Diálogo educativo 24 - Enero 2017

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Revista de publicación mensual del Proyecto de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia

No. 24 Año 2016

La educación emocional y sus logros en el aprendizaje Noelia Garella es el mejor ejemplo de lo que se puede conseguir con la inclusión y el uso de las emociones dentro del aula. Ella es la primera maestra con Síndrome de Down que enseña en un kínder en Argentina.


Diálogo Educativo La revista de Diálogo Educativo es una publicación mensual del Proyecto Educativo Integral de la iglesia Católica, dependiente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia. Mos. Tito Solari Capellari DIRECTOR Hna. Micaela Princiotto MB DIRECTOR EJECUTIVA Eduardo Bowles EDITOR GENERAL Juan Manuel ljurko REDACCIÓN Marcos Vega DISEÑO

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Marcos Vega DIAGRAMACIÓN Ramiro Sarmiento RESPONSABLE DIAGRAMACIÓN

Sin emociones no hay aprendizaje Estudiar o aprender: la diferencia que marca el cambio de fondo en el aprendizaje Dime cómo evalúas a tus alumnos…

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Javier Tamarit: “Se necesita creer en la inclusión de todo ser humano”

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“Los profesores deben convertirse en entrenadores del aprendizaje“

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Noelia Garella, una historia de superación: “soñaba con ser maestra”

Wilson Terceros RESPONSABLE DIGITAL Consejo Editorial Mons. Tito Solari Hna. Micaela Princiotto Dr. Tito Antonio López Dr. Limbert Ayarde Dr. Ernesto Muñoz

Las nuevas Competencias para el docente digital

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Cambio de roles: cuando el estudiante se vuelve profesor


editorial “El don de enseñar con una sonrisa” La portada de nuestra edición de diciembre llega como un inmenso regalo de Dios para la educación. Se trata de Noelia Garella, quien se ha convertido en una noticia mundial por ser la primera maestra con síndrome de Down, un verdadero ejemplo de lo que se puede conseguir con

la inclusión. Noelia no es sólo digna de imitar por lo que ha conseguido pese a sus limitaciones –que todos las tenemos-, sino por el cariño, la entrega y la dedicación con la que trabaja por los niños de la etapa inicial en su natal Argentina. Ella dice que siempre fue su sueño convertirse en maestra, algo que todos deberíamos tener en común, pues lo que no se ejerce con pasión difícilmente se puede transmitir con eficiencia. Precisamente ese es otro de los temas centrales de la presente edición de “Diálogo Educativo”, la educación emocional, un aspecto que se ha vuelto recurrente en el debate sobre la enseñanza, el aprendizaje y la evolución que debemos alcanzar en las estrategias que desarrollamos en el aula. Durante siglos hemos trabajado con el cerebro, buscando como llenarlo de conocimientos, de conceptos y de fórmulas. Hoy necesitamos también educar el corazón, poner atención a las emociones y los sentimientos y en definitiva conseguiremos mejores resultados pues la conexión de las fibras del corazón y las neuronas resulta más efectiva cuando se enseña con una sonrisa en los labios y los conocimientos se transmiten con bondad. Los otros dos temas de nuestra revista están íntimamente ligados a los conceptos anteriores. El uno aborda el rol que deben cumplir los docentes en el aula, llamados a ser facilitadores, estimuladores y entrenadores del aprendizaje, pues el objetivo actual sigue siendo el mismo que planteó el famoso Piaget hace varias décadas: desarrollar el apetito por conocer, lo que produce estudiantes indagadores, investigadores y cuestionadores. Finalmente, el dilema entre estudiar y aprender, que significa abandonar la estrategia de la memorización y proponerse la necesidad de que los estudiantes generen su propio conocimiento. Mons. Tito Solari C. Arzobispo emérito de Cochabamba Presidente Área de Educación CEB


especial

Las nuevas COMPETENCIAS PARA EL DOCENTE DIGITAL La cultura digital está, cada día, más integrada en el aula. Estar al tanto de las nuevas aplicaciones permite al docente tener nuevos espacios de interacción con los estudiantes. La brecha digital puede marcar una dificultad para el trabajo en aula 2


Las nuevas tecnologías han causado cambios profundos en la relación entre las personas y el aprendizaje. Hoy en día se puede enseñar y aprender en todo momento y en todo lugar, a través de distintos tipos de herramientas y plataformas. Los docentes deben asumir estos avances si quieren aprovechar las oportunidades que brindan estos canales en materia pedagógica. Según comentó a Universia México la Doctora en Innovación Educativa Marcela Gómez Zermeño, “el desarrollo de las tecnologías ha modificado el acceso a la información y transformado sustancialmente la adquisición,

almacenamiento y difusión del conocimiento” lo que conlleva un gran potencial para “construir sociedades más democráticas y promover el libre flujo de información e ideas en el mundo entero”. “En un mundo global donde la ‘constante es el cambio’, los docentes deben ser capaces de adaptar continuamente en su práctica educativa, las metodologías de enseñanza en función de los objetivos de aprendizaje que se desean lograr”, afirma la especialista. Según publica Tsisana Palmer, experta en enseñanza de inglés, éstas son las competencias que no pueden faltar en un docente del siglo XXI:

Aprender nuevas tecnologías

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Para Gómez Zermeño, saber utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) “es una competencia básica para la vida, al igual que la lectura, la escritura y las matemáticas”. Un docente digital debe saber transmitir estos conocimientos a los estudiantes, y para ello necesita aprenderlos por sí mismo. La buena noticia es que las nuevas herramientas y aplicaciones son cada vez de uso más intuitivo y amigable para el usuario, por lo que ya no es necesario ser un experto en informática para dominarlas. Experimentar con recursos y redes sociales que nunca han probado antes les llevará a encontrar maneras innovadoras e interesantes de transmitir conocimientos. Seguramente, los estudiantes sabrán agradecerlo.

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especial Brindar instrucciones personalizadas

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Los estudiantes son diferentes, aprenden de manera distinta y poseen habilidades y talentos particulares. A esto se suma que, mediante su celular, Tablet o computadora, tienen acceso instantáneo a cualquier tipo de información. Por este motivo, el docente debe, en la medida de lo posible, adaptar las instrucciones a las necesidades de cada estudiante. De esta manera, el estudiante se sentirá libre y motivado respecto a sus tareas: se sentirá “dueño de su propio aprendizaje”.

Globalizar el salón de clases

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En este mundo interconectado y cada vez más pequeño, tenemos la oportunidad de aprender sobre otras culturas de primera mano. Si en la clase deben estudiar a Japón, por ejemplo, no lo hagan a través de libros de texto. Utilice herramientas como Google Earth para “visitar” el país, utilice las redes sociales para encontrar a un japonés dispuesto a charlar con los estudiantes acerca de su cultura: las posibilidades son infinitas. En lugar de aprender de memoria datos sobre la geografía y la historia de un lugar, los estudiantes tendrán la oportunidad de comprender su cultura de forma más auténtica y memorable.

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Incentivar a los estudiantes a producir contenido

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Aunque los estudiantes de hoy son considerados nativos digitales y tienen un sinfín de herramientas al alcance de su mano, las instituciones siguen pidiendo tareas tradicionales en papel, mientras que los estudiantes solamente utilizan sus dispositivos para comunicarse con sus familias o amigos. En su lugar, incentive a tus estudiantes a crear y editar videos, infografías y blogs creativos y dinámicos. Estas tareas son las que quedarán en su memoria y desearán compartir con otros, en lugar de terminar en la papelera una vez calificadas. Una manera eficiente de incentivar la producción propia por parte de los estudiantes es el aprendizaje basado en proyectos. De esta manera, los estudiantes son los encargados de llevar a cabo su propia investigación, contactar a expertos y crear proyectos finales aprovechando todas las herramientas disponibles.

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Digitalizar el aula

En esta época, utilizar papel es cada vez menos necesario. Al mismo tiempo, cada vez existen más plataformas destinadas a digitalizar el aula: Google Classroom, Google Groups, Wiki o Moodle son algunas de ellas. Insta a los estudiantes que suban sus tareas, compartan materiales y participen en debates a través de este medio. Otra manera de digitalizar el aula es aceptar del uso de dispositivos durante la clase, ya que si son utilizadas de manera adecuada pueden constituir valiosas herramientas de aprendizaje. En lugar de prohibir rotundamente el uso de los teléfonos inteligentes, por ejemplo, se puede dejar que los estudiantes los utilicen para buscar nuevo vocabulario. Si un estudiante pregunta el significado de una palabra, en lugar de intentar explicarla, se puede recurre a los dispositivos digitales para que él mismo busque en Google y luego le cuente a toda la clase el resultado. De esta manera, es más probable que el estudiante incorpore la nueva información y se sienta partícipe de su aprendizaje. 5


especial

Sin emociones no Conocer el ritmo de trabajo del cerebro permite direccionar mejor las dinámicas de aula. La neurociencia ha desarrollado múltiples formas para estudiar el funcionamiento del cerebro. Los resultados obtenidos permiten mejorar las dinámicas de enseñanza y aprendizaje.

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Una investigación realizada en 2010 por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) analizó la actividad cerebral de un estudiante de 19 años. Con un sensor electrodérmico recogieron la información sobre la actividad eléctrica de su cerebro durante las 24 horas al día. El experimento permitió revelar y comparar la actividad cerebral del estudiante en diversas actividades cotidianas. Para sorpresa de los investigadores, frente a una clase magistral, el estudiante reflejaba la misma actividad cerebral que cuando ¡veía televisión! Un llamado de atención urgente para quienes man-

tienen el modelo pedagógico tradicional. Otra investigación realizada en los sistemas educativos de Europa revela que los docentes de primaria recurren a las clases magistrales el 50% del tiempo de aula. Este índice se incremente en los ciclos de secundaria y bachillerato hasta rondar el 80% del tiempo aula. “El cerebro necesita emocionarse para aprender”, justifica José Ramón Gamo, director del Master en Neurodidáctiva de la Universidad Rey Juan Carlos en España. En concordancia con los estudios presentados por el MIT, Gamo también


“El cerebro necesita emocionarse para aprender”, justifica José Ramón Gamo, director del Master en Neurodidáctiva de la Universidad Rey Juan Carlos en España resuelve que los modelos pedagógicos basados en la recepción pasiva del estudiante no funcionan. La neurodidáctica no debe ser considerada como una metodología. Más bien, explica Gamo, consiste en un conjunto de conocimientos que, desde la investigación científica, relaciona sus conclusiones con las actividades del ser humano, como por ejemplo el aprendizaje.

o hay aprendizaje

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especial

“Antes solo se podía observar el comportamiento de los alumnos, pero ahora gracias a las máquinas de neuroimagen podemos ver la actividad cerebral mientras realizan tareas”, reafirma Gamo. Gracias a esta información, el docente puede conocer las dinámicas que ofrecen mejores resultados en el trabajo de aula. A partir de los resultados obtenidos en los estudios, surge la recomendación buscar soportes visuales que suplan las clases magistrales. La introducción en el aula de mapas conceptuales, videos didácticos o materiales informativos gráficos alentará la participación del estudiante y despertarán sus emociones. José Ramón Gamo apuesta también por el trabajo colectivo como detonante de un aprendizaje efectivo. “El cerebro es un órgano social que aprende haciendo cosas con otras personas” clarifica el catedrático. Los cursos de neurodidáctica se han implementado en 30 colegios públicos. La perspectiva de Gamo considera que no todas las escuelas han asumido de igual modo las innovaciones que se requieren. La enseñanza basada en la neurodidáctica requiere la implementación de contextos tecnológicos adecuados. 8

Aún se percibe una reticencia institucional para introducir los nuevos modelos y dejar de lado las clases magistrales y los exámenes escritos. Los resultados ofrecidos por los estudios de la neurodidáctica sugieren el fin de la enseñanza magistral tradicional en nuestras aulas. “Mi método respeta el proceso por el que el cerebro aprende: primero va la motivación, luego la atención

y por último la memoria. En ese orden”, constata Chema Lázaro, un profesor de primaria. Para sus clases, apela a todos los recursos que motiven a los estudiantes y retengan la atención del estudiante. Por ejemplo, la explicación del antiguo Egipto permite buscar información en plataformas digitales como videos de las pirámides por Youtube, ubicación geográfica por Google Earth


“El cerebro es un órgano social que aprende haciendo cosas con otras personas” clarifica el catedrático o permite insertar en el trabajo de aula actividades lúdicas como descifrar jeroglíficos. De esta manera, los estudiantes se acercan a la materia de estudio con una perspectiva mucho más atractiva. La neurociencia plantea que la información novedosa se procesa mejor a través de gestos faciales y corporales que de procesos lingüísticos. El contexto desempeña un papel importante para despertar los procesos de aprendizaje. La neurodidáctica se proyecta como un apoyo al docente moderno.

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especial UN TOQUE MÁS HUMANO “El sistema educativo actual no educa en la libertad, sino en el miedo”, con esta explosiva idea, Koldo Saratxaga provoca una reflexión sobre el modelo educativo actual. Saratxaga se ha destacado como un referente del cooperativismo que avala el concepto de “ética de los humano”. El modelo escolar vigente se sustenta en una estructura de jerarquía que se asiente en el poder. Los docentes han sido institucionalizados como la autoridad a la cual se debe respetar y obedecer. Impera un modelo de escuela basado en las notas, en la evaluación,

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en lo previsible. “¿Cómo podemos esperar jóvenes emprendedores e innovadores si en la escuela se predican actitudes de sumisión al poder?”, sigue cuestionando Saratxaga. Recuerda que durante la etapa escolar, el contexto familiar y escolar prioriza el concepto de competencia entre pares antes que impulsar el sentido de compartir. En esta etapa de formación, lo niños tienen un alto índice de recepción. Las 24 horas del día acumulan experiencias y vivencias de aprendizaje. La cultura del consumismo que se ha impuesto

en nuestra sociedad conlleva un estímulo “mercenario porque educamos a los jóvenes en que todo es a cambio de algo”. Desde su propuesta educativa, se reclama mayor espacio en las aulas para la imaginación y la intuición. Un modelo más cercano al concepto de que cada persona es diferente, cada persona es ese diamante único. La escuela debe potenciar personas con pasión, que conecten emocionalmente con lo que hacen. “La educación, sentencia Koldo Saratxaga, es la clave del país”.


ESTUDIAR O APRENDER:

la diferencia que marca el cambio de fondo en el aprendizaje

“En mis tiempos, se aprendían todas las capitales de los países” recuerda un padre de familia al tiempo de cuestionar ¿qué es lo que su hijo aprende en aula? Las comparaciones son constantes y, casi siempre, elogian los sistemas educativos anteriores.

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especial Los padres de hoy se formaron bajo una corriente enciclopedista. En sus épocas de escuela se acostumbraba a memorizar los textos y acumular conocimientos. El profesor se consagró como la figura referencial de la educación, aquel que poseía el contenido. En la escuela se exigía aprender contenidos expresados en los libros. Y esa era la labor de los estudiantes, aprender lo que los libres acumulaban. Leonora Arditti, madre de tres hijos, siente que “había más orden cuando estudiábamos nosotros”. La escuela actual invita a los estudiantes a trabajar el razonamiento, los incita a informarse, debatir, tomar decisiones. Son dinámicas que pueden lograrlas gracias a un mayor acceso a las nuevas tecnologías. Los padres nos encontramos confundidos al comparar nuestra experiencia con las actuales pedagogías de aula. Varios padres se cuestionan

por qué sus hijos no aprenden a estudiar y no acumulan los conocimientos que ellos adquirieron para esa edad. Con más frecuencia de la deseada, se culpa a la escuela por la falta de formación que ofrecen. Flavio Buccino, consultor en educación y docente, recalca la importancia de recuperar las cosas simples. Durante décadas se ha problematizado demasiado alrededor de los modelos pedagógicos que se deben proponer. “No renuncio a la pedagogía, y menos a las estrategias didácticas, pero no las creo un objeto en sí mismo. Creo que parte de la solución para por despertar el de12


“Aprender a estudiar es un proceso que debe ir complejizándose con los años. La escuela sola no puede, pero debe recuperar un papel importante en esta cuestión y orientar y ayudar a sus estudiantes a que puedan estudiar en y fuera de ella”, añade Perazza. seo, el apetito. Volver a dar sentido a aprender”, reflexiona. Similar argumento plantea la especialista en educación, Roxana Perazza. Confirma que es necesario una escuela que enseña a estudiar, que disponga consignas para los trabajos y sustente en aprendizaje con exposiciones, resúmenes y cuadros. Pero amplía la responsabilidad del aprendizaje a la familia quienes “ayudan y acompañan en este proceso para que sus hijos adquieran autonomía en el estudio a medida que avanza en su escolaridad”. “Aprender a estudiar es un proceso que debe ir complejizándose con los años. La escuela sola no puede, pero debe recuperar un papel importante en esta cuestión y orientar y ayudar a sus estudiantes a que puedan estudiar en y fuera de ella”, añade Perazza.

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especial

“LA FILOSOFÍA ABRE LOS OJOS DE LOS NIÑOS AL MUNDO QUE LOS RODEA”, DESCATES La función esencial de la escuela, revela Mohr Lone se centra en capacitar a los niños con las habilidades necesarias para sortear la vida adulta. Lone es profesora de filosofía y directora del “centro de filosofía para niños” de la Universidad de Whasington. Parte de su trabajo de experimentación educativa ha consistido en visitar una unidad educativa para impartir filosofía a los niños durante una hora a la semana. Los beneficios a medio y largo plazo repercuten en las otras asignaturas. Una actividad similar se realizó en Inglaterra. El estudio realizado a cerca de 3.000 estudiantes de cuarto y quinto de primaria reveló que los estudiantes que participaron de las clases de filosofía demostraron una mejora en las habilidades matemáticas y en la comprensión lectora. Desde la mirada de los profesores que implementan estos cursos de filosofía en niños, se destaca el fortalecimiento de habilidades que pueden aplicarse en otros salones de clases. Consideran que se amplía la perspectiva para ver nuevos puntos 14

de vista ante una situación de aprendizaje. Más allá de ayudar a los niños a entenderse a sí mismos, la filosofía también los ayuda a entender a los otros. Algunos de los programas escolares favoritos de Mohr Lone son aquellos donde niños de escuelas predominantemente blancas se juntan con niños de escuelas predominantemente afroamericanas para discutir asuntos raciales de Estados Unidos. Un foro abierto donde los niños de áreas más pobres pueden hablar acerca de las dificultades de crecer, puede iluminar bien a los que tienen esos privilegios. La Filosofía puede servir como un gran ecualizador. “La gente no se percata del hecho de que hacemos filosofía todo el tiempo”, dice Mohr Lone.

“La gente no se percata del hecho de que hacemos filosofía todo el tiempo”, dice Mohr Lone.

MÁS ALLÁ DEL AULA El espíritu explorador de los niños se extiende a todas las facetas de la vida. Poseen una curiosidad innata. La rutina de la escuela propone normas de cumplimiento obligatorio que limita esa curiosidad y fuerza la uniformidad en el aprendizaje priorizando el conocimiento sobre el entendimiento.


El acceso a los dispositivos digitales, y mediante ellos a la gran aula que supone internet, facilita a los estudiantes nuevas formas de acceder al conocimiento. “La gran mayoría de los estudiantes conectados aprende cosas preguntándole a YouTube” sentencia Vera Rexach, especialista en Tic y educación de la Organización de Estados Iberoamericanos. El resultado de esa curiosidad, complementa Rexach, se traduce

en acciones de aprendizaje directas: buscan, se esfuerzan en entender, repiten, anotan. Son formas de resolver un interés genuino y, por ende, interiorizan el aprendizaje de manera inmediata. La clave del aprendizaje moderno reclama a los docentes que venzan la tradición del trabajo repetitivo de aula para incentivar a los estudiantes a descubrir su propio aprendizaje. “A estudiar se aprende, claro, si alguien te lo enseña”, concluye Vera Rexach.

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especial

Dime cómo evalúas a tus alumnos…

El aprendizaje es la meta de todo proceso educativo. Como docentes, queremos que todos los estudiantes alcancen esa meta. Aplicamos diversas metodologías en el aula para facilitar dicho aprendizaje. ¿Es suficiente este esfuerzo?

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Una frase de Tracey Tokuhama-Espinosa matiza, de manera explosiva, la labor del docente: “los docentes debemos darnos cuenta que no nos pagan por enseñar, nos pagan por garantizar el aprendizaje”. Es indudable que la gran mayoría de los docentes trabajamos para facilitar el aprendizaje de los estudiantes. Con demasiada frecuencia, nos involucramos en los procesos formativos de los jóvenes. Buscamos nuevas dinámicas, cambiamos los ejercicios de aula, perfeccionamos nuestra forma de educar. Perseguimos una metodología que nos acerque más a su experiencia de vida. Pero llegan las evaluaciones y “el sistema” nos obliga a apelar a las formas tradicionales de calificación. Toda la iniciativa impulsada durante el curso desaparece para dejar paso a los estresantes exámenes. La neurociencia se ha consolidado como una ciencia de amplia expansión en la actualidad. Se estudian las reacciones cerebrales ante diversas acciones cotidianas. Cuando el estudio del funcionamiento neuronal se centra en la actividad cerebral que provocan los procesos de aprendizaje se trata de la neuroeducación. La orientación de los psicopedagogos que apoyan estos estudios ha permitido el análisis, sobre manera, de la evolución del cerebro en los procesos de evaluación de estudiantes. De todos es conocido la tensión y nerviosismo que los exámenes provocan. Pero, ¿sabemos que provoca este estrés en cada estudiante? El examen despierta una reacción extenuante en el estudiante. Para resistir ese torbellino de miedos y amenazas, el cuerpo produce una mayor cantidad de cortisona y adrenalina. Se provoca una fatiga cere-

bral. A la larga, el estrés repercute en una pérdida de las habilidades ejecutivas y una disminución en la capacidad de almacenamiento de información. ¿De qué sirve trabajar una metodología de enseñanza y aprendizaje amigable si la evaluación nos devuelve al tradicional sistema memorístico? Judy Willis sostiene que cuando involucramos a los estudiantes en pruebas de evaluación que sólo estimulan la memorización, “olvidamos que lo que realmente nos importa es desarrollar habilidades como la resolución de problemas o la capacidad de gestionar información”. Las nuevas formas didácticas de

trabajo en aula reclaman renovadas dinámicas de evaluación. Tohuhama-Espinosa considera que el feedback (retroalimentación) se presenta como una propuesta adecuada a las nuevas corrientes. Cuando el feedback se realiza de manera frecuente, cuando se convierte en una acción propia del trabajo diario, permite a los estudiantes discernir entre lo que sabían y lo aprendido, les ofrece una

visión personal del avance logrado. Poco a poco, “ellos mismos solucionan sus propias lagunas de conocimiento”. El aprendizaje y la evaluación formativa reclaman una continuidad sistémica. La evaluación se transforma en una acción habitual y consistente en el aula, una evaluación que valore el desarrollo del estudiante. 17


especial Existen herramientas de evaluación adecuadas para registrar el progreso de cada estudiante. El portafolio, diarios de aprendizaje, elaboración progresiva de proyectos son algunas alternativas que permiten observar la evolución del estudiante. El propio estudiante es consciente de su proceso evolutivo y, por tanto, se fortalece su capacidad para la toma de decisiones, la gestión de problemas o el trabajo en equipo. Todo ello sin caer en el estrés del

• Fomentar la mentalidad de crecimiento en el estudiante. El trabajo docente para fortalecer la autoimagen o el autoconcepto facilitan la obtención de mejores resultados. • Confianza en el estudiante y en sus cualidades para ser mejores personas y mejorar su rendimiento en el aula. • Generar un ambiente de aula agradable, con un docente motivado y apasionado. El aula se transforma en un espacio que estimula el trabajo cooperativo. En 18

examen de final de trimestre y conseguir centrarnos más en el proceso de enseñanza, más que en el de calificar. Un detalle relevante que destaca Eric Jensen para un adecuado feedback dentro del aula consiste en el manejo del error. Muchos autores han reflexionado sobre la importancia del error dentro del proceso de aprendizaje. Todos coinciden en la validez del error en el aprendizaje, pero cuando la resolución de dicho

este escenario, la evaluación no se tiñe como un trauma “por el que debemos pasar”, sino como una gestión más del aprendizaje adquirido. • Centrar la atención en el proceso y no tanto en el resultado. La mejor evaluación del aprendizaje se determina por el progreso que cada estudiante ha adquirido. Begoña Ibarrola reclama oportunidades de éxito para toda el aula, para que puedan desarrollar el circuito de la recompensa y relacionarlo

error se produce de manera inmediata y permite evaluar al estudiante las formas de enmendar el error. Por ello, Willis insiste en la aplicación del feedback de manera continuada. Se trata de que el estudiante adquiera la información necesaria para enmendar el error, pero guiado de cerca para que no se produzcan lagunas con información inadecuada. Para profundizar un proceso de evaluación amigable, John Hattie plantea cinco aspectos prioritarios:

con el aprendizaje. • La autoevaluación y la coevaluación son acciones que fomentan la metacognición. Enseñan a reflexionar sobre lo aprendido. Anna Forés lo resume de este modo: “ha de haber coherencia entre la metodología y la evaluación, si pretendemos enseñar de una manera diferente pero la evaluación es clásica, aún les sometemos a los chicos a más estrés y no han aprendido las reglas del juego”.


LOS TIEMPOS DEL APRENDIZAJE

Eric Jensen propone una temporalización del aprendizaje. Los ritmos actuales de estimulación sugieren limitar los tiempos máximos de atención a periodos no mayores de 12/15 minutos. Para que el conocimiento se almacene en la memoria a largo plazo se necesita tiempo. Lo ideal consisten en trabajar diferentes procesos de repetición: la preexposición, la vista previa, la revisión y el repaso, de

modo que afiancen el aprendizaje. a) dar tiempo para almacenar la información. Incluyendo el hecho de dormir bien, comer saludablemente y hacer ejercicio como factores esenciales del afianzamiento en la memoria a largo plazo. b) intercalar con otras actividades, por ejemplo, el etiquetado conceptual estudiado por Fabricio Ballarini. c) trabajar los contenidos de múl-

tiples modos: dramatización, actividades físicas, juegos, bailes, música, creación de canciones, ya que así habrá más vías para recuperar esa información y que ésta se memorice. A eso habría que unir los múltiples beneficios, tanto directos como indirectos, para el aprendizaje: oxigenación del cerebro, fomento de la neuroplasticidad, mejora de la gestión emocional.

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especial

JAVIER TAMARIT: “Se necesita creer en la inclusión de todo ser humano”

El entrevistado de este mes es responsable del proyecto de transformación de Plena Inclusión y experto en autismo. Desde hace más de 50 años, La organización Plena Inclusión contribuye a la inclusión plena de las personas con discapacidad intelectual o de desarrollo junto a la de sus familias en la sociedad.

¿Qué es y de qué se encarga el área de calidad de vida de Plena Inclusión? En Plena Inclusión creímos que debíamos apostar por una estructura que orientara todo el sentido de nuestra organización hacia la cali20

dad de vida. Esto significa asegurar que las organizaciones y los servicios de apoyo a las personas con discapacidad de desarrollo se orientan a logros significativos en la vida de la gente. ¿Cómo llegaron a esta conclusión?

Nuestros servicios se generaron y se construyeron en una época y una cultura en la que la mirada estaba orientada a la discapacidad, al déficit, al trastorno. Construimos servicios para afrontar la patología. Conforme se han ido desarrollando


La Misión de Plena inclusión es “contribuir, desde su compromiso ético, con apoyos y oportunidades, a que cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo y su familia puedan desarrollar su proyecto de calidad de vida, así como a promover su inclusión como ciudadana de pleno derecho en una sociedad justa y solidaria”. La institución, explica Javier Tamarit, trabaja por el respeto de los derechos y fomenta la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y su familia.

modelos científicos y tratados sobre derechos, nuestra forma de verlo ha sufrido un cambio inmenso. Ahora tenemos más en cuenta a la persona y sus proyectos de vida, contando con sus limitaciones y dificultades. Nos dimos cuenta que debíamos

cambiar los servicios que ofrecíamos en base a ello, centrándonos en las personas, en sus derechos, su ciudadanía, y no solo en su trastorno. Si hoy empezásemos a crear servicios, no lo haríamos como en los años 70, está claro. ¿Qué le motivó a involucrarse en este mundo? Yo me licencié en psicología en 1977 y en la universidad tuve la ocasión y la oportunidad de formar parte de un proyecto que buscaba cómo ayudar a niños y niñas con importantes alteraciones en su desarrollo, como alteraciones de la salud mental, autismo, dificultades de comportamiento, etc. Vi la oportunidad de poner en práctica aquello que me apasionaba en el ámbito de la teoría. Además, desde niño he tenido contacto con este mundo, ya que desde bien pequeños en el colegio nos permitían jugar un día con un grupo de niños que se encontraban en la institución donde estudiaba. Yo no sabía que eran niños con discapacidad. Los integramos en nuestro mundo, empezaron a formar parte de nuestro universo. Actualmente su trabajo gira más entorno a las organizaciones, ¿verdad? Nunca había pensado que me apasionaría algo que tuviera que ver con la psicología de las organizaciones, pero este proyecto, al permitirme contribuir a que las prácticas que se hacen en los servicios reviertan en el bienestar de las personas, me parece apasionante. Y a estas alturas de mi profesión, un regalo. ¿Cómo se gestiona actualmente la escolarización de niños y niñas

con autismo? Yo creo que todos tenemos en mente un modelo de escolarización, pero en la práctica no es tan sencillo implementarlo. Me explico: por un lado sabemos que lo que tiene mayor impacto en niños y niñas con autismo o con alguna otra dificultad en su desarrollo es la escuela inclusiva. Tenemos evidencias de ello en las prácticas que se llevan a cabo a nivel internacional. Pero la escolarización actual no responde en la práctica al 100% con esto y hay muchos niños que no pueden acceder a este tipo de educación porque el sistema no tiene suficientes recursos. De todos modos, debemos tener en cuenta que no buscamos una escuela inclusiva sólo en beneficio de los niños y niñas con autismo, sino una escuela que aborde y enfrente la diversidad y las necesidades especiales que tiene cada alumno. 21


especial ¿Hay falta de profesionales? Hay profesionales en centros especiales o en instituciones dedicadas a ellos, profesionales altamente preparados. Si pusiéramos esos profesionales al servicio de una educación única para todos, sería lo idóneo. Y cuando terminan la escolarización, ¿qué recursos tienen? Tradicionalmente, cuando empezó el enfoque de apoyo específico al autismo, casi el 100% de las personas que tenían un trastorno del espectro de autismo tenían vinculada o asociada una importante limitación en su funcionamiento intelectual. Eran personas que no entraban en lo que ahora llamamos rangos de altas competencias. Como eran personas con tantas necesidades, lo que hicimos fue crear centros de día. El conocimiento del autismo se ha agrandado y ya hace tiempo que se habla de que al referirnos al autismo podemos hablar de un espectro. Hay muchas personas muy diferentes, y cada persona es singular y única, y el autismo es una parte de su persona, pero hay muchas más condiciones. Los niños y niñas a los que la sociedad les da la oportunidad de estar en una escuela con los apoyos que requieren, pero en contextos de relación con iguales, con otros niños, no tendrán los recorridos que tradicionalmente se han tenido una vez sean adultos. ¿Esto genera nuevas necesidades? Sí. Por ejemplo: cómo asegurar el acceso al empleo, cómo gestionar la transición a la vida adulta, cómo asegurar apoyos para la vida y el conocimiento en comunidad, cómo asegurar apoyos al ocio específico y singular para cada uno de ellos… 22

Todo esto está configurando una nueva cartera de servicios que maximicen la inclusión y que tengan en cuenta el proyecto de vida de cada persona, con lo que la persona quiera. Los servicios que se van configurando son muy personalizados. ¿Las escuelas ordinarias están preparadas para atender a niños

y niñas con autismo? Depende. Hay escuelas que sí y otras que no. Es como una lotería. Cuando un docente dice que no está preparado para atender a un niño con dificultad en el desarrollo, debe plantearse que la pregunta no es si está preparado, sino si está dispuesto. Hay escuelas dispuestas y escuelas que no lo están, a veces no depende tanto de los recursos. Las escuelas deben contar con conocimiento y con expertos para atender las necesidades de cada niño. Ahí está el valor que pueden tener las personas que están dentro de las redes de los centros de educación especial. ¿Qué necesita un centro para ser inclusivo? Lo que necesita es creer en el valor de la inclusión de todo ser humano. En entender que los seres humanos nos hacemos humanos en interac-


ción con otros seres humanos, no nos educamos como humano en la soledad de la vida. Somos como somos porque nos relacionamos con nuestro entorno. La escuela inclusiva es un modelo orientado al bienestar de todo alumno, una escuela que construye su conocimiento con la colaboración del entorno y la sociedad en la que vive. La escuela se diluye en el barrio y todos pueden colaborar en la educación de todos los integrantes para su proyecto de vida. La escuela inclusiva debemos desvincularla de la existencia de alumnado con necesidades específicas, porque va mucho más allá. ¿Hasta dónde va? Nosotros tenemos un modelo al que llamamos “La educación que queremos” y que trata sobre el poder de cada persona para construir su proyecto de vida en un entorno de una sociedad justa. Pero esta no es la educación que queremos para los niños y niñas con dificultades en el desarrollo, sino que es la que queremos para todos los niños. Estamos llevando a cabo un programa de transformación de los centros de educación especial. Estos centros tienen un conocimiento muy valioso acumulado y sería crucial que esto lo pudiéramos incorporar a un único sistema educativo. ¿Tienen sentido hoy en día los centros de educación especial? No. Si hoy tuviéramos que crear de nuevo estos centros, no los haríamos así. Estamos orgullosos del papel que han tenido durante todos estos años, por supuesto. Durante este tiempo han cubierto una necesidad, pero entendemos que el sentido futuro es un único sistema educativo. Y, eso sí, los conocimientos exper-

tos que se han construido en estos centros hay que absorberlos. Los compañeros de niños y niñas con autismo, ¿cómo suelen reaccionar ante ellos en clase? Las experiencias que tenemos es que cuando se lleva una buena relación, la experiencia es de normalidad. No llegan a tener la etiqueta del trastorno. Tiene la del niño inquieto, el niño amable, el niño sonriente, pero no la del niño autista. No construyen una situación de diferenciación per se, se convierten en apoyos naturales para el aprendizaje. Pero si el propio contexto genera una situación de diferenciación con ellos, sí que puede generar situaciones complicadas. Si nos empeñamos en decir “ojo que tenemos un niño con autismo”, “cuidado que el autismo es muy complicado”, acabaremos generando una imagen totalmente negativa del niño. El contagio cultural de los estereotipos es muy perverso. ¿Se ha dado una buena comunicación a nivel social sobre lo que es el autismo?

Lamentablemente, se han dado los dos polos. Se ha llegado a decir que es todo un orgullo que un niño tenga autismo porque es muy inteligente, y el mito de que está continuamente autolesionándose, cerrado en sí mismo. Ninguna de las dos cosas responde a la realidad. Lo que sí es verdad es que los procesos de detección temprana están cambiando drásticamente la vida de los niños. ¿Qué 3 consejos darías a los docentes de aulas inclusivas? El primer consejo sería que no dejen que se oculte al niño detrás de las etiquetas, que crean en las fortalezas del niño por encima de sus limitaciones. Lo segundo es que crean en el éxito de este niño, en que puede progresar. Toda persona puede progresar si cuenta con el apoyo adecuado. Por último, les diría que hagan equipo, con la familia, con los otros docentes, con los compañeros del niño, con el propio niño… y que orienten la educación a la vida del niño, no de su conocimiento. • Entrevista extractada de blog.tiching.com

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especial

“Los profesores deben convertirse en entrenadores del aprendizaje“ Entrevista con Mónica R. Martínez, asesora de Educación de la Casa Blanca y experta en «deeper learning»

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En las escuelas del siglo XXI, no se puede seguir enseñando como en el siglo XX. Ese es el punto de partida del «deeper learning», un movimiento nacido en el seno de la Fundacion Hewlett que trata de llamar la atención sobre la imperiosa necesidad de darle la vuelta a las clases si no queremos desconectar la escuela de la realidad del mundo en el que se desenvuelven nuestros jóvenes. ¿Qué es el «deeper learning»? Una forma de enseñanza que busca dotar a los alumnos con el conjunto de habilidades que necesitan para tener éxito en el mundo actual. ¿Y cuáles son esas habilidades mágicas? Son seis. Las dos primeras, de carácter cognitivo, son la adquisición práctica de los conceptos básicos del contenido académico y el desarrollo de un pensamiento crítico que les permita analizar, sintetizar y relacionar esos conceptos. Luego están las habilidades interpersonales, que son la capacidad de realizar un trabajo colaborativo y de comunicar con eficacia. Y por último, las intrapersonales, que son el aprendizaje reflexivo -aprender cómo aprender- y el desarrollo de una mentalidad académica que les haga comprender la importancia del conocimiento para afrontar cualquier tipo de reto futuro. ¿Eso no se aprende en la mayoría de las aulas? La educación tradicional

está basada y centrada en la figura del profesor como autoridad y como fuente de conocimiento. En memorizar los contenidos que el docente transmite. Nosotros ponemos el acento en que el alumno entienda los hechos claves, su impacto en otras áreas y en su propia vida. En las implicaciones que hay entre las diferentes disciplinas. Tratamos de integrar el conocimiento. ¿Pero tan malo es memorizar? Para eso está Google ¿Y si no estoy conectado? ¿Dónde no estás conectado hoy en día? En serio, hay que memorizar solo lo básico. No puedo esperar conocer cada pedazo de la Historia, pero sí enseñarles a los estudiantes a buscar información solvente de fuentes creíbles; a analizarla críticamente, a uti-

lizarla correctamente. Hoy en día hay demasiados datos y nuestros jóvenes están permanentemente conectados, por eso hay que enseñarles habilidades para que exploren. ¿Queremos formar buenos estudiantes o buenos seguidores del profesor? Suena muy bien. ¿Pero eso saben hacerlo todos los docentes? No, los tenemos que formar. Hay que convertirlos en facilitadores, en entrenadores del aprendizaje, en creadores de redes de conocimiento. Hay que enseñarles a conectar de otra manera con los estudiantes, a trabajar con otros profesores las relaciones que tienen las diferentes asignaturas, a apoyarse en otros expertos para que, por ejemplo, los niños vean para qué sirven las Matemáticas y la Física. Para que sepan qué hace un ingeniero. Deben convertirse en coordinadores y líderes de equipos. No es fácil. Realmente… no parece fácil de aplicar en un aula. 25


especial La principal causa del abandono escolar temprano es el aburrimiento. La siguiente es no seguir el ritmo académico del curso, y eso sucede porque se aburren, pierden la información básica, se desmotivan y abandonan. El profesor debe conseguir que el estudiante confíe en él no como autoridad sino porque este reconoce que le está ayudando a aprender. Entonces se consigue una atmósfera de auténtico respeto, los estudiantes se enganchan a las clases y se convierten en estudiantes activos, en los que cualquier profesor desea. ¿Cómo introducimos en nuestras clases el «deeper learning»? Con pequeños cambios. Por ejemplo, chequeando continuamente si los estudiantes han asimilado los conocimientos impartidos. Haciendo que escriban lo que han aprendido para ayudar a otros compañeros. Dándoles oportunidades para demostrar en público el conocimiento adquirido durante el curso. Hay que trabajar mucho las presentaciones, los trabajos en equipo, el aprendizaje con proyectos y retos. Se trata de ir inculcándoles que ellos son los principales responsables de su formación y que el profesor es su guía.

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DE LA PELÍCULA A LA ESCUELA El Dr. Raúl Arrabales, experto en ciencia congnitiva y conciencia artificial explica el alcance del “deep learning” Desde los años 50 del siglo pasado y hasta hace muy pocos años el terreno habitual de la Inteligencia Artificial (IA) avanzada era mayoritariamente el laboratorio de investigación y la ciencia ficción. A excepción de casos contados, la práctica totalidad de sistemas con una inteligencia similar a la humana han aparecido en películas futurísticas u obras como las de Isaac Asimov. Sin embargo, este panorama está cambiando radicalmente en los últimos años. El gran impulso tecnológico al que solemos referirnos bajo el término Big Data ha revolucionado el entorno empresarial. Las orga-

nizaciones sometidas a la necesidad de la transformación digital se han convertido en criaturas sedientas de cantidades ingentes de datos; y por primera vez en la historia de la IA existe una demanda generalizada de sistemas con una inteligencia avanzada, equivalente a la de un humano, que sean capaces de procesar esos datos. Esto está ocurriendo en prácticamente todos los sectores, pues es rara la actividad empresarial o de la administración pública que no se pueda beneficiar de un análisis inteligente y automatizado de los datos. Vivimos un momento histórico, no porque las organizaciones quieran incorporar algo radicalmente nuevo, sino porque ahora son conscientes de que existe tecnología

capaz de procesar todos los datos de los que disponen, hacerlo en escalas de tiempo inferiores a las humanas e incluso proporcionar la inteligencia necesaria. Podríamos decir que el Big Data ha sido simplemente la primera ola y el gran tsunami está a punto de llegar. Las nuevas arquitecturas Big Data han aparecido de la mano de las grandes compañías de Internet, organizaciones nativas digitales y completamente conectadas desde su concepción. En la actualidad estamos viendo como el Big Data prolifera rápidamente para abarcar todas las organizaciones y todos los sectores, pues en un ecosistema digital y global las compañías que no son nativas digitales también necesitan convertirse en devoradoras de datos. 27


especial

noelia garella,

una historia de superación:

“soñaba con ser maestra”

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A simple vista, parece una historia normal. Noelia Garella, una joven argentina, soñaba desde niña con trabajar en un jardín de infancia. Durante cinco años se formó en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Antonio Sobral con el entusiasmo de concretar ese sueño. Nunca se rindió. Lo especial de esta historia es que Noelia ha sido la primera.

La vida de la familia Garella está marcada por la lucha constante en favor de la inclusión. Noelia es una joven con síndrome de Down. Sus padres, Delfor y Mercedes, han tratado siempre de acompañar sus metas y mostrarle que, con entrega y esfuerzo, se pueden conseguir los sueños. “De chiquita me gustó maestra jardinera – relata Noelia –porque amo a los chicos. Les dije a mis papás que me gustaba y empecé a estudiar”. Contaba con el apoyo de sus padres, pero debía superar los muros que una sociedad que mantiene reparos ante la diferencia. En 2007


se graduó de maestra preescolar en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Antonio Sobral, en su natal Córdoba. Tuvo que esperar cinco años para conseguir un trabajo en educación. Durante ese periodo de tiempo escuchó muchos argumentos que ponían en duda su capacidad profesional. Aun así, no se rindió. Ser maestra era su sueño y persistir en ello el camino. El Jardín Maternal Municipal Capullitos le permitió, en 2012, encargarse del programa de estimulación temprana a la lectura. Años después, con 31 años y una experiencia profesional acumulada, “Noe” como la llaman los niños, trabaja como profesora para los niños de dos años en el Jardín Infantil Jeromito, también en Córdoba. Se ha convertido en la primera profesora con Síndrome de Down en Argentina. Una historia de sueños, constancia e inclusión. EN EL AULA Noelia Garella es una profesora que ama su trabajo. Cada jornada se prepara para ofrecer a sus estudiantes un día excepcional. Describe la labor de aula que desarrolla: “leemos un cuento, luego escuchamos una música y después dibujamos. La literatura es importante para que cuando lleguen a ser grandes, los chicos aprendan a ser bien fuertes y bien educados” resume brevemente. La directora del centro, Susana Zerdan califica a “Noe” como una excelente profesora además de una buena compañera de trabajo. Destaca las cualidades de Noelia al afirmar que posee esa capacidad amorosa, franca para proponer las cosas, con la alegría y las ganas que tiene. “Nos llega a todos”, sentencia la directora, que también reconoce que

ese cariño se extiende a los padres de familia, quienes se emocionan por la entrega y atención que dedica a sus hijos. El ambiente de escolar en el que convive se ha convertido en un apoyo sustancial para el desempeño de “Noe”. “Con mis compañeras realmente me llevo muy bien. La directora es muy buena y con mis compañeras compartimos las cosas de todos los días sin problemas” explica Garella. También destaca la relación con sus “niños”, de quienes afirma estar muy contenta. “Los chicos me tratan muy bien, son buenos y me quieren”. María Alejandra Senestrasi realza los logros obtenidos por Noelia.

Como directora del Jardín Capullitos, tuvo la oportunidad de acompañarla en sus primeros pasos como profesora. Senestrasi recuerda que “Noe” tiene las características de un docente “cariñosa, expresiva, una capacidad amorosa única. Estar con ella genera un clima de trabajo totalmente distendido”. Lo conseguido por Noelia Garella al frente de un aula de niños es un paso más en la necesaria inclusión que como sociedad se pretende. “Noe” suela con que “todos los chicos especiales luchen, puedan estudiar y trabajar, y que la gente le dé oportunidades para trabajar, estudiar y en el amor también”.

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especial

Cambio de roles:

cuando el estudiante se vuelve profesor La exposición de investigaciones, por parte de los estudiantes, se ha convertido en una dinámica de aula frecuente. El cambio de roles permite a los estudiantes entender el trabajo docente. A través de la exposición se afianzan los aprendizajes En la búsqueda de metodologías más activas y participativas dentro del aula, los docentes recurrimos a las exposiciones por parte de grupos de trabajo. Como sistema de trabajo, la exposición de grupo aporte múltiples beneficios para el aprendizaje, siempre que sean implementadas de manera responsable. En muchos casos, se percibe la dinámica como una forma de llenar el tiempo o pasar el rato. La dirección de investigación y desarrollo educativo de la Universidad de Monterrey, ha planteado unas pautas guía para hacer las exposiciones de aula una dinámica atractiva para los estudiantes. A través del estudio realizado por dicha universidad se han identificado diversos aspectos beneficiosos que aporta la implementación en aula de esta metodología. 30


La exposición en aula por parte de los estudiantes “puede contribuir enormemente a un proceso de enseñanza aprendizaje efectivo, especialmente en aquellos cursos donde se requiere cubrir mucho material”, señala el documento. Como toda dinámica de aprendizaje, el resultado de la exposición en aula puede ser variado. Por ello, destacan en Monterrey, lo importante consiste en encontrar los propósitos adecuados para su uso. Las grandes posibilidades de acceso a la información es el aliado ideal para los estudiantes. El cambio de roles transforma, de manera momentánea, al estudiante en docente. Al igual que el profesor, el grupo de trabajo deberá elegir, indagar, organizar el contenido y exponer el tema. La ejecución de estas etapas permitirá a los estudiantes adquirir los conocimientos proyectados para la unidad. La exposición consiste en la presentación de un tema estructurado, en donde el recurso principal es el lenguaje oral, aunque también permite otros recursos como el audiovisual, los gráficos y, por qué no, las tecnologías. La creatividad de los estudiantes se dimensionará del mismo modo en el cual se involucren en el tema. La exposición de aula ofrece una oportunidad de aprendizaje múltiple. Por un lado, la indagación informativa sobre el tema permitirá a los estudiantes aprender sobre el mismo. El proceso de selección y ordenamiento de ideas facilitará la habilidad para la síntesis y análisis. Y, obviamente, la exposición ante el público desarrollará las cualidades de interacción ante públicos, tanto en su capacidad oral como en otras

formas de expresión no verbal. Finalmente, la competencia natural que surge entre los mismos estudiantes se convierte en un aliciente extra para la superación. El instinto competitivo les impulsará a superar las exposiciones anteriores, sin necesidad de desmerecer el trabajo del compañero, sino más bien como una forma de crecimiento colectivo. En ciertos momentos, la falta de motivación o la despreocupación conlleva exposiciones flojas, con materiales ajenos rescatados de redes sociales que apenas se limitan a leerlos. Estas actitudes restan valor al trabajo de exposición en aula y generan un concepto errado de las mismas. Por más que se “cambien los roles”, el docente debe asumir ciertas responsabilidades para el éxito de la exposición.

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especial El estudio de referencia presentado por la universidad de Monterrey establece las funciones que docente y estudiantes deben impulsar para el éxito de las exposiciones. Como docente, su principal función radica en supervisar el cumplimiento de cada una de las fases del trabajo, desde la asignación de temas hasta el método establecido para compartir la información entre los diversos expositores. De forma puntual, se reseñan las obligaciones siguientes: • Disponer con claridad los objetivos del trabajo y motivar al estudiante para que se involucre en la actividad. • Identificar los temas y los tópicos que se deben investigar dentro de cada uno de ellos. • Guiar a los estudiantes en la reflexión y análisis del tema para que disciernan con claridad los ejes centrales para exponer.

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• Apoyar la preparación de la exposición sugiriendo materiales de refuerzo multimedia. • Supervisar la propuesta de los estudiantes para que incluya los aspectos importantes y se subsanen los errores posibles. • Dinamizar el debate posterior con preguntas abiertas que permitan a los expositores ampliar el contenido del tema. La participación protagónica de los estudiantes facilita el desarrollo adecuado de la metodología. Como estudiantes, su principal función consiste en percibir el proceso como una actividad de aprendizaje personal que se comparte con los compañeros. Una labor de indagación que concluye con la presentación pública. Otros factores importantes para el desarrollo académico de los estudiantes pueden ser: • Investigar el tema correspondiente con un sentido analítico y

crítico. • Ordenar y sistematizar la información desechando aquella que no esté adecuadamente sustentada. • Trasformar la información recabada en material didáctico, explotando las alternativas creativas. • Fortalecer las habilidades de comunicación (verbal y no verbal). • Participar del debate posterior o de las dinámicas de resumen que facilitan el aprendizaje de los estudiantes. El ejercicio consciente de una exposición de aula se convierte en un trabajo arduo para el docente. Debe planificar la clase de manera ordinaria y crear las acciones necesarias para garantizar la participación de los estudiantes. Un doble trabajo que fortifica el crecimiento humanos y académico de los estudiantes.


PASO A PASO El estudiante prepara con antelación la exposición de acuerdo a una guía de trabajo sistemática considerando los siguientes aspectos: • Delimitar el tema o la parte del mismo que será manejado mediante esta técnica. · Preparar un bosquejo que contenga 3 o 4 ideas principales. • Organizar las ideas principales de tal manera que reflejen una secuencia lógica. Es importante que las ideas se organicen en torno a un criterio que ha de guiar el avance en el desarrollo de las mismas en el momento de la exposición • Elaborar algunos cuestionamientos que permitan al profesor, clarificarse a sí mismo la naturaleza del tema. Es importante que los alumnos entiendan claramente la perspectiva teórica desde la cual es abordado un tema, esto les permite dar sentido a la información que se está exponiendo. La falta de entendimiento, o la malinterpretación de la naturaleza del tema expuesto, provoca que los alumnos se “pierdan” en la exposición. Así pues, el planteamiento de algunos cuestionamientos sobre el tema, permite al profesor clarificarse a sí mismo lo que pretende exponer a los alumnos. Estas repuestas constituyen los puntos importantes de su exposición. • Preparar un “organizador previo”. Un buen recurso para organizar el material textual que será presentado a los alumnos, es ubicarlo en principios más generales o con los cuales pueda relacionarse o incorporarse tal información. El organizador constituye una forma de colocar las ideas a exponer en un marco conceptual estructurado de tal manera que permita a los estudiantes visualizar la relación entre ellas. • Identificar ejemplos que sirvan como apoyos verbales a la exposición. Los ejemplos han de ilustrar la información presentada y ayudar a los estudiantes al logro de una mayor comprensión de la misma. Determinar y preparar los apoyos visuales a utilizar. 33


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