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El Ciudadano & la gente

Martes 19 de enero de 2010

Reflexiones

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NUESTROS LECTORES

OPINIÓN

¿A qué plan se refieren?

TÉLAM

Pampuro es el más activo de los kirchneristas en el Congreso. Canceló sus vacaciones y se instaló en su despacho.

Kirchneristas gerencian crisis del BCRA Ezequiel Rudman Especial para El Ciudadano

En silencio, casi en la clandestinidad, el kirchnerismo del Congreso gerencia la crisis del Banco Central de la República Argentina. La cúpula legislativa del Frente para la Victoria es el único enlace del gobierno de Cristina de Kirchner con la oposición pero sus gestiones no cuentan, por ahora, con el aval del Poder Legislativo. El comité kirchnerista de crisis en el Congreso está integrado por el jefe de la bancada de Diputados, Agustín Rossi, su par del Senado, Miguel Pichetto, y el presidente provisional de la Cámara alta, José Pampuro. Este trío fue el único capaz de contener la embestida opositora que, con nueva mayoría en el Parlamento, amenaza con autoconvocar a las Cámaras para privar a las arcas del gobierno de u$s 6.569 millones correspondientes al Fondo del Bicientenario creado a través de un DNU de la presidenta. El bonaerense Pampuro es el más activo. Canceló sus vacaciones en la costa atlántica, no se mueve de su despacho del Senado y dialoga con el radical Gerardo Morales, la peronista disidente Liliana Negre de Alonso y hasta con el impuro Julio Cobos. Pichet-

to, en cambio, no le atiende el teléfono a ningún senador opositor y se limita a recibir órdenes de la Quinta de Olivos. El santafesino Rossi asoma con una postura intermedia y, a través de los medios, se anima incluso a sugerirle al Poder Ejecutivo una pronta convocatoria a sesiones extraordinarias para resolver la crisis del BCRA y evitar daños mayores. Fue Pampuro quien recibió formalmente la propuesta de la UCR para que el Poder Ejecutivo envíe al Congreso una ley que ratifique la creación del Fondo del Bicentenario a cambio de colaborar para la pronta destitución de Martín Redrado del Banco Central. El presidente provisional del Senado, tercero en la línea de sucesión del poder, ofreció ese canje de rehenes ante Aníbal Fernández, en la Casa Rosada. Pero el jefe de gabinete, por instrucción presidencial, descartó esa alternativa con un razonamiento tan elemental como pragmático: el kirchnerismo sólo reúne 85 de los 257 diputados y en el Senado existe un virtual empate de fuerzas, por lo que la propuesta de la oposición es vista por el oficialismo como una emboscada para condicionar en el Congreso el funcionamiento del Fondo del Bicentenario. Con el matrimonio presidencial arrinconado y dispuesto a no ceder ante la avanzada opositora, el comité de crisis

del kirchnerismo en el Congreso espera ahora nuevas instrucciones. El Poder Ejecutivo confía en el poder sanador del tiempo y en los resortes judiciales. De todos modos, razonan en Olivos, Redrado no tiene más de dos semanas de sobrevida al frente del Banco Central de la República Argentina. A partir del 1º de febrero, cuando el Senado integre sus comisiones, Cristina de Kirchner podrá apelar al mecanismo de remoción previsto en la Carta Orgánica de la autoridad monetaria. Sólo deberá enviarle una nota a Cobos, invocando la causal del remoción, para que la Comisión Bicameral constituida al solo efecto de elevar un consejo no vinculante al Poder Ejecutivo recomiende la destitución, o no, de Redrado. Cumplido ese mero trámite no habrá acción de amparo ni medida cautelar que sostenga a Redrado en su cargo. La historia recuerda a la resolución 125 sobre retenciones móviles. Desatada la crisis, Cristina de Kirchner finalmente terminó enviando al Congreso una ley para ratificar ese instrumento de política agropecuaria. En aquel entonces Pampuro, Rossi y Pichetto negociaron cambios con la oposición y, tras la derrota del oficialismo, contuvieron el instinto de renuncia del matrimonio.

Fuerzas contrarias se afanan en oponerse a que los actuales gobernantes puedan aplicar su plan. Y nos quedamos pensando: ¿a qué plan se refieren? Si es lo que los ciudadanos están recibiendo, mejor que los contrarios ganen. Si se refieren a las enseñanzas que nos están mostrando, mejor no apliquen nada. Ahora, si lo que desean aplicar son las palabras que dicen, sería aceptable en un 2 por ciento solamente. Como todo político que ha triunfado en los últimos años, lo hicieron utilizando las fuerzas de choque, el poder del sindicalismo y las lindas palabras. Los gobiernos de signo contrario fueron destruidos por el poder que adquirió la CGT cuando le restituyeron el 2 por ciento de “colaboración” forzada de todos los trabajadores. Eso le fue suprimido por el autoritarismo del gobierno de facto. Se alegó que la afiliación debía ser voluntaria. O sea que el primer gobierno democrático “se cavó la fosa”. Llegados al poder, comenzó un período de fantasías y de ilusiones. Creímos vivir la “resurrección” a épocas de “vivir sin trabajar”. Luego se les despidió, pero como era tan grande la necesidad de robar le “movieron” el piso al siguiente gobierno de signo contrario. Es decir que mientras se les dé poder a la ignorancia, el país estará como ahora. No saben limitarse a su función y se toman atribuciones que no les corresponde. Si el plan que quieren aplicar es el de mentir, de violencia, de desaciertos y de profundizar las divisiones entre la sociedad, mejor que no lo hagan. Ya tienen un aviso de que tienen las horas contadas. Es sólo aguantar hasta 2011 o que se les desborde y llamen a elecciones anticipadas. Con eso “blanquearían” los robos. Andrés Beaver

Orgullo Orgullo significa exceso de autoestima, arrogancia, vanidad. ¿Es algo bueno o no? Según los criterios que nos inculcaron en la escuela de sentir orgullo de ser argentino y de pertenecer a esa escuela, no es aplicable a la definición del diccionario. Tener la autoestima en exceso y hacer de eso un motivo de vanagloriarnos y despreciar a los demás, no es bueno. Arrogante es algo no tan bueno ya que significa altanero, soberbio o gallardo. Sabemos que la vanidad tampoco es algo bueno. El orgullo nos puede llevar a situaciones muy peligrosas y desagradables. Muchas cosas se han perdido en la vida por “no dar el brazo a torcer” o ser orgulloso, lo que serían sinónimos. Muchas personas que hacen vida en común, se pierden por actuar, alguna o ambas, de esa forma. Muchas veces con sólo transigir un poco, lo mismo que nos ha herido o lastimado toma otro tinte. La seudo “ofensa” se diluye como el azúcar en el café. No apliquemos los conceptos que nos enseñaron sobre el orgullo. Sólo nos conduce a ser resentidos ya que consideramos que todos están en nuestra contra. Así perderemos siempre. Juan Müller


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