Evangelizar 091 - Agosto 2021

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ISSN 2590-8359 | No. 91 AGOSTO 2021


"La plegaria eucarística, nos educa poco a poco, para hacer de toda nuestra vida una "Eucaristía", es decir, una acción de gracias".


San Lorenzo (mártir), uno de los diáconos de la iglesia romana, fue una de las víctimas de la persecución de Valeriano en el año 258, al igual que lo fueron el papa Sixto II y muchos otros clérigos romanos. A comienzos del mes de agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos ("episcopi et presbyteriet diacones incontinenti animadvertantur" -- Cipriano, Epist. LXXX, 1). Esta orden imperial se ejecutó inmediatamente en Roma. El 6 de agosto, el papa Sixto II fue capturado en una catacumba y ejecutado de inmediato ("Xistum in cimiterio animadversum sciatis VIII id. Augusti et cum eo diacones quattuor." Cipriano, ep. LXXX, 1). Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, fueron ejecutados el mismo día.

Desde el siglo IV, San Lorenzo ha sido uno de los mártires más venerados de la iglesia romana. Constantino el Grande fue el primero en erigir un pequeño oratorio sobre el lugar donde fue enterrado. El papa Pelagio II (579-90) amplió y embelleció el lugar. El papa Sixto III (432-40) construyó, en la cima de la colina donde fue enterrado, una gran basílica de tres naves cuyo ábside está apoyado en la vieja iglesia. En el siglo XIII, el papa Honorio III convirtió los edificios en uno y así es como se encuentra la Basílica de San Lorenzo hoy en día. El papa San Dámaso (366-84) escribió un panegírico en verso que se grabó en mármol y se colocó sobre su tumba. Dos contemporáneos de este Papa, San Ambrosio de Milán y el poeta Prudencio, dieron detalles concretos sobre la muerte de San Lorenzo.

https://www.es.catholic.net/op/articulos/31933/lorenzo-santo.html#modal

Martirologio Romano Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir, que deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Según cuenta san León Magno, recibió del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, y él, burlándose, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundantes riquezas. Por la fe de Cristo, tres días más tarde superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo, siendo enterrado su cuerpo en el cementerio de Campo Verano, que desde entonces fue llamado con su nombre.

Este almanaque es un inventario de las principales fiestas de los mártires romanos de mitad del siglo IV; también menciona la calle donde se encontraría su tumba, la Vía Tiburtina ("III id. Aug. Laurentii in Tibertina"; Ruinart, "Acta sincera", Ratisbona, 1859, 632). Los itinerarios de las tumbas de los mártires romanos, como se dieron a conocer en el siglo VII, mencionan que este mártir fue enterrado en la Catacumba de Ciriaca en agro Verano (De Rossi, "Roma Sott.", I, 178).

En el calendario romano de fiestas del siglo IV su fiesta coincide con dicha fecha. Cuatro días más tarde, el 10 de agosto del mismo año, Lorenzo, el último de los siete diáconos, también sufrió la muerte de un mártir. La muerte de este santo mártir es en esa fecha, según el calendario de Filocalo, para el año 354.

Foto: Museo del Prado

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

Consejo Editorial Delegados de Pastoral

Fotografía y Corrección de Estilo Javier Ocampo Zuluaga

Director Pbro. Hugo A. Zuluaga Salazar

Coordinador General Vicaría de Pastoral

Diseño y Diagramación Joseph Henao Bedoya

Sugerencias diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co

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Dirección Diócesis de Sonsón Rionegro Curia Episcopal: Calle 51 No. 47 - 31 Tel: (034) 531 52 52


Por: Pbro. Juan Bautista Alzate Arias Párroco San Juan Pablo II, Marinilla

Foto: Primeros Cristianos

Mucho se ha dicho de san Pablo. En particular, el versículo de 2Cor 12,7 donde indica que le fue dado un aguijón en la carne, ha dado para todos los gustos, no solo desde las suposiciones más superficiales, sino en los estudios académicos especializados. Entre tales suposiciones, figura una posible enfermedad o inclinación de desorden sexual. En realidad, nada preciso se desprende del texto, en el cual el apóstol está haciendo algo así como un balance positivo de su ministerio, con particular consideración en sus debilidades que ponen de relieve la gracia del Señor. Que Pablo esté hablando de su ejercicio ministerial y no de sus afecciones o inclinaciones, se evidencia en que insiste en sus flaquezas, aquellas que menguan su apostolado, pero desde sus limitaciones, como las de todo ser humano, y no desde alguna característica de su personalidad, en la que, en verdad, no profundiza. A nivel externo se ha de tener en cuenta lo que un judío de buena formación como Pablo quiere decir cuando usa el término carne, que resalta la realidad creatural del ser humano, su conexión con la tierra y lo caduco, y no desde nuestra connotación de atadura sospechosa, que vuelca a la persona a lo inconfesable, sobretodo en campo sexual.

Otro señalamiento que no ha faltado a la persona de Pablo, es su supuesta calidad de homofóbico. Es necesario tener en cuenta que esta categoría es bastante nueva, y la separación neta entre lo permitido o no en orientación sexual es un interés muy acentuado en nuestros días, con diversos intereses, más que en otros tiempos. Es verdad que Pablo en algunos casos es muy tajante acerca de quiénes heredarán y quiénes no el reino de Dios, pero se trata de listados bastante amplios (habituales entre los autores de esa época, también greco-romanos), como los de Rom 1,29-31 y Gál 5,19-21, donde ciertamente se da campo a algunas conductas sexuales reprobables, pero al lado de otras tantas de diversa índole. También vale anotar que en Rom 1,26-27 sí es explícito en desaprobar las relaciones homosexuales, como no podía ser diversamente en una persona con la formación de su época; su postulado es claro, pero no parece que fuera una constante de su predicación; se nota que tiene claridad del tema, pero no ocupa un lugar relevante. En el caso de corintios, profundiza algunas conductas sexuales, pero no porque supongan un renglón central de su predicación, sino porque es una necesidad de la comunidad a la que está formando.

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SENTIR-NOS IGLESIA “Sentado a la mesa, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando”

Lc 24,30

EL UNIVERSO PROCLAMA LA GLORIA DE DIOS.

Estamos en el corazón mismo de la celebración eucarística. Celebrante y asamblea entonan una plegaría que es oración a Dios, autor de maravillas. Este momento se inicia con un diálogo: “El Señor esté con vosotros”, “y con tu espíritu.” Levantando las manos, dice nuevamente el celebrante: “Levantemos el corazón”, respondemos: “Lo tenemos levantado hacia el Señor”. “Demos gracias al Señor, nuestro Dios”, porque “Es verdadero y justo”. Así los participantes se hacen conscientes de la intima unión con quien en nombre de todos y presidiendo la celebración, entona la plegaria. En ella se expresa todo el reconocimiento que la humanidad y la creación le tributan al hacedor de la Vida, Dios Padre.

La plegaria eucarística, como oración, es una sola, pero expresada en varias formas, estilos o maneras. En esta oración se reconoce el misterio de redención y se vive la comunión eclesial en su triple manifestación de vitalidad divina y humana: iglesia militante, purgante y triunfante. Hoy tenemos en el rito romano varias formas de plegarias. Cuatro, numeradas de esa manera: «Plegaria Eucarística I», «II», «III» y «IV»; estas son de uso más extendido. Luego está la plegaria V, que tiene cuatro versiones: «a», «b», «c» y «d», y que se usan en las misas llamadas "por diversas necesidades". Hay otras dos plegarias que giran en torno a la temática de la reconciliación, y tres adaptadas en las misas con niños. Todas estas formas no son más que los deseos de que toda la humanidad se sienta y experimente iglesia; es decir, que sintiéndose una sola, proclame las grandezas de Dios Padre de todos.

Es una plegaria de acción de gracias, de petición y también lo es de consagración. Se pide el Espíritu Santo para que transforme el pan y el vino en Cuerpo y Sangre del Señor; y para que transforme también a quienes van a recibirlo, de forma que obtengan un don precioso de Dios: la unidad, la comunión; ser un solo Cuerpo y un solo Espíritu.

EN EL CORAZÓN DE LA CELEBRACIÓN

La oración de la Plegaria Eucarística propicia otros momentos que ayudan a adentrarnos en el mismo corazón de la celebración. Estos momentos, conocidos como prefacio, que es una acción de gracias, introduce en oración para llevar a todos a proclamar que Dios es Sanctus y de esta manera pedir que el Espíritu de Dios venga sobre las ofrendas de pan y vino, súplica conocida como epíclesis. Así la asamblea está preparada para escuchar la narración de la Institución y ser testigos de la consagración, como milagro de amor. Ahora sí, se hace memoria de lo acontecido en la historia de la Salvación con la anámnesis y poder hacer la oblación del Cuerpo y Sangre del Hijo al Padre. Seguidamente se pide la intercesión de la Virgen y todos los santos para que, como Iglesia, seamos fieles al ministerio de comunión que celebramos. Termina nuestra plegaria con la doxología final, donde se da gloria a la Trinidad.

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LITÚRGICA

Por: P. Jairo de Jesús Ramírez Continuando con la Catequesis sobre el Canto litúrgico, este mes quiero ofrecerles diez consejos a los coros parroquiales, propuestos por Marco Frisina, director del coro de la Diócesis de Roma.

El coro no busca el protagonismo: da servicio y acompaña: “No es un elemento extraño a la asamblea, sino que forma parte del pueblo de Dios que vive la celebración. Su tarea es acompañar a la comunidad en la alabanza a Dios a través del canto”. Teniendo esto en cuenta, el coro debe “estar acompañado por la misma comunidad porque está a su servicio y no puede ser autorreferencial”.

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La Misa no es un concierto: El canto litúrgico “no es una exhibición”. Por ello, en la Misa “debe evitarse el ‘efecto concierto’ porque la liturgia no es un espectáculo, sino verdad”. “Si el coro está llamado a dar lo mejor de sí, todo debe suceder de acuerdo a un espíritu de servicio”.

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Los cantos de misa, según el tiempo litúrgico y el tema: Los cantos, deben escogerse de manera adecuada para que estén en relación al tiempo litúrgico: “Un canto de Cuaresma es distinto a uno pascual y los de Adviento no son equiparables a los de Navidad”. “El Misal y la Liturgia de las Horas indican qué contenido debe haber en los cantos o qué cosas deben inspirar. El asunto de la elección adecuada es esencial porque el canto debe mover a la oración dentro de la Misa”.

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Cantos espirituales con melodías que el pueblo pueda aprender: El Sacerdote Frisina anima a escoger “melodías no muy complejas ni complicadas, sino fáciles de aprender para la asamblea”. Prefiere que “sean cantos con un texto de calidad, posiblemente nutrido de la Biblia o con referencias a los escritos de los padres de la Iglesia o las oraciones de los santos”.

Para coros grandes, mejor órgano; la guitarra, sólo en grupos pequeños: la guitarra es “un instrumento ligero y delicado que difícilmente logra insertarse en una celebración numerosa donde está un presente un coro grande. En estos casos se necesita un sostén armónico más sólido, es decir, el órgano”. Sin embargo, “en una pequeña comunidad donde no hay órgano, la guitarra puede ser un sucedáneo pero por la necesidad”. Si se usa, “no debe tocarse como se hace en la música pop”.

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Mejor el silencio que la música grabada: Cuando en una iglesia no haya coro o cuando la asamblea sea difícil cantar, es mejor permanecer en silencio que poner alguna grabación musical- “El canto grabado es falso porque proviene del plástico como las flores artificiales. El canto litúrgico es expresión de un pueblo verdadero y por lo tanto no puede ser construido”.

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Nada de cantos no litúrgicos... tampoco en bodas: no se deben usar cantos que no sean litúrgicos, por ejemplo, de películas famosas que gusten a los novios en las bodas. Cuando eso sucede, “es fruto de la ignorancia y de la superficialidad de los esposos que no tienen claro el sentido litúrgico del sacramento que celebran”.

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El canto gregoriano es un modelo: Se puede recurrir al patrimonio musical de la historia de la Iglesia, en particular al canto gregoriano que “puede ser indudablemente utilizado cuando la comunidad aliente su uso ya que no es siempre fácil”. Ciertamente, el canto gregoriano “es el modelo que nos muestra cómo debe ser un canto litúrgico a parte de la relación con la Palabra”.

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Prepararse bien, ensayar siempre: Toda celebración, exige del coro “siempre una adecuada preparación, incluso si los cantos son conocidos y ya se han entonado en ocasiones anteriores”.

Hoy se canta poco: hay que enseñar a cantar al pueblo: “La música sacra abre al misterio, toca el corazón, acerca a los alejados, no necesita traducciones. Une y eleva, de allí su poder extraordinario. Por eso tenemos que aprender y enseñar a cantar porque hoy se canta poco en nuestras iglesias y las asambleas no están acostumbradas a expresarse con el canto”.

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6| Agosto


Debemos reconocer la piedad popular como “expresión de la acción misionera espontánea del pueblo de Dios” [ EG 122]. En la piedad popular encontramos las expresiones del anuncio misionero connatural o espontáneo al pueblo cristiano. Ese anuncio misionero dimana con naturalidad de las gentes de la piedad popular. En ella, con la diversidad de formas, se manifiesta la actuación de anuncio del Evangelio, que brota connaturalmente del pueblo de Dios. Como advierte el Directorio para la piedad popular, esta constituye un “imprescindible punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda” [ DDPL 64]. Entre sus valores, en relación con la evangelización, están los siguientes:

La religiosidad popular sabe conectar con las personas cuando viven experiencias fuertes de dolor, duda, gozo, fracaso, debilidad o gratitud. Estos momentos singulares cuestionan muchas cosas de la propia vida y pueden abrir a la pregunta por el sentido y la búsqueda de la trascendencia. La fuerza evangelizadora de esta religiosidad reside también en el hecho de que conecta con las experiencias primordiales de la vida (engendrar y dar a luz, casarse, etapas en el crecimiento de la prole, sufrir, morir). Hay una gran riqueza expresiva en la piedad popular, que bien puede contribuir a la evangelización. La religiosidad popular recurre a la narración, al canto, a la imagen religiosa y a la procesión para transmitir la fe, haciendo catequesis y, a la vez, celebrando la fe. Tienen gran importancia los elementos simbólicos y estéticos, que ayudan a la transmisión de la fe. Fomenta, también, valores evangélicos como el perdón, la generosidad, el sacrificio, el respeto a Dios, el silencio, el servicio, la colaboración, la amistad o el compartir.

La religiosidad popular desarrolla las dimensiones simbólica y estética de la vida, necesarias para una vida plenamente humana y necesaria para la comprensión y transmisión de la fe de la Iglesia. Educar en la dimensión simbólica del ser humano capacita para comprender nuestra fe. La religiosidad popular recuerda de modo claro que el ser humano es naturalmente religioso, que tiene sed de Dios y necesita creer, aspira a comunicarse con lo trascendente. Esto tiene un valor especial en el contexto de la secularización y de la pérdida del sentido de Dios en las sociedades contemporáneas. Los fenómenos de religiosidad popular siguen recordando y, muchas veces, ayudando a reavivar que el ser humano es deseo de Dios. La religiosidad popular es una auténtica catequesis que pone la fe cristiana al alcance de muchas personas. De un modo plástico ayuda a transmitir los principales misterios de la vida de Cristo y de Santa María, así como el conocimiento de algunos santos más populares. Quien sabe leer las formas de religiosidad popular, aprenderá mucho de ellas, porque nos enseñan mucho: sobre Dios y sus atributos; sobre Cristo y sus misterios sobre todo de dolor; sobre la presencia y acción del Espíritu Santo, que habita en los sencillos y los pobres; sobre la Virgen María, la humilde esclava del Señor; sobre la intercesión de los santos en el camino difícil de la vida en la tierra; sobre la Iglesia como instrumento de Cristo en orden a la gracia y la salvación; sobre el perdón de los pecados y la gracia del Dios misericordioso y sobre la vida eterna. Para el que “sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar en la nueva evangelización.

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https://www.diocesisoa.org/wp-content/uploads/2016/11/texto_integro_religiosidadpopular.pdf

La religiosidad popular es una ocasión de socialización (encuentro, convivencia, unión, asociación, participación, conciencia de pertenencia) y de expresión de la dimensión festiva de la fe. La fe es una experiencia gozosa de comunión con Jesucristo resucitado que se vive en el seno del Pueblo de Dios. Todo aquello que exprese y eduque la dimensión comunitaria y festiva del hombre, es una ayuda al anuncio y vivencia de la fe cristiana.


DOMINGO 01 DE AGOSTO PAUTAS DE REFLEXIÓN

DÉCIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “El que viene a mí no pasará hambre, el que cree en mí no pasará sed” Primera Lectura: Libro del Éxodo 16, 2-4.12-15 Salmo 77: “Señor, tú nos das el verdadero pan del cielo” Segunda Lectura: Carta de San Pablo a los Efesios 4, 17.20-24 Evangelio: San Juan 6, 24-35

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?». Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?». Respondió Jesús: «La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado». Le replicaron: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».

Los discípulos ven a “Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca” (Jn 6,19), los discípulos, que abandonaron a su Maestro, decepcionados por su rechazo a la aclamación como rey por parte del pueblo (Jn 6,15), son ahora presa del pánico. Comprenden que en Jesús se manifiesta Dios, porque solo Dios puede caminar sobre el mar, sin embargo, perciben su presencia como una amenaza: la religión enseñaba que ningún hombre podía ver al Señor y seguir viviendo (Ex 13,20) y, además, esperan el fuerte regaño de Jesús por haberlo abandonado. Foto: Freepik

Pero, el Dios revelado en Jesús no infunde miedo, más bien, lo elimina; no regaña ni castiga, más bien, tranquiliza. Por ese motivo, Jesús confirma su condición divina “Yo soy” y agrega de inmediato, “No tengan miedo” (Jn 6,20). Reunido el grupo de discípulos, Jesús se dirige con ellos a Cafarnaúm, donde, en la sinagoga del pueblo, entregará un anuncio que será fatal; una vez termina su anuncio, su Evangelio, “muchos de sus discípulos” lo abandonan y no quieren saber más de Él (Jn 6,66). ¿Qué anuncia Jesús como para suscitar una decisión tan radical y negativa? La gente supo que Jesús estaba en Cafarnaúm, fueron detrás de Él y lo alcanzaron en la aldea. Pero, la acogida de la multitud por parte de Jesús no fue entusiasta: “Ustedes me buscan no porque vieron signos, sino porque comieron pan hasta saciarse” (Jn 6,26). Jesús confronta a la multitud: comieron el pan sin captar que era fruto de su amor y de la generosidad de los discípulos. Este era el signo que los hombres maduros en la fe debían ver en los panes y que debería moverlos con fuerza para convertirse en pan para los demás. Sin embargo, la multitud no busca signos, quiere milagros y pan para ellos, por eso le piden a Jesús, cual Mesías popular, que realice de nuevo los portentos de Moisés en el desierto: “Nuestros padres comieron el maná en el desierto…” (Jn 6,31). Jesús no va a seguir los pasos de los padres, sino los de su Padre. Él no está ligado a una tierra, sino que está volcado a favor de toda la humanidad.

Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás». Palabra del Señor

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DOMINGO 08 DE AGOSTO DÉCIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo” Primera Lectura: Primer Libro de los Reyes 19, 4-8 Salmo 33: “Gusten, hermanos y verán que bueno es el Señor” Segunda Lectura: Carta de San Pablo a los Efesios 4, 30- 5, 2 Evangelio: San Juan 6, 41-51 En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». Jesús tomo la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios". Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Jesús toma distancia frente al evento del maná en el desierto, citado por sus oyentes para confrontar su autoridad. Para Jesús, volver al maná significa quedarse en el pasado, y era solo para el pueblo de Israel, porque ahora Jesús se presenta como una nueva y definitiva realidad, para el beneficio de la entera humanidad: “Yo soy el pan, el pan vivo, el pan bajado del cielo. Si alguien come de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). El don de Dios para la humanidad, el verdadero pan del cielo que comunica vida, capaz de superar la muerte, pasa por la carne de Jesús, por su humanidad, y el evangelista subraya este hecho con el término “carne” (en griego, sarx), que identifica al ser humano en su fragilidad. En la humanidad del ser humano Dios se hace visible, así como lo afirma Jesús a su discípulo Felipe: “Quien me ve, ve al Padre” (Jn 14,9). La fuerza de Dios se manifiesta en la fragilidad del ser humano (2Cor 12,9-10), pero un Dios manifiesto en la fragilidad de la carne se opone por completo a la imagen de un Dios omnipotente, divinidad común en la religión, el Dios distante e inaccesible (1Tim 6,16), hacia el cual el hombre debe elevarse, liberado del peso de su condición humana. Mientras el Señor se hace carne para encontrarse con los seres humanos, ellos quieren separarse de la carne para acercarse al Señor. Y en esa dirección nunca se van a encontrar, porque en cuanto más abandonan las personas su carne, más se alejan del Dios hecho carne en Jesús su Hijo, para ser profundamente humano (Jn 1,14). Aquello que para los judíos era un escándalo intolerable, que el Dios Altísimo se manifestara en la carne, que pudiese ser visto y tocado, con Jesús se transforma en la realidad cotidiana para los creyentes: “Aquel que era desde el principio, aquel que nosotros oímos, vimos con nuestros ojos, aquel que contemplamos y nuestras manos tocaron, es el Verbo de la vida…” (1Jn 1,1).


DOMINGO 15 DE AGOSTO PAUTAS DE REFLEXIÓN

ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN AL CIELO “El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enalteció a los humildes” Primera Lectura: Primera carta de San Pablo a los Corintios 15, 20-27 Salmo 44: “A tu derecha, Señor, revestida con el sol, está la Reina” Segunda Lectura: Carta de San Pablo a los Corintios 15, 20-27 Evangelio: San Lucas 1, 39-56 En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa. Palabra del Señor

La solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María nos pone delante de un proyecto de vida. Quien comienza en Dios y vive según su voluntad, termina su existencia en estrecha relación con Dios Padre en su comunidad. El encuentro de santa María con su pariente Isabel refuerza el sentido de la fe y el reconocimiento de las bendiciones de Dios. San Lucas une en el encuentro de las dos mujeres un único himno de alabanza al Señor, que interviene en la historia y está siempre del lado de los pobres, los humildes y los descartados de la sociedad ¡Un Dios que está con los oprimidos y nunca del lado de los Foto: Freepik opresores! En su oración, santa María recuerda la liberación del Éxodo, el Señor hizo obras grandes - término técnico para señalar la liberación de la esclavitud egipcia -. “El poderoso me hizo", no el todopoderoso. Si Dios es conocido como el Poderoso, ¿por qué, entonces, se dice además que "¿derribó a los poderosos de sus tronos?" Porque cuando crees en un único poderoso, ya nadie más tiene ese rol, ni ese trono. Todos están "derribados", no hay más poderosos. Creer en un solo Dios que gobierna la vida de las personas significa quitar ese gobierno a quienes pretenden dominar a los demás. Por tanto, en este himno, conocido como el Magníficat (primera palabra del himno, en latín), las esperanzas del pueblo de Israel se cumplen en Jesús y en sus discípulos, así como en sus seguidores. Lucas aquí se anticipa a las Bienaventuranzas: “A los hambrientos colmó de bienes”. Más adelante, Jesús dirá "Bienaventurados los hambrientos porque quedarán satisfechos", así como: "A los ricos despidió con las manos vacías". En la cultura judía, la riqueza se consideraba una bendición. Para Jesús, por el contrario, no lo es, porque es el resultado del egoísmo y la codicia, y Jesús llora como se llora a los muertos, y se lamenta por los ricos cuando dice "¡Ay de los ricos!". El canto concluye “María se quedó tres meses con Isabel y luego regresó a su casa”. La expresión es idéntica a 2 Sam 6,11: "Y el arca del Señor estuvo tres meses en la casa de Obed-edom, de Gat, y el Señor lo bendijo a él y a toda su casa". La presencia de María, el “Arca de la Nueva Alianza”, en la que no están contenidas las tablas de la ley, sino Jesús, expresión del amor de Dios por la humanidad, invita a una nueva relación entre las personas y Dios. Donde vayan los cristianos, donde estén presentes como personas de fe, como santa María, son fuente de bendición para las personas y toda la casa.

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DOMINGO 22 DE AGOSTO VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Tus palabras Señor son Espíritu y vida” Primera Lectura: Libro de Josué 24, 1-2ª 15-17.18b Salmo 33: “Gusten, hermanos, y verán que bueno es el Señor” Segunda Lectura: De la carta de San Pablo a los Efesios Evangelio: San Juan 6, 60-69

PAUTAS DE REFLEXIÓN Al llegar a este punto del anuncio de Jesús como el pan de vida, explota el disenso entre los seguidores de Jesús: “Muchos de sus discípulos, después de oírlo, dijeron: “Estas palabras son difíciles de asimilar. ¿Quién lo puede escuchar?” (Jn 6,60).

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».

Los discípulos no objetan que las palabras de Jesús no sean comprensibles. Es precisamente porque las comprenden que no logran aceptarlas. La distancia que Jesús toma frente a los padres de Israel desorienta a los discípulos y los ofende. Ellos están apegados a las tradiciones de sus padres y de su pueblo y no aceptan críticas que les resten honor e importancia.

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen».

El éxodo fue mitificado y exaltado, y no toleran que Jesús hable del evento fundante de Israel como un fracaso “Todos murieron en el desierto” (Jn 6,49.58). Además, los discípulos comprendieron que, si optan por seguir a Jesús, deberán ser pan partido, para dedicarse sin reservas al bien de los demás, y colaborar de esa manera con la permanente acción creadora del Padre.

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

Este anuncio no lo pudieron asumir quienes seguían a Jesús, esperando que aceptase ser el rey del pueblo. Los discípulos comprenden que seguir al Mesías no les trae el beneficio de compartir el poder con Él, sino abandonar toda ilusión de gloria, para ponerse al servicio de los demás.

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios». Palabra del Señor

No vale la pena. Pobre Jesús. Ahora, quedan solo los doce, entre los cuales hay un diablo (Jn 6,70), y entre los demás “Hay algunos que no creen” (Jn 6,64). No obstante, el fracaso, Jesús no atenúa sus palabras, ni corre tras los discípulos, que se van definitivamente, al contrario, los reta a hacer lo mismo de sus compañeros: “¿También ustedes se quieren marchar ya?” (Jn 6,67). Jesús está dispuesto a quedarse solo, antes que renunciar a su camino. Desaparecidas las multitudes decepcionadas, abandonado por los discípulos, repudiado por la familia “ni siquiera los mismos hermanos creían en Él” (Jn 7,59), el momento para Jesús es crítico. Ahora, será más fácil para los jefes religiosos, enemigos de Jesús, eliminarlo “Los judíos lo buscaban para matarlo” (Jn 7,1).


DOMINGO 29 DE AGOSTO

PAUTAS DE REFLEXIÓN

VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Jesús llama, de nuevo, a la multitud y se dirige a todos. Les dijo "escúchenme". Es una invitación a una escucha atenta, no solo oír, sino comprender, y Jesús “Dejan de cumplir lo que Dios ha mandado, por aferrarse a una tradición de los hombres” dice una frase gravísima, por ella, debe huir al extranjero. "No hay nada fuera del ser humano que al Primera Lectura: Del Libro del Deuteronomio 4, 1-2.6-8 entrar en él puede hacerlo impuro." ¿Y el libro de Salmo 14: “Señor ¿Quién puede vivir en tu morada?” Levítico? El libro de Levítico contiene varios capítulos Segunda Lectura: De la carta de Santiago 1, 17-18.21b 22.27 donde lo que es impuro y entra en la persona hace Evangelio: San Marcos 7, 1-8.14-15.21-23 imposible la comunión con Dios. Jesús, después de la crítica a la ley oral, el Talmud, pasa incluso - y este hecho es muy grave - a criticar la ley escrita. Quizá los discípulos estaban listos para romper con la ley oral, En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los pero no con la ley escrita. fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y Y, hay un comentario del evangelista que solo está vieron que algunos discípulos comían con manos en Marcos, y es muy grave, "así declaraba puros impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los todos los alimentos" (Mc 7,19). Es decir, Jesús niega fariseos, como los demás judíos, no comen sin los pasajes del libro de Levítico, referentes a la lista lavarse antes las manos, restregando bien, de alimentos puros e impuros (Lv 11), esa negación aferrándose a la tradición de sus mayores, y al lo hace blasfemo frente a la Palabra de Dios. Jesús volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se desconoce, según sus adversarios, la voluntad de aferran a otras muchas tradiciones, de lavar Dios. Pero para Jesús, esas categorías que marginan vasos, jarras y ollas). Y los fariseos y los escribas le a las personas no son de Dios. Este hecho es tan preguntaron: grave que Jesús huye a Tiro, a una región pagana «¿Por qué no caminan tus discípulos según las (Mc 7,24). tradiciones de los mayores y comen el pan con Para Jesús, la relación del ser humano con Dios no manos impuras?». depende de un acto externo, ni se acaba en el culto, Él les contestó: sino que se relaciona con las actitudes malas que hacen daño (males) a los demás. Y Jesús enumera «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, doce actitudes, todas contra las personas (Mc como está escrito: “Este pueblo me honra con los 7,21-22) y ninguna contra la religión. labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que La primera es no impurezas -o fornicaciones como enseñan son preceptos humanos”. Dejáis a un se traduce de ordinario- sino las "prostituciones", en lado el mandamiento de Dios para aferraros a la plural, (porneiai, en griego) y abarca no solo la tradición de los hombres». prostitución sexual, sino también venderse para hacer carrera, venderse a cambio del éxito, por la Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: ambición, la idolatría, el perjuicio de otras personas y otros fines. «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale Hay doce actitudes, ninguna de ellas se refiere a Dios de dentro es lo que hace impuro al hombre. y, cuando se hizo la lista para memorizar, la primera y Porque de dentro, del corazón del hombre, salen la última son las más importantes, porque se los pensamientos perversos, las fornicaciones, recuerdan más fácil. La primera son las robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, "prostituciones", y la última "la insensatez" fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, (estupidez). Estúpido, en los evangelios, es quien vive frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y solo para sí mismo. Quienes piensan en sus intereses hacen al hombre impuro». y no atienden las necesidades de los demás. Palabra del Señor Y, Jesús, da la puntada final "todos estos males salen de dentro y hacen impura (profana) a la persona" (v23). Por lo tanto, para Jesús, la distinción entre puro e impuro no procede de Dios. La impureza surge de la mala relación de cada ser humano con las otras personas.

12| Agosto


Pbro. Sergio Urrego Marulanda Delegado de infancia y juventud

La vida de fe será a veces revitalizadora y otras veces será decepcionante. En ella encontraremos respuestas y también confusión, seremos sanados y a veces heridos, algunos días la amaremos y otros (siendo crudamente honestos) la despreciaremos. No es que seamos tibios ni mimados, es que la fe no existe como una oferta de “vida rosa”; no es un placebo, no se basa solo en complacencias. A muchos la fe ya no les motiva y, aunque sería totalmente reduccionista analizar la fe solo desde el punto de vista del beneficio, para entrar en la dinámica de pensamiento de las nuevas generaciones, veamos algunos beneficios que trae la vivencia de la fe a una persona de hoy.

La fe ofrece proyectos de vida más estables…

En un mundo que se cansó de vivir, la fe motiva la vida…

Se escuchan muchas expresiones como: “La vida es aburrida” “Mucho por hacer, poco por querer hacer”. Gran parte de la humanidad no se siente motivada para el estilo de vida que hemos creado. Vivir ya no es para muchos la mejor opción. Allí es donde la fe siempre tendrá mucho por decir; el evangelio original siempre estará a favor de motivar a cada persona (¡A TODOS!) para seguir adelante, porque si no… Fe, ¿Ya para qué?

La fe ofrece mayor esperanza…

Hoy reinan los estilos de vida fragmentados, casi como un “ármalo” en algún restaurante moderno; toma un poco de esta religión, únela con este estilo literario, combínala con alguno de los nuevos modelos de familia, sigue tal o cual tendencia de vestuario, de música, de hobbies… Algunos escogen tener familias libres, hijos sin hogares tradicionales, parejas sin cadenas, soledades estables con momentos de compañía. Los proyectos de vida hoy son fluidos y 100 % modificables. Ante esto, la fe debe ofrecer un estilo de vida en el que prevalezca la libertad humana, pero también los objetivos claros, las metas y la estabilidad emocional. La fe debe iluminar el proyecto de vida de toda persona, si no fuera así…

Fe, ¿Ya para qué?

¿Qué te espera después de tus 20, 40, 50 años de vida productiva? ¿Títulos y prestigio? ¿Propiedades y posesiones? ¿Una pensión? ¿Buenos recuerdos? Serás muy afortunado si logras tenerlos. Pero… ¿Solo eso?... No se menosprecian las grandes posibilidades que tenemos de conseguir una agradable vida, llena de las comodidades merecidas por el trabajo, con carpetas digitales rebosantes de fotografías de personas, logros y momentos, pero que fácilmente se quedarán cortas ante la ineludible muerte. La esperanza que la Resurrección de Cristo le aporta a la vida humana es sobreabundante. Vivir luchando, siendo maduros ante la muerte que llega, esperando la resurrección que Jesucristo nos ofrece por medio de la fe, es la definición más grande de esperanza. Sigue siendo urgente y permanente la necesidad de educar a las nuevas generaciones creyentes en una fe que libere antes que oprima, que incluya antes que excluya, que comprenda antes que juzgue… Porque después de estos y otros innumerables beneficios, una vida sin fe… ¿Ya para qué?

13| Evangelizar

Foto: Cathopic


SACERDOTAL

Por: Mons. Julio Daniel Botía A.

En tu comunidad parroquial hay muchas familias, en muy diversas situaciones. Algunas más cercanas a la Iglesia. Otras más indiferentes, o lejanas. Seguramente, también conoces familias que viven y sirven como la familia de Betania, que amó y sirvió tanto a Jesús y a sus Apóstoles. ¿Quisieras tener algunas de esas Familias Betania? La familia de Betania estaba constituida por Lázaro, Marta y María. Ellos atendían bien a Jesús (Cf. Jn 11, 5) y, sobre todo, lo escuchaban como Maestro (Lc 10, 38 – 42) y lo reconocían como el Señor, el Mesías (Cf. Jn 12, 1 – 3). Vale la pena atender a esa Palabra y experiencia, meditarla, orarla, vivirla y anunciarla. Allí se indica un camino para ser familia Betania, familia que recibe bien a Jesús y a sus acompañantes. Una familia Betania vive bien el mandato de Jesús “sed uno”: es una familia unida, que crece en comunión fraterna y en servicio. Considera que los seres más queridos en el Reino de Dios (Cf. Mt 12, 49 – 50) son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica. Por eso, es una familia abierta a recibir a Jesús, en todos los hermanos, pero, sobre todo, a recibirlo en sus sacerdotes. Sabe que quien nos recibe tendrá recompensa, como la que recibe el que nos da, aunque sea, un vaso de agua, o el que nos ayuda como el buen samaritano. Ellas saben amar y servir con prudencia, acompañar y ayudar para que seamos siempre mejores pastores.

Ayudemos a que nuestra propia familia de sangre sea la primera Familia Betania para nosotros. Que acoja a Jesús en nuestra persona, que tenga la actitud de discípula ante la Palabra de Dios y que nos ayude con su afecto y con la colaboración que pueda ofrecernos a nuestra vida y ministerio. Que le sirva bien a otros enviados de Jesús. Ayudemos los grupos de madres de sacerdotes, para que todas ellas vivan como Familias Betania. Eduquemos a los fieles para que vivan y sirvan bien a sus pastores. Promovamos y animemos numerosas familias para que sean Familias Betania.

Como sacerdotes, aprovechemos estos medios que Dios nos da en nuestra comunidad. ¿Quisieras compartir este mensaje con tu familia Apreciemos el afecto de los fieles, su respeto y su y con otras familias? Será para bien de ellas y colaboración. Ayudémoslos a vivir bien su familia. nuestro. Hagámoslo.

14| Agosto

Foto: Aposento Alto


Yoni Alexander García Osorio Asistente de Pastoral Familiar

Cuando pensamos en la palabra “familia”, nos referimos a la célula primera y vital de la sociedad. Precisamente, la Doctrina Social de la Iglesia, se refiere a ella como la comunidad de vida y de amor, santuario de vida y ambiente de la humanidad. La Palabra de Dios nos presenta en los Evangelios las parábolas que nos citan gran cantidad de figuras agrícolas, relacionadas en gran parte con la semilla. Para hacer alusión a una de ellas, basta mirar el texto bíblico del granito de mostaza (cfr. Mt 17,20), que permite evidenciar esta figura de una manera más propia, donde la semilla se esparce y aunque pareciera ser la más pequeña, después se convierte en el árbol más frondoso en donde hasta las aves anidan. Dando una mirada comparativa a este pasaje bíblico, se da un acercamiento a la esencia verdadera de lo que significa la institución de la familia en la sociedad, por oculta o relegada que se presencie en reiteradas ocasiones, es la semilla y el germen de toda la sociedad, no en vano el papa Francisco reiteró que “es la célula primordial y vital”. Se pretende de modo acentuado, hacer creer que estamos en la sociedad del problema, en donde las diversas disciplinas y ramas científicas creen tener la razón de dichos sucesos y, para los mismos, una posible solución. Se señala como raíz del surgimiento de los múltiples inconvenientes, el poco desarrollo, los problemas económicos, los problemas ambientales, los problemas de salud, cuando el surgimiento de todo cobra origen en que el hombre ha desplazado a Dios de la vida personal, al hacerlo, ha perdido el horizonte de su proyecto original, La Familia.

La respuesta está en la familia, no enFoto: vano Cathopicla Iglesia es definida como la familia de familias, la comunidad de comunidades. Es la familia el lugar de la salvación, el lugar en el cual se encuentra el más seguro refugio. Para recobrar el camino que parece ocultarse y bifurcarse sin respuesta alguna, solo hay que dirigir la mirada a la familia; con hacerlo, se encontrará el norte, en un lugar incomparablemente hermoso en el cual Dios ha depositado los más preciados tesoros.

Si se actuara en la sensatez conveniente, se pudiera reconocer que, de la familia constituida acorde al plan original de Dios, papá, mamá, hijos, se origina la más conveniente escuela de vida, de amor, de valores y demás virtudes que construyen la sociedad y acrecientan sin más las virtudes humanas. De nada servirá intervenir las estructuras sociales ni las diversas estrategias intervencionistas, si primero no se mira el amor primero que constituye la humanidad, la semilla de amor que Dios ha dispuesto para ser cultivada, para acrecentarla y cultivarla en medio del mundo.

Foto: Cathopic

15| Evangelizar

Foto: Cathopic


SOCIAL

Por: Gildardo García Buitrago Delegado de Promoción Humana

En el año 1988 en San Vicente Antioquia, el párroco José Dolores García, basado en las Sagradas Escrituras

"Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana" (Hechos 6,1-7) y en la experiencia de su madre, que vivió durante 30 años la soledad a causa de la viudez, decidió fundar a nivel parroquial, un grupo de viudas, bajo el lema “las que saben enseñan, las que no saben aprenden”. En el cual, las mujeres viudas se reunían a compartir juntas la oración, sus conocimientos en costura, a conversar y tener momentos de esparcimiento, que las hicieran olvidar su sufrimiento por la soledad y otros factores familiares. Poco a poco fueron encontrando en Santa Mónica una inspiración especial, que las llevó a nombrarla como su patrona.

Santa Mónica nació en Tagaste (actual Argelia), Inspiradas en la vida y obra de Santa Mónica y tuvo una vida llena de sacrificio que siempre entregaba a Dios por medio de la oración, soportó con paciencia las cóleras de su marido, lo convirtió al cristianismo, calmó su violencia y oro incasablemente por san Agustín su hijo, quien le dio muchas alegrías por el éxito en los estudios, pero también la puso a sufrir, por llevar una vida descarriada, tanto así que un día Mónica lo envió a donde un obispo para que lo convenciera de sus errores, pero el obispo le aconsejó a Mónica que siguiera rezando por su hijo, diciéndole "no se perderá el hijo de tantas lágrimas" y así, orando por él, se hizo Santa.

Foto: Desde la Fe

con el entusiasmo y liderazgo de monseñor José Dolores García, empezaron a surgir otros grupos de viudas, en El Carmen de Viboral y en La Ceja, hasta que en el año 2003 el padre Miguel Ángel Salazar Rincón, en ese entonces delegado episcopal para la Pastoral Social, acogió la propuesta y comenzó a impulsar el apostolado de las viudas a nivel diocesano. En la actualidad son 16 grupos, para un total aproximado de 250 mujeres viudas, que son acompañadas por la Iglesia y trabajan diferentes temas de formación integral, fortalecimiento de la espiritualidad y servicio comunitario. En los grupos se ora especialmente por la conversión de la familia y se sigue compartiendo los conocimientos de diferentes manualidades y artes como en sus inicios. La Pastoral de la Viudez se ha convertido en un programa que busca brindar mecanismos protectores para la salud mental de las personas solas o viudas, por esto se espera poder seguir fortaleciendo y organizando más grupos en los que las personas solas se sientan acogidas, escuchadas y amadas por Jesús.

16| Agosto


Parte 16

EL TRABAJO, DON Y OBRA DE DIOS DONADO AL SER HUMANO Quinta conferencia general del episcopado latinoamericano (Brasil) 2007.

os pueblos latinoamericanos y caribeños, tienen derecho a una vida plena propia de los hijos de Dios, con unas condiciones más humanas: libres de las amenazas del hambre y de toda forma de violencia. Por eso los pastores han de fomentar una cultura de la vida, que permita pasar de la miseria a la posesión de lo necesario, a la adquisición de la cultura, a la cooperación en el bien común. El desarrollo auténtico, por todo tiempo de trabajo, tiene que ser integral, orientado a la promoción de todo el ser humano y de todos los seres humanos. (Discurso inaugural Papa Benedicto XVI) “En esta hora de América Latina y del Caribe, urge tomar conciencia de la situación precaria que afecta la dignidad de muchas mujeres: tráfico, violación, servidumbre, acoso sexual, desigualdades en la esfera del trabajo de la política y de la economía” (V conf. 48). “La población económicamente activa de la región está afectada por el subempleo y desempleo y casi la mitad está empleada en trabajo informal. El trabajo formal, por su parte, se ve sometido a la precariedad de las condiciones de empleo y a la presión constante de subcontratación, lo que trae consigo salarios más bajos y desprotección en el campo de seguridad social, no permitiendo a muchos el desarrollo de una vida digna. Los sindicatos pierden la posibilidad de defender los derechos de los trabajadores” (71). “La Iglesia católica en América Latina. y el Caribe ha brindado su servicio de caridad particularmente a los pobres y también a todos, el empeño de promoción humana en los campos de la salud, economía solidaria, educación, trabajo, acceso a la tierra, cultura, vivienda y asistencia, entre otros” (98).

“Los discípulos de Jesús reconocemos que Él es el primero y más grande evangelizador enviado por Dios. Como discípulos suyos, con la alegría de la fe, proclamamos el Evangelio, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación” (103). “Alabamos a Dios, porque en la belleza de la creación que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero, dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo Foto: Cathopic no es un mero apéndice de la vida, sino que constituye una dimensión fundamental de la existencia del ser humano en la tierra. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del ser humano, es probablemente la clave esencial de toda la cuestión social” (120). “Es importante recordar que el campo específico de la actividad evangelizadora laical es el complejo mundo del trabajo, la cultura, las ciencias y las artes, la política, los medios de comunicación y la economía; así como los ámbitos de la familia, la educación, la vida profesional, donde la Iglesia se hace presente por ellos” (174). “Es necesario formar a los discípulos en una espiritualidad de la acción misionera, que se basa en la docilidad al Espíritu Santo, no se limita solo a la devoción, sino que aprende a expresarlo en el trabajo, en el diálogo, en el servicio, en la misión cotidiana” (284). “La Iglesia, a favor de los migrantes, debe tener presentes a los desplazados por causa de la violencia, se requiere la acción pastoral para acompañar a las víctimas y brindarles acogida y capacitarlos para que puedan vivir su trabajo” (414). “Ante los desafíos y retos sugerimos como línea de acción, urgir la capacitación de los jóvenes para que tengan oportunidades en el mundo del trabajo, y evitar que caigan en la droga y la violencia” (446).

17| Evangelizar


Foto: Freepik

EDUCATIVA

Por: Delegación de Pastoral Educativa

La pregunta por la misión de la Iglesia respecto al mundo es un cuestionamiento que escuchamos con mucha frecuencia en diferentes espacios de conversación, como una especie de licencias o atribuciones que corresponden o no a su razón de ser eclesial. En su origen, la razón de ser de la Iglesia no es otra que ser misionera, ella ha recibido el encargo de ir a evangelizar y así, está puesta para obedecer a Jesucristo este mandato salvador dirigido al mundo entero:

- En el envío a los Apóstoles, fuimos enviados todos a evangelizar;

- La misión de la Iglesia es universal: hacia todas las gentes, en todos los tiempos, hasta lo más profundo, para todos y con todo el poder de Dios.

Es por eso que, todos los creyentes y bautizados estamos enviados a evangelizar, y a su vez, estamos llamados a vivir la comunión y participación en diversos niveles eclesiales:

• La Iglesia Particular • La parroquia • Las comunidades eclesiales locales: la familia, las CER y el SINE.

Convencida de esta misión evangelizadora, la Iglesia ha visto desde siempre la importancia de la educación, entendida no solo como actividad intelectual, en la que el saber “ocupa un lugar”, sino como aquella realidad y actividad que “abre espacio”, “multiplica lugar” para el desarrollo humano. Una de las líneas de evangelización es la pastoral educativa, la cual se entiende como una acción planificada, al servicio de la promoción humana y cristiana que, partiendo de un discernimiento participativo sobre la situación presente, en tensión con los desafíos del Reino de Dios, busca responder racionalmente mediante diversas acciones que promuevan la humanización y dignificación de las personas que integran las comunidades educativas. A pesar de las circunstancias atípicas que desde el año pasado vivimos como humanidad, desde la delegación de pastoral educativa, nos trazamos como meta continuar brindando una formación humana, cristiana y pastoral a los docentes, sacerdotes y agentes de pastoral que facilite el crecimiento interior y el compromiso de evangelización y formación en cada una de las áreas académicas; además, se planteó propiciar espacios formativos y reflexivos para que las instituciones educativas puedan vivir una experiencia de comunidad educativa, donde se preste atención a la vida y al crecimiento de todos sus integrantes, procurando hacer visible la convicción de nuestra Iglesia diocesana: renovarnos con el Evangelio, fuerza de Dios, que nos permita recorrer el camino de un humanismo cristiano que favorezca la edificación de comunidades educativas más cercanas y fraterna.

18| Agosto

Foto: Freepik


“Cuando participemos en la Eucaristía, no estemos presentes como espectadores; no

olvidemos traer la vida, llena de fe, de calor y de amistad para que hagamos �iesta y comamos

con alegría el pan de Vida”.


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