CELEBRACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CANONIZACIÓN EN VIC Y GOMBRÉN
pudiesen seguir desde ella la Eucaristía, los que no habían podido entrar en la pequeña Iglesia de Gombrèn. Una Introducción ¡preciosa!, muy bien preparada, fue leída por la Priora Provincial de la Provincia de San Raimundo. En ella se expresaban las razones profundas de nuestro júbilo que se simbolizaron en: un cirio, una rama de olivo, tres lámparas y un gran ramo de ßores. El salmo responsorial fue cantado por una joven Hermana Þlipina. En la homilía el Sr. Obispo remarcó la vida sencilla de Francisco Coll, que tenía su raíz y origen en este pueblo, también humilde y pequeño de Gombrèn. Relacionó estrechamente “la gloria” que hoy podíamos cantar al P. Coll, con la siembra de evangelio
que de niño había recibido en el seno de su familia y en la Iglesia de este pueblo. Hizo especial hincapié en el papel evangelizador hoy, de la catequesis y la escuela. “Cristo no es una opción más entre otras posibles –nos decía-, Cristo es el único que puede llevar la LUZ y el AMOR al mundo”. Al Þnalizar su homilía, dirigiéndose a nosotras las Hermanas nos hizo una bonita invitación: “sed mujeres de tres amores: Jesús, María y la Iglesia. Os pide Dios que tengáis un solo corazón con estos tres amores”.
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PERCOLL y se bailó la danza de Gombrèn. Con una comida campera, bajo la carpa del polideportivo de este pequeño pueblo, en un ambiente de Þesta y fraternidad Þnalizaba este inolvidable día de Acción de Gracias a Dios por su inmensa grandeza: “¡Dios había estado grande con nosotros! Y estábamos muy alegres.
Finalizó la Eucaristía con un poema, que a todas nos emocionó y que días antes de morir había escrito la H. Teresa Girvent : Gombrèn, terra de sants” ( Se publica en este mismo volumen).
En el interior de nuestro corazón un compromiso: “Seguiremos P. Coll por tu sendero…” Porque hemos sido fundadas: para educar a los más sencillos, para servir arriesgando, para devolver la sonrisa a los tristes y hacer sagrada la vida, para sanar los corazones heridos de dudas y de amor, para predicar y contemplar seducidas por el Evangelio de Jesús
A continuación en la plaza del Roser se representó SÚ-
H. Elena González