Revista digital "Diálogo Educativo"

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A los profesores nos toca dar examen Una nueva mirada sobre la forma cómo evaluamos a los estudiantes. Qué métodos aplicamos ... y una reflexión de fondo: ¿contribuyen los exámenes tradicionales al aprendizaje. Diversas alternativas para que las pruebas no sean una tortura. Revista de publicación mensual del Proyecto de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia No. 34 Año 2018


Diálogo Educativo

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La revista de Diálogo Educativo es una publicación mensual del Proyecto Educativo Integral de la iglesia Católica, dependiente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

Aprender a maravillarse: cómo mantener la curiosidad de los niños

Hacia un nuevo enfoque en el aprendizaje de las matemáticas

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Una nueva mirada a la evaluación escolar

¿Los exámenes sirven para aprender?

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Evaluación al docente: un reto urgente en la escuela

Siete métodos novedosos para aplicar a la hora de evaluar

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¿Renovar la educación? Un debate cada vez más intenso e imprescindible

¿Y qué de nuestros niños? Hacia un entorno menos hostil en las escuelas 38

Las graves consecuencias del acoso escolar

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STAFF

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Mos. Tito Solari Capellari DIRECTOR

Juan Manuel ljurko REDACCIÓN

Wilson Terceros RESPONSABLE DIGITAL

Hna. Micaela Princiotto MB DIRECTOR EJECUTIVA

Marcos Vega DISEÑO GRAFICO

Eduardo Bowles EDITOR GENERAL

Ramiro Sarmiento RESPONSABLE DIAGRAMACIÓN

Consejo Editorial Mons. Tito Solari Hna. Micaela Princiotto Dr. Tito Antonio López Dr. Limbert Ayarde Dr. Ernesto Muñoz


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D ITORIAL

Hora de examen evaluar? Por último ¿sirven los exámenes para aprender? Todas estas preguntas y las respuestas por supuesto, las hemos formulado en una serie de reportajes, análisis y estudios que te presentamos en esta edición de “Diálogo Educativo” que busca ampliar el horizonte de esa temida hora de examen. Hablamos del gran abanico de fórmulas, métodos y estrategias que hay para evaluar y también del enfoque correcto que se debe aplicar para que la prueba se convierta en la mejor oportunidad de aprendizaje, en ese momento culminante de un proceso enriquecedor que hemos llevado adelante durante el año y que no tiene por qué terminar con caras largas y gestos típicos de un cuartel militar.

Mons. Tito Solari C.

A los profesores nos toca dar examen Una nueva mirada sobre la forma cómo evaluamos a los estudiantes. Qué métodos aplicamos ... y una reflexión de fondo: ¿contribuyen los exámenes tradicionales al aprendizaje. Diversas alternativas para que las pruebas no sean una tortura. Revista de publicación mensual del Proyecto de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia No. 34 Año 2018

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lega la recta final del año escolar y nos toca rendir examen. Tanto para estudiantes como para los maestros este periodo suele ser sinónimo de tortura. Los chicos deben “tragarse” lecciones enteras, memorizar libros completos y responder largos cuestionarios. Para los profesores, ha llegado la hora de poner cara de malos, plantarse rígidos y estrictos y por si fuera poco, encerrarse días enteros con bolígrafo rojo en mano, a corregir las pruebas, para verificar si han respondido bien, si han justificado la respuesta, si todo está de la misma forma cómo explicó el profesor durante las clases. ¿Nos hemos puesto a pensar sobre la forma cómo evaluamos? ¿Nos hemos preguntado alguna vez para qué sirven realmente los exámenes? ¿Hemos averiguado si la forma tradicional de elaborar las pruebas es la única o la más adecuada? ¿Alguna vez nos hemos puesto en el lugar del niño o adolescente que en una semana o dos debe someterse a diez o más de estas sesiones de martirio que en ocasiones se convierten los exámenes? ¿Estaríamos dispuestos los docentes a “sentarnos en el banquillo” para una revisión de los métodos que estamos usando a la hora de


LA MEJOR FORMA DE EDUCAR ES DESPERTAR LA CURIOSIDAD EN LOS NIÑO

Aprender a

maravillarse La enseñanza requiere una chispa de curiosidad que deje paso a la sorpresa del aprendizaje. La capacidad de maravillarse está vinculada a la didáctica activa.

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Has observado alguna vez la cara de admiración de un niño cuando descubre, por sí mismo, algo novedoso? Esa ingenua sensación de sorpresa resume un proceso de aprendizaje sencillo pero completo. La experimentación, la curiosidad y el descubrimiento de un nuevo saber comprendidos en un rostro de asombro. Así lo entiende el Padre Marco Valera cuando trabaja en el colegio Campus Pampuri, en Bogotá. La didáctica activa “consiste en enseñarles a sorprenderse con la naturaleza que nos rodea para así aprender a respetarnos a nosotros mismos”. Con sus más de 40 años como docente, Valera reivindica la capacidad de sorpresa que está directamente relacionada con el aprendizaje de las personas. Las nuevas

generaciones, tan acostumbradas a la tecnología, han perdido la capacidad de sorprenderse ante la naturaleza misma. Recuperar la experiencia como una forma de comunicación, relación y liberación permite re-

descubrir el factor sorpresa. “No formamos a los estudiantes por una calificación o reconocimiento, ahora nos esforzamos por educar para la vida, puesto que esta generación cuenta con diversas fuentes de información que logran despertar su capacidad de asombro, y evolucionan hacia nuevos conocimientos relacionados con su entorno” sintetiza Luz Mary Moscoso al tratar de exponer las ventajas de la didáctica activa. El estudiante asume un protagonismo activo de su propio aprendizaje, que debe hacer frente a unas realidades cambiantes. La educación, en tiempos de Millennials, reclama una dinámica que nace desde las experiencias.


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La aventura del conocimiento involucra a estudiantes y docentes en un ejercicio permanente de apasionamiento por aprender, mientras se comprometen con nuevos descubrimientos y adquieren herramientas para la vida. Se convierten en actores de una nueva sociabilidad. Desbordan los muros del aula y salen a buscar escenarios de aprendizaje. Desde el patio del colegio, el Padre Valera reúne a sus estudiantes de cursos primarios para mostrarle el paisaje nevado que rodea Bogotá. Con este escenario de fondo arranca su explicación sobre la nieve y otros efectos climáticos.

Se prioriza la actividad práctica como forma de enseñanza. La didáctica activa facilita el aprendizaje de acuerdo a las condiciones personales de cada estudiante. La educación con miras al hombre real, concreto y positivo es el objetivo de este sistema que prioriza el principio del activismo antes que a la tradicional reflexión teórica. Fue en Italia, por los años 50 cuando el Movimiento Escuela Nueva que propició un cambio de patrón. El sistema conductista frenaba el poder creativo de los estudiantes. Desde el fortalecimiento de la experiencia como forma de aprendizaje se fue

consolidando la Didáctica activa. La Didáctica activa representó una reacción contra la escuela positivista-reproductiva y autoritaria. Priman los métodos o formas de hacer sobre los contenidos, entendiendo el aprendizaje como un saber hacer “Hay que despertar el fondo de la persona; buscamos despertar el corazón, la razón, la libertad, lo humano y el yo más profundo del estudiante, queremos que crezca ese yo, que sea activo”, ratifica el Padre Marco Valera. El aprendizaje se basa en el descubrimiento de los estudiantes bajo la orientación de los docentes. Es un despertar del aprendizaje a través de la capacidad de sorprenderse y maravillarse. Por eso, el docente cuestiona a los estudiantes con planteamientos del tipo ¿Qué entiendes? ¿Qué opinas? Y, a partir de ahí, construye el sendero de acuerdo al ¿Qué podemos hacer? “Uno puede aprender muchas cosas como un robot que asimila y repite; pero, en ese caso, la persona no ha crecido. Nosotros queremos educar a la persona, pero para hacerlo hay que despertarla antes”, añade el padre Valera. Junto a los docentes, los padres también deben perder el miedo e involucrarse en los aprendizajes. Desde el sentido de intuición, acompañan a los hijos. Deben participar asertivamente en el proceso de enseñanza.


Esas “odiosas”

matemáticas

Yeap Ban Har, experto en el método de enseñanza que ha colocado a Singapur a la cabeza del aprendizaje de esta asignatura, critica el exceso de memorización y cálculo en las aulas

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uando el profesor Yeap Ban Har (Penang, 1968) habla de matemáticas, utiliza términos a menudo vinculados con el mundo de las letras, pero no con el de los números. Para este experto, referente mundial en la enseñanza

de matemáticas, aprender esta materia no es tanto hacer cálculos como interiorizar un nuevo idioma. Las matemáticas se leen, se escriben e incluso se debaten. Doctor en educación matemática por la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Sin-

gapur, y profesor en el Instituto Nacional de Educación del mismo centro. El experto, que viaja por todo el mundo dando formación a docentes, impulsa el método Singapur de enseñanza de las matemáticas.

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“ENSEÑAMOS A LOS NIÑOS A APROBAR EXÁMENES, PERO NO A PENSAR Y A ENTENDER LAS MATEMÁTICAS”


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Esta metodología crítica con el exceso de cálculo y memorización de la enseñanza tradicional— propone enseñar a los estudiantes a resolver problemas por sí mismos para que así aprendan a pensar y ha colocado a los estudiantes de Singapur a la cabeza de las pruebas de nivel internacionales en esta materia. Todas las clases de matemáticas del método Singapur comienzan de la misma manera: el profesor plantea un problema y los estudiantes debaten sobre cómo resolverlo. “El método implica llegar a una misma solución por distintos caminos”, resume el profesor Yeap. ¿Por qué las matemáticas resultan tan difíciles? Es por la forma en la que se enseñan. Las matemáticas resultan complicadas porque utilizamos las debilidades humanas, como por ejemplo la memorización, para que los estudiantes aprendan la materia. La memoriza-

ción no es una fortaleza del ser humano. Tampoco nos resulta natural seguir procedimientos. Pero utilizar las fortalezas de la mente humana y de nuestra inteligencia, como la búsqueda de modelos y la visualización, puede resultar muy útil para aprender matemáticas.

¿Las matemáticas que se enseñan en los colegios son las que después necesitamos para nuestro día a día? Lo fundamental que uno aprende de las matemáticas es la capacidad de pensar. Aprendemos a pensar a través de las matemáticas. Por supuesto, de todo lo que nos enseñan hay cosas que podemos utilizar en el día a día, como por ejemplo manejar el dinero. Es lo que llamamos las matemáticas funcionales, que son el pilar necesario para aprender las matemáticas más complejas, las que nos permiten hacer volar aviones, enviar a seres humanos al espacio y tener wifi. Si no aprendemos lo básico, nunca llegaremos a la parte más compleja. ¿Qué diferencia hay entre la forma tradicional de enseñar matemáticas y el método Singapur? Los métodos tradicionales habitualmente se centran en apren-


je, la reflexión y la práctica. Habitualmente el profesor comienza las clases planteando un problema. Por ejemplo: tenemos siete flores, tres flores y dos flores, ¿cuál es el total? Los estudiantes darán diferentes soluciones

e ideas. Siempre se empieza la clase explorando, pero en algún momento debe producirse un debate estructurado. Los profesores apuntan sus ideas en un diario de aprendizaje y animan a sus estudiantes a leer mate9 / DIÁLOGO EDUCATIVO

der a partir de la memoria, en seguir unos procedimientos que no entendemos y en hacer un montón de cálculos. El método Singapur se apoya en investigaciones y teorías del aprendizaje que aseguran que los estudiantes comienzan a aprender a través de la exploración. Al final, unos y otros llegan a las mismas matemáticas, pero la forma de aprender es diferente. El modelo tradicional te dice lo que tienes que hacer, mientras que en este enfoque tú construyes tu propio conocimiento. ¿Cómo se enfocan las clases de matemáticas con esta metodología? Hay cinco fases: la exploración, el debate estructurado, el seguimiento que lleva el profesor a través de un diario de aprendiza-


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máticas. Esa es la parte de la reflexión: después de explorar y analizar el problema, lo leen. Debatir o leer son conceptos que no se asocian habitualmente con las matemáticas. Pero las matemáticas son un idioma, un lenguaje. Cuando los estudiantes no aprenden las matemáticas como si fueran un lenguaje, es entonces cuando no son capaces de funcionar con ellas. Por eso es una asignatura que les resulta tan difícil. Es como si intentaras aprender español sin leer o sin escribir. Los niños en los colegios están aprendiendo matemáticas sin saber leer y sin saber escribir. ¿Qué dificultades encuentran los estudiantes que nunca han recibido este tipo de clases? La principal dificultad es que la forma de pensar cambia. Quizás antes se sentaban en silencio y escuchaban al profesor, esperaban a que llegara y les explicara todo. Con este método ellos mismos tienen que aprender a dilucidar cada caso, a deducir y también a escuchar a los demás y a trabajar de forma colaborativa. De todas formas, no les suele costar demasiado. A los niños les gusta trabajar con sus amigos, deducir cosas, averiguar… Quienes encuentran más dificultades son los profesores. ¿Cuál es el papel que debe asumir el profesor al enseñar matemáticas? Cumple dos funciones: facilitar el aprendizaje y evaluar. El docente debe dejar que sus esrtudiantes exploren, debe facilitar el aprendizaje, pero también debe evaluar al estudiante observándole y escuchándole.

En este tipo de clases tan colaborativas, ¿no hay peligro de que algunos estudiantes se queden rezagados? No creo que todos los niños deban avanzar al mismo ritmo, eso es algo imposible. Queda en manos del profesor analizar cómo puede gestionar sus clases, de forma que los estudiantes más débiles aprendan lo suficiente y los más avanzados encuentren retos y desafíos. Pero es necesario diferenciar la clase. Por ejemplo, si a los estudiantes les plan-


aprobar exámenes, pero ¿han aprendido bien las matemáticas? Normalmente se dan cuenta de que la forma tradicional de enseñar no beneficia a los niños. Si esa forma de enseñar, que se utiliza desde hace tantos años, no funciona, no tiene sentido continuar por ese camino. ¿Qué opina de los exámenes? Hay demasiados, no deberíamos saturar el sistema con exámenes. ¿Por qué necesitas evaluar a tus estudiantes con exámenes en clase si ya los conoces? Fuente: Tiching

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teo el problema que mencionaba antes, tengo siete flores, tres flores y dos flores, ¿qué soluciones me darán? Los estudiantes débiles van a dar una respuesta contando, pero los más avanzados dirán que siete más tres más dos es igual a dos grupos de seis. O tres grupos de cuatro... o cuatro grupos de tres, lo cual ya es una multiplicación. Tenemos que dejar que diferentes personas respondan de manera diferente al mismo problema. Y cuando los estudiantes más débiles trabajan con los más fuertes, aprenden también porque sus compañeros les sirven de modelo. Hay quien sentirá dudas o se opondrá a la idea de reducir el cálculo y la memorización en las aulas. Yo les pregunto a los profesores, ¿el método que utilizáis funciona siempre, con todos los estudiantes? Sí, quizás son capaces de


LOS EXÁMENES TRADICIONALES, MEDIANTE CUESTIONARIOS, FOMENTAN EL APRENDIZAJE MEMORÍSTICO Y REDUCEN LA REFLEXIÓN

Una nueva mirada a la

evaluación escolar

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Podríamos decir que la evaluación es la “piedra de toque” de la enseñanza, en el sentido de que pone a prueba la autenticidad, la fuerza y la coherencia de los principios pedagógicos aplicados en el aula.

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a evaluación revela muchos aspectos del proceso educativo. Revela la relación entre un profesor y los estudiantes; informan sobre la importancia que los padres otorgan a los procesos o resultados; reflejan la au-

tovaloración de los estudiantes. Y también permite comprender la relación entre lo propuesto y lo cumplido. Es cierto. Si proponemos una escuela que fomente la reflexión, la criticidad y la participación, pero

evaluamos mediante cuestionarios o exámenes con respuestas únicas, revelamos una gran contradicción. Ese tipo de pruebas alimenta un sistema de aprendizaje memorístico, muy lejos del sentido crítico proclamado. Para


NO HAY EVALUACIÓN OBJETIVA Toda evaluación es evaluación desde una perspectiva, desde un punto de vista. Se trata de detectar si los niños dominan ciertos conocimientos, manejan ciertos procedimientos y sustentan determinados valores que le “parecen importantes a quien evalúa”. Los propios mecanismos de evaluación que el docente utiliza implica en sí mismos ideas muy específicas acerca de cómo puede detectarse verazmente lo que alguien sabe. La supuesta objetividad de algunas pruebas cerradas, como las de selección múltiple y listas de cotejo, se elaboran de acuerdo a unas prioridades particulares. Su contenido está sesgado por las opciones de quien los elaboró. Incluso, la decisión de qué herramienta de evaluación se aplicará supone una decisión unilateral. Al reconocer la imposibilidad de la evaluación objetiva, es bueno dar paso a la subjetividad vigilada. Aurora Lacueva plantea que es necesario determinar qué es lo que se considera importante evaluar y por qué, estudiando con cuidado la situación de cada niño al respecto, y llevando registro del proceso gracias a

procedimientos que se estimen veraces y confiables. Tradicionalmente se considera un proceso evaluativo en tres fases: diagnóstica, formativa y sumativa. Se justifica esta fórmula como una visión totalizante que encierra una evaluación completa. Desde el arranque, la evaluación diagnóstica se centra en calificar superficialmente a los estudiantes. Conocer el aporte acumulado de un estudiante, tanto en lo cognitivo como en lo emocional, requiere mucho más que un test de apertura. En relación a la evaluación formativa y sumativa, es evidente que toda evaluación debe y puede ser formativa, en el sentido de que oriente al estudiante sobre sus logros y fallas. Y si la decisión evaluadora final va surgiendo de la acumulación de logros en diferentes trabajos y actividades, ¿qué sentido tiene hablar de una evaluación sumativa? La pedagoga Aurora Lacueva alienta un enfoque evaluativo novedoso que no considera la evaluación como un mecanismo para poner una nota, sino que puede hacerse para cumplir otras funciones más importantes.

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el estudiante, el mensaje es claro: la copia y la repetición son las bases del aprendizaje. Revisar las formas de evaluación y sus contenidos ayuda mucho a clarificar los valores en uso, los verdaderamente cumplidos, de la acción pedagógica. Aurora Lacueva es profesora de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela. Desde su departamento de áreas de didáctica general nos invita a una reflexión sobre la función evaluadora de la enseñanza. La evaluación se convierte en una ayuda para que el estudiante siga aprendiendo mejor. La escuela ofrece a los niños y niñas múltiples experiencias formativas, y ha de utilizar una evaluación en contextos naturales, concebida como un apoyo más en la aventura de aprender. Se busca fortalecer la conciencia de los logros y éxitos de cada estudiante, afianzar su autoestima. El proceso de evaluación mostrará las insuficiencias del proceso de enseñanza aprendizaje. Es natural que un estudiante cometa errores en su esfuerzo de aprendizaje, errores que son superables con trabajo de aula. La evaluación se convierte en un proceso de ayuda antes que un mecanismo de chequear y calificar.


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SE EVALÚA UNA SITUACIÓN TRANSITORIA, NO UN ESTADO FIJO Se evalúa un logro o una insuficiencia existente en un momento determinado; no una esencia inmutable del niño. Las fallas de hoy pueden ser superadas mañana, los errores presentes pueden corregirse, los logros expandirse. Es una evaluación de procesos que valora el aprendizaje en una progresión permanente. Lacueva anima para comparar logros del estudiante en relación a su situación anterior, estimar cuánto ha progresado en su esfuerzo de aprendizaje, en vez de compararlos entre sí en un momento determinado. En ese continuo fluir que es el aprendizaje, es importante reconocer que no se va siempre de la ignorancia al conocimiento, de lo confuso a lo claro, sino también en dirección contraria. AI ahondar en el estudio, las certezas pueden dar paso a nuevas dudas. AI adentrarnos en otro nivel de profundidad, lo sabido, al complejizarse, puede llegar a lo no sabido. La evaluación conclusiva ignora esta dinámica de continuo descubrimiento y tiende a congelar el proceso. Para esta evaluación, el que tiene dudas no sabe, y el que carece de interrogantes sabe, cuando en verdad a menudo es al contrario. Los errores, las dudas y las insuficiencias son parte normal del proceso de aprendizaje. Por lo tanto, la escuela no debe demonizar el error, tomarlo como lo anormal, lo que no debería ocurrir; sino asimilarlo y aceptarlo como par-

te del proceso, siempre superable y siempre necesario. Los errores ayudan al docente a determinar dónde debe hacer hincapié la nueva enseñanza, qué apoyos resultan más necesarios, qué reorientaciones es conveniente realizar. Además, como dice Carlos Calvo, autor de diversos trabajos sobre educación, “el impulso creador nace de la relación entre lo que se sabe y lo que se ignora”. Por

lo que las dudas y equivocaciones de los niños, en interacción con sus saberes y habilidades adquiridos, son las que pueden movilizar los nuevos momentos de aprendizaje escolar. La escuela que se afinca en los fracasos del estudiante no le ayuda a aprender. La experiencia temprana y repetida del fracaso hace perder al niño seguridad en sí mismo, en sus posibilidades como aprendiz.


Si la escuela es un mundo rico, con abundantes experiencias de índole variada, todos los estudiantes pueden destacarse en algo, hay oportunidad de actuar en campos muy diferentes: realizando experimentos científicos, diseñando y construyendo objetos, cantando en un orfeón, desarrollando acción social organizada, representando teatro, practicando un deporte, elaborando artesanías, resolviendo problemas matemáticos, escribiendo cuentos, participando en el gobierno de la clase... Además, en cada área, por más dificultades que presente, cada niña o niño tiene también logros, realizaciones, avances. Y ésos son los que interesa resaltar. Es importante que vivan la experiencia del éxito en la escuela. Y sean reconocidos por sus éxitos o, en todo caso, por sus progresos. La escuela es un espacio de aprendizaje exigente, lleno de retos, de actividades complejas y diversas que encamina al estudiante en la consecución paulatina de logros que le permiten superar los restos. El docente es el acompañante “experimentado” en este descubrimiento. Las pruebas de calificación desmerecen el trabajo de orientación, al poner al docente en el plano de calificador y juez evaluador. Para minimizar o eliminar el valor de la calificación se necesita un nuevo clima de trabajo, un clima donde el docente se reconozca más y sea reconocido por sus estudiantes como guía en un viaje difícil pero interesante: el viaje

del conocimiento, la travesía del saber. El docente orienta a los estudiantes para que superen las insuficiencias. Dedica más tiempo a formar que a evaluar, se relaciona más, y de manera más personal, con los estudiantes para crear oportunidades de aprendizaje, comprender sus emociones y forjar su carácter. La propuesta de Lacueva no persigue reducir la exigencia. AI contrario, es una escuela que espera más de los niños y que, por lo tanto, les exige más. Pero también los ayuda más y los juzga menos. Ofrece el ambiente, los instrumentos y las propuestas del trabajo que les permitan triunfar en el aprendizaje. Diariamente los niños realizan diversas experiencias dentro de la escuela. EI docente observa a los estudiantes en sus experiencias y les va indicando aciertos y errores en su camino. Además, al concluir cada actividad siempre hay un resultado: una maqueta, una exposición ante los compañeros, un informe escrito, un mural, una campaña divulgativa, una acción en la escuela o en la comunidad...

Este resultado puede ser considerado por el docente con más calma como parte también de la evaluación. En este contexto, añadir exámenes resulta innecesario y fuera de lugar. La evaluación no se realiza sobre tareas artificiales que nunca se encuentran en la vida exterior, sino de actividades ricas, similares a algunas de las más interesantes que podrían desarrollar los aprendices fuera de un medio escolar. Es verdad, hace más difícil la función del educador. Pero es que, efectivamente, ejercer de forma positiva la enseñanza es difícil.

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EVALUAR PARA EL ÉXITO


INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN En ocasiones, puede ser útil contar con algún instrumento especial de evaluación, como una lista de cotejo o una escala de estimación. El mejor “instrumento” de evaluación es el propio docente quien tiene la suficiente flexibilidad, adaptabilidad y saber para poder captar en cada ocasión los rasgos más relevantes de un proceso. Ningún instrumento podrá superarlo. Para

ejercer mejor su función evaluadora es importante que el educador reflexione acerca de los rasgos que estima importante considerar en las actividades de sus estudiantes y esté atento a la vida de su aula. Adicionalmente, se puede ayudar de algunos mecanismos como los que mencionamos en próximos apartes. La evaluación informal y natura-

lística que proponemos se hace posible en un ambiente de trabajo diversificado, donde diferentes niños, individualmente o por equipos, trabajan autónomamente en variadas actividades, de forma organizada y responsable. Allí el docente dispone de más tiempo para aproximarse y dialogar con cada niño o cada equipo, y para seguir más de cerca su labor.

Fichas de registro individuales y de la clase

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Un interesante mecanismo para el seguimiento del trabajo infantil. En las individuales, se anotan los aspectos más sobresalientes de cada aprendiz: logros, fallas, problemas de conducta, eventos notables, relaciones entre el niño y sus compañeros, contactos con los padres... En la colectiva, de toda la clase, se hace el mismo registro, pero del grupo tomado en su conjunto. Las fichas documentan el recorrido escolar de los niños, sin consumir una exagerada cantidad de tiempo. Se asientan en ellas sólo los aspectos más destacados, no todo incidente o acción.

La revisión de cada producto Se hace posible una evaluación más detenida examinando los productos del trabajo: escritos, dibujos, carteleras, exposiciones orales, maquetas, modelos, entre otros. La evaluación se sustenta en la comparación con estados anteriores del niño, que permitan apreciar su progreso.


EI portafolio

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El estudiante elabora, a lo largo del año escolar, su portafolio: una carpeta grande donde guarda diversos trabajos realizados en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo: dibujos, gráficos, textos libres, informes de investigaciones, poesías… Este portafolio recoge los resultados (o los más interesantes entre todos los resultados) del esfuerzo realizado por cada estudiante durante el año. Cada tanto tiempo, el estudiante y el docente pueden revisar el portafolio y reflexionar sobre lo logrado y lo que falta por lograr.

Privacidad en la evaluación Algunos juicios evaluativos, orales y escritos, pueden ser del conocimiento de todos. De hecho, es natural que ello ocurra en un salón de clases. Pero otros juicios es más conveniente que sean privados, conocidos sólo por el estudiante y y/o compartido con sus padres, según el caso. EI educador deberá considerar cuáles caen en esta categoría.

La autoevaluación La participación del propio estudiante en su evaluación tiene muchos beneficios. Aunque debemos reconocer que es un proceso delicado. Sin embargo, el esfuerzo de ir iniciando mecanismos de autoevaluación es muy positivo. AI participar en la evaluación de su aprendizaje, el niño va cobrando mayor conciencia del mismo, va ganando mayor claridad acerca de las fallas y los alcances en el proceso vivido. Así mismo, adquiere mayor responsabilidad sobre su actividad escolar. El estudiante puede aportar elementos no advertidos por el docente, aspectos importantes para la reconsideración de los procesos de enseñanza-aprendizaje. La existencia de la autoevaluación expande la democracia en la escuela.


La coevaluación De manera espontánea y natural, la coevaluación está presente en los trabajos de equipo, como breves observaciones acerca de las actividades de cada quien a lo largo del proceso. En algunas ocasiones, puede ser oportuno que el grupo emita opiniones sobre un trabajo presentado ante ellos por un compañero o un equipo de compañeros. Es interesante que el docente señale aspectos positivos y de algún rasgo a mejorar en el futuro. La pedagogia Freinet plantea una cartelera permanente en el salón con una columna de Criticamos, otra de Felicitamos y una tercera de Proponemos. Allí caben observaciones dirigidas a todo el grupo, al maestro y también a determinados estudiantes en particular. Todas las consideraciones van firmadas, no se admiten anónimos. La cartelera se discute al final de cada semana. Es un excelente mecanismo de cogobierno escolar y también de coevaluación.

Otros frutos de la buena evaluación

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La evaluación profunda de los saberes infantiles revela también donde las estrategias pedagógicas han resultado más exitosas. Y dónde presentan necesidades de reorientación, por no haber logrado ayudar suficientemente a los niños en su aprendizaje. Es importante tener en cuenta que la calidad del trabajo de los niños ilumina mucho acerca de aspectos externos a los niños, que son responsabilidad de diversas instancias escolares y/o sociales. La acción de cada educador y del cuerpo docente de la escuela como un todo resulta fundamental para poder mejorar las negatividades encontradas en este análisis “de segundo nivel”.


Evaluar para aprender ¿Qué tiene que ver la evaluación escolar con una bicicleta? ¡No, no es una pregunta trampa! Es el recuerdo de mi adolescencia, cuando asumí un compromiso con mis padres de aprobar el año escolar (creo que era el 1ro de secundaria) con una nota promedio alta a cambio de obtener la bicicleta que anhelaba.

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omo yo, seguro que son muchos los casos en los cuales los padres transan con sus hijos para garantizar un buen resultado escolar. Y quizá por eso, por la tensión de alcanzar las metas pactadas o por la frustración de no poder lograr-

las, los periodos de evaluación escolar se convierten en auténticas épocas de crisis familiar. Durante mi experiencia como docente, he percibido situaciones muy similares. Los casos más dramáticos me han enfrentado a estudiantes temerosos por el

castigo que pudieran recibir en sus casas si no aprobaban todas las materias. ¿Para qué sirve un examen? Me he preguntado en múltiples oportunidades. Si el objetivo de la educación es aprender, ¿en qué momento la evaluación se

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¿PARA QUÉ SIRVE UN EXAMEN? SI EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN ES APRENDER, ¿EN QUÉ MOMENTO LA EVALUACIÓN SE ALEJÓ TANTO DE LA ENSEÑANZA PARA VOLVERSE UNA ESPECIE DE TORTURA EMOCIONAL PARA LOS EDUCANDOS?


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alejó tanto de la enseñanza para volverse una especie de tortura emocional para los educandos? Neus Sanmartí, en su libro “10 ideas clave. Evaluar para aprender” de la editorial Graó nos ayuda en esta reflexión. Durante sus páginas nos cuestiona el enfoque que damos a la evaluación. Desde su mirada nos propone que veamos en la evaluación “una oportunidad para que los estudiantes aprendan y lo hagan de manera consciente y significativa, sin renunciar a la autonomía”. El sociólogo suizo, Philippe Perrenoud, autor de numerosos libros sobre la enseñanza, explica el fundamento de un proceso de evaluación: “El éxito de una metodología de enseñanza y de los resultados obtenidos por el alumnado se fundamenta no tanto en la manera como se dan a conocer los nuevos conocimientos, sino en la evaluación, entendida como conjunto de actividades que posibilitan identificar errores, comprender sus causas y tomar decisiones para superarlas”. Resalta dos factores claves de cualquier proceso de evaluación: el error y la superación. Al igual que en muchas facetas de la vida, la evaluación nos marcará los errores o fallas que hemos tenido en un determinado proceso. El verdadero aprendizaje nace desde la identificación de las fallas y la motivación para corregir los errores y superarlos. Es ahí cuando la evaluación cumple su cometido, acompaña al estudiante en el aprendizaje restando importancia al sistema numérico de calificaciones que, con frecuencia, tanto destacamos. Sanmartí, recalca que debemos

anteponer el cómo aprenden los estudiantes antes de valorar los resultados del proceso. Insiste en su libro sobre la importancia de mantener una continuidad entre los procesos de enseñanza y los aprendizajes adquiridos. El marco del sistema actual de calificaciones revela información sobre la forma en la cual los estudiantes perciben lo que es importante de la materia, refleja sus formas de aprender. Enseñar es un reto para que el estudiante

reconozca las diferencias entre lo que se propone y las propias formas de pensar o hacer, y con ello ayudarle a superar los obstáculos que afronta en el proceso. Como docentes, estamos pendientes de transmitir el conocimiento o la información, de cumplir los programas; pero nos olvidamos de averiguar las razones por las cuales el estudiante no entiende algún concepto o información y se queda lastrado en el avance de conocimiento.


ANTES DE EVALUAR Las pruebas de evaluación sirven para comprobar el avance de los estudiantes. También es una oportunidad para que el docente se mire y considere cómo afronta el proceso de enseñanza y aprendizaje.

1. La evaluación como motor del aprendizaje. ¿Qué debemos tener en cuenta? • Qué se enseña • Cómo se enseña • Qué se aprende • Cómo se aprende

¿Qué debemos tener en cuenta? • Evaluar no es calificar o, no es solo calificar. • Tan importante es regular las dificultades y errores de los estudiantes como su proceso de aprendizaje. El error es tan útil como necesario.

3. Aprender a autoevaluarse. ¿Qué debemos tener en cuenta? • Cuáles son los objetivos del aprendizaje. • Qué estrategias de pensamiento usaré para que aprendan los estudiantes. • Qué estrategias de acción aplicaré para dar respuesta a las tareas que propongo a en el aula. Qué criterios de evaluación estableceré.

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2. Evaluar es regular.


4. La evaluación es de todos. ¿Qué debemos preguntarnos? • ¿Por qué debe ser siempre el docente el responsable de detectar los aciertos y errores en el proceso de aprendizaje? • ¿Qué grado de responsabilidad tiene cada estudiante en su propia mejora de aprendizaje? • ¿Por qué no dar herramientas para que sea el propio estudiante quien descubra sus fortalezas y debilidades? • ¿Por qué no animar a otros compañeros a que participen del proceso evaluativo de sus compañeros?

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5. La evaluación que solo califica no motiva. ¿Qué debemos tener en cuenta? • La evaluación que solo califica es una evaluación que no fomenta el deseo de aprender por parte del estudiante. La evaluación que solo califica no fomenta la cultura del esfuerzo porque no da herramientas a los estudiantes para que descubran sus errores y puedan superarlos

6. La evaluación externa debe entenderse como útil y necesaria. ¿Qué prejuicio debemos desterrar? • Hay que entender la evaluación externa como una herramienta más capaz de orientar el proceso de evaluación.

7. La evaluación debe diversificarse. ¿Qué debemos tener en cuenta? • La evaluación objetiva vs. la evaluación subjetiva. • La evaluación debe promover por encima de todo la autonomía de los estudiantes. • Los instrumentos de evaluación deben ser múltiples y variados (preguntas abiertas, formularios, mapas conceptuales, portafolios…)


Evaluación al docente: Una mirada necesaria ¿Debemos evaluar y calificar al docente de la misma manera que se examina a los estudiantes? Al concluir el año es un buen momento para revisar la labor docente y, al igual que los estudiantes, calificarlo. ¿Quién debe evaluarlo?

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LA CULTURA DE AUTO EVALUACIÓN TAMBIÉN FACILITA LA MEJORA DE NUESTRA ACTUACIÓN DOCENTE. LA FALTA DE CULTURA DE ESTE TIPO DE EVALUACIÓN LLEVA A VIVIRLA COMO UNA AMENAZA PERSONAL


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Actualmente, ya existen algunas herramientas que permiten recoger información sobre el desempeño docente. Los estudiantes, al concluir el año, reciben unos cuestionarios que permite evaluar al docente. ¿Cómo deben ser estas pruebas? ¿Qué uso le debemos dar dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje? Dos estudios de expertas en educación, Elena Martín y Cristina Barrado, animan a las evaluaciones docentes como una forma para mejorar el desempeño académico de los mismos. Para Martín, doctora en psicología evolutiva y de la educación, las pruebas de evaluación para docentes deben ser más frecuentes puesto que son esenciales para revisar y mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje. El estudio realizado por la Universidad Politécnica de Cataluña al frente de Cristina Barrado parte de una mirada a la labor docente. “Nuestra actuación docente acostumbra a estar apoyada en toda una serie de suposiciones acerca de lo que ocurre (o debe

ocurrir) en nuestras clases”, confirma Barrado. Por costumbre, muchas de las evaluaciones docentes se centran en algún que otro juicio aislado por parte de los estudiantes. Quizá, las reuniones entre docentes puedan soslayar una evaluación encubierta. Ambas miradas al quehacer del docente son totalmente desestructuradas y, ante todo, no repercuten en los hábitos pedagógicos del centro. Elena Martín propone una evaluación que desentrañe la actividad diaria de la clase, identificar

cómo se producen las interacciones dentro del aula. En el marco de esta evaluación, se proponen ejes de valoración que permitan analizar integralmente la labor docente: liderazgo, participación, comunicación, planificación y utilización de recursos pedagógicos. La información obtenida a partir de estas pruebas puede ser un elemento muy importante para mejorar esa docencia. No sólo se propone una cultura de la evaluación docente, también se plantea una necesaria mirada al trabajo que el docente desarrolla


nuestra actuación docente. La falta de cultura de este tipo de evaluación lleva a vivirla como una amenaza personal. Hay que tener en cuenta, por último, que valorar la actividad docente es más difícil que evaluar otros procesos. No es de extrañar, por tanto, que sea una práctica poco frecuente, que, sin embargo, cuando se lleva a cabo resulta de gran valor.

¿QUÉ EVALUAR? - Al profesor El docente sigue siendo una pieza prioritaria en los procesos de formación. Conocer cómo se desempeña en el aula es parte central de la evaluación. Valora aspectos como la interacción con los estudiantes, la propensión al diálogo, la motivación que transmite o la celeridad en los informes de rendimiento.

- La pedagogía

Dónde se considera los recursos didácticos que utiliza en el aula para garantizar un aprendizaje efectivo. La variedad de recursos permitirá a los estudiantes renovar el interés de manera constante. Los recursos deben alentar la participación activa del estudiante de manera protragónica: trabajos de grupo, investigaciones, lecturas; y relegar, cada vez más, las pedagogías pasivas. La cantidad de trabajo que se desarrolla, ya sea en el aula o en casa, será otro indicativo clave en la valoración final.

- La organización

Centra su atención en factores como la puntualidad, la transparencia de la información, el control del aula y la confiabilidad que los estudiantes generan en el docente. También se podría incluir en este segmento cuestiones relativas a la promoción de valores dentro del trabajo de aula.

- La asignatura

El contenido desgranado en la materia es uno de los principales alicientes para la motivación de los estudiantes. La presentación de los contenidos deberá despertar el interés de los estudiantes y acaparar la inquietud por resolver la curiosidad.

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dentro del aula para contribuir a la mejora del proceso educativo. Con demasiada frecuencia hemos convertido el aula en un espacio privado, un reducto controlado por el docente. La evaluación docente es una forma de abrir el aula a nuevas percepciones con la esperanza de conocer las debilidades de cada docente para animarlo a reforzarlas. Al igual que la evaluación estudiantil, el propósito no busca calificar al docente, sino identificar las áreas en que debe insistir para mejorar la relación enseñanza aprendizaje. Está claro, incide Barrado, que si queremos progresar en nuestro trabajo como profesores debemos cuestionarnos sobre lo que ocurre en nuestras clases. De alguna manera, las aulas son laboratorios en los que se desarrollan procesos de enseñanza-aprendizaje de los que nosotros somos testigos privilegiados. Reunir datos de cómo se desarrollan esos procesos es el primer paso para mejorarlos. Es cierto que las primeras evaluaciones levantarán las susceptibilidades de los docentes. ¿Será que estas calificaciones tendrán repercusiones laborales? Es bueno aclarar constantemente, a docentes y estudiantes, qué uso se va a dar a la información obtenida. Para Elena Martín, a través de las encuestas a estudiantes lograremos conocer un modelo de buena práctica docente y, como resultado directo, se diseñará el plan de mejora para que todos los docentes puedan alcanzarlo. La cultura de auto evaluación también facilita la mejora de


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DISTINTAS ALTERNATIVAS PARA EVITAR LOS TRADICIONALES EXAMENES

Pruebas para evaluar

La apacible vida de aula se vuelve un terremoto ante su sola mención. Cuando el docente anuncia la cercanía de un examen, una epidemia de inquietud y, algo, de temor invade a los estudiantes. Compartimos 7 formas diferentes de realizar las pruebas de evaluación.


PRUEBA ORAL

PARA REFORZAR • Aprendizaje colaborativo: la respuesta de un estudiante ayuda o interroga el aprendizaje de los compañeros que pueden complementar la respuesta. • Capacidad expresiva: los estudiantes mejorarán considerablemente la capacidad de expresión y la dicción en espacios públicos, venciendo el miedo escénico.

ejemplo, aprovecha un punto de quiebre en el trabajo de aula para preguntar un aspecto previamente expuesto y valorar la asimilación por parte del grupo. En ocasiones, el examen oral, y público, es una herramienta planteada por el docente para calificar el aprendizaje asimilado. En estas ocasiones, la prueba provoca un temor inmediato por parte del estudiante. Frente al docente, deben demostrar no sólo la asimilación del contenido sino también otras cualidades expresivas y expositivas.

PARA CORREGIR • Ejercitar constantemente el diálogo entre docente y estudiantes para superar los miedos y tenciones. • Generar un escenario de confianza, distendiendo el momento con ejercicios de respiración y animando a los compañeros para que sean un aporte positivo. Transparentar el sistema de calificación para no caer en subjetividades.

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Es la forma más común de el docente puede pregunevaluación, aunque con fretar si los estudiantes escucuencia no se valora en los charon alguna vez hablar sobre las placas tectóniregistros de avance. Durante cas. El estudiante comparel desarrollo de una clase, son varias las veces que el docentirá con sus compañeros la te lanza una pregunta al aire idea de arranque que permitirá al docente encadepara que los estudiantes participen. Estas preguntas pernar la lección preparada. • Validar la asimilación del miten: aprendizaje. El docente • cuestionar los conocimientos previos de los estudianplantea preguntas para tes. En caso de que algún anclar los puntos importanestudiante tenga una idea tes de la lección. Son recordatorios para que los esbásica del tema se convertudiantes identifiquen con tirá en el introductor del claridad los aspectos más tema para el resto de los relevantes del tema. Por compañeros. Por ejemplo,


PRUEBA TEST

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Un grito de alegría resuena en el aula cuando se anuncia una prueba tipo test. En apariencia, es la prueba más sencilla para el estudiante. Apenas exige estudiar y, siempre, se puede apelar a la razón y la suerte para acertar alguna respuesta. La pregunta incluye un conjunto de respuestas para que el estudiante seleccione la correcta. Son pruebas de rápida aplicación y fácil supervisión por parte del docente. En una modalidad de prueba más avanzada, el docente presenta la pregunta y deba abierto el espacio de respuesta para que el estudiante la complemente. Son respuestas bre-

ves y puntuales. Cuando la prueba se implementa en estudiantes de secundaria se recomienda un sistema de puntuación mixto. Las preguntas correctamente respondidas incrementan la puntuación. Las preguntas con respuestas incorrectas restan puntos en la suma final. Con esta dinámica, el estudiante asume conciencia de los contenidos que sí domina y de aquellos que desconoce, puesto que será preferible dejar preguntas sin responder para evitar penalizaciones en la calificación de la prueba. Es importante considerar que este tipo de pruebas deben tener un peso pequeño en la ca-

PARA REFORZAR • Lo esencial: permite asentar los datos más relevantes de cada tema. • Revisar las respuestas: una vez completado y revisado para integrar las respuestas en un contexto de aprendizaje.

lificación global del estudiante. La rapidez y puntualidad que se exige en las respuestas no siempre reflejan la asimilación de conceptos por parte de los estudiantes. Se recomienda este tipo de pruebas para valorar el avance en la lectura de libros, en contenidos de historia o para innovar la tradicional forma de realizar las pruebas. Con este tipo de pruebas, el docente pretende determinar el grado de asimilación tras la conclusión de un tema. De acuerdo al resultado generalizado, el docente evaluará el éxito obtenido en la explicación del tema.

PARA CORREGIR • Preguntas trampas: la viveza del docente con alguna pregunta trampa despierta la susceptibilidad del estudiante. • Insistir en la lectura pausada de las preguntas. La tensión y nerviosismo de los estudiantes conlleva una lectura indebida del enunciado y, por ende, respuestas inadecuadas. • Evitar el facilismo: tanto docente como estudiante deben considerar este tipo de pruebas de manera ocasional.


EXAMEN DE CONOCIMIENTO ahí empezábamos a redactar una especie de testamento que trata de recuperar las explicaciones del docente en el aula. Los estudiantes apelan a la razón y a la memoria para ordenar sus respuestas. Mientras avanza el reloj y se incrementa la tensión, urge ordenar las ideas para plasmarlas en el papel. Al final, más allá del resultado, los estudiantes tienen la sensación de que expresaron menos de lo que sabían. Este tipo de pruebas son im-

PARA REFORZAR • Valoración integral: la ortografía y gramática son puntos esenciales de la formación integral. Para validar la calificación, pida al estudiante que vuelva a redactar la prueba corrigiendo los errores señalados en la prueba inicial. • Selecto: las preguntas del examen deben ser limitadas. Es cierto que queremos constatar el aprendizaje más amplio. El tiempo destinado a la prueba y la importancia de saber sintetizar deben ser considerados antes de establecer las preguntas.

portantes puesto que permiten la sistematización de un proceso de aprendizaje que implica la exposición por parte del docente, el estudio por parte del estudiante, la exposición del estudiante y la valoración comparativa del docente. Como padres de familia, nos hemos acostumbrado a que sean este tipo de pruebas las que resuman el rendimiento del estudiante. Dos o tres meses de estudio se simplifican en la calificación de esta prueba.

PARA CORREGIR • Amplitud de criterio: la respuesta debe reflejar el aprendizaje del estudiante y no replicar el texto de un libro o resumir el trabajo del docente durante el desarrollo de la unidad en evaluación. • Revisión de pruebas: dedique un tiempo a revisar la prueba en clase exponiendo las posibles respuestas a cada pregunta y reforzando la explicación del tema. Permitirá un repaso de sumo interés para todos, especialmente para quienes no respondieron de manera adecuada.

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La prueba tradicional que todos hemos debido afrontar en nuestros tiempos de aula. Al concluir una unidad académica, o ante un periodo establecido de exámenes, nos sentamos frente a una hoja en blanco para responder un conjunto de preguntas generales. “Explique el fenómeno de la fotosíntesis”, “Enumere las consecuencias de la revolución del 52” “Resuelva el problema enunciado a continuación aplicando una ecuación simple”. Y


EXAMEN CON LIBRO ABIERTO ¡No es una locura! Atrévase a probarlo y verá los múltiples beneficios que obtiene. El docente supervisa que los estudiantes no puedan copiar en las pruebas. Una acción similar supone un engaño sancionable dentro de los valores éticos de la enseñanza. Pero, ¿si dejamos que el estudiante pueda consultar sus textos y apuntes? Sí, igual que los docentes lo hacemos al exponer en clase. Recurrimos a nuestras notas, nuestros apuntes para mantener un orden y no dejar nada en el olvido.

La prueba con libro abierto centra la atención en la capacidad de comprender temas y saber relacionarlos entre sí para resolver problemas y situaciones diversas. El estudiante podrá acudir a la misma con su cuaderno de apuntes o con las investigaciones que haya podido rescatar desde internet. Es decir, ya se logró la atención del estudiante durante la exposición de aula, para obtener un buen resumen de las clases en su cuaderno, o la indagación en internet, que permite ampliar

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PARA REFORZAR • Estructurar material de consulta: el estudiante ordenará sus apuntes, reforzará con lecturas de páginas web acreditadas para contar con el material de apoyo antes de cada prueba. • Desarrolla la capacidad expresiva: Al contar con respaldo documental para la prueba, el estudiante puede centrar su atención en crear su opinión y expresarla de manera más sólida y ordenada, cuidando la redacción y la coherencia.

el conocimiento de aula. Las preguntas para este tipo de pruebas amplían el horizonte del estudiante. Antes de repetir los conocimientos propuestos por el docente, son preguntas que buscan el sentido analítico y crítico del estudiante, que impulsan la capacidad de pensamiento personal y opinión del estudiante. Son pruebas muy interesantes para materias de la rama de humanidades, como historia, filosofía, literatura, etc.

PARA CORREGIR • Comprender lo leído: la facilidad de acudir con textos de apoyo es un incentivo. Pero ojo, el estudiante debe conocer esos textos a cabalidad, puesto que en la prueba no habrá tiempo para leerlos y responder las preguntas. • Premiar el sentido crítico: el estudiante debe potenciar su opinión personal sustentando la misma con argumentos sólidos. La valoración del docente debe premiar la coherencia argumental antes que la repetición casi literal de lo expuesto por el docente.


PRUEBA DE CREATIVIDAD dido en un producto nuevo: un cuadro sinóptico o mapa mental, un gráfico, una historieta, un periódico o proyecto escolar. Es decir, el aprendizaje supera la hoja de exámenes y se extiende a otras formas de expresión. El ingenio y la creatividad del estudiante permite expresarse de acuerdo a las cualidades de cada uno. Por ejemplo, un estudiante con gran sentido musical puede resumir la unidad de aprendizaje en una melodía

PARA REFORZAR • Vincular materias: la unión de diversas materias para fortalecer una propuesta creativa e innovadora ayudará a los estudiantes a realzar la importancia de la prueba y concentrar esfuerzos válidos. • Exponer: los trabajos resultado obtenidos deberían ser mostrados en una feria de innovación que se comparta con el resto de la institución. Podría ser una semana interesante que vincule a padres, profesores y estudiantes en una muestra de ingenio.

que sintetiza los ejes principales señalados por el docente. La libertad del estudiante para definir su sistema de expresarse permite una mayor variedad de producciones y una personalización del aprendizaje adecuado a las habilidades de cada uno. La valoración por parte del docente puede ser compleja. No importa, lo esencial es que el estudiante pueda asimilar, interiorizar y reflejar lo aprendido.

PARA CORREGIR • Romper la inquietud: toda innovación provoca una inquietud de los estudiantes ante lo desconocido. Esta situación puede provocar una menor atención o interés y, por ende, peores resultados. • Pautas de evaluación: ¿cómo se califica un ejercicio tan variado? Rompe los esquemas y busca nuevas formas de valoración. Tarjetas de puntuación por parte de los visitantes a la feria, complementa el trabajo con la defensa oral del mismo, etc.

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Rompe la forma tradicional de evaluar y traspasa al estudiante una parte importante de la responsabilidad. Supone un paso más complejo en la evaluación, pero ayuda, de manera increíble, para asimilar los contenidos. La prueba de creatividad implica un giro en la forma de responder a la evaluación de contenidos. Ya no se busca la réplica de la lección por parte del estudiante, sino que se persigue la aplicación de lo apren-


TRABAJO EN GRUPO Hay un mito sobre el trabajo en grupo. Dos integrantes realizan el trabajo y el resto simplemente agrega el nombre. Muchas veces es cierto. ¿Cómo cambiarlo? Con el trabajo de guía y acompañamiento del docente que mantiene una atención permanente sobre los avances. Cuando pedimos un trabajo en grupo y solo intervenimos en el resultado, es frecuente que el producto no sea fruto de una integración real de los

participantes. Al disponer una dinámica de trabajo en grupo, el docente debe presentar un cronograma de ejecución: definición de tema, búsqueda de material, planificación de contenido, elaboración de contenido, diseño de presentación, valoración final. Periódicamente, reunimos al grupo para conocer los avances y comprobar la asimilación de aprendizaje por parte de cada uno. También reasignamos las responsabilidades para que no se

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PARA REFORZAR • Un trabajo, múltiples actitudes: la esencia de un trabajo en grupo consiste en desarrollar las actitudes de los estudiantes para integrarse y resolver problemas de convivencia como en contextos laborales. El docente será observador de estos procesos para guiarlos, corregirlos y, por qué no, elogiarlos. • Exposición compartida: permite a los compañeros de aula acercarse al tema estudiado desde otra perspectiva. Para la exposición, el docente también puede disponer pautas como la prohibición de leer textualmente el informe o de monopolizar la presentación en el estudiante con mejor capacidad expositiva.

esconda ningún estudiante y todos participen activamente en el trabajo. Finalmente, es bueno sistematizar el trabajo en una exposición pública antes sus compañeros y permitir el cuestionamiento de ellos frente al grupo. De esta manera, incorporamos otras habilidades como la exposición, la defensa oral, el diálogo y la cooperación para un aprendizaje efectivo.

PARA CORREGIR • Acompañar el proceso: el docente se compromete en el trabajo grupal como un asesor que, periódicamente, revisa los avances y aportes de cada estudiante para que todos sientan el respaldo y confianza necesarias. Además, interviene junto a los integrantes para resolver los problemas de manera efectiva sin permitir que éstos se alarguen más allá de lo necesario. • La co evaluación: Primeramente, entre los integrantes del mismo grupo deben valorar el aporte general e individual de cada uno. Además, si hacemos el esfuerzo por exponer el tema, permitamos que los compañeros valoren el trabajo y califiquen el aporte y esfuerzo del grupo.


PORTAFOLIO cada estudiante, más allá de la comparativa con el resto de compañeros de curso. Juntos, docente y estudiante, podrán valorar el crecimiento y potenciar los aspectos más relevantes de su personalidad. El portafolio es propiedad del estudiante. Deja que cada uno lo decore a su estilo, lo sienta propio y, ante todo, no interfie-

PARA REFORZAR • Mi portafolio: si el estudiante es capaz de sentir como propio el portafolio, porque lo decora y adorna a su gusto, tendrá mucho interés en completarlo permanente mente con cada uno de los trabajos realizados. • Traspásale la responsabilidad de su cuidado y le estarás transfiriendo su propia responsabilidad de aprendizaje.

ras en él. Si como docente, te gustaría incluir en el portafolio de un estudiante una nota para elogiar o sancionar a un estudiante recuerda, es una carpeta personal propia. Busca un sistema diferente para recordar los factores actitudinales que deseas recordar en la evaluación de portafolios.

PARA CORREGIR • Seguimiento: es recomendable que docente y estudiante se sienten periódicamente en torno al portafolio para valorar el desempeño y crecimiento personal. • Autoevaluación: el propio estudiante debe percibir su progresión a través del portafolio. Es bueno que esta autoevaluación sea escrita y archivada en el portafolio para compararla con próximas autoevaluaciones.

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Facilita la evaluación evolutiva del estudiante y se complementa con las anteriores herramientas expuestas. El portafolio recoge todas las pruebas y trabajos de aula en una misma carpeta. Desde el inicio del proceso de aprendizaje, se acumulan todos los ejercicios. El docente podrá considerar el progreso personal de


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URGE MODIFICAR LAS FORMAS DE ENSEÑANZA Y RENOVAR LAS METODOLOGÍAS; PERO ESTE CAMBIO NO IMPLICA RELEGAR LOS SABERES TRADICIONALES.

¿RENOVAR LA

educación?

El debate persistente sobre el futuro de la educación retumba constantemente las aulas. Todos los pedagogos consideran necesaria una renovación, aunque no se ponen de acuerdo en qué debemos innovar.

E

l autor del libro “La sociedad gaseosa” y profesor de música, Alberto Royo, mira con cierto escepticismo las nuevas corrientes y apuesta en discernir con claridad la diferencia entre contenidos educativos, que deben sostenerse, y metodologías de enseñanza, las cuales requieren una urgente mejora para elevar la calidad educativa.

La sociedad actual prima lo efímero y superficial como un factor fundamental. Todos aspiramos a obtener resultados de manera rápida, sin mucho esfuerzo; pero, y aquí nace la contradicción, con gran rentabilidad. Cuando nos percatamos que esta ecuación no es sostenible en el tiempo, nace una desconfianza social.

En el campo educativo, los padres desconfían de los profesores; la sociedad desconfía de la educación, personificada en los docentes; los profesores desconfían de los padres; los políticos desconfían de los profesores quienes, a su vez, tampoco confían en la labor de los gobernantes. La “nueva educación”, marca


ra. “No podemos ceder ante las corrientes que fomentan la mediocridad que van de la mano de la educación espectáculo”, sentencia Alberto Royo. Es imprescindible disponer ciertos hábitos para progresar. Algunos estudiantes no requieren un esfuerzo grande por aprender. Otros, sin embargo, presentarán mayores dificultades por aprender. En estos casos, debemos apoyarles para que supere sus dificultades y alcance las metas propuestas. Un juego de palabras ha servido a los gurús de la educación “espectáculo” para menospreciar algunos pilares del aprendizaje. Urge recalcar que esforzarse no es sufrir. Lo prioritario en la escuela es aprender, adquirir

conocimiento, en un entorno agradable. La motivación está alimentada por el conocimiento. ¡Queremos saber más! Por tanto, la emoción no puede desligarse del conocimiento. Se ha instalado una idea en torno a que la nueva escuela debe promover una educación diversa. Se cuestiona los saberes que se imparten y se habla de una renovación urgente. ¿Es conveniente que esta corriente por renovar la educación afecte a los contenidos o conocimientos? ¿Acaso son productos perecederos que cumplen un ciclo y ya no sirven? Urge modificar las formas de enseñanza, de renovar las metodologías; pero este cambio no implica relegar los saberes tradicionales.

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Royo, debe reestablecer las relaciones de confianza. Cada quien debe dedicarse a cumplir su labor de la forma más eficiente posible y dejar al resto realizar sus funciones confiando que actuarán de la misma manera. Sin esta mutua confianza, no es viable una educación moderna y adecuada. Decía Miguel de Unamuno que “el estudiante que quiere aprender jugando, termina jugando a aprender; y que el maestro que quiere enseñar jugando, termina jugando a enseñar”. Alberto Hoyo recupera esta mirada para defender la conexión entre aprendizaje y felicidad. El autor de “La sociedad gaseosa” reafirma esa postura al manifestar que “no hay nada más apasionante que aprender”. Y sí, es cierto, el aprendizaje requiere esfuerzo y exigencia; pero Royo los valora como necesarios para alcanzar el éxito. ¿A caso, las nuevas corrientes educativas no pregonan una educación más emocional y menos sacrificada? Es cierto, la emoción no puede desligarse del conocimiento. Aunque, se insiste, la función social de la escuela consiste en transmitir conocimiento y cultu-


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El falso debate entre la educación moderna y la educación que apela a la memoria como sustento está instalado en los círculos educativos. El neruocientífico Mariano Sigman insiste en la necesidad de transformar el cerebro humano, de ejercitar la memoria y apuntalar el esfuerzo individual como principio de aprendizaje. La motivación es importante en estos procesos, pero no es el único factor determinante. El conocimiento impulsa la motivación, como se dijo anteriormente. Son muchos los autores que consideran que, en el propio aprendizaje, en el conocimiento mismo, está el germen de la motivación y del interés personal. Alberto Royo sostiene que, en cierta manera, entramos en un círculo vicioso puesto que la “nueva escuela” pregonar el sentido crítico como sustento del aprendizaje creativo. Y, para formar el pensamiento crítico, es imprescindible obtener previamente una base sólida de conocimiento. En un contexto tan “mudable” es importante mantener las convicciones y aferrarnos a los saberes permanentes y las evidencias de procesos de apren-

dizaje. Ser modernos y dejarnos seducir por los cantos de sirena que presentan algunos gurús de la educación solo provoca mayor desconfianza. El reto docente consiste en despertar el interés para que el estudiante esté dispuesto a aprender nuevos conocimientos. El aprendizaje tiene una parte lúdica que despierta la curiosidad de los estudiantes; también tiene un componente de esfuerzo que da valor al proceso y satisfacción al estudiante. De acuerdo a las etapas de aprendizaje, se irá priorizando cada una de las acciones. Así, en las etapas primarias tiene mucho sentido el aprendizaje lúdico, mientras que en la secundaria corresponde profundizar

en los contenidos. Los avances tecnológicos son de suma ayuda en la educación. ¡Pero cuidado!, no son sustitutos del trabajo individual. La tecnología facilita los procesos, no los suprime. Son herramientas que ayudan a transmitir los contenidos, un respaldo para las metodologías. Para Royo, la educación sigue requiriendo atención, constancia y memoria. ¡ah! Y unos conocimientos básicos sin los cuales es imposible que alguien pueda aprender por sí mismo solo por acceder a una conexión de internet. El papel del docente es crucial para integrar y comprender la tecnología en el aula. Un profesor tiene la obligación de saber


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antes de enseñar. Así se planteaba en la época medieval cuando los filósofos predicaban el “primum discere, deinde docere”. Y ese enseñar deberá estar lleno de pasión y entusiasmo, para estimular en los estudiantes el afán por saber cada vez más. La magia de un mundo milagroso, donde aprender es fácil y cómodo se ha impuesto por las corrientes de marketing, que buscan un mundo moderno sin apego al respeto intelectual. Estas tendencias alientan la educación como espectáculo, impregnada de un halo de sobreprotección para con los estudiantes. Se les aleja de las dificultades del aprendizaje enseñándoles a evitar los problemas y evadir las dificultades. Hasta se sugiere la prohibición para que los profesores puedan limitar el comportamiento de estudiantes porque interfiere con su desarrollo emocional libre. Es más que obvio que todos los docentes anhelan el bienestar de sus estudiantes; pero, ante todo, la responsabilidad primaria consiste en enseñarle. “Lo que un buen docente debe hacer es abrir los ojos de los estudiantes a un mundo desconocido”, defiende Alberto Royo. El docente debe preparar al estudiante para que se adapte a los cambios que se producen en el contexto social y laboral donde convive. Sería ilógico pensar que el mundo se adecuará al estudiante. De la misma forma, es irresponsable tratar de adecuar la escuela a las necesidades de los estudiantes. La educación tiene un precio

muy accesible: interés, disposición y voluntad. Nada que imposibilite disfrutar del aprendizaje. Más bien, concluye Alberto Royo, refuerza el trato cercano y afectuoso que se reclama desde los nuevos procesos educativos; un ambiente de enseñanza estimulante. Está más que demostrado que rebajar los niveles de exigencia fomenta la mediocridad al mis-

mo tiempo que desahucia a los estudiantes menos capaces. Un sistema educativo debe garantizar que cada estudiante, independientemente de su capacidad, pueda desarrollar su potencial al máximo. El estudiante más capaz requerirá menor esfuerzo, mientras que el docente concentrará su esfuerzo en apoyar a otros estudiantes para que alcancen sus máximos potenciales.


LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VIVEN

…¿Y qué de nuestros

niños?

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Un clima social hostil tan cargado de frustración, miedo, agresión, critica, burla y desprecio mutuo penetrará seguramente en nuestros hogares y escuelas y afectará emocionalmente a nuestros niños y adolescentes


E

l humo de un clima de tensión y preocupación resultado de discordia y acusaciones mutuas, justas o injustas, intensificándose en los últimos tiempos, ya está sofocando no sólo a los involucrados directos o al ciudadano común, sino está afectando a nuestros niños y adolescentes quienes lo respiran diariamente.

la agresión, la intolerancia y los prejuicios, se arraigan fácilmente en los niños desde su tierna edad con las palabras y acciones de los adultos. La Dra. Dorothy Nolte, en su libro “Los Niños Aprenden lo que Viven”, asegura que “los niños son como esponjas, ellos observan y asumen interiormente todo lo que nosotros decimos y hacemos; ellos están aprendiendo de nosotros todo el tiempo, esto aunque no nos demos cuenta de que les estamos enseñando”.

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sión, critica, burla y desprecio mutuo penetrará seguramente en nuestros hogares y escuelas y afectará emocionalmente a nuestros niños y adolescentes. Las conclusiones de la Dra. Nolte afirman su tesis que “Los niños aprenden lo que viven”, las que son conocidas extensamente en el ámbito educativo y algunas merecen una debida atención en este tiempo de crisis en todas partes: “Si los niños viven con crítica, aprenden a condenar, Como padres y educadores, si los niños viven con hostilidad, hemos vivido la experiencia de que los conceptos y las actituaprenden a pelear, si los niños des positivas como la cortesía Un clima social hostil tan carga- viven con miedo, aprenden a ser y la tolerancia, o las negativas, do de frustración, miedo, agre- agresivos, si los niños viven con Manoucher Shoaie


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ridículo, aprenden a ser tímidos, si los niños viven con lástima, aprenden a sentir pena por ellos mismos, si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables”. En la atmósfera que hemos creado o nos han creado, la salud mental, emocional y espiritual de nuestros niños está amenazada por las expresiones de la ira, la intolerancia, el descontento, la frustración en la búsqueda de la justicia e inclusión. Asimismo, los prejuicios, con adjetivos despectivos, contra ideologías, razas y culturas, maneras de pensar, sentir y vivir que no son las propias, se comentan, se leen o se oyen de distintas partes reforzados por los medios de la comunicación y las conversaciones diarias en la calle, en el trabajo, en la familia y la escuela. Todos estamos influidos por nuestro entorno; aun la educación que recibimos, no sólo en la escuela y en el hogar, sino también en la comunidad está afectada y condicionada por las pautas y conceptos de mayor influencia en nuestra sociedad. Según un psiquiatra de la Universidad de Ottawa, Hossain Danesh, si la educación está en armonía con nuestra verdadera realidad como un ser noble y espiritual, entonces el resultado es creatividad, madurez y paz. En caso contrario, se incrementan la destrucción y la violencia. “La educación errónea y la violencia” dice él, “son características de nuestros tiempos”. Los padres y educadores pueden jugar un papel extraordinario en mejorar el clima reinante y disipar el humo de la discordia,

la agresión y la violencia transformándolo en una atmósfera de la paz, la tolerancia, la cooperación y el aprecio por la diversidad. Por su parte, los medios de la comunicación, cumpliendo uno de sus papeles más importantes que es la educación de las masas, deben reflexionar sobre los limi-

tes de la libertad de expresión, cernir sus programas, opiniones y noticias, y sin dejar de ser “espejos del universo”, como califica Bahá’u’lláh a la prensa, apoyar el surgimiento de condiciones que propician la paz y la comprensión mutua. “Si los niños viven con imparcialidad, aprenden la justicia”. shoaiem@gmail.com


LAS CONSECUENCIAS EN UN NIÑO VÍCTIMA DE BULLYING SON REALES Y AFECTAN AL FUTURO INMEDIATO Y A LARGO PLAZO DE LOS NIÑOS

BULLYING: Un daño que se prolonga 41 / DIÁLOGO EDUCATIVO

El acoso escolar o “bullying” se ha convertido en un tema social importante en las aulas de todas las escuelas a nivel mundial. Aunque siempre ha existido el acoso escolar, la velocidad de la información, la hiperconexión de nuestros estudiantes y la proliferación de las redes sociales ha tornado esta problemática en una lucha que parece imposible de ganar.


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¡

No nos cansaremos de hablar sobre las consecuencias del acoso escolar! Desde DIÁLOGOS EDUCATIVOS estamos comprometidos por mejorar, cada día un poco más, los espacios educativos. Por ello, reafirmamos nuestra firme postura de lucha contra el bullying. Las situaciones de acoso escolar reclaman la atención de toda la comunidad escolar. Las consecuencias en un niño víctima de bullying son reales y afectan al futuro inmediato y a largo plazo de los niños. Con mucha facilidad hemos escuchado argumentos que minimizan estas situaciones. Con gran facilidad, relacionan los contextos actuales con aquellos que nosotros hemos sufrido en nuestra infancia y minimizan el acoso. Negar la diversidad que se ha logrado a través del progreso, desconocer la evolución, es la mejor forma de convertirse en cómplice del bullying. Laura Aguilera es directora del centro de psicología y psicopedagogía PAI (Psico Ayuda Infantil). Además, es escritora de cuentos infantiles y blogs relacionados a la educación en situaciones de acoso.

Al referirse al bullying, rápidamente revela el impacto inmediato que causa en el niño: reduce el autoconcepto personal y de su entorno, quebrando todo lo que le define como persona. “Es una sensación que el niño no debe experimentar, le provoca desesperanza y ahogamiento” revela la psicóloga. El bullying se refiere a las conductas y actitudes de un estudiante o grupos de estudiantes contra un compañero dentro del entorno escolar. Actualmente, se habla también de la figura de espectador para referirse a quie-

nes identifican estas situaciones, pero no se involucran ni buscan una resolución del acoso. Aguilera considera que el principal impacto del acoso escolar en el niño se identifica en el concepto que éste construye de sí mismo y del entorno de convivencia próximo. Define el término de autoconcepto como “la visión global que el niño produce de él mismo y de sus éxitos en todos los entornos en los que interacciona”. Las diversas visiones o experiencias personales del niño generan una visión unificada de todas esas experiencias que de-

finen la percepción propia del estudiante. Cinco pilares sustentan la consolidación de un autoconcepto personal. Laura Aguilera los identifica como:


(en los adultos se vincula al éxito laboral).- permite percibir los éxitos y fracasos del estudiante en el marco educativo. Es necesario saber valorar tanto el resultado final, la calificación obtenida en la materia o en las pruebas evaluadas; como en otros factores que también aportan al conocimiento: los procesos de aprendizaje, el esfuerzo y motivación para el aprendizaje, etc.

Social la relación con el grupo de iguales, otros estudiantes, y en la sociedad, unidad educativa. Los estudiantes sienten una necesidad natural de integrarse en la escuela y satisfacer las relaciones sociales. Este espacio de acogida debe proteger al estudiante, así nos lo han enseñado siempre, y proporcionar un sentido de seguridad.

Emocional la inteligencia emocional es otro pilar del sentido de valoración. Un estudiante víctima de acoso se acostumbra a callarse, ano expresar sus ideas ni sentimientos, gestando un grado de frustración creciente. Paralelamente a esta incapacidad de expresar sus sentimientos ante un conflicto, se acreciente el sentido de inferioridad frente al resto de compañeros de aula.

Familiar el sentido de unidad familiar es otro eje principal en la consolidación de un autoconcepto. La relación y confianza con los padres, la sensación de sentirse querido y resguardado ayudan a la firmeza del estudiante.

Físico en edades tempranas, el físico tiene una relevancia en el autoconcepto. La aceptación del físico propio y las, demasiado frecuentes, comparaciones alimentan este pilar.

¿CÓMO INCIDE EL ACOSO ESCOLAR EN EL AUTOCONCEPTO? Para Laura Aguilera, es normal apelar a una visión generalista sobre el desarrollo del estudiante. Estas miradas priorizan y rescatan las situaciones más positivas además que priorizan los pilares con mejor desempeño. Las evaluaciones globales son engañosas; al centrar la mirada en las cinco áreas por separado se desvela las fragilidades que se derivan del acoso escolar. La psicóloga remarca algunas situaciones de malos tratos sufridas por estudiantes que repercuten directamente en un autoconcepto débil y dañado. Las burlas y humillaciones hacen que el estudiante se sienta menos inteligente en clase. El niño se considera a sí mismo con menos capacidades que el resto de sus compañeros, situaciones que afectan al autoconcepto académico. En el pilar social, las acciones que apartan o separan a los estudiantes, las limitaciones en los juegos, restringen las relaciones sociales en la escuela.

En otras situaciones, los comentarios dolientes sobre los padres de un niño, las burlas sobre la situación familiar de algún compañero, provocan dudas en el estudiante que repercuten en el entorno familiar. Y se puede indicar muchas otras situaciones como los insultos que hacen sentir vergüenza y complejo por el aspecto físico. Cada una de estas situaciones, incrementa la vulnerabilidad del estudiante y aumenta las dificultades para gestionar una buena percepción propio, tanto en la etapa escolar como en la posterior vida adulta del estudiante. Sabemos que el origen del acoso escolar es complicado, y tiene mucho que ver con actitudes de inseguridad y baja autoestima. Sin embargo, con un poco de creatividad, y con la confianza de que todos podemos hacer un poco más, podemos lograr que sean nuestros estudiantes mismos los que acaben con el acoso escolar en sus propios espacios.

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IDEAS CONTRA EL BULLYING PARA PROFESORES Desde el aula se pueden realizar algunas de estas dinámicas para reducir y prevenir los casos de acoso. María Verónica Degwitz nos recomienda acciones de aula para frenar el acoso escolar. Docentes y padres deben asumir su rol en este freno al bullying. Los padres pueden hacer muchas cosas en el hogar para prevenir el “bullying”. La mayoría de estas acciones implican una comunicación efectiva y la educación en valores como la empatía, generosidad y lealtad. Desde el aula también se pueden realizar algunas dinámicas que reduzcan o prevengan los casos de acoso.

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Mapa de los alumnos:

Trabajar con los estudiantes pasivos: mu-

Enseñar a ponerse “en sus zapatos”: di-

chas de las acciones dirigidas a prevenir el “bullying” trabajan con las víctimas o con los victimarios. Sin embargo, muchas veces se ignora a los estudiantes pasivos u observadores. Si se trabaja con estos estudiantes y se les enseña la necesidad de intervenir en los casos de acoso, pueden disminuir mucho los problemas en aula, pues la influencia del grupo es mayor que la que pueda realizar cualquier adulto.

námicas teatrales o de lectura que promuevan la empatía pueden ser muy efectivas para prevenir el acoso escolar. Basta con enseñar a los niños cuáles son los sentimientos de un niño acosado, y tratar de animarlos a pensar en soluciones desde el valor de la empatía.

esta actividad fue ideada por la maestra Kathy Pitt y consiste en hacer que los estudiantes respondan una serie de preguntas como: quiénes son sus mejores amigos, con quién se desearían sentar la semana próxima, etc. Mediante estas respuestas la profesora puede realizar un mapa en el que puede ver qué estudiantes son excluidos, o solitarios, ya que de ahí parte todo tipo de violencia. Este mapa es muy efectivo para identificar también quienes pueden ser agentes de cambio positivo por su influencia con sus pares y ayuda a diseñar planes efectivos con los estudiantes de esa clase.


Canales de comunicación confidencial: muchos de los casos de “bullying” pasan desapercibidos por miedo de ser tildados de “acusetas”. Si el profesor puede abrir un canal de comunicación que sea totalmente confidencial y anónimo, se puede animar a los estudiantes a denunciar cualquier caso que ellos hayan presenciado y así tener conocimiento certero de actividades irregulares que puedan estar ocurriendo en el aula.

5 Método del caso:

este método es muy popular en las maestrías de negocios y de empresa. Los estudiantes analizan un caso real de éxito o fracaso para reconocer las variables que influyen en la toma de decisiones de las empresas. Esto también se podría aplicar en un salón de clases: el análisis de un caso ficticio de acoso o de otras conductas reprobables, puede permitir que los estudiantes observen con objetividad los comportamientos dañinos y que sepan identificar las posibles soluciones.

6 Firma de acuerdos: una reunión a principio de año puede ser suficiente para que sean los mismos estudiantes los que sugieran cuales son las conductas esperadas, las normas de cortesía, y los valores compartidos. Luego todos firman el acuerdo comprometiéndose a cumplir con lo acordado por ellos mismos.

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