Periodistas Postindustriales: Rediseño de una Profesión

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diálogo

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abril - mayo 2013

Viene de la página 3

Foto por Ricardo Alcaraz

Jay Fonseca: “¡Yo quiero que la gente piense!” Por Daniel Sepúlveda

Foto cortesía de El Vocero

Con tan solo 30 años, el periodista de radio (WKAQ-580), televisión (Telemundo-canal 2) y prensa escrita (Primera Hora), Jay Fonseca, se ha convertido en un arquetipo del periodista pos-industrial. Es decir, un curador de información que ofrece noticias, opina e interactúa con el público con el fin de promover el pensamiento crítico y el sentido ciudadano. Actualmente tiene más de 230 mil seguidores en Facebook y 140 mil en Twitter. Con simpatía, inteligencia y dinamismo, Fonseca se ha constituido en una marca periodística. Diálogo (D) : ¿Su meta es realmente informar? Jay Fonseca (JF): Mira, lo fue hace tiempo. Pero ahora mismo trato de crear una opinión sobre lo que informo. A veces solo quiero informar porque no tengo una posición sobre algo o porque simplemente creo que mi opinión no es importante sobre el tema. Pero sí trato de llevarle al público datos importantes que no son incluidos en las noticias.

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Salas de redacción de El Vocero y de Índice

gratuito Metro, coincide con ese punto de vista. La experiencia adquirida en este diario gratuito global (es el primer grupo editor de prensa gratuita a nivel mundial) lo ha convencido de que el periodismo ha sufrido una mutación. También le demuestra que ahora es necesario entender cabalmente un ecosistema de la comunicación en el que las interacciones con el público marcan nuevas pautas a los periodistas en lo que a sus responsabilidades y enfoques noticiosos se refiere. Al igual que Índice, la edición global de Metro se inclina más hacia las informaciones soft news. Sin embargo, en Puerto R ico la publicación busca establecer su propia identidad. Lebrón sostuvo que actualmente trabajan en la modificación de sus contenidos para ofrecer noticias de más envergadura. “En Metro tú no verás un titular de portada que trate sobre farándula. Nuestra apuesta es por las hard news (noticias de alta relevancia y contenido serio)”. Metro de Puerto Rico se dirige a un público entre las edades de 25 a 44 años. Tiene una distribución de 115 mil ejemplares diarios. “A pesar de que Puerto Rico tiene una crisis económica seria, el mercado de los periódicos impresos en la Isla es uno de los más sólidos a nivel mundial. Además, el poder adquisitivo de los lectores y anunciantes en Latinoamérica es uno de los más altos que hay”, explicó Lebrón. El diario forma parte de un cong lomerado med iát ico que se originó en Suecia en 1995. Actualmente se publica en 25 países, 30 millones de personas lo leen diariamente y se imprime en 17 idiomas. Es el paradigma de la prensa “glocalizada”, global y local a la vez.

Foto por Ricardo Alcaraz

EL VOCERO SE REINVENTA

Luego de 40 años, el periódico El Vocero decid ió conver tirse en una publicación gratuita. La determinación fue el resultado de una ref lexión en torno a las nuevas tendencias mundiales y las posibilidades que tenía la publicación en un contexto económico crítico. M a r i c e l i s R i v e r a S a nt o s , directora ejecutiva del diario, relata que los gestores de la publicación decidieron que la mejor estrategia de negocio era circular gratuitamente y depender del ingreso publicitario ya que no ten ía u na ba se de subscriptores tan amplia como la de otros medios impresos. El Vocero ha sido tema de discusión pública en los pasados meses porque alegadamente gozó de beneficios contributivos por parte del Estado mientras desarrollaba una línea editorial favorable al partido de gobierno justo en el contexto de la campaña editorial. Entretanto, el periódico ha hecho un gran esfuerzo por adaptarse a los nuevos tiempos, tomando

más en cuenta las opiniones de los ciudadanos a través de las redes sociales y los espacios de coment a r ios y aju st a ndo la s rutinas de producción para ser más ágiles, según declara Stephanie Gómez, editora de la página web del periódico. Sostiene que con los cambios el diario ha logrado aumentar la cantidad de lectores. Además, el periódico en línea cuenta con una suscripción por correo electrónico de 50,000 personas dentro y fuera de Puerto Rico. Rivera Santos recordó que al equipo de periodistas le tomó tiempo cambiar la cultura de trabajo de tantos años, entender, por ejemplo, que ahora la prioridad era generar contenidos para la versión digital y hacerlo de la manera más rápida posible. La versión impresa gratuita, el filón para acceder a un ingreso publicitario limitado y al público afín a los formatos digitales, queda ahora para el registro puntual e histórico de la actualidad noticiosa del País.

D: ¿Usted cree que a la gente le importa lo que opina? JF: Yo me hago esa pregunta de vez en cuando. Yo creo que la gente me vio como alguien genuino. Pienso que uno de los problemas del periodismo es que muchos colegas se ven como celebridades y se alejan del ciudadano. Y éste no los ve como alguien con quien quiere relacionarse y escucharle para informarse. Pienso que eso es un gran peligro. Yo creo que la razón por la que gente me sigue es porque yo demuestro que me importan, contestándoles siempre que puedo. Yo digo, “ésta es mi opinión, pero chequea porque tu opinión puede ser distinta”. Yo también quiero que la gente piense. Claro, hay gente que hace mucho mejor trabajo que yo, pero su modo de llevar el mensaje es digno de una conversación en El Condado con un plato de jamón prosciutto, queso manchego y un vinito, es decir, desde el entretenimiento puro. Yo trato de informar y ofrecer datos relevantes de forma entretenida. Porque creo que es la mejor manera de llevarle al país información sobre las circunstancias en las que estamos realmente. Si nos activamos podremos evitar el camino que llevamos. Pero no lo podemos hacer si estamos tocando el violín mientras el Titanic se hunde. Hay demasiada gente tocando violín. D: ¿Qué piensas sobre la cultura de la inmediatez que impera en el periodismo contemporáneo gracias a las tecnologías, las redes sociales, etc.? JF: Honestamente yo creo que lo que se pretende de nosotros es un poco irreal. Máxime cuando los que somos comentaristas o analistas somos gente a la que se nos pregunta de absolutamente todo. Yo soy lo contrario de un doctor, que sabe mucho de poco. Yo sé poco de un montón de cosas y eso es malo y es bueno. Bueno porque te permite hablar cosas generales. Malo porque no te permite profundizar. Para profundizar se requiere tiempo para buscar la información disponible. La inmediatez es muy mala pero inevitable por el estilo de vida que llevamos. Siempre faltan unos elementos de juicio que hay que considerar. Todo tiene áreas grises. D: Hemos visto como el medio impreso ha hecho una transición para ser una plataforma para contenidos premium –más concentrados en el análisis- mientras que las versiones en línea sirven más bien para el contenido inmediato. Su columna de Primera Hora es ofrecida solamente en la versión impresa. ¿Usted considera su contenido premium? JF: Yo trato de cubrir ambas cosas (la información de actualidad y la interpretación). Tienes razón, en el medio impreso uno debe escribir con mayor profundidad. Mi expectativa es hacer un libro que profundice sobre un tema. Así que cuando yo escribo mi columna trato de llevar mucha más información, tipo ensayo, en el marco de las limitaciones de las 500 o 600 palabras que me imponen. Donde más datos yo pongo y donde más trato de convencer a alguien de lo que estoy diciendo es en mi columna. Creo que a pesar de todos los cambios, lo que genera opinión pública es el periodismo escrito.


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