que Arturo Santillana fue un sueño colectivo de esa comunidad ávida de misterios y de magia, que hoy se adormece al costado de una curva de la ruta 38. Esperando quizás que un hecho mágico le devuelva el esplendor de esa leyenda donde el amor del indio Bamba y de María se inmole nuevamente como ejemplo, en esta sociedad tan alejada de lo esencial y de lo mágico, y tan comprometida con lo superficial y con las formas. Félix Argüello nació en Oncativo, Provincia de Córdoba. Actualmente vive en Villa Carlos Paz. Vagabundo lunático y hombre en su búsqueda, desde siempre. Aficionado a las letras y a la vida como todos. A veces conforme con su armonía y otras aguantando los bajones. Que resiste y resiste alumbrado por la débil esperanza de escuchar que la voz del amor, al igual que la de Lázaro, una mañana me despierte y me diga levántate y anda.

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MARÍA LILIANA BADRA VIDA DESPUÉS DE LA VIDA

Pocos días después de tu muerte, madre mía, hubo señales: de otra forma, estabas viva Al caer el tinte, en el lavabo quedó plasmado el mismo cuadro que habías pintado y estaba arriba en la pared ¿Coincidencia? No lo es Se repitieron mil señales -¿Quién me va a dar hojitas de laurel, madre querida? -pensé Y al ir a limpiar tu casa un brote de árbol, que antes no había, crecía en él En el dique, mariposas, en el lugar que compartimos y hablamos de ello, se me asentaban en la piel Y al ir a pintar la puerta deslucida, pensé: “si es señal de que estás viva, lo que sucedió aquella vez, que le vea forma a la mancha que va a quedar al arrojar el “líquid paper” Y mi alma aún se conmueve: tu silueta madre mía, quedó plasmada esta vez Creo en lo mágico, lo he comprobado Sé que estás viva donde estés

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¿MÁGICO? Todo lo que existe lo es

Caballos en estampida avanzaban hacia el auto -"¡Prepárense para el impacto! "Nos dijeron… Era niña, tenía seis Con fe a nuestra Virgencita le recé Y lo mágico surgió: Caballos fueron estatuas, congelaron; En seco, sin jinetes, se frenaron ¿Un madero finito trabó el carro? ¡Nadie lo podía creer! Yo sí veo y confío en lo que es: ¡Todo es magia! Solo pídelo con fe ¿Cuándo lo aprenderás, tú, a ver? María Liliana Badra, compositora, amante de la vida, de la gente, de la danza y de los animalitos. Es sana y plena y eso se lo da la energía positiva y los buenos pensamientos. Su mayor satisfacción es amar y ver a las personas felices a su alrededor.

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NOELIA ANDREA BERTONE MAGIA EN ESTANCIA En algun lugar de este mundo, En una zona agreste y natural, No por eso menos bella y especial, Vive mucha gente que ama levantarse y disfrutar: la vista de increíbles montanas, el verde de los prados, el celeste o azul del cielo, los astros cuando se muestran gigantescos; porque en ese lugar llamado Estancia vieja todo se ve mas lindo y grande, como si los seres elementales y lo natural, ahí, fuera tan real, tan magico... Un verdadero regalo. Los lugarenos cuentan muchas historias, uno cuando llega y escucha queda anonadado, sorprendido, atrapado por tan maravillosos relatos y por el amor en esa porcion de nuestra madre Tierra. Algunos dicen que durante el crepusculo, bien temprano al alba, el Sol y La Luna se abrazan, ella le canta a la tardecita y el en cada mananita. Tanto se aman que, por momentos y períodos cortos de tiempo, se unen y funden en un abrazo lleno de amor. No podemos verlo directamente porque es tanta la felicidad de ambos, que la luz que emanan en demasía, Puede danar nuestros ojos físicos. Somos afortunados de vivenciar instantes magicos, el amor flota en el aire, la alegría llena los hogares y los ninos escuchan historias, ven lo que ocurre naturalmente, creen en todo lo que sus ojos captan y oyen lo que nuestros oídos tal vez no, de esa manera tan pura como solo ellos lo hacen. La Magia vive en cada ser, a veces, crece y se propaga hacia otros espacios, 20


otras tantas, necesita de alguna accion que les recuerde que hay hechos que solo vemos con los ojos del corazon o del Alma.

ELEMENTALES QUERIDOS

En cada arbol, debajo de las piedras, en algun huequito se escondera algun Gnomo o Duende que trabaja día y noche para que nosotros disfrutemos de la vista de bellas primaveras, maravillosos follajes, diversos colores en plantas ornamentales, de hogar o silvestres. En el agua, con semejantes piedras, helada por naturaleza, las Ondinas cuidan de nuestro elemento vital, intentando proveernos de ella para disfrute y guiandonos para ser los protectores de esos espejos de agua que reflejan el vasto cielo lleno de luz, fantasía y esperanza. Los Silfos, protectores del aire, nos regalan pureza para respirar; a veces, cuando las temperaturas se elevan o cuando algun desastre natural o no, malogran el aire, se mueven de aquí para alla, buscando y encontrando soluciones para que respiremos en paz y sin miedo. Y las Salamandras aparecen cuando el frío asecha, anuncian la llegada de otra estacion esplendida, muy diferente a las otras y necesaria, porque mientras afuera todo se congela y muere, por dentro, debajo de la tierra, hay vida esperando volver a nacer. Ellas dibujan figuras frente a nuestros ojos, estan de fiesta y nos invitan a imaginar, a crear y a creer en lo posible e imposible. Tambien nos ofrecen calidez para descansar y sonar, Y a la manana, al despertar, observar el manto blanco en inefable cordon montanoso.

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Cada ser natural-elemental cuida de nuestra Tierra. Se enojan como nosotros cuando la danamos. Se alegran y se muestran, cuando estan agradecidos, por cuidar de nuestro hogar natural y nos dan la posibilidad de creer que algo o alguien trabajan con nosotros a la par.

Noelia Andrea Bertone: Comencé desde pequeña en este mundo fantástico de la Literatura leyendo, creando, imaginando, disfrutando de mi madre al escribir algún poema para otras personas. Luego, amplié mi universo y comencé a concurrir a talleres, a encuentros literarios, a mostrar mis escritos, disfrutar y aprender de cada ser con el que me encontraba. En las escuelas, donde di y doy clases, siempre transmití y transmito mi emoción y vocación por la lectura, narración y escritura; por la creación e inspiración en sí.

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MATÍAS BIANCHOTTI CRÓNICAS DE UMARILLA Llevamos cinco días caminando tras las huellas de los farfulleros. Nos adentramos muy profundo en el bosque. Por un camino apenas marcado por el paso de animales. El aroma a los pinos y abetos nos inunda las fosas nasales. Estamos cansados. El peso de las armaduras se incrementa con cada paso. Pero no podemos descuidarnos, esas criaturas son muy traicioneras. Volvía a caer la noche y llegaba ese momento en el cual uno se pregunta si no nos habremos equivocado al aceptar esta misión. No es que el pago sea poco sino el hecho de volver vivo para cobrarlo. Nuestra hermandad se basaba en la lealtad. Y ninguno de nosotros carecía del valor para dar su vida en pos de la de nuestros hermanos. Y eso nos ayudaba a descansar. Como todas las noches, antes de cenar, Evans eleva a los cielos su medallón dorado en forma de sol y recita unas plegarias, bendiciéndonos, y puedo jurar que sus manos se iluminan y nuestros corazones se llenan de paz y de valor. Mientras Jebus prepara, una vez más, su famoso e insípido estofado de conejo según una antigua receta élfica que su abuela le enseñó. Este es el momento que me gusta sacar mi viejo laúd y entono viejas canciones de batallas y héroes. Ligus, nuestro venerado mago, comienza a desenrollar viejos pergaminos y pone cara seria mientras estudia nuevos hechizos. Y el rítmico raspar de la piedra sobre el acero mientras Tracius afilando a Hookaiser, su espectacular mandoble sagrado, convierten un campamento improvisado, en medio de un oscuro y apestoso bosque, en lo más parecido a un hogar. Los humanos necesitan más horas de sueño. Por lo cual Evans y Tracius toman la primera guardia. Luego siguen los elfos quienes alardean que cuatro horas son suficientes para un descanso reparador. Y los gnomos preferimos ver cuando el sol se asoma, aunque en la espesa bruma del alba solamente nos queda imaginarlo. De lo que sí estoy seguro es que no imaginé el sonido de pisadas, muy tenues, casi imperceptibles, pero ciertamente no eran de animales. Me quedo inmóvil, sin respirar, tratando de discernir en qué dirección proceden. Son tres o cuatro, seguramente una patrulla, y pasaron como a veinte metros del campamento, En pocos minutos ya nos encontrábamos tras el rastro de los farfulleros. Su olor es inconfundible como a perro sucio, mojado y que lleva varios días muerto. Los seguimos durante media hora, nunca se percataron de nuestra presencia, lo que no tienen de inteligente lo tienen de peligrosos. Y sabíamos que la única forma de vencerlos era con un ataque sorpresa. Los seguimos hasta su guarida, una enorme gruta la cual albergaba a cientos de ellos. Estos asquerosos saqueadores. Semejantes a perros humanoides medían alrededor de un metro y medio y estaban bastante preparados para dar batalla. En su mayoría llevaban unos chalecos de cuero y empuñaban espadas cortas, enfrentarlos cara a cara sería un completo suicidio. -Debemos enfrentarlos cara a cara – dijo Tracius mientras desenvainaba su espada de casi metro veinte. -Deben morir todos, así pagan por todas sus atrocidades. Se escuchó un suave tintineo de la cadena al tensarse por el peso del mangual -Estoy listo-dijo Evans- y Baator tiene sed de sangre. Ligus pronuncia unas palabras completamente ininteligibles y 23


se vuelve invisible. Y lo que antes era un pequeño elfo de un metro cincuenta llamado Jebus se convirtió en un enorme oso negro de más de dos metros. -Narigorn cuando te dé la señal comienza a disparar tus flechas. No debemos dejar que ninguno salga de la cueva- me dijo el Evans, el enorme sacerdote en un susurro. Acto seguido salieron corriendo y gritando como enajenados. Una mano invisible se me posó en el hombro y escuché la voz de Ligusque. Me decía- Tranquilo amigo nos acerquemos para poder ver la batalla de cerca, pero no tanto-, el ruido del acero golpeando. Los gritos de la batalla y la adrenalina hacen que no se esté muy consciente de lo que ocurre. Disparo tantas flechas como mis cortos brazos me lo permiten. El brazo invisible de Ligus nos guio hasta ubicarnos casi enfrente de la entrada a la gruta. A la derecha, el paladín con su mandoble no dejaba de asestar golpes, a la izquierda, el sacerdote hacia girar la cadena de su arma haciendo volar farfulleros hacia todos lados. Y en el centro de la escena un enorme oso negro parado sobre sus patas traseras daba zarpazos a diestra y siniestra. De pronto, a mi lado, comienzo a escuchar unas palabras similares a las que se oyeron antes que desapareciera Ligus. Éste vuelve a ser visible, y mientras pronunciaba el hechizo y movía sus manos, una pequeña esfera comenzó a formarse entre ellas. Tomando la forma de una pequeña esfera de fuego. Y al extender sus manos ésta salió despedida como una centella, dejando una estela de humo y chispas como de brasas. Incrementando su tamaño y velocidad y explotando con una violencia increíble que me arrojo varios metros hacia atrás. Cuando logro despejar mi mente y abro los ojos, veo una mano extendida que me dice -Levántate valiente Narigorn, levántate que nos acabamos de convertir en héroes, y lo que es más importante-dijo- ahora somos Ricos.

Matías Bianchotti: Nací en Córdoba y llevo poco más de tres años viviendo en la Comuna de Estancia Vieja. Me atrae la literatura fantástica donde mi mayor experiencia consiste en relatos hablados de historias y cuentos, creando un universo del que ya llevo más de veinte años de existencia. UMARILLA.

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BEATRIZ BILLORDO DESOLADA Hoy estoy desolada. La AMERICA, una balsa sin rueda de timon. La oscuridad se asoma, cambia el rumbo. El horizonte no se deja ver. Siempre en la busqueda de un camino a seguir. Sus hombres hoy son sin manana porque EL GIGANTE, siempre esta al acecho husmeando para encontrar un zorro que se haga el muerto, que coma las semillas y las raíces. Esta escondido, nadie lo ve pero asoma como un cordero manso, con sonrisa amplia ante el despiplume de un gallinero. Ellas, BRUJAS OSADAS, castigadas por el anonimato se convierten y se visten de quebracho, espinillos, paja dura, se encolumnan con sus escobas; vuelan por el aire ennegrecido por las bala y tanquetas; se niegan a doblegarse a perder la dignidad, a defender lo mas sagrado, EL GRITO DE LIBERTAD.

Beatriz Billordo, es nacida en la tierra del quebrachal (Resistencia, Chaco). Estudió en la Escuela Normal Superior de Profesores “Alejandro Carbó”. Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación (U.N.C). Actualmente jubilada en Córdoba capital. Hoy reside en El Valle de Punilla desde el año 2011 y es miembro desde el año 2012 de América Madre Institución Cultural Internacional filial Bialet Massé, Córdoba.

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NORA LILIANA BUSSO MAGIA Los Chorrillos te surcan sin tapiales colinda tu misterio Los Gigantes tus pozos delicados manantiales te abrigan de bullicios resonantes. Custodia el indio Bamba tu latido tu vista privilegia el ambiente el viento peregrina su sonido esparce sus azahares y simiente. La vena colosal de tu pantano habitan las tortugas sus amores; solaz de regalía el hortelano cultiva osadía entre las flores. Cascadas naturales, tibia arena tranquilo ánimo brinda al caminante tu paz nos va alejando de la pena nos guía al edén de lo brillante. Sábato reposado en tu orilla nos deleitó con su pluma escribiente; su talento aún hoy en el mundo brilla. Nuestro Escritor, nostalgia, sol naciente. Quien quiera conocer destino aislado recorra esta Vía Láctea añeja el murmullo de paz y lo soñado lo descubrirá en Estancia Vieja.

AMANECER Amanecer asombroso y tranquilo, tu voz vas perfilando entre las frondas, esparces tu sonrisa con sigilo no quieres asustar a los zorzales que anidan en las copas esponjosas buscando alejar todos los males 26


Amodorras las aguas espumosas del arroyo azulino en su pasar, alejas las estrellas, que mimosas nos brindan cada ocaso, su soñar… perfumas el jardín que cantarino se despereza lento con tu andar. Deshojas tu fragancia y tu trino nos das en tu columpio del ensueño: poemas melodiosos de tu sino. Subyugas tan serena y con empeño: la luna, el río, el cielo y la bonanza, el corazón de novia y su sueño, el anhelo anhelante. Tu semblanza nos brinda brillo de oro, amor y paz y una flamante espera a la esperanza.

Nora Liliana Busso: Vivo en Villa Carlos Paz, Provincia de Córdoba. Soy Profesora de Castellano, Literatura y Latín. Pos título en Letras Modernas U.N.C. y en Lírica y Narrativa Española U.C.C. Participé en Congresos de Educación, Cursos de Lingüística, Literatura y Poesía. Como poeta participé en diversos concursos Nacionales y once Antologías Nacionales e internacionales en las cuales obtuve cuatro menciones en poemas.

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LIBIA BEATRIZ CARCIOFETTI ESTANCIA VIEJA, MISTERIO Y MAGIA Entre las sierras y el lago hay una estancia muy vieja donde aparecen los duendes y las hadas despliegan su magia. Arboles añosos donde se esconden los sueños de seres que la habitaron y el paisaje encantado por las aves muy visitado. El sol se posa en las mañanas sobre las rocas y brillan con tonos que van desde el plata hasta lograr el dorado. En el otoño las hojas visten la estancia de gala rojas las hojas, granate amarillas y naranjas. La Estancia huele a jazmines y el río que la cruza despide olor a lavanda. Paraíso si los hay en esta reserva encantada donde Dios posó su mano para que podamos admirarla.

ESTANCIA VIEJA, MISTERIO Y MAGIA Estancia vieja y sus aguas mansas custodiada por gigantes que a su vez transmite paz. Un enorme macizo es el centro de escalada que anima al turista y lo invita a desafiar las alturas rocosas de piedra caliza que se viste de blanco cuando el sol brilla más. Un lugar encantado 28


que no muchos conocen sin embargo Ernesto Sábato allí se supo inspirar para escribir su libro UNO Y EL UNIVERSO en una tapera elegida donde supo posar. El misterio y su magia se huele al entrar bordeando el arroyo mezclado en Los chorrillos del Pozo de las tortugas con licencia ancestral. En lo alto se oye el grito "Sambuíte" y el clavadista osado lo hace sin dudar. Parece un pueblo de leyenda pero es de verdad... Solo que con magia y misterio no se puede pedir más. El turista curioso seguro lo ha de visitar.

Libia Beatriz Carciofetti: Nací en Villa Constitución (Pcia. de Santa Fe).Tengo publicado dos libros… “Hojas de laurel” y “Juntos...pero separados”. Participé en 30 antologías en Argentina, España y Brasil. Recibí el Premio Bienal a la trayectoria en el año 2014 y el Premio Reina del Plata en Bs. As. 2018. Y en el mes de Noviembre/19 convocada a recibir “El ARCO DE CÓRDOBA”. Canciller Cultural de ASOLAPO (Asociación Latinoamericana de Poetas, por Santiago del Estero). Presidente en Argentina de la OMT (Organización Mundial De trovadores). Represento en Argentina a la UBT (Unión Brasilera de trovadores). Miembro Honorífico de SIPEA. En 2019 la Cámara de Diputados me dio un reconocimiento a mi trayectoria con distinciones internacionales y nacionales. Pertenezco a la SADE, filial Santiago del Estero, y soy miembro del Grupo Literario Reencuentro de mi provincia.

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ESTEBAN CATONI I

Tumores lunares. Asfixiado entre la tinta, babea el niño en su cuna. Villancico y canción de noche, para una mente que sangra. Lactante de pecho endiablado, duendecillo de tinieblas celestiales. Babea el niño en su cuna, mientras se precipitan las sonrisas entre los escombros y la sangre se acobija en el barro. Ráfagas de alarido despiertan en la tumba. Merodean cuervos desaforados. La carne humea, Babeando su grasa desde la cuna. II Muere el sol, y la luna que amamanta el río me satisface con su savia. Alarido interminable, blancura endemoniada, duende rabioso. Caen cenizas, pregonando por sus recuerdos, por tus caricias. En la lejanía de tus besos, mis ojos, cubiertos de un lodo fantasmal.

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III La luna escapaba arrastrando la noche. Duendes ancestrales a la orilla. Tu sangre parloteando. Gusano endemoniado. La bocas segregaban el sándalo, las alimañas de tu vientre enjauladas. Mis ojos que supuran. Es tu nacimiento, me hace niño, me hace Diablo.

Esteban Catoni, poeta y artista plástico. Diseñador gráfico. Nacido en Villa Carlos Paz. Tiene numerosos poemarios inéditos. Ha participado en varias Antologías, donde se destacan: “Un refugio en el Siglo XXI”; Línea Abierta Editores, Bs.As., 2000; “Mundo poético”, Editorial Nuevo Ser, Bs.As., 2003: “Undécima Publicación anual de SALAC”, Córdoba, 2004; “Espuma de rabia”, Plaqueta de poesía, Editorial La Creciente, Córdoba, 2004; “Desde algún lugar”, Quo Vadis Editora, V.Carlos Paz, 2012, y en la II, III y IV Antologías de “Estancia Vieja”. Vive actualmente en la Ciudad de Córdoba.

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VALENTINA CATONI AQUEL TREN Búscate en el cuadro sapiencial donde gira el carrusel con sus caballos dorados y la música que suena abrazando palabras de amor. Esto de “nací muy tarde”…, y los versos que nunca comprendiste, tomaron las riendas de mi andar. Sólo permanecí bajo la lluvia, tibia por fuera e hirviente por dentro. Era un puente tan ancho donde las olas se perdían a lo lejos, entre mi cielo negro y sus ojos azules. Pues no, no eran tus partes íntimas ni tu calor en invierno, o tus paseos en coche, cuando la luz de la luna pedía a gritos una simple mirada; era el tren que no supe tomar mientras tu caminabas eligiendo algo que comprar. La locura que llevaba cada noche y nuestra afinidad que los soles marchitaron. Suéltame libre sobre el mar, que alguna vez siendo pez pude nadar. No te acerques con tu aroma pudiente y tu estúpido placer de pensarte culta. Tu enemigo hoy te disfruta en la cama recitando poemas en francés, mientras tú observas la marca del pincel. Llénate de joyas maravillosas, que en eso de volar puedo hacerlo sola. Me llevaré las monedas blancas y negras, las historias de mi abuela y la receta de tu vacío existencial. Los libros vuelan conmigo.

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ARMADURAS Acompáñame a soñar con mujeres Libres Donde la pérdida sea parte Y no consecuencia Y el dolor sea un momento Y no una herencia. Caminemos por allí desnudas Ya que no existirán voces Que hostiguen nuestra figura No florecerá el miedo por no llegar Vivas a oscuras También nos vestiremos De armaduras En honor a esas mujeres Que desaparecieron sin vestiduras Búscame en los callejones Pintados Donde se esconde la muerte Y desvanecen Los vestidos cortos Y los tacos altos Allí, iniciaremos otra historia.

Valentina Catoni, joven poeta de la Ciudad de Córdoba, ha editado algunos de sus trabajos en los mensuarios “Guiarte en la Cultura” (V.C. Paz) y “Haciendo Camino” (Tanti). Tiene inédito su poemario “De los huesos perdidos”. Es Técnica en Medios Audiovisuales por la UNC, ejerciendo actualmente su profesión en su ciudad natal, luego de haberse desempeñado un tiempo en empresas de Asunción, Paraguay.

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RASELI COLLA PÉRSICO SINFONÍA

Sangra la magia del amor, en el rojo punzó que viste del pimpollo las entrañas, se asoma al rodar salobre de la lágrima; que en los pentagramas del alma ebria de emoción espía el color de las mañanas; y de cuerpos confundidos en la entrega, la vida palpitando de la piel en cada espera, del vientre desvelado, barra de amor ardiente, fecundando la semilla. Del corazón en vuelo, en maga sinfonía. Amor y magia, en el mago aleteo de los besos, en las manos tibias desnudando anhelos, en los hondos laberintos de la pasión que gime y en húmedos latidos se consume.

MAGIA Estancia Vieja...; maga burbuja atrapada entre las hebras del tiempo, vaga tu magia en los cerros por tus ecos peregrinos; y el blancor de las estrellas viste de novia las cimas. Ronda tu magia, Estancia Vieja...; en el andar perpetuo de la luna, salpicando con luciérnagas errantes el vientre azul del infinito. Tu magia, Estancia Vieja...; recuesta sus latidos en el huir del río peregrino, sensual cintura de muertos calendarios. Eres magia, Estancia Vieja...; magia de la flor, en la hendidura de la roca milenaria, magia del ave y sus alas, 34


del viento y las alturas. Magia del amor, del beso y la palabra, magia de Dios, en el divino celaje de su entrega. Eres magia, Estancia Vieja. Eres magia, y eres vida.

Raceli Colla Pérsico vive en Bialet Massé. Concurre en el Taller Literario "Ecos de Palabras", de América Madre, filial Bialet Massé. Ha participado de Congresos Internacionales. Publicó los libros "Mariposa de Luna" y " Vuelos del Alma". Integrante de varias antologías y publicaciones literarias.

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ANA MARÍA CONTRERAS LOS TRES SUEÑOS

Se me cayeron tres sueños mientras dormía y escaparon con las luces del nuevo día. Una madre que barría en la vereda sin querer barrió mis sueños de primavera. ¿Dónde andarán mis sueños? Me preguntaba. ¿Por qué se habrán escapado si los amaba? Porque vuelvan a mi lado me dormiría y con un lazo enamorado los ataría. Pero no quieren mis sueños vivir atados ni siquiera con lazos enamorados. Nuevos sueños inventados habrán esta noche. Si vuelven los que escaparon ¡Ningún reproche!

Ana María Contreras. Amiga de inventar, jugar y descubrir el encanto escondido en las cosas simples de la vida, ha querido traducir en poemas, imágenes y sonidos, su vocación de crear. Docente en la vida, es ahora abuela de quienes, con sus risas pequeñas, corridas ligeras y ojitos brillantes, son la inspiración de sus escritos, A ellos les dedica estos pequeños tesoros.

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SANDRA COSTILLA MINDFULNESS: LA MAGIA DE LA PAZ INTERIOR

El concepto de Mindfulness nació hace muchos años en el mundo oriental. Significa “atención plena” “aquí y ahora”. Poder desarrollar la capacidad de focalizar nuestra mente en lo que está sucediendo nos ayuda a poder prestar mayor y mejor atención a lo que nos está pasando en este momento. Cuando podemos concentrarnos en el aquí y ahora, es como si hiciéramos un alto, una luz roja que solo nos detiene para poder disfrutar de lo que pasa ahora en nuestras vidas, tomando conciencia de que es sólo por este momento y luego ya se fue, no regresa. ¿De qué manera incide en nuestra vida? Cuando la mente humana camina más rápidamente que nuestro cuerpo, seguramente nos estamos perdiendo muchas vivencias importantes de nuestra existencia. Ser capaces de detenernos, observar, oír, oler, percibir y sentir con todos nuestros sentidos desplegados plenamente, hace que nuestro día a día cobre un significado especial, ya que apreciamos la vida como una gran bendición y un regalo que se nos presenta con cada amanecer. Poder abrazar ese momento único de lo que nos está sucediendo ahora nos aleja de los ruidos, las agresiones, los malos tratos, los gestos bruscos, que seguramente siguen sucediendo pero no nos afectan tan de lleno en nuestro vivir cotidiano. El ritmo de vida que nos envuelve cuando comenzamos nuestro día, a veces sin querer, nos enreda en esa trama de la que es difícil salir si no nos detenemos un momento a respirar profundamente dos o tres veces, a percibir cómo esa respiración recorre nuestro cuerpo y llega hasta nuestro cerebro oxigenándonos para lograr la calma y la tranquilidad nuevamente. Quienes aprenden esta técnica de “supervivencia” hoy, seguramente con el tiempo aprenden del mismo modo a centrar el eje de sus vidas en lo que realmente importa, en lo que nos humaniza en nuestra relación con ese otro, con el próximo, con quien tengo a mi lado. Así, vamos siendo capaces de poder entretejer nuevas redes de contención, de amor, de solidaridad y de empatía con ese “otro” que registro a mi lado, con mi par, con quien siente como yo. Por eso, la conciencia plena, también tiene su relación con el amor, con cuánto yo me quiero, me valoro y así, cómo yo puedo ser capaz de amar también, de acompañar, de escuchar. Siendo el amor el motor que mueve al mundo, nuestro paso por este viaje llamado vida se convierte en uno mucho más placentero, si dejamos que la Luz Divina se apodere de nuestra mente y nuestro corazón, protegiéndonos como con una coraza con su gracia y con su bendición. Sandra Costilla: Nacida el 24 de septiembre de 1966 en Córdoba, Argentina. Traductora Pública de inglés, con formación pedagógica. Directora del instituto privado de inglés Coolsville en la ciudad de Córdoba. Formación en MBA- UNC. Docente de inglés en la Escuela Hospitalaria y Domiciliaria Atrapasueños. Docente en escuela privada de nivel medio en la ciudad de Córdoba. Autora de material de capacitación para inglés en empresas. Capacitadora en distintas empresas de la ciudad de Córdoba como docente In-company. Capacitadora para exámenes internacionales de la universidad de Cambridge y Trinity College y formadora de cursos online de inglés en distintos niveles.

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LUISA ESTELA CRUZ VIVIR SIN ÉL

Dejó caer la noche, un cielo sin compasión ni estrellas. Un tiempo terminaba y yo quedaba sola, sin mi hombre amado. Condenada a sufrir esa cruel manera de vivir sin él. A desandar… cual pájaro solitario en vuelo en medio de la nada.

GRIETAS Inaudita realidad carga hoy mi cántaro. ¡Dolorosas grietas! Estallido que sólo escuchó la madrugada.

Luisa Estela Cruz, reside en Cruz del Eje, Provincia de Córdoba, ciudad en la que ha participado en diversas actividades, vinculadas con el Arte, tales como: la Pintura, el Teatro, el Canto Coral y la Poesía. Asiste a eventos literarios. Ha publicado los libros de poesía: “Ruedas de luna” y “Los sonidos de la fuente”.

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MARÍA SILVIA DELGADO TIEMPO DE LA NIÑEZ

Tiempo de la niñez, tiempo de sueños, tiempo de risas y de recuerdos, de encantos, también de llantos. Tiempo de inocencia y de descubrimientos que van corriendo con nosotros a medida que crecemos. Mirarnos con los amigos, sin premura y sin maldad, acariciar con la mirada y entregarnos a esa verdad que se llama amistad. Retroceder en el tiempo no es lo mejor que se puede hacer, pero nos ayuda a la sonrisa de encontrarnos otra vez. Amontonamientos, empujones, burlas, risas por doquier nos seguirán acompañando, alimentando nuestra alma con ese encogimiento, propio de un recuerdo que agranda nuestro corazón a medida que más nos alejamos. Tiempo de cumpleaños, de tortas, de chocolate, del entusiasmo propio y de expectativa del regalo, que era la culminación de una espera con esperanza de sorpresa. Vivencias hermosas, que no volverán, que nos apuntalan con esa alegría propia de lo que fue: el tiempo de la niñez.

María Silvia Delgado, es Profesora de Corte; cuidadora de ancianos, Tercer año de medicina sin poder recibirme por problemas económicos.

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Diego Valencia: Joven de 25 años nació y reside en Los Ángeles, California. Hijo de padres inmigrantes (madre cordobesa y padre mejicano) por lo que fue criado en un ambiente pluricultural y bilingüe. Artista plástico, músico y diseñador gráfico de una empresa textil (All Aspects Apparel). Realiza sus originales ilustraciones sólo con fibras y papel. Expuso recientemente una videoinstalación 2D en la feria Eagle Rock Center of Arts de LA. Sueña con tener su propio estudio para promover el arte y apoyar a nuevos artistas. Viaja a Córdoba cada vez que puede donde lo reciben familiares y amigos.

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SONIA FABIOLA DEMITRÓPULOS DUENDE DE RÍO Y SIERRA ¡Aburridoooo! ¡Muuuy aburridoooo! Toco mi Pucuy para romper la monotonía y el silencio. Este Pucuy que hoy tiene más de historia que sonido de viento. Intento arrancarle notas que armonicen con el agua al correr entre las piedras. Y es en el momento que lo logro, cuando siento que me quedo atrapado en una burbuja que me aísla del ruido de la ruta, que el humano llama Costanera. Entregado a esta magia y a su ritmo, mi mente se pierde entre recuerdos muy, pero muy añejos. Época en la éramos muchos. Época en la que éramos dueños de estas tierras. El cascabel de la risa de niños en juegos de verano, entre chapoteos y zambullidas se prende en esta añoranza. Mis hermanos y yo sí que sabíamos disfrutar de este rio. Sí que sabíamos disfrutar de estas sierras cargadas de riquezas. Y sí que sabíamos despedir el atardecer riendo hasta que el estómago nos doliera. Siento una opresión en el pecho y me quedo sin aire mientras me revuelvo en este recuerdo de familia, de camaradería, de compañía. Recuerdos de bienestar y grandeza. Este valle que nos cobijaba y nos daba sustento era sinónimo de libertad y pertenencia. Nunca más volvimos a sentir esa emoción. Muy por el contrario, fuimos diezmados, acorralados, exterminados y considerados estorbos en nuestras propias tierras. Dura realidad que nos tocó padecerla. Y fui quedando solo. Por designios de la vida o de la muerte voy comprobando que soy eterno. Voy adaptándome a los cambios, entendiendo algunos y otros sin comprenderlos. Voy incursionando misteriosos senderos para sobrellevar este peso. El chasquido de una rama al romperse y el aroma de las hierbas que se mueven, ponen mis sentidos alertas rompiendo el encanto en el que estaba inmerso, devolviéndome mi poncho de soledad y reminiscencias. ¡Rápido! Girar y desaparecer. No deben verme. Ellos creen que soy solo cuento. Que soy un mito de folcloristas y músicos hambrientos de éxitos. En realidad, mejor así. Dejemos que así sea. Dejémoslos que sigan en lo incredulidad y en la falta de quimeras. Ya llegará el día en que volaran subidos a sueños. Ya llegará el día en que la sangre les hiervas para perseguir proyectos. Y ese día me buscarán para que los ayude a alcanzarlos. Mientras tanto oculto debo permanecer, alejado de ojos que no podrán comprenderme. Un calor me recorre el brazo. Asustado miro y veo… una manita chiquitita, rosada, rechoncha, me está recorriendo. ¡Me pellizca! ¡Qué atrevimiento! Este ser no reconoce jerarquías parece. Este ser no sabe de miedos. Sin considerar mi sorpresa continua en su investigación diciendo cosas ininteligibles mientras en su boca lleva… ¡un chupeeete! -

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¡Esto es imposible que esté sucediendo! Me repito mientras intento apartarla con suavidad. Sí, con suavidad, porque en el fondo me inspira ternura y… después de tanto tiempo… se siente lindo una caricia tierna. Generalmente me camuflo de naturaleza y no hay ningún ser terrenal que se dé por enterado de mi presencia salvo que… ¡Oh! ¿Si? … ¿Será posible? No puedo creerlo… ¡Bendita seas mi niña! ¡Bienvenida a estas tierras! Luz de esperanza que ilumina esta tarde fresca.

ALMA VIEJA EN ENVASE NUEVO Me siento rara. Estoy en un cuerpo que no me responde. Descubriendo sentidos, sensaciones y sentimientos. Todo parece desconocido, aunque mis entrañas dicen conocerlo. Al parecer estuve perdida. Vagué mucho tiempo en un espacio etéreo. No puedo medir esta ausencia en tiempo. Solo sé que me pareció eterno. No pude ni puedo encontrar razón de ese destierro. Quizás equivoqué caminos, quizás equivoqué los senderos cuando fui arrancada de algún lugar que dejó grabados placenteros pero evasivos recuerdos. Hoy, las luces y colores gobiernan mis días, contrapunto entre fascinación y aturdimiento. Los sonidos estallan en mi cabeza, demasiados para mis oídos acostumbrados al silencio. Todos los que me rodean intentan afanosamente comunicarse conmigo y no logran entender que a pesar que quiero no puedo. Impedida por este cuerpo frágil, pequeño e inservible se encuentra mi alma, que creo, es vieja. El viento trae sibilantes sonidos de rio y aroma de hierbas serranas que activan pantallazos de recuerdos. Ese hilo de agua que corre, pinta imágenes de otras épocas. Épocas de aguas abundantes y cristalinas que cobijaban juegos de verano y afectos. Podíamos reír, jugar y hacer travesuras en calma y sosiego. Seguridad y paz era el regalo de nuestros mayores que proveían el sustento. Estiro la mano para tocar la hierba y compruebo que tengo poco alcance. Camino y no avanzo. Pasos pequeños e inseguros son los que me desplazan en escabrosos terrenos. ¡Qué impotencia! ¡Es increíble cómo me siento! Muchas veces me sorprendo inmersa en este descubrimiento. Ahora estoy fascinada con las superficies. Las encuentro rugosas, carnosas, escamosas, frías, cálidas, suaves, irregulares, curvas, planas, pinchudas, peludas, tersas y hasta agrietadas. Sigo en exploración de este territorio. No puedo parar. Mis sentidos, prisioneros de una euforia de revelación y conocimiento, me tienen, mientras relato, ocupada tocando afanosa una piel rugosa, oscura, que al parecer es también muy vieja. Al principio ofreció resistencia, rechazó el contacto, pero después de unos pellizcos se relajó y me deja hacerlo. Ante todo esto, mi esencia me grita mensajes, mi corazón me señala senderos y mi cabeza no descodifica estos conjuros manteniéndome en planos de ignorancia y desasosiego. 42


Cada fibra de mi ser, vibra a una vibración que no comprendo. Al parecer tengo una misión que por ahora estoy muy lejos de entenderla. Solo sé que son muchas viejas y nuevas sensaciones y un mar de preguntas sin respuestas. Una magia que rodea mi existencia y un universo para peregrinar y aprehenderlo. Gran desafío tengo, pero también, una nueva vida para recorrerla.

Sonia Fabiola Demitrópulos: Docente radicada en Cosquín (Cba). Participa en grupos de escritura y Antologías. Publica en blog propio. Obtiene premios por sus obras “Vuelo de amor y dolor” (microcuento) e "Historias del libro del destino" (cuentos corto). Y mención de honor por su poema "Dualidad”. Colaboró en la edición del Libro “Gandia de las Tres Rosas, en la casa de Copán” del escritor Hondureño Eliseo Fajardo Madrid asesorando en el abordaje del contexto histórico antropológico del poemario.

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JOSÉ DE SANTIAGO ROMANCE EN PRIMAVERA Sale el sol como milagro de un nuevo amanecer, los capullos estallan, dando cada uno una bella flor, el bosque despierta de su largo sueño, jazmines, alhelíes y violetas perfuman con su olor. Tu figura parecía surgida entre la bruma de la nada nacida de una estrella enamorada, más bella que una flor cortada del Edén, así se veía tu rostro, amor mío, en la alborada. Aquella primavera bebimos de la copa de la vida, ese néctar tan sublime y tan preciado preparado por las manos de Cupido que une los corazones de los enamorados. Acostados al sereno, felices escuchamos el rumor de la vertiente que cae allá en lo bajo, el concierto de los grillos cantándole a la luna, la brisa que acaricia y los trinos de los pájaros. En esa primavera, loco de amor por ti, te acaricié y te besé con toda mi pasión y me inmolé en el volcán de tu cuerpo y te entregué con frenesí mi corazón. El bosque nos brindaba toda su belleza, reían felices nuestras almas en aquel prado sólo éramos tú y yo en esa mágica y dulce calma. Nos venció el cansancio y dormimos Bajo el manto azul de las estrellas. Aquella primavera y tú se quedaron dentro de mi alma como las cosas más bellas.

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LOCO SOÑADOR Tu familia no me quiere, ni me acepta como soy, dice que soy un bohemio, un loco soñador que conmigo nada puedes aprender, que no soy para ti, que tú mereces lo mejor, nunca les hice daño, sólo quiero estar fuera del rebaño, pero ellos no saben que TE ENSEÑÉ… De la primavera sus bellos colores, de las madrugadas el suave rocío, arroyos que susurran lejanos amores que van a morir en la arena del río. El sol se pone incendiando el poniente, en ese Edén, alhelíes, jazmines, azahares y la palma, bullicio de cigarras y colibríes , rumor de la vertiente con sus cantos y aromas te embriagan el alma. La alborada y las puestas de sol, el crepúsculo anunciando la noche, la melodía del viento cantando al amor, la belleza del bosque es todo un derroche. La luz del día que se pierde en las sombras del ocaso, el otoño vestido de oro y marrón y amarillo, mariposas que danzan, arrullo de pájaros, el dulce perfume de aromo y tomillo. La lluvia que cae besando la tierra, el atronador rugir de la tormenta, mágicos sonidos de la noche, guardián de los misterios, la fragancia del poleo y el aroma de la menta. La noche premiada de estrellas brillantes, la redonda luna con su luz que derrama pintando de plata el follaje y las ramas, música del bosque, dulce sinfonía para amantes. Toda la magia que encierra el bosque encantado, croar de ranas y sapos en la laguna con lejanos canto de hadas y duendes enamorados, hechizados de amor por la luz de la luna. ¡Conmigo aprendiste que sin ALAS se puede volar AMOR MÍO!

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José de Santiago, nacido en Santiago del Estero, vive actualmente en Villa Carlos Paz desde 1967. Coordina el espacio literario “La Magia de la Palabra” en el Salón Municipal “Rizzuto” de V. C. Paz. Ha editado varios libros, entre ellos “Sueño Americano”; “Letras para el folklore”; “Habitabas mi destino”; “Amor…dulce dolor”; “Trashumante”; “Amor que nace amor que vuelve” y “Hechizo de luna”. Cultor de la palabra comprometida y de la amistad. Es dueño de una inusual humildad y de un alma de niño que lo lleva a expresarse con palabras simples pero profundas.

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EDDY ESTELA DOMÍNGUEZ EL MILAGRO

Unquen había vivido en las sombras de las cuevas de las sierras que bordean las espaldas Oestes de Estancia Vieja. Ni las formas, ni los colores podían apreciar desde su nacimiento. Sus ojos se habían negado a darle la magnífica oportunidad de reconocerlos, diferenciarlos, compararlos. Sus días y sus noches eran siempre iguales, negros. Su ceguera le impidió salir a recorrer el espacio más allá del patio de su cueva. -No te alejes de los espinillos y las jarillas del patio, puedes rodar roca abajo hasta el valle. Allí suele venir el espíritu malo del viento norte que envuelve con sus fuerzas a quienes rondan por allá abajo. Los atrapa y los lleva a lugares donde el fuego, el calor y la sed los hace morir- le había dicho su madre, por temor a que al no obedecer tuviera un accidente irreparable. Con este mandato creció hasta hacerse un mocito robusto, bien parecido y fortachón. Sankin era su lazarillo. Tomados de la mano muy pocas veces lo llevó sendero abajo hasta Los Chorrillos a refrescar sus pies en el agua. Aprendió a amar a esa jovencita por la dulzura de su trato y por todo lo que le ofrecía con sus cuidados prodigados con amor. -¡Qué destino amargo el mío, mi Sankin! Puedo tocar tu cara, tu boca, tu pelo, pero no puedo verte. Si al menos existiera un milagro en alguna parte, hasta allí iría a buscarlo. Ella sabía que era un imposible, por eso solo le respondía con un beso pasándole sus dedos por los ojos húmedos. La tarde caía serena por el faldeo de Los Gigantes en ese otoño helado. Una densa niebla envolvía las rocas como deseando llevarse hacia sus misterios los pajonales marrones que surgían entre las rocas, mientras la brisa los peinaba hamacándolos acompasadamente como si fuera una cabellera. Cavilaba solo sentado sobre una enorme mole que había al costado de la cueva. Una gran desazón le venía desde adentro del pecho, un vacío le dominaba la mente, con un deseo de acabar con su vida. Cortó una vara de tabaquillo y lo usó de bastón. Con paso decidido se encaminó hacia el sendero cuesta abajo sorteando los obstáculos hasta llegar al río. Con un alarido invocó a la misteriosa mujer que habitaba las profundidades de la olla Las Tortugas con la intención que lo llevara en sus brazos al fondo. -¿Qué buscas aquí a esta hora? ¿No sabes que sólo a la media noche mi espíritu sale a atrapar almas? ¡Vete, vuelve a la cueva! Por más que llores e implores no te atenderé, la voz surgió desde el fondo. Decepcionado, parado en la orilla se Inclinó poco a poco hacia las aguas. Con sus manos puestas como cuenco las llenó del líquido y mojó su cara y sus ojos para refrescarlos porque los sentía como brasas. Repitió la acción varias veces. Ya en cuclillas vio una mujer que rozaba con sus pies las blancas espumas por donde la

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luna rielaba poniendo mil moneditas de plata a su alrededor. ¡Era tan bella! ¿Sería una diosa o un demonio? Aún no se había dado cuenta que sus ojos veían. ¡La estaba viendo! Fue en ese momento que aterido de miedo quiso ponerse de pie y alejarse del sitio. -¡Vete!- le dijo la aparición- Escóndete entre la niebla que baja por el faldeo de los cerros, toma parte de ella para refrescar tu ojos y mañana, junta aloe vera para limpiar tus ojos. ¡Vete!- ordenó zambulléndose en el agua. Desapareció de la vista de Unquen. Círculos concéntricos empujaban la espuma hacia la orilla mientras las moneditas tintineaban musicalmente. De vez en cuando con sus tres hijitos y su amada cortaban flores silvestres para arrojarlas al agua y ver como se perdían empujadas por la corriente. Era un ritual por él establecido como agradecimiento al milagro obtenido que conservó en secreto toda su vida.

Eddy Estela Domínguez: Nació en Reconquista, provincia de Santa Fe, Argentina. Reside en Villa Carlos Paz. Integra la Comisión de la biblioteca José H. Porto y el Centro Vecinal El Cucú. Integrante de la Comisión “Palabras Vivas”, organizadora del I Encuentro Hispanoamericano de Escritores y Poetas “Germinado Palabras con Ecos de Paz”. De nutrida participación en vastas antologías de Argentina Brasil, Chile y Bolivia. Ganadora de varios premios, especialmente en el género poesía.

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HILDA NOEMÍ DOWHANYK MAGIA

MAGIA: conjunto de trucos y habilidades con las que se hacen juegos de manos y cosas sorprendentes y extraordinarias, como aparecer y desaparecer objetos y personas, descubrir cosas ocultas, etc. Con la magia se pretende conseguir cosas extraordinarias con ayuda de seres o fuerzas naturales.

La vida nos coloca, en contacto mucha veces con esas fuerzas sobrenaturales. El amor marca el camino de la felicidad, el perdón, la fraternidad. El odio nos lleva amargura al alma, a la boca… a la sangre. Las estaciones, se suceden unas a otras haciendo que el mundo transpire, se hiele, se llene de plantas y flores, que luego se transforman en amarillos seres y siempre sentimos que es mágico. La salud, en manos de profesionales parece increíble. Hasta ayer un tumor, llevaba a la muerte, hoy o mañana desaparece. Un niño, que llora, su madre le da un beso muy dulce y el pequeño está curado y riendo. El camino de la vida, está impregnado de cosas inexplicables, no hay un mago, “sí” la esencia de vivir, que marca trayectos impensados, y sin saber cómo, salimos airosos y triunfantes. ¡ES LA MAGIA DE VIVIR!

INEXPLICABLE–MÁGICO

Un día, sin razón alguna Se sintió distinta, latía alegría En su alma, en sus fibras. El amor, el contacto habían germinado Pasaban meses, sin anomalías Hasta que la ropa quedó chica. Algo se movía por dentro Tan suave como cometas de algodón. En una carrera de efluvios, Dos campeones se encontraron y unieron Sin velas de colores ni Repollos o cigüeñas, Se gestó una vida. Llegó la fecha, sobresaltos, Corridas y euforias por doquier. 49


Entre dolores, llantos y risas Nació el bebé, hermoso, brillante. Allí entendí que Dios Dio a la mujer La magia de ser mamá. Sin baritas ni sombreros La pócima, la dio el Creador ¡LA MAGIA DE SER MAMÁ!

DOWHANYK, HILDA NOEMÍ: Soy docente, cursé mi carrera en el Colegio Alejandro Carbó. Siempre fui una enamorada de las letras y al jubilarme, pude participar de talleres literarios, participando en concursos y asistiendo a encuentros nacionales de poetas.

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LIBERTAD GÁLVEZ SOMOS

Desde hace tiempo no te escucho, no me escuchas, juntos en ese lugar donde luego de esta vida permanecen unidos los amantes. Sin ataduras ni temores, uno al lado del otro, nos envuelve ese halo misterioso del amor. Somos fantasmas…. en el lugar de nuestros encuentros transitamos el silencio sin besos ni pasiones, nunca más.

LA TIERRA Me reclama Yo le pertenezco Soy una más. Cada partícula guarda memoria De tantos seres, tantos mundos Y yo soy parte de ella. Nos parecemos, nos identificamos Somos todos Somos uno. Todavía no nos reconocemos Llora, me llama En cada aliento… Nos unimos, nos amamos, Partimos y volvemos, La sangre grita, es acá. Calladamente En silencio, me reconozco 51


Y me duermo una vez más.

Libertad Gálvez, reside en Villa Carlos Paz donde participa en el espacio cultural “La Magia de la Palabra”, y Taller de Escritura Creativa, Salón Rizzuto. Asiste a eventos y encuentros literarios. Formó parte de varias antologías. La poesía es el género donde se vincula con las palabras y los amantes de las letras.

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NORBERTO GANCI I

Yo sabía que me atormentaba aquella figura deslumbrante de dolor y silencio. Yo sabía que me sumergía en aquella penumbra rodeada de recuerdos. Yo sabía que te encontraría en la soledad y la mirada, en la palabra y la extrañeza. Yo sabía que regresaría sobre tus pasos, sobre los míos, transitando nuevamente… Entre remolinos aturdidores de reclamos y el misterio de tus aguas enturbiadas, de tus besos desiertos.

II

Desde ese instante, comenzó a deslizarse la fulgurante lujuria que invadió mis sentidos; el palpitar recurrente de cada una de tus partículas señaló la brisa que habría de amanecerme. Te inventé mucho antes de que me imaginaras. Y me fundí en tus sentidos, y me deshice de todo temor amenazante. 53


Y te elevé, sin saber que habrías de enseñarme cómo sucumbir sin la letalidad de desmembrarme.

Norberto Ganci, nacido en Capital Federal, radicado en este Valle de Punilla desde 1991, dedicado al periodismo y a la militancia social y por los Derechos Humanos, creador del Proyecto comunicacional de Integración “El Club de la Pluma”, edita revista y programa radial. En el ámbito de la literatura incursiona poesía y relatos breves.

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MARÍA LUISA GISBERT LA GEMA

Encontré una gema esta mañana, perdida entre las hierbas del jardín. Al abrir la ventana a los rayos del sol, por un solo instante su brillo me cegó. ¿Qué signo, qué misterio tenía quien la dejó? ¿Por qué precisamente su luz en mi jardín? ¿Y qué ignoto artesano pulió los resplandores que hoy vierte para mí? Al crecer la mañana, mi gema fue una gota de rocío que el sol -lengua de fuegomás tarde devoró… Pero todo el día tuve el alma llena de luz.

CARTA PARA JUAN

Las luces de la costanera se acostaban sobre el lago, se alargaban como teclas de un inmenso piano en las aguas quietas. Frente a ellas, en un banco de madera (¿Te acordás de esa noche, Juan?), vos y yo, mudos, sin tocarnos, mirábamos las aguas. -Hasta aquí llegamos- dijiste. Sí, hasta aquí, pero… ¿Y después? ¿Cuando “después” sea hoy? ¿Cuando “después” sea ayer? ¿Cuando el silencio llene todos los rincones? ¿Cuando los años pasen y nos dejen descolgados? Porque ya no éramos jóvenes, porque ya habíamos bebido hasta el final la copa de las frustraciones, los renunciamientos y los desencantos. Porque nosotros nos encontramos después de los hijos y de los nietos, después de los éxitos y de los fracasos. -Cinco años, Juan- Ésa, ¿Era mi voz? ¿Qué intenté decir? ¿Tuvo mi tono el poder de síntesis que quise expresar? ¿Pude resumir en esas dos palabras todos los sueños 55


compartidos? ¿La cabaña de troncos, los atardeceres de otoño, las caminatas pateando parvas de hojas caídas en piruetas de saltimbanquis? ¿Sabías que cinco años son mil ochocientos veinticinco días? ¿Sabías que tu decisión destruyó un proyecto de vida armado, sustentado y acariciado como un tesoro cada uno de esos mil ochocientos veinticinco días? Encender los leños de un hogar que nunca construimos, y sentarme a escuchar ese “Alfonsina y el mar” que interpretabas tan bien. Asomarme por la ventana para ver los rosales que jamás plantamos, aspirar el delicado perfume que se adentra en el alma para colmarla de nostálgicos valses de primavera…Caminar los senderos serranos de tu mano…que no estaba apretando la mía, la que necesitaba tanto tu calor y tu apoyo. Escribir un poema, un poemita en “noncense”, como los que te escribía, plagado de “acrónimos”, ese lenguaje inventado por y para nosotros dos solamente, para que lo encontraras bajo tu plato, a la hora de la cena, a la hora de esas largas charlas que nunca tuvimos, donde vos comentabas las inquietudes de tu trabajo y yo, las travesuras de mis alumnos… -Bueno, te voy a hacer un último regalo- dije, tratando de parecer calma e indiferente, y reteniendo con gran esfuerzo las lágrimas-¿Ves ese piano de luz sobre el lago? Te lo regalo. Para que cada vez que te sientas triste, vengas aquí, a este banco e interpretes “Alfonsina y el mar”. Y hoy, diez años después, estoy sentada sola, frente al lago, mirando el piano que te regalé y preguntándome si fuiste feliz, si te amaron como te amé, con alegría, con dedicación, con sacrificio, con pasión…Preguntándome si en el cielo hay pianos donde puedas tocar “Alfonsina y el mar”… ¿Cuántas veces volaste en la alfombra mágica de los sentires, las vivencias, lo sutil? ¿Cuántas veces te emocionaste, lloraste y soñaste en estos diez años? ¿Cuántas veces en estos tres mil seiscientos cincuenta días recorriste esos territorios de la nostalgia y la evocación de lo que no fue?. -Diez años, Juan- digo en voz alta, para que me escuchen el lago y tu piano de luz, para mi soledad y tu recuerdo.

María Luisa Gisbert: Nacida en Santa Fe, reside en Punilla hace 22 años. Profesora de Letras. Publicó un Cuaderno de Poemas "Crisálida", en 1995. Ha obtenido distinciones nacionales, provinciales y regionales en certámenes literarios, integrando varias antologías. Integró Jurados Literarios de SALAC y Rotary Club. Hizo teatro y radio. Da recitales de poesía y coordina Encuentros de Escritores en su zona.

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VERÓNICA GIULIANI ERROR CÓSMICO Cuando era chiquitita era muy susceptible a hacer viajes Pero siempre la mañana me encontraba en el mismo lugar, “mi cama” Las proyecciones astrales son más habituales de lo que muchos creen Algunas las realizas a conciencia y otras son involuntarias La mayoría son agradables si te relajas y logras quitarte los miedos Al espíritu le agrada hacer viajes siderales, vagar por el espacio distante No siempre vas al espacio exterior, a veces un par de vueltas por el barrio nomas Traspasar paredes, ingresar a lugares prohibidos, O volar como lo hace Superman El miedo paraliza un poco al principio, pero cuando te habitúas, te acostumbras Te largas y ya ni quieres regresar a tu casa Te olvidas del amor al prójimo y cosas como esas De comer, de tus padres, tus amigos, la escuela, el trabajo Viajar para conocer se convierte en la prioridad Conocer lugares extremos terrestres intraterrestres y extraterrestres Visitar a los dueños del planeta y ver en las manos de quien ha quedado todo esto Cuentan que alguien cuando quiso volver y regreso más viejo Y otro que hizo amistad con un ser extraño y ya no regreso jamás A otro le cortaron el cordón del plata, jejeje! Y yo un día quise despertar, pero ya se me había hecho tarde Porque ya me habían velado…

LOS AMANTES DEL BAMBA Me preocupa cuando la gente dice no me gusta estar solo y yo no veo la hora de que todo el mundo se duerma así me invade el sonido de la noche, el sonido del silencio Humanos, vida, ciudad, todos los días a luchar van… y yo no veo la hora de que todo el mundo duerma para ir a descansar en soledad… Pero no en una cama, sí con una lapicera en la mano escribir un poema, escribir una carta, escribir una canción, pintar un cuadro o inventar nuevas realidades… 57


jugar con las palabras, las ideas, y los colores… Descontentos los humanos día a día van desteñidos yermos no se pueden rescatar… cada cual sabe lo que hace no conocen el silencio, huyen de la soledad que brinda la noche prefieren malgastar el tiempo adormeciendo sus almas Me preocupa cuando las gentes dicen no me gusta estar solo… quedar a merced de un examen de conciencia permitir que nuestros pensamientos fluyan enardecidos sin reservas ideas inspiración, ¡y si es en la oscuridad se produce más…! Me preocupa cuando la gente dice no me gusta estar solo y yo no veo la hora de que todo el mundo duerma Y acá en Estancia Vieja entre las tres y las cinco es mejor porque se escucha el río los chorrillos se escuchan sonidos de extraños animales que habitan en la zona, y también a otros que nunca los vas a ver de día… Pero sí los vas a escuchar de noche: y esos son los fantasmas del Bamba…

Verónica Giuliani, vive en Estancia Vieja, en la zona del monumento a Bamba; es pintora y escritora. Estudió en la UNC con el Taller de artes del profesor y artista “Ramiro Vázquez”.

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HÉCTOR “TITO” GONZÁLEZ NOCHE DE TERROR

En un pueblo lejano de la Provincia de Córdoba, había una casa totalmente abandonada. Sus dueños habían desaparecido misteriosamente. Los habitantes del pueblo, cuando pasaban por la calle frente a la casa, escuchaban ruidos extraños, gritos y hasta alaridos. Nadie se animaba a entrar para averiguarlo, y a pesar de que su techo se estaba derrumbando y abundante maleza, por las noches se siguen escuchando también risas. Pero algo especial…gritos de una voz masculina que pide que lo dejen en paz. EL NARRADOR

Cierta vez, unos cuatro jóvenes se juntaron en la puerta de un cementerio con la intención de pasar toda la noche allí, a fin confirmar si todo lo que se contaba de misterios era realidad. Pasaba la noche sin demasiadas cosas que pasaran, pero de pronto se les presentó una figura fantasmal. Era tal el miedo que sintieron y corrieron para salir del cementerio. Allí se dieron cuenta que las puertas estaban cerradas. Reflexión: nunca invadas el silencio de los muertos, te dará miedo para el resto de tu vida.

Héctor “Tito” González nació en Alta Gracia, Córdoba, el 13 de agosto de 1966. Participó en las Antologías “Letra en flor”, 2000/2001. Actualmente integra dos talleres literarios: “El Búho de las letras”, a cargo de María Inés Medina, y “Locos por la escritura”, a cargo de Silvia Garrigós. Participa del espacio cultural “La Magia de la Palabra”. En 2019 presentó “Recuerdos”, su primer libro editado.

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MARÍA ROSA GONZÁLEZ DOS AMIGOS DE JUERGA

Después de una fiesta, donde hubo de todo, dos amigos retornaban a sus hogares, bastante mareados y eufóricos por lo vivido. El sueño y el cansancio de sus cuerpos, les indicaron el parate a tanto desenfreno y antes que perdieran el control, abordaron su vehículo, retornando. Era una hermosa noche de luna llena, tan clara y luminosa, iban eufóricos, recordando lo vivido y con la música del estéreo altísima, y a carcajadas a mandíbula batiente. De repente, en una curva del camino, se les aparece una mujer que les hace señas para que la acerquen. Estos dos cruzan miradas cómplices, a completar su aventura, cuando comprueban de la juventud y belleza de la ocasional pareja que gentilmente acceden a llevarla. En el viaje, charlan animadamente, mientras la observan en el espejo, despertando sus instintos e imaginando lo peor. Pero al finalizar el viaje, una nube negra, tapa la luna y en la oscuridad total se destapa una furiosa tormenta y la pasajera se convierte en un personaje de terror, y una carcajada espeluznante ataca a los muchachos dándoles una paliza tremenda. Cuando despiertan en el hospital, rasguñados, mordidos heridos y sangrantes, comprenden que han sido atacados por alguien surgido del infierno de la droga.

María Rosa González, nació en Córdoba, Argentina, el 09/10/1940. Vive en la localidad de Bialet Massé, Punilla, Provincia de Córdoba. Participa en diversos talleres de escritura, miembro de América Madre filial Bialet Massé. Participó en distintas antologías: Antología Poética años 2016 y 2017 de Estancia Vieja; Raíces de Nuestra Córdoba, 2016; Los cuentos de la abuela Rosa, para niños.

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NÉSTOR MALAMBO GONZÁLEZ MAGIA

-Papito quiero saber si vos me podés contar qué es la magia, donde está para que sirve, ¿Sabés? Quisiera que me contés Si acaso, tal vez podría hacer, yo, magia algún día, me resulta algo curioso, algo muy raro, grandioso intrigante fantasía. -Que linda curiosidad... Me parece algo muy bello. La magia es todo aquello que supera la razón, Que no halla explicación por más que la estemos viendo. Cuando yo te ví naciendo fuimos uno, con mami y vos, eso es magia que hace Dios, dos vidas, otra vida haciendo. La magia está en todas partes, en la flor que la abeja acecha, en la punta de una flecha que clava como al descuido en un corazón Cupido, en cuando te veo crecer, en un tierno amanecer, en una dulce canción, en la paz, en la oración, en cuanto podemos ver. Nos sirve para creer que es alcanzable un sueño. La magia alegra al pequeño, lo envuelve en la fantasía, lo invita a la algarabía de aventuras, de color. Es mágico el amor porque imposibles concreta dejando la puerta abierta 61


a algo mágico mejor. No precisás la barita ni una mágica palabra, ni decir abra cadabra, ni ser mago, hada o duende, la magia sola se enciende cuando tenés la intención de hacer real la ilusión. La magia existe, es hermosa, ella está en todas las cosas. La magia está en tu corazón.

Néstor Malambo González, nació en Santa Fe, entre las calles de Santo Tomé, donde escribió sus primeras obras. En 2004 recibió una mención por el poema “Mi país está sangrando”, IX Certamen literario “Clara O´Gorman del Valle”. Se dedica al recitado, obteniendo premios en diversos certámenes en varias provincias. Ha grabado recitados en CD en las últimas tres ediciones del Certamen Pre-Córdoba. Ganador en el rubro Recitador Gauchesco en el “40° Paso del Salado Rumbo a Cosquín 2012” (Santo Tomé, Sta. Fe). 1er Premio Concurso Estancia Vieja Originaria, categoría poesía. Ganador en el rubro recitador Gauchesco en el 53° Festiva Nacional del Malambo, Laborde, 2020.

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GRACIELA HOLSEN CALINCHE

Nariz puntiaguda, orejas finitas y largas, ojitos saltones, dorados, burlones; y una boca grande que muy lentamente fue abriendo y abriendo… hasta que una hilera de perlados dientes parejos, pequeños quedó al descubierto. Lo quedé mirando sin entender nada. Inocentemente levantó los hombros con esa sonrisa cruzando su cara de rasgos de adulto en cuerpo de niño. Mi nombre es Calinche, oí que decía dentro de mi mente sin mediar palabras. Yo le sonreí y pensé mi nombre pero él al instante volvió a repetirlo con tanta ternura que alumbró mi alma. Me senté despacio en la tibia arena para estar iguales, a la misma altura, y en son de amistad le tendí mi mano. Él retrocedió, un pasito atrás con sus pies descalzos. Con su voz sin voz me dijo sonriente: -¡No puedes tocarme! Porque sos impura, un poco egoísta, un poco malvada pero te comprendo, porque eres humana. Nosotros vivimos en tu mismo espacio y en tu mismo tiempo, pero somos hoy sólo los guardianes de la Madre Tierra cuidando la vida y que pocos mueran en sus manos malas. Plantas, animales y la misma agua de este hermoso río han contaminado!Y abriendo la bolsa de fibras de algas me mostró apenado toda la basura que al borde del río había juntado. Ya no sé más nada! Mis ojos de angustia se habían nublado y lo vi marcharse con esa sonrisa de niño travieso y saber de anciano. Enjugué mis ojos y solté mi llanto. Él muy dulcemente me quedó mirando y sin un adiós, por entre las piedras de este hermoso río, por aquí muy cerca, en Estancia Vieja, él se fue alejando, limpiando el entorno que en sucio desorden nosotros dejamos; 63


nosotros los hombres, nosotros los “grandes” nosotros… los seres humanos…

Graciela Holsen nació en Las Rosas, Pcia. de Sta Fé. Maestra Normal Nacional y Maestra en Artes Visuales. En 1998 se radica en Villa Carlos Paz. Integra el Grupo dedicado a las letras “La Magia de la Palabra”. Ha participado en numerosas Antologías y es autora del libro “J.Brochero, hoy. Gracias y favores de un cura muy gaucho”.

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RAÚL LEDESMA UN ÁNGEL DE LUZ

Veinticuatro de Agosto de 1978. Las bateas, pueblo de criadores de cabras, más allá las Salinas Grandes, montes de mistoles, quebrachos, algarrobos, chircas, garabatos y tinte tacos. Caminos de guadales, cuando llueve imposible transitar, urbanización paupérrima, un almacén, bebidas al natural, galletas, pan casero al horno de barro, ramadas construidas con postes, varillas y churquis embarrados, habitaciones para protegerse de las fuertes tormentas del llano. Corrales de ramas superpuestas y chacras donde casi no se puede sembrar por el salitre. Algunos extraen algo de agua salada de profundos pozos, los demás de aguadas que se alimentan en las épocas de lluvia. Una bola de fuego se va hundiendo en el mar blanco de sal, con la noche las tareas del campo se tornan delirantes, las majadas prontamente encerradas, las gallinas se trepan en el algarrobo del patio, a lo lejos una chuña ensaya su canto, del otro lado del monte, le contesta otra, paisanos acomodan caballos y burros de montar. La Doña presurosa se prepara para cocinar al costado del mistol, sobre el fogón, la pava quemada hirviendo todo el día, lista para matear, yerba escasa, aumentada con poleo, palo amarillo, paico y algo de menta. Amuchados en la pequeña cocina en la mesa rústica de árbol, Doña Juana con un gesto casi de miedo, exagerado por las llamas, solo atina a mirarme, a Muchilo su compañero, se le nota, muy nervioso. Los perros salen al patio, aullaban en la oscuridad y vuelven gimiendo, con el rabo entre las patas. Cenamos guiso de charqui con carne de cabra, muy rico y picante por el ají “puta pario”… Vinito tinto y a la sobre mesa el Dueño, entre mate y mate, cuenta que una noche, campeando parte de la majada, allí mismo al ladito del monte del Espantajo, me encontré de frente, con el “Farol de Mandinga” ¡La Luz Mala! grité: un silbido penetrante y lastimero…Juro que me entablé, aisito me cagué…El alma en pena del Evaristo, pensé…Años atrás poseído, desapareció en el Monte de las Ánimas, lo buscamos al infeliz y jamás encontramos su osamenta para darle crestiana sepultura, aterrado, pude con un Padre Nuestro, saqué mi puñal con la derecha, mordí la vaina de cuero y a los tropezones, enredado con los Galgos espantados, llegué al patio del rancho, donde la Luz Mala…en espiral, se perdió en la oscuridad. Con las primeras sombras, todos los años, las tinieblas eran de terror, para la gente del campo... 24 de Agosto, conmemoración de San Bartolomé…Los ángeles que cuidan las almas y espíritu en pena, esa noche, precisa, las abandonan, para custodiar el Santo. Mandinga aprovecha para reinar, el señor de la oscuridad. Recorre los montes en busca de las más desprotegidas, Satanás brilla potente para cautivarlas…Una por una. Después de saborear un amargo, incrédulo del relato, decidí salir a cazar vizcacha, el malestar de mis amigos lugareños, que no salían de su asombro, de mala gana, saludaron persignándose recortados en el horcón del rancho. Tomé el sendero de la chacra, noche cerrada, transitaba tranquilo, silencio interrumpido por el ulular de las lechuzas y búhos…Al llegar a las vizcacheras encendí mi linterna, los roedores no habían salido de sus madrigueras. De repente 65


en el extremo del campo llano, una luz potente, que por instante se distorsiona en el aire. Con mi linterna hago señas, códigos de los cazadores, me acerco y no veo nada, al momento huelo aroma fuerte de la flor de algarroba. Aparece la luz, ¡fuerte!, tenue, casi celeste, suspendida en la oscuridad…La sigo al monte, siento como me lastiman las espinas del garabato, la curiosidad y el temor me ¡matan!…Estoy perdiendo la noción del tiempo…Siento el viento como si fuera una voz…Las sombras y las ramas me confunden, al pie de un gigantesco quebracho blanco, rodeo el árbol y en el hueco del mismo, suspendido en el aire un niño… Celestial, volátil, con una gema en su frente, irradia una luz azul verdosa, lo contemplo extasiado, ahora lo escucho con claridad, soy un ángel...Me mira a los ojos y siento un calor intenso, me aclara soy tu custodio, tu lumbre. Apoyo mi arma en un mistol, ansioso pregunto, qué debo hacer, se acerca y mi piel toma el color de su luz, no te asustes, te protejo, ¿De qué? Pregunté ¿Tienes nombre? Sí, me nombran Illariy (amanecer resplandeciente, en Quechua). ¿Eres un alma en pena? ¡NOO!...Mi padre es el Lucero y vengo del planeta Venus…Una estrella fugaz alumbró la copa de los árboles. Mi ángel de la guarda, incorpóreo lo tuve a mi lado, siempre, ahora lo veo, me acompaña, la sensación de placer y paz es irreal, tengo la impresión de estar suspendido en el aire…Comienzo a caminar hacia el rancho, el sendero es claro. Él a veces atrás, a los costados, correteando como un niño que es…Illariy con sus ojos de agua me observa curioso…así llegamos a las ramadas…Pintó la claridad y dijo: me tengo que ir…Apoyó su mano, la del corazón, en mi frente...Cerré los ojos, el calor, el destello, me divisé desde las estrellas, allí abajo…En sueños…Logré rozar su frente…Me sentí de nuevo. Las palomas, jilgueros y cardenales, ensayaron los primeros cantos…Sentí frio, mucho frio de madrugada…Estaba solo aturdido, con mi mano derecha sostenía el arma…Abrí mi mano izquierda, en la palma incrustado un zafiro…No había soñado…Esa noche de San Bartolomé, conocí a un ser que no era humano…Mi Ángel de la guarda, mí Ángel de luz.

Raúl Enrique Ledesma, nacido el 3 de Diciembre de 1945, en Capital Federal Buenos Aires, Argentina. Residente en Santa María de Punilla desde el año 1946. Artesano Tallador, Dibujante, Escultor, Paisajista Pintor, Consejero, Carpintero, Herrero y, con su permiso, Escritor- Integrante del Taller de Literatura “El Andén”. Partícipe en varias antologías. “Vecino Distinguido” mención otorgada por la Municipalidad de Santa María de Punilla en el año 1989.

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BRUNELLA LIOI MAGIA ESPECIAL

Magia sin final Luz que no deja de brillar Voz que grita cada vez más Cosas que vienen y van Amar, soñar, vivir al máximo Disfruta de los pequeños detalles Y de las grandes experiencias Magia hay en cada cual Ámate a ti mismo, sueña en grande Vive alocadamente y no te arrepientas Presencia el momento, no mires atrás Permanece en paz y en libertad Se tú mismo Porque quien diría Que la verdadera magia Se encuentra en el amor ARTE MÁGICO

La magia se encuentra en el arte Que se crea y se comparte Se encuentra en los colores Y en los sentimientos que éste transmite Cada vez que tomo mi lápiz Y empiezo a dibujar Siento cómo la magia fluye en mí En mis venas y en mi consciencia Esa magia es la que llamó inspiración Cada pizca de color es mágica Cada trazo, cada pincelada Significan mucho para mí Por favor, no pienses en quitarme 67


Mi brocha o mi lápiz Estarás removiendo una parte de mí Que consigo se lleva mi magia Mi don, mi gran pasión No me pidas hacer dos veces Un dibujo, no lo hagas No busco en el arte la perfección Si no, la originalidad y lo diferente Mágico arte Arte de expresar las alegrías Y tristezas Arte de inspirar amor Paz y devoción Arte de hacer creer en lo fantástico En lo inexplicable u extraordinario Mágica es la imaginación Que me transporta a otros mundos Mágica es la creatividad Que me ayuda a plasmar Todas mis ideas en una hoja En un lienzo e incluso con palabras

Brunella Lioi: Nací en la ciudad de Villa Carlos Paz, tengo 15 años, cursando el 4° año con orientación “Bachiller en Artes Visuales”, en el IPEM N° 365 “Dr. René Favaloro”. Mis pasatiempos son el dibujo, la pintura y la escritura. Reconocimiento: “Recomendación del jurado por el poema “MARAVILLAS” en el Concurso LA NATURALEZA NOS INSPIRA (F.E.I.De.S.)

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HORACIO LÓPEZ UN MALAMBO INFERNAL I Del dique los constructores Fin de obra festejaban Con asado y guitarreada. Entre los malambeadores, Ubicando a los mejores, Estaba el Ñato Vidal. Y lo vino a desafiar Mandinga, bien disfrazado. Con riquezas lo ha tentado Si le gana al zapatear. II El Ñato aceptó el convite. Pidió juez y cuatro velas Pa’que la cancha en escena A metro y medio limite. Las mudanzas que se apliquen No tendrán techo final; El lance va a terminar Cuando el otro no replique La figura que le indique El contrapunto rival. III En la mudanza noventa Al Ñato vence el cansancio; Realiza un replique falso Y el Diablo ya lo festeja. De súbito una tormenta Del público los oculta, Y al disiparse resulta Que han desaparecido. ¿Por dónde es que se han ido? ¿Cómo ante miles se esfuman? IV Un viejo que allí se hallaba Lanzó una dura sentencia A toda la concurrencia Que se encontraba azorada: -“Esta larga malambeada 69


Que aquí hemos presenciado, Tuvo ganador cantado. No fue el zapateador Que llegó desafiador: Fue el Diablo el que ha triunfado”.

LA TABA MALÉFICA I En un rancho muy cercano Al dique, ese domingo, Se veían varios pingos A los palenques atados. De la zona, los paisanos Dispuestos se convocaban, Pa’ probar suerte a la taba En las canchas larga y corta; Cada uno con su alforja Sabía en cuál tallaba. II El Diablo se presentó, Él tenía gana’e jugar Y se puso a desafiar Al que pintara mejor. El gaucho que sí aceptó Fue el famoso “Colorado”, De los mejores tildado Allí, en la zona del dique. Este aceptó el convite Por el premio entusiasmado. III El “Colorado” arrancó Y el hueso le salió “mala”. Lucifer, cuando lanzó, En “suerte” quedó clavada. Los faroles alumbraban Esa escena tenebrosa; Con nubes bien borrascosas, un viento hecho tornado, Envolvió a aquel paisano Desgracia’o por la derrota.

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IV El Diablo lanzó una risa Que se expandió por el lago. Los paisanos asustados, Cuando el viento se hizo brisa Solo encontraron cenizas En lugar del perdidoso. Dentro de un negro pozo Apenas quedó el facón, Del “Colorado” chambón Que soñó con ser famoso.

Horacio A. López: Es Investigador en temas históricos. Varios Ensayos y Novelas históricas editados. En Poesía Gauchesca la Dirección de Cultura de La Cumbre le editó “Oda a La Cumbre” en 2017. Participó en III Antología Literaria de Estancia Vieja con dos poemas gauchescos.

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Cecilia Vidal, Artista Plástica. Reside en Santa Cruz del Lago. Obtuvo Mención en “Arte Contemporáneo de Salta”. Participó en Muestras Plásticas colectivas, en Córdoba Capital, Villa Carlos Paz, Buenos Aires y Salta.

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MARÍA INÉS LÓPEZ ESPÍRITUS EN LA ESCUELA La historia que contaré, además de ser verídica, es por cierto inquietante y jamás adivinarían que sucedió en una escuela. La tarde en cuestión traía lluvia y viento; los alumnos no habían concurrido, ya que las distancias y las calles de tierra anegadas lo habían impedido. Era un barrio de casas bajas, muy humildes, que se distribuían en dos o tres por cuadra, lo que les daba un aspecto de solitarias aunque estuvieran pobladas por familias numerosas. La escuela ocupaba una esquina y uno de sus límites era la vía del ferrocarril, que en forma espantosamente cruel, cada tanto se cobraba la vida de algún vecino, cuando no, la de algún alumno que cruzaba distraídamente y era atropellado por el tren. Los maestros veníamos de muy lejos a ese rincón escondido de la vida urbana, metido como en un pozo, rodeado apenas por una docena de casas. Las rondas de mates, comentarios y efemérides del lugar ayudaban a pasar el rato; alguna tarea administrativa realizada a desgano también colaboró. Como la cortina de agua no permitía salir al enorme patio de tierra con inmensos nogales, para combatir el aburrimiento nació la sugerencia de organizar algún juego, para hacer más llevadera la jornada. La pregunta era ¿Jugar a qué? No había en esa escuela nada entretenido para ayudar a pasar el tiempo, hasta que alguien mencionó que sería divertido jugar al “juego la copa”. El juego en cuestión tiene sus bemoles, ya que su gracia consiste en evocar espíritus presentes para comunicarse con ellos. En el centro de una mesa se coloca una copa invertida, y a su alrededor se esparcen, formando un círculo, las letras del abecedario, algunos números y las palabras “sí” y “no”. Los participantes deben tocar apenas la copa con la punta de sus dedos mientras realizan preguntas al invisible visitante, quien las responderá a través del inexplicable aunque infalible, según dicen los expertos, movimiento de la copa. Semejante sugerencia tuvo obviamente diversas respuestas: risas, temores, negaciones y también entusiasmadas aceptaciones. Después de largas deliberaciones, que también ayudaban a pasar el rato, la propuesta contó con seis docentes dispuestos a participar, tres que se negaban contundentemente alegando cuestiones de conciencia, y dos que solo se atrevían a conseguir los elementos necesarios y permanecer cerca como observadores. La escuela tenía por entonces una incertidumbre institucional: hacía varios meses que sus dos directivos provisionales estaban realizando exámenes de antecedentes, lo que les ayudaría, en caso de rendir bien, a quedarse definitivamente allí como director y vicedirector, respectivamente. Aunque el tema parezca menor, para cualquier maestro resulta imperioso saber quiénes serán sus autoridades ya que las hay amigables, pasando por las de perfil neutro y llegando a extremos de personalidades que son de temer. Con seis valientes sentados alrededor de la mesa, que en realidad era el escritorio de un ausente que no debía enterarse de aquel uso indebido, tocando suavemente el borde de la copa y observando el enigmático círculo que la encerraba, alguien invocó la presencia de un ser invisible, pero la copa no se movió ni un milímetro. Preguntas tales como “¿Hay algún espíritu de luz que se quiera comunicar?” quedaron sin respuesta, después de dos o tres llamados apelativos. 73


Entre los participantes estaba yo, que intenté inútilmente reprimir la risa que me causaba la situación, por lo que mis compañeros decidieron unilateralmente desplazarme al grupo de los observadores, siempre y cuando no escucharan ni mi respiración. Me buscaron un reemplazante, pero como no lo consiguieron los cinco intrépidos siguieron con el juego. De pronto, ante mi mirada incrédula, la copa empezó a moverse, creando un clima de tensa expectativa. El primer espíritu dijo estar incómodo y se fue pronto, por lo que se convocó a otros que estuvieran decididos a colaborar. Preguntas sencillas, como qué día era o cuántos estaban sentados a la mesa, fueron respondidas en forma correcta. Las caras y actitudes variaban desde la carcajada contenida hasta el pánico mal disimulado. Lo único que se escuchaba era la voz del interrogador seguida del chirrido de la copa desplazándose sobre el tablero, mientras el ruido de fondo de la lluvia hacía todo más estremecedor. Luego vinieron las preguntas candentes, referidas a los nombres de nuestros futuros directivos. – ¿El actual director aprobará el examen? – Sí. – ¿Se quedará en la escuela? – No. – ¿El actual vicedirector aprobará el examen? – No. – ¿Se quedará en la escuela? – Sí. Esta información era absolutamente inverosímil, ¿Por qué alguien que aprueba tendría que irse y el que desaprueba podría quedarse? Luego de reflexionar, se consultó sobre el nombre del futuro director, y la copa contestó “Silvia”, agregando que llegaría desde el lejano distrito de Lanús. Las últimas respuestas hicieron aún más insólita la manifestación, por lo que nuestro espíritu perdió credibilidad. Al final solo quedaron tres personas, que hicieron preguntas en silencio. Una de ellas, luego de que la copa le contestara, tuvo un llanto imprevisto y se fue sin hacer comentarios. Así terminó ese juego, ya que de acuerdo a la opinión de algún experto, no se podía continuar con solo dos participantes. A la hora de retirarnos, a un compañero se le ocurrió grabar con su cortaplumas, en el borde de una ventana, las palabras “Silvia” y “Lanús”, para no olvidarlas y como mínima prueba objetiva de lo que había sucedido. El año lectivo culminó en diciembre sin que las notas de los exámenes se dieran a conocer. En marzo del siguiente año los resultados fueron como los había pronosticado el misterioso juego. Fue entonces cuando empezaron a sucederse continuas peleas entre ambos directivos y la contienda fue tal que la superioridad decidió separarlos: el vicedirector quedó en su cargo y al director lo trasladaron a otra escuela. Pero eso no fue todo, al mes siguiente se presentó la nueva directora. Cuando dijo su nombre todos nos miramos estremecidos: se llamaba Silvia. Y ya se pueden imaginar desde qué lejano distrito llegaba.

María Inés López: Docente y escritora, nacida en 1954 en Saladillo Pcia. de Bs. As. Vive desde 2013 en Villa Carlos Paz. Tiene dos obras editadas en forma independiente, “Hécate” libro de poemas presentado en el año 2017 en la Feria del Libro de Villa Carlos paz, y “Lucero” una

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novela presentada en San Francisco del Monte de Oro San Luis en el marco del Día de la Mujer en el Centro Cultural. Participó de la Feria provincial del Libro donde también coordinó talleres de poesía “Palabras del alma” en julio de 2019, y “Palabras de poeta”, noviembre 2019.

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MARÍA VALENTINA LÓPEZ UNIVERSO

Dos personas que nunca se vieron se reconocen, Una realidad se anuncia en sueño, Una lección que debe ser aprendida se repite... una y otra vez. Luz que elige, luz que guía Poderosa, sanadora, celestial La verdad fue revelada. Soy al servicio, Energía de creación, Magia infinita.

María Valentina López reside en Villa Carlos Paz. Es Profesora de Educación Primaria. Sus géneros literarios preferidos son la poesía y el relato.

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MARÍA ROSA LUCERO ELLA La epifanía de aquella tarde, ella, no la olvidó jamás, quedó en el nido de sus brazos el candor del corazón y sus primeros latidos. La sostuvo y vio el milagro, dos gemas oscuras brillaban en la tierna carita de luna. Luego de ponerla en el regazo de su hija, contempló a ambas y al amor que las unía. Percibió el júbilo del universo después de haber oído cómo del otro lado de la montaña, el océano festejaba la carcajada de la beba cuando una palmada en la nalga anunciaba que estaba viva. Una tromba marina giró locamente y en el fondo del mar las ostras se abrieron como flores, ofrendándoles perlas negras de nácar que crecerían y cubrirían su espalda. La naturaleza recibía al nuevo ser, en todos los rincones de la tierra era una fiesta. Ella, ya lo había vivido una madrugada de invierno, cuando estrellas incandescentes rodearon su cuerpo, alumbrando largas horas de espera que se esfumaron con la luz que dio sentido a su existir. El lucero del alba bendijo a la creatura y fortaleció su espíritu por toda la eternidad. Anidó el amor una y otra vez, su memoria despertó aquel día un lejano arrebol de primavera, cuando el durazno ofrendó la piel al niño y pigmentó de naranjas cobrizo su mollera. El universo consagrando la creación, su futuro y sus sueños, sin fronteras, en libertad y gozo. Seguían llegando momentos pasados y entre ellos… una siesta de abril que sintió en su pecho la suavidad de un pétalo de rosa que la perfumó de paz, se sintió completa teniendo en sus manos un pimpollo rosado que la impregnó de tibieza. Pasó el tiempo y dejó caer cataratas de oro rubí sobre los hombros de la nena. Ella admiró orgullosa el mundo desde la cima, la comunión entre el hombre y la naturaleza era inefable. Ver la aurora austral maquillando la ciudad y los rostros de los habitantes. Tenían el don de convivir honrando cada gota de oxígeno y la dicha de ver llegar generaciones pasadas de sus viajes para reencontrarse según los designios. Sumergida en remembranzas, suspiró en el inmenso silencio, caminó hasta el parque donde la esperaba su corcel blanco con grandes alas. Se internó en el bosque y cabalgó por largas horas escoltada por las hadas y los duendes a su paso; y el galope de algún unicornio a lo lejos. El perfume de las flores inmarcesibles enredándose en aire puro. Un río cristalino y melifluo reflejaba la risa del arcoíris en decenas de peces iridiscentes y juguetones… Cinco años después la sorprendió la danza del sol y sostuvo la vida nueva por quinta vez en su nidal, un privilegio para ella dar la bienvenida. Una ofrenda de serpentinas doradas llovieron desde el sol sobre la pequeña, el cielo se posó en sus iris y el eco de su risa fresca sonó en los acantilados de todas las costas del planeta.

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LEYENDA DE LA MONTAÑA

Al lugar lo llamaron “Tierra de las arenas”, ubicado al pie de la cordillera. Allí vivía un grupo reducido de habitantes, que trabajaba duro para sobrevivir en aquel erial donde los puso el destino. Con ingenio y dedicación aprovechaban el agua del deshielo de la montaña, diagramando un sistema de acequias y canales para regar sus cultivos y filtrar agua para beber. En la comunidad estaba Indiana, una bonita niña de siete años, de cabellos azabaches con ojos redondos como una nuez. Mientras sus padres trabajaban, ella jugaba carreras con sus lebreles a los cerros más cercanos. Curiosa, inquieta con sus piernas largas corría veloz desafiando las violentas ráfagas, daba igual con frío o con calor, ella y su jauría no paraban. Una noche de verano, la luna llena dibujaba siluetas en las sombras, al mismo tiempo algunos reposaban en las acequias y otros conversaban alrededor de una hoguera. Indiana acostada en su manta contaba estrellas, cuando de repente se descolgó del cielo una de ellas, un fuerte resplandor segó sus ojos por unos segundos y un estruendo alarmó a todos. Asustados salieron a ver qué ocurría, buscaron y nada hallaron. Con el correr de las horas todo volvió a la normalidad. Indiana iba saltando de un lugar a otro, vacía de pensamientos, sola con el horizonte. Fue cuando vio a lo lejos algo que le llamó mucho la atención… De un terreno hostil, caliente y de la tierra cuarteada, sobresalía una flor extraordinaria. Se acercó un poco, con el alma en vilo y, tomando cierta distancia, percibió la dulzura del aroma que emanaba y contempló con admiración los siete colores de la corola. No se atrevió a tocarla, sólo la miró fascinada. Regresó al pueblo y no contó a nadie. Los días transcurrieron sin que pasara uno, sin ir a contemplar la flor y rodearla de historias fantásticas. Enamorada de sus colores, de su perfume y con el brillo de un arcoíris que reflejaba su sonrisa en la inmensidad del desierto, estaba ella, la paz, el silencio la flor y su manada. Una tarde el pueblo miraba el río bajando desde la sima, el destello del agua le recordó a uno de ellos, la noche de aquel suceso que les heló la sangre. Indiana, que oía pensativa, enseguida lo relacionó con la flor y decidió contarles de su hallazgo, aunque nadie le dio importancia. Los dejó pensando. Creyeron que era una historia más de su imaginario mágico. Sin embargo, al día siguiente, fueron tras sus pasos y la encontraron junto a la flor quedando pasmados mirándose unos a otros. Del rictus de la niña afloró la pena que fue testigo de una avalancha; desesperada corrió más veloz que nunca junto a sus lebreles inseparables; con todo su amor se arrojó sobre la flor, la tomó entre sus manos y la arrancó con toda la fuerza de su corazón, al mismo tiempo un estallido de luces rodearon a ambas y unas plumas de colores hechas alas las protegieron de aquella tropilla humana. Con arrojo corrió llevando la flor contra su pecho y no paró hasta llegar a la cumbre más alta y lejana de su bendita tierra. No pudieron alcanzarla y nunca más la volvieron a ver. Dicen, que después de quinientos años, una expedición que escalaba el Aconcagua encontró a INDIANA, intacta, aun conservando sus rasgos armónicos, acurrucada, cubierta con un manto de plumas coloridas y en su pecho un collar de piedras de colores; la rodeaban estatuillas de sus lebreles que nunca dejaron de mirarla. En la cueva, efigies de un pueblo que congeló el tiempo en las rocas, dejando 78


huellas de su paso bajo ese firmamento. Aquellos seres mágicos transformaron el desierto en un maravilloso vergel, su historia dibuja un rosario de oasis que embellece sus recuerdos. Cuenta la leyenda, que el espíritu de la niña flamea como bandera en todos los cielos de Latinoamérica.

María Rosa Lucero: Nací en Palmira, Mendoza y estoy radicada en Córdoba desde 1989. Concurro al taller “EL ANDÉN” de la Sra. Irma Droz, quien guía mis pasos literarios. He participado en tres antologías: "Estación 20", de poesía y narrativa. “90 Aniversario de SADE”, en poesía, y “Dibujamos las estrellas”, antología poética AMÉRICA MADRE. Amo escribir y soy cien por ciento familia.

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ESTHER MANCO EL BOLÓN

Las rodillas peladas, eternas amigas del suelo, descansan sobre el pavimento del callejón. Las bolitas de acero se turnan con ritmo matemático, ruedan y embisten a sus compañeras de juego; las canicas de barro pintado. Todo es dinámico, un dibujo rodable, armado en colores que se re-crea en el tiempo fácil de la infancia. Las rodillas avanzan por el callejón a medida que las bolitas se empeñan en cuerpear al bolón de acero, agresor de aquella multitud asediada. La tarde se desgrana en soles pequeños que se estampan temblorosos, en el asfalto gris. El sonido de los perros de la cuadra, son telones con sordina. Las rodillas peladas, avanzan como soldados que quieren conquistar el campo de batalla, mientras fuerzas redobladas, empujan al bolón de acero a un destino contundente. En la loca carrera, rueda, y el pavimento no se pone al desenfreno. Su piel dura y pulida reflejan los colores de la tarde, un espejo que no tiene interior. Copia, oculta. El bolón recoge imágenes y el roce con el aire aumenta su volumen, hasta casi hacerlo estallar. Su masa es importante y crece a la par de su voluntad de batalla. La coalición es inminente. Ése es su destino: fijar un objetivo y, como una ojiva rodante, embestir al enemigo hasta su muerte, hasta su destrucción completa. No quedará nada a su paso, sólo la huella de su furia. El niño comienza a correr espantado: las bolitas no son el blanco del bolón de acero. Su tamaño, está más allá de su imaginación y se dirige hacia él. -¡Mamá, mamá! ¡Ayuda! ¡El bolón me ataca! -grita. Un ruido infernal gana la escena. Y el bolón de acero, creciendo en cada vuelta, de un salto, atropella la tarde. El niño, de rodillas, empequeñecido ante la corpulencia del metal que rueda con desenfreno, espera sin poder moverse. Cien veces crece. Su marcha por la calle, se convierte en un rugido de guerra. El grito. El fin de la loca carrera. Luego el silencio. Después, la inmovilidad del bolón, en el centro viscoso de la mancha de sangre, sobre el pavimento gris. La mujer, observaba con espanto el cuerpo de su hijo tendido en el asfalto. La tarde deja de respirar, en el fondo del callejón.

TERMINABLE He muerto. De la cruz al cielo, se alza la fría soledad sin ventanas. Los bordes secos de la consciencia caen a pedazos clamor de voces apagadas y tiempo arrinconado, en un espacio sin frontera. Muere también el paso del Dante. Los infiernos enfrían sus lenguas y calman sus ardores. 80


La muerte es como la imaginé: el tiempo y la historia al alcance de la mano, en el horizonte cercano, el tiempo no existe. Muere, muere neto el tiempo. El pan no es el último alimento. ¡Gloria! La geometría se dibuja en planas superficies generosas de solo blancuras perfectibles de emoción. Pitágoras pulcro de triángulos cósmicos, enredado en matemática música. Ni celestial, ni terrena. Sólo música y su estoica matemática. He muerto y conmigo, el padre, el hijo, el bastión y el baldío muere el día y la torpe sucesión de la cosecha es extraña, distante, al reflexivo compás de la arena. No es silenciosa la muerte, escucho voces lejanas. Desconsoladamente.

Esther Manco, Profesora de Educación Pre-escolar, se desempeñó en establecimientos de Córdoba Capital. Egresada de la Universidad Nacional con el título de Lic. en Psicología. Se desempeñó como Psicóloga clínica y Prof. de Post grado. Sus obras: “Docencia ¿Profesión en crisis?”, Editorial Lerner, y “Los míos”, de Lago Editora. Ha publicado en numerosas antologías y pertenece a la Sociedad de Escritores de La Cumbre.

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ANA ELISA MEDINA LA MAGIA DEL AMOR

Tantas horas caminamos bajo el sol deslumbrándonos en cada mirada por el paisaje, sus encantos, y el latir de tu corazón. Allí, todos mis sentidos a flor de piel junto a ti, y el fluir cantarino del río nos trajo la historia de amor del indio y su amada. Fue magia de palabras, canto, dolor, y el suspiro del ayer en cada piedra tallada por tanta historia que me hizo vivir el hoy y el ahora para seguir amándote a cada instante.

PIEDRA ENCANTADA

La silueta era difusa y pesada. Se arrastraba lentamente por el borde del río y de vez en cuando emitía un sonido, como un quejido o pedido de auxilio. De pronto un águila se acercó y le preguntó a la piedra por qué se quejaba tanto y ella le contestó, porque me moldearán y nombrarán como al Indio Bamba. Pero qué mejor que eso le dijo el águila, y ella muy quejosa dijo: prefiero ir dando amor al caminante en la orilla, darle mi calor, o el frío, servir de asiento o juego de niños en este hermoso lugar. Al amor, hay que darle amor de todo corazón. A los amantes los llevo en cada canción llena de bienaventuranzas.

Ana Elisa Medina, nació en Resistencia, Chaco, vive hace más de cuarenta años en la Patagonia, Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz. Escribe, pinta y viaja. Tiene varias obras publicadas. Gestora Cultural. Mediadora, Técnica en Artes Visuales. Integra la SADE nacional y varias instituciones intermedias.

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LEANDRO MILLÁN ABRAZANDO SUEÑOS (Lo más importante que tenemos en nuestras vidas y se nos pierde entre los dedos como la arena en la playa, es el Tiempo. Ese recurso fundamental para ser felices y cumplir nuestros sueños es vida y cuando se va, nunca vuelve.) La realidad suele ser mágica, pero si hay algo mágico, es la sensación que atraviesa nuestro ser cuando escuchamos conscientemente los sueños que nos guían. Aquellos que nos movilizan y motivan. Soñar sigue y seguirá siendo gratis en este mundo lleno de injusticias y mezquindades. Nadie nunca nos podrá quitar la mágica energía que sentimos cuando soñamos despiertos. Es superadoramente mágico percibir el progreso propio, a pesar de las dificultades que a todos se nos cruzan en el camino. De igual manera, me encanta ver el progreso de mis seres queridos. Pero llega un momento en la vida, en el cual no te alcanza con lograr momentos de felicidad individual. Necesitas ver que tu esfuerzo se transforma en la felicidad de otros seres. Tal vez, esa sea la explicación por la cual muchas personas sueñan formar una familia, o cumplir el deseo de sus hijos. En algún punto, todos tenemos esa necesidad de expandir una cuota de generosidad. Un sublime acto de magia es ver la luz en la sonrisa de un tercero, por motivo de nuestro accionar. Creo que para cualquiera, será mucho más difícil sentirse pleno sin ayudar a otros. Somos energía en movimiento, como todo lo que rodea este mágico mundo. Y la energía viva, vino al universo para transmutar, como toda la naturaleza. Como ese pequeño árbol que nace con unos centímetros y luego de un tiempo, llega a tener decenas de metros. O como un ser humano, compañero, amigo o familiar, que sufrió una enfermedad terminal, superó las peores dificultades y lo ves feliz, realizado. Eso solo sucede cuando nos permitimos fluir por el sendero de la magia vibratoria del cosmos, desbordando de amor a cada paso. Nada puede transformarnos tanto como el poder del amor y claro, si es el motor de nuestras vidas. Como nos enseña una de las bases del budismo, la vida es sufrimiento (no todo puede ser color de rosa en este relato). Pero si hay un valor fundamental e ineludible para compensar ese sufrimiento, sin dudas es el amor. Existen distintos tipos de amor y todos están rodeados de un halo mágico. Uno, es el pilar de todos, porque es como el aire que respiramos y cuando lo alimentamos desde la conciencia, comenzará a ser indispensable para lograr evolucionar. El amor propio, ese que te empuja y motiva en los peores momentos. Alimentando la magia de la superación personal y ayudándonos a sobrellevar las peores tormentas. A veces, tenemos tantas responsabilidades que el estrés nos supera y pasamos la mayor parte de nuestro valioso tiempo preocupados. Otra sería la historia si en vez de preocuparnos, nos ocupamos. Lo cotidiano del día a día nos llena de estrés y se convierte en el peor enemigo de nuestra armonía personal, el palo en la rueda de la necesaria búsqueda eterna del equilibrio. En ese momento es cuando vuelve a jugar un papel 83


fundamental la magia, porque es indispensable dejarnos sorprender por su poder. Creo que cuando nos "explota la cabeza" no hay mejor cable a tierra que conectarnos con la magia de la naturaleza, sorprendernos con el inagotable milagro de la vida. Nada igual que esa sensación para motivarnos en los momentos más difíciles, cuando la mente se nubla. El que casi nunca se bloquea, si estamos conectados con nosotros mismos, es el cuore. Esta bueno tomarnos unos minutos para aprender a escucharlo. Todos tenemos defectos y problemas, pero créanme, con amor propio todo se supera. Mientras leo lo que voy escribiendo y me pongo en el lugar de experimentar las sensaciones que generan estas líneas, imagino que muchas personas creerán que sólo son un montón de frases hechas. También confió que los escritores entenderán algo, nadie puede escribir lo que no siente, aquello que nunca experimentó. A lo largo de mi vida comprobé, a fuerza de coraje, que llenando ese espíritu vacío de las frases hechas, en la práctica, nos damos cuenta de su verdadero valor. Eso sí, para vivir toda esa magia, ese cúmulo inagotable de vida y amor que el universo tiene reservado para todos, tenemos que animarnos a abrazar nuestros sueños, buscarlos. Hace aproximadamente tres años, salí a vivir cien por ciento mi presente; primero, comenzando a meditar y luego, sintiendo paulatinamente, mi espíritu renacía, o mejor dicho, evolucionaba. Me tomé un año y medio para viajar por Latinoamérica. Fueron más de diez mil kilómetros, el 95% por tierra, seis países y miles de historias que me llevaron por el luminoso sendero de la transmutación. Más allá de todo eso, el verdadero viaje, ése que me conecto con mi verdadera esencia y me cambió la vida por completo, fue hacia adentro, conociendo mi espíritu interior. Eso me llevó a creer en algunas frases hechas y encontrar la fe, la cual en mi caso, se parece mucho a la magia. Y no me refiero a la que utilizan los magos para ganarse sus buenos morlacos, si no a la real, a la que le regala la naturaleza, nada más y nada menos que la mismísima vida, a la que le agradezco todos los días por poder respirar, por ser, por estar. La luz que ingresa a mi campo áurico cuando brota una semilla que yo planté, es sublimemente mágica y se transforma en una sensación inigualable para mi presente y plenitud. Todos necesitamos conectarnos con la energía de la naturaleza. Intento con este escrito, motivarlos a buscar en su interior, porque les aseguro que allí están todas las respuestas que iluminan nuestro camino evolutivo. Fluir por esa vía, es lo más mágico que conocí y nunca abandonaré la ruta del autoconocimiento, ya que ella nos lleva ineludiblemente a conocer nuestra misión en la vida y por consiguiente, a la felicidad eterna.

Leandro Ariel Millán, nacido el 7 de julio de 1989, reside actualmente en Estancia Vieja, Valle de Punilla. Cursó sus estudios inicial y medio en la Escuela Normal Superior Doctor Agustín Garzón Agulla (Córdoba), y el nivel superior en la Fundación Universitaria Mariano Moreno, con el título de Técnico Superior en Periodismo Deportivo.

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ADRIANA MOLINA SARACH MAGIA DESDE EL ALMA

Color sierra, canto y tierra. Hoy me embruja, me susurra, me emociona, me apasiona, me confronta, me enamora, me desvela, me empodera, me ilumina, me convida, me rodea, me desea, me idolatra, me arrebata, me estremece, me enloquece, me descubre, me seduce, me confiesa, me atraviesa, me desquicia, me acaricia, me acurruca, me desnuda. Se me entrega, me penetra, todo eso, más los besos desde el alma, casi nada… es lo que hace tu mirada.

ENTREGA

¿De dónde vienes y hasta dónde llegarás? Sólo Dios sabe qué sendas recorrerás, en qué soles te enredarás. Conoces los misterios del río y su cantar, escuchas frases que dice la oscuridad, gemidos que la noche da. Si desgarra tus entrañas la soledad, cuentas secretos tristes con sabor a sal, quejas y conjuros de algún mar. Regalas vida en la magia de tu sonar, bailas envuelta en tu murmullo musical; cantos de hada y jacarandá. Brotas desde el fondo de esta tierra ancestral, y en cada hora tuya mueres un poco más, pronto el olvido llegará. Entre los muros de piedra te oí llorar, por darte a otros un día te secarás, 85


tu paso frío acabará. Atrapada entre rocas das tu manantial, ofreces frescura a sedientos por igual; cruje tu voz de grieta y cal. ¿De dónde vienes y hasta dónde llegarás? Vertiente serrana, agua clara y celestial… ¿Al fin tu alma se calmará?

Adriana Molina Sarach, es docente, especializada en Alfabetización Inicial y Educación Emocional. Coordina capacitaciones para docentes y actividades de animación a la lectura y de escritura creativa para niños y jóvenes. Apasionada de la Literatura Infantil; es coautora de “Poesías de risa para leer sin prisa”, y autora de “¡MONSTRUOS POR TODAS PARTES!”. Participa con sus escritos, en Antologías y eventos literarios. Vive con su familia en Tanti, en su pedacito de Cielo Serrano.

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CAROLINA MORENO CANCIÓN DE LA MUERTE Quería llorar había veneno en el aire Serpientes de pies y manos Morir, morir y morir Mi cara rojiza inflamada Me temblaba la espalda Se movía… ¿Qué, qué, qué? El ruido hacía sangrar los oídos, (se movían entre vidrios “rostros”)... Las serpientes ardían, al fin veía ¿La sangre de aquello? Dolor, dolor y dolor Nadie me escucha Me rompí en lágrimas Y aquello se… Movía, movía y movía Me tembló el cuerpo, me levanté Corrí, corrí, y corrí Al mirar algún espejo. Me brotaba sudor… ¡Sangre! ¿En qué casa me había metido, en que infierno? Cara-máscara, caras y máscaras Los peligros volvían, mataban 17 marcas, 3 huesos rotos, un corazón llorando Esto pasa a un humano La magia de la vida, perdura La Muerte, la muerte la muerte…

Carolina Moreno, tiene 14 años de edad; estudiante del colegio IPEM 332, “Ricardo Luti”, de 3º año; vive en el límite entre Estancia Vieja y Cabalango.

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FABIÁN G. MOSSELLO CUATRO SÍLABAS EN LA TARDE

La historia me la contaron cuando era muy joven. Mi abuelo viajaba frecuentemente desde mi ciudad natal al puerto de Rosario llevando cereales, quesos, vinos y otros productos de la zona agrícola del sur de Córdoba. En largas jornadas frente al puerto, muchos marineros se acercaban a los camiones y se establecían, en muchos casos, amistades que duraban años. Entre mates, tortas fritas y algún que otro vino, iban contándose estos hombres de caminos y mar, historias, en su mayoría anécdotas de viajes más o menos humorísticas y ocurrentes. Sin embargo, entre estas historias muchas veces se colaban acontecimientos insólitos, extraños que incluían casi siempre el frecuentado suceso de las apariciones, es decir, el tema del fantasma que estos hombres habrían tenido oportunidad de ver en las largas jornadas sobre el camión o sobre el barco. Es que lo inexplicable e insólito que anima un hecho fantástico también es parte de este mundo y soporta una porción importante de las cosas visibles. La realidad es como un iceberg, vemos la parte superior de la montaña de hielo, su brillante cúspide sin saber que lo que sostiene la belleza de sus colores es un mundo, también existente, pero invisible a los ojos. Así, ese visible no puede existir si no estuviera cimentado en un invisible, enorme, oculto pero real, conectado con la cúspide. Esta metáfora del iceberg me lleva a pensar en la realidad -la cúspide luminosa del hieloque guarda relaciones con otras ocultas pero activas -la parte sumergida-; entre esos mundos se tejen hilos invisibles para armar eso que llamamos un hecho sobrenatural. Esto que voy a contar ocurrió en el puerto de Buenos Aires hace muchos años. Mi abuelo recreó la historia muchas veces, siempre agregando o sacando algún detalle, pero conservando, sí, los hechos principales que armaban el relato fantástico de un marinero venido desde el Viejo Mundo a bordo de un ballenero que había dejado una pequeña hija en su Génova y que, después de un lustro, ya viejo y cansado volvía a tener noticias de ella de un modo muy particular. La historia, con algunas pinceladas de literatura, es más o menos esta… “Es dulce la noche del marinero, larí, lará” mascullaba Giuseppe Rosso porque sabía que la encontraría. Lo sabía por pura corazonada. Tarde tras tarde reconstruía el trayecto de su nostalgia, de su olvido, de su pasión. Las velas encendidas en una habitación insólita, el olor a mar, los cetáceos danzando en su memoria: el arpón sobre la muerte, las noches acuáticas, las vigilias del barco en alta mar y el encuentro. Todo lo sabía y por eso esperaba. Ella había ritualizado su viaje por el muelle. No faltaba nunca a la escena de un posible encuentro, todavía tan brumoso como el aire de la ribera. Hierática, solemne, como la Dama de Elche, transitaba ese espacio masculino olvidando la sordidez de las miradas. Fantasmal y vaporosa, la mujer no se percataba de nadie, iba por la rambla grasienta luciendo un vestido anticuado como el tocado con el que remataba su peinado. Por eso, los que la habían visto, decían que era ‘la dama del puerto’, de noble y parsimoniosa vigilancia. 88


“Es dulce la mar del marinero, larí, lará” cantaba Giuseppe con el cimarrón en los labios, mientras el cocoliche indescifrable hilvanaba la pasión de una noche lejana. Recordaba lo que había hecho desde grumete: zarpar de madrugada, dormir poco, apuntar y oler en el aire el cuerpo de la ballena mirando el cenit. Recordaba, para no morir, que en una taberna de Génova había conocido a Catalina, la joven mesera que abrió su corazón para darle lo más valioso: el amor y una hija. “Es dulce la noche en que te encontré y te amé, larí, lará” rezaba al amanecer el marinero recordando a la joven y a la niña de ojos azules y azorados comiéndose el mundo. Porque su hija nació mirando las cosas y sintiendo todo a su alrededor. Meses después, el Cristóbal Colón, porque casi todos aquellos barcos se llamaban así, lo esperaba para una travesía por los mares del sur. En el misterio de las vidas que se unen para luego separarse, supo que no las volvería a ver; lo supo desde que dejó Gibraltar y se encaramó sobre las olas del poniente. Los años transitaron entre puertos e islas, borrascas y descanso, hasta que arribó a este último amarradero de tristeza en un río ocre tan ancho como un mar. Entonces Giusseppe se volvió monocorde en el recuerdo, los ojos azules de la niña invadían el día y la noche, se descolgaban de los andamios de cubierta y resoplaban en las altas velas como duendes esquivos y caprichosos. “Es dulce la noche en la que supe que seríamos más que dos, larí, lar, si te encontrara, si te viera, sería…”. Como en una plegaria Giusseppe se dijo que esa tarde de Noche Buena sería distinta, tenía la corazonada, antes de convertirse, como todos los veranos, en el personaje de Salgari que le imponía el mar. Es Noche Buena y nadie cercano para festejar. Los años han pasado lentamente y su hija no está. Todos hablan de ‘la dama’ pero él no cree en fantasmas, aunque como hombre de mar ha visto milagros sobre las olas. El muelle se ha vuelto espectral, solo el ruido de las embarcaciones dormidas irrumpe en la soledad y el silencio. El marinero se ha queda solo en el velero noruego abandonado en la rambla porteña que habita desde hace años. La tarde se desgranaba lentamente cuando el hombre terminó de alistar su cena. El cielo se había vestido extrañamente y dibujaba los contornos de un encuentro tantas veces soñado. Entonces alguien pasó por el muelle más volátil que nunca y se dirigió sin dudar al único marinero que canturreaba un cocoliche indescifrable. Las palabras que dijo fueron firmes y tiernas como pueden serlo aquellas que vienen amasándose en la soledad de la espera desde otro mundo. Giusseppe supo, entonces, que la había encontrado cuando al final escuchó cuatro sílabas, las cuatro sílabas tantas veces soñadas diciendo: hola papá.

Fabián G. Mossello, Dr. en Semiótica, CEA, UNC.; Mag. en Literatura. Latinoam. y Esp. en Lectura, Escritura y Educación. Entre sus libros se destacan: Mossello, F. (2010) Literatura, ideología y sociedad; Mossello-Melana (2013) El discurso del policial; Melana-Mossello (2018) El policial como transgénero y Melana-Mossello (2019) Escrituras para hacer. Coordinó Talleres de Lectura y Escritura en el Programa de Adultos Mayores y en el Módulo de Formación Común Electivo Arte, para la UNVM. Dirige en la Univ. Nac. de V. María, donde

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trabaja desde el año 1998, proyectos de investigación sobre escritura y crítica literarias desde el año 2001.

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GLORIA DEL CARMEN MOYANO ALQUIMIA

NIGREDO, NIGREDO. Oscuridad. Desgarro. Lágrima. Miedo. ALBEDO, ALBEDO. Iluminación. Sabiduría. Aurora. Vuelo. RUBEDO, RUBEDO. Transmutación. Ignífero. Áurigo. Eterno. EL CAMINO DEL BAMBA

Oculto entre sombra imantó el destino. Con ilustres letras irradió su hechizo. Amores de otrora, paisajes sin tiempo. Ríos y montañas conjuraron sueños. Conspirando en versos concluyó su viaje. Vence con sus rimas todos los olvidos. ¡Mora en su universo El Guardián del Cóndor y el Amor Eterno!

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Gloria del Carmen Moyano, reside en Carlos Paz, oriunda de San Francisco. Docente, se desempeĂąa como bibliotecaria. Escribe relatos, cuentos y poesĂ­a.

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MARCELO HERNÁN MURÚA (Tacku)

LO QUE DIJO EL ANCIANO

Era el reino prospero como pocos y yo, el rey. Todos amaban mi bondad, fortaleza y sabiduría con la que manejaba los asuntos. Me gustaba salir por las mananas a recorrerlo, junto a mi sequito; por vanidad quizas, ya que mis subditos al ver el cortejo dejaban de trabajar y se acercaban a la calle donde me victoreaban y alagaban diciendo ¡Viva el rey, larga vida al rey! Así pasaban los anos, todo era mio, las cosechas, los animales, la gente, lo he tenido todo y de eso me vanagloriaba. Fue un verano, cercano ya al mediodía, en que el sol pegaba fuerte y yo me había retrasado en mi recorrido diario al pasar por el estrecho puente del río, cuando vi, entre la multitud que me victoriaba, a un anciano desdentado, huesudo, de ropas raídas, que intentaba hacerse lugar empujando a los otros. Me dio pena y ordene al cochero que pare. Y el me hablo diciendo: ¡Oh!, glorioso rey, tu vida es larga bella y plena, tienes todo pero si me permites, he de darte un consejo. Se acerco a mis oidos y me lo dijo. Quede perplejo, no supe que decirle, pero como de costumbre, hice una sena al sirviente y este le entrego una moneda de oro. El anciano, agradecio, me miro fijamente con esos ojos profundos y se esfumo entre la multitud. Yo continue hacia mi castillo. Algo había pasado, ya todo era distinto, lo pense. Esa noche no dormí, daba vueltas en la cama, vi a mi reina dormir con placides, di mas vueltas, me levante, fui a los aposentos de los príncipes, y ellos estaban entregados a los brazos de Morfeo. Salí al pasillo y vi que los guardias conversaban. Pense... si todo esta normal... ¿De que debo preocuparme? Tenemos mucho oro, no hay guerras, el pueblo esta contento, todo esta bien. Me seguía dando vueltas en la cabeza lo que me había dicho el anciano; por eso fue que, ni bien amanecio, llame al escriba y le ordene nuevas leyes que deberían implementarse de inmediato en todo el reino y que esa palabra no fuera ensenada en las escuelas, se retirara de nuestro diccionario, y que sean quemados todos los libros que hablaran de ella. Una vez hecho esto, quede sastifecho y dispuse de inmediato una gran fiesta a la que llame en honor a la ese. Y el palacio se vistio de las mas hermosas flores, vinieron los mejores cantantes y artistas, las bailarinas danzaban hasta quedar exaustas, los otros, hasta quedarse sin voz. Se hicieron las mas ricas comidas y se sirvio a todo el pueblo. Yo, desde mi trono, observaba todo en silencio, y en mi rostro se dibujaba una pequena sonrisa. Trate de encontrar al anciano, para decirle que se había equivocado, pero no estaba entre los presentes. Disfrute de todo, menos del vino, porque se que tiene esa extrana virtud de llegar hasta lo mas hondo del ser y saca a la luz todo aquello que no nos animamos a ver. Estaba satisfecho, y por fin el cansancio me gano. Fui a mis aposentos, me sente en la cama, mire la luz de la vela que crepitaba con un fervor inusitado. La puerta y las ventanas estaban cerradas. Sentí una mano pesada y fría en mis hombros, no quice voltear para ver su cara ya que algo muy dentro mio me decía que ya nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, solo atine a decirle: todo fue en vano, verdad soledad. Ella no dijo palabra, pues estaba prohibido, pero me apreto fuertemente el hombro en senal de afirmacion, me hizo recostar, saco mis botas, y se quedo mirandome 93


hasta que me dormí.

Marcelo Hernán Murúa, Nació en Cosquín, Córdoba, Argentina, el 12/07/1967. Vive en la localidad de Bialet Massé, Punilla, Provincia de Córdoba. Técnico Superior en Seguridad Comunitaria, retirado de la Policía de la Provincia de Córdoba, miembro de AMA Internacional Filial Bialet Massé, integra talleres literarios, participó en varias antologías literarias. Seudónimo Tacku.

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RODOLFO NIHOUL

INDIO BAMBA

Indio bamba una historia de amor de mariposas y pájaros grises de leyenda de una temprana edad y un rescate niños y espera ojos que no ven un corazón lastimado un monumento que se extiende al cielo que dice santo con su silencio entre montañitas urbanizadas y calles de tierra una comuna en crecimiento una poesía en capítulos de hace años unas palabras que es lindo recordar todas las historias de amor valen la pena porque cuando hay amor todo reluce ANTES DE CADA SUEÑO Las ilusiones son fragmentos De una búsqueda Espacios vacíos Que llenamos con gustos /colores /lencería Son un viaje al futuro Una máquina del tiempo Las ilusiones son tornados Que vuelan nuestros residuos 95


Son la lluvia en el desierto Cazan huracanes Las ilusiones nutren la esperanza Le ponen una vasija de oro Al final del arco iris Le devuelve la vista al ciego Un tartamudo da un discurso Se cura el cáncer El coyote atrapa al Corre Camino Los escritores ganan dinero Yo hace mucho que no tengo ilusiones Porque ellas Le pone las paredes al sueño Y antes de cada sueño

Rodolfo Nihoul: Nací en Villa Carlos Paz en 1985. Luego fui a vivir a CABA. En el 2000 partí a España y Centroamérica. Al regresar viví en San Rafael, Mendoza. Escribí seis libros de poesía libre, y asisto a “La Magia de la Palabra” y a dos talleres literarios. Me considero un escritor de tiempo completo.

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FREDE PERALTA UN MISTERIO VEGETAL Un largo tiempo viví entre las paredes de la ciudad: y cierto día decidí cambiar el lugar- lo pensé-, y al poco tiempo logré realizar ese propósito. Me había cansado del trajinar de la ciudad de Rosario. Un amigo radicado en Estancia vieja, me invitó al Primer Festival del indio Bamba que se realizó en el mes de agosto del año 2015. Fue fabuloso el acto; caminé por las calles del lugar y me enamoré; estado que no pude evitar y me trasladé al lugar. Me instalé en una calle sombreada de verde de ese paisaje maravilloso, desde donde se aprecia el cordón montañoso de las altas cumbres en su totalidad y tengo como vecino al monumento del indio Bamba que está situado en el Km. 475 de la Ruta N° 38, en una plaza con vista panorámica…Cierto día, un joven se acercaba por la vereda y en su mano traía una planta la que lucía el esmero de un florista, pues estaba dentro de un papel transparente y un moño color rojo aprisionaban su vegetal misterio. El joven se detuvo en la puerta de entrada de mi domicilio, pulsó el timbre, una mueca de sorpresa seguida de alegría y emoción se conjugaron en mi rostro. Tomé la maceta entre mis manos, como si recibiera un obsequio valioso y esperado, despedí al joven empleado, cerré la puerta y comencé a buscar la tarjeta que identificara al mentor del envío, pero no la tenía. Imaginé que aquél muchacho amigo al que había despedido en la ciudad de Rosario, quiso estar presente, en mi nueva vivienda. Miré a mi alrededor para encontrar un lugar adecuado y ubicarla donde recibiera luz, y el aire necesario. Algunos días después, observé que la planta había multiplicado su vegetación y sus hojas tenían un movimiento de don aire al oír la música de un programa de televisión. Durante la noche me sorprendían algunos ruidos no habituales, imaginaba el movimiento de un gato, de una rata; al día siguiente, recordaba lo sucedido, y miraba todos los lugares de la casa, para verificar la sospecha, pero cada objeto estaba en su lugar y me respondían con una mueca de silencio; pero la ebriedad del misterio había participado de aquél momento. La planta anisofila necesitaba cada vez más irradiación. Sus hojas comenzaron a tener movimiento y ahora con ímpetu, intentaban encender el aparato de televisión, pero este no funcionó. Un vertiginoso repeluzno me estremeció, me acerqué al lugar donde estaba la planta para intentar acariciarla; sentí un temblor vegetal que se convirtió en palabras, sus hojas querían apoderarse de mi cuerpo y aprisionarlo; un desnudo éxtasis de regocijo se apoderó de mí, hasta hacerme sentir un suspiro echo infinito…

Frede Peralta nació en San Genaro Norte. Desde niña escribe destacándose en la escritura. Tiene tres libros editados, dos de poesía y uno de narrativa, con material premiado -a nivel nacional e internacional- . Es vicepresidenta de la Biblioteca del Autor Local, de Villa Carlos Paz. Colabora en cultura en la fundación FEIDES. Ha sido jurado de concursos literarios. Escribe impulsada por ese saludable anhelo de perfección, de búsqueda exigente, de inconformismo inquieto, que mora en el alma de los escritores de raza.

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NOELIA PEREYRA GODOY DOS MUJERES... destino sempiterno en el Valle de Punilla

Rosario era muy querida en Estancia Vieja. Era curandera y buena vecina. Vivía sola, radicada desde siempre a pocos metros del arroyo Los Chorrillos… Algunos decían que era descendiente de curaca comechingón…muy conocedora de hierbas con los que curaba algunos males: Así bajaba el empacho, arreglaba los nervios dislocados, ahuyentaba la tristeza, volvía el apetito de los desganados y en algunas ocasiones y en secreto hasta resolvía algunos gualichos de buena suerte. Y amarres de amores...Como las cuentas no le cerraban últimamente, viajaba todas los viernes de la semana a vender sus yuyos y remedios varios a la Ciudad de Córdoba, allí en la esquina de Colón y General Paz frente al Correo. Regresaba fatigada pero feliz, porque sus clientes acudían fielmente a la consulta y consumían sus productos…En su libreta colorada anotaba los pedidos, el nombre de sus clientes y la tarifa que percibía….La primera tarde que llegó la muchacha de pelo negro ensortijado y ojos húmedos, pidiendo remedio para el mal de amor, Rosario sintió afecto por ella y procuró ayudarla….La nueva clienta le dijo que se llamaba Josefina y enseguida hizo presente su pedido: -Quiero que me quieran- dijo....Desde entonces Rosario le preparó un brebaje donde no faltaban la lavanda, el jazmín, la albahaca, la ruda hembra, las margaritas, los tréboles, el romero, helechos y la verbena de su huerto, más los afrodisiacos guardados en su viejo armario como la canela y la mostaza, amén de otros yuyos que solo ella conocía en las humedades del arroyo. Josefina debía beberlo en ayunas, sola, sin testigos, a la mañana muy temprano y en las noches, de luna llena, después de las 10h. para lograr su cometido...Muchas fueron los frasquitos que Josefina consumió, pero ella siempre repetía lo mismo: -Quiero que me quieran- decía…agitando su pelo negro y mirando con sus ojos húmedos…Con el tiempo, Rosario empezó a preocuparse, porque no sabía si la clienta le decía la verdad ya que siempre pedía lo mismo o qué hacía con tantos frascos de jarabe mágico. Como buena chamán tampoco admitía su fracaso, por eso apeló a su máxima receta. Preparó un mágico elixir que Josefina debía usar solamente los fines de semana y sólo harían efecto en ella, por lo que no debía invitar a nadie en el uso porque tendría, en los demás, efectos alucinógenos no previstos...Pasaron los días y Josefina no acudió el viernes siguiente ni tampoco la semana próxima, no volvió más…- ¡Ingrata! -pensaba la curandera Rosario: -¡Seguro que le fue tan bien que se olvidó de agradecer! Tan ocupada andaba la vieja de los yuyos que olvidó leer los diarios y escuchar la radio, en esos días de mucha demanda…Quizás las noticias policiales le hubieran bajado el mal humor…El diario repetía en su titular, con letras grandes: “Fue apresada la viuda Rubia que no era rubia.”...y luego…“La mujer mayor de edad, muy agraciada y de ojos húmedos, se acercaba a sus futuros clientes diciéndoles que vendería sus favores por dinero que necesitaba para ayudar a su madre, aquejada de grave enfermedad”…Así iniciaba el diálogo…"los trasnochados de la Cañada la conocían como la viuda rubia, de mala fama, y mucho charme pero evitaban mirarla, porque sus ojos atraían y quitaban la voluntad de los varones asediados”. “Los investigadores, además, habían encontrado una colección de pelucas rubias en el domicilio de la detenida que la transformaba en una mujer extraña, muy sugestiva, 98


con cierto aire extranjero….Además ella operaba discretamente: acompañaba a sus benefactores hasta su hogar, y allí, en un descuido, agregaba unas gotitas raras al café o bebida que consumían, mientras contaba sus desventuras,...así… pronto el sueño se apoderaba de los hombres fascinados y cuando se dormían finalmente…la muchacha les robaba lo que podía y desaparecía, furtivamente”…Josefina, la muchacha de cabello negro rizado y ojos húmedos en su inevitable paranoia, había sufrido una transformación o mutación deletérea, sin remedio...Rosario siguió trabajando en su paraíso, La Estancia Vieja, porque quería que sus vecinos fueran sanos y felices….Aunque…¡capaz que aumentaba su tarifa en su libreta colorada!...Así fue el destino sempiterno de dos mujeres que nunca terminaron de conocerse...

Noelia Pereyra Godoy, es docente, Profesora de Historia y Abogada en la UNC, retirada, que escribe y pinta en su tiempo libre. Miembro de La Magia de la Palabra, enamorada de las letras y de la investigación de la realidad social y política de su país.

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JAVIER GERARDO PÉREZ UNA CONSULTA AL PASAR

Con paso lento y sigiloso avanzó el último trecho. Con cautela, como si fuera a invocar al enigma en manifiesto, tocó el llamador de la puerta. -

Pase, tome asiento… en un ratito estoy con usted- se escuchó desde adentro, con una voz suave y dulce que evocaba a la calandria en su algarabía de mañana.

Entró, observó todo en derredor y se sentó en uno de los sillones del lugar, el que no tenía almohadones y denotaba –en el desgaste de la tela– una lujuria de esperas para el mismo fin. Tan sólo unos minutillos y apareció esta viejecita, a la que todos conocían y respetaban como la sabia del paraje. Con la terneza aflorando en su mirada, le indicó que se acercara y le arrulló con su abrazo en contención. Pasaron a la habitación contigua, y habiéndose sentado cada uno de un lado de la mesa, ella comenzó a operar las cartas del tarot con suma ductilidad en sus manos. -

Veremos cuál es el Arcano que hoy habla para usted, en este momento de su vida…

Luego de barajar el naipe, lo abrió en forma de abanico sobre la mesa, y le pidió a su consultante que eligiera una. Al dar vuelta la carta, los efluvios de su magia inundaron el lugar. Allí estaba a la luz, con la claridad que ofrece la luna en Capricornio; la tremenda robustez de la Deidad… -

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Sé, en tus obras, como eres en tus pensamientos… -dijo, y comenzó a verter palabras que se fundían con su entrecejo, tejiendo un mensaje mágico que acompañara el momento. Así como esta imagen –dijo alzando la carta lo suficiente como para que quien consultaba alcanzara a visualizarla– debiera Ud. comenzar a transformarse en un mago en actitud de proceder, para sumirse en las fauces del universo y así afrontar sus devenires.

La conquista del mundo, de “su mundo” sólo es factible mediante la unicidad de la voluntad y del poder creativo, concibiendo la vida como un juego de posibilidades en potencia, donde sólo los atributos de su personalidad junto con la voluntad y el esfuerzo, conquistan las circunstancias. Así, para lograr la alquimia en su vida cotidiana, cuenta con cuatro elementos… la moneda, el ánfora y la espada que están sobre la mesa; y el cetro que sostiene en la mano simbolizando su poder espiritual. Con la espada, luego de vencer su propia oscuridad, podrá conquistar al mundo; pero si detrás de ello no hay una razón justa, lo llenará de horror. También podrá comprarlo con el oro, pero sólo con el amor podrá alcanzar el reino espiritual. El ánfora, la matriz que engendra la vida, debe ser honrada a cada instante. Logrado esto, su alma brillará como el oro más fino y así resplandecerá unida al amor. Si obra en contrario, el dedo de la otra mano estará señalando su seguro destino, pues cuando la mente no está al servicio de una causa noble, siempre degenera en vicio. Todos estos elementos deben ser usados con el ejercicio de la cautela y la moderación… Su vida será estar en el exacto acto de crear, el actuar de hoy será su recompensa del mañana, y así logrará ser su propio alquimista. Pues la actitud, la prudencia y la inteligencia serán los hilos conductores hacia su destino final... 100


-

Y otra cosa... ¿sabe qué? –dijo la mujer cana con su mirada perdida hacia lo alto– Atrévase..., camine sobre el arco iris..., llegue al firmamento donde los pájaros azules danzan en su vuelo, y allí sus sueños se han de transformar en realidad...

Unos segundos de un intenso silencio. Se miraron sonriendo, se pusieron de pie y fundieron la magia del momento en un cálido abrazo. La viejecita quedó mirando como su consultante atravesaba la puerta de salida y avanzaba por el pasaje de tierra con pasos lentos pero firmes y la espalda bien erguida. Habiendo recorrido un buen trecho, se detuvo, y preguntó mentalmente al Universo: -

¿Cómo se habrá llamado el Arcano que hoy me habló? El Mago… respondió desde adentro la sabia del paraje.

Javier Pérez: Como escritor ha sido reconocido en el “Concorso Internazionale de Poesía Inédita – II Federiciano X edizione”; con el Poema “ANDANDO”, Curaduría Aletti Editores (Roma, ITALIA – 2018). Operador de distintos oráculos, tanto del tarot como rúnicos y astrológicos desde el año 2001. Como actor trabajó en la obra “Un drama turbio”, ganadora del premio “Carlos - 2018”, y también en “No hay que llorar”, “Esperando la Carroza”, “Julieta y Romeo – Lado B”, entre otras.

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Graciela Ortigoza: Nació en Chaco, pero eligió nuestra provincia para vivir con su familia en Villa Carlos Paz. Artista plástica hiperrealista, ilustradora y muralista. Se desempeña como Profesora de Arte y Tecnología en varias instituciones educativas del Valle de Punilla. Es además restauradora de muebles y técnica en porcelanatos líquido y pisos 3D.

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LUIS PESCIALLO LA COSECHA

Me lo había contado mi padre por primera vez cuando yo no pasaba el metro de altura. En una de nuestras salidas de abril, cuando con las últimas lluvias comenzaban a brotar bajo los pinos los hongos. Su padre se lo había contado a él y más atrás, el origen de la historia se perdía. Me lo volvió a repetir muchos años más tarde, al comienzo de mis años de adolescente, en una de las últimas visitas al cerro que compartimos, pero ya no le presté tanta atención. La historia decía más o menos así: Una vez cada cuatro años, como los años bisiestos, junto a los pinos crece un hongo muy especial. Por cada zona donde se encuentran los de siempre, solamente brota uno, igual en todo a los demás a excepción de una pequeña cruz sobre su sombrero de color negro. Lo llaman el hongo del Señor. El hongo del Señor es poderoso -decían por ahí- y los que se animan a comerlo pueden hacer cosas increíbles. Nadie decía exactamente qué eran esas cosas increíbles, pero la historia era sabida por varios. Pasaron muchos años y lugares hasta que volví al cerro de mi infancia. Había envejecido un poco, como yo y algunos de sus árboles más añosos, ya no estaban. Como mi padre. Pero en abril seguían brotando los hongos de pino. Y yo los disfrutaba cada cosecha. Fue un día soleado de otoño cuando entre la pinocha lo vi. La cruz sobre él no dejaba dudas. En mi cabeza se asoció con la víbora de la cruz, no sé por qué, y cierta aprehensión se apoderó de mí mientras lo miraba. No tenía gran tamaño y apenas era un poco más claro que lo otros hongos que lo rodeaban. Dudé en arrancarlo. Pero la promesa de cosas increíbles pudo más. En cuclillas, con cuidado, lo tomé por el pie y tiré suavemente para no romperlo. Una ráfaga de viento me corrió el pelo sobre la cara. Di por terminada la excursión y volví para casa. Lo dejé sobre la mesa de la cocina y durante el resto del día medité sobre la conveniencia de probarlo. Pensé que era mejor hacerlo de mañana y me fui a dormir ligeramente nervioso. Al despuntar el alba me levanté. Un frugal desayuno y el mate terminaron de despertarme y me dispuse a comer el hongo que reposaba sobre la mesa. No tenía ningún sabor especial; la húmeda carne se deshizo en mi boca dejándome un suave gusto a tierra. No sé si esperaba que rápidamente me crecieran alas, pudiera ver en la oscuridad o por lo menos que los colores que me rodeaban se vieran un poco más intensos. Nada de eso. Un curioso anticlímax. Decidí seguir con el día como si nada hubiera ocurrido, aunque albergaba la esperanza de que algo extraordinario me sorprendiera más tarde. Pero pasaron las horas y nada ocurrió. Nada que me sorprendiera por lo menos. Apenas un desasosiego indeterminado que no llegó a encender ninguna alarma. Aunque debería haberlo hecho. 103


Porque a esa vaga desazón le siguió una fuerte tristeza que a los pocos días se convirtió en una insoslayable depresión. Una semana más tarde no tenía ganas de levantarme de la cama. Ni de llamar a nadie. Apenas podía salir en silencio a comprar lo poco que me daban las fuerzas para cocinar. De no haber sido por un viejo vecino al que conocía de vista nomás y cuyo nombre ni sabía, no estoy seguro dónde hubiera terminado todo. Tal vez a Don Cosme -tal era su nombre- lo sorprendió que en mis espaciadas salidas al almacén yo mantuviera fija la vista en el piso; algo le debe haber parecido fuera de lo habitual, pero lo cierto es que se me acercó amablemente cuando estaba en el umbral de la puerta de entrada de mi casa y sin mediar saludo me dijo: -¿Anda necesitando algo vecino?no, le respondí. -¿Seguro que no puedo ayudarlo en nada?- insistió. Dos minutos después le conté de mi estado de ánimo; de cómo en un par de semanas nomás había pasado de ser una persona más o menos normal a caer en este sopor que me hacía difícil atravesar el día...y del hongo que había probado. Se le arrugó más aún el ceño y se sacó los anteojos. Mientras los limpiaba con una esquina de la camisa, su vista pasaba alternativamente de sus dedos a mis ojos, hasta que finalmente me dijo: -Hace muchos años que no escuchaba el nombre de ese bendito hongo- al tiempo que me pedía entrar en casa para continuar la charla. Sentados en el sillón mi expresión fue mudando de la tristeza a la desolación. Las historias que se contaban alrededor del hongo eran puras habladurías. El verdadero nombre del espécimen que yo había ingerido días atrás era K´allampa Manán Khuyai o algo así como "el hongo de hacer las cosas sin amor" en quechua, y lo que sí era cierto -pero no se contabaera que inducía, al incauto que lo comiese, un letargo emocional como el que yo padecía. Tampoco era verdad que aparecía cada cuatro años. La leyenda, o por lo menos el relato que había llegado hasta Don Cosme, decía que el hongo aparecía cuando su historia estaba a punto de ser olvidada para que el sacrificio de uno pudiera servir de advertencia a las generaciones por venir. Según los antiguos, el ser humano no entendía lo bendita que era su condición y solía olvidarlo. El hongo simplemente recordaba eso, aunque solamente fuera por salvaje oposición. Los que lo comíamos formábamos sin saberlo una selecta cofradía. El viejo Cosme era el eslabón que me precedía. La afección no tenía cura. Tan solo el consuelo de saber que uno ofrendaba la propia felicidad por la felicidad de muchos. Maldije mi suerte en silencio pero Cosme adivinó mis pensamientos. -No te preocupes- me dijo -te acostumbrarás y aunque no lo hicieras, la vida sigue adelante. Me tomó del brazo, él a mí, a pesar de su edad y lentamente salimos a la calle.

Luis Pesciallo, Músico, escritor y padre de familia. Con cincuenta años, vive en Tanti desde hace cuatro. Su obra está atravesada por los viajes, la vida en Estados Unidos en su juventud y una búsqueda espiritual en los márgenes del cristianismo. La trascendencia como sed y la palabra como ofrenda vital.

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PAULA PIZZANO RESISTENCIA A Manuel Mujica Lainez Yo conozco las Puertas del Paraíso, sé cómo activar los efluvios del hechizo y cómo escapar por las rutas de la magia. Puedo descifrar los subterfugios que han entramado las cosmogonías. Se me ha revelado la existencia del Todo Universal y sus sinuosos laberintos, entretejidos con hilos de tiempo y de espacio. Espacio circular y tiempo discontinuo… Yo conozco las Puertas del Paraíso, entreveo sus formas fantasmales tras el vidrio helado y azul del sueño. Rescato las olvidadas palabras y resucito mensajes y amores diluidos. Soy quien emerge con sus alas rotas desde la miseria real y cotidiana, desde el no ver al otro como parte, desde el generador atroz del sinsentido. desde la decadencia de un sistema perverso. Soy Melusina, el hada Melusina. El pequeño Escarabajo de Manuel.

VALS EN DO SOSTENIDO MENOR DE CHOPIN A Manuel Usted trajo para mí todo lo bueno, la mirada cómplice del silencio, la palabra secreta y aquel sueño profano que no olvido y me convierte en sobresalto. Usted, en la brevedad del siglo, activó la magia, recompuso los relojes y el latido, reacomodó la lágrima en su sitio y me alineó los huesos y el delirio. Usted lo pudo todo y luego, sin más excusas, regresó a su mundo suspendido y me dejó 105


para que amaneciera en estas alturas de aires purísimos, de dolores (perdón quise decir colores), de colores extraños por novedosos. Usted fue la presencia del Amor en su extrema poesía reparando hasta el último de los recuerdos, y me dejó así, de pie ante todo lo posible, para que los amores puedan ir y venir y no se lleven, cada vez, girones del alma. Usted trajo para mí la nota florecida y musical, el tintineo feliz que me plantó en el centro de la vida.

Paula Pizzano: Reside en Estancia Vieja, Córdoba. Coordina El Escarabajo Azul Ediciones. Participó en Antologías Literarias. Publicó “2 x 3 Las Hadas vienen cantando”, “Las Hadas de las mandarinas”, “Amorina, cuentos y encuentros con hadas”, en coautoría, “Siete Límites”, “El Camino del Escarabajo”, “El Príncipe” (versión infantil y para adultos), “03541 Cartas Confesionales a Estancia Vieja”, “El Hallazgo”, “Perú Místico” y “Amorina y el Resplandor de los Verdes Sapos”, en coautoría.

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GABRIEL POLIDORO HECHIZO PASIONAL Eres el fuego en mis venas, el margen de mi orilla, el mar de mis ojos, rubor de mis mejillas, la fe de mis actos, mi religión y mi Guía. Contigo soy tan libre como gaviota en la brisa, tan fuerte y decidido como el ímpetu marina, la que se azota entre las rocas con furia repentina, para luego volverse tan solo gotas de suave llovizna. Flexible como el junco mi corazón de quimeras se moldea entre los sueños de verte una noche de estas cubrir en tu manto de estrellas de sereno y luna llena, las caricias que he guardado para ti, y junto a ellas… el más tierno de los besos y prendido a su tibieza el dulzor de mi remanso, mis deseos leña seca, lo pasional mi cuerpo, sobre tu cuerpo mi hoguera.

Gabriel Polidoro nació un 11 de Marzo de 1985. Músico, Autor, Compositor, y Cantante Belvillense, radicado actualmente en la Comuna de Estancia Vieja.

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JOSÉ LUIS RASENTE DETRÁS DE LOS ESPEJOS

Érase de esa mujer detrás de tantos vidrios; vidrios translucidos; vidrios esmerilados, de esos que tienen la inquietante propiedad del enigma: de mostrar y ocultar por partes iguales. Esa mujer, misterio de las formas entrevistas, poblada de fantasmas colectivos, creyendo en cosas que no existen, soñando con cosas que no hay, construía su mundo en base de ideales, ignorando que no hay mundo, buscaba donde sabía que no iba a encontrar ni amor, ni compasión, ni los objetos celestes y brillantes ocultos en la base de algún arco iris. Érase esa mujer que caminaba sobre las aguas, cargando una niña de ausencias, una sábana herida, sueños huérfanos, barcos encallados, estallidos, fertilidad diseminada en los abismos, códigos encriptados, gritos ahogados, nombres negados, mapas equivocados, cielos rojos, violetas y morados. Ella, parte de la ceguera humana, generalmente ciega, generalmente sorda, generalmente muda, desconociendo que el tiempo es el tiempo del acontecimiento, detrás de tantos vidrios, vidrios translucidos, vidrios esmerilados, esperaba a Dios, sin embargo, lo que llegó y rodeó su delantal de cocina fue la locura.

ELLOS

Nunca nadie pudo decir exactamente cuándo llegaron, de dónde vinieron, cómo llegaron, pero allí estaban, al parecer, Padre e Hijo. El más joven, denotaba ciertas particularidades que lo hacían distinto, cierta inseguridad al caminar, su rostro también era especial y caminaba siempre tomado del brazo del mayor. Murió primero, ese día, al amanecer. Lo enterró en completa soledad, y en silencio como si nada hubiera ocurrido, con la mirada perdida vaya a saber en qué laberintos. Comenzó a envejecer presurosamente, sin poder nunca confirmar un amor, una flor, o un descanso. Se sentaba siempre en la misma mesa, silencioso, mirando al muelle o a la montaña como esperando que regresara el que se fue. Bebía, se emborrachaba, acariciaba el vidrio de la botella buscando el alma, las almas, sus almas. -¡Tu rostro bello, tu rostro Hijo!- dijo una vez, sentado, en voz alta, solo, a las tres de la mañana y después dijo… ¿Cómo puedo seguir amándote y estar vivo? Y el poema que jamás regresara y el olvido que no olvida y el espanto. Se levantó, saludó, cerró la puerta, y salió a la noche fría y eterna. Caminaban lentamente sobre la calma del pequeño muelle dos siluetas oscuras, una tomada del brazo de la otra enmarcadas por las imágenes calladas de los viejos barcos y sus almas.

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Lo cierto es que al amanecer de aquel día se lo encontró muerto boca arriba y con el brazo flexionado a la altura del codo, como si alguien hubiera estado tomado de él.

José Luis Rasente, nació en Villa Carlos Paz, actualmente reside en la Ciudad de Cosquín. Docente, con estudios en Filosofía y Educación Especial. Especialista en Análisis de los Discursos Políticos y Sociales. Poeta y ensayista. 1ra. Mención Especial “Poesía y Psicoanálisis”, Asociación Pablo Menassa de Lucía, Madrid. Hoy se encuentra desarrollando estudios sobre la intersección entre Filosofía y Psicoanálisis Lacaniano.

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AÍDA REDERO ELLA Ella… camina sola por los riscos del desamparo. . Llora. Canta. Baila. Siempre en presente. Evapora fantasmas badea océanos a brazadas constantes vence dragones con palabras desarma tormentas con una cruz de sal apaga incendios con las manos. En los conjuros del amanecer hechiza al tiempo se aferra al sol descifra silencios de partidas y regresos y a escobazos de magia pare su nueva mujer. Ella es así… ¡Mágica! MI CASA

Mi casa es mágica y segura como el viejo ombú de la niñez mis pies se hacen raíces en los pisos y es un poemario la copa de los techos. Allí me salvo de mí misma, cada vez que la angustia grita mi nombre. Allí…un ritual de pájaros amanece en vigilia.

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Aída Redero nació en Santa Fe. Trabajó como docente en las provincias de Misiones y Chubut. Hoy ya jubilada reside en Bialet Massé (Córdoba) y se dedica a coordinar un Taller de escritura. Organiza eventos culturales como presentación de libros, encuentros de escritores y preside la Filial de AMÉRICA MADRE en su pueblo.

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RAQUEL ROSSO FANTASMAS TANGIBLES

La brisa caliente prometía que pronto se sequen. Las sábanas se movían y casi tocaban las flores del cantero. Avanzando despacio la vi, flotaba sobre las lajas rojas, aparecía y se escondía entre las prendas húmedas, radiante con su batón floreado. ¿Era? Quizás el calor había alterado mi cordura. Y ahora él, con su pantalón marrón, la camisa a cuadros y el chaleco beige. Hasta olía el tabaco fuerte. “Están y no están allí, como fantasmas tangibles condenados a sobrevivir a un mundo al que ya no pertenecen”. ¿Están? ¿Estaban? Porque yo ya no estoy. Cerré las puertas y ventanas y me dibujé otro destino. Tal vez allá se quedaron, ¿O los traje enredados a las hebras de una infancia feliz?

CAOS

Ella mediadora del caos del caos que ella misma creó impredecibles sus aconteceres como efecto mariposa. Dependencia sensitiva discrepar variaciones confusión y desorden su realidad. Llamará la plegaria, la insensatez pedirá lo imposible a la espera del quiebre añorará la calma en medio del caos cotidiano heroína oscura en noche clara caminará las calles ascenderá la cima en búsqueda constante el esfuerzo habitará el templo sagrado firme su andar ¡Ah! La gloria el revés de los dioses arquitecta de andamios

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Raquel Olga Rosso, nacida en Las Parejas, Santa Fe. Actualmente reside en Valle Hermoso, Córdoba. Integra varias Antologías Poéticas. Estuvo presente en el stand de la Feria del Libro de Buenos Aires, representando a su provincia. Integró Mesas de Lectura en la Feria del Libro de Córdoba. Asiste al Taller Literario “Victoria Ocampo” a cargo de la Profesora Mabel Reyes Machado. Obtuvo premios y menciones importantes en concursos literarios. Ejerció la docencia durante cuarenta años en las áreas de Inglés, Lengua y Ciencias Sociales en los niveles primario y secundario. Ha publicado: “La Dulce Lágrima, Inolvidables vivencias en Sri Lanka, “La vita, la mia vita, La vida mi vida, Life, my life”, (un recorrido por su vida en versos y narraciones), y en la antología “5 Autores”.

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OSCAR ANTONIO SALCITO DANZA MACABRA

Desde aquel verano jamás volví a ese lugar. Todo comenzó como si fuese un juego, o quizás lo fuese, pero lo cierto es que nunca los seres humanos estamos listos para vivir experiencias al límite de lo irracional. El dato lo obtuve por boca de una mujer que adivinaba la suerte. En Estancia Vieja existía un portal, un portal de acceso a ultratumba, la entrada secreta al pasado. Esa tarde habíamos ido con mi alumna de historia a visitar el lugar. Sus dorados veinte años iluminaban las sombras de ese atardecer en la profundidad de las sierras de Córdoba. El coche dejaba estelas de polvo que cerraban la vista. Un hombre a caballo pasó al costado de la huella en dirección contraria sin mirarnos siquiera. Cuajó el cielo un carancho que en vuelo errabundo parecía buscar alguna presa y otra estela, pero esta vez de aire suspendido, se escondió en el valle. A medida que avanzábamos la calle se iba cerrando al igual que el día. Comenzó a soplar un viento norte que dé a ratos formaba remolinos. Remolinos que hacían bailar a los espinillos a un ritmo desconcertado. Desde la radio se escapaba una canción. Cruzamos con dificultad el vado y trepamos la última cuesta a la que llaman “cuesta de las lloronas”. Allí, desde las alturas, vigilaba en su imponencia el monumento al Indio Bamba. Aparecieron unas pircas. Un cartel se balanceaba al ritmo del viento y estacionamos al costado de los muros. «El cementerio aparece y desaparece desde la nada misma.» recuerdo las palabras de la bruja. Sentados, esperando alguna señal, vimos caer la noche. Ya aburridos, sin esperanzas de ver algo, descendimos alumbrando con las linternas. Tras las pircas, y con el asombro dibujado en nuestras caras, aparecieron cruces desparramadas por todos lados y tres nichos, nichos sobre los cuales se levantaba una pequeña capilla. Sus paredes daban al lugar una carcomida concavidad gótica. Sonaron dos campanadas estampando ecos en el páramo. Empujamos la puerta de acceso que chirrió como chirrean todas las puertas de los camposantos, y una vez adentro, nos dispusimos a caminar por entre las tumbas en busca de nombres, nombres que nos servirían para el trabajo de investigación; nombres perdidos en la inmensidad cósmica. Antiguas lápidas nacían desde la tierra mientras el viento seguía esparciendo hojas. Olían a muerte. Algunas rozaban nuestras caras con el filo de sus dedos y escuchábamos sus caídas. Parecían quejarse. Sacamos fotos con la cámara del teléfono. Algo pareció moverse a nuestras espaldas tensando los nervios que helaban el aire. Nos relajamos un instante aferrándonos de las manos y nos adentramos en la penumbra a la luz de las linternas. Una cruz de palo se interpuso en nuestros pasos; la esquivamos luego de fotografiarla; el viento pareció quebrarla y volvimos a tomarnos de las manos. Decidimos volver al auto en una película de retrospección. Tropezamos un par de veces y el regreso se hacía cada vez más lento, como si alguna mano desde la 114


tierra nos detuviese, como diciéndonos que también nosotros pertenecíamos a ese mundo de los muertos. Saltamos la pirca dando brincos. El coche nos esperaba mudo, desentendido de todo. En su interior nos sentimos aliviados. Saqué de la guantera una petaca y mientras bebía un trago ella comenzó a ver la secuencia de las fotos. Su cara se congeló de espanto. Con las manos temblando y casi al borde del llanto me acercó la pantalla. Aparecieron figuras; demacradas figuras asechando tras los nichos; rostros que nos miraban con los párpados hundidos por entre las cruces. Dejamos la cámara. Miramos hacia las pircas que estarían a unos metros de distancia, y vimos, tratando de trepar los muros en dirección a donde nos encontrábamos, a esos mismos espectros de las fotos. Danzaban cual espantapájaros viviente. Trepaban lento. Uno logró saltar. Desesperado giré la llave; una, dos veces. El motor no encendía. Hice un tercer intento; el burro de arranque parecía trabarse, hasta que por fin arrancó. Cruzamos las sierras como dos fantasmas en la noche.

Oscar Antonio Salcito vive en Tanti. Publicó un ensayo histórico: “Brochero, la historia oculta” (Ed. El Escarabajo Azul, 2017). Una novela corta: “Cuando hablan los vientos” (Nodo Impr., 2019). Participó en las Antologías de Estancia Vieja 2 y 3. Actualmente trabajando en una segunda novela y un libro de cuentos.

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BLANCA LILA SÁNCHEZ INTIWATANA

En los tiempos actuales, difíciles en todos los órdenes, ser propietario de un castillo ya comienza a ser cosa de magia, porque la sola mantención obviando detalles es superlativo, a lo que se le suma los años de existencia de la estructura en sí, un inmueble tan extenso para tan pocos habitantes. No obstante, le daré a usted las facilidades de llegar al pie del mismo; entrará raudamente por el Balcón II buscando la calle señalada, es muy fácil porque esta todo señalizado, aparca, trepa la amplia rampla, traspone el pórtico que se abrirá de par en par ante su presencia, dejando atrás lo circundante al predio. Al aspirar el cálido aroma del jardín alzará los ojos al cielo, momento en que descubrirá la bella estructura de suave tono lila con aberturas de color lavanda y tejas azules. A su ingreso habrá leído usted el nombre Intiwatana, (amarrar el sol) traducción del quechua. Para seguir, tomará el sendero a la izquierda subiendo suavemente. El aire fresco lo traerá optimista, se encontrará subiendo unos imprecisos escalones mas, en el último, un campanilleo dará cuenta de su presencia. Un ángel acudirá, no debe sorprenderse, sea tranquilo, una gran boa guarda la entrada, no tema por su intimidad. Lo conducirán a la biblioteca donde está la señora, sencilla, afable, departirán unos momentos, vendrán dos ángeles, sonría usted, los sentarán a ambos en una especie de trono rodante llevándolos a recorrer varios recintos. Apeándose en algunos momentos, ingrese y egrese con atención ya que siempre encontrará desniveles, es una característica natural. Ya en esta mansión notara la austeridad, el confort y la luz de los ambientes. Impera el buen gusto de la nobleza. La magia de una más que prolongada vida le ha enseñado este don. -¿Le parece bien este balcón para sentarnos tranquilos y reponer energías? Amigo Rafael deseo que se sienta usted cómodo en esta mansión. - Por supuesto Mora, donde y como usted disponga. A la luz atardecida, se ven ambos un tanto cambiados por el paso del tiempo, no hacen comentarios al respecto. Aparece una pequeña mesa cubierta de manjares que ambos degustan con placer, mientras escuchan de fondo a Vivaldi. Hablan amistosamente de su estada en Marbella, donde fueron presentados por amigos en común, sobre el tiempo feliz que pasaron. El disfrute es pleno. El sol entra en el océano sin fin. El espectáculo del mundo sierra a sus pies. Momento en que ella invita a entrar. – Me permite usted felicitarla, me he sentido muy cómodo, este momento será inolvidable para mí, pero el día me ha sido largo y quisiera poder descansar. – Bien vaya usted, y será hasta la hora de la cena. 116


Un ángel lo conduce dulcemente en silencio a los aposentos.

Blanca Lila Sánchez, autodidacta, se forma en taller literario de América Madre (AMA) filial Bialet Masse, pueblo donde reside desde hace veinte años. Participa en Antologías de Estancia Vieja, concurre a encuentros de escritores.

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ANGIE SARACH HAID (EL QUE REGRESA A DIOS) Durante el primer año de mi desempeño como profesional de la salud, se me presentó la oportunidad de realizar la residencia en una prestigiosa clínica de rehabilitación neurológica, área en la cual ansiaba formarme. Sabía que me esperaban grandes desafíos y aprendizajes, pero nada me preparó para las experiencias únicas que allí viviría, algunas de ellas imposibles de explicar lógicamente. Ésta es una de ellas. Una fría mañana de agosto que comenzó con sus típicos vientos, conocí a Haid, un hombre de mediana edad que llevaba meses en estado de conciencia mínima debido a un grave accidente que le había provocado daño cerebral. La fonoaudióloga a cargo del área de docencia que me acompañaba, lo atendía y se encargaba, primordialmente, de realizarle higiene y estimulación oral para preservar la función deglutoria de control de saliva y secreciones. Además, ella controlaba la dinámica respiratoria y la traqueotomía que había sido necesaria realizarle hacía algunos meses. Otros profesionales se dedicaban a completar la terapia, cada uno desde el aporte de sus varias disciplinas. Hasta ese momento, nunca se habían detectado respuestas consistentes ante ningún tipo de estímulo brindado por el equipo asignado de la institución, al paciente en cuestión. Era mi segundo día como residente cuando entramos a su habitación y dijimos “hola”, como de costumbre. La licenciada insistía en que el saludo social se brindara a todos, independientemente del tipo de paciente que fuera, aunque estuviéramos convencidos de la improbabilidad de una contestación. En esa ocasión la piel se nos erizó y la respiración se nos detuvo por unos segundos cuando el paciente contestó “hola”, con una voz ronca y tensa. - “¿Escuchaste?”- me preguntó la profesional docente, con los ojos abiertos de par de par. La sorpresa fue tan grande, que yo no alcancé siquiera a responderle y ella salió corriendo rápidamente por el pasillo a contarles la esperanzadora novedad a los demás terapistas. A pesar de la incesante búsqueda de otras producciones orales o gestuales en los días siguientes, no volvió a aparecer la más mínima señal de que el paciente pudiera o deseara comunicarse. Al cabo de un tiempo, Haid falleció de un paro cardio-respiratorio del cual fue imposible recuperarlo, a pesar de los esfuerzos del equipo médico. El día que nos dejó nos reunimos todos los terapistas en el espacio que se destinaba como gimnasio. Sus enormes ventanales dejaban ingresar el tibio sol de un día que ya anticipaba la pronta llegada de la primavera. Fonoaudiólogos, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, psicólogos y neuropsicólogos nos ubicamos en ronda para hacer unos minutos de silencio y así despedir a nuestro paciente. En un momento un joven kinesiólogo, quien había sido el referente de Haid desde su ingreso, se colocó al medio del círculo y tomó la palabra. - “Felicitaciones al equipo por el esfuerzo y la atención brindada a Hai durante todo este tiempo, él se fue en mejores condiciones de las que ingresó, por lo que seguramente ahora está en paz”. 118


Todos hicimos un respetuoso silencio, el cual fue bruscamente interrumpido cuando comenzó a sonar la máquina destinada al registro diario de los ingresos y egresos de la clínica con la impresión de nuestra huella digital. Sin que nadie la tocara, ni se acercara siquiera, dicho instrumento repitió con su mecánica voz: - “Gracias…gracias…gracias…gracias…gracias…gracias”, sin detenerse, ante el asombro de todo el personal. Nunca olvidaré los rostros de incredulidad primero, el llanto incontenible que le siguió y finalmente el estremecimiento de nuestros cuerpos reunidos allí para aquél saludo final. La misma palabra reiterada una y otra vez, retumbó en el callado recinto durante varios minutos, hasta que un terapista se animó a responder: - "De nada, Hai". Sólo entonces la maquina cesó repentinamente. En el nuevo silencio que instaló, nuestro dolor y lágrimas se fueron transformando poco a poco en tenues sonrisas mientras nos tomábamos de las manos. - "De nada, Hai" repetimos todos al unísono.

Angie Sarach, nació en Córdoba Capital, hoy vive en el Valle de Punilla. Se recibió de Licenciada en Fonoaudiología en la U.N.C. Está formada en Neurorehabilitación, área que la apasiona. Se desempeña en varias instituciones de la salud. Disfruta de los animales, y de tiempo compartido con su familia y amigos.

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GABRIEL SARACH MISTERIO ALADO

Hoy como tantos otros días contemplo el amanecer, un nuevo milagro de la Creación e invariablemente descubro en el sol anaranjado que comienza a aparecer entre nubes algodonosas, esa tilde negra que se mueve muy despacio recorriendo el cielo, haciéndose dueña del espacio infinito, ganándole el protagonismo al mismísimo astro rey. Y ahí estoy yo, detenido en el tiempo, imaginando de dónde viene y adónde va. ¿Por qué está sola? ¿Vendrá a mí? La mañana comienza y las gotas de rocío caen de las ramas del palo amarillo al posarse los jilgueros; las parejas de chimangos surcan el firmamento paseando su sombra sobre las sierras; el canto de la pequeña curucucha delata su inocente y enérgica presencia. Muy pronto llegan el viento y la claridad. Tengo que esforzarme en agudizar la vista y el oído para divisar a lo lejos a la monjita, que me provoca desde siempre, y escuchar el melodioso gorjeo de los pichones de la calandria que ha hecho su nido en el tala cercano a la casa. El bendecido día sigue con la siesta, y me inundan las ganas de agradecer este momento de paz, plenitud y amor. Pero me desconcentran el halcón suspendido en el firmamento, las azules tacuaritas que según dicen son tan difíciles de ver y los colibríes enamorados de las coloridas flores. Me invade una inmensa admiración por estos maravillosos seres alados. Tengo una conexión especial con su mágico vuelo y la sensación de que me une a ellos una hermandad indescriptible. Aprendí a no cuestionarme esto que siento, a dejarme llevar por mis emociones, y disfrutar este misterio que llevo en mi alma de ser feliz sólo con saber que las golondrinas están migrando y que el hornero casi termina su increíble hogar de barro y trino. Avanzada la tarde, las pinceladas naranjas se mezclan con las grises y el crepúsculo deja ver la sombra del carpintero trabajando aun afanosamente en un poste, contrastando con la serenidad del vuelo de una pareja fiel de caranchos que vuelven a su hogar, ya sin intimidar porque terminó la hora de la caza. Cierro los ojos intentando guardar esas imágenes, tesoros de un instante que no se repetirá, y al abrirlos veo la oscuridad del monte, refugio de lechuzas y atajacaminos que procuran su alimento en la noche. Miro al cielo una vez más y vuelvo a sorprenderme al divisar el regalo de esa tilde que a lo lejos cruza la luna llena y en su despedida se pierde en alguna estrella lejana. Y ya no tengo dudas; muy por el contrario, tengo certezas, porque mi mente y mi corazón entre cantos y aleteos me lo gritan: “en alguna otra vida fuiste un ave… y fue tu vida nido, firmamento y libertad”.

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Gabriel Sarach nació y pasó la mayor parte de su vida en Córdoba Capital y desde hace 5 años reside en Tanti, localidad que eligió para vivir la segunda etapa de su existencia junto a su familia. Es camarógrafo y amante de la música y la naturaleza, a las que disfruta cada día. Desde joven participa en el Movimiento Argentino de Exploradores de Don Bosco.

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STELLA MARIS SASTRE BERTARELLI AUTOESTIMA… LA MAGIA DE LA FUERZA INTERIOR

Al inicio de nuestra vida y en el transcurso de los primeros años se va formando nuestra autoestima, es decir, el amor a nosotros mismos y lo que creemos acerca de nuestro propio valor, sobre todo con la influencia de nuestros seres queridos y otros allegados como lo son educadores, referentes religiosos, amistades que contribuyen a esta valiosa parte de nuestra identidad y personalidad. Dichas queridas personas padre, madre, hermanos, tíos/as, vecinos/as son parte de nuestra constelación familiar -término acuñado por Bert Hellinger (1925-2019)- también podemos considerarla como una red, un entramado de energía amorosa que si no se sustenta en el amor incondicional, en buenas autoestimas que se validan entre sí saludablemente, lo harán en el sentido contrario hacia una pobre, débil, baja o distorsionada autoestima. ¿Qué sucede entonces cuando no nos queremos, no nos apreciamos bien? La respuesta es conocida para muchas personas, para otras no tanto… en este caso buscando insaciablemente ese amor que no encontramos en nuestro interior, en nuestra persona, tampoco lo podemos reconocer en nuestra familia y menos en un Orden Superior… haciéndolo en lugares equivocados como puede ser cualquier tipo de relación perjudicial, ya sean personas, sustancias, cúmulo de títulos académicos, hiperactividad o por el contrario en el no hacer o no cerrando círculos de aprendizajes… quedamos estancados, tristes, frustrados, enojados y debilitados con mucho miedo. ¿En qué momento comenzamos a amarnos? En realidad, algo del verdadero amor siempre fluye, somos amor, necesitamos conectarnos profundamente con nuestro Yo Superior, con nuestra propia Inteligencia Espiritual y Emocional a cualquier edad ello es posible, aceptando quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Todas las etapas como parte del proceso de la existencia humana, incluyen unas a otras, períodos pasados están en el presente y los presentes en el futuro; en la medida que nos damos cuenta de ello, más nos dedicamos a generar cambios reparadores para sanar nuestras heridas personales, familiares, comunitarias y ambientales con perdón dado y recibido mediante reconciliación mutua en aras de próspera evolución de nuestra autoestima e inmediatamente a modo de imán, reflejo y espejo ayudando a sanar a otros seres en cuerpo, alma y corazón. Quien se ama elige mejor, también toma mejores decisiones, teniendo en cuenta que todos somos uno y somos unidad con la naturaleza y todo lo cocreado en Orden Divino. Entonces somos capaces de vivir en gratitud tanto por las vivencias positivas como por las negativas, pues son las experiencias, los aprendizajes que nos dan nueva fortaleza ante cambios, crisis y duelos tanto los que se nos presentan como

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los que generamos, potenciando cada vez más nuestra resiliencia personal y comunitaria. En la medida en que podamos comprender que el proceso de construcción de nuestra vida es SER-HACER-TENER vamos a ser capaces de vivir una vida plena desde el interior hacia nuestro exterior. Esta concepción de vida nos da la posibilidad de poder entender que, de acuerdo a cómo decidamos construirnos desde adentro será la riqueza de nuestros pensamientos y de la vida que decidamos vivir. En ocasiones, creemos que el TENER es lo que da sentido a nuestra vida haciéndonos sentir mejor; sin embargo, ese bienestar es pasajero y fácilmente se desvanece si nuestra vida no se encauza desde lo profundo de nuestro SER. Sabemos que la fuerza de la Oración, la FE, el deseo de sanación conlleva Energía Divina de Amor Incondicional capaz de sanar vidas, cambiando hábitos a partir de nuevos procesos mentales que se logran con ayuda y práctica cotidiana, cocreando una buena autoestima logramos sentir paz, equilibrio interno y externo. Somos felices con propósitos de vida trascendentes multiplicando nuestros reconocidos dones, con seguridad y al servicio de la vida, retroalimentando nuestra autoestima plenamente. Agradezco a Sandra Costilla por su Fuerza Interior

Stella Maris Sastre Bertarelli: Nacida el 7 de enero de 1959 en Córdoba, Argentina. Licenciada y Profesora en Psicopedagogía con Especialidad en Psicoeducación Hospitalaria y Domiciliaria en Escuela Hospitalaria y Domiciliaria Atrapasueños. Maestra Reiki. Coautora del libro: “Aprender en Todo Terreno – Inteligencia Emocional y Espiritual” junto a la Profesora Nélida Lucía González. Editorial Ronda. Córdoba. Argentina. Año 2018. Participación en las Feria del Libro de Villa Carlos Paz –La Palabra como Derecho y en Córdoba Capital en la Feria del Libro y del Conocimiento.

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MARÍA ROSA SCHVERDT

INVERTEBRADOS SENTIMIENTOS Entre nubes de algodón decorando las imponentes sierras, mis pensamientos volaban como frágiles libélulas amaestradas y traviesas. El agua cristalina del río viajaba acariciando los pequeños caracoles nacarados, que paseaban de un lado a otro tan indecisos como enamorados. El verde césped, los elegantes cardos y el viento cálido que hacía bailar al único junco que custodiaba elegante aquella roca donde me encontraba sentada, eran testigos de mis anhelos, de mis sueños y de mis recuerdos que divagaban danzantes como polvo mágico de estrellas en el firmamento. Recuerdos que aquellas chicharras curiosas y charlatanas pretendían robar de mi mente sin saber que durante una siesta nocturna luciérnagas audaces y atrevidas secuestrarían en silencio mis memorias, apresándolas herméticamente en mi corazón, bajo fuertes y acerados candados. Cansada y agotadísima en su ascenso, una hormiguita obrera que parecía estar escalando una enorme montaña en lugar de aquella grisácea piedra, marchaba atenta y a la defensiva. Tan así que, a la menor amenaza, lanzó su picadura venenosa sobre el dedo índice de mi mano izquierda. No sólo enrojeció mi piel su atrevido accionar, sino que al parecer su potente veneno supo apoderarse de mi mente vulnerando los candados que daban acceso a su interior. El llanto y la risa salieron en escena. Seres queridos e insectos coloridos mutaban como por arte de magia. De a ratitos, era yo. De a ratitos era una llamativa y hermosa mariquita. A mi lado, mi amado dejaba de serlo por un instante transformándose en un robusto y renegrido escarabajo. En el medio de nosotros dos, nuestros hijos, jugueteaban felices y, en ese sueño borroso, al quererlos alcanzar y acariciar se perdían de nuestras manos en un escape resbaladizo y zigzagueante característico de los gusanitos de seda en los que se habían convertido. Nosotros cuatro: la fórmula real de un amor puro por segundos y, a la vez, los insectos más llamativos del mundo. Los recuerdos continuarían apareciendo ganando carrera como grillos saltarines en plena cosecha. Y ahí estaríamos otra vez, todos en escena, visibles o camuflados, pero en escena. El río convertido en el verde césped del jardín de nuestro primer hogar. Las sierras disfrazadas de aquella blanca medianera testigo de tantas vivencias familiares. El joven junco; en nuestro adorado hijo mayor expectante y curioso. La pequeña y movediza roca gris en nuestro pequeño niño; tan ágil como escurridizo. Y, a un costado, aquellas dos abejas rebeldes y luchadoras que dejarían, luego, de serlo para convertirse nuevamente en nosotros dos. 124


Todo era tan real y tan confuso al mismo tiempo. Todo era tan fuerte y claro, como telar de cualquier araña hasta que el sonido en mis oídos de esa alarma natural a las que llamamos mosquitos, logró despertarme de ese hechizo encantado regalándome la felicidad de haber podido revivir, en un atardecer serrano, aquellos momentos imborrables de mi vida. Miré hacia el frente y allí estaban: padre e hijos divirtiéndose en las aguas iodadas del río vertido de nuestra madre tierra. Bajé la mirada por segundos y noté una pequeña mantis religiosa adulta posada indefensa sobre mi rodilla. Señal con la que pude descubrir que había sido poseedora de una siesta bendecida. Acerqué mi dedo hacia ella que sin dudarlo ascendió en él. La acerqué a mi boca y suavemente la soplé; ella abrió sus alas regalándoselas al viento y luego de atravesar aquel portal donde se esconde el sol somnoliento, la vi convertirse en una fantástica hada mágica que decidida y feliz esparció en su vuelo, sin motores, la magia de un amor puro convertido en infinitas mariposas multicolores.

María Rosa Schverdt, nacida en José C. Paz (Bs. As), reside en Cosquín, Córdoba. Docente, Profesora de Danzas Folklóricas, Artesana, Escritora y Colaboradora Cultural de “América Madre”. Expone sus obras literarias en Ferias de Libros, Instituciones Educativas, Talleres Infantiles y Encuentros de Escritores. Participa en el Taller de Literatura “El Anden”, de Santa María de Punilla.

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MIRTA SOCIO MÁGICA ESTANCIA VIEJA

Participábamos, entonces, de un Encuentro de Escritores en Santa María de Punilla. En la Programación figuraba una visita a Estancia Vieja. Qué es Estancia Vieja, me dije. Al día siguiente partíamos para descubrir ese espacio privilegiado, mágico, de las sierras de Córdoba. Había pasado varias veces muy cerca del lugar, aunque nunca me detuve. Con expectativa, con curiosidad, nos fuimos acercando y ¡Oh, sorpresa! Estancia Vieja se nos presentaba como un territorio único por su belleza natural. Un paisaje incomparable y allí, entre las serranías próximas, el monumento a Bamba. Siendo yo profesora de Literatura, había leído el poema Bamba que le daba el nombre a ese monumento, conocía algo sobre su autor y además conozco a sus descendientes, que residen en Cruz del Eje. El pequeño poblado me fascinó. La organización de las lecturas de poemas y relatos breves por parte de los visitantes y lugareños, la buena predisposición de los organizadores locales, los bailes entusiastas, la producción literaria de la gente del poblado, ahí exhibida, el esfuerzo y capacidad para homenajearnos, los ricos alfajores de la fábrica del lugar, de los más ricos de Córdoba, todo contribuyó al encanto. Me retiré convencida de que nuestro país es muy bello, casi incomparable, como lo es Estancia Vieja, sitio enclavado ahí cerquita, en nuestras serranías.

MÁGICA ESTANCIA VIEJA

Ahí estás, bella, pintoresca, emergiendo con un sello inconfundible: tu monumento al indio Bamba. Ahí estás atrayendo a la gente que te elige para vivir, pensar con libertad y crear en un espacio mágico. Ahí estás pintoresco poblado lugar de conjunción de artistas y artesanos, de hacedores culturales, 126


a quienes le brindas la posibilidad de inspiración en tu aire no contaminado, en tu cielo diáfano, en tus sierras dibujadas. Ahí estás, abriéndote a los viajeros y ofreciéndoles tus pródigos atributos.

Mirta Teresita Sosio: Nací en San Francisco, crecí en Cruz del Eje, estudié en Córdoba. Soy Prof. de Castellano, Literatura y latín, y Lic. en Letras Modernas. Di clases en Cruz del Eje y Córdoba y acabé la carrera docente como funcionaria del Ministerio de Educación de la Provincia. Escribo desde siempre, participé en numerosas Antologías. Soy miembro de la S.A.D.E. Deodoro Roca y co-fundadora del Café “Los locos de la estación”. Publiqué un libro de relatos: “De Historias Compartidas”. Obtuve premios y menciones. Actualmente vivo en dos lugares: Cruz del Eje y Córdoba.

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JUANA SORIA SINFONIA

Una sinfonía otoñal anida en el vientre de mis sueños. Un teclado suena al compás del baile de mis dedos. Desgranan los años la espera en un rulo de nostalgias. La escalera del teclado trepa las ilusiones, desanda los inviernos y anida en el vientre de mis manos.

BRÍOS

Con la distancia hecha montañas, te veo con el lapso de los siglos volar tu tiempo de mariposa helada, dejar tus bríos en el estanque de los días, caracoleando en los besos de labios ajenos para dormirte nostálgico entre fotos y sueños.

JUANA SORIA. Nació en Rio Gallegos, Santa Cruz, Argentina. Reside hoy en Villa Carlos Paz. Coordinó el grupo literario “La Magia de la Palabra”. Cofundadora de la Agrupación Literaria Unicornio de Pto. San Julián. Organizadora de Encuentro de Escritores, de concursos de pintura. Tuvo a su cargo el taller literario “Las Rosas del Tiempo” en el IMA en 1997. Condujo un programa radial para el centenario de la Escuela Carlos N. Paz, en Radio Serranías junto a sus alumnos, “Entretejiendo Sueños”. Actualmente tiene el programa radial: “Más allá de las Palabras” y “Desde las Entrañas” por sudamericarnaradio.org. FM 100.3. Edité 6 libros: Desde

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el sur; Queoquen en Moquehue; Tiempo de palomas; Con el alma desnuda; En las aguas de los siglos y Saldos de vida.

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ROSANA STIPISICH TANTI CUCHO

El verdor de los sauces llorones sobre el río resplandecía en los muros de la casona solariega, alumbrados por una luna de azucena. De pronto, la tormenta ruge y el vendaval azota desgajando los árboles del paisaje serrano. Las centellas pululan como serpientes de plata entre las nubes densas, dibujando blancas estelas. La lluvia, cual torrente, golpea impiadosa la atalaya. Adentro, los troncos de encina crepitan en el hogar mientras el humo denso se escapa por la chimenea. El macizo de Los Gigantes protege, con sus cabellos de plata y a la distancia, la casa enclavada en Estancia Vieja. En la salamanca de un estrecho desfiladero, las piedras que circundan el fuego contienen historias. El curaca come quínoa y trata de apresar un roedor mientras la hechicera conjura el maleficio. ¡Tanti cucho, tanti cucho! (¡Mala semilla!), grita en quechua con voz cascada. En trance, mueve la cabeza en círculos, poseída por su magia Pasada la tormenta, con los albores del nuevo día el hombre cabalga sobre el verde tapiz de la ribera en busca de la flor del lirio- lay para su hijo ciego. Pregunta por ella a algunos campesinos rudos y toscos, a pobres pastores y a un viajero errante, pero ninguno le brinda información certera. Luego de andar horas, cuando el sol ya oculta su lumbre roja entre nubes arreboladas, en un recodo aparece la sibila, quien con voz dulce y oliendo a incienso, lo invita a seguirla. El lucero sobre la montaña ilumina las abruptas sierras del vergel cordobés, y el jinete, confiado, va tras sus pasos a trote corto. Al llegar a la cueva observa una vertiente teñida de rojo, y varios pájaros como el crespín y la viudita revoloteando sobre las flores del aire. La bruja ingresa y él se queda afuera. — ¿Usted tiene la flor que busco? ¿Puede decirme dónde encontrarla?— pregunta con voz amplificada por el eco. No obtiene respuesta. La mujer y el cacique salen de la gruta llevando en sus manos una hornacina de oro. —Ya no la necesitas. Aquí están las cenizas de tu mala simiente —aúlla la hechicera. Lo último que el hombre ve es la flecha certera que se clava en su corazón.

Rosana Alicia Stipisich: Participo en certámenes, ciclos de lectura y encuentros literarios en diferentes localidades y provincias. Concurro a varios talleres literarios. Pertenezco a la comisión organizadora de “La Feria del Libro” y del “I Encuentro Hispanoamericano de escritores y poetas” de Carlos Paz. Varias obras distinguidas integran antologías, y estoy escribiendo una novela. Escribo para dejar huella y burlar la finitud de la vida con mis escritos.

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Claudio Furnier: Dibujante humorístico; creador de las tiras “El Parque de la Vida”, “Conejos chinos” y “Charly Huesos”; creativo de JUNOT TARJETAS, diseñó el estilo de animalitos y textos de éstas tarjetas. Disfruta de la pintura japonesa sumi-e y de pintar piedras entre otras artesanías. Publica en diarios de toda América de habla hispana.

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LILIANA TARFA HECHIZO

Era tan hermosa, impactante, que al mirarlo lo enloqueció de amor. El azabache de su cabello caía de manera descuidada hasta la cintura. Las estilizadas curvas se dejaban ver bajo la transparencia del vestido, que movía al compás de la música. Pies descalzos engalanados con adornos al igual que las manos que cada tanto hacían unos chasquidos, atrayendo miradas. Sus negros ojos parecían mirar la nada, como poseída por la música. Ella…ella sobresalía de los demás, y lo sabía. Como si fuera un espectáculo aparte de los que bailaban sin control. Él, quedó alucinado con su hermosura, no tenía ojos para nadie más. Al atardecer, entre bailes sensuales y alcohol, las miradas se convirtieron en caricias desde la punta de la cabeza hasta la punta de los pies. La playa de arena suave y espuma blanca eran testigos del incipiente romance de atracción incontrolable y sin imaginar el final. Su gran amigo médico, compañero de aventuras, se acercó advirtiéndole que no bebiera más, porque sus actos escapaban de la coherencia que le quitaba el alcohol. Pero se había enamorado de esa mujer a primera vista, y ella, respondía a ese instinto buscado para atraer su atención. El corazón latía tan fuerte, que no quería perder ese sentimiento que lo dominaba. En un momento, sintió una mano tomándolo fuerte del brazo que lo alejó del ruido. Era una gitana que lo observaba desde lejos, y con dejo de tristeza le dijo: “No te acerques a ella, enamora a los hombres para retener su juventud, tú serás su presa y en menos de un año envejecerás más de lo debido”. ¿Quién le puede creer a una vieja gitana que no sabe nada del amor? ¡Debe estar envidiosa de vernos jóvenes y felices! pensó quitándole importancia al comentario. La noche continuó entre música, alcohol y una bebida dulce que la muchacha le daba a beber cada tanto. Después de varias horas, quedó dormido sobre la arena. Al despertar, se encontró en los brazos de esa joven que lo acariciaba suavemente, se miraron y rieron a carcajadas. Ambos tenían un anillo en su dedo anular, que indicaba una celebración de casamiento al estilo de los lugareños del que él no recordaba y se fueron juntos de la playa para no separarse nunca más. Al año de casados, ella mantenía esa belleza, y hasta se acentuaba cada día. Pero él, había perdido el color de su cabello para transformarse en cano, y sus músculos se habían debilitado en demasía. Recordó las palabras de la gitana, y se dio cuenta que había sido blanco perfecto de quien lo había enamorado locamente. No podía alejarse de ella, aunque sabía que había sido elegido para seguir manteniendo la juventud, no podía dejar de amarla con locura. Por la madrugada, mientras la miraba dormir, le dio un beso en la espalda, delineó su boca con la yema de los dedos y recorrió su cuerpo para atrapar su belleza en la palma de la mano. Se levantó despacio, sin hacer el menor ruido y se recostó en un sillón. Detuvo la mirada en un hacha nueva colgada detrás de la puerta, sin usar, el brillo de su filo lo llamaba, deseaba usarla, mientras recordaba aquel indio al que jugaba ser de niño, valiente, audaz, guerrero y se dijo: “Ya no serás un adorno en la puerta, hoy, por primera vez te daré el uso que deseo”. Con una alegría inmensa, la alegría de la locura por saber cómo resolver su problema, la tomó con firmeza y con un leve movimiento se cortó la mano que había atrapado las caricias mientras se recostaba en el sillón. El gran filo no necesitó de fuerza, y hasta parecía estar esperando para ese momento. Debía romper el hechizo, y era la única manera para que nadie más fuera preso de la hermosura de esa mujer. Se desangró sonriente, satisfecho, libre, como el indio niño que siempre guardó en su corazón.

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Por la mañana, a hora muy temprana, ella se levantó para darle el acostumbrado beso. Lo encontró descansando en el sillón con una sonrisa de alivio, con su cuerpo varonil y restaurado, como cuando lo había conocido, con los ojos abiertos, como queriendo ver el final, pero sin vida. De inmediato corrió a mirarse al espejo, y vio la vejez apoderarse de su cuerpo y de su rostro. Quien sabe cuánto años tendría. Había cometido un error, un grave error, algo que nunca debió hacer…AMAR. Ese guerrero rompió el hechizo. Ya nadie más caería en su maleficio. Mientras ella, se desintegraba a su lado, convirtiéndose en polvo.

Liliana Tarfa: Resido en V.C. Paz desde 2005. Integrante de La magia de la Palabra. Asisto a encuentros y Antologías literarias Nacionales e Internacionales. Autora del libro “A la sombra de un psicópata” (Violencia de género). Antologías de talleres. Menciones de Honor y Especiales en concursos internacionales en poesía y narrativa. Instituto Cultural Latinoamericano, Junin. Miembro Fundador IFLAC- PAZIFLAC- Foro internacional para la Paz Mundial– Joséph Berolo –Ernesto Kahan. Embajadora Gestora en la Provincia de Córdoba de UNILETRAS. Integrante: Taller de escritura “El búho” Biblioteca Popular H. Porto. Integrante: Taller de escritura creativa “Salón Rizzutto”. Correctora de textos y libros.

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CRISTINA VALLAZA UN AMOR QUE PERDURA EN LA BRUMA

Extraviada, la bruma flota desesperada en el jardín encantado por ojos embrujados. Extraviada, la bruma flota entre nubes de papel, buscando con urgencia una mirada. Extraviada, la bruma flota asombrada entre el torbellino de miradas que giran confundidas. Extraviada, la bruma flota ansiosa por alcanzar esa mirada que idealiza con gestos de soslayo. Extraviada, la bruma flota alejada de la sombra incierta, para atrapar en la visión esclarecida su libertad. Extraviada, la bruma flota libre de la sombra oscura que la confundía. La bruma liberada, se estira con cálidas caricias hacia el estallido alucinante de la luz. La bruma liberada, estrena una mirada que seduce atrevida. La bruma liberada, descubre desde la valentía de su vuelo, el secreto escondido en el abrazo que unifica y hermana, en el verdadero amor universal. Liberada, la bruma enaltecida se desvanece en el azul transparente.

Cristina Vallaza es artista Plástica desde 1962. Profesora de Bellas Artes, especialización en grabados, Premio Internacional Miró, Barcelona, España, 1978; Premio Internacional de Crítica Plástica Barcelona, España, 1979. Expos. Argentina, España y EEUU; Participa en Taller literario “Ecos de Palabras”, AMA filial, Bialet Massé.

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ALEJANDRO VILLALBA HOMÚNCULOS VERDES VI Eso de andar creyendo en hombrecitos verdes y cosas así, a mí tampoco me va… Pero aquella tarde la vi… era un gnomo hembra y estaba bastante buena, así que la seguí. Se metió en el agujero del molle grande, el que está en patio de mi casa. Medio como que no quepí, pero una vez que metí la cabeza y vi esa luz tenue… Me zambullí… “y allí los vi”. No percibí nada raro, pero miraba por el rabillo del ojo. De desconfiado no más. Esto es una caverna, ¡exclame!, y mientras mis ojos se amoldaban, Los miedos fueron disipando, no había peligro alguno. La luz era tan clara como la de allá arriba, ¡recordé! ¡Wow!, volví a exclamar: estamos hechos de la misma sustancia que las estrellas. Y allí estaban todas las raíces conectadas entre sí, “los vi”, generosas emanando esa luz. Y esa luz eran palabras, que tenían aromas, formas, sentidos, colores y sabores Y eran palabras que provenían del amor… Ellas se comunicaban amorosamente silenciosas con memorias de Antaño. Con ese saber y claridad de lo autóctono… Y luego salí de ese sueño, y supe interpretar sus verdaderas intenciones. Y me dije en voz alta: Hay cosas que no se negocian en esta vida. Ellos también son como nosotros, “así los vi”. “Los árboles autóctonos no se tocan, hay que respetar a la naturaleza”.

POESÍA DE TRINCHERAS Por ejemplo: escribir poesías y cosas que surgen en la oscuridad Ni de Dioses, ni de Dios… un poema de trinchera se escribe en soledad La oscuridad de la noche sirve para pensar, y sirve para atraer el sueño Y el sueño sirve como frontera entre lo natural y lo sobrenatural Por ejemplo: hoy la penumbra sigue respirando y jadeando voluptuosa El cosquilleo de la noche atrae a la diosa blanca Solemne se voltea la fuerza que atraviesa y estimula el gestar Como sonidos con pasos fugitivos los escritores van… Por ejemplo: ser como la verdadera poesía que huye de la gloria personal Describir los horrores de la guerra: depravados Los estruendos de las bombas enemigas: lagartos Se imprimen extremadamente vívidas, las imágenes en retinas Por ejemplo: los sonidos de cañones, reptan por el monte cual gigantes martillan montañas 135


Estruendosos los fétidos hedores indeseables… Sin ánimo para mencionar a la muerte, a la guerra, al horror, al espanto… Todos son inevitables, puedes condenarlos abiertamente si lo sientes y lo deseas Por ejemplo: Y Dios caminando por ahí como si nada Como cuando caminabas por el jardín del edén con tú ira Y nosotros como si fuéramos extraños queriendo ser guiados por una vacilona guardiana ¿Quién será? el que ama más a la guerra nuestro señor de los ejércitos ¿Quién será? el que ama más a la guerra nuestro señor serpiente Por ejemplo: un poema de trinchera se escribe en la oscuridad…

Alejandro Villalba. Artista plástico y escritor, reside en la comuna de Estancia Vieja. Ha cursado estudios en la Escuela Dr. Figueroa Alcorta (Ciudad de las Artes).

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ESTUDIANTES

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ALUMNOS “ESCUELA COSME ARGERICH ANEXO” COMUNA ESTANCIA VIEJA

Seres Fantásticos de Estancia Vieja

Según relatos antiguos de nuestra pequeña localidad existen un sinfín de lugares donde sus habitantes convivimos con la magia; por ejemplo, una casa misteriosa deshabitada desde hace años, duendes o hadas que cuidan un bosquecito cercano, voces que susurran entre los árboles o espíritus traviesos que surcan las aguas del río. Estas narraciones hacen volar la imaginación, potencian la creatividad y permiten recopilar a través de la palabra escrita narraciones orales o misterios de los que se habla en Estancia Vieja. A través del lenguaje y de los intercambios que éste posibilita, todos podemos acceder y participar en el universo de las tradiciones y costumbres del entorno cercano, de las creencias y valores, de los bienes culturales que nos identifican. Así, la frecuentación de la literatura nos acerca al patrimonio cultural oral y escrito regional, nacional y universal. La palabra literaria, nos permite a grandes y niños mirar el mundo de otra manera, dándole nuevos sentidos a lo que vivimos, y a la vez nos habilita el acceso a otros mundos posibles. Los más pequeños, especialmente, sienten fascinación por las historias plagadas de seres mágicos que tejen tramas misteriosas llenas de fantasía. A esto lo podemos visualizar en la interacción de los niños con textos de este tipo (ya sea en la escucha de narraciones, lecturas, intercambio entre lectores o producciones textuales) y sus originales juegos. Además de expresar esta sensibilización a partir de lo fantástico comunicando sus vivencias con palabras, también lo hacen a través de la música, las dramatizaciones y las representaciones plásticas. Docentes: Luciana Carolina Luna y Adriana Molina Sarach

SERES FANTÁSTICOS DE ESTANCIA VIEJA Historias disparatadas pero con un toque de magia…

“ESTANCIA, LUGAR DE MAGIA” MICRORELATOS

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Había una vez un dragón que volaba por Estancia Vieja y se encontró en el bosquecito con una burra de la que se enamoró. Se casaron y se fueron de luna de miel. El día de Halloween, en Estancia Vieja aparecen duendes en la oscuridad, atrapan a los niños que buscan dulces, y a los que se portan mal se los comen. Un unicornio viajaba por todas partes hasta que llegó a Estancia, vio el paisaje y se quiso quedar porque se enamoró del paisaje que era muy hermoso. Un elefante se columpiaba sobre el ala del cóndor del monumento del Bamba, como veían que resistía fueron a llamar a otro elefante, dos elefantes se columpiaban… hasta que se comenzó a escuchar CRASH, CRASH, CRASH… EN LA ESCUELA Había una vez unos niños y niñas que estudiaban en una escuela que estaba en Estancia Vieja. Cuando jugaban en el patio vieron pasar un dragón que volaba, fue un día muy lindo y sorprendente. De repente el dragón cayó en el techo, todos se asustaron muchísimo, pero justo apareció una mantis que pasaba volando por allí. Cuando el dragón vio a la mantis se la comió y se fue volando. En el patio de la escuela hay un jardín muy hermoso lleno de flores. Según se cuenta encontraron un oso hormiguero con su mamá en un hueco debajo de las rosas, ese día les tomaron muchas fotos porque se veían muy lindos. EL DRAGONCITO Había una vez un dragoncito llamado Colmillo Blanco, estaba en el río tomando agua y se tropezó, se cayó a una laguna. Cuando el dragón salió del agua empezó a volar y se encontró con una dragona que lo enamoró y lo volvió loco de amor.

LA PRINCESA, EL DRAGÓN Y LA CIUDAD Había una vez un dragón que conoció a una princesa. Ella salió del castillo y se fue con él a la ciudad a vivir momentos mágicos como a todos los que viven en los cuentos le sucede. Ahora ellos tienen ganas de salir del libro a disfrutar nuevas aventuras…

UNA CIUDAD CON DRAGONES Un día había un dragón que estaba aplastando la ciudad, vinieron los constructores y arreglaron los edificios. Todos se amigaron y vivieron para siempre con los dragones. También llegaron magos y comenzaron a hacer magia y aparecieron más dragones, una princesa y muchos castillos que cambiaron la ciudad para siempre.

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EL DRAGÓN MÁGICO Había una vez un dragón que tenía un amiguito mágico. Siempre salían a jugar con la lechuza a las escondidas entre los árboles, todos disfrutaban de vivir juntos y de jugar.

RELATOS EL MAGO Y EL DRAGÓN Había una vez un dragón que vivía en una cueva y estaba durmiendo cuando de repente apareció un mago. Empezó a cantar y despertó al dragón dentro de su cueva. El dragón peleó con el mago, se cansaron de pelear hasta que se dieron cuenta de que podían ser mejores amigos y vivir felices para siempre.

DRAGÓN Había una vez un dragón volando, buscando comida, pero vio abajo algo pequeño que brillaba, lo persiguió, y cayó a un pozo lleno de polvo de hadas. El dragón busco un frasco y se llevó todo el polvo de hadas para volver realidad nuevas historias fantásticas que inventamos nosotros los niños.

UN DRAGÓN EN HALLOWEEN Había una vez un dragón que tenía muchos, pero muchos amigos que jugaban y se divertían todos los días en la ciudad. Una de las amigas vio que las calabazas se prendían y se apagaban, las camas se movían como si fuese un terremoto y al mirar por la ventana vio fantasma de Halloween. Estaban muertos de miedo, pero decidieron ir a pedir dulces por las casas, se fijaron por la ventana y estaba nuevamente el fantasma de Halloween. Fueron hacia afuera para preguntar que le sucedía al fantasma, él les dijo que estaba muy enojado porque todos le temían y por esa razón nunca recibía ni un solo caramelo. Todos los niños de la ciudad comenzaron a compartir sus ricos dulces con el fantasma goloso de Halloween y lo hicieron muy feliz.

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LOS TRES AMIGOS Tres animales que vinieron a jugar a Estancia Vieja al río saltaron por el alambrado de una casa. Uno de ellos, el dragón, prendió fuego para hacer un asado. El tapir que estaba con él vio como el pasto de la plaza del indio Bamba se encendía. Alguien avisó a los bomberos y al pobre dragón se lo llevaron preso, porque eso no se puede hacer. Los amigos explicaron que sólo querían hacer un asado y al dragón lo liberaron después de 2 años de cárcel.

TRES ANIMALES EN PELIGRO Había una vez tres animales que vivían en Estancia Vieja, el dragón vivía en las sierras, el comepiojos vivía en el bosquecito y el tapir en un charco de lodo. El tapir fue de visita a las sierras y dijo: -¡Qué feas alas que tienes dragón! El dragón se enojó muchísimo y tiró fuego provocando un incendio terrible. Tapir se fue rápido a buscar agua al río y con cuarenta baldes de agua corrió y corrió por las sierras y apagó el fuego. Desde ese día el dragón trata de no enojarse tanto por los comentarios que escucha y el tapir intenta no ofender a ningún otro animal.

Alumnos de la Escuela Cosme Argerich Anexo de Estancia Vieja: Tercer grado BUSTOS Braian Gustavo; CASTRO BARRERA Gabriel Alexander; CHARRA Issac Benjamin; ESPAÑA Matias Emanuel; LOPEZ Octavio Benjamin; MONJES Dylan Yahir; SOSA Leonel Ezequiel; SUAREZ Mateo Nahum; TORRES SAAVEDRA Thiago Ezequiel; CASTILLO Mia Oriana; CHAPARRO GOMES Ailin Ludmila; CONTRERAS Jocelyn; DURAN Maria Celeste; GABRIELE Nayla Xoana; PANIAGUA Alma Lucia; PANIAGUA Sol Irina; PANIAGUA Yanil Ariadna; REYNARES FACIOLO Catalina; STILLO OVEJERO Agustina .

Cuarto grado AGUERO Lautaro; ALDERETE Felipe; ALVAREZ MURUA Lautaro León; BARRERA Juan Carlos; CONCI SILVA Tomas; CUFRE Daniel Joaquín; DIAZ Diego Mauricio; GONZALEZ Mauricio Leonel; LAZO Thiago Jonás; LESCANO Laureano Dario; NUÑEZ LEDESMA Lucca; POLIDORO Valentín Antonio; SALGUERO Fabrizio Damián; TABORDA Martin Uriel; ALBA Sofía Brenda; ALLENDE Priscila Ailen; CHARRAS Mia Nicole; FLORES Oriana; SHINYASKY Kiara Elizabeth; SUAREZ Sol Ariana; SUAREZ Alexei.

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Beatriz Contreras: Maestra Normal Nacional, profesora de plástica en servicio, técnica ceramista, 1carrera completa de Profesorado Superior Cerámica y Esmaltes en la Facultad de Bellas Artes, La Plata.

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ALUMNOS DE LA ESCUELA JOSÉ DE SAN MARTÍN

PROYECTO: PLANTANDO PALABRAS. LA MAGIA DE LAS CRIATURAS GRIEGAS. ALUMNOS DE 5 “C” TURNO TARDE CERBERO El perro guardián de tres cabezas, gruñón de ojos rojos y apagados de tristeza protege a las almas del inframundo. Pelea con los intrusos vivos seguro de sí mismo, enérgico. Cerbero desea la victoria, seguir batallando, ser libre y escapar.

EL CANTO DE LAS SIRENAS Dulce y turbio canto hipnotiza y enamora. Canto de las sirenas cazadoras. Canto celeste, verde agua y arco iris. Irresistible sensación de amor, temor y desesperación ante el mundo acuático.

EL CENTAURO El Centauro como una máquina guerrera, sus ojos parecidos a los ojos de Hades, su música como el canto de los Infiernos, sus enseñanzas parecidas al poder de Zeus.

EL MINOTAURO Y SU DESEO El laberinto de piedra y de diamante, de cuarzo y de esmeralda. El Minotauro triste y aburrido desea morir o ser libre. Zeus podría llevarlo al Monte Olimpo.

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Uma Acevedo; Thiago Bazan Cohen; Taina Casalanguita; Kevin Caserta; Lucca Dinatale; Mariano Duran Aguirre; Bautista Fabrizzi; Williams Fernández; Santiago Jaimes; Giuliano Fiorucci; Santino Franch Loza; Juan Gonzalez Villanueva; Leonel López; Angelina Lorio; Azul Martinez; Miqueas Nievas; Julian Pérez Lescano; Oriana Ponce; Joaquín Pronetto; Uriel Reyna; Cristiano Rivero Martin; Thiago Sauch; Santiago Silva; Micaela Velazco Lesquerre; Mariano Suarez; Morena Vijande; Nahuel Vukojevich.

ESCUELA JOSÉ DE SAN MARTÍN PROYECTO: PLANTANDO PALABRAS ALUMNOS DE 6 “C” TURNO TARDE “EL BOSQUE ENCANTADO”

LA MAGIA Hadas bailando en el bosque encantado, es de noche. Las luciérnagas iluminan las flores como la luz de la luna. Las brujas lloran la pérdida de sus hijos y los duendes juegan en el patio de la escuela.

LA MAGIA Un amigo invisible que duerme conmigo todas las noches, un unicornio que me abraza cuando estoy triste, imaginando que tengo alas al soñar vuelo sobre algo paranormal.

LA MAGIA Poemas extraordinarios que crean los sapos con sus cantos y las ranas curiosas buscan en la arena su perla preciosa…

Ana Carolina Gómez, Trinidad Giménez y Lucía Agustina Martínez

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LAS HADAS Las hadas viven en un verde bosque encantado. Bailan y cantan en las noches estrelladas, son luciérnagas que brillan en los sueños de aquellos que creen en la magia verdadera. Gino Paolo Camero

LAS BRUJAS Las brujas reposan donde no ven el río, las brujas miran y miran pero no ven nada, las brujas duermen mientras miran, las brujas ven hadas y no las abrazan, las brujas miran la vida. Giuliana Romero LA MAGIA La magia como el mar azul, el hechizo se mueve como el agua del río. Te quiero ver sonreír alrededor de la soledad. Sigue avanzando, tus pociones para seguir soñando. Las hadas viendo su naturaleza para vivir sin temor. A la magia voy a llegar, el castillo del duende voy a encontrar. Yo miro, yo miro pero siento que algo va a pasar. Te cuento algo: la magia es nuestra libertad. Nahuel Baigorria

MI VIDA JUNTO A LA MAGIA La magia como algo que empieza pero nunca termina. Dama que brilla y hace cosas extraordinarias y aunque sea incorpórea, la siento. La magia me hace percibir mil emociones que antes no podía sentir ni ver. Me susurra al oído que pruebe cosas nuevas. La magia está ahí, y lo sé porque la siento flotando en el aire. Sofía Altamirano

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CONOZCO A UN AMIGO Si encontrara a un duende le diría -Quiero ser tu amigo. Con él jugaría al básquet con una pelota de diamante. Saltaríamos hasta un edificio y veríamos las estrellas verdes. Nos sentiríamos felices los dos. Renzo García MAGIA POR TODOS LADOS Hadas volando, duendes flotando, brujas hechizando, conejos saltando, pociones jugando, alas brillando, magos encantando, unicornios dibujando… ¡MAGIA POR TODOS LADOS! Moreno Milagros Abigail YA NO SUSPIRA el arena bailando, el aire soplando, los dos se juntan a bailar cantando. la magia los mira y ya no suspira. Augusto Rodríguez UN GRAN POEMA Había un mago con un conejo en la mano, había un encantamiento con sueños, había abrazos, sentimientos y besos, había un corazón latiendo, había magia, hechizos, pociones con una bruja, había un unicornio con alas, había un oso muy cariñoso, había un árbol con naranjas. ¡La vida es magia! Mía Luján Farías

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UNA VISTA COLORIDA Las hadas vuelan alto como las palomas blancas que se escapan de los niños corriendo, jugando felices. Los unicornios coloridos como los arcoíris de los cielos mágicos donde juegan los duendes a ser magos que hechizan. Las brujas a carcajadas por las hadas enamoradas de aquellos magos soñados. Luz Ávila DONDE LA MAGIA EXISTE Existe un reino muy lejano donde las hadas pasan sus momentos en el aire o en la arena creando sueños. Recorren los pasillos mágicos con mascotas y susurran palabras dedicadas. Visten una cálida ropa de tela tejida por tiernas ancianas y usan zapatillas de terciopelo y de algodón. Viven dentro de casas de madera con tejas de colores y ventanales desde donde se ven árboles de cristal con frutos. Los pájaros cantan lindas melodías. Las hadas empiezan a volar sobre las casas y los árboles, deslizan las puntas de sus pies en el agua cristalina apresuradamente para llegar a ver cómo una oruga se convierte en una nueva mariposa del aire. La magia crea sentimientos únicos que nunca terminan. Morena Gerbaldo

LAS MISIONES DE LAS HADAS Yo vi un hada en un bosque encantado. Estaba ayudando a las abejas a recolectar el polen y después se puso a jugar con unos duendes. Las líderes eran grandes hadas de tierra, aire y fuego. Se fueron las líderes y las hadas al mundo real. Luego se separaron en dos grupos. Un hada llamada Antonia encontró un niño llamado Antonio. Lo halló lastimado, mojado, no podía volar. Entonces se lo llevó a su casa para cuidarlo. Ramón Cáceres LA VERDADERA BELLEZA En una mañana otoñal él salió de su casa sin un destino fijo, secándose las lágrimas sin tener a nadie con quién desahogar sus penas. Hundido en la tristeza decidió buscar a su amigo de la infancia, el cual todavía vivía en aquel manzano. Allí él se sentaba por las tardes con su amigo el duende. 147


Recordó esas tardes mágicas y felices cuando jugaban a la mancha o a las escondidas y cuando menos se lo esperaba esa tristeza se convirtió en alegría. Se puso a pensar que la verdadera belleza de esas tardes no se encontraba en los juegos sino en la magia de sus corazones. Delfina del Valle LA MAGIA Todo comenzó en un bosque donde vivían seres mitológicos. Un día los duendes fueron atrapados uno por uno. Un brujo los había capturado y los usaba para hacer hechizos. Luego de un tiempo apareció un hada que hechizó al brujo y lo convirtió en un sapo. Lo metió en una cueva profunda y salvó a todos los duendes. Eugenia Polidoro HASTA LO INFINITO Hola soy Agus y esta es mi historia sobre la magia. Mi primo Luca y yo amamos jugar con los juegos del celular ya que es la única forma de estar juntos. Cuando juego con él siento que todos mis problemas desaparecen. Él es el único que me saca una sonrisa mágica. Es muy gracioso siempre. Un día pusimos una manta en el pasto, agarramos unas gomitas y nos recostamos, cerramos los ojos, contamos, hasta tres y nos imaginamos un mundo mágico con brillo, caramelos, hadas y más como perritos que hablaban, duendecitos voladores. A ese mundo lo llamamos infinito. Agustina Brizuela Nickus LOS COLORES MÁGICOS DE CARLOS PAZ Había una vez un panda que no era normal, era un tipo de especie. Hacía magia de otro mundo, se podía convertir en humana. Todos le empezaron a tener miedo. El panda ya no era la misma, cayó en depresión. Un día apareció alguien igual a ella. Era una criatura tan bella que a cada paso que daba se volvían los colores hermosos. De esos colores nació una ciudad llamada Carlos Paz. El panda se sintió bien de nuevo, volvió a tener amigos. Hadas y duendes jugaban con él y lo perseguían. Sofía Hrycyszyn SOBRENATURAL Soy una persona que no vale mucho en el mundo pero cuando la magia se mezcla con la creatividad surge algo muy eficaz, como un fuego artificial.

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A ese fuego la gente lo va a ver y se impresionará pero lamentablemente alguien morirá. No será una persona ni tampoco un animal. Lo que va a morir es mi creatividad. Las personas como yo ya no estarán. Lo único que queda es morir en paz hasta que llegue mi papá y me muestre esa paz. La paz será mi mamá, tendrá unas alas y volará. Dirá que los sueños se sueñan despiertos y que las hadas viven en el desierto, que la soledad se hace con compañeros y que lo extraño es extraordinario, que lo natural es paranormal. Para mí lo normal es sobrenatural. Valle Agustín LAS HADAS Las hadas son seres mitológicos que viven en los bosques y montañas. Ellas mismas tejen sus vestidos de colores, en el pelo llevan hojas de otoño. Les divierte volar, también les gusta alabar al Rey de las hadas que se llama King. Yamila Patiño LA MALDAD Ese no era un día como todos los demás. Sara estaba muy enojada porque su mejor amiga había revelado el secreto que había guardado durante años. Su vida cambió completamente. Los días para Sara ya no fueron de colores sino al contrario, fueron grises. Ella cada día se volvía más malvada. Planeaba embrujar a su mejor amiga que se había vuelto su enemiga. Sara ya no se vestía colorida, su ropa era de colores neutros. Ella se había convertido en bruja. Luna Navarro

VACACIONES

Había una vez un grupo de hadas. Eran las hadas de la primavera que cuando llegaba el verano se iban de vacaciones a Hawái. Sólo podían ir cuando terminaban todo el trabajo y a ellas les encantaban ir de vacaciones. Hubo una sorpresa cuando se fueron de vacaciones. Ellas siempre eran las únicas hadas que iban a las islas. Pera esa vez se encontraron con otro grupo de hadas. -Buenas tardes… ¿Qué las trae por aquí? -Es que nuestra pequeña cueva se ha derrumbado -No puede ser ¡eso es terrible! -Si por eso nos mudamos aquí. -Pero tengo una buena idea… -¿Cuál? -Que a nuestro campamento nos faltan unas hadas y aparte hay mucha comida… -¡Esa idea es maravillosa! De allí las hadas se mudaron y vivieron felices por siempre.

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Anttonieta Moreno Pernía LA BATALLA Hace mucho tiempo existían las hadas. Un día llegaron las brujas, ellas no eran muy amigables al parecer. Las hadas pensaron que las brujas eran buenas pero al final eran malas. Pasaron dos semanas y las brujas estaban planeando sacarles la magia a las hadas con pociones. Un día un hada se encontró con un castillo. Adentro había hechizos y pociones. Ella empezó a investigar y una bruja de repente entró en la habitación del castillo. El hada se tuvo que esconder atrás de una maceta. Vio una ventana abierta, la bruja se distrajo y voló hasta allí. El hada cuando escapo fue rápidamente a la casa de las hadas, les conto que entró en un castillo y vio una bruja. Entonces tocaron a la puerta ¡toc –toc! Se preguntaron entre ellas -¿Quién será? Hasta que una de ellas abrió pero cerró la puerta con un grito. Dijo -¡Es una bruja! La bruja logró entrar y empezó a tirar hechizos y las hadas magia. Fue como una batalla de magia y hechizos. Al final ganaron las hadas. Morena Romero LA NIÑA MÁGICA Hace mucho tiempo existía una niña llamada Sol. Era una persona normal como cualquier otra, hasta que salió a la plaza y se cansó de jugar. Fue a la calle y justo paso un camión, y ella puso sus manos adelante del cuerpo y sintió como si algo hubiera dentro de él. Por sus manos salió una luz que la protegió del camión. Ella se sorprendió mucho porque no sabía que tenía magia. Ese mismo día Sol había pensado cómo sería tener magia, y justamente eso le ocurrió. Por eso se sorprendió. Cuando llegó a su casa les contó a la madre y al padre que le había pasado algo raro. La familia ya lo sabía pero no se lo habían dicho para no lastimarla. Entonces la madre se dio cuenta que la lastimó igual. Sol se sintió mal porque no se lo dijeron antes. La madre fue a contarle a Sol por qué tenía poderes y le reveló que la abuela también los tenía. Sol se sintió mejor. La madre conto todo y la hija la entendió... Morena Romero y Stefanía Gómez

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COMPILADOR: RUDY CATONI Escritor, poeta y analista en Política Suramericana. Ha publicado: “Sempiterno” (2006); “Nunca jamás del mundo” (2007); “Cuentismo” (1ª. Edición (2007); 2ª. Edición (2018); “Pizzería San Luis” (2010); “Del Tiempo inescrutable” (2017); “Desplegando quimeras” (2018) y “Postales blancas desde la penumbra” (2020). Ha participado en numerosas Antologías desde 2004 hasta la actualidad, de las cuales rescatamos la Antología “5 autores”, Editorial “La Hora del Cuento”, 2019. Fue Compilador y coordinador de las 4 Antologías de “Estancia Vieja” (2015/16/18/19), realizadas por la Comuna de Estancia Vieja, Valle de Punilla. Provincia de Córdoba. A los veinte años de edad obtuvo la “Mención Especial” en el Concurso Narrativa SADE (Filial Río IV), 1970, siendo jurado, entre otros, el reconocido escritor Raúl Fillol. Participó en el Concurso Internacional del Centro de Escritores Nacionales (CEN) “10º Aniversario”, 2009, donde obtuvo el 2º Premio en narrativa. Sus trabajos periodísticos, como analista en Política Suramericana, se publicaron en diversas Revistas de la Ciudad de Tanti, Villa Carlos Paz y Córdoba Capital. Condujo el programa radial “Sempiterno”, Radio FM Serranías de Villa Carlos Paz, y coordinó talleres literarios (2010-2012) en dicha ciudad. Durante el año 2009 fue Vicepresidente de SALAC (Filial V.C. Paz). En 2018 fue designado Presidente de la Biblioteca Popular “Ataliva Herrera” de Estancia Vieja, lugar donde reside. Tiene inédito el poemario “La Lujuria de la Palabra”. En la actualidad continúa trabajando en su primera novela, en su tercer libro de relatos y en dos historiografías sobre el llamado “Grupo de Boedo” y el “Bloqueo a Cuba”.

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ÍNDICE PRÓLOGO .....................................................................................................................................4 ADELA LEONOR MARIA BOSCARINO ...........................................................................................9 PAMELA ALEJANDRA ALTAMIRANO ...........................................................................................12 SONIA IRIS ALTAMIRANO ...........................................................................................................13 ROSA ANARQUISTA ....................................................................................................................15 FÉLIX ARGUELLO .........................................................................................................................17 MARÍA LILIANA BADRA ...............................................................................................................18 NOELIA ANDREA BERTONE .........................................................................................................20 MATÍAS BIANCHOTTI ..................................................................................................................23 BEATRIZ BILLORDO .....................................................................................................................25 NORA LILIANA BUSSO .................................................................................................................26 LIBIA BEATRIZ CARCIOFETTI .......................................................................................................28 ESTEBAN CATONI .......................................................................................................................30 VALENTINA CATONI....................................................................................................................32 RASELI COLLA PÉRSICO ...............................................................................................................34 ANA MARÍA CONTRERAS ............................................................................................................36 SANDRA COSTILLA ......................................................................................................................37 MARÍA SILVIA DELGADO .............................................................................................................39 SONIA FABIOLA DEMITRÓPULOS................................................................................................40 JOSÉ DE SANTIAGO.....................................................................................................................44 EDDY ESTELA DOMÍNGUEZ.........................................................................................................47 HILDA NOEMÍ DOWHANYK ........................................................................................................49 LIBERTAD GÁLVEZ ......................................................................................................................51 NORBERTO GANCI ......................................................................................................................53 MARÍA LUISA GISBERT ................................................................................................................55 VERÓNICA GIULIANI ...................................................................................................................57 HÉCTOR “TITO” GONZÁLEZ ........................................................................................................59 MARÍA ROSA GONZÁLEZ ............................................................................................................60 NÉSTOR MALAMBO GONZÁLEZ ..................................................................................................61 GRACIELA HOLSEN......................................................................................................................63 RAÚL LEDESMA ..........................................................................................................................65 BRUNELLA LIOI ...........................................................................................................................67 HORACIO LÓPEZ .........................................................................................................................69

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MARÍA INÉS LÓPEZ .....................................................................................................................72 MARÍA VALENTINA LÓPEZ ..........................................................................................................76 MARÍA ROSA LUCERO .................................................................................................................77 ESTHER MANCO .........................................................................................................................80 ANA ELISA MEDINA ....................................................................................................................82 LEANDRO MILLÁN ......................................................................................................................83 ADRIANA MOLINA SARACH ........................................................................................................85 CAROLINA MORENO...................................................................................................................87 FABIÁN G. MOSSELLO.................................................................................................................88 GLORIA DEL CARMEN MOYANO .................................................................................................91 MARCELO HERNÁN MURÚA (Tacku) ..........................................................................................93 RODOLFO NIHOUL ......................................................................................................................95 FREDE PERALTA ..........................................................................................................................97 NOELIA PEREYRA GODOY ...........................................................................................................98 JAVIER GERARDO PÉREZ ...........................................................................................................100 LUIS PESCIALLO ........................................................................................................................102 PAULA PIZZANO .......................................................................................................................105 GABRIEL POLIDORO ..................................................................................................................107 JOSÉ LUIS RASENTE ..................................................................................................................108 AÍDA REDERO ...........................................................................................................................110 RAQUEL ROSSO ........................................................................................................................112 OSCAR ANTONIO SALCITO ........................................................................................................114 BLANCA LILA SÁNCHEZ .............................................................................................................116 ANGIE SARACH .........................................................................................................................118 GABRIEL SARACH ......................................................................................................................120 STELLA MARIS SASTRE BERTARELLI ..........................................................................................122 MARÍA ROSA SCHVERDT...........................................................................................................124 MIRTA SOCIO............................................................................................................................126 JUANA SORIA............................................................................................................................128 ROSANA STIPISICH ....................................................................................................................130 LILIANA TARFA..........................................................................................................................131 CRISTINA VALLAZA ...................................................................................................................134 ALEJANDRO VILLALBA ..............................................................................................................135 ALUMNOS “ESCUELA COSME ARGERICH ANEXO” ....................................................................138 COMUNA ESTANCIA VIEJA........................................................................................................138 ALUMNOS DE LA ESCUELA JOSÉ DE SAN MARTÍN ....................................................................143 153


COMPILADOR: RUDY CATONI ...................................................................................................151

ARTISTAS PLÁSTICOS ESEBAN CATONI…………………………………………………………………………………………………………………….10 DIEGO VALENCIA……………………………………………………………………………………………………………………40 CECILIA VIDAL……….……………………………………………………………………………………………………………….70 GRACIELA ORTIGOZA……………………………………………………………………………………………………………102 CLAUDIO FURNIER………………………………………………………………………………………………………………..131 BEATRIZ CONTRERAS……………………………………………………………………………………………………………142

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IV Antología Literaria : Estancia Vieja Mágica / Adela Boscarino... [et al.] ; compilado por Catoni Rudy ; ilustrado por Cecilia Vidal.- 1a ed compendiada.- Estancia Vieja : Paula Viviana Pizzano ; Estancia Vieja, Córdoba : Adriana Molina Sarach, 2020. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-86-5232-0 1. Literatura Argentina. I. Boscarino, Adela. II. Catoni Rudy, comp. III. Vidal, Cecilia, ilus. CDD A860

Fecha de catalogación: 03/07/2020 IV ANTOLOGÍA LITERARIA ESTANCIA VIEJA MÁGICA 1ª edición

ISBN: 978-987-86-5232-0 Fecha de publicación: 07/2020 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.727 Diseño de tapa y maquetación Azul Corvalán azul97_corvalan@hotmail.com

LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA El Escarabajo Azul Ediciones elescarabajoazul@live.com.ar f: El Escarabajo Azul Ediciones

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