Evangelizar 090 - Julio 2021

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ISSN 2590-8359 | No. 90 JULIO 2021


"En el pan y el vino le presentamos la ofrenda de nuestra vida al Padre, para que sea transformada por el Espíritu Santo en el sacri�icio de Cristo"


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­ La vida le sonríe, pero Teresa la va a sacrificar generosamente. Pide entrar en el convento de las Carmelitas de clausura, de Los Andes, y en él se encierra para siempre. La que se llamaba Juanita, ahora se quiere llamar Teresa, y como Santa Teresa de Los Andes será conocida para siempre en la Iglesia.

Muy niña aún, entabla con el Padre Capellán este diálogo encantador:

Pero su vida de religiosa va a ser muy corta. No llegará a un año, pues, a los once meses, el Señor se la lleva para darle el premio de su vida preciosa. En vida y en muerte, se le ha cumplido su gran deseo:

­ Teresa lo entiende, y ya no suspira sino por recibir a Jesús. El padre Mateo Crawley entroniza en el hogar al Sagrado Corazón, y la mamá le pide:

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En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas ­ ­ Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad Así lo hace el Padre Mateo. Y la mamá, al conocer (1920). después la santidad de su hija, dirá: ­ 3 de abril de 1987 por el Papa Juan Pablo II ­ 21 de marzo de 1993 por el Papa Juan Pablo II.

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

Consejo Editorial Delegados de Pastoral

Fotografía y Corrección de Estilo Javier Ocampo Zuluaga

Director Pbro. Hugo A. Zuluaga Salazar

Coordinador General Vicaría de Pastoral

Diseño y Diagramación Joseph Henao Bedoya

Sugerencias diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co

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Dirección Diócesis de Sonsón Rionegro Curia Episcopal: Calle 51 No. 47 - 31 Tel: (034) 531 52 52

https://bit.ly/3hOTFHf

El Continente joven, nuestra América, nos da también Santos muy jóvenes. Hoy nos toca presentar a Teresa de los Andes, una Santa que muere en la flor de la edad, diecinueve años, y que se gana todos los corazones. ¡Qué linda esta jovencita chilena, que nace con el siglo veinte, el año 1900!

Teresa recibe la Primera Comunión de manos del gran Obispo Monseñor Jara, de quien es esa célebre página sobre la madre. La niña Teresa se sintió feliz, y escribió:

https://es.catholic.net/op/articulos/32184/teresa-de-los-andes-santa.html#modal

También conocida como Santa Teresa de los Andes | Santa Teresa Fernández Solar.


Por: Pbro. Jesús Antonio Ocampo Muñoz

Uno de los referentes más relevantes para señalar a Pablo como promotor de la esclavitud está en Ef. 6,5 “Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de corazón como a Cristo”. En una sociedad agrícola avanzada, los esclavos constituían una parte importante de la casa en las familias acomodadas del ambiente greco-romano para explotar la tierra; también existían esclavos dedicados a labores domésticas para el buen funcionamiento de la casa: cocineras, albañiles, limpiadoras, mayordomos, porteros, pedagogos y representantes comerciales. Ellos convivían con el resto de la familia y eran considerados como parte de ella y de paso como otra propiedad. Así no más, resulta razonable ver a Pablo como promotor de la esclavitud. Sin embargo, la afirmación del apóstol en Efesios se comprende mejor al tener en cuenta que, de los esclavos se esperaba que vivieran sometidos a la autoridad del paterfamilias, honrándole, obedeciéndole, siéndole fiel, trabajando por él y defendiéndole en el momento necesario. Cuando había inconformidad de los esclavos eran frecuentes los casos de rebelión e infidelidad, lo que suscitaba una fuente de preocupación para sus amos; de ahí que los esclavos eran castigados cuando no defendían a su amo frente a un ataque violento.

Ante este panorama, hay que tener en cuenta cómo Pablo se ajustó a las circunstancias de la época, exhortando a dar el paso de la esclavitud meramente social a la libertad en Cristo, más allá de cualquier condición social. Por eso el punto de referencia para el comportamiento cristiano de los padres, los hijos, los esclavos y los amos, es el Señor, ante Cristo y por Cristo. Así pues, comprendemos en su contexto cómo Pablo no es promotor de la esclavitud, sino agente de la libertad y la igualdad en Cristo. Veamos otros dos argumentos que Pablo expone, con los cuales deja en evidencia que no es promotor de la esclavitud. Por una parte, la carta a los Gálatas sitúa a todos en el mismo nivel cuando afirma: “En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. No hay judío, ni griego, ni esclavo, ni libre, ni hombre, ni mujer, ya que todos sois uno en Cristo” Gál 3, 27-28. En consecuencia, todos los hombres indiscriminadamente, pueden ser hijos de Dios. Cf 1 Cor 12,13. Por otra parte, la carta a Filemón trata de la intercesión a favor de un esclavo; aquí están involucrados Pablo, Filemón (un rico propietario de Colosas) y, Onésimo (esclavo de Filemón que se había fugado después de un desfalco a su amo). Pablo exige a Filemón la acogida sin limitaciones del esclavo Onésimo en su casa y en la comunidad cristiana que se congrega en ella, le pide que lo reciba como a un hermano de pleno derecho dentro del grupo de creyentes (v 16-18). Pues Pablo bautizó a Onésimo e hizo de él un buen cristiano, de ahí la petición del apóstol a Filemón: “Te suplico por mi hijo Onésimo al que engendré en la prisión” v.10. El apóstol agregó que el esclavo se reveló como un hombre útil y servicial v. 11.13. Al considerar a Onésimo como hijo; se pone de relieve un calificativo para un esclavo de extraordinario significado en las cartas de Pablo. No conforme con todo lo que había hecho, sale fiador de las deudas del esclavo y estampa en la carta la propia firma como garantía: “Yo Pablo lo escribo de mi propia mano: yo pagaré” (por no decirte que tú mismo te me debes) v.19” La suma de todo constituyen los principios que deben regir la comunidad mesiánica, en cuanto que en ella, según el apóstol Pablo, Ya no hay diferencia entre libres y esclavos.

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En el ofertorio se unen el cielo y la tierra; se abraza y se penetra todo lo creado. El mundo que salió de las manos de Dios vuelve a él en feliz y plena adoración. En el Pan eucarístico, «la creación está orientada hacia la divinización, hacia las santas bodas, hacia la unificación con el Creador mismo». (L.S 167)

NUESTRO OFRECIMIENTO PREPARANDO JUNTOS LA MESA Terminada la oración de los fieles, inicia con un canto el ofertorio (IGMR 74 y 48). Conviene acompañar este momento con una procesión, donde los fieles llevando el pan y vino los entreguen al celebrante principal, para significar el antiguo gesto de que los fieles llevaban su pan y su vino para ser transformados en el Cuerpo y la Sangre del Señor. (IGMR 73). Si los fieles no llevan las ofrendas, el celebrante se dirige al altar al concluir la oración universal; un acólito le acerca lo necesario para la ofrenda, y el celebrante prepara la mesa y la ofrece en nombre de la asamblea.

UNA OFRENDA CÓSMICA A la luz de Laudato Si’, reflexionamos que en la Eucaristía lo creado encuentra su mayor elevación, pues la gracia, que tiende a manifestarse de modo sensible, logra una expresión asombrosa cuando Dios mismo, hecho hombre, llega a hacerse comer por su criatura. El Señor, en el colmo del misterio de la Encarnación, quiso llegar a nuestra intimidad a través de un pedazo de materia. No desde arriba, sino desde adentro, para que en nuestro propio mundo pudiéramos encontrarlo a Él.

Teilhard de Chardin, quien estando en un desierto de Asia, en plena segunda guerra mundial, nos enseña cómo vivir este momento de manera más existencial. El celebra como puede la Eucaristía; y al referirse al pan y vino dice: “Ya que, una vez más, Señor, no tengo ni pan ni vino, ni altar, me elevaré por encima de los símbolos hasta la pura majestad de lo real y te ofreceré, yo como sacerdote, sobre el altar de la tierra entera el trabajo y la pena del mundo. Yo colocaré en mi patena, Dios mío, la esperada cosecha de este nuevo esfuerzo. Derramaré en mi cáliz la savia de todos los frutos que hoy serán molidos”. Nosotros, también, somos invitados a poner sobre el altar lo poco que tenemos, aquello que somos, para que, junto con el pan y el vino, lleguemos a ser pan entregado y vino ofrecido al estilo del propio Jesús. Ofrecer la vida junto a las especies de pan y vino, implica eucaristizarnos.

En la Eucaristía ya está realizada la plenitud de vida, y es el centro vital del universo; el foco desbordante de amor y de vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es de por sí un acto de amor cósmico: Porque, también, cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia o capilla, en cierto sentido, se celebra sobre el altar del mundo».

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LITÚRGICA

Por: P. Jairo de Jesús Ramírez, Delegado de Liturgia

Continuando la catequesis en torno al canto litúrgico, este mes abordaremos el tema sobre el juicio litúrgico del canto litúrgico. La naturaleza de la liturgia misma ayudará a determinar qué clase de música se pide, qué partes deben preferirse para cantar y quién debe cantarlas. La elección de las partes cantadas, el equilibrio entre ellas, y el estilo de arreglo musical que se use, deben reflejar la importancia relativa de las partes de la Misa y la naturaleza de cada parte. Así, un arreglo elaborado del canto de entrada, del "Señor, ten piedad" y del "Gloria" pueden hacer que la proclamación de la palabra parezca poco importante; y un canto de ofertorio excesivamente elaborado con un "Santo, Santo, Santo es el Señor" hablado puede hacer que la oración eucarística parezca menos importante.

“En las celebraciones litúrgicas, cada cual, ministro o simple fiel, al desempeñar su oficio, hará todo y solo aquello que le corresponde por la naturaleza de la acción y las normas litúrgicas” (SC 28). Debe darse un interés musical especial a las funciones de la asamblea, del cantor, del coro y de los instrumentistas.

¿Expresa e interpreta la música el texto correctamente y lo hace más comprensible? ¿Es respetada la forma del texto? Al hacerse estos juicios deben tenerse presentes las clases principales de textos: proclamaciones, aclamaciones, salmos, himnos y oraciones. Cada una tiene una función específica que debe ser acentuada por la música escogida para dicho texto. En la mayoría de los ejemplos hay un texto litúrgico oficial aprobado por la conferencia episcopal. Los textos vernáculos ajustados a música compuesta en períodos anteriores, sin embargo, pueden ser usados en los textos litúrgicos. Como se menciona en otra parte, se han proporcionado criterios para los textos que pueden reemplazar los cantos procesionales de la Misa. En estos casos y en la selección de toda la música suplementaria, los textos "deben estar de acuerdo con la doctrina católica, más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas" (Sacrosanctum Concilium -SC- 121).

La asamblea: la música para la asamblea debe estar dentro de la capacidad de ejecución de sus miembros. La comunidad debe sentirse cómoda y segura con lo que está haciendo a fin de realizar una buena celebración.

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Por: P. Jairo de Jesús Ramírez, Delegado de Liturgia

El cantor: aunque no hay sitio en la liturgia para la exhibición del virtuosismo por sí mismo, la habilidad artística es apreciada, y un cantante individual puede conducir con efectividad a la asamblea, proclamando atractivamente la Palabra de Dios en el Salmo cantado entre las lecturas, y tener su parte en otros cantos responsoriales. Aunque un cantor no puede realzar el servicio del culto de la misma manera que un coro, un cantor formado y competente puede realizar un importante ministerio conduciendo a la asamblea en los cantos sagrados comunes y en los cantos responsoriales.

LITÚRGICA

En nuestra diócesis pueden ser usados otros instrumentos musicales diferentes del órgano en los servicios litúrgicos, siempre que sean tocados de una forma que sea adecuada al culto público. Esta decisión se abstiene deliberadamente de escoger instrumentos específicos. Su uso depende de las circunstancias, de la naturaleza de la asamblea, etc.

El coro: un coro bien formado añade belleza y solemnidad a la liturgia y también ayuda y alienta el canto de la asamblea. El Concilio Vaticano II, hablando del coro, expresó enfáticamente: “Foméntense diligentemente los coros" con tal que "toda la comunidad de los fieles pueda aportar la participación activa que le corresponde” (SC 114). A veces el coro, dentro de la congregación de los fieles y como parte de ella, asumirá el papel del liderazgo, mientras que otras veces conservará su propio ministerio característico. Esto quiere decir que el coro dirigirá al pueblo en la oración cantada, alternando o reforzando el canto sagrado de la asamblea, o realzándolo con la adición de una elaboración musical. Otras veces, en el curso de la celebración litúrgica, el coro solo cantará obras cuyas exigencias musicales requieren y retan su competencia. El organista y otros instrumentistas: el canto no es el único tipo de música adecuado para la celebración litúrgica. La música realizada en el órgano o en otros instrumentos puede estimular los sentimientos de gozo y de contemplación en los momentos apropiados. Esto puede hacerse con efectividad en los siguientes momentos: un preludio instrumental, un fondo suave para un salmo hablado, en la preparación de los dones en lugar del canto, durante partes del rito de comunión, y en la procesión de salida.

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La Virgen María es una parte fundamental de la vida cristiana. Nos enseña el camino para llegar a Dios como fiel servidora. Además de ser nuestra Madre espiritual, se ha aparecido a lo largo de la historia de diversas formas. Dicha advocación surge en el Monte Carmelo en Israel, lugar al que se retiraban personas y profetas para encontrarse con Dios y orar, gracias a que dicha montaña es considerada como el jardín de Dios. Uno de los primeros personajes de la historia bíblica que se retiró a dicho monte fue el profeta Elías para encontrarse con Dios. Luego de considerar la importancia del Carmelo, unos ermitaños se retiraron y comenzaron a vivir allí, adoptando en sus vidas el estilo de vida de la Virgen María, llegando a ser identificados por aspectos evangélicos como la Orden del Carmen. Algo característico de la advocación de la Virgen del Carmelo es el escapulario. Este, según la historia, le fue revelado a San Simón Stock, director de los carmelitas en ese tiempo, el 16 de julio de 1951 y entregado por la misma Virgen del Carmen.

En nuestro contexto colombiano, se observa la ferviente fe que se tiene a esta advocación mariana. Durante el mes de julio se ven diversas procesiones, desfiles y caravanas por los ríos y por las carreteras de nuestro territorio, dándose un gran fenómeno cultural en torno a esta fiesta de la Iglesia Católica. Además, se refuerza con las fiestas de los diversos pueblos de nuestro país a lo largo de los días de este mes. Por lo tanto, hay que reconocer que Santa María del Monte Carmelo cumple un papel importante de nuestra cultura colombiana como protectora de cualquier persona, carro o vehículo de transporte, mostrándose de trasfondo la importancia que tienen para nuestra fe las diversas figuras de piedad popular, en especial esta advocación mariana.

Una entrega que se dio por medio de las siguientes palabras:

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https://www.elcampesino.co/virgen-del-carmen-patrona-de-conductores-y-fuerzas-armadas/

La Virgen del Carmen es una advocación muy importante para los colombianos, además de ser una de las más antiguas en la historia católica. Su celebración se extiende durante todo el mes de julio.


Diácono Permanente José Guillermo Castro Londoño. Notario Judicial Eclesiástico

Aceptación de la Demanda

En el artículo anterior nos referimos a la presentación del escrito de demanda. Una vez que el Notario Judicial Eclesiástico le informe al interesado en adelantar el proceso que el borrador ha sido aprobado y radicado, se dará inicio a la organización de la presentación de la demanda, con la documentación correspondiente, es decir: - Partida de matrimonio (original y expedida dentro de los 90 días anteriores). - Registro civil del matrimonio (copia). - Partidas de bautismo de ambos cónyuges (originales y expedidas dentro de los 90 días anteriores).

Si existen, pueden agregarse también: - Exámenes periciales, conceptos o historias clínicas en problemas psíquicos. - Demandas por violencia en la convivencia, supresión de la partida de la patria potestad a una de las partes. Foto: Freepik

El día de la entrevista con el Vicario Judicial, se presenta el escrito debidamente firmado, con toda la documentación solicitada y revisada por parte del Notario Judicial Eclesiástico.

- Documentos de divorcio, cesación de los efectos civiles del matrimonio y/o disolución de la sociedad conyugal (copias).

Durante la entrevista, el Vicario Judicial ejecuta diferentes acciones: • De acuerdo a lo dispuesto en los cánones 1446 y 1675 del Código de Derecho Canónico, le propone al cónyuge que presenta el escrito (actor), que trate de reanudar la convivencia matrimonial con la ayuda de medios pastorales propuestos por la Iglesia, llegando hasta la renovación del consentimiento, en caso de que fuere necesario. • Cuando el cónyuge (actor) manifiesta las razones por las cuales le es imposible reanudar la convivencia matrimonial, el Vicario Judicial acepta la recepción de su demanda para seguir el trámite procesal correspondiente, firmando ambos la respectiva acta. • Luego, recibe el escrito con la documentación requerida, dejando constancia de ello. • Acto seguido, se firma un acuerdo de confidencialidad de la información resultante durante el proceso, dada la sensibilidad de los temas que en él se abordan. • Finalmente, se procede a la fijación de las tasas, de acuerdo a la capacidad económica del actor y se le hace entrega de una guía con las etapas que conlleva el proceso hasta la ejecución de la sentencia, aclarando las dudas pertinentes.

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Foto: Freepik

- Partidas de bautismo de los hijos (originales y expedidas dentro de los 90 días anteriores). No se aceptan registros civiles.


DOMINGO 04 DE JULIO DECIMOCUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Les alimentó con �lor de harina y los sació con miel silvestre” Primera Lectura: Libro del Ezequiel 2, 2-5 Salmo 122: “Señor; esperamos tu misericordia” Segunda Lectura: Segunda carta de San Pablo a los Corintios 12, 7b-10 Evangelio: San Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él. Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN En este dramático pasaje, el evangelista revela la triste situación del pueblo sometido a la autoridad. El pueblo no puede darse el lujo de tener su propia opinión, debe pensar como las autoridades y no pensar por sí mismos: si las autoridades dicen, imponen lo que es blanco o es negro, y el pueblo debe creerlo. Es el pecado contra el Espíritu Santo: llamar bien al mal y llamar mal al bien (Is. 5,20). Dice Marcos: "Jesús vino a su tierra natal", no dice Nazaret, porque el asunto no se queda en aquella aldea sencilla, sino que se extiende a toda la nación de Israel. Jesús "llegó el sábado a enseñar en la sinagoga", es la segunda vez que Jesús enseña en la sinagoga. La primera vez, en Cafarnaúm, el resultado fue positivo, la gente se sorprendió, y dijeron "este sí tiene autoridad" - es decir, es un enviado de Dios -"no como nuestros escribas"(Mc 1,21-22). La primera vez la situación fue positiva. Jesús, sin proponérselo, desacreditó a los teólogos oficiales de los judíos, los escribas, que en revancha habían advertido a la gente: cuidado con este hombre, este Jesús, porque en verdad te cura, pero lo hace para infectarte aún más, porque es un hechicero, actúa por obra de belcebú (Mc 3,22), el príncipe de los demonios. Y la gente cree en los escribas. Jesús dice: “Un profeta es despreciado solo en su tierra natal”. Es el destino de los profetas, en el nombre del Dios del pasado, las autoridades religiosas nunca reconocen a un Dios que se manifieste en el presente. Los profetas amplían el espacio, el conocimiento de Dios, pero son de hecho las autoridades religiosas quienes, en nombre de la tradición, no acogen con beneplácito y no reconocen esta novedad de Dios y el pueblo es sumiso a su tradición. Jesús no puede obrar "maravillado de su incredulidad". Jesús está triste porque ve la opresión de la institución religiosa sobre su pueblo. Quienes decían ser representantes de Dios, impiden al pueblo conocer el amor universal de Dios.


DOMINGO 11 DE JULIO PAUTAS DE REFLEXIÓN

DECIMOQUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

El fracaso en la sinagoga de Nazaret, pues no creyeron en Jesús y él solo pudo realizar unos pocos gestos, no desalienta al Maestro, más bien, lo lleva a intensificar su actividad de diferentes maneras. Marcos 6,6b dice: Jesús recorría las aldeas de la región y enseñaba. ¿Qué significa este dato? Jesús ya no pone un pie en las sinagogas. Los lugares de culto, los lugares religiosos son refractarios a la acción del Espíritu. Entonces, Jesús va a los pueblos y aldeas, a los lugares de marginación y de pobreza.

“Los fue enviando” Primera Lectura: Libro de Amós 7, 12-15 Salmo 84: “Oh Dios, tu anuncias la paz a tu pueblo” Segunda Lectura: Comienzo carta de San Pablo a los Efesios 1, 3-14 Evangelio: San Marcos 6, 7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor

Jesús llama a los doce que representan al nuevo Israel y él los envía (apostellô, en griego), del vocablo griego deriva la palabra apóstol yFoto: noFreepik es un título, sino una acción responsable, autoridad sobre el dolor, la enfermedad, los espíritus impuros. Manda a los discípulos de "dos en dos", porque son comunidad, no son jefes o líderes sin más o portadores de un mensaje personal, sino testigos en y de una comunidad que ha experimentado a Jesús. Ante las dificultades de Nazaret, multiplica por doce su misión. Jesús les dice que cuentan con su poder para expulsar espíritus impuros. El espíritu impuro ya ha aparecido en este Evangelio cuando Jesús quiso ser testigo del Evangelio en una sinagoga (Mc 1,23). El Espíritu es una fuerza, y cuando viene de Dios se le llama Espíritu Santo, no solo por su excelente calidad, sino por su actividad de separar a la gente del mal; cuando proviene de realidades contrarias a Dios, se llama espíritu impuro. Jesús les da a sus discípulos poder sobre espíritus impuros, esta expresión tiene un doble significado, ante todo, libera a la gente de los espíritus para el mal, es decir, las ideologías nacionalistas y religiosas, que impiden aceptar la revelación de Dios en Jesús su hijo, para que cada persona sea libre. Es la imposibilidad de la comunicación con Dios, de acuerdo con la cultura de la época. Y Jesús les ordena (paraggellô, en griego, Mc 6,8), a sus discípulos la austeridad. Es la única vez que Jesús ordena o manda una acción a los suyos, en el evangelio de Marcos. Les ordena, quizá porque se resisten, llevar un bastón, sandalias y una túnica. Deben ser personas libres y con fe, confiar solo en la riqueza de ser testigos de Jesús. Son personas libres y no ciudadanos ricos y servidores de mamonas (dios del dinero, el poder, el prestigio). Jesús rechaza el uso dos túnicas, propias de personas ricas. Jesús no señala lo que deben decir, sino cómo ser: testigos del Evangelio (buena noticia).

11| Julio


DOMINGO 18 DE JULIO DECIMOSEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Andaban como ovejas sin pastor” Primera Lectura: Libro de Jeremías 23, 1-6 Salmo 22: “El Señor es mi Pastor nada me falta” Segunda Lectura: Carta de San Pablo a los Efesios 2, 13-18 Evangelio: San Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN El Evangelio de Marcos usa, por primera vez, la palabra "apóstol" (en algunas traducciones apóstol aparece en Mc 3,13-15, pero los estudios sugieren que es una inserción tardía), esta expresión indica no un título, un privilegio, sino una función: es "enviado". Cuando los discípulos son enviados, son "apóstoles".

Ellos "se reúnen alrededor de Jesús y le cuentan sus acciones y lo enseñado" v30. Sí, Jesús los mandó, pero no a enseñar y cuanto hicieron no hacía parte de las instrucciones de Jesús. Por esta razón, Jesús los lleva 'aparte' (al margen), un término técnico de los evangelios que indica incomprensión y hostilidad, y hasta oposición a Jesús. En griego hay una radical diferencia entre 'enseñar' (didaskô) y 'predicar'. Y, en Mc 6,34, el autor dice: al desembarcar vio (Jesús) -no dice desembarcaron-. No. Los discípulos permanecen en la barca; Jesús distancia a los discípulos de la gente. "Jesús vio una gran multitud y tuvo compasión", este 'tener compasión' (se estremecen las entrañas) es un término técnico del Antiguo Testamento (raham, rahamim, en hebreo) y también del Nuevo Testamento (splagchnízomai, en griego), y se usa solo para Dios. Los seres humanos tienen misericordia, pero solo Dios tiene compasión, y en el Nuevo Testamento se reserva para Jesús. 'Compasión' no es un sentimiento, sino una acción divina por la cual la vida se devuelve a quienes no la tienen; poner vida donde hay muerte. Para Jesús, su pueblo no tiene vida, son "ovejas sin pastor", Jesús se conmueve (splagchnízomai) para dar vida, la vida de Dios. Moisés pidió a YHWH un pastor en su pueblo (Dt 18,18), para que el rebaño no se desviara y en cambio la multitud iba como 'ovejas sin pastor'. Pero en realidad los judíos tenían los pastores, muchos quizá, incluso demasiados, pero estos pastores no se interesaban por el pueblo, sino solo por sus propios intereses (Ez 34). No cuidaron la salud, la vida del pueblo, defendieron sus privilegios; no sirvieron al rebaño, al contrario, lo dominan y explotan. Jesús hace propia la denuncia del profeta Ezequiel (Ez 34,11-16) y de otros profetas, y asume la vocación del pastor excelente (poimên kalos, en griego). A partir de este momento, Jesús será el verdadero pastor de Israel "Y comenzó a enseñarles" v34. Jesús no enseña doctrinas para dominar a las personas, sino, ofrece el alimento, comunica la vida, la fuerza para salir de la esclavitud, atravesar el desierto, llegar al reino de Dios en vida.


DOMINGO 25 DE JULIO

PAUTAS DE REFLEXIÓN

DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Dios no recibe ofrendas de las gentes, al contrario, Él se ofrece para que las personas tengan vida, y vida en abundancia (Jn 10, 10). Jesús intenta envolver a sus discípulos en esta nueva relación entre los seres humanos y Dios. Jesús los llama a colaborar en la acción creadora del Padre. Por esa razón, ante las necesidades de la multitud, que los sigue, Jesús le pregunta a Felipe, uno de sus discípulos: “¿Dónde compraremos panes para que ellos coman? (Jn 6,5).

“Les repartió pan y pescado cuanto quisieron” Primera Lectura: Libro segundo de los Reyes 4, 42-44 Salmo 144: “Tú nos das nuestro pan de cada día” Segunda Lectura: De la carta de San Pablo a los Efesios 4, 1-6 Evangelio: San Juan 6, 1-15 En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor

En el primer éxodo conducido por Moisés, el pueblo exhausto en el desierto, casi en las últimas, murmura contra el Señor “que nos hizo salir de Egipto y nos trajo, toda esta multitud, al desierto para hacernos morir de hambre” (Ex 16,3). En el nuevo y definitivo éxodo, liderado por Jesús, no hay murmuraciones, ni necesidad de pedir, pues el Señor toma la iniciativa para proveer a las necesidades de la multitud que lo sigue y Él va al encuentro de estas gentes. El Padre de Jesús y de nosotros no atiende los pedidos de sus hijos e hijas porque Él se adelanta a atender las necesidades de ellos; no espera que los hijos le pidan alimento, sino que Él se anticipa a proveerlos. La respuesta de Felipe desalienta al más valiente: “Doscientos denarios de pan no son suficientes para que cada uno reciba un pedacito” (Jn 6,7). Ni siquiera con un salario de seis meses de trabajo se alcanza a dar un pedazo de pan a cada uno. Pero, en el grupo de los discípulos, hay quien capta el desafío del Maestro; es Andrés el hermano de Simón Pedro, el primero en hacerse discípulo de Jesús en este evangelio (Jn 1,40). Andrés no piensa en comprar los panes, él ve una solución diferente: compartir, aunque es consciente de su impotencia: “Está aquí un joven que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?” (Jn 6,9). Antes de distribuir los panes, Jesús agradece. Entona la acción de gracias. La “acción de gracias” reconoce y evidencia que cuanto se posee, los panes en las manos son un regalo recibido, expresión del amor del Padre. La creación de Dios Padre es para todos los seres humanos y es abundante. La carencia y la miseria nacen del egoísmo de quienes retienen para sí aquello, que, por el contrario, desde la voluntad de Dios Padre, está destinado a pertenecer a todos. Cuando los bienes son liberados de la concentración egoísta y puestos a disposición de todos, desaparece la situación de carencia y se genera la abundancia para todos.

13| Julio


Pbro. Sergio Urrego Marulanda Delegado de infancia y juventud

Colombia ha estado marcada últimamente por diversas protestas, donde los jóvenes han sido los innegables protagonistas, llenando las calles y los ambientes con sus particulares formas de manifestarse. Son los jóvenes, quienes, en medio de una avalancha de situaciones complejas, han decidido ser el rostro visible, la primera línea, los portavoces de otra ingente multitud que permanece resignada a su destino. Dicen cosas como: Se metieron con la generación que no tiene casa, vehículo, ni educación, no tenemos nada que perder” “Se metieron con la generación que nació con ganas de morirse” “Se metieron con la generación que no quiere dejar nuevas generaciones”. Frases como estas manifiestan los sentimientos de millones de jóvenes que profetizan un futuro insostenible, lleno de tropiezos, bloqueos y frustraciones.

¿Qué les espera a estas nuevas generaciones? Dicen ellos que…

Ante esta percepción ¿Qué hacer?

Les esperan unos años de estudio subsidiado que les otorgará con suerte un empleo, para poder pagar otros subsidios de supervivencia.

Como Iglesia que proclama por todas partes el apoyo incondicional, la comprensión y la acogida, necesitamos estar también presentes en la primera línea de la protesta legítima. Unidos a nuestras nuevas generaciones tenemos que seguir promoviendo y defendiendo motivaciones de vida reales.

Les espera una graduación profesional con ínfimas posibilidades de un empleo seguro y satisfactorio. Les espera un salario MÍNIMO, con todo el peso de lo que esa palabra significa. Les espera trabajar en aquello para lo que no estudiaron, mientras aparece una oportunidad que solo le llega a un pequeño porcentaje de la población profesional. Les esperan entrevistas de trabajo en las que se les pida máxima experiencia con mínimas oportunidades. Les espera una batalla motivacional contra sí mismos, para ser capaces de progresar en un sistema nacional que retrocede cada día más. Les espera una guerra ética personal entre la decisión de romperse el lomo trabajando con honestidad o convertirse en uno de esos adultos corruptos que tanto desprecian. Les esperan deudas, deudas y más deudas. Les esperan esfuerzos máximos para recibir beneficios mínimos.

Las diferentes revoluciones de la humanidad se han basado en los mismos ideales universales, desde las escuelas helenistas antiguas con su búsqueda de las razones fundamentales, hasta la revolución del amor al prójimo en las palabras y gestos de Jesucristo; desde la inmortal consigna francesa de Libertad, igualdad y fraternidad, hasta el millón de voces colombianas contra las FARC en el 2008… los seres humanos siempre hemos buscado mejorar el pequeño espacio de tierra en el que vivimos y en el que morimos. Como Iglesia, debemos seguir trabajando para que nuestros niños y jóvenes no aprendan a vivir esperando que llegue ese destino fatal. Es complicado, pero posible. Mientras caminamos con ellos, mientras van encontrando sus motivaciones y construyen sus proyectos, dediquémonos como Iglesia a acompañarlos, a sanarlos cuando se lastimen, a guiarlos cuando se desvíen, a mostrarles por medio de palabras y de gestos que con perseverancia todo esfuerzo será recompensado, porque después de todo..

“Se metieron con la generación… que seguirá trabajando por algo mejor”

14| Evangelizar


SACERDOTAL

Por: Pbro. Julio Daniel Botía A.

Hay hermanos sacerdotes que sienten cansancio y puede que tú mismo en alguna ocasión te hayas sentido cansado. Se siente desgaste, agotamiento emocional, fatiga, temor de no tener suficiente tiempo para realizar los proyectos fundamentales; tensionamiento por diversas situaciones y dificultades personales, comunitarias y ambientales; se busca no dejarse quitar tiempo de otras personas, pesar por no poder atender las relaciones familiares y sociales como se quisiera. Se manifiesta como cansancio físico, debilitamiento emocional, sensación de incapacidad, de poca eficacia, monotonía. Por su parte, el Directorio describe otros aspectos de la situación: “Existen algunos factores, que pueden insinuar el desánimo en quien ejerce una actividad pastoral: el peligro de la rutina; el cansancio físico debido al gran trabajo al que, hoy especialmente, están sometidos los presbíteros a causa de su ministerio; el mismo cansancio psicológico causado, a menudo, por la lucha continua contra la incomprensión, los malentendidos, los prejuicios, el ir contra fuerzas organizadas y poderosas, que se mueven para acreditar públicamente la opinión según la cual hoy el sacerdote pertenece a una minoría culturalmente obsoleta” (DMVP2, 101). El cansancio, en parte, es fruto de la excesiva dispersión y activismo en las crecientes actividades pastorales que sufren los sacerdotes y de otras dificultades en el ministerio (Cf. PDV, 3). En relación con el cansancio, el papa Francisco describe la “acedia pastoral” de los sacerdotes, que “no es siempre el exceso de actividades, sino sobre todo las actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad que impregne la acción y la haga deseable. De ahí que las tareas cansen más de lo razonable, y a veces enfermen. No se trata de un cansancio feliz, sino tenso, pesado, insatisfecho y, en definitiva, no aceptado.” (EG, 82).

lleva a prestar más atención a la organización que a las personas; Otros caen en la acedia por no saber esperar y querer dominar el ritmo de la vida. Otras causas son: la deficiente caridad pastoral en las motivaciones y en la acción; la sobrecarga de responsabilidades asumidas por uno mismo, o recibidas de los superiores, o de los demás; la forma de trabajar dispersa, o desordenada, o egocéntrica; el deficiente equilibrio entre la vida y el trabajo; la falta de descanso oportuno y adecuado. Tú y yo podemos ayudar a que esos presbíteros cansados tengan lo que necesitan: descanso físico y sicológico, adecuados a su situación personal; asesoría espiritual y sicológica, según las situaciones; fortalecer sus motivaciones para la vida y para el ministerio pastoral; ayuda para organizar las actividades por prioridades. Ayudarles a reavivar y a fortalecer su caridad pastoral. Ayudarles a discernir la voluntad de Dios para que ellos hagan todo lo que Él quiere y solo lo que Él quiere. Motivarlos a hacer menos servicios, pero con mayor calidad y mejor fruto. Ayudarles a establecer prioridades pastorales, dejando parte del tiempo para el descanso y para la recuperación, y reduciendo las actividades, hasta cuando se logre recuperar las condiciones para un ministerio a tiempo pleno. Estimularlos a entregar las cargas que no les corresponden, o que no pueden cumplir. Ofrecerles elementos formativos para que sirvan con alegría, aún en medio del sacrificio y del sufrimiento y para que sepan vigilar y orar para no caer en tentación (Cf. Lc 22,46). Tener con ellos encuentros para compartir fraternalmente vivencias, experiencias, recreación y descanso. Ayudar a que participen en grupos de amistad y de ayuda sacerdotal.

El papa Francisco señala otras causas de esta acedia y cansancio (EG, 82): algunos caen en ella por sostener proyectos irrealizables y no vivir con ganas lo que buenamente podrían hacer; otros, por no aceptar la costosa evolución de los procesos y querer que todo caiga del cielo; otros, por apegarse a algunos proyectos o a sueños de éxitos imaginados por su Foto: Freepik vanidad; otros, por perder el contacto real con el pueblo, en una despersonalización de la pastoral que

15| Julio


Pbro. Frankin Anibal Osorio L. Delegado de Pastoral Familiar

“para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Jn. 17, 21)

La comunión familiar se hace viva como don y regalo altísimo del creador, desde el primer designio de Dios en el génesis en el cual nos narra el autor sagrado “por eso deja el hombre a su padre y a su madre, se une a su mujer y los dos se hacen una sola carne” (Gn. 2, 24), ese sentido de aunarse con el otro a quien vivo y acepto como carne de mi carne y hueso de mis huesos, se convierte en la primera experiencia de comunión, el hombre y la mujer responden en la unión matrimonial al llamado de Cristo a ser uno. De la unión de hombre y mujer y su fecundidad se construye una segunda dimensión de la comunión familiar y su proyección, “la herencia que da el Señor son los hijos” (sal.127, 3) esa herencia dada, es también, a su vez, el signo visible de la alianza que fortalece la comunión de Dios con el hombre “tu descendencia será numerosa como las estrellas del cielo y la arena del mar” (Gn. 22, 17). Estamos llamados a vivir la comunión del padre con nuestros hijos, desde la convivencia cotidiana familiar, siendo transmisores de la fe en quien nos ha amado primero, la esperanza en la transformación del mundo a través de la escucha activa de la palabra y la caridad a través de los actos de bondad y misericordia que nos acercan todos los días a la semejanza de Cristo. Estamos llamados a vivir la comunión familiar, en la experiencia de familia extensa, con los abuelos, con los tíos y con los primos, con quienes en ocasiones tenemos relaciones distantes y conflictivas, contra quienes el orgullo, el rencor y la ambición que se apodera de nuestros corazones y hiere profundamente la unidad familiar, colocando miembros de la familia en la posición de enemigos, arrastrándonos a maldecir nuestra propia sangre. El Señor nos llama en su palabra de manera especial a perdonar a nuestro hermano para vivir a profundidad y de manera coherente nuestras expresiones de fe, “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mt. 5, 23-24).

Foto: Cathopic

Foto: Cathopic

Llamados a la comunión Te invitamos a revisar como está la comunión primero contigo mismo, ¿Hay algún juicio que hago contra mí?, ¿Me cuesta reconocerme como hijo muy amado de Dios? Cómo está la comunión con mi esposo (a), ¿abro mi corazón para escuchar lo que me dice o simplemente lo (a) oigo?, ¿busco espacios que nos permitan compartir y acrecentar nuestra unidad de pareja? Cómo está la comunión con mis hijos, ¿veo en ellos, a pesar de sus limitaciones, un don dado por Dios? O ¿hiero constantemente a mis hijos con palabras o actos que lanzo al aire para demostrar mi descontento frente a actitudes o formas de ser que me disgustan? Cómo está la comunión con mi familia extensa, ¿existe alguna situación que nos ha separado herencias, conflictos de intereses, malos comentarios, juicios a priori?, ¿guardo algún rencor en mi corazón que me lleva a criticar y juzgar a mis hermanos?

16| Evangelizar


SOCIAL

Por: Hna. María Alejandra Bucheli García Delegada de Acción Caritativa y de la Misericordia.

El 2 de febrero de 2021, el papa Francisco anunció la celebración de la 1ª Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, con el tema “Yo estoy contigo todos los días”, a celebrarse el próximo 25 de julio. El lema elegido para esta celebración quiere expresar la cercanía del Señor y de la Iglesia en la vida de cada persona mayor, además de ser una promesa de esperanza que jóvenes y mayores pueden expresarse mutuamente.

Esta Jornada Mundial del adulto mayor nos vuelve la vista a lo esencial, a lo valiosa que es nuestra vida. Dios hizo una promesa al profeta Isaías, que nos renueva: “Hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, hasta que se os vuelva el pelo blanco, yo os llevaré. Ya lo tengo hecho, yo me encargaré, yo me encargo de ello, yo os salvaré" (Is, 46, 4). ¿Cómo no vivir con confianza de hijos amados en nuestro paso por la tierra, sabiendo que somos acompañados y cuidados con ternura y misericordia siempre?

manifestar su amor y cercanía a quienes se nos confían, empezando por los miembros más vulnerables de nuestras familias y entorno, entre quienes están nuestros hermanos mayores, quienes nos superan en experiencias, vivencias y sabiduría de vida, y quienes en la última etapa de su vida siguen desempeñando una misión única en la Iglesia y en la sociedad. Esta Jornada Mundial será una ocasión privilegiada para revalorar a quienes ya viven esta última etapa de vida y para prepararnos para este tiempo que tarde o temprano viviremos también cada uno de nosotros. Que sea una oportunidad para agradecer y ponernos al servicio de toda persona adulta mayor que conozcamos, con la conciencia de que el mayor servicio que podemos ofrecer será manifestar la cercanía y el inmenso amor de Dios por ellos en este momento de sus vidas.

Dios, que se hizo hombre en Jesucristo, reconoce nuestra humanidad y sabe que necesitamos muestras concretas, tangibles, de este amor manifestado en su Revelación. Por esta razón nos hizo responsables unos de otros en este camino, miembros de una misma familia, la Iglesia. “La Iglesia es la familia de Dios en el mundo. En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. Este amor no brinda a los hombres solo ayuda material, sino, también, sosiego y cuidado del alma” . Somos medios a través de quienes Dios quiere

17| Julio

Foto: ABC

Es importante reconocer que la fuente de nuestra esperanza está en la certeza de nuestra enorme dignidad por ser hijos de Dios, en la certeza de ser amados incondicionalmente por el Señor, que entregó todo por nosotros. Hemos sido, desde antes de la creación del mundo, eternamente amados. Esta verdad, tan aparentemente sencilla, es muchas veces difícil de interiorizar en lo más cotidiano de nuestra vida y en ocasiones se convierte en un simple lema vacío de sentido. Somos amados e infinitamente valiosos siempre, en todas las etapas de nuestra vida, desde que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre, hasta el día en que demos nuestro último suspiro. Dios sueña con nuestra vida, con lo mucho que quiere entregar al mundo a través de quienes somos, su perfecta creación.


Parte 15

EL TRABAJO, DON Y OBRA DE DIOS DONADO AL SER HUMANO IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano Santo Domingo “Bajo la guía del Espíritu Santo, al que hemos invocado fervientemente para que ilumine los trabajos de esta importante asamblea eclesial. La presente Conferencia general se reúne para perfilar las líneas maestras de una acción evangelizadora en todas sus dimensiones, que ponga a Cristo en el corazón y en los labios de todos los latinoamericanos. Pastores latinoamericanos, solidarios con el clamor de los pobres, hacer que la preocupación social forme parte de la misión evangelizadora. La situación angustiosa de tantos hermanos que carecen de lo necesario para una vida auténticamente humana, la situación se hace todavía más dolorosa con el grave problema del desempleo creciente; este es un deber de justicia, exigencia del bien común por el trabajo basado en la Palabra de Dios, de la Iglesia y el compromiso eclesial” (Papa Juan Pablo II). “La nueva Evangelización tiene como finalidad formar seres humanos en la fe y en la situación en que vivimos, provocada por los cambios sociales y culturales de la modernidad. Destinatarios de la nueva Evangelización son todas las clases medias, los grupos, las poblaciones, los ambientes de vida y de trabajo marcados por las ciencias, la técnica, y los medios de comunicación social” (S.D. 26). “Muchos de los bautizados no han tomado conciencia de su pertenencia a la Iglesia. Como consecuencia, el mundo del trabajo, de la política, de la economía, de la ciencia, del arte, de la literatura, de los medios de comunicación social, no son guiados por criterios evangélicos. La dedicación de muchos laicos a tareas intraeclesiales los priva de respuestas eficaces a los desafíos actuales de la sociedad” (S.D. 96).

“Los pastores procuraremos, como objetivo pastoral inmediato, impulsar la preparación de laicos que sobresalgan en el campo de la educación, de la política, de los medios de comunicación social, de la cultura y del trabajo. Que todos sientan el respaldo de sus pastores” (S.D. 99). “Denunciar todo aquello que, atentando contra la vida, afecte la dignidad de la mujer. Favorecer los medios que garanticen una vida digna para las mujeres más expuestas: trabajadoras domésticas, migrantes, campesinas, indígenas, afroamericanas, trabajadoras humildes y explotadas” (S.D. 110). “El trabajo: Una de las dificultades que más nos preocupa en nuestra tarea pastoral, es el mundo del trabajo, por su significación humanizadora y salvífica, que tiene su origen en la vocación cocreadora del ser humano como imagen de Foto: Cathopic Dios (Gen. 1,26) y que ha sido elevado y rescatado por Jesús, trabajador e hijo del carpintero (Mt. 13,55). Como servidores de Jesús, vemos al ser humano como sujeto que dignifica el trabajo, realizándose a sí mismo y perfeccionando la obra de Dios, para hacer de ella una alabanza al creador y un servicio a sus hermanos. La enseñanza del trabajo, como clave de la cuestión social, ha sido confirmada por la doctrina de la Iglesia y, de modo especial, subraya la dimensión subjetiva del trabajo, que es la expresión más elocuente de la dignidad del trabajador” (S.D. 182). “La realidad desafía una cultura del trabajo y de la solidaridad, partiendo de la fe en Dios Padre que nos hace hermanos en Jesucristo. En lo que se refiere al mundo de los trabajadores, se advierte un deterioro en sus condiciones de vida y en el respeto a sus derechos. Una pérdida de autonomía por parte de las organizaciones de trabajadores, debida a dependencias o auto-dependencias de diverso género: abuso del capital que desconoce o niega las primacías del trabajo, pocas o nulas oportunidades de trabajo para los jóvenes. Falta de trabajo lleva al desempleo con toda inseguridad económica y social. Los derechos de los trabajadores son un patrimonio moral de la sociedad que tienen que ser tutelados con adecuada legislación social y judicial, que asegure la continuidad confiable en las relaciones laborales” ( S.D. 183).

18| Evangelizar


EDUCATIVA

Por: Especialista Luz Dary Agudelo Echeverri

HUMANIZAR EN TIEMPOS DE CRISIS,

UNA TAREA DEL MAESTRO EN LA ESCUELA PRESENTE El mundo entero atraviesa una profunda crisis en todos los órdenes: social, político, económico, consecuencia de una pandemia que repentinamente ha transformado hábitos, imaginarios, representaciones, en todos los habitantes de la tierra. Los seres humanos nos hemos enfrentado, en proporciones desmedidas, a experiencias tan dolorosas como la enfermedad y la muerte al punto que los nombres y rostros de quienes las han sobrellevado, se convierten en cifras que con el paso de las horas se triplican al ritmo de producción de una poderosa máquina industrial. Una situación sin precedentes, a la que se le suma una disrupción de las interacciones humanas en cuanto se limita el contacto permanente con el otro, el amigo, el compañero de estudio o de trabajo, el vecino. Este panorama, parafraseando a Carmona, pone al ser humano a observar su propio tiempo y espacio con una mirada expectante, en razón de un cúmulo de experiencias que han contribuido a un derrumbamiento de ideales, proyectos, desatando en muchas personas una crisis del sentido de la existencia. Frente a este desmoronamiento de sentido, resulta ineludible reflexionar en torno a la condición humana, tarea que, si bien puede abordarse desde diversos ámbitos, le es propia a la educación y en consecuencia a los maestros cuyo quehacer fundamental es y será siempre el de humanizar. De ahí que, “el primer objetivo de la educación consista en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes” (Savater, 1991). Ahora bien, este escrito se propone presentar, de una manera muy general, tres interrogantes, a la luz de la obra de Fernando Savater, que motiven en el maestro dicha reflexión en tiempos de crisis.

Un primer cuestionamiento es ¿qué significa humanizar? afirma Savater citando a Greene, que ser humano no es solo una condición biológica, sino un deber, “[…] nacemos para la humanidad” (Pág. 22) y por ello es preciso trabajar para fortalecer aspectos como la compasión, la solidaridad, la empatía, características propias de una persona a la que se le considera “muy humana” en este sentido, humanizar es contribuir con el fortalecimiento de estos y otros aspectos fundamentales en una época crucial como la que afrontamos. El segundo interrogante sugiere algunos aspectos sobre ¿cómo humanizarnos? A propósito, el libro de los Proverbios en el capítulo 27, 17 reza “el hierro se aguza con hierro, el hombre en contacto con su prójimo” es decir, solo es posible humanizarnos en el encuentro con el otro, solo llegamos a ser plenamente humanos “cuando los demás nos contagian su humanidad” (Savater, 1991); a propósito, el maestro ha de propiciar siempre ese espacio de encuentro, pues “ Nadie es sujeto en la soledad y el aislamiento, sino que siempre es sujeto entre sujetos[…]” (Pág. 34) Finalmente, se plantea la pregunta ¿es la escuela un escenario de humanización? Tal vez una de las grandes comprensiones que como sociedad hemos alcanzado en medio de este tiempo de crisis es efectivamente que la razón de ser de la escuela es humanizar, y ahora que retornamos a la escuela es menester tener presente que […] uno se educa y se forma en relación con los otros, en un diálogo abierto con las inquietudes y con las preguntas más urgentes de su tiempo histórico. (Gadamer citado por Carmona). Quedan así planteados estos interrogantes, con el ánimo de recordar a los maestros que nuestra tarea más próxima e importante es continuar humanizando en medio de la crisis.

Carmona, I. D. (2004). El filósofo educador o sobre la misión del filósofo como pensador y maestro de una sociedad que se lee así misma en crisis . Series de la Frontera , 87-108. Proverbios. (s.f). Biblia de Jerusalen . Savater, F. (1991). El Valor de Educar . Bogotá: Ariel, S.A. .

19| Julio

Foto: Freepik


“También con nosotros y para nosotros parte Jesús el pan, se nos da a sí mismo todo entero, se hace el encontradizo en la Eucaristía”.


Oración por Colombia Señor Jesús, tú nos dijiste: “mi paz les dejo, mi paz les doy”. Mira con misericordia a Colombia herida por la injusticia y por la violencia, dividida por enemistades y desigualdades, pero con vivo anhelo de un mañana mejor. Haz que acojamos la paz que nos das. Señor Jesús, tú nos dijiste que eres el Camino, la Verdad y la Vida. Concédenos la superación de los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos. Que cesen tantas expresiones de violencia y se respete la vida. Que progrese y se consolide el diálogo para lograr la convivencia pacífica. Que se abran nuevos caminos de justicia y de prosperidad. Señor Jesús, tú nos dijiste que somos sal de la tierra y luz del mundo. Suscita en todos responsabilidad y compromiso, para asumir la tarea de construir juntos un país que sea casa y patria para todos. Virgen María, Reina de la Paz, acompaña con tu amor y protección al pueblo colombiano.


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