Boletin Online Noviembre - Dicienbre

Page 1

Rector Mayor

ditorial Invitada

C

on profundo sentimiento de gratitud y de alegría desbordante, vivimos el acontecimiento único e irrepetible, acontecimiento de bendición y acción de gracias a Dios: la Beatiicación de sor María Troncatti en la ciudad capital de la provincia de Morona Santiago. Macas, Sucúa y Sevilla Don Bosco son escenarios donde sor María ejerce la fuerza de su entrega al servicio de los hermanos shuar y colonos según el carisma salesiano. En ella es muy visible su apertura a lo inédito, la defensa de la vida humana, el servicio a los demás desde la comunidad y en colaboración con los laicos, y la santidad cotidiana hecha de vivencias simples y bien logradas, en este sentido el Rector Mayor Don Pascual Chávez hace un claro llamado a la santidad con la breve fórmula de Don Bosco: «Da mihi animas cetera tolle» en base al simple y concreto programa que se debe vivir cada jornada y a lo largo de toda la existencia de cada miembro de la gran familia salesiana: trabajo, oración y templanza, actitudes, estas, que se aplican sabiamente tanto a la relación con Dios como a la vida personal, comunitaria y profesional. Se alude también a que la beata María Troncatti es un relejo vivo y dinámico, original y iel del carisma salesiano, expresado en un servicio intenso, permanente que ágilmente alterna con los espacios de oración y la saludable relación con todos, porque en ella su carismático cotidiano está hecho de expresivos encuentros con Jesús y María, humildad y sencillez, austeridad, serenidad y alegría. La santidad que resplandece y convence es el primer anuncio del Evangelio que pide Dios y espera la Iglesia, sor María, a lo largo de los años, conserva la frescura, el impulso y la fuerza para anunciar al pueblo el Evangelio de la vida y la salud. Es sumamente agradable recordar que María Troncatti, niña, en 1892, en su escuela escucha por primera vez, en el Boletín Salesiano, leído por su maestra cartas y anécdotas de los misioneros de América del Sur. Su vida, vocación, acción misionera y santidad están ligados a las publicaciones de Don Bosco, con el in de dar a conocer las buenas noticias de sus obras.

Sor Beatriz Navarro J. Inspectora de las Hijas de María Auxiliadora en Ecuador 3


Rector Mayor

SALUDO MENSAJE

Con motivo de la beatiicación de Sor María Troncatti, FMA

A

cepto con gusto la invitación a dirigir mi mensaje con motivo de la beatiicación de Sor María Troncatti, Hija de María Auxiliadora, que se celebrará en Macas, Ecuador, el 24 de noviembre de 2012. Se trata de reconocer, a la luz de la fe, la trayectoria de esta extraordinaria mujer, consagrada, misionera y madre de todos los que han tenido la gracia de conocerla. Por encima de todo, es el testimonio de aquellos que realmente han experimentado el celo apostólico del «Da mihi animas, cetera tolle», aceptando el ascetismo exigente del «Trabajo y templanza», como requisito indispensable para «dar fruto». Esta hija de María Auxiliadora, en la selva amazónica de Ecuador, se convirtió en «médico» para los cuerpos y las almas: mientras curaba y socorría, evangelizaba, proclamando y testimoniando a todos el amor ininito del Padre y la ternura materna de María Auxiliadora. Con su beatiicación se desea hacer una memoria viva de un gran grupo de generosos y heroicos misioneros Salesianos e Hijas de María Auxiliadora, que en la selva amazónica de Ecuador han sembrado con lágrimas, sudor y muchas veces con sus vidas, la semilla del Evangelio.

4 BOLETÍN

ALESIANO

La beatiicación de sor Troncatti es un signo privilegiado del amor de Dios para toda la Familia Salesiana y para el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en particular. La santidad de la Familia honra a todos los grupos que se remontan a la espiritualidad salesiana de Don Bosco y de Madre Mazzarello. Es un estímulo para vivir con pasión el carisma y transmitirlo a las jóvenes generaciones en un mundo lleno de desafíos, pero también rico de signos de esperanza. La vida de María Troncatti ha sido realmente consagrada en la verdad, actuando a partir de Dios, en comunión con Jesucristo, en el amor del Espíritu Santo. Se unió y conformó a Jesucristo, renunciando a sí misma, y viviendo en idelidad a los compromisos asumidos en su profesión religiosa. Gracias a su fe y al sacriicio constante de sí, brilla por su extraordinaria capacidad de saber combinar de una manera maravillosa el anuncio del Evangelio y la promoción humana, obteniendo frutos de conversión espiritual y de liberación humana y social. Ella pertenece al nutrido grupo de personas, de las que han surgido ríos frescos de vida, llena como estaba de la alegría de la fe, vivida en la radicalidad de la obediencia y con la fuerza del amor.


Rector Mayor Es signiicativo y conmovedor que la Iglesia a reconozca oicialmente, precisamente en el año dedicado a la fe, la santidad de esta hija suya, convirtiéndose en un signo de esperanza para nuestro mundo en el que hay un creciente y generalizado analfabetismo religioso. Para ella, todo era una buena ocasión para indicar la salvación en el nombre de Jesús y María: ya sea cocinando, en el cuidado de los enfermos o suministrando medicamentos, sembraba siempre la palabra evangélica en la intimidad de las personas y descendía como una medicina que cura las heridas y las llagas de los corazones y las almas. Su beatiicación nos ayuda a recordar que las misiones tienen su centro en la proclamación de la salvación en el nombre de Jesús. Por último, deseo recordar que este acontecimiento de gracia cae en el camino de preparación para el bicentenario del nacimiento de nuestro Padre y Fundador Don Bosco. La nueva beata ha encarnado de modo singular el lema salesiano «Da mihi animas cetera tolle» a través de un celo y una entrega incondicional a las almas, hasta la entrega de su vida. Sor María se preocupaba por el hombre entero, sus necesidades físicas y espirituales. Con su ejemplo y su mensaje recuerda a todos los miembros de la Familia Salesiana, que no nos hemos de preocupar solo del cuerpo, sino también de las necesidades del espíritu del hombre. ¡Cuántas almas salvadas! ¡Cuántos niños arrancados de una muerte segura! ¡Cuántas niñas y mu-

jeres defendidas en su dignidad! ¡Cuántas familias formadas y custodiadas en la verdad del amor conyugal y familiar! ¡Cuántos incendios de odio y venganza extinguidos con el poder de la paciencia y la entrega de la propia vida! Y todo vivido con gran celo apostólico y misionero. Una disponibilidad continua, una dedicación renovada cada día a los pies del altar, una entrega hasta el sacriicio supremo de la vida por la reconciliación y la paz. Que la beata María Troncatti nos obtenga la gracia de corresponder con generosidad a la vocación cristiana y despierte en nuestras familias y comunidades cristianas y religiosas el don de la fe y el compromiso de anunciar el Evangelio especialmente a los jóvenes y los pobres.

Roma, 8 de septiembre de 2012

Don Pascual Chávez V., sdb Rector Mayor

5 BOLETÍN

ALESIANO


E

l nombre de sor María Troncatti resuena todavía como una melodía familiar en la antigua selva ecuatoriana. Atraída por el pueblo shuar en 1925, sor María Troncatti se hace pronto una de ellos, a tal punto que después de tantos años de misión, no ve necesario ni siquiera un breve retorno a su patria, no obstante la nostalgia que ella tenía, decía: «Cuando uno se dona a Dios, es para siempre». Sor María conocía las lágrimas, el miedo, la desilusión, los impedimentos, pero junto a ellos, la sostenían la conianza, la esperanza, la gratuidad, el reconocimiento y la fecundidad apostólica. Donde quiera que ella pasara, se manifestó como la intérprete de la incomparable bondad de Jesús, signo y expresión de su amor. Era la «madrecita» solícita y valiente en el ayudar a quien sea se encontrase en necesidad. Era médico para los cuerpos y para las almas: mientras curaba, aconsejaba y evangelizaba. Con materna paciencia buscaba de reconciliar a las almas y orientarlas al bien. En cada actividad, sacriicio o peligro se sentía sostenida por la presencia materna de María Auxiliadora. «Una mirada al cruciijo me da fuerzas y valor para trabajar»: esta era la certeza de la fe que la sostenía y que no la exoneraba del sufrimiento, como da a entender también en sus cartas a sus familiares. ¿El secreto de su donación? La oración a los pies de Jesús. Como Madre Mazzarello, cada mañana, sor María se levantaba pronto y se iba a la iglesia para adorar al Señor por una hora. Recorría el camino del vía crucis, al cual seguía después la meditación y la Eucaristía. La oración para ella era atención a una Presencia, que le daba la fuerza para «permanecer en el amor». Una vida fuera de Dios empobrece y se apaga el alma. Una vida que sabe «permanecer» en el amor es rica y fecunda. Sor María fue mujer de reconciliación entre autóctonos y colonos, hasta donar la vida. Su pena más grande era, tener que asistir a los encuentros entre los dos grupos. Ella buscó de ser puente, instru6 BOLETÍN

ALESIANO


mento de paz con la oración, el ofrecimiento, la palabra del Evangelio que cura. Se hizo instrumento en las manos de Dios viviendo la intensidad del siervo inútil y reconociendo que solo Dios dona la fecundidad y la eicacia al esfuerzo. Nuestro sí cotidiano unido al suyo, se hace don salvíico, y sor María lo hizo hasta la ofrenda total de su vida, para que el momento crucial entre colonos y shuar, no fuera el odio y la violencia, sino aquella de la paz y del perdón. Fue incansable evangelizadora de los pobres. Es propiamente desde la mirada hacia los últimos donde se comprende la grandeza de una persona. Si hay una distinción de hacer, es aquella de dar lo mejor a quienes no han tenido nada. De tener una predilección por los jóvenes pobres. A cuántos niños y mujeres jóvenes, sor María le devolvió la dignidad de criaturas amadas por Dios, libres y capaces de colaborar, también a través de un trabajo profesional para una sociedad más justa, libre y en paz. La conianza en la Providencia le hacía tocar con la mano los milagros y le permitía anunciar la paternidad de Dios a los pequeños y a los pobres. Su actividad misionera tendía hacia la salvación de cada persona, sobre todo de los más pobres, ella fue verdadera transparencia del amor misericordioso del Padre que se inclina con ternura a cada criatura. Nos auguramos que el acontecimiento de la Beatiicación, el 24 de noviembre. Represente para toda la Familia Salesiana un renovado compromiso, a vivir en profundidad la identidad de cristianos que no tiene miedo de testimoniar su fe y de dar razón de la esperanza que los habita. Tal acontecimiento nos coloca en el tiempo de la celebración del Sínodo sobre la Nueva Evangelización y a pocos días de haber iniciado el año de la fe. La igura de sor María ayude a todos y, en modo especial, a la Iglesia del Ecuador, con el compromiso renovado de ser discípulos y misioneros de Jesús, contagiando la alegría del evangelio a aquellos a los cuales, juntos, somos enviados. Sor Yvonne Reungoat, Superiora General de las Hijas de María Auxiliadora

7 BOLETÍN

ALESIANO


LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA, 110 AÑOS EN EL ECUADOR «Ustedes no tienen solo una gloriosa historia para recordar y para contar, sino ¡una gran historia para construir! Miren al futuro, el Espíritu les proyecta para hacer en ustedes cosas grandes». Juan Pablo II.

Nuestra gran Historia comienza en Italia con la acción de un profeta y educador, santo y soñador, Juan Bosco; quien, guiado por María, a partir de 1841, inicia en la Iglesia una singular experiencia evangélica, está dotado de un corazón grande como las arenas del mar, se convierte en padre, maestro y guía de una multitud de jóvenes y en fundador de una numerosa familia espiritual: los Salesianos de Don Bosco, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos Cooperadores. Juan Bosco inicia en Turín el oratorio festivo, con y para los jóvenes abandonados, ellos son el punto de convergencia y cohesión, su campo apostólico, el programa concreto de acción; los jóvenes son, después del Señor, el otro polo para el que vive y actúa, con profundo realismo les repite: «Me basta que sean jóvenes para amarles con el alma. Por ustedes estudio, por ustedes trabajo, por ustedes vivo y por ustedes estoy dispuesto a dar la vida». Cristo, Buen Pastor, es la fuente y el modelo de su caridad pastoral, de sus criterios de vida y acción, de intenso trabajo, oración e impulso misionero. En la escuela de Don Bosco se vive la pedagogía de la gracia y la alegría, de la conciencia pura y del trabajo, de la preparación para la vida y para la eternidad. El santo de los jóvenes, con María Mazzarello vive una experiencia espiritual y religiosa sorprendente por las mediaciones que le depara el buen Dios, por los encuentros providenciales, por las intuiciones recíprocas que van más allá del contexto apostólico de la época y por la fecunda y genuina colaboración en la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, el 5 agosto de 1872.

8 BOLETÍN

ALESIANO

En Mornese, María Mazzarello, mujer valiente y llena de sueños, de esperanzas y dinamismo desbordante, a la voz de «A ti te las confío», entiende que el lugar de la educación de las jóvenes es la vida de todos los días, las acciones ordinarias con las que se teje la existencia. De aquí brota la solicitud llena de sabiduría y de amor para cada persona, ayuda a sus coetáneas a vivir con dignidad, conscientes de su vocación de mujeres cristianas y de honestas ciudadanas, en la praxis diaria conjuga trabajo e instrucción, interioridad y compromiso


solidario, fe e integración social, y descubre los caminos metodológicos para el crecimiento de la persona: diálogo educativo, adhesión al proyecto de Dios, lógica del realismo, paciencia, esperanza, trabajo y educación para la laboriosidad, entrega de sí en el amor, pedagogía de la alegría, la apertura al contexto. De una mujer santa, con una modesta instrucción, brota un Instituto comprometido en la cultura y en la formación de niñas y jóvenes. Para María Mazzarello, la respuesta educativa y vocacional es sorprendente, de Mornese el Instituto pasa a Niza, a toda Italia, y las nuevas fundaciones se suceden en todos los países de Europa; en 1877, las Hijas de María Auxiliadora llegan a América. El Ecuador abre las puertas a las salesianas en noviembre 1902, durante el Gobierno de Leonidas Plaza Gutiérrez. Las hermanas provienen de la Visitaduría del Perú. Son tres las primeras que obedientes a la voz de Dios y de las superioras, llegan con la misión de inculturar el carisma salesiano en esta nueva tierra. Ellas son sor Teresa Taparello, sor Rosa Devalle, sor Victoria Orihuela. Arriban a Guayaquil, de allí continúan su viaje en caballo hasta la ciudad de Cuenca, se hospedan en la comunidad de las hermanas del Buen Pastor. Junto con un salesiano Francisco Maturana y Monseñor Costamagna continúan la aventura hacia la selva ecuatoriana. Sortean no pocas diicultades: la inclemencia del clima, las largas jornadas de viaje, el desconocimiento de la cultura y del idioma. Y por in, la meta ambicionada, la pequeña misión de Gualaquiza, lugar donde ya se encuentran los salesianos desde varios años atrás; llegan la mañana del 30 noviembre 1902, hace exactamente 110 años. Son recibidas con ambiente de iesta por los pocos colonos que viven cerca de la misión y algunos nativos vestidos de gala que, al sonido del tum, tum les dan una cordial y singular bienvenida. De esta manera se siembra en tierras ecuatorianas el carisma de nuestros fundadores y la semilla de santidad al estilo salesiano. Pronto llegan los días de trabajo intenso, educativo y misionero, matizado con el sufrimiento, luchas, dolor, soledad, sacriicio, enfermedad e incomprensiones. Son mujeres valientes y llenas de esperanza; sus nombres están grabados en el cielo y en nuestros corazones; traen el fresco y dinámico carisma educativo misionero de Juan Bosco y de María Mazzarello. Ellas ponen las bases para este largo recorrido misionero de once décadas, ponen todas sus ilusiones, audacia

y alegría, comienzan una gran obra en nombre de Dios, del eterno presente y guía luminoso de la historia, y en nombre de María Auxiliadora, madre y compañera de camino. Con 110 años de educar evangelizando y evangelizar educando, tenemos una larga historia para contar; historia construida en cada una de las misiones de la Amazonía: Gualaquiza como la primera, Macas, Sucúa, Sevilla Don Bosco, Bomboiza, Yaupi, Limón, Chiguaza, Tuutin Entsa. Historia escritas en cada oratorio, escuela, colegio, centro promocional de la Costa ecuatoriana: Playas, Guayaquil y Manta; historia narradas en cada casa de formación, unidades educativas o casa de acogida a chicas en situación de riesgo de nuestra serranía: Julio Andrade, Quito, Riobamba, Guaranda, Simiatug, Cuenca, Loja y Cariamanga. Son años dedicados a servir y a acompañar, para aportar a la sociedad con la formación de «buenos cristianos y honestos ciudadanos». Desde los inicios en cada una de las obras, nuestras hermanas trazan caminos, constituyen comunidades educativas, comparten la riqueza del carisma salesiano, con la satisfacción de entregarse a tiempo y corazón completo por el Reino de Dios. Y así lo sentimos nosotras ahora, porque somos herederas de un pasado responsable y coherente hecho de sacriicios, renuncias, emprendimientos y total dedicación. Actualmente somos 214 hermanas presentes en la Amazonía, Costa y Sierra de nuestro querido Ecuador, en 28 comunidades dedicadas a la pastoral, asociacionismo juvenil, infancia misionera, oratorios y catequesis, voluntariado social y vocacional, centros educativos, formación inicial y permanente de sus miembros, misiones andinas y de Amazonía, trabajo con niñas y adolescentes en situación de riesgo, comunicación, acompañamiento a grupos de la Familia Salesiana: exalumnas, salesianos cooperadores... escenarios con los cuales colaboramos en la construcción del reino, de una Iglesia más dinámica y evangelizadora y de una sociedad más justa y fraterna. Son muchos los frutos de estas once décadas de presencia. En sor María Troncatti vemos relejada la meta de santidad a la que todo cristiano debería aspirar y la acertada respuesta a los retos históricos de su tiempo, que para nosotras hoy se vuelven provocación y desafío a ser ieles al Evangelio, ieles al carisma y al ser humano de hoy . Sor Beatriz Navarro J. Provincial de las FMA – Ecuador

9 BOLETÍN

ALESIANO


E

n los altos valles de la provincia de Brescia, en Pisogneto de Corteno, hoy Corteno Golgi, el 16 de febrero de 1883 el matrimonio Troncatti ve nacer su segunda hija a quien la llamarán en el bautismo, María Bienvenida.

Es hija de Santiago Troncatti y María Rodondi. De los hijos que procrea la pareja logran sobrevivir seis: Catalina, María, Isabel Lucía, Angelina, Inés y un varón, Santiago el último de los hijos. La familia Troncatti Rodondi es gente sencilla, de fe simple pero profunda, sustentada en la vivencia de los valores del evangelio. Viven a plenitud la vida cristiana y en ella educan a sus hijos. Muy trabajadora y poseedora de muchos bienes: vacas, cabras, burros, mulos y terrenos en Aprica. María crece sencilla, serena, trabajadora, con carácter volitivo, fuerte, rectilíneo y a la vez gentil y bondadoso. El amor a los suyos es grande; su casa, aunque modesta, no la cambiaría por todo el oro del mundo. Es muy inteligente, aprende con rapidez. Es feliz y lee con gran interés el Boletín Salesiano, revista fundada por Don Bosco en 1877 y que la maestra, al inal de la lección, se la leía a sus pequeños estudiantes: las cartas de los misioneros, sus aventuras en las pobrísimas

10 BOLETÍN

ALESIANO

regiones de América del Sur, su trabajo entre los emigrados y los indios. Entre las niñas que escuchaban encantadas estaba María Troncatti, con nueve años y una inocencia que aloraba en sus ojos claros. Lo que lee lo comparte en familia. Hubiera querido partir enseguida para las misiones, pero había otras cosas que hacer en casa. Sin embargo, como la semilla de mostaza, germina en ella la vocación misionera. El pasar del tiempo solo la fortalece hasta que, a los diecisiete años le confía su secreto a su hermana Catalina, luego al párroco, que trataron de disuadirla, pero el que inalmente no lo aprobó fue su padre. Pasados 4 años, cuando cumplió veintiún, consiguió el permiso y con él todo lo que necesitaba para prepararse para su partida. El día de la despedida, su padre se desmayó. Era 15 de octubre de 1905 cuando sale para Nizza Monferrato donde realizará la formación. La primera obediencia la destinó a Rosignano Monferrato, como cocinera y catequista de las niñas, que la quisieron muchísimo. De Rosignano a Varazze, mientras estalla la Primera Guerra Mundial, allí sor María hace un curso para enfermeras, mientras el colegio salesiano se transforma en hospital. Tiene treinta y dos años cuando comienza a dar vueltas por los corredores, entre los soldados destrozados por las granadas. El 25 de junio de 1915, un violento tornado se abate sobre Varazze. El agua del torrente Teiro invade el colegio, rompe las paredes. Sor María se encuentra a salvo, no sabe cómo, sobre una mesa del comedor arrastrada por la corriente entre remolinos y escombros. Se dirige a la Virgen y le promete que si salva su vida irá a las misiones, entre los leprosos. Escribe una carta a Madre General, contando lo que ha sucedido y haciendo su petición para las misiones, entre los leprosos. Pero como los designios de Dios son insondables, en marzo de 1922, Marina Luzzi, una niña que se


está muriendo por una pulmonía doble, le revela el plan de Dios. Sor María está a su lado, suavemente le murmura: «Tú vas a ver a la Virgen pronto. Dile que me obtenga de Jesús marchar misionera entre los leprosos». Marina la mira, sonríe y logra musitar la respuesta: «Usted irá como misionera al Ecuador». «Pero yo he pedido ir donde los leprosos». Marina sonriendo, repite: «Al Ecuador». La niña muere. Tres días después Madre Catalina Daghero llama a sor Troncatti: «Hace siete años que pediste ir a las misiones. ¿Pero cómo podía mandarte en plena guerra? Ahora los mares están tranquilos. Irás al Ecuador». Marsella, estrecho de Gibraltar, océano Atlántico, estrecho de Panamá, océano Pacíico. El barco costea Colombia, baja a lo largo del Ecuador y se enila hacia el puerto de Guayaquil. En la periferia de la ciudad hay una casita de madera con algunas Hijas de María Auxiliadora y nubes de niñas que cantan, estudian, juegan. Sor Troncatti vive allí su primera navidad misionera y aprende las primeras nociones sobre su nueva patria.

Barale y sor Carlota Nieto, junto con la inspectora sor Carolina Mioletti y la novicia Manuela Cobos que las acompañaban, se vistieron para el viaje en medio de la vegetación de la selva, llena de lianas, ramas enredadas, hierbas gigantes. Se vistieron un delantal de tela, un guardapolvo, un sombrero de ala larga, botas hasta media pierna. Se pusieron en camino con el obispo, dos salesianos y doce robustos porteadores. Sorteando toda clase de diicultades, los misioneros y misioneras continuaron a pie, por el pequeño sendero que trepaba interminablemente por entre los árboles de la selva. Avanzan rezando, entre ramas resinosas y hojas viscosas. Sor Troncatti no se acordaba de cuánto había durado el viaje: recordaba que había rezado, llorado, que había perdido los tacos de las botas y que se había desmayado. Recordaba que en aquel interminable viaje le había entrado el miedo: un miedo invencible a aquella marea verde que no se acababa nunca y que la iba a acompañar durante meses y años. Operación quirúrgica con la navajita

Luego es enviada a Chunchi, en la Sierra, para prepararse para ir al Oriente, allí colaboró como médica en el ambulatorio y farmacéutica en el botiquín. Después de un tiempo, llegó el obispo salesiano misionero Domingo Comín y dijo: «Es hora de partir». Empezó a andar la gran expedición que debía atravesar la altísima cordillera andina y luego bajar a la selva, hasta la tierra de los shuar. Dirigió la expedición el P. Albino Del Curto, quien con la ayuda de algunos obreros había trazado un sendero y construido algunas chozas que serían su refugio durante el viaje. En la ciudad de Cuenca, la última parada, en la casa «Corazón de María», sor María, sus dos jovencísimas compañeras, sor Dominga

Un tiro de fusil disparado por el P. Corbellini, que con algunos shuar había salido al encuentro, rompió el desagradable encantamiento; había visto desde arriba la caravana y daba así la bienvenida. Se abrazaron. Recorrieron en canoa un trecho del río Paute. Y he ahí Méndez, el centro del vicariato apostólico coniado a monseñor Domingo Comín.


Recibieron una desagradable sorpresa: la misión estaba ocupada por un centenar de shuar armados y amenazantes. En un choque entre dos tribus, la hija de un jefe había sido alcanzada por una bala que le había atravesado el brazo y se había hundido en el seno. El jefe se acercó al P. Corbellini y en el poquito de español que sabía fue brutalmente explícito: «Tú curando, nosotros ayudando. Tú no curando, nosotros a todos muerte dando». El obispo se volvió a sor María: «Usted es la única que sabe de medicina. ¿Se atreve?». «No». «De todos modos, opérela usted. Nosotros rezaremos». Con un poco de tintura de yodo y una navajita esterilizada al fuego, sor María arremetió contra el absceso que en cuatro días se había formado alrededor de la bala. Abrió hasta el fondo mientras repetía: «¡María Auxilio de los cristianos!». La bala saltó fuera y fue a caer a los pies de los shuar, que rompieron a reír contentos. La adolescente de trece años, después de tres días, pudo volver a la selva con los suyos. Después de la parada en Méndez, siguieron hacia Macas, a cuatro días de camino, subiendo el curso del río Upano. Macas era un poblado de colonos, rodeado de viviendas colectivas de los shuar. La misión, con la casita de las hermanas, se alzaba sobre una colina. La acogida fue cordialísima. La gente fue a ofrecer sus regalos: gallinas, botellas de miel, huevos, racimos de bananas. Sor María abrazó a todos, lloró por última vez cuando la inspectora y la novicia se volvieron junto con el obispo. Luego se secó las lágrimas, se arremangó y dijo a las dos jóvenes misioneras que se quedaban con ella: «Y ahora, a trabajar. La Virgen nos ayudará». Tenía cuarenta y dos años. Pasaría otros 44 en aquella selva, en el hospital y en la escuela, sobre los senderos y las canoas con las que alcanzaba las poblaciones shuar, entre aquella gente de piel blanca y oscura, que comenzó a llamarla «madrecita» y así siguió siempre. Sor María Troncatti se desgastó como una vela que mientras alumbra a todos ofrece la vida, pasa de mano en mano, sobre todo de quien más la necesita. Son innumerables los episodios de bondad y de recia caridad: apuesta por la vida de Yampauch, una pequeña shuar de once años huérfana de madre que huye de casa, de la madre blanca maltratada por el esposo y que cargada de sus hijos, se refugia en la misión, del pequeño José María, que lo adopta para salvar la vida de su madre y del niño… todos los pequeños y grandes actos los ha registrado el Señor.

12 BOLETÍN

ALESIANO

En 1947 se rompe de golpe el aislamiento de la selva: pequeños aviones consiguen unir Méndez con la capital, Quito. El 27 de agosto de 1948, sor Troncatti sube por primera vez a uno de los pequeños aviones y va a la capital a hacer los ejercicios espirituales. Tiene sesenta y cinco años. En los años siguientes ve llegar la luz eléctrica, la estación de radio, el molino, la trilladora, hasta un jeep. Ve nacer, como un milagro, la Federación Shuar. Para este tiempo la obediencia ya la había destinado a la misión en Sucúa. 25 de agosto de 1969. Sor Troncatti tiene ochenta y seis años y las piernas hinchadas. Ya no la llaman «madrecita», sino «abuelita». Sube una vez más a un pequeño avión para ir a los ejercicios espirituales. Pocos minutos más tarde; la radio de la Federación Shuar interrumpe la transmisión y una voz estremecida comunica: «Hoy, a las quince horas, un avión ha caído poco después de su salida. Nuestra madre, sor María Troncatti ha muerto». Había quedado extendida sobre la hierba con los brazos abiertos. El último gesto resumía toda su vida: había abierto los brazos a todos, en nombre de Dios. Como dice don Pierluigi Cameroni, Postulador General de la Causa de los Santos de la Familia Salesiana, la historia de sor Troncatti brilla como modelo singular de mujer consagrada misionera y madre de todos. Su testimonio nos anima a un compromiso eclesial más decidido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. Con su vida y santidad sor Troncatti nos recuerda que la fe crece cuando se vive como experiencia de amor recibido y cuando se comunica como experiencia de gracia y de alegría».

Sor Cruz María Piña P., fma ________________________________ M. DOMINGA GRASSIANO, Selva, patria del corazón. Inst. FMA, EDB, Barcelona.


INICIO DEL PROCESO DE

BEATIFICACIÓN DE SOR MARÍA TRONCATTI A

nte los interrogantes muchas veces repetidos: ¿Por qué se inició la causa de canonización de sor María Troncatti? ¿De quienes partió la iniciativa? ¿Cómo fue el inicio de este proceso? En síntesis respondemos lo siguiente: Ante la muerte trágica e inesperada de sor María Troncatti el 25 de agosto de 1969 el pueblo exclama: ü ¡Ha muerto una santa!... ü Cuando el pueblo shuar se informa por medio de Radio Federación de su muerte, exclama lleno de dolor: «hemos quedado huérfanos, ha muerto la abuelita buena, la madre que nos ha instruido y ha curado nuestras enfermedades». 1. ANTECEDENTES Madre Ersilia Canta, Superiora General de la FMA, envía a sor Doménica Grassiano al Ecuador para obtener directamente información sobre la vida de sor María Troncatti y luego escribir su biografía. La Madre está convencida del entusiasmo misionero de sor María Troncatti y que el testimonio de su vida puede ser provechoso para reavivar en el Instituto el espíritu misionero. La biografía escrita por sor Doménica Grassiano se publica en 1972, AÑO CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO. Con la publicación y difusión de la biografía de sor María Troncatti, la Madre General con-

irma su santidad y por eso el 24 de mayo de 1980 dirige al Vicario Apostólico de Méndez Excelentísimo Monseñor José Félix Pintado una petición formal de iniciar el proceso canónico del reconocimiento de las virtudes de sor María Troncatti. La iniciativa de la Madre es apreciada y apoyada por el criterio positivo de sacerdotes y superiores religiosos que, directamente interrogados expresan su parecer positivo de enaltecer un ejemplo de vida cristiana, religiosa, misionera y salesiana, capaz de producir frutos de bien en la iglesia sobretodo en lo referente a la pastoral misionera. Por su parte los Obispos del Ecuador, el Rector Mayor de los Salesianos y algunos representantes civiles y eclesiásticos de los diferentes estratos sociales hicieron llegar al Papa Juan Pablo II CARTAS POSTULATORIAS solicitando de no dejar en el olvido la igura de sor María Troncatti altamente signiicativa y benemérita. Monseñor Teodoro Arroyo Robelly sucede a Monseñor Pintado como Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza. Monseñor Arroyo el 5 de noviembre de 1983 proclama el edicto episcopal en el cual pide a los ieles entregar escritos, documentos u otros

13 BOLETÍN

ALESIANO


materiales que prueben la vida y las obras de sor María Troncatti en vista del lanzamiento e inicio del proceso de beatiicación, según las directivas de la Santa Sede con la Constitución Divinus Perfectionis Magister (26 de enero de 1983) y sus respectivas normas. Los habitantes shuar y colonos de Macas, Sucúa, Sevilla Don Bosco, etc., acudieron prontamente a presentar sus declaraciones «lo bueno y menos bueno» de sor María Troncatti y a contar hechos e impresiones que para ellos eran imborrables.

2. EL PROCESO DIOCESANO – MACAS El 31 de mayo de 1986 el Vicepostulador, padre Alfredo Germani, desde Sucúa, presenta el suplexlibellus (súplica de aceptación de la causa) al Vicario Apostólico Monseñor Arroyo, el cual ya obtuvo de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana una «declaración de aceptación» el 24 de mayo de 1986. El 14 de julio de 1986 el padre Alfredo Germani envía a la Sagrada Congregación de la Causa de los Santos la solicitud «Nihil Obstat» (nada obstaculiza) la cual fue concedida el 20 de octubre del mismo año.

3. ACTO SOLEMNE DE APERTURA DEL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE SOR MARÍA TRONCATTI El domingo 7 de septiembre de 1986, a las tres de la tarde en el templo de la Purísima de Macas, tuvo lugar una ceremonia que nunca antes se había realizado y que quizá no vuelva a repetirse tan pronto: el acto solemne de Apertura de la causa de beatiicación de la religiosa misionera salesiana, sor María Troncatti; juntamente con la Madre Inspectora sor Fanny Cerda y la encargada de las Causas de Beatiicación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora sor Giuliana Accornero y un nutrido grupo de hermanas salesianas venidas de todo el Vicariato, estaba presente una numerosa

14 BOLETÍN

ALESIANO

representación de las comunidades cristianas de Macas y de Sucúa. Presidía la ceremonia el Ilustrísimo Señor Obispo Diocesano Monseñor Luis Teodoro Arroyo y el Vicepostulador de la Causa, P. Alfredo Germani. Abrió la sesión solemne el P. Luis Carollo presentando en breves rasgos la igura de sor María Troncatti y la conveniencia de abrir la causa de la beatiicación. Pasó luego a dirigir su palabra oportuna e iluminada sor Fanny Cerda, a la que siguió el Padre Vicepostulador Alfredo Germani, presentando a sor María como modelo de santidad y apostolado misionero. Terminó las intervenciones el Señor Obispo manifestando el regocijo y la alegría de que todo el Vicariato pudiera ser honrado con la causa de beatiicación de sor María Troncatti. Se pasó luego al aspecto formal y jurídico. El Vicepostulador presentó al señor Obispo su nombramiento otorgado por el Postulador General de la Congregación, padre Luis Fiora a la vez que pidió humildemente al Obispo se dignara introducir la causa. Una vez que aceptó la petición, el vicepostulador prestó su juramento ante toda la Asamblea de cumplir a cabalidad con todos los requisitos exigidos por la Sede Apostólica. A continuación se dio lectura al decreto del señor Obispo autorizando la introducción de la causa, con la cual sor María Troncatti pasó a ser declarada solemnemente SIERVA DE DIOS. A continuación Mons. Arroyo tomó el juramento a los miembros de Tribunal Diocesano para el proceso de beatiicación de sor María Troncatti, en el siguiente orden: v Delegado del Obispo y Presidente del Tribunal: P. Luis Carollo. v Promotor de Justicia: P. Luis Arba. v Secretaria: Sor Joseina Bozza v Secretaria adjunta: Sor Rosa Ughetto Para terminar, el Presidente del Tribunal anunció a la Asamblea los particulares acerca del funcionamiento del tribunal e invitó a todos los que tuvieran algo que declarar sobre la vida de sor María


que se acercaran a sor Teresa Díaz Gálvez quien fue nombrada CURSOR o encargada de llamar a los testigos a declarar en el Tribunal. El proceso de la causa se desarrolló en 71 sesiones. La sesión conclusiva tuvo lugar el 25 de octubre de 1987.

4. EXHUMACIÓN DE LOS RESTOS DE SOR MARÍA TRONCATTI ☛ El 25 de agosto de 1978 se cumple un requisito dentro del proceso, se realiza la primera exhumación de los restos de sor María Troncatti y se los coloca en el mismo cementerio de Sucúa junto a los restos del padre Juan Chinassi. ☛ El 11 de octubre 1986 tuvo lugar el reconocimiento canónico de los retos mortales de sor María Troncatti. Se redactó el correspondiente informe de los médicos convocados en forma oicial. Los restos fueron colocados en una urna nueva de mármol y trasladados privadamente a una bóveda preparada a propósito en el ábside posterior de la iglesia de Sucúa, donde reposan hasta ahora.

5. PRIMERAS ANIMADORAS DE LA CAUSA DE SOR MARÍA TRONCATTI v Sor Francesca Casalone Capra. El 11 de agosto de 1991, sor Francesca escribe en su agenda: «Se me encarga la animación de la causa de beatiicación de sor María Troncatti; debo volver a iniciar esta causa tan querida. Tratar la causa de los santos quiere decir trabajar por la santidad de la Iglesia, me siento feliz y fuertemente comprometida con la santidad. El 4 de marzo de 1994, sor Francesca viaja a Italia para visitar a sus familiares. Aprovecha parte de su tiempo para entrevistar a los familiares de sor María Troncatti

y reconocer los lugares de su nacimiento: Corteno, visitar la casa, el cementerio y dialogar con otras personas en busca de información. Retorna a Quito con los materiales recogidos, con muchas fotografías e informes que le permitieron compilar un hermoso álbum y trabajar decididamente por su compatriota, convencida de su santidad. En 1995, sor Francesca se fractura una pierna en la misión de Chiguaza, sor Gloria Recalde le colabora en su responsabilidad. En 1996 Sor Francesa promueve un concurso de pintura con el tema: «Sor María Troncatti vive el evangelio», el subtema queda a elección del artista después de la lectura de la biografía de sor María Troncatti; participan algunas personas del Ecuador y de otras Inspectorías de América y de Europa. Al año siguiente Sor Francesca junto con la Ecónoma Inspectorial, Sor Rosita Villarroel, preparan y realizan la premiación a la triunfadora en el concurso que fue la hermana Carmen Yolanda Palópoli de la Inspectoría San Francisco de Sales de Argentina. Sor Elena Gracia Inspectora del Ecuador, es quien entrega el diploma de honor y la clásica pirámide de la mitad del mundo. v Sor Teresa Díaz Gálvez. A partir del año 2002 pasa a ser encargada de la causa sor Teresa Díaz Gálvez quien se responsabiliza también de la elaboración y publicación del boletín informativo: «Las Manos de sor María Troncatti» desde el n.° 62 de julio-septiembre de 2002 hasta el 71 de octubre-diciembre de 2005. Luego fue suspendido por la escasez de medios económicos. Sor Fanny Cerda, fma Sor Teresa Díaz Gálvez, fma

15 BOLETÍN

ALESIANO


FAMILIA SALESIANA El Boletín Salesiano ha querido conocer ¿Qué signiicado tiene para la Familia Salesiana (cada grupo) la beatiicación de sor Troncatti y qué implica como miembros de esta gran Familia? P. Marcelo Farfán Inspector de los Salesianos La beatiicación de Sor Troncatti para los salesianos signiica: 1. La vocación misionera es camino privilegiado para alcanzar la santidad de vida. 2. El servicio humilde y cotidiano a los pobres es la mejor forma de vivir la espiritualidad salesiana. El salesiano alcanza la felicidad sirviendo sencillamente a los jóvenes, sobre todo los más pobres. 3. La bondad en las relaciones personales es la fórmula mayor para servir especialmente a los pueblos indígenas. Es la forma de vivir el sistema preventivo en medio de los pueblos diversos culturalmente. Implica: 1. Recuperar la dimensión misionera de toda vocación salesiana (ser salesiano es ser misionero). 2. Renovar el compromiso con los pueblos indígenas en los nuevos contextos que estamos viviendo.

Sor Beatriz Navarro Provincial de las Hijas de María Auxiliadora En el marco celebrativo de los 140 años de nuestro Instituto, y de los 110 años de acción educativa misionera de las Hijas de María Auxiliadora en el Ecuador, la beatiicación de sor María Troncatti es un precioso regalo, un incomparable don del

16 BOLETÍN

ALESIANO

Padre Dios, sus obras a favor de los humildes y sencillos, son siempre grandes y maravillosas. Sor María es mujer de paz y perdón, de gozo y entrega, de intensidad de vida y de propuestas para dar vida; ella vive para Dios, descubre a los necesitados, los ama, los sirve y anuncia el Evangelio con la Santidad cotidiana del carisma salesiano. Para las fma es una llamada a la generosa y total entrega, ella trabajó con esfuerzo y sacriicio por vocación y carisma; es una nueva llamada a la santidad del «Da mihi animas cetera tolle», santidad cotidiana hecha de trabajo y templanza, oración y gran voluntad… y estamos por ella convocadas a afrontar en comunidad, lo nuevo con gran conianza en Dios y total decisión. Hna. Luz Morales Q. Superiora del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María Para las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, la beatiicación de sor María Troncatti, llena de júbilo no solo a la Familia Salesiana sino a toda la Iglesia, por esta vida donada y gastada al servicio del Reino de Dios. Su abnegada labor como evangelizadora, permitió que su actividad misionera con los pueblos indígenas shuar del Ecuador fuera un «trabajo marcado por una exigencia de idelidad al amor de Dios, de transparencia, comprensión y de misericordia hacia todos los necesitados en el físico o en el espíritu. En su entrega resaltaba además un gran amor y idelidad a la Iglesia que se expresaba en la atención hacia los ministros de Dios…». ¿Que implica? Un serio compromiso de sentirnos interpeladas a discernir los nuevos signos


ad -Venerabilid e d to re c e Firma del D a Troncatti de sor Marí

P. Albino Go mezcuello, P. Lu P. Domingo Barrueco y P is Carollo, . Juan Shutk a

Primeros matrimonios Shuar Sor María Troncatti y el Padre Jua

n Shutka, sdb

ero, ín, salesiano mision m Co go in om D s. Mon y algunas hermanas Sor María Troncatti azonía misioneras en la Am

Venía a menud o

a caballo




otivó tín Salesiano m le o B el d ra u ct La le os de a seguir los pas a la jóven María Don Bosco (2)

Sor María curando a los enfermos

Familia patriarcal de So

r María Troncatti

Sor María Troncatt i, Hija de María Au xiliadora, una vida al servicio de los demás

ntos niños ¡Nadie podrá decir nunca o cuá sor María, destinados a la muerte salvó do convirtiéndolos, con mil cuida

Expedición misionera de 1922 para Centroamérica, Ecuador y Perú, Sor María signada con el número 18


de los tiempos, a la luz de la Palabra y ponernos al servicio del Reino, anunciando con idelidad y alegría a Jesucristo, que vino para que todos tengan vida y vida en abundancia. María de Lourdes Amador, Consejera para la Formación- Asociación de Damas Salesianas Sor María Troncatti es un regalo para la Familia Salesiana, un don de Dios que nos permite participar con alegría y compromiso en la beatiicación de una santa de nuestros días, de nuestra tierra, con nuestra gente, viviendo para los más pobres y desamparados. Como Damas Salesianas nos sentimos cuestionadas por su fe profunda que la lleva a coniar en Dios hasta en las peores circunstancias; su idelidad misionera alimentada por la oración, la Eucaristía, el amor a Cristo y a la Virgen María, su gran espíritu de sacriicio; su solidaridad con los más pobres unida al compromiso por una evangelización continúa y eicaz, preocupada siempre no solo por la salud del cuerpo sino principalmente la salud del alma. Fue enfermera, doctora, odontóloga, cirujana pero ante todo testimonio vivo de un Cristo que nos ama y que se entrega por nosotros para construir el Reino de Dios. Que este acontecimiento que viviremos en los próximos días, nos motive a vivir la santidad y que podamos hacer nuestras sus palabras: «He tenido lo esencial en mi vida. Me preocupa: no lo que haré, sino lo que ofreceré para hacer eicaz la misión que Dios me ha encomendado; y mirando a la cruz estoy segura que con Él y con su fuerza, todo lo entregaré».

Ruth Togra, Federación de Exalumnos salesianos Para un exalumno y exalumna de Don Bosco, la beatiicación de Sor María Troncatti es un llamado a la santidad es «gastarse sin reservas» por amor a Dios y al prójimo, un amor que para nosotros nace de la gratitud por todo lo recibido de los misioneros de Don Bosco, para ir en pos de las generaciones jóvenes y hacer que los principios básicos de defender la vida en todas sus manifestaciones, defender la libertad para que esté al alcance de todas y todos y defender la verdad aunque ésta requiera de esfuerzo y sacriicio, a la luz de Evangelio, se constituyan en la fuerza interior que nos impulse a procurar una convivencia plena en la sociedad de hoy. P. Segundo Torres, sdb Responsable de las Voluntarias de Don Bosco La primera noticia de la beatiicación de la Sierva de Dios María Trocatti, misionera salesiana de nuestro continente ecuatoriano, les interesó mucho y no solo a las VDB de Ecuador, sino también de Perú, en donde algunas le deben su vocación por haber leído su vida. La noticia llegó en mayo, cuando el Papa aprobó su beatiicación después de aprobar el milagro de la curación de una mamá pobre y moribunda de la costa ecuatoriana. Posteriormente se llegó a conocerla más por la abundante información que llegó por los medios de comunicación de los salesianos y más viendo la película de su vida; algunas entusiasmadas han resuelto estar presentes en Macas el 24 de noviembre para su beatiicación. Todo esto es una prueba clara que las VDB se sienten parte viva de la Familia Salesiana y gozan de sus alegrías y sufren de sus penas. Para ellas es una llamada más, para imitar a la nueva beata en el servicio a los más necesitados, practicando más y mejor el carisma común de la Familia Salesiana: la predilección por los más pobres.

21 BOLETÍN

ALESIANO


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.