GUIA FARMACEUTICA N° 132

Page 10

Voces Médicas

Idiotas y dementes Por: Lourdes Camacho Zambrano

N

adie puede decirle a nadie qué es lo mejor para su vida. Se pueden escuchar diversas opiniones, pero cada quien debe hacerse responsable de las decisiones que toma. Usted sabe hay chistes: “cuando te violan, flojita y cooperando.” Pero no es posible. No es físico, lo que duele es la indignación. … en un principio me encerré en mi casa. Me puse a limpiarla una y otra vez. Y cuando me puse mal, me lavé todas las veces que fueran necesarias. Y lo último que se me ocurrió es que me iba a quedar embarazada. … Me hice una prueba de embarazo. … Pensé “¿quién me ayuda ahora?”… Pensé “Cada vez que vea a ese bebé voy a pensar en lo que pasó.”… Mis otros dos hijos son deseados. … Muy diferente [es cuando] tienes que tener algo que es resultado de algo tan feo, sucio. Y lo tienes que cuidar porque es tu bebé. … Pensé que si yo me quedo con este niño, no voy a poder salvarles a los otros, ni a mí misma. … Era parte de mí, pero una parte que yo no quería, que me había venido sin pedirlo. Después de la violación mi papá me dijo: “Hija, vamos a denunciar” Y le dije: “¿Para qué? ¿Para que todo el mundo sepa? ¿Para qué me maltraten más? ¿Para qué se burlen de mi porque estoy sola?” Lo que yo tuve era miedo. Miedo de morir, miedo de desangrarme. María de 42 años. La sociedad tiende a culpabilizar a las víctimas de violación, haciéndolas sentir a menudo responsables de haber provocado la agresión. Por ejemplo, mujeres experimentando violencia sexual por parte de sus parejas son acusadas de haber provocado la agresión por no haber cumplido con su rol de esposa o por infidelidad. Así también, las niñas y mujeres que han sido violadas, se encuentran, frecuentemente, culpabilizadas en el sentido de que “ellas se lo habrían buscado”, por la forma en que iban vestidas o por el comportamiento que presentaban previo a la agresión. Sin embargo, nada justifica este tipo de violencia, ya que la violación en sí misma y la actitud culpabilizadora de la sociedad,

8

representan un total desconocimiento del sufrimiento e implicaciones que una violación conlleva. A muchas mujeres les causa sensaciones intensas y diversas escuchar la palabra aborto. Esta palabra está ligada a imágenes siniestras y de terror, así nos han construido, temiendo estar en contacto con una situación que nos obligue a tomar una decisión de continuar o interrumpir un embarazo, por cualquier razón que fuere. En el caso del aborto por violación, cuya magnitud y consecuencias no nos atrevemos siquiera a vislumbrar ni a comprender, esa decisión implica que si optan por el aborto sean procesadas como delincuentes, pero en estos tiempos hay grupos que están sembrando una “intriga” la decisión de interrumpir el embarazo aun en casos en los que la vida de la madre está en peligro, sería “pecado, crimen”. ¿Estamos acaso en un régimen en el cual la religión es al mismo tiempo la ley de los y las ciudadanas y los ciudadanos? ¿Acaso no estamos en un país laico en el cual los credos y creencias religiosas deben ser independientes de las políticas públicas? ¿Por qué se criminaliza a las mujeres y niñas que han sido víctimas de una vejación semejante? Por cierto, cabe aclarar que durante los seis primeros siglos de cristiandad, el aborto no era considerado un homicidio porque se pensaba que la infusión del alma, requisito para convertirse en ser humano, se daba después de la concepción: a los 40 días en varones y 80 en mujeres (Hurst, 1993 en Cárdenas, 2005). De hecho, no fue sino hasta 1869, con el Papa Pío IX, que el aborto fue considerado homicidio por la iglesia, apoyando la visión de que se es persona desde la concepción. Esto no se instituyó sino hasta 1917 con el Código de Derecho Canónico que excomulga a la madre y a quienes provocaron el aborto (Cárdenas, 2005). Ya lo dice con claridad Paula Castello: “Mientras se discuten temas esencialistas sobre cuándo surge la vida: desde la concepción, desde el embrión, desde que el


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.