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Las Hermanitas de los Pobres

Sirviendo,

Las Hermanitas de los Pobres, somos una Congregación religiosa internacional de derecho pontificio fundada en Francia por Santa Juana Jugan en 1839 y dedicada al cuidado de los Ancianos pobres.

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Llegamos a Cali en el año 1943, la fundación había sido pedida por Monseñor Luis Adriano Díaz, quien quería para la Arquidiócesis un asilo para los ancianos pobres y de escasos recursos. El 15 de diciembre llegaron seis Hermanitas, que se alojaron en una pequeña casita ubicada en la calle 6ª #19 - 64. En 1945 se adquirió el lote donde estamos actualmente en la Calle 5ª #38D - 104 y se empezó la construcción de una casa para albergar un centenar de ancianos necesitados.

El 12 de mayo de 1990, la explosión de un coche bomba aparcado a unos 50 metros de la casa afectó mucho la construcción, aunque, gracias a Dios no hubo daños personales.

Aún así, hubo que desalojar algunas partes de la casa y se pensó en una nueva construcción cuya primera piedra se puso el 6 de noviembre de 1993 y en 1997 pudo inaugurarse la casa actual que tiene capacidad para 80 ancianos con habitaciones individuales con su baño.

Nuestra misión es servir, defender y promover la vida, esforzándonos por responder a las necesidades de las personas mayores de escasos recursos en su cuidado integral tanto espiritual como material, garantizando el respeto y dignidad de la persona con criterios éticos y cristianos.

En nuestra casa la vida es sencilla, como la de una gran familia. Procuramos a los ancianos los cuidados que su estado requiere, el bienestar y confort equili-

Esta obra necesita de la generosidad y caridad de todos brados que su edad exige y los esparcimientos que les ayuden a mantenerse jóvenes de espíritu. Les ofrecemos la posibilidad de realizar diversas actividades según los deseos, gustos, aptitudes y estado de salud. Esta ayuda es enriquecedora para todos y favorece un ambiente de alegría siempre con un fin desinteresado y gratuito.

Para mantener nuestra casa no tenemos otra ayuda que la confianza en la Providencia Divina, que se manifiesta a través de la generosidad de nuestros amigos y bienhechores que están siempre presentes en nuestras oraciones diarias.

Queremos hacer un llamado a todas las personas de buena voluntad para que aumenten el número de colaboradores y benefactores que, con su aporte, nos ayuden a seguir sosteniendo nuestra casa en Cali y al bienestar de los ancianos pobres que están a nuestro cuidado.

Si desea comunicarse con nosotras le dejemos la siguiente información; www.hermanitasdelospobres.co

E-mail de la hermanita colectora: hdlpcolectacali@gmail.com, celular 318 803 1366.

Si desea, puede consignar su colaboración en el Banco de Bogotá Cuenta Corriente Nº 445025208 o en Davivienda Cuenta Corriente Nº 01226999442. Dios los bendiga a todos y les aseguramos de nuestras oraciones por sus intenciones y necesidades. Muchas gracias.

El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio” (GS, 9). Así lo afirma el Concilio Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes (gozo y esperanza).

En recientes días se ha divulgado el ranking de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, de acuerdo con las tasas de homicidios, donde aparecen las ciudades de Cali, Buenaventura y Palmira. ¡Qué dolor nos produce esta noticia! Lo cierto del caso es que existe la percepción del incremento de la violencia de todo tipo en nuestro territorio.

Lo que nos dice el Concilio Vaticano II de seguro nos tiene que hacer pensar en las causas reales del desorden generalizado que se está viviendo. No hay día en el que no se divulguen acciones de intolerancia, de violencia, de no acatamiento de las normas y de atentados contra la vida, honra y bienes de los ciudadanos. ¿Qué nos está pasando?

¿Cómo es posible que no seamos capaces de hacer buen uso del don de la libertad que se nos ha dado, para volvernos esclavos los unos de los otros, o nosotros de las cosas materiales?

El Papa Francisco en su visita a Colombia nos decía con firmeza que “la violencia engendra violencia, el odio engendra más odio, y la muerte, más muerte. Tenemos que romper esta cadena que se