EGF and the City 14

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THE CITY | TRANS·IDENTIDADES EGF AND

En TRANS·IDENTIDADES contamos en este número con el testimonio de nuestra sevillana ÁNGELA PONCE, Miss Cádiz 2015, quien ha estado a punto de convertirse en la primera mujer transexual española que roza con los dedos la última edición del Certamen MISS MUNDO. Hoy es uno de los últimos fichajes de Apple Model Management, la agencia neoyorquina cuyos trabajos se reparten las portadas de cabeceras tan internacionalmente reconocidas como L'OFFICIEL, NUMERO, VOGUE, ELLE o BAZAAR. ¿Podríamos decir que te has constituido como la pionera en cuanto a modelos TRANS se refiere, que juegas papel importante como precedente para la comunidad TRANS española desde que fuiste Miss? - Modelos trans hay muchas y además muy famosas dentro del panorama de la moda, pero si podríamos decir que soy pionera en cuanto a certámenes de belleza. El hecho de ser la primera chica trans en ser Miss en España, y haber podido pisar el escenario de un certamen tan importante como el Miss World Spain, es un paso muy importante, no sólo para mi, sino también para muchas otras chicas e incluso para la sociedad, sirviendo de referencia a otros países en donde todavía no se permite la participación a este grupo/sector de la sociedad.

¿Cuál fue tu inspiración? ¿Es algo que persiste en tu memoria desde la infancia (ahora sueño cumplido) o ha surgido de forma espontánea en los últimos años? - Siempre me atrajo bastante el mundo de la moda, las pasarelas y la fotografía. De hecho, llevo tiempo dedicándome a la moda profesionalmente, pero nunca me planteé presentarme a un certamen de belleza. Ha sido algo espontáneo que ha dado lugar a una de las experiencias más bonitas de mi vida, y sobre todo, a desarrollar un mayor crecimiento personal y profesional. El certamen sólo es un escalón más en lo que a mi carrera como modelo supone. Pienso seguir trabajando y demostrarme a mi misma que puedo llegar tan lejos como me proponga.

Por supuesto que en este momento existe un montón de maneras de ser una activista, pero qué papel jugabas antes de proclamarte Miss y cuál te ves jugando a partir de ahora como representación de la comunidad trans?

- Antes del certamen también era bastante activista, ya que he dado charlas en institutos intentando mostrar el lado que se desconoce de la transexualidad. Transmitir “naturalidad” de algo que es sólamente eso; natural! También en mi vida personal he tratado siempre de hacer ver que “ser trans” no es lo que vemos en la televisión, que somos personas corrientes que simplemente descubren otra realidad y una forma distinta de afrontar la vida. He ofrecido apoyo psicológico a muchas chicas conocidas, aportando todo lo que está en mi mano para ello.

Después del certamen creo que he podido llegar a mucha más gente. El hecho de conocerme es algo tremendamente positivo para constatar que la transexualidad no es “ése” lado oscuro que todos conocen. Así es como he servido de referente para otras chicas en mi situación, pero también a otras muchas personas que no son trans y demostrar que con esfuerzo, ilusión y trabajo, todo se consigue y todo se supera.

¿La relación entre la “comunidad” de misses/modelos y tú ha sido/es positiva? ¿Has encontrado mayor empatía entre chicas biológicas y una chica trans en la pasarela, que a pie de calle? - La relación con mis compañeras y con todo el equipo de Miss World Spain fue extraordinaria y en todo momento me he sentido una más (y no he notado diferencias). Sí que es cierto que en algunos momentos pude ver un interés particular por saber un poco más sobre la transexualidad, y siempre, desde el respeto y con mucha admiración.

¿En algún momento te preocupó que algo no saliera bien y que el efecto fuera negativo si no ganabas? ¿Te has sentido vulnerable o lo tenías muy claro y te capacitaste para fortalecer tu propósito? - Una nunca sabe si va a ser positivo o negativo. Evidentemente te puede preocupar, pero de forma efímera. Fui coronada Miss World Cadiz como Ángela Ponce “mujer” y fue mi proyecto social con Fundacion Daniela lo que hizo que esa preocupación desapareciese. Sentí que esta oportunidad no sólo podría valerme exclusivamente a mí. Y fue entonces cuando sentí la necesidad de poner mi granito de arena y marcar un antes y un después en lo que a los certámenes de belleza se refiere, demostrando a su vez que nosotras también podemos ser mujeres exitosas y bellas. Creo que tener un referente positivo siempre es algo necesario.

¿Se puede llevar una “ofensiva” reivindicativa trans desde la pasarela? es decir, ¿se puede competir en el área del show business de la moda, siendo una mujer transexual? - Desde una pasarela evidentemente tu puedes llegar a mucha más gente y por supuesto que sí se puede ser reivindicativa y hacer que tu voz se escuche. Esta es una magnífica manera de reivindicar que todas las personas deberíamos ser iguales en el acceso a nuestros derechos y que todavía queda un largo camino por recorrer en este sentido.

Ahora estoy enfocando más mi carrera como modelo, desde que he firmado con Apple Models, además de algún otro proyecto profesional que no tiene que ver con el mundo de “las reinas de la belleza”. Por supuesto voy a seguir trabajando y dando mi apoyo a la Fundación Daniela y seguir visibilizando al colectivo trans para formar y educar a la sociedad, en la diversidad en la que vivimos. Es cierto que nunca me consideré una abanderada de la transexualidad; yo soy abanderada de “Ángela Ponce”, de mi vida. Pero siempre sin dejar de luchar por nuestros derechos y contribuyendo en lo que pueda para logralo.


Cisne DEL

HOR A

LA

por flordeloto


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Después de estas experiencias... ¿que hay que ser popular o incluso una celebrity para que una chica transexual adquiera un respeto público? Sientes que debes salvaguardarte de la opinión pública, más ahora? - Pienso que es bueno tener referentes positivos, pero no que sea necesario ser popular o una celebrity para adquirir respeto. Yo siempre he pensado que el respeto se gana respetando y me he sentido persona respetada dentro de mi entorno. El hecho de ser popular ayuda a llegar mejor a la gente, a entender y cuestionar si sus ideales son acertados, o simplemente, significar que no hay nada raro en ser una chica trans y ser una reina de belleza... en ser una persona común y corriente como cualquier otra. Has pensado en algún momento que salir en los medios de comunicación te va a limitar o cerrar puertas? - No, no lo creo, porque mi participación en los medios de comunicación ha sido con un fin positivo, sin intención de dañar a nadie, todo lo contrario. Y creo que eso no tiene por qué cerrar puertas, al contrario. Eres realmente consciente de los logros que has alcanzado y del aire fresco que ello representa, en estos nuevos tiempos para el colectivo trans? - Soy consciente de que mi visibilidad está siendo de gran ayuda y que detrás de mí vendrán muchas más. Yo creo que el cambio se está logrando. Y estoy feliz por ello!

¿Qué crees que hace falta en este país para que la comunidad trans sea definitivamente aceptada con absoluta normalidad? ¿Alguna “voz” te representa? - Creo que lo que nos falta es una verdadera reforma en las leyes actuales, donde todos seamos libres de decidir quiénes somos y cómo deseamos vivir, sin necesidad de esperar a la mayoría de edad para poder existir legalmente, así como una ley con la que se tenga derecho a un seguimiento y acceso a un tratamiento -da igual de donde proceda- sin la necesidad de tener que ser diagnosticados como enfermos mentales. Y uno de los puntos fuertes para lograr ese cambio debe ser la educación en la diversidad; desde pequeños debemos educar a las nuevas generaciones en la diversidad y en el respeto hacia los demás.

A finales del año pasado se tramitó el Proyecto de la Ley de Integridad para Personas Trans en la Asamblea de Madrid, y al mismo tiempo, la bandera trans ondeó en los balcones de algunos ayuntamientos del país, sumándose al 20N, Día Internacional de la Memoria Trans. Sin meternos en aspectos políticos, ¿son estos otro tipo de sueños que también se hacen realidad? Cuál es tu criterio al respecto? - Que debemos luchar por los derechos de todas las personas trans como seres humanos, da igual los ideales políticos o religiosos. Debemos luchar como sociedad, porque todos tengamos los mismos derechos, y obviamente, que tengamos las mismas obligaciones. Los derechos de las personas trans también son derechos humanos y por tanto es un deber de la totalidad de la sociedad luchar por su consecución. ¿Por qué crees que, de repente, se siente cada vez más la presencia trans en la vida cotidiana? (es decir, por qué en este momento y no antes).

"Nacer NIÑO y sentierse NIÑA es un problema hasta que una sabe que es transexual" Ángela Ponce se ha constituido, además, en una extraordinaria embajadora de la FUNDACIÓN DANIELA, Asociación dedicada a la SENSIBILIZACIÓN por y para el colectivo de MENORES TRANS. Derechos y equidad en el ámbito del entorno escolar y social, y por los que esta sevillana, seguirá luchando como hasta ahora.


Creo que en este momento España puede estar muy orgullosa de ser uno de los países que cuenta con una mejor legislación en lo referente a la defensa de los derechos de las personas LGTBI del mundo. Pero creo que aunque tengamos unas leyes que nos protegen, todavía queda un largo camino para alcanzar la igualdad real en la calle. Debemos luchar como sociedad por erradicar la discriminación por LGTBfobia y esto es una lucha en la que todos y todas debemos implicarnos sin excepción.

A lo largo del año 2015, muchos de los medios de comunicación internacionales “abrazaron” a la comunidad trans más de lo que se había podido lograr en décadas anteriores. ¿Personalmente has experimentado algún momento “problemático” en responder a las preguntas con respecto a la transexualidad, de personas que podrían no estar muy familiarizadas con el tema en nuestro país? - En ocasiones hay medios que pueden formular preguntas que contienen términos inadecuados en éstas y que están basados en el desconocimiento general que la sociedad en general tiene sobre la realidad de las personas trans. Pero también es cierto que tan sólo hay que facilitarles una infor mación adecuada para que ellos también puedan llevar a cabo un cambio en la forma de formularlas. Al igual que el resto de la sociedad, los medios tan sólo necesitan actualizarse para mejorar su conocimiento sobre esta temática. Pero en mi caso, mis experiencias han sido muy positivas en líneas generales.

¿Qué puede la comunidad trans esperar de tí? ¿Cómo se ve Ángela Ponce de aquí a cinco años, por ejemplo? - De aquí a cinco años me veo trabajando y desfilando en grandes pasarelas a nivel internacional. Y con respecto a qué puede esperar la comunidad trans de mí, diré que yo nunca me he considerado una abanderada de la transexualidad, sólo he hecho pública mi historia en un momento puntual de mi vida con el fin de dar visibilidad y apoyo al colectivo. Por supuesto seguiré aportando mi ayuda en todo lo que esté en mi mano. Pero yo soy abanderada de mí misma, de mi historia. ¿Puede ser que nos estemos acercando al tema de la causa trans, de forma correcta? ¿Ya ha emergido absolutamente “esa” nueva generación trans que cambiará la manera de representarnos públicamente? - Las nuevas generaciones trans estamos ayudando a romper con muchos de los estereotipos que la sociedad manejaba acerca de “cómo éramos las personas transexuales”. Nuestra imagen está ayudando a que la sociedad entre en contacto con referentes positivos y más ajustados a la realidad. No hay una única forma de ser trans, sino que hay tantas formas como personas trans existan, y por supuesto, somos personas

como los demás, como cualquier otra persona y sin distinciones. Pero poder conocer a chicos y chicas trans jóvenes que rompen con toda esa información negativa que la sociedad tenía concebida anteriormente, está siendo fundamental para acabar con el estigma y la discriminación que sufrimos cada día las personas trans.

¿Es feliz Ángela Ponce? ¿Se puede ser transexual, sin dejar de ser feliz? ¿Qué te faltaría para serlo en caso contrario? - Si, soy una mujer Feliz. Tengo salud, buenos amigos y a mi familia unida. No necesito mucho más para serlo. ¿Te ha fallado gente cercana en algún momento? ¿Les has perdonado si se ha dado el caso? - Por supuesto, creo que a todos nos han fallado alguna vez en la vida. Pero sí, soy una persona que perdona y que olvida.

¿Quién es tu mayor cómplice (mentor/mentora) a día de hoy? - Mi hermana, a pesar de ser más pequeña que yo. Siempre recibo sus opiniones y me gusta escuchar qué opina sobre temas que me preocupan, aceptar consejos, o simplemente que me cuente o me escuche también.

¿Con qué te sientes más plena en estos momentos? Y de amores, qué tal vamos? - En estos momentos me siento feliz disfrutando de los míos, de la gente que me quiere. Pasar tiempo con ellos y disfrutar de su compañía es algo que me hace sentir muy plena. Y sobre amores… pues no presto mucha atención al amor en estos momentos. No estoy cerrada a nada, pero creo que es algo que viene sin necesidad de buscar. Y en este momento de mi vida me estoy centrando más en proyectos y en mi carrera como modelo. c

http://applemodels.com/website/talent/2301/angela/

- Porque cada vez hay menos miedo a ser visible. El mundo va avanzando, de forma lenta, pero avanza. Pasa como con el colectivo de personas gais, lesbianas y bisexuales. Si volvemos la vista hacia el pasado, hace veinte años ese colectivo no gozaba de la normalización que experimentan hoy en día y ese cambio, les ha permitido que ahora, en su gran mayoría, no tengan miedo a expresar su sexualidad. Pues con la transexualidad ocurre lo mismo; el aumento de la visibilidad es la herramienta que nos permitirá acabar con la discriminación que muchas personas trans sufren en la actualidad. Al fin y al cabo y en definitiva, todos y todas tenemos derecho a ser quienes somos.




































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SOHO & Co HAIR SALON



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En los momentos previos al cierre del sumario de esta edición, la red ardía en una fría madrugada de invierno recién terminado Enero. Todos los que vivimos a este lado del charco, nos despertamos con la noticia del súbito e inesperado fallecimiento de Viviana Rocco, en un hospital de México, tras varias semanas de convalecencia. Hace tan sólo unos meses atrás, tuve la oportunidad de entrevistarla para EGF, entrevista que en su día no se publicó por necesidades de editorial y que ahora verá la luz.

n nota de redacción

Conocí a Rocco hace ahora un año exactamente, coincidiendo con un viaje de Mar Cambrollé (ATA) en la promoción de su libro “Una mujer de verdad” y con Ángela Flórez (flordeloto) protagonista en ese mes de la obra de teatro documental “TRANSREALIDADES”. Un encuentro excepcional, de intercambio de opiniones... y emociones. La vida de Rocco fue una novela intensa a golpe de ranchera, en donde ella fue siempre su protagonista. Entró en mi vida durante doce días, siempre divertida, siempre despreocupada, siempre medio loca y absolutamente sociable, aunque jamás logré comunicar con ella antes del mediodía. Fue criatura nocturna e indiscutible reina de los fines de semana madrileños, aunque estos comenzaran un lunes cualquiera. Imposible recordar la última vez que pudo haberse pagado una de sus juergas, porque era ese tipo de chica que saludaba a todo el mundo y entraba en las zonas más VIP de la capital; aquella a la que podías encontrar en todas las listas de invitados y hasta conocía a los dueños de los locales más cool. Rocco era todo un halo de incandescencia bipolar personificado, como hermanado a un síndrome premenstrual, acompañado siempre de Ibuprofeno. Curiosa por condición, Viviana era capaz de obligarte a sacar lo mejor de tí, a ser buena persona, a sacar tus mejores reflexiones. Y cuando la aconsejabas, era como que te aconsejabas un poco a tí misma también. La vida es un regalo. Pero igualmente se trata de un tiempo limitado que se nos concede. La realidad cambia constantemente. Instantáneamente. Y es, en ese momento, cuando te das cuenta que no hay nada que se interponga entre la muerte y tú. NADA. La muerte no es un regalo final, pero la pena y la incomprensión de la muerte es el paso obligado hacia otro comienzo; de una nueva conciencia sobre nuestras vidas... o sobre nosotros mismos. Cuando un amigo/a muere, parece como que todos los lazos cómplices que se mantenían se van para siempre... Se pierden… Desaparecen… Posiblemente nos cuesta media vida entenderlo, y quizás está escrito en algún lugar, que nunca tendrás oportunidad de "crecer" a la mitad de tu vida, hasta que cosas así acontecen. Es como que llegas a comprender exactamente lo que significa vivir, amar, transgredir y tener problemas o alegrías de verdad, en la cotidianeidad de una vida demasiado frenética, demasiado efímera, demasiado todo. Gracias por haberme enseñado tu mirada plural y ese “caprichoso” estilo Chanel que recordaremos hasta la eternidad, porque tú, Viviana Rocco, fuiste la escandalosa y la magnífica.

Carolina Laferre


por CAROLINA LAFERRE

Viviana Rocco es ya, sin duda, una clara representación de la modernidad fotográfica mexicana. A lo largo de su trayectoria profesional, logró retratar la mirada “huida” de sus modelos, no sólo por lo que son, sino también por lo que pueden sugerir a los ojos de los demás. Imágenes perpetuadas para la eternidad, repletas de alusiones simbólicamente metafóricas.

La “mayoría de edad” artística le llegó precisamente con su propia transición, tanto en el terreno personal como profesionalmente hablando. Socialmente aceptada mientras se buscaba en el propio consuelo de la “conversión” conceptual de haberse parido a sí misma, Rocco fue una

mujer mística, rebelde, transgresora y poderosa, irreverente. Rocco profundizó en una variedad de prácticas de iconografía religiosa como forma de hacer visible ”ésa” su constante búsqueda de la trascendencia espiritual -y a la vez humana- que comporta la femineidad transgénero, un medio, a través del cual también puede bien expresarse el deseo sexual del hombre. No cabe duda que el trabajo de Rocço es y será influyente para toda una generación de fotógrafos posteriores, mientras aún resuene su nombre... como nacida superviviente de imágenes que liberan el espíritu. Y éste es “el ojo desnudo” de la artista, que pude conocer. e


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La primera vez que Viviana tuvo una cámara entre sus manos, contaba tan sólo con 9 o 10 años y sus primeras instantáneas fueron fotografías de tipo familiar, con sus padres y hermanos, en el patio de su casa. Recuerda que aquello le hizo sentir muy importante, que hacer fotos le otorgaba mucho poder: ser fotógrafa! Para ella fue algo absolutamente moderno. El que pudiera capturar una imagen y desconocer lo que iba a suceder hasta después de revelar el negativo, era algo que la llenaba de curiosidad, y eso, era algo mágico. Rocco, ¿cuál fue el momento en el que te interesaste de verdad por la fotografía y quizás te plantearas ser profesional de la imagen? - Bueno, realmente siempre tuve ese acercamiento a la fotografía por mi padre, porque él se dedicaba a importar mercancías de EE.UU y tenía una cámara muy buena (creo recordar que era una Canon o una Pentax). Obviamente era una réflex y recuerdo que era muy grande.

¿Y entonces qué es lo que te marcó para que te inclinaras por la fotografía y no por otro tipo de actividad o disciplina plástica? - Pues yo ya había olvidado el tema de la fotografía, cuando con 15 o 16 años, volví a encontrarme con ello casi de forma accidental. Estaba en la preparatoria y una compañera me dio a conocer un taller que comprendía tres horas diarias de actividad extra, durante todo un año.

El curso era de fotógrafo profesional, laboratorio y prensa. Y conforme fueron pasando los días, me di cuenta que esa era la actividad que a mí más me gustaba, a pesar de que en aquel momento yo todavía no contaba con una cámara y a mi padre no le hacía del todo gracia que yo fuera a dedicarme profesionalmente a la fotografía.

En las clases usaba la cámara de otra compañera y hasta me la prestaba los fines de semana para poder llevar a cabo los trabajos y poder revelar así los carretes en las clases de

la siguiente semana. Fue cuando empezó a apasionarme y le presté atención a la dirección de las luces, a los contrastes y a las diversas técnicas de fotografía analógica y la magia del revelado en el cuarto oscuro. Se me hacía todo tan diferente a como lo imaginaba, que me enganchó absolutamente.

Yo quería desde un principio hacer moda y retrato. Mi primera modelo fue una amiga -que curiosamente ahora vive en Madrid- y aquella primera imagen fue seleccionada como mejor retrato del curso. Me di cuenta de lo mucho que me gustaba y lo bello que era eso de la fotografía, los ‘photoshoots’, de las modelos, las exposiciones…

¿Tu trabajo se refleja principalmente en el retrato entonces? ¿Es lo que te gusta hacer de forma exclusiva? Sí, definitivamente. Ahora estoy haciendo mucho más documental, pero sin dejar el retrato humano, no me voy de la persona, me gusta la gente, montar escenografías...


ufff... eran imágenes muy especializadas de grandes diseñadores. Y esto que como dices está pasando a día de hoy, es bueno porque hay que llevar la cultura al pueblo y yo soy de las que pienso que la fotografía debe de llegar a todos, sin ninguna excepción.

¿Qué trabajo es el que te ha dado mayor satisfacción hasta el momento? Mmmm… pues todos. Sonaría algo abstracto que me preocupara por “esa” instantánea que aún no he disparado. Pero me gusta mucho “La Última Cena”, lo bien que ha salió todo en esa sesión, que también haya salido bien “La Creación de Adán” , ahora me preocupa “El Nacimiento de Venus” que no he podido terminar por causas ajenas a mi voluntad, pero que espero reanudarlo pronto y finalizarlo.

¿Y cuál crees tu que podría ser la imagen preferida de la gente que pueda ver tu trabajo en EGF Magazine, o una imagen que bien podría identificarse contigo? Yo creo que “El Narciso” cuyo modelo es el artista mexicano Jarlo Amos. O incluso la proipa “Última Cena” (quizás imágenes de lo más nuevo entre mis proyectos recientes).

¿Qué lugar ocupa la fotografía en la vida de Viviana Rocco? - Diario. Inmediato. No la separo, tanto en mis autorretratos, como en la terminación de un proyecto para una imagen grande o encargos de clientes, etc. Mi vida está absolutamente involucrada en la fotografía y viceversa... hasta que me muera.

¿Piensas que con el nacimiento de las RRSS se ha menosvalorado una herramienta tan profesional como es la fotografía o por el contrario han aportado enriquecimiento en las perspectivas de creatividad a partir de esta “popularización”? - Creo sinceramente que es una maravilla que todo el mundo pueda tener acceso a la fotografía porque antes las buenas fotografías, sólo se podían contemplar en libros que no todo el mundo podía adquirir, porque eran excesivamente caros. Fíjate que tan sólo hace 20 años, todo estaba muy limitado. Eran fotografías de autores muy interesantes en almanaques de marcas o recopiladas en libros de Taschen que,

¿Cuentas en tu carrera profesional con algún palmarés de premios o reconocimiento? - Ninguno. No me han concedido nada. En México esto funciona diferente. Y por otro lado yo nunca he concursado en ningún tipo de certamen. En Junio de 2003 sí tuve mi propia galería dentro de la Academia de San Carlos (la principal) con mi proyecto personal “De noche todos los gatos son pardos”. Estuvo exponiéndose alrededor de dos meses. También es verdad que mi trabajo siempre ha sido como muy académico. No he buscado el acercamiento con otro tipo de galerías porque, para empezar, no es fácil... y no les cuadro bien por meros prejuicios sociales. Y aunque conocen mi trabajo en este sentido, prefiero estar allí donde la gente me acepten y me quieran por lo que hago y por quien yo soy. No necesito personas homófobas a mi lado, ni necesito ser aceptada por ninguno de ellos para ser yo.

Cuéntame sobre esa relación directa (comunión) entre tus trabajos y la identidad de género, la transexualidad… - Bueno, recuerdo la primera vez que me vestí y que tenía una cámara en la mano (que no era mía porque en 2006 aún no disponía de cámara digital) y empecé a disparar y a hacerme autorretratos en el espejo del baño un día que me vi guapísima. Y aunque anteriormente ya había lle-

vado acabo otro proyecto como Viviana Rocco, en donde yo misma “convertía” al hombre masculino en hombre femenino sin alterar nada quirúrgicamente, y a partir de ahí, comencé a crear y a desarrollar una historia, un personaje alrededor de una cantante mexicana, pistolera y jefa de una banda de secuaces trans, entre las que se encontraban una venezolana reina de la belleza o una actriz que peleaba con hombres... todos los clichés típicos de las trans latinoamericanas. Hay una fotografía de aquellos días que lo refleja así y es en donde me vi más representada, tal como quería verme en la realidad, con minifalda y pistola en mano, dándole la espalda al corazón... Los últimos proyectos de Rocco sobre cuestiones de identidad (y el espacio raro) se plasmaron en unas series fotográficas donde su propio discurso acerca del género ha sido aceptado incluso por aquellos que no están habituados con el mundo ”no normativo”, esto es, presentaciones de género conmutadas y parejas entre sí al mismo tiempo: “Es el momento de ser fiel a nosotros mismos, no podemos seguir viviendo en las sombras. En el momento en el que no vuelves a mirar atrás, te sientes increíble, te sientes sin cargas, te sientes libre”.


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¿Crees que se pueden cambiar aspectos sociales a partir de un trabajo artístico, ya no sólo desde el concepto de la transexualidad, sino realizada por personas transgénero? - Definitivamente, sí. No me gusta lo que encontré en este país, donde siguen poniendo un limite a que la gente del pueblo pueda tener acceso a una fotografía, creando incluso una barrera con el propio título artístico. Quién es quien decide que algo puede ser artístico, más que el mismo artista? Sí, por supuesto que estoy convencida, sí estoy segura que no me caso con la idea de tener que salir a la calle para educar a los demás. Yo vivo. Y ahora estoy muy ocupada viviendo. Y todo fluye y se origina a partir de mí. Ya después, quienes quieran ver y conocer mi trabajo, pues bienvenidos sean.

Desde tus comienzos a tus últimos proyectos se puede comprobar que ha surgido un proceso de enriquecimiento artístico en los que estás metiendo mucha edición digital, es decir, de un trabajo casi ausente de luces y donde la escenografías no era lo más importante, has pasado a crear a partir de ese retrato un entorno digital al que te sometes o que aplicas decorados de ficción virtual. ¿Por qué este cambio completamente diferente? - Siempre he sido muy purista del blanco y negro, pero no es que haya cambiado, más bien creo que sí he podido manejar varios estilos dentro de la fotografía construida a partir de Photoshop. Sería muy injusto no hacerlo creyendo que porque fuera una fotógrafa de estudio o de blanco y negro, tuviera que negarme

a las cualidades y calidades que me puede ofrecer una fotografía trabajada de forma digital.  “La Última Cena” fue concebida así y no podría haber sido de otra forma -con tanta abundancia- porque la iluminación del escenario tenía una marcada dominante azul y esa pátina con tanto dorado es la que le otorga a la obra esa sensación de antigüedad y de solemnidad al mismo tiempo y es algo que sólo desde el ordenador he podido conseguir, tal y como yo la imaginé y quería que fuera. Lo que no dejo en ningún momento de lado es la técnica y la iluminación y eso sí que pienso que es algo muy personal que me identifica. No pienso en Photoshop antes de disparar la foto.

¿Sigues alguna corriente o eres precursora de alguna corriente o “escuela” en México? -Yo me considero una fotógrafa pro-población LGTB y no convivo con otros artistas heterosexuales que sí puedan seguir alguna determinada corriente porque, para empezar, yo no necesito nada de ellos ni probablemente ellos de mí. Yo soy a partir de mi intención, sin ser o sentirme estandarte de un gueto.

“Yo siempre he sido fotógrafa de estudio y esto significa que principalmente trabajo el laboratorio y que obviamente tuve la oportunidad de aprender a revelar en blanco y negro con los productos químicos”.

A mí me gusta mi condición de trasngénero y el homoerotismo, porque el hombre es quien me erotiza, es al que yo amo. El “bello hombre” es el que yo deseo y su compañia es la que yo necesito y quiero. Fíjate que, en México, a pesar de ser un país de “machos”, conmigo “se sientan”. Conmigo no, es decir, si yo pude traspasar la barrera de imposición de mi padre y no necesité nada de él... entonces de los demás menos.

¿Y cuál ha sido tu mayor placer en la vida, desde el momento en que decidiste visibilizar tu trabajo desde la transgeneridad?

El sentirme a gusto, es decir, todo lo que he podido conseguir es porque estoy en paz conmigo misma. Desde lo mínimo que fue llegar a casa de mi familia, llegar arreglada y vestida y morirnos de risa, a salir a cenar con un hombre, tener sexo con él... en definitiva el no tener que haberme autocensurado ni autosometerme a que por ser transgénero no podía conseguir lo demás. Me emociona mucho este viaje ahora, haberte conocido en persona... han sido diez años sin volver a España. Me gustaría presentar mi película documental en Madrid (que está por estrenarse) y mostrarles a las trans españolas lo que estamos haciendo allí, porque no sólamemte habla de mí, sino de la situación general de todas las mujeres mexicanas.

¿Pasaste de ser un chico gay a transgénero o realmente te diste cuenta de que no eras gay y que lo tuyo era otra cosa diferente? - Sí creo nací con una identidad femenina. Tuve que esconderla y “vestirme de hombre” para covertirme en un hombre exitoso y amado por mi familia, para crecer como fotógrafo destacado y respetado, pero como obviamente en mi interior algo no iba bien, no me cuadraba el éxito, no me cuadraba, encontrar pareja y no me cuadraba el “debo de ser macho para no ser torcida” y me rechacen... hasta que pude encontrar una economía que me liberó y comencé a travestirme... y ahí fue entonces cuando “me encontré” de nuevo; cuando lo que yo realmente quería era la atención de los hombres, el ser guapa, el ser deseada, que me mandaran flores, usar vestidos, llevar perfumes embriagadores... eso quería yo para mí, como las divas de los años 40’s y 50’s del celuloide.


NACIDA SUPERVIVIENTE [...] Cuando comencé a travestirme, trabajé en una discoteca de renombre en donde yo era la reina que recibía al público y me convertí en una celebridad. Allí es donde empecé a relacionarme con hombres y en donde conocería el que fue mi pareja durante diez años, un hombre muy masculino, bellísimo... mi príncipe azul; el que yo estaba esperando para mí.

Sin embargo, al poco tiempo de vivir con él, me di cuenta que era un hombre difícil y me enteré que había estado en la cárcel, que era un sociópata y comenzó a pegarme. Decía que yo le pertenecía. Me cerraron puertas y dejé de trabajar por él: Tampoco hacía tantas fotos como antes -fotos de las que vivíamos con su venta- y me obligó a prostituirme, para volver a tener una vida “bien”. Una de las chicas de la calle, “la Lupe” me dijo: ”Viviana, esto no es para tí, vete de aquí, porque si no, no te vas a poder ir nunca”. Me dio cien pesos (diez euros) para que cogiera un taxi y me volví a casa. Mi pareja estaba durmiendo, y cuando despertó y me vio sin dinero, me reventó a golpes. Fue una experiencia horrible. Y fue ahí cuando mi propio cuento de Cenicienta se derrumbó y me di cuenta de que eso no iba a acabar nunca.

Al poco tiempo volví a encontrar trabajo como showgirl en una discoteca. Iba con mis piernas moradas mientras irónicamente mi cuerpo era alabado cuando iba en minifalda por todos mis compañeros y público de la sala... Y mi madre se dio cuenta. Muchos días me fueron a buscar, pero fui incapaz de separarme de él. Y así durante muchos años. Me percaté que la que estaba mal, era yo.

Después de otra paliza más, fui a denunciar a la Delegación... pero nadie me hizo caso. Yo era un “puto” más de la cifra de “golpeadas” en 2007. Busqué ayuda y leí que en España había una posibilidad para las transexuales: había movimiento en Barcelona, Valencia... y a través de las redes sociales empecé a encontrame con Mar Cambrollé, Antonelli, contigo... y ví que también había movimientos en Argentina, en Colombia, Ecuador... y os empecé a es cribir a todas. Algunas hasta me contestasteis. Mientras tanto, seguía sufriendo la violencia física y psicológica de mi pareja, hasta que en 2009, yo no tenía ni para el tinte ni para ropa

ni para nada que no fuera pagar una habitación y comida. Yo habia empeñado mi cámara hacía tiempo. Y caí en una depresión terrible.

Por aquel entonces un grupo de activistas celebró un taller de empoderamiento y una travesti amiga mía me comentó que necesitaban chicas y que nos podían pagar. Fue probablemente mi primer contacto directo con la LGTB y el activismo. Unos meses después comencé a trabajar en la “Casa Roshell”, local dedicado al crossdressing y travestismo, en donde continué bailando y actuando y volví a tener una estabilidad emocional. Fui una de las primeras diez

Curioso fue todo el último proceso creativo que Viviana Rocco deja tras de sí, obras que desafortundamente no llegó a culminar. Su fotografía no habla de marginalidad, sino de celebrar la familiaridad y la “autoexploración” personal, que no dejan lugar a un simple voyeurismo. Rocco fue la mujer imposible, la irreconciliable, la inalterable, la irreversible, la incompatible, la incombustible... la gran DIVA de la fotografía mexicana. trans que formaron parte de “Iniciativa Escarlata” y me “inicié” en el activismo con otros gays y lesbianas; aquello se fraguó como una gran “familia” LGTB y resurgí de nuevo como fotógrafa, con otro nivel de vida muy diferente. Colaboré después con otras asociaciones como ProDiana, en donde sólo he recibido respeto por parte de Diana, Karla.... En el 2010 entro a formar parte del equipo del FIDS (Festival Internacionl de la Diversidad Sexual) y surgió hacerme autorretratos y publicidad personal, como forma de reivindicar y visibilizar la transexualidad en mi país.

En 2012 grabo la película “Yo Trans” de Daniel Reyes, volví a la casa de mis padres y definitivamente me convertí en fotógrafa/artista freelance... Así hasta llegar a este momento, aquí, en Madrid (y puedo contarlo).

Hoy en día me considero más transfeminista que femenina. Creo que he tomado decisiones necesarias para encontrame. Ahora creo en mí. Ahora sí puedo volver a creer. No volveré a dormirme en los laureles. Espero mucho de mí. Me queda mucho por hacer, y siempre, y por encima de todo como referentes, admiro el activismo de las trans españolas. Os estoy/estamos muy agradecidas en México. g























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