Sábado, 28 de julio de 2012

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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 28.07.2012

Las razones de José Mármol para escribir Pág2

La vida es tiempo

¿Qué es para nosotros el tiempo? La estructura del sujeto, las formas puras de nuestra sensibilidad de las que habla Kant o el absoluto tiempo de Newton que no depende de nosotros y que solo es un receptáculo donde suceden los hechos.Página7

Richter en el Centro Pompidou de París Gerhart Richter, probablemente el mayor de los pintores alemanes contemporáneos, expone actualmente y hasta el mes de septiembre en el Centro Pompidou de París. Página3

Melvin Mañón Personaje de mil facetas

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Gertrude Stein Gertrude Stein (1874-1946), sin dudas la más célebre, poderosa y carismática mecenas de las primeras vanguardias estéticas del siglo XX, así como figura clave en la historia de la literatura y la cultura visual de la modernidad.Página8


HOY

AREÍTO

Sábado 28 de julio de 2012

Zona Areíto Areito

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Plinio Apuleyo Mendoza (Escritor colombiano) Jean Francois Revel sostiene que las ideologías son sustitutos de las religiones, retienen lo que les conviene y desechan todo lo que las contradice en la realidad LA GUÍA

José Mármol

LIBROS

Escribo para la patria del idioma

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a patria de un escritor es la lengua en que escribe. “Mi patria es la lengua portuguesa”, señaló Fernando Pessoa, en completo desasosiego y reivindicando con ello un modo particular de patriotismo. E. M. Cioran, cuyo sentido del ideal patriótico convencional podría serle visceralmente ajeno, y quien abandonó, en la juventud, el rumano como lengua materna para adoptar el francés como su lengua de pensamiento y escritura, solía repetir que la patria de un escritor es su lengua. Lo hizo en el sentido de que un escritor no tiene más patria que su idioma, añadiendo que la biografía de este es su propia obra y nada más. También para Paul Celan, tal vez aprendido del mismo Cioran, a quien tradujo, su patria era su lengua, la lengua alemana que se hablaba en su hogar judío, más allá del rumano, el hebreo y el francés, entre otros idiomas que dominó por su condición de políglota. Pero, más expansiva aún es la onda de sentido radical del poeta romántico John Keats quien afirmó: “Los poetas no tienen identidad”. El yo del poeta es el yo del otro. “Je est un otre” proclamaba Arthur Rimbaud. La identidad y la nacionalidad del escritor están diluidas en la grandeza de la historia, de la particularidad cultural y social de su lengua. Escribo para resistir y rechazar la tentación del vergonzoso espectáculo de la identidad vacía y de la nación concebida como terruño para el latrocinio, como teatro para la egolatría de los falsos líderes y el neochauvinismo ridículo y mediocre de arribistas sin escrúpulos ni tino. Detesto, por medio de la escritura, el circo establecido, para beneficio propio, por los comerciantes de las leyes y artífices del agiotaje de la Carta Magna. Aborrezco el púlpito falsario por medio de la catarsis del poema. Escribo desde el poder de la palabra y contra la palabra del poder. Escribo para rescatar las utopías del abismo y las trampas que les impuso el fruto envenenado de los poderes fácticos. Escribo para tratar de hacerme un hijo digno de la patria del español como lengua materna, como la colosal lengua de Cervantes. Porque es esa la lengua en que existo. Porque es esa la lengua que me hace posible el habla como morada de mi ser. Porque la poseo y me posee, y mi mayor compromiso ético, en cuanto que creador con la palabra, estriba en proteger la forma de mi lengua, su tradición, su diversidad.

MARAVILLAS NATURALES DE NUESTRA TIERRA Este hermoso libro es, como expresa el subtítulo, “un recorrido fotográfico por grandes riquezas naturales de la República Dominicana”. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha recogido en este texto, de la mano con maestros de la fotografía, los recursos naturales y lugares más atractivos de Azua, Bahoruco, Duarte, Elías Piña, Hato Mayor, La Romana, La Vega, María Trinidad Sánchez, Monseñor Nouel, Montecristi, Monte Plata, Pedernales, Peravia, Sánchez Ramírez, San Cristóbal, San Juan de la Maguana, San Pedro de Macorís, Santiago, Santo Domingo y Valverde. Las fotografías son de Carlos de Soto, Margarita Mora y Mayo Rodríguez. Los autores de los textos son José Manuel Mateo, César Amado Martínez, Nilba Pérez y Carmen Ligia Barceló. El libro, de 182 páginas, tiene una presentación del Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ernesto Reyna Alcántara. Fue impreso en Amigos del Hogar.

Escribo por la necesidad de entender el gravísimo y relevante desafío de asumir el lenguaje como mi mayor problema y como la sustancia de que han de estar forjadas las preocupaciones y las metas en el oficio de escritor. Escribir para la patria del idioma me coloca en el centro del problema ético del creador. Asumo la ética de la escritura como un auténtico desafío del cómo escribir frente al falso problema de para qué o para quién escribir. Mi responsabilidad radica en hacer del lenguaje el problema central de la escritura. Es el lenguaje el que, desde una perspectiva propia de la filosofía de Wittgenstein, el que me impone los límites del mundo. La ética del cómo escribir va de la mano con los presupuestos de la ética de la forma en Paul Valéry. Es en la naturaleza simbólica, polisémica, multívoca de la lengua y en la dimensión alegórica de la escritura donde quedan establecidos los paradigmas éticos del escritor. Escribo para abrirle nuevos surcos al sendero complejo y vasto del presente y de la historia, pasada y por venir, y diezmar los demonios de las ideologías, los radicalismos, el odio y la cerrazón. Aborrezco, con igual intensidad, el capitalismo salvaje y el socialismo autárquico. Escribir me faculta para superar verbalmente el mundo y sus entuertos. Esta superación, esta transgresión estética de la ley omnímoda del absurdo posmoderno me coloca en la ensoñación poética de Georges Bataille. Escribo, pues, porque la lengua es, esencialmente, un bien común, una insoslayable conquista social y cultural; la más ingenua, la más fértil, la más demoníaca y santa, la más radicalmente libre de las victorias de la humanidad. Mantener vivo lo imposible deseable es, en verdad, escribir.

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VENIR CON CUENTOS. MUESTRARIO DEL CUENTO DOMINICANO El doctor José Rafael Lantigua presenta en este libro lo que llama “quince momentos del cuento dominicano”. Son los cuentos de 15 autores dominicanos, empezando por el maestro del género, el profesor Juan Bosch. Luego siguen Hilma Contreras, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz, René del Risco, Armando Almánzar, José Alcántara, Pedro Peix, René Rodríguez Soriano, Enriquillo Sánchez, Arturo Rodríguez, Diógenes Valdez, Rafael García Romero, Ángela Hernández y Pedro Antonio Valdez. Al final de cada cuento, una breve biografía literaria de su autor. Como toda selección, esta no dejará de ser polémica. Pero el autor afirma, en una introducción sobre la presencia del cuento en la literatura dominicana desde Bosch hasta nuestros días, que la “presente selección de cuentos dominicanos no está marcada por la linealidad y más bien atiende a la visión de la literatura como proceso”, ni se circunscribe a un orden de representatividades. El libro “Venir con cuentos. Muestrario del cuento dominicano” , consta de 150 páginas. Es una publicación de la Editora Nacional del Ministerio de Cultura. _ ____________________________________________________________________________

POLÍTICA CULTURAL EN REPÚBLICA DOMINICANA. RETO

APRENDIENDO MÁS DE DIOS

El poeta y destacado activista cultural Mateo Morrison nos ofrece la segunda edición de este libro, un documento que desde su publicación inicial, en 1997, ha sido referencia obligada en el diseño de políticas culturales. Esta obra consta de 111 páginas. Fue impresa en Editora Búho.

Este es el quinto libro en el que el sociólogo y diplomático Héctor Galván expresa todo el ardor, el compromiso y su visión de la fe cristiana, fe que ha abrazado con particular entusiasmo. “Aprendiendo más de Dios” es un texto de 191 páginas. Es un libro de Editorial Santuario.

LA HISTORIA

1900

NACIÓ EL 29 DE JULIO Eyvind Johnson, novelista sueco, premio Nobel en 1974. Sus obras más conocidas son “Odisea, Regreso a Ítaca” y “Los días de su majestad”.

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1918

VLADIMIR DUDINTSEV, escritor ruso, nació el 29 de julio. Tuvo muchos problemas por su oposición al régimen soviético. Sus obras, de denuncia, fueron muy críticas con el régimen, como por ejemplo “No sólo de pan vive el hombre” o “Los vestidos blancos”. Su trabajo fue finalmente reconocido durante la apertura de la Perestroika.

1931

DOMINIQUE LAPIERRE nació el 30 de julio.Escritor francés autor de numerosos best sellers, muchos de ellos escritos en colaboración con el escritor Larry Collins. Su obra más exitosa ha sido “La ciudad de la alegría”. También es autor de “O llevarás luto por mí”, “¿Arde París? y “El quinto jinete”. _

1944

FALLECIÓ el 31 de julio Antoine de Saint-Exupéry, escritor y aviador francés, autor de obras como “El Principito” (Le Petit Prince) o “Vuelo nocturno” (Vol de Nuit).

2001

POUL ANDERSON muró el 31 de julio. Escritor estadounidense de ciencia ficción que ha obtenido varios premios Hugo y Nébula. Uno de sus trabajos más conocidos es la novela postapocalíptica “El crepúsculo del mundo”, compuesta por tres relatos. También ha escrito novela policíaca y de fantasía. _

1884

RÓMULO GALLEGOS FREIRE NACIÓ EL 2 DE AGOSTO. Político y escritor venezolano, presidente de Venezuela, considerado como el novelista venezolano más importante del siglo XX y uno de los más grandes escritores latinoamericanos de todos los tiempos. Obras suyas como “Doña Bárbara” se han convertido en clásicos de la literatura hispanoamericana.


De señal a señal

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Richter en el Centro Pompidou de París

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DELIA BLANCO

HOY

erhart Richter, probablemente el mayor de los pintores alemanes contemporáneos, expone actualmente y hasta el mes de septiembre en el Centro Pompidou de París. Recordamos sus declaraciones determinantes en su posicionamiento como pintor y artista contemporáneo que influenció las tendencias de la pintura europea a partir de los años 60. … “Yo, no respondo a ninguna intención, a ningún sistema, a ninguna tendencia, no tengo ni programa, ni estilo, ni pretensión. Me gusta la incertidumbre, el infinito y la inseguridad permanente”… Con estas declaraciones, captamos abiertamente la personalidad de un artista libre y liberado de las modas, tendencias e influencias. El Centro Pompidou de París toma una inteligente decisión exponiendo una muestra homenaje a uno de los mayores pintores contemporáneos de los últimos cincuenta años. Podemos visualizar 150 obras fundamentales, contribuyentes del conjunto de la historia del arte del siglo XX. Desde los inicios de su carrera artística, Richter manifestó su capacidad de reinventar y renovar permanentemente su obra, experimentando giros pictóricos muy diferentes, desde las fotos-pinturas de los 60, y luego trabajó en una tendencia abstracta monocrómica, con una gran fuerza en el gesto y el trazo. Su obra reinterpreta la historia del arte, sobre todo, cuando se inspira de los retratos y de los paisajes de los maestros clásicos. En los años 90, Richter impone sus logros estilísticos con un procedimiento en su obra abstracta cuyos colores extiende con una tabla de madera o metal, creando unos espacios de colores ácidos, influyentes sobre el movimiento. El Centro Pompidou toma en cuenta todos los giros del artista, como también lo consideraron los curadores y comisarios de la Nacional Galerie Staatliche Museum de Berlín, y la Tate Modern de Londres. Todo el homenaje pictórico está expuesto en diez salas que presentan, cada una, sus especificidades técnicas y conceptuales. La sala dos nos revela sus desacuerdos con Marcel Duchamp, quien anunciaba que la pintura desaparecía como medio artístico en el escenario de la creación. Como respuesta, Richter ejecutó grandes lienzos representando nubes, paisajes y montañas, reclamándose así heredero de la tradición romántica alemana. Otros cuadros nos revelan el ánimo psicológico e intelectual del artista, con obras de carácter intimista, como el gran período de incertidumbre e infelicidad que le condujo a grandes formatos figurativos que luego borraba con grandes capas de pintura gris.

karel

Este artista que enfrentaba el entorno de su realidad tanto política como social, fue muy marcado y angustiado por la crisis de la sociedad alemana de los años 60-70, décadas marcadas por la división oeste y este, a la vez, amenazada por los balbuceos de la guerra fría, dando emergencia a grupos revolucionarios anarquistas y nihilista como lo fue la Banda de Bader. Por tal razón, la sala nueve expone la obra “18 de octubre de 1988” que evoca la muerte de los líderes en la Cárcel de Stammein. Volver a la obra de Richter, gracias a esta retrospectiva, es una extraordinaria oportunidad de comprender a través del arte los matices de una sociedad. Es una obra profundamente alemana, en el sentido en que el artista tenía 15 años cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, lo que significa que no pudo evitar la secuela de uno de los conflictos mayores el siglo XX. Entendemos sus obras de retratos de tíos vestidos con uniformes nazis, de una tía asesinada por los mismos nazis, dentro de las huellas que dejó la ideología impuesta por Hitler y sus seguidores. Este artista vivió bajo el nazismo y el comunismo, su obra es una sublime resistencia a estas dos ideologías. Vivió toda su juventud en Alemania del Este de aquellas décadas 60-80, marcadas por la mentira. En toda su obra parece que el artista renunció a la palabra y prefirió el lenguaje de las formas y de los colores, el lenguaje interior hecho forma en la obra visual, porque hablar siempre fue un riesgo y un peligro, sobre todo, frente

a los jefes del pensamiento autoritario y totalizante. A partir de cada una de las 10 salas del Pompidou, el público tiene la oportunidad de leer una obra con todos sus detalles, tanto históricos como intelectuales y visuales. La exhibición está montada como si estuviéramos frente a un catálogo razonado, y la selección de las obras es la lectura de todo un pensamiento, porque Richter es, ante todo, un pensador frente a los acontecimientos y las crisis de su tiempo. Con esta obra en su conjunto asistimos a la revelación de la sociedad alemana de la posguerra, una sociedad desgarrada entre la separación de sus hijos por el Muro de Berlín y la alarmante sociedad de consumo de esos años. Richter pertenece, como lo hizo en el cine Fassbinder, a una generación que sufrió las consecuencias del nazismo. Su obra le permite ir más allá de las frustraciones y de los sufrimientos, para entonces, ofrecer a través del arte nuevas propuestas de reflexión objetiva sobre el devenir de la sociedad europea. La exposición Panorama está abierta al público hasta finales de septiembre del 2012, y es una manera de alcanzar a través de su lectura referentes éticos e históricos sobre la pintura contemporánea en todas sus expresiones técnicas, y a la vez, reflexionar sobre el arte frente a las grandes crisis de la humanidad. Richter a través de toda su obra demostró ser un artista comprometido con la sociedad y la democracia. Su producción artística responde a los planteamientos filosóficos del artista, con valor y compromiso. Con él la pintura sigue demostrando que su alcance es inacabable, y que sus recursos técnicos y visuales no se limitan a discursos y a manifiestos, porque dentro de la poética visual, la pintura tiene todo su espacio universal. Por esto, nos parece un gran acierto que se hagan homenajes a los maestros para obervar con distanciamiento el valor y la vigencia de sus obras. La pintura alemana de la posguerra ha marcado varias generaciones y propuesto nuevos recursos técnicos y de composición para las nuevas generaciones, tanto a través de abstraccionismo como del expresionismo, y de la figuración libre. Nos place confirmar que el Centro Pompidou sigue siendo desde su inicios un centro que mantiene fidelidad a las retrospectivas más significativas de la historia del arte contemporáneo, y la obra de Richter es una de ellas.

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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/Por Julio González

Apellidos únicos (8 de 8) SIMÓ: Ernesto Simó Ross (1844-1921) llegó hacia 1863 a Santiago. Había nacido en Barcelona, España. SMESTER: Llegó a Santiago en 1870 Pablo Smester, natural de Pointe-a-Pitre, Guadalupe. SOCÍAS: Gabriel Socías Gordiola (1845-1893) de Palma de Mallorca, España, se radicó y casó en Puerto Plata. SOUSA: Constantino Sousa llegó de España a principios del siglo XX. STÉFANI: Los hermanos Pedro (1849-1944), Vittorio y Pilade Stéfani (1854-1928) trajeron el apellido desde Barga, Lucca, Italia a Santiago hacia 1875. STERLING: Nicolás Sterling Desfonges (f. 1778) llegó desde San Marcos, Haití, a mediados del siglo XVIII. STUBBS: Desde las islas Turcas y Caicos llegó a Samaná a mediados del siglo XIX Hempden Stubbs. STURLA: A mediados del siglo XIX llegó de Arenzano, Génova, Italia, Juan Bautista Sturla (1856-1891). SZABÓ: Carlos Szabó, nacido en Budapest, Hungría, llegó al país en 1937. TAPOUNET: Procedente de Arrose, Pirineos Bajos, Francia, llegó a Puerto Plata a fines del siglo XIX Vicente Tapounet Siro (1875-1943). THOLENAAR: Frantz Johann Tholenaar (n. 1915) llegó a San Pedro de Macorís a principios del siglo XX procedente de Holanda. THOMÉN: Desde Baerendort, Alsacia, Francia, llegó a mediados del siglo XIX Jacomo Thomén Mayer (n. 1823). THORMANN: Hacia 1870 llegó a Santo Domingo Guillermo Ricardo Thormann (n. 1851) procedente de Hamburgo, Alemania. TIÓ: Pedro Tió Llovet (n. 1839) trajo el apellido desde Cataluña, España, a mediados del siglo XIX. TOLARI: Pablo Tolari Spanu (1929-2010) nativo de Iglesia, Cerdeña, Italia, llegó en 1956 a Santo Domingo. VANDERHORST: En la década de 1850 llegó a Samaná Peter II Vanderhorst. Procedía de New York, Estados Unidos. VICINI: En 1859 emigró a Santo Domingo Juan Bautista Vicini Cánepa (1847-1900). Era oriundo de Zoagli, Génova, Italia. VICTORIA: Procedente de Bordeaux, Francia, llegó a fines del siglo XVIII Juan Abraham Victoriá Oben (f. 1819). VILA: Desde Santiago de Cuba llegó a Santiago de los Caballeros a mediados del siglo XIX Juan Antonio Vila Varona (f. 1887). VILASECA: A finales del siglo XVIII llegó desde Mataró, Cataluña, España, Juan Emeterio Vilaseca Bosch. VILLALÓN: Pedro Manuel Villalón Valerino (n. 1841) llegó a mediados del siglo XIX de Santiago de Cuba a Puerto Plata. VIÑAS: A principios del siglo XIX llegó de Cataluña, España, Jaime Viñas. VITIELLO: Aniello Vitiello llegó a Santo Domingo a fines del siglo XIX desde Nápoles, Italia. WEBER: Desde Curazao llegó Juan Enrique Weber (n. 1829) a mediados del siglo XIX. WESTERN: Charles Maurice Western (1788-1875), de Holanda, se radicó en Puerto Plata. WHIPPLE: Desde Kingsbridge, New York, llegó a Santiago a principios del siglo XX Lowell Sharman Whipple Kirkpatrick (1893-1945). YARYURA: En 1927 llegó Camille Yaryura de Zgartha, Monte Líbano, Líbano. ZELLER: De Hamburgo, Alemania, llegó a Puerto Plata a mediados del siglo XIX Gustav Ludwig Heinrich Zeller Krohn (1819-1880). ZOUAIN: Simón Moisés Zouain (1878-1927) llega a fines del siglo XIX a Santiago procedente de Siria. Muchos otros apellidos únicos existen en el país producto de valiosos y emprendedores inmigrantes llegados al través de los últimos siglos. Instituto Dominicano de Genealogía

Encuentros

HOY

MU-KIEN ADRIANA SANG

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¿Cuánto es más?

Lo que puede el dinero Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar; Al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo al mudo le hace hablar; el que no tiene manos bien lo quiere tomar. También al hombre necio y rudo labrador dineros le convierten en hidalgo doctor; Cuanto más rico es uno, más grande es su valor, quien no tiene dinero no es de sí señor.... En resumen lo digo, entiéndelo mejor, el dinero es del mundo el gran agitador, hace señor al siervo y siervo hace al señor, toda cosa del siglo se hace por su amor.

Arcipreste de Hita

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uisiera que alguien me explicara hasta dónde puede llegar el deseo desmedido de acumular riquezas. Esta sociedad del espectáculo se sustenta en la apariencia de las cosas y en el peligroso tener. Don dinero es el dueño y señor de la vida de los otros. El infierno vive en la tierra. Los fuegos eternos del imaginario dantesco tienen sus nombres en marcas exclusivas de objetos de lujo, símbolos de distinción y exclusividad. Exhibir sus productos impresos con sus nombres es signo de superioridad y prestigio adoptado. A nadie interesa que Sobeida, la mujer casada y con hijos, que se hizo amante de un narcotraficante, fuese hecha presa. Lo importante era presenciar el espectáculo tragicómico. Mientras llevaba las esposas en sus muñecas, llevaba consigo una cartera Louis Vuitton, que valía más de diez salarios mínimos. Dicen que la cartera se agotó en pocos días. Las que no podían adquirirla compraron imitaciones baratas o caras. En fin, la comedia humana del desgarrador espectáculo prosiguió. La aparición de la amante del narco en cada sesión del juicio, era una pasarela. Era más importante notar y anotar su forma de vestir que las acusaciones por complicidad en ocultar dinero y posesiones mal habidas. Yo me pregunto, ¿cuánto dinero necesita un narcotraficante para sentirse dueño y señor? ¿Cuánto lujo debe exhibir el amo de pacotilla, hecho a fuerza de la sangre de los que mata y de las vidas destrozadas que consumen su veneno? Por saber matar y vender sustancias venenosas elevan su ego, y muestran con orgullo las riquezas teñidas de sangre y vergüenza. La corrupción, pública y privada, se ha apoderado de nuestra sociedad. La corrupción estatal es algo tan normal que no aterra, ni sorprende, ni avergüenza. Muchos de los funcionarios corruptos exhiben sus riquezas sin pudor alguno. Ellos fueron los que llegaron al Estado para asaltar el poder y recuperar con creces las inversiones hechas en las largas caravanas, en las caminatas de campaña y en la lealtad a toda prueba gracias al silencio cómplice, a cambio de que sus alcancías personales se repleten de dinero, de títulos de propiedades y de bienes. No les avergüenza crear al vapor compañías fantasma si pueden licitar, con la seguridad de ganar en cualquier negociación. Y vuelvo y pregunto, ¿cuánto es más para esta gente? Su ambición no tiene límites. Su sed de poder y dinero es inconmen-

surable, el cielo está muy cerca para sus ansias de acumulación. Su ambición de tener sobrepasa las nubes. La corrupción privada también existe. Estoy convencida de que si hay un corrupto, existe un corruptor. La imagen del hombre del maletín llena de dinero que pulula por los pasillos del Congreso, no es una invención, pero ha cambiado. No se necesita andar con fajos de billetes. Las cosas hoy son más tecnológicas. Basta con un número de cuenta y una transferencia electrónica bien hecha. La confabulación de las partes es lo que ha permitido que la corrupción se denuncie, pero nadie acepte la responsabilidad de colocar el cascabel donde tiene que estar. ¿Cuánto dinero se necesita para tener casas más grandes, mansiones más lujosas, carros más costosos y vestimentas más exageradas y estrambóticas? ¿Cuánto dinero necesitan para derrochar sin control? Sé muy bien que esta pregunta ¿cuánto es más? es mera retórica. Mientras las calles de la ciudad siguen agujereadas con hoyos tan grandes que impiden una marcha regular, los responsables de su reparación se conforman con disfrutar el poder y resolver todos sus asuntos personales. ¿Cuántas cenas lujosas más debemos celebrar para repartir los restos, los sobrantes a los pobres que esperan? Me avergüenzo de formar parte de esta sociedad vacía, insolidaria, hipócrita y aberrante. Me avergüenza saber que los niños (¡mi nieto!), el futuro del país, tienen este espectáculo deprimente como su principal referente. ¿Cómo podemos enseñarles que la solidaridad es una virtud, y que el trabajo digno, arduo y tesonero es la clave para el éxito? ¿Cómo decirles que es más importante su alma buena que tener muchas riquezas? ¿Cómo decirles que deben respetar la ley, cuando los primeros en violarla son los detentores de los poderes públicos? ¿Cómo decirles que el castigo es la consecuencia lógica de las malas acciones, cuando ellos presencian que el dolo, el robo y el crimen sigue impune en esta sociedad? ¿Cómo defender la democracia y sus instituciones, cuando ellos ven que la independencia de poderes es retórica constitucional? Por favor, díganme cuánto es más. Díganme si hay límites. Mi alma está triste. Necesito respuestas. Necesito señales.

Solo le pido a Dios Que el dolor no me sea indiferente Que la reseca muerte no me encuentre Vacío y solo sin haber hecho lo suficiente Solo le pido a Dios Que lo injusto no me sea indiferente Que no me abofeteen la otra mejilla Después que una garra me arañe esta frente... Solo le pido a Dios Que el engaño no me sea indiferente Si un traidor puede más que unos cuantos Que esos cuantos no lo olviden fácilmente Solo le pido a Dios Que el futuro no me sea indiferente...

Leon Gieco


LEÓN FÉLIX BATISTA

Literatura

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HOY

Venir con cuentos D e acuerdo a los distintos diccionarios del español coloquial, “venir con cuentos chinos” o con cuentos, simplemente, es contarle a uno cosas no interesantes o mentiras. Y María Moliner, en su consultadísima obra lexicográfica, al referirse al uso de frases tales como: venir como anillo al dedo, decir lo que viene a la boca, venir a la boca, venir a la cabeza, venir al caso, venirse el cielo abajo, venir a cuentas, venir a cuento, venir con cuentos, etc., indica que el verbo venir, seguido de un infinitivo o de otra palabra significa que la acción realizada por alguien se considera “inoportuna o injustificada, por ejemplo: ¿a qué viene mostrarse ahora tan amable, ¿a qué viene comprarse otro coche?, ¿a qué viene todo esto?”. Pues bien: nosotros, siguiendo tanto el trillo de Vargas Llosa en “La verdad de las mentiras” como el de la filóloga española, el uno desde la práctica y el otro desde la ciencia, buscaremos responder antes de que ustedes nos formulen la pregunta: “a qué viene Venir con cuentos?” Y es que ambos sentidos, aparentemente de una sutilísima, inasible, carga negativa, nos resultan sin embargo muy útiles al momento de abordar este Muestrario del cuento dominicano. Podrían ser mentiras –y algunas sí lo son, en parte o en esencia– las historias que nos cuentan los cuentistas, mas lo son sólo a raíz de que su punto de partida es la envoltura de ficción en los hechos que construyen como historias. Y quizás no estemos lejos de también considerar estas historias, navegando paralelos a María Moliner, “inoportunas o injustificadas”. ¿Ello por qué? Pues porque la literatura de ficción, incluso cuando invade el terreno de lo histórico-social, aparece preñada de la imaginería del autor, como si todo proceso escritural fuera una destilación personalísima de la realidad. Siempre un punto de vista, una visión: una versión, digamos, del suceso. ¿Y a qué viene el poeta José Rafael Lantigua con este libro ahora? Veamos qué nos dice en contratapa, para entender a qué: “Quince momentos del cuento dominicano, desde ángulos y licencias variadas y, a veces, contrapuestas, conforman la presente selección, que no está marcada por la linealidad y más bien atiende a la visión de la literatura como proceso. Tampoco se circunscribe a un orden de representatividades, sino a un modelo que busca diseñar el comportamiento de una literatura conforme las técnicas, estilos y temas abordados por los autores seleccionados. Aunque la marca una cronología, ésta no es determinante. No sabemos si algunos de los maestros del género invocados lo han escrito, pero si el cuento es deleite y sorpresa, con la misma intensidad debe ser también provocación. Un esquema narrativo moderno se ajusta, pues, a presupuestos técnicos donde la norma sea precisamente la variedad, la diversidad, la falta de normas. Justo lo que esta muestra ofrece a los lectores.” Viene a cuento, entonces, que Venir con cuentos pretende trazar un espectro amplio en la generalidad de la cuentística dominicana contemporánea, habiendo elegido piezas de Juan Bosch, Hilma Contreras, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz Maggiolo, René del Risco Bermúdez, Armando Almánzar Rodríguez, José Alcántara Almánzar, Pedro Peix, René Rodríguez Soriano, Enriquillo Sánchez, Arturo Rodríguez Fernández, Diógenes Valdez, Rafael García Romero, Ángela Hernández y Pedro Antonio Valdez. Nombres todos indiscutibles, sabiendo que faltan nombres, que siempre faltarán nombres. De ahí que el libro eluda ser una antología, y se proponga como un muestrario, una motivación de arranque a la lectura de nuestra narrativa corta, género en el que nos vamos afianzando tan fuertemente que sus raíces cruzan lechos de océanos y se implantan en otros países. De modo que, repito, antología no: ¿quién se va a creer ese cuento? Venir con cuentos parte de Bosch porque, según su compilador “con Bosch nacía, sin duda alguna, una nueva forma literaria de contar, historias novedosas que configuraban un ejercicio de desvelos aquietados por el ambiente cerrado de la dictadura y que en los nuevos narradores abría un novísimo espacio para enriquecer una cuentística que nacía apremiada por la nueva realidad.” Pero también recuerda nuestro autor que “cuando Bosch regresó a Santo Domingo a fines de 1961, ya había una cuentística importante, y sin dudas señera. Existían las

obras de Ramón Marrero Aristy, José Rijo, Freddy Prestol Castillo, Néstor Caro, Ángel Hernández Acosta, Hilma Contreras, Ramón Lacay Polanco, J.M. Sanz Lajara y Virgilio Díaz Grullón. Y estaba comenzando a descollar el cuento de Marcio Veloz Maggiolo, Ramón Francisco y Carlos Esteban Deive, para anotar sólo algunos ejemplos. O sea, estaba labrada una cuentística de impronta saludable que afirmaba la cuantía y calidad del género en nuestra historia literaria. Empero, es a mediados de los años sesenta cuando va a producirse una explosión iluminante y sorpresiva en el recorrido histórico del cuento dominicano. Han ocurrido ya varios hechos esenciales desde el punto de vista socio-político que marcan definitivamente la labor literaria, como dejan marcada sin dudas el alma del país: el ascenso de Bosch al poder, su efímero mandato de siete meses cortado por la codicia cívico-militar de la época, la revuelta armada de abril de 1965, frustrada por la segunda intervención militar norteamericana del siglo en República Dominicana y la celebración de elecciones, con los marines todavía interviniendo la nación, que terminan con el ascenso al gobierno de Joaquín Balaguer. Estas situaciones socio-políticas marcan el rumbo de la literatura de la época y originan la explosión literaria señalada, donde el cuento adquiere importancia capital y distintiva. Es cuando surgen los concursos de la agrupación cultural La Máscara, que tendrá a Bosch entre sus jurados, luego seguidos hasta la fecha por los de Casa de Teatro, certamen donde ha nacido y crecido en las últimas décadas el cuento dominicano y a través del cual puede perfectamente estudiarse la trayectoria del género en el país.” Nada sale de la nada: nadie me venga con ese cuento, pues son el trabajo crítico de años y los kilómetros de páginas recorridos como lector incontinente, los que han permitido a José Rafael Lantigua brindarnos este manjar de narrativa rápida en formato 6x9. Su sustanciosa selección, como nos cuenta, “ejemplariza formas y estilos diversos: el criollismo de óptica impresionista de Juan Bosch; la metáfora poética de Hilma Contreras, la primera mujer cuentista dominicana; la sombra psicológica dentro de una visualidad urbana de Virgilio Díaz Grullón; el retrato de caracteres desde la visión experimental de una realidad epocal de Marcio Veloz Maggiolo; el tema urbano desde la memoria nostálgica de René del Risco Bermú-

dez; la agudeza verbal desde un lenguaje coloquial que cifra sucesos y memorias de Armando Almánzar Rodríguez; la visualización de una realidad mágica de José Alcántara Almánzar; la experimentación en el desborde imaginativo de Pedro Peix; la narración renovadora de vivencialidad posmoderna de René Rodríguez Soriano; el esqueleto demiúrgico dentro de una prosa narrativa solemne y confluyente de Enriquillo Sánchez; el juego de la cotidianidad en el expresionismo desacralizador de Arturo Rodríguez Fernández; la linealidad ortopédica con el vitalismo explorante de Diógenes Valdez; el trazo poético en una armazón delirante de Ángela Hernández Núñez; la magicidad absorbente y crítica de Rafael García Romero; y, la ficción como juego de notas marginales en una estructura alternante de Pedro Antonio Valdez.” Desde nuestros primeros abordajes a las letras como cultura-nación, las plumas dominicanas siempre vienen con un cuento. Tan temprano como el siglo XIX con Angulo Guridi, Deligne, Deschamps, Perdomo, Penson, hasta el afianzamiento del género en sí en el siglo XX con Virginia Elena Ortea y José Ramón López. Y en el siglo XXI, además de los cuentistas incluidos que vienen con cuentos hoy, narradores de fuste como Jeannette Miller, Néstor Caro, Alcántara Almánzar, Marcallé Abreu, Holguín Veras, Tejada Holguín, Avelino Stanley, Máximo Vega, Miguel Aníbal Perdomo, José Bobadilla, Llibre Otero, José Acosta, César Zapata, Pastor de Moya, Luis Martín Gómez, Rey Andújar y un largo etc que se me escapa… parece el cuento de nunca acabar! Este es un libro ameno, ágil y a la vez muy contundente, con la riqueza propia del arco que describe una tradición narrativa con personalidad propia. Y es además la selección de un escritor agudo, dueño de un ojo avizor, enterado del más mínimo signo rescatable de la cultura dominicana. De modo que, lector, déjate de cuentos. Cuando no es cuento es otro: no me vengas con el cuento de que no puedes leer. Sumérgete en este libro que te cuenta, en 15 cuentos, tu contemporaneidad.

(“Venir con Cuentos”, muestrario del cuento dominicano. José Rafael Lantigua. Editora Nacional, 2012. 149 pp.)

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AREÍTO

Sábado 28 de julio de 2012

Viaje por la historia

HOY

ÁNGELA PEÑA

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MELVIN MAÑÓN R. Personaje de mil facetas PEDRO SOSA

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ancracio Melvin Alexander Mañón Rossi tuvo un temerario historial de lucha militando, dirigiendo, organizando, educando, entrenando y entrenándose militarmente en una izquierda que, en cuanto a él, está dividida entre los que le admiran, condenan, juzgan o perdonan lo que pudo haber de oscuro en su pasado, sobre todo el que vivió en Cuba cuando abandonó el proyecto político que lo llevó a ese país para ponerse a las órdenes de la revolución cubana. Hubo un tiempo en el que lo marginaron porque supuestamente traicionó a Caamaño y esa creencia aún perdura en muchos que no lo aceptan en sus círculos a pesar de sus dotes de escritor, historiador, analista, de sus libros e indiscutible inteligencia que dicen ha puesto al servicio de causas indecorosas. Para ese grupo todavía es un tránsfuga. Sin embargo, allegados al líder de 1965 y a otros revolucionarios le defienden y respetan, exculpándolo de ese karma que ha marcado su carácter y le hace despertarse un día feliz y otro indignado. Probablemente no hay en la República alguien con mayor conocimiento de interioridades de los socialistas del patio, de la vida de Caamaño en Cuba, de la revolución de Fidel. Ciertamente, Melvin participó en operaciones secretas para los cubanos. Su causa era aquel sistema y por eso se fue a La Habana, confiesa, y nunca se sintió tan honrado como cuando dio el sí a Julián López Díaz, “Jesús”, para desempeñar misiones confidenciales. Era su sueño. Amaba el espionaje. “Experimentaba cierto deleite, te da una sensación de superioridad. Podía presumir de reaccionario, sinvergüenza o maricón, lo que exigiera” el encargo. Se separó de sus compañeros dominicanos, su discurso cambió y el adiestramiento le proveyó de un instrumento que los demás no tuvieron: “la capacidad de ver las cosas no como queremos que sean, sino como son”, afirma. Pero en esa condición, también se ocupó de la seguridad de Caamaño, que “no tenía un aparato que lo defendiera de la agresión del enemigo”. Montó para el aguerrido coronel un mecanismo de inteligencia y contrainteligencia para protegerlo a él y su organización y levantarle información de adversarios o infiltrados. Escucharlo es fascinante por el relato de los reveladores acontecimientos en que fue protagonista, por su léxico rico, su expresión fluida. En cuatro horas se conoce un personaje que no está reflejado en sus memorias diversas con tanta espontaneidad, sin amañar situaciones ni calcular palabras. No es ni fue agente de la CIA, ese organismo, manifiesta, no le merece respeto, “es mediocre, suple con tecnología y brutalidad lo que le falta en inteligencia”. Colaboró con Balaguer en 1986 a pesar de haberlo combatido y lamenta que lo mandó “al carajo” -por su temperamento-, porque aprendió mucho con él y le descubrió facetas meritorias, a su juicio. “Era, con la sola excepción de Antonio Guzmán, más honesto que todos los presidentes posteriores a él, más nacionalista, con una visión de la nación dominicana más coherente, y no para tapar sus crímenes, solo para que se entienda que es tan responsable de una cosa como de la otra”. Le visitó cuando decidió dejar de enfrentarlo. Vivía acusado por la izquierda y vigilado por el DNI. En junio de 1973 Max Puig le comunicó que los organismos de seguridad estaban sobre su pista. Él y Federico Lalane, “que fueron los que me ayudaron a sobrevivir”, le presionaban para que se fuera o asilara “porque entendían que yo era un riesgo para ellos: era lo único que los vinculaba a Caracoles”. Les dijo que iba a reflexionar pero buscó a su padrino Marcos Jorge Moreno para que preguntara a Balaguer si lo dejaban tranquilo con el compromiso de que no conspiraría. Balaguer contestó: “Dígale a su ahijado que el Gobierno no tiene objeción pero que dada la gravedad de los hechos en que está involucrado, y por su propia seguridad, no puedo aparentar ante los organismos que estoy pasándoles por encima. Que si está dispuesto a dar declaraciones al DNI”.

Melvin Mañón es claro: amaba el espionaje, le daba una sensación de superioridad.

Erland Mañón, padre de Melvin, en “Complot Develado”.

“Lalane y Max se horrorizaron” pero Melvin fue varias veces al Departamento Nacional de Investigaciones y ante preguntas sobre figuras y acontecimientos contestaba: “Vine a referir lo hecho por mí, a salirme de una conspiración no de bandos”. Quedó libre pero sin abusar y rehuyendo ambientes de izquierda. Su próxima aparición fue tras el asesinato de Orlando Martínez, sobre el que lo acusaron de ser “coautor”. La Policía lo llevó junto a Rafael Luna y Diómedes Mercedes al Palacio de Justicia. “Éramos amigos, nos conocíamos desde antes de la revolución, Orlando era un intelectual y yo también”. El fascinante jefe del MPD. Nació en Puerto Plata el 17 de julio de 1944, hijo de Mariucha Rossi y Erland Mañón, del 14 de Junio, estuvo preso y fue torturado en La 40. Figura en el “Complot Develado”. Melvin vivió el drama del último arresto, en 1960, y la forma inhumana en que lo pasearon por el pueblo. Ese hecho y el desembarco de 1959 despertaron su oposición a Trujillo. Estudió en la escuela Venezuela, de Santiago, donde le dieron medalla de honor. Después se trasladó a “Ciudad Trujillo” y pasó a la escuela Argentina. Volvió a Puerto Plata y cursó secundaria en el liceo José Dubeau. Fue de la Unión Cívica pero la encontró “muy conciliadora” y pasó al Movimiento Popular Dominicano cuando a la “Novia del Atlántico” llegaron Máximo y Tico López Molina. En 1962 lo escogieron para ir a entrenarse a Cuba pues se había convertido en el principal dirigente estudiantil de Puerto Plata. El viaje se frustró y llegó a jefe del MPD en esa y otras localidades. La vivienda fue allanada y él apresado; recobró la libertad y tomó parte en el alzamiento de Cevicos, y entre cárcel, clandestinidad y otras acciones transcurrió su vida en esa agrupación. Disfrutó de “inmunidad burguesa” con las mediaciones de Jorge Moreno para sus liberaciones. El 24 de febrero de 1967 se fue a La Habana y además de entrenarse cultivó papas, sembró caña, des yerbó, sembró guineos, recogió plátanos. Ha sido maestro de escuela, catedrático, ha casado cuatro veces, tiene ocho hijos y ha pasado por cuatro universidades, la UASD y otras en Washington, Colorado y Virginia. En la extensa conversación surgen además los nombres de José Augusto Puig, Luis Ginebra, Segundo Imbert Barreras, Rubén Díaz Moreno, Toño Jorge, Tácito Perdomo,

Melvin más joven.

Arrestado tras el asesinato de Orlando Martínez.

Guillermo Rubirosa Fermín, Ilander Selig, Félix La Hoz, Joseph Toussaint, Cayetano Rodríguez, Leopoldo Grullón, Francisco López Molina, Maximiliano Gómez, Henry Segarra, Jorgito Puello, Ramón Martínez, Fafa Taveras, Virgilio Perdomo, Amaury Germán, Fidel Castro, Jottin Cury, Rafael Kasse Acta, Carmen Rita Morera, Sagrada Bujosa, Toribio Peña Jáquez y otros. Se extiende al explicar que se enteró del desembarco de Caracoles por Sagrada y Carmen Rita. Trabaja en una finca de su propiedad, lee, escribe, habla ruso, alemán, italiano, español, francés, inglés. Dice que la izquierda dominicana está hoy donde él estaba hace 20 años aunque algunos están reconociendo los errores de los viejos. Respecto a la acusación que le ha perseguido comenta que “en un barrio, el primero que grita ¡hay un ladrón! es el que robó, es parte de un mecanismo de protección”. Son inmensas las aventuradas vivencias de este escritor, sociólogo, politólogo, que ha viajado por el mundo muchas veces con nombres y apariencias falsos. Casi todo está contado en Para que me conozcan, Juicio a Fidel, Travesía, Guerras de purificación y Operación Estrella, que va por cinco ediciones, entre otras.


Aporte

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Sábado 28 de julio de 2012

La vida es tiempo

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OFELIA BERRIDO

HOY

l “tiempo” es algo verdaderamente fascinante. Cuando vemos una mujer joven sabemos que carga en su vientre la potencialidad de germinar vida, en ella viven las células que al unirse a las del hombre producirán un hermoso estallido de energía fecundante y transformadora. Mágico momento en el cual la vida palpita en su matriz y poco a poco aquellas dos células primarias se multiplican en hermosos patrones circulares hasta que horas después se va formando el embrión. La vida ya presente se transforma en el “tiempo”. Se desarrolla como la espiral de la vía láctea; como la de los abanicos de las conchas; la hoja nueva del helecho que poco a poco desarticula la forma original curvada en sí misma; la espiral como laberinto, forma logarítmica, hiperbólica… Espiral como el ciclo del Sol que nace, muere en la noche y renace al despertar... ondulaciones e invaginaciones del “tiempo” que pasa. La espiral como modelo preciso de la vida que sucede y se transforma en el “tiempo”. Luego, el milagro de la vida marca el “tiempo” a través de unas sensaciones dolorosas llamadas contracciones que avisan la llegada de un ser. Y el médico vaticina “ya es tiempo”. Un ser diminuto, que ya existía, se muestra en este lado del mundo. Arriba a un nuevo espacio en el “tiempo”. Luego la madre lo amamanta y llega el “tiempo” de ir a la escuela, de casarse, de tener hijos, de envejecer y de morir. Entonces los que lo conocían dicen… ya era hora: se acabó su “tiempo”. Pero qué son todos estos cambios sino la transformación del mundo en el “tiempo”. Qué es el polvo del fallecido que fertiliza la tierra sino el ser transformándose en el “tiempo”. Qué es la semilla que cae sobre la tumba y se convierte en flor sino la vida en el “tiempo”: Antes semilla…ahora flor; antes semilla… ahora árbol, ahora madera, casa, fuego, vida… Qué es el “tiempo” sino la transformación de la vida. Como esclarece Dogen: “Todas las existencias suceden en el tiempo y el tiempo son todas las existencias”. ¡Quién eres tú sino el tiempo que sucede a través de ti? ¿Qué es el tiempo sino tú y yo, y todos? No hay ayer: Ya partió, ya sucedió, ya se perdió. El mañana aún no ha llegado, no existe la posibilidad de vivir hoy el mañana. Lo único que tenemos es el fugaz “ahora” como una breve inspiración de todo lo que contiene el universo o como una espiración de toda la oscuridad que hay dentro de nosotros como una forma de liberarnos de todo lo que nos empobrece. Este “ahora” que al instante de vivirlo se convierte en el irremediable pasado es lo que tenemos. Vivir el “ahora” a plenitud a toda conciencia para

que nuestra experiencia de vida se convierta en una continuidad plena que dé sentido a la existencia es vital. Morar sin juicios ni prejuicios, sin egoísmos, sin hacer daño para “ser” en cada momento, y no solo pulular en una existencia infecunda. Dar vida a los actos ordinarios y no vivir en el sopor de un existir caótico y sin rumbo. Vivir una vida asfixiante es terrible, como la que vive aquel que siempre desea lo otro, lo ajeno… porque no es capaz de valorar lo que la vida le ha puesto en su camino. El “tiempo” que se acaba es una preocupación constante en el ser humano que no entiende que él es el mismo “tiempo”: “Tiempo” de lluvia, de sequía, de risas, de lágrimas… Él es todo en el tiempo, él y el tiempo son uno. No hay diferencia. Solo aquel que desea constantemente vivir una vida problemática pierde el momento: Aquel que viendo el mar desea la montaña; que amando su mujer desea jugar pelota; el que comiendo una buena fruta desea un pescado. Solo aquel incapaz de hacerse uno con el aquí y el ahora vivirá perdiendo su tiempo. Perdiendo la oportunidad de vivir despiertos, y a cambio, anhelará un tiempo ajeno, inexistente para él y así se perderá de la posibilidad de la integración que permite disfrutar las acciones conscientes del ser humano centrado. ¿Qué es para nosotros el tiempo? La estructura del sujeto, las formas puras de nuestra sensibilidad de las que habla Kant o el absoluto tiempo de Newton que no depende de nosotros y que solo es un receptáculo donde suceden los hechos. Genji, una de las primeras novelistas y gran poeta japonesa, tenía la habilidad de penetrar el momento en su totalidad… Veamos estos simples pero prodigiosos versos de la escritora donde nos muestra el peligro de vivir sin sentido porque se corre el riesgo de encontrarnos, cualquier día, conque todo acabó: “Con la premura por abandonar este mundo de rocío Podría desvanecerse el tiempo entre el principio y el fin.” Observemos cómo el poeta Noé Zayas, que suele nadar en las profundidades del ser, trata en su obra “Navegar en lo seco” el “tiempo” que se acaba: “La ingenuidad del hombre está en no despertar temprano, En no hacer tumba de piedras donde enterrarse vivo, En no haber inventado rostro para ocultar sus rostros. ¡Ah estamos indefensos! Desmemoriado el cuerpo se recrea en fuentes íntimas. Corremos en el bosque siempre oscuro del río que bebemos. Desde el día anterior la muerte nos espera.”

Zayas, poeta “interiorista” de San Francisco de Macorís, canta a la desesperanza del que no sabe quién es ni a qué vino a este mundo y perdiendo su “tiempo” a cada paso pierde, también, la esperanza de un despertar, pero la muerte lo espera para revelarle el secreto. Vivimos en la tierra expuestos a una gravedad media que nos permite que este flexible “tiempo” pase lento y con ello nuestra vida como si las leyes físicas se combinaran para darnos el “tiempo” necesario para lograr lo que vinimos a realizar. Quizás algún día todo se trastorne y la gravedad se haga ligera y el tiempo pase rápido, muy rápido y ya no tengamos el “tiempo” que hoy tenemos o que la gravedad sea tan fuerte que el “tiempo” pare y no tengamos tiempo. Será entonces un tiempo sin tiempo, la inmovilidad total, la inexistencia quizás… El “Libro del esplendor” nos dice que cuando llegue el “tiempo” no habrá más cuestiones provenientes del mal: el bien tendrá una presencia constante. La Biblia nos reconforta con “cada cosa a su tiempo” de Eclesiastés: “Todo tiene su momento oportuno; hay un ‘tiempo’ para todo lo que se hace bajo el cielo”: “Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar; un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz. El tiempo es la preocupación eterna del ser humano que se obsesiona con el momento final y se pregunta: ¿Cuándo, cómo, dónde, por qué se acabará mi tiempo? ¡Acaso el tiempo es la eternidad de todo lo existente? Somos un punto de vida surgida de la nada del Absoluto. Somos energía del tiempo eterno de un universo en expansión. Y en ese tiempo de transformación somos la vida en plena evolución. Somos tiempo, tiempo, tiempo…

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Sábado 28 de julio de 2012

Arte Contemporáneo

HOY

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

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Gertrude Stein ¡Primera madrina y provocadora de las vanguardias del siglo XX!

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l poder económico; el dinero como alarde del máximo bienestar material; los procesos de liberación social y de “ruptura epistemológica”; los des-equilibrios emocionales, pasionales y pulsionales; los ritos del deseo; la libertad, el amor y la creación como búsquedas espirituales; los placeres del saber-la lectura, el diálogo y la “conversación de arte”- se tornan cuestiones axiales y fascinantes en la vida de Gertrude Stein (1874-1946), sin dudas, la más célebre, poderosa y carismática mecenas de las primeras vanguardias estéticas del siglo XX, así como figura clave en la historia de la literatura y la cultura visual de la modernidad. Gertrude Stein nace en Allegheny, Pittsburg, dos años después que su hermano Leo (1872-1947). Su padre, Daniel, de origen bávaro, y su madre, Amelia Keyser, se habían establecido en Baltimore en 1841, obteniendo una gran fortuna con la venta de uniformes militares durante la “Guerra de Secesión”. En Pittsburg también nacen sus hermanos mayores, Michael, Simon y Bertha. En 1876, Daniel decide vender la empresa a su hermano y parte hacia Viena, Austria, con toda la familia. Luego se establecen durante un año en París y en 1879 retornan a los Estados Unidos, fundando una empresa ferroviaria con igual fortuna que con los uniformes. En 1878 muere su madre y su padre le seguirá en 1891. Michael, hermano mayor, queda al cuidado de la herencia y en lo adelante la familia podrá vivir de las rentas. Interesado en el arte, Leo estudia en Berkeley University, mientras Gertrude inicia estudios de Medicina y asiste a los cursos de psicología experimental con William James. Al terminar sus estudios, Leo viaja a Japón, China y Singapur; recorre Europa y en 1900 llega a París con Gertrude. Pasan el verano en Florencia, donde Leo se interesa por la pintura italiana del primer Renacimiento, conoce a Roger Fry y Bernard Berenson, quienes influirán en su capacidad de apreciación estética y crítica. En Florencia, Leo accede a la colección de Charles A. Loeser, contempla los primeros cuadros de Cézanne y advierte la relación entre la “Escuela de París” y la tradición italiana: “A mis ojos, la Crucifixión de Mantegna anunciaba en algún sentido a Cézanne”. Este descubrimiento resulta deslumbrante y entre 1902-03, los Stein se establecen en París, instalándose en el número 27 de la rue de Fleurus. Leo ingresa a la Academia Julian y juntos recorren galerías y museos. En la galería del famoso marchand Ambroise Vollard adquiere el primer Cézanne de su colección. En 1904, le siguen Michael, su esposa Sarah y su hijo Allan. Sarah, hija de un rico comerciante judío, había estudiado música y arte. De inmediato se suma a los recorridos de Leo y Gertrude. En marzo de 1905, compran al marchand Sagot sus primeros “Picassos”-dos obras del período rosa-; junto al escritor Henri Pierre Roche, visitan el “Bateau Lavoir” y conocen personalmente al gran artista español, que todavía vivía en la pobreza. En su libro “Picasso y sus amigos” (1930), Fernande Olivier, compañera y musa del artista en ese entonces, registra la impresión ante la inesperada visita de “esos ricos americanos que entendían la pintura moderna, su valor artístico y la influencia que podía llegar a tener. Eran admiradores de los artistas de vanguardia y de sus obras, sentían con inteligencia y tenían lo que puede llamarse “olfato”. Estaban “a la page” y desde su primera visita compraron pinturas por ochocientos francos”... La amistad y confraternidad de los Stein con Picasso y los artistas franceses fue tan efusiva como efectiva. En el Salón de Otoño de 1905, Leo adquiere “La femme au chapeau”, de Henri Matisse, obra que había provocado escándalo en la primera exposición de los “Fauves”. En pocos meses, habían reunido en su casa de la rue de Fleurus las obras pictóricas más novedosas de la época. En una carta de este mismo año, Leo Stein apunta que Matisse, Renoir, Gauguin, Cézanne y Maurice Denis -de quienes ya han adquirido obras-, junto a Manet, Edouard Vuillard, Edgar Degas, Pierre Bonnard y Vin-

Pierre Tal Coat. Gertrude Stein, 1935.

Pablo Picasso. Retrato de Gertrude Stein, 1906.

Francis Picabia. Retrato de Gertrude Stein.

Man Ray. Gertrude Stein, 1922.

cent van Gogh, “constituyen lo más interesante del nuevo movimiento”. Pero, la debilidad de Gertrude Stein siempre fue por Picasso y el acto fundador de su fructífera relación fue el retrato que le hiciera el genio malagueño en 1906. Inspirado en las primitivas esculturas ibéricas, este retrato antecede a “Les demoiselles d` Avignon” (1907), considerada la obra seminal del Cubismo. Ante las acusaciones de ausencia del parecido, Picasso contestaba: “Con el tiempo se parecerá”. Gertrude se entusiasmó tanto con su retrato que le apoyó decididamente, comprándole varios bocetos de los primeros estudios de “Les demoiselles”... Durante la primera década del siglo XX, los sábados por la noche, los Stein abren su “Salon” con exposiciones, tertulias, veladas y cenas a las que asisten asiduamente grandes artistas, músicos, escritores, editores e intelectuales del momento: Picasso, Matisse, Braque, Juan Gris, Apollinaire, Max Jacob, Marcel Duchamp, Man Ray, Robert y Sonia Delaunay, Alice B. Toklas, Francis Picabia, André Derain, Marie Laurencin, Matthew Prichard, Virgil Thomson, Mina Loy, Djuna Barnes, Ernest Hemingway, Sherwood Anderson, F. Scott Fitzgerald, André Salmon, Agnes Meyer, Alfred Stieglitz y Edward Steichen, quien organizaría las primeras tres exposiciones de Matisse en los Estados Unidos (Galería 291) en 1908, 1910 y 1912. Lúcida, sensible, provocadora, arbitraria, autorreferente, judía, risueña, sensual, lesbiana, confidente, innovadora y epicentro de un instante cultural de alteridad y transgresión inagotables; segura de sí misma y demoledora en sus adhesiones y rechazos, además de coleccionista pionera y contextualizadora de las prácticas pictóricas paradigmáticas de la modernidad, Gertrude Stein fue también madrina visionaria de escritores norteamericanos fundamentales del siglo XX, “bautizados” en su tertulia parisina como “The lost “Generation”-la generación perdida-, entre ellos, F. Scott Fitzgerald, John Dos Passos, Ernest Hemingway, William Faulkner y John Steinbeck, cuyos textos reflejaban el desencanto existencial posterior a la Primera Guerra Mundial.

La colección de los hermanos Stein, donde las obras posimpresionistas de Cézanne, Renoir y Van Gogh, alternaban con los primeros trabajos de Matisse y Picasso, que habrá de ser clave en la proyección de las vanguardias europeas de la primera mitad del siglo XX y que había quedado dispersa hasta el pasado año (2011), constituye un testimonio invaluable de la importancia extraordinaria que tuvieron Gertrude, Leo y Michael en el desarrollo histórico del mecenazgo, así como en la siempre dialéctica e inefable relación entre práctica creativa, poder económico y contexto social: “El dinero siempre está ahí, sólo cambian los bolsillos”(GS). “Este acercamiento sin duda inspiró a los jóvenes pintores que frecuentaban los sábados, dándoles materia de reflexión sobre las nuevas formas pictóricas a ser inventadas”, sostiene la curadora Valérie Loth, en el catálogo de la exposición titulada “Matisse, Cézanne, Picasso. La aventura de los Stein”, presentada en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (mayo-setiembre-2011); en el Grand Palais de París (octubre-2011-enero-2012) y en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (febrero-junio-2012). De esta manera, gracias a los esfuerzos combinados de los museos señalados, por primera vez ha sido posible reunir uno de los testimonios plásticos más impactantes de la modernidad.


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