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EL YOGA INTEGRAL DE SRI AUROBINDO

Filosofía, psicología y práctica

Para esta edición:

© Editorial Siglantana S. L., 2022

© Vicente Merlo, 2022

www.siglantana.com

Instagram: @siglantana_editorial

YouTube: www.youtube.com/siglantanalive

1ª impresión: agosto 2022

2ª impresión: noviembre 2022

Ilustración de la cubierta: Michael Stiven González García

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

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ISBN: 978-84-18556-16-6

Depósito legal: B-16087-2022

Impreso en papel ecológico certificado por FSC®.

1.

ÍNDICE

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Introducción 11 Introducción a la música del libro (Anna Matinyan) . . . . . . . . . . . 13
Prefacio
Sri Aurobindo, notas biográficas para entender su pensamiento 15 Algunas opiniones sobre Sri Aurobindo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 2. La filosofía integral de Sri Aurobindo 25 La verdad-conciencia supramental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 El acorde séptuple del ser 35 Un evolucionismo espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
integral de Sri Aurobindo: el renacer del alma y el espíritu 47 Psicología científica y antropología filosófica . . . . . . . . . . . . . . . 47 El alma y la realidad de lo anímico; el ser central 51 La
subliminal
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 El ego y la identidad psicológica 55 Aspectos de la mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Dimensiones de lo vital 61 Naturaleza e importancia del cuerpo físico . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3. La psicología
diferencia entre lo subconsciente, lo
y lo supraconsciente

4. El yoga integral de Sri Aurobindo: de Síntesis a Cartas del yoga

La recepción e integración de otros yogas en el yoga integral .

Epílogo (Sigfrid Bernal)

Bibliografía

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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 Cuestiones
69
76
98
preliminares
El yoga de la autoperfección
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Notas 145
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

PREFACIO

La obra realizada por Vicente Merlo Lillo en pro de la “educación espiritual” transreligiosa es la de un maestro experto en los asuntos del yoga: además de ser doctor en filosofía por la Universidad de Valencia, fue profesor universitario de grado y postgrado, enseñando la espiritualidad general de Oriente y de Occidente, de la que ha tenido experiencias y penetraciones “con alma y vida” no solamente teóricas.

En este libro, Vicente Merlo se ocupa de la obra de un Ser tan “especial” como Sri Aurobindo. De su vida y su obra nos brinda una cuidadosa “visión panorámica”, complementada luego por los detalles realmente importantes, que nos sería muy difícil de adquirir, si no imposible, solos con nuestros propios recursos. Además, el autor está dotado de una sintética profundidad y de una capacidad pedagógica de tal calidad, que posibilita a sus lectores comprender los complejos temas que aborda en una forma directa y sin complicaciones innecesarias. También es muy notable la selección de temas, ideas y párrafos que realiza, verdaderamente óptima para poder comprender y asimilar lo más esencial e “imperdible”. Nos ahorra así un enorme esfuerzo de entendimiento y de tiempo. A mi juicio, y según mi experiencia, a menos de estar dotado de una gran inteligencia y ser poseedor de una formación muy excepcional, ni siquiera leyendo los escritos originales de Aurobindo, (algo que, hoy en día, no es nada fácil de hacer) lograríamos conseguir tan cristalina penetración.

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Sin embargo, esta obra ofrece también un considerable beneficio a los que, habiendo vivido nuestra juventud en otra época, hemos podido leer con cuidado unos cuantos libros de este autor. En efecto, con la síntesis que realiza, Vicente Merlo nos brinda un magistral resumen, y nos permite comprender asuntos que solos, no habíamos entendido, así como corregir algunas ideas que habíamos entendido mal. Por otro lado, los que no hayan leído casi nada de Aurobindo, además de proveerlos con una información doctamente abreviada, podrán recibir un benéfico estímulo para seguir profundizando en las obras originales, o en otros libros complementarios de Vicente Merlo (que son todos de excelente calidad, como este).

En esta época actual, que nos impone tantas exigencias externas, y a un ritmo tan acelerado, que apenas nos deja tiempo para dedicarlo a los asuntos más esenciales e importantes, como lo son las “enseñanzas para la Vida desde su misma Fuente” que aquí se nos ofrecen, es justo esa clara profundidad característica de Vicente Merlo la que necesitamos. Supo él nutrirse de las “Fuentes de Vida” en las que su buen karma lo dejó beber, en particular de la fogosa e iluminadora fuente de Sri Aurobindo, solo apta para los espíritus maduros, capaces de abrir los pétalos de la flor de su “loto Egoico” (con la “E” del Ego o Yo Superior, y no con la “e” del ego inferior) para recibir -y resistir- aquellas verdades que provienen del nivel “supramental”. Así pues, en particular, de esas fuentes bebió Vicente Merlo, y de cada una de ellas supo extraer el “néctar” y el “elixir”. De modo que este libro es un “Libro de Vida”, y sus hojas no tratan de meras abstracciones intelectuales.

En el cuerpo del texto, Vicente Merlo nos transmite luminosos fragmentos de su tan amada “especialidad”, ya que es justamente reconocido como una máxima autoridad en la obra de Sri Aurobindo en habla hispana. Aquí nos refiere y transfiere algo (lo que se puede) del saber y sabor que le dejaron sus estudios y experiencias en la India, en particular la de los dos años que vivió en el áshram, en Pondicherry, mientras aprovechaba la maravillosa “vibración” del ambiente para preparar su excelente tesis doctoral en filosofía, dedicada al Yoga Integral

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(pûrna-yoga) y a la renovadora Sabiduría de la “Luz Supramental”, que Sri Aurobindo junto con “la Madre” (la señora Mirra Alfassa), contactaron e hicieron irradiar hasta nuestro mundo. Hoy en día, la física cuántica, con su nueva “lógica cuántica”, nos ha liberado del “Principio de no contradicción” de la lógica clásica, y en cambio, nos ha vuelto a enseñar y a reconocer la importancia capital del “Principio de complementariedad: los contrarios son complementarios” (lo que los orientales y “occidentales orientalistas” podrían llamar “taoísmo básico”). En efecto, se ha probado como resultado de indubitables experimentos científicos que la Materia se comporta a veces de modo ondulatorio, y a veces, de modo corpuscular. Ahora bien, las ondas (que pensamos como las olas del mar) y los corpúsculos (que pensamos, equivocadamente, como las bolas de billar) en apariencia son muy diferentes e incluso irreconciliables… ¡Y, sin embargo, ambas modalidades coexisten “complementariamente” en la realidad física! De modo similar, Sri Aurobindo nos ha enseñado que en todos los asuntos de la Realidad espiritual vale el mismo principio “sobremental”: Dios es Personal e Impersonal, Dios es Padre y Madre, Dios es Trascendente e Inmanente, Ser y Devenir, Unidad y Trinidad (o Cuaternidad), es Quietud y Actividad, Infinitud y Finitud, Espíritu y Materia, Alfa y Omega… son otras tantas “pseudocontradicciones complementarias”. ¡Y quién mejor para explicarnos y explayarse sobre cada uno de estos últimos términos y ejemplos que Vicente Merlo! Lo hace en este libro.

De ahí que comprender las doctrinas del Vedanta Advaita (vedanta no-dual) y realista de Sri Aurobindo sea tan esencial en nuestros días. También es fundamental la clarificación del carácter de Maya: no es Ilusión, sino “un Poder (Shakti) Yóguico” del Infinito, que le permite adoptar múltiples Formas y estados de Conciencia. En particular, la meta espiritual del Ser humano no es liberarse de los grilletes de las ilusiones propias de la materia, y después terminar como “huyendo” hacia lo Absoluto; transformar su compleja estructura hasta liberarse es un primer paso, pero luego ha de volver a descender en este Mundo, y “purificarse” hasta conseguir demostrar que:

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¡También es posible una “Vida Divina” del ser humano en este Mundo de la Materia, pues Ella también es el Brahman! (Del mismo modo que la física relativista nos hizo ver que la Materia también es Energía).

¿Y qué sería de la casi infinita escala de la Evolución (entendida como el autodespliegue de las “mayávicas” potencias del Infinito) si todo salvo el infinito fuera una ilusión? Si es ilusorio el comienzo de la manifestación cósmica, así como su estado final “evolucionado”… ¿Para qué tan complicado, laborioso y sufriente despliegue?

Estos son algunos de los importantísimos asuntos magistralmente explicados por Vicente Merlo en este libro.

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INTRODUCCIÓN

El título consta de cuatro conceptos fundamentales (filosofía, psicología, yoga, integral) y un nombre oculto, no manifiesto, subyacente a todo ello: Sri Aurobindo, como creador (o co-creador junto a Mirra Alfassa) del yoga integral y supramental. Añado este último término por dos razones; una, porque se trata de la noción central en el pensamiento de Sri Aurobindo; otra, porque es el modo de distinguirlo de otros usos del término “yoga integral”.

Por ejemplo, el “yoga integral” de Swami Sivananda (1887-1963), fundador del áshram de Rishikesh en la India, divulgado por su discípulo Swami Vishnudevananda (1927-1993) a través de los siguientes principios universales: 1) ejercicio adecuado (asanas), 2) respiración adecuada (pranayama), 3) relajación adecuada, 4) dieta adecuada (vegetariana, nutritiva y equilibrada, con alimentos naturales y frescos), 5) pensamiento positivo y meditación. Otro de los discípulos de Sivananda es swami Satyananda Saraswati (1923-2009), fundador de la Escuela de Yoga Bihar, quien añade a lo anterior multitud de técnicas de meditación inspiradas en los tantras, y sobre todo la técnica de relajación de Yoga Nidra.2

Por otra parte, bajo el nombre de agni-yoga se ha presentado en varias ocasiones, con cierta independencia mutua, un yoga de síntesis a la altura de nuestro tiempo. El primero en hacerlo fue Nicolás Roerich, (1874-1947) quien en 1920 funda la Sociedad del Agni yoga, junto a su

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esposa Helena. Especialmente en Rusia supuso todo un movimiento, y en buena parte del mundo se conoce el arte pictórico de Nicolás Roerich (pintó más de 7.000 lienzos), así como la “bandera de la paz”. En 1929 se publica el libro Agni-yoga. Otros de sus libros son: Hojas del jardín de Morya; Jerarquía; Corazón; Infinito; Mundo ardiente, etc. Muchos de ellos tomados de notas diariamente recibidas por Helena, psíquica-intuitiva, procedentes de maestros del Himalaya, probablemente Morya, como uno de los títulos indica. Hablaron de Shamballa y de la Jerarquía, en la misma época que lo hacía, por su parte, Alice Bailey (1880-1949).

Más recientemente, Vicente Beltrán Anglada (1915-1988), habló también del agni-yoga, y lo define como “la ciencia mística del corazón” y como “yoga de fuego o de síntesis”. Tiene más que ver con la “sabiduría intuitiva” (del corazón) que con el “conocimiento de la razón” (mente). De ahí su relación con el plano búdico. Afirma que “la divisa del agni-yoga es serena expectación y adaptación tranquila y sosegada” (Introducción al agni-yoga, p. 127). El agni-yoga es el 4º yoga (tras: hatha, bhakti y raja, centrados respectivamente en el cuerpo, el corazón y la mente), por tanto tiene que ver con el plano búdico (sabiduría intuitiva), con la constelación de Libra. “La intuición es el vehículo del agni-yoga. Desarrollar la intuición ha de convertirse, por tanto, en el sendero místico del agni-yoga, siendo sus virtudes naturales la capacidad de registrar las impresiones espirituales que provienen del plano búdico” (p. 162). Agni-yoga es “una dádiva infinita procedente de Shamballa” y vino a la expresión en el momento justo en que el corazón del mundo empezaba a languidecer (p. 199). “Se trata de una meditación que no aparta arbitrariamente un momento del tiempo excluyendo todos los demás para ejercitar la mente, sino que es una actividad meditativa que exige la totalidad del tiempo para rendir un culto de adoración a lo eterno desde el sagrario infinito del corazón. Tal es la ciencia del agni-yoga” (p.229).3 Como se ve, Sri Aurobindo (15/8/1872-1950), Sivananda, N. Roerich y A. Bailey pertenecen a la misma época, publicando sus obras durante la primera mitad del siglo xx. Los otros tres (Vishnudevananda, Satyananda

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y Beltrán), pertenecen, más bien, a la segunda mitad del siglo xx También a la generación de estos últimos pertenece Antonio Blay (19241985), uno de los impulsores del yoga y de la psicología de la autorealización en España.

El libro está enriquecido por la música interpretada por Anna Matinyan, quien ha tenido la amabilidad de poner su voz y su saber musical como acompañamiento de lo que el texto trata de decir con palabras. Ella nos introduce brevemente a su aportación a través del lenguaje musical.

INTRODUCCIÓN A LA MÚSICA DEL LIBRO (ANNA MATINYAN)

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Al conocer a Vicente y al percibir su intensa dedicación al camino del Yoga Integral, vi en esta colaboración, cuya idea surgió espontáneamente, una posibilidad de expresar en forma de música mi amor y gratitud hacia la Madre y Sri Aurobindo, cuya sabiduría hace mucho tiempo cambió por completo mi vida y la sigue cambiando hoy en día.

Los instrumentos que he usado en las canciones incluidas en esta presentación son harpa céltica y flauta nativa americana, instrumentos de culturas aparentemente muy distintas, que tienen, sin embargo, mucho en común, sobre todo, el profundo sentir de la belleza del don de la vida. Tanto el paraíso celta como el de los indios nativos americanos es el sueño de la tierra transformada, la tierra de eterna juventud y alegría, al que, a diferencia del paraíso cristiano, todos serán admitidos: a los animales, a los prados y lagos, a los amigos y a las canciones. Y sean las que sean las diferencias de esta visión de la correspondiente a la Tierra transformada del Yoga Supramental, lo que tienen en común con ella es que lo más sublime y lo más importante nos toca vivirlo aquí, en la Tierra, y no en algún paraíso lejano al que debiéramos escapar de los retos de la vida terrenal.

Introducción 13
*
* *

Así que los sueños celtas, el canto a la unión mística del ser humano y la Tierra de los indios nativos americanos y la llamada a la divinidad en el Yoga, todos ellos han servido como fuente de inspiración en la creación e interpretación de estas canciones.

Hablando de los mantras, ellos, tanto en forma musical como en la forma de japa (repetición del mantra), tienen para mí un vínculo profundo con dos aspectos claves de la sadhana del Yoga Integral, la aspiración y la entrega. Al ponerse en contacto con la energía del mantra y abrirse a ella, y al hacerlo de la manera más sincera posible, uno siente de pronto que se despierta en su interior un ritmo... Un ritmo que envuelve distintas partes del ser y que de una manera maravillosa las sintoniza y las une en una sola llamada al Supremo, que parece decir al mismo tiempo: “Ven aquí” y “Tómame, soy tuyo/tuya”.

Este ritmo, que se despierta espontáneamente en nuestro ser con el mantra, me parece una de las más hermosas manifestaciones de nuestro guía interior. Por lo que os invito a que, al escuchar esta interpretación de los mantras dedicados a la Divina Madre y Sri Aurobindo, os animéis a cantarlos o repetirlos, quizás a vuestra propia manera muy individual, para emprender la mágica aventura de ponerse en contacto con la fuente interior de infinita paz y alegría a través del poder de la vibración.

Escucha los mantras a través de este enlace: www.siglantana.com/audio-el-yoga-integral-de-sri-aurobindo/

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SRI AUROBINDO, NOTAS BIOGRÁFICAS

PARA ENTENDER SU PENSAMIENTO

Comencemos, pues, por unas breves notas biográficas de Aurobindo Ghose, ya que no debemos suponer aquí que todos los lectores lo conocen. Aurobindo Ghose nace en Calcuta (la India) el año 1872. A los siete años, en 1879, su padre, médico indio occidentalizado, lo envía a Inglaterra, junto con sus dos hermanos mayores, a estudiar, con la idea de que se forme en Occidente y se olvide de las supersticiones religiosas de la India, pidiendo a la familia que los acoge en Manchester que no les adoctrine en ninguna forma de religiosidad: ni hindú, ni cristiana, ni ninguna otra. Estamos a finales del siglo xix, en pleno auge del positivismo, el materialismo y el cientificismo. Su padre quiere que se forme en la ciencia moderna, en todo caso en el humanismo laico, pero en ninguna religiosidad.

Catorce años pasará Sri Aurobindo en Inglaterra (Manchester, Londres y Cambridge), terminando sus estudios de filología clásica y leyendo abundantemente a los románticos (Keats, Shelley, Byron, etc.). En 1893 vuelve a la India como profesor de inglés y de francés, al mismo tiempo que se acentúa su compromiso político, pudiendo hablarse de un período revolucionario entre 1902 y 1910. Buena parte de ese tiempo vive en Baroda. Sus primeros escritos políticos son muy críticos con el Congreso Nacional Indio. Poco a poco se va convirtiendo en el líder del

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nacionalismo radical, luchando por la independencia de la India respecto del Imperio británico, que la había colonizado. En 1908 es arrestado, acusado de alta traición, por propaganda revolucionaria clandestina, proponiendo una insurrección armada. Pasará un año en la prisión de Alipore. Allí tendrán lugar algunas importantes experiencias espirituales, que acentuarán las ya habidas anteriormente.5

Podemos destacar los diversos rostros de Sri Aurobindo. De momento han aparecido el rostro poético, el rostro político y comienza a aparecer el rostro yóguico. Su primer libro fue de poemas, Canciones a Mirtyla, y una de sus obras más impresionantes será un magno poema de más de 700 páginas en el que estuvo trabajando durante más de cuarenta años utilizándolo como “un medio de ascenso”, desde el plano mental, a través de sus distintos subplanos sutiles, hacia el plano sobremental y el supramental, dos nociones centrales en su pensamiento. Se trata de Savitri, “una especie de filosofía poética del Espíritu y de la Vida”, una leyenda y un símbolo, donde Savitri representa una Encarnación de la Madre Divina, capaz de salvar a Satyavan, su marido, de la muerte por el poder del Amor. Y, en más de una ocasión, Sri Aurobindo confesó que sentía que su alma era fundamentalmente, alma de poeta.

El segundo rostro, el político, destaca en el período que hemos descrito (1902-1910) a través de su compromiso activo, con artículos en varias revistas y periódicos con discursos, mítines, etc. Pero su preocupación política no terminará en la cárcel, sino que proseguirá durante toda su vida, aunque adoptando otra forma distinta. Ya no en la arena de la política práctica, sino como teórico de la filosofía social y política, en obras como El ciclo humano y El ideal de la unidad humana, así como a través de su acción espiritual-supramental, dirigiendo su conciencia-energía hacia los lugares más problemáticos políticamente del planeta. Su compromiso, teórico y práctico-económico, durante la Segunda Guerra Mundial, apoyando a los aliados (paradoja sorprendente para muchos de sus compatriotas que lo habían visto luchar contra el imperio británico), consciente de la amenaza que suponía para toda la humanidad el avance del oscuro nacional-socialismo encabezado por Hitler.

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El tercer rostro, el yóguico, es quizás el más conocido. Hay que decir que su “práctica del yoga” no comenzó hasta 1904, es decir a sus 32 años, realizando sobre todo, con gran intensidad, ejercicios de pranayama, que dieron sus frutos. Pero su verdadera “iniciación”, en este caso a través de la meditación, no tendría lugar hasta 1907, con Vishnu Baskar Lelé, en un piso de Baroda, a los 35 años. En ese retiro de tres días tuvo la experiencia y la realización del Brahman silencioso, identificado por él con la verdadera realidad del nirvana. Se sumió en “una paz inexpresable, un estupendo silencio, un infinito de liberación y libertad”. Desde ese momento pasó a “pensar desde encima del cerebro”.6 Es la realización del Brahman silencioso, el Brahman nirguna, sin atributos, impersonal, estático, considerado la Realidad última en buena parte del hinduismo, especialmente en el kevala-advaita vedanta de Shankara y otros. Pero en la cárcel, en 1909, esa realización se integró en otras realizaciones más abarcantes, en una supraconciencia que incluía no solo el Brahman estático, sino también su shakti dinámica, no solo el Absoluto impersonal, sino también el Absoluto personal, a quien denominó, siguiendo su propia tradición, Narayana. Además, durante quince días de los pasados en la cárcel, se le apareció Vivekananda, fallecido en 1902, dándole indicaciones que le llevarían a descubrir otros aspectos de la conciencia superior.

El 6 de mayo de 1909 es puesto en libertad, pero ante el riesgo de ser arrestado de nuevo, a causa de algunos artículos en la revista Karmayogin , recibe una insinuación interna, un adesh, indicándole que mejor marchase a Pondicherry, protectorado francés, donde los ingleses lo dejarían tranquilo. Termina, pues, en 1910 su etapa política activa. Y comienza el desarrollo vertiginoso del rostro yóguico, cuyos primeros pasos, aislados, en 1904 y 1907, van a convertirse en carreras maratonianas, en el desarrollo de una nueva manera de entender el yoga, al mismo tiempo que se va desarrollando su filosofía y por tanto su otro (ya el cuarto) rostro fundamental: el rostro filosófico. Son estos dos los que más nos van a interesar ahora, el yogui-filósofo o el filósofo-yogui.

Sri Aurobindo, notas biográficas para entender su pensamiento 17

En realidad, me cuesta hablar de “filósofo” en el caso de Sri Aurobindo. La suya no es una obra “filosófica” en sentido académicooccidental moderno. No conoce bien la historia de la filosofía ni menciona a sus autores, al modo como suele hacerse en la Academia del saber filosófico. Sin embargo, su obra, y especialmente La vida divina presenta toda una concepción del mundo y de la vida, toda una “filosofía”, si se quiere. Pero, más en sintonía con el lenguaje y el enfoque hindú, podría decirse que se trata de una “sabiduría intuitiva” o si se quiere, “sabiduría yóguica”. En realidad verdadera gnosis. Hay dos términos sánscritos que recogen bien este tipo de sabiduría, de sophia, más allá de la filosofía. Es “filosofía realizada” en un doble sentido. No solo porque hay una realización espiritual de la que surge el pensamiento, sino porque, en tanto que sabiduría, gnosis, es la realización del ideal filosófico. No se trata de la articulación de conocimientos empírico-racionales, sino de la expresión de un saber sobremental o supramental, de una verdadera sabiduría, sophia, meta de toda philo-sophia. Esos dos términos son jñâna y vijñâna. El primero es el que, en las últimas décadas, con el auge de la noción de gnosis, se ha propuesto en múltiples ocasiones traducir como tal: jñâna es gnosis en tanto que saber salvífico, liberador, no discursivo sino intuitivo, producto de una mente iluminada, una mente intuitiva, en sentido técnico, tomando la intuición como un relámpago, un rayo procedente del conocimiento por identidad, que es el conocimiento supremo, aquel que nos permite conocer algo porque lo somos. El segundo término, vijñâna, se utiliza muchas veces para referirse a la razón, frente a la intuición (que sería jñâna), pero curiosamente, Sri Aurobindo lo ha empleado en ocasiones como sinónimo de conocimiento supramental, de manera que el vijñana-maya-kosha (de la Taitiriya Upanishad y del vedanta posterior) vendría a ser algo así como el “cuerpo”, “vestidura” o “campo de conciencia-energía”, como prefiero expresar libremente la noción de kosha supramental, y consecuentemente el vijñâna-purusha sería el “ser supramental o gnóstico”.

Dicho esto, aceptemos la noción de “filosofía” en un sentido amplio, totalmente válido e incluso riguroso, pues, independientemente de que en su origen haya una experiencia suprasensible (yóguica) y un saber

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supraracional (gnóstico), su presentación entra en el campo de juego de la racionalidad metafísica (si bien una “metafísica experiencial” en buena medida) y en La vida divina hallamos una poderosa argumentación y un intento de fundamentación racional-mística de la concepción del mundo expuesta. Hablaremos, por tanto, fundamentalmente en esta obra de la “filosofía del yoga integral”. Dicha obra (como otras muchas de nuestro autor) vio la luz, capítulo a capítulo, en la revista

Arya, entre 1914 y 1921. Pero en 1939 y 1940, para ser publicada en libro unificado, en sus más de mil páginas, sufrió (gozó, más bien, deberíamos decir) una revisión importante, sobre todo por el añadido de una docena de capítulos de especial relevancia para el conjunto de esta extensa obra.

En cuanto al rostro yóguico, tres obras resultan de especial interés.

1) La síntesis del yoga, la más sistemática, de nuevo con más de mil páginas, y donde expone su visión del yoga integral. 2) Cartas sobre el yoga, colección de cientos de cartas consistentes en las respuestas ofrecidas por Sri

Aurobindo a preguntas formuladas particularmente por discípulos del áshram de Pondicherry; una recopilación absolutamente necesaria para matizar algunas cuestiones más prácticas e íntimas del yoga integral; 3) Registro del yoga, que consiste en las notas tomadas por Sri Aurobindo durante la gestación de su enfoque yóguico, al llegar a Pondicherry; anotaciones no pensadas para ser publicadas, pero que la sección de Archives & Research del áshram decidió publicar hace apenas dos décadas.7

Los rostros yóguico y filosófico ven, pues, la luz en Pondicherry, ocupando los cuarenta años que allí pasaría (toda la segunda mitad de su vida) sin dejar nunca el áshram, desde 1910 hasta su mahâsamâdhi en 1950.

Podría hablarse de un quinto rostro, dividiendo esta segunda parte de su vida en dos: una primera, de 1910 a 1926, en la que destacaría el yogui-filósofo, y una segunda, de 1926 a 1950, en la que surge el Sri Aurobindo-maestro espiritual y, para algunos, avatar supramental.

En el año 1926, Sri Aurobindo tiene una experiencia especialmente trascendente, por él denominada más tarde “el descenso de Krishna”

Sri Aurobindo, notas biográficas para entender su pensamiento 19

(símbolo de la conciencia sobremental, en su terminología técnica), que le llevó a encerrarse prácticamente en su habitación, excepto las tres o cuatro ocasiones al año en que salía para ofrecer darshan a sus discípulos. Allí en su habitación, quizás cargada de conciencia-energía supramental, continuó su trabajo teórico y su trabajo práctico de supramentalización. Es en esa fecha cuando la presencia de Mirra Alfassa pasa a un primer plano, dado que será ella quien se encargue, cual mediadora magistral, de la relación con los discípulos.

Mirra Alfassa ha de ser considerada cocreadora del yoga integral y supramental junto a Sri Aurobindo. Y en la versión más “oficial” y significativa, como co-avatar supramental junto a Sri Aurobindo. Aunque se vieron en 1914 por primera vez, en el plano físico (cuando ella descubrió, acompañando a su entonces marido Paul Richard, quien quería proponerle colaborar en una revista de unión OrienteOccidente, que Sri Aurobindo era el maestro que se le aparecía en sueños desde hacía muchos años, dándole enseñanzas, y a quien ella llamaba Krishna), no volvería para quedarse hasta 1920. Y también ella pasaría allí el resto de sus días, nada menos que 53 años más, sin salir ya de Pondicherry y ejerciendo plenamente de Maestra ante los discípulos, ya de ambos. Un ejemplo de la influencia de Mirra Alfassa (conocida como la Madre por sus devotos, siguiendo el lenguaje frecuente en India, consistente en divinizar a la Maestra espiritual elevada, hasta entenderla como Encarnación de la Madre divina) sobre el yoga integral sería la relevancia que llegó a tener lo que ella llamaba l’être psychique , y que Sri Aurobindo incluyó en su obra, desempeñando un papel fundamental como the psychic being, el ser-anímico o alma individual en la encarnación. Mirra Alfassa tras pasar Sri Aurobindo a la otra parte del velo en 1950, siguió su trabajo de supramentalización personal y planetaria, así como con su dirección y guía de los discípulos que por aquel entonces residían ya en el áshram de Pondicherry. La Agenda de Madre , compuesta de 13 volúmenes, así como buena parte de los libros de su discípulo Satprem, muestran el trabajo de Mirra Alfassa durante todos esos años.

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Valgan, pues, estas pinceladas para situar a los fundadores del yoga integral y supramental del que vamos a hablar aquí. A pesar de que Sri Aurobindo, cuando alguien se acercó a él para intentar escribir una biografía suya, tras negarse a ello, exclamó: “Al fin y al cabo, mi vida no ha sido vivida para ser vista por los hombres”. Efectivamente, como Mirra Alfassa exclamaría, no sin cierta nostalgia, años después de irse Sri Aurobindo, “Sri Aurobindo se ha llevado su secreto con él”. Podemos entender que lo esencial de su vida fue el trabajo de ascenso a la conciencia supramental, y sobre todo el descenso transformador de dicha conciencia-energía supramental, tanto a su cuerpo, su personalidad, su aura (como así fue también en el caso de Mirra Alfassa), como al aura planetaria, para anclar ese nuevo tipo de conciencia-energía que establecía las bases para una nueva era y una nueva especie: la de seres gnósticos, supramentales. Mirra Alfassa, el 29 de febrero de 1956 tuvo una experiencia, en el Playground del áshram, tras la cual reveló que en ese momento se había producido por primera vez la manifestación de la conciencia-energía supramental a nivel planetario. Se denominó The Golden Day, El Día Dorado. Siendo el dorado el color simbólico de la Conciencia-Energía supramental.8

ALGUNAS OPINIONES SOBRE SRI AUROBINDO

La relevancia y el reconocimiento de Sri Aurobindo no siempre son conocidos, al menos en nuestro país. Por ello, creo oportuno recoger algunas de las opiniones vertidas sobre él. Quizás baste con citar a tres premios Nobel de literatura, aunque añadiremos alguna opinión más, desde la vertiente filosófica.

Comencemos con Romain Rolland, quien llegó a decir: “Sri Aurobindo es el más extraordinario de los pensadores de la India y el que ha realizado la síntesis más completa entre los pensamientos de Oriente y de Occidente”. Como se sabe, R. Rolland conocía bien tanto el pensamiento occidental como el oriental. Todavía recuerdo la impresión que me causó

Sri
para entender su
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Aurobindo, notas biográficas
pensamiento

la lectura de su magnífica obra La vida de Ramakrishna, mientras me hallaba en Pondicherry, inmerso tanto en las obras de Sri Aurobindo como en la atmósfera luminosa, radiante e impregnada de Paz que rodeaba al áshram.

No menos impactante resultan las palabras de Rabindranath Tagore, narrando su visita al sabio de Pondicherry: “Y yo le dije a Sri Aurobindo: tú tienes la Palabra y estamos esperando para aceptarla de ti. La India hablará por tu voz”. El magnífico poeta, mago de la palabra poética, diciendo que Sri Aurobindo tiene la Palabra y que la India hablará por su voz. Así fue. Y así sigue siéndolo.

Un tercer premio Nobel de literatura es la chilena Gabriela Mistral, quien recibió dicho honor en 1945, cinco años antes de la muerte de Sri Aurobindo. Ella escribió: “Seis lenguas extranjeras han proporcionado al Maestro de Pondicherry un don de coordinación, una claridad exenta de estridencia, y un encanto que bordea la magia... Estas son, ciertamente, ‘noticias alegres’ que nos llegan: saber que hay un lugar en el mundo donde la cultura ha alcanzado su grado de dignidad al haber reunido en un hombre una vida sobrenatural y un consumado estilo literario, sirviéndose de su prosa, clásica y hermosamente austera, para que sirva como la criada del espíritu”.

Más claramente, desde el campo de la filosofía, Frederic Spiegelberg, profesor de la Universad de Stanford, llegaba a decir: “No cabe limitar la grandeza de Sri Aurobindo a nuestra época. Tenemos a Platón, a Spinoza, Kant y Hegel, pero estos no tienen la misma visión, ni la misma perspectiva metafísica que lo abarca todo.” Puede extrañar esta comparación de Sri Aurobindo con cuatro de los más grandes pensadores de la historia de la filosofía occidental, para terminar incluso insinuando la amplitud de su visión y la perspectiva omniabarcante. No nos costaría suscribir tal afirmación.

Por esos lazos sutiles que el universo va creando, podemos recordar la influencia que tuvo Spiegelberg sobre Michael Murphy, cuando este último era estudiante universitario y el primero impartía clases en la universidad. Por error, Murphy entró un aula que no le correspondía.

22 EL YOGA INTEGRAL DE SRI AUROBINDO

Sri Aurobindo, notas biográficas para entender su pensamiento

Extrañado ante lo que se decía, y atraído por el discurso de Spiegelberg, se quedó hasta el final. El profesor estaba hablando de La vida divina de Sri Aurobindo. Tan grande fue el impacto recibido por Murphy que no dudaría en marchar a la India, permaneciendo en el áshram de Pondicherry durante varios meses. También Spiegelberg estuvo allí, en su caso recibiendo darshan de Sri Aurobindo, ya en los últimos años de su vida. Michael Murphy se convertiría posteriormente en uno de los fundadores de Esalen, la comunidad tan influyente de la “Kalifornia” (así denominada por Jeffrey Kripal por la presencia de la figura hindú de la diosa Kali) de los años 60 y 70… y más allá. De modo que el enfoque aurobindiano estuvo muy presente en Esalen a través de los intereses de M. Murphy. Su obra The Future of the Body es una buena muestra de tal influencia.9

Una última afirmación, en esta ocasión de Pitirim Sorokin, profesor de la Universidad de Harvard, cerrará nuestra galería de elogios. Sorokin escribió: “Sri Aurobindo es uno de los más grandes sabios vivientes de nuestra época.”

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