Mis recuerdos alistanos abril de 2015

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MIS RECUERDOS ALISTANOS – EN TOLILLA DE ALISTE – INFANTILES YJUVENILES, Y LA AVENTURA SE ESTAR VIVO. Por Simón KATON ÁLVAREZ.

Desde la computadora / ordenador de mi Casa en el Barrio de Almagro de la ciudad de Buenos Aires, a 100 metros en paralelo al Norte de la Avenida Rivadavia, a la altura del 3700-3800 de la misma, que divide la Ciudad en Norte y Sur, al correr la Avda. de Este (Río de la Plata), hacia el Oeste, hasta la Avenida de circunvalación de General Paz, para internarse en la provincia de Buenos Aires, en el llamado cinturón del Gran Buenos Aires, el de mayor densidad de población en Argentina. Y aunque éste por jurisdicción administrativa, dependa de la provincia de Buenos Aires; en lo económico, financiero e, informativo y comunicacional, está más vinculado a la Capital Federal (ciudad de Buenos Aires), como sede del Gobierno Central, Congreso ( Poder Legislativo: Diputados y Senadores Nacionales), y la Corte Suprema de Justicia (Poder Judicial).Aunque claro, las tecnologías de las comunicaciones están tan desarrolladas – y es el comienzo todavía


– que se está produciendo una descentralización, pero las planas mayores de los que deciden, todavía ejercen el poder desde la Capital Federal. Y voy a tratar de ir hacia la promesa del título, pero son tantos los recuerdos, que forzosamente tengo que seleccionar; en lo posible, al compás del tiempo de los sucesos. Allá vamos: I - PRIMERA PARTE 001.¿CÓMO RECUERDO LA GRAN DEPRESIÓN DE 1929, PERCIBIDA POR MIS RECUERDOS ALLÁ POR LOS AÑOS 19321935? Como es natural, aquellas simples y remotas percepciones a nivel familiar, escuchando a los mayores, las pude vincular muchos años después con la Gran Depresión, dado que en España la onda llegó algo más tarde, no siendo ajena ni a la caída de la Dictadura de Primo de Rivera, ni a la llegada de la Segunda República, dadas las conmociones sociales producidas a niveles del campesinado / labriego / ganadero de bajo a medio nivel, por las enormes caídas de los precios, que en la mayoría de los casos, esos excedentes


forzados, eran necesarios para la compra de aperos, herramientas, indumentarias de base y en especial guanos y nitratos como fertilizantes para las tierras de secano destinadas a los cereales: Centeno, trigo, algarrobas, cebada, etc. Yo escuchaba conversaciones – sin entender casi nada, pero sí me quedaba en la memoria y veía muchas caras de preocupación existencial – de mi padre Pablo con Marciano, o el tío Simón Casas, con mi abuelo materno Simón y otros vecinos, y hablaban que los carneros no valían nada, ni los corderos, ni los salvadores terneros; tampoco las vacas y burros, los gurriatos y cerdos, cebados o para cebar; ni pollos, ni huevos, ni pieles de ovejas, ni la lana, ni la madera de los chopos para las vigas de construcción; tampoco las patatas ni las hortalizas tales como: Tomates, pimientos, melones y sandías, y el resto de los etcéteras, que con los nombrados, eran elementos de venta estratégicos para tratar de cubrir los gastos de aquella economía de subsistencia precaria y minifundio. En nuestro caso particular, creo que fue en 1933, en teoría nos sobraba una cerda para la venta, y mi padre intentó venderla en


todas las ferias de primavera: Rabanales, San Vitero, Fornillos, Gallegos del Río y Alcañices, y no hubo caso, no la pudo vender, y al final nos la comimos, de manera que de sobrar ¡Nada ! Era un ahorro forzoso, para tapar otros agujeros prioritarios. Sobre la venta de esta cerda, yo tengo una importante anécdota que contar. Mi padre me prometió al paso, que si vendía la cerda, él me compraba un auto de niño que anduviera a pedal, dado el entusiasmo que yo tenía de jugar a los autos, con una mimbre por los caminos polvorientos, o montado en algún tronco de rama de encina, para la lumbre en el corral de adelante que imaginaba y lo disfrutaba como auto de verdad. Y ¡ Nada contaminante ! Salvo para los lavados y cosidos de mi Madre. En la tarde del ocho (8), no sé si de abril o de mayo, que era el día de la feria mensual de Fornillos de Aliste, a la caída de la tarde, me apersoné en solitario a la pradera insignia de Tolilla: El Campo, con sus dos (2) Carrascones (ahora en el último viaje, y creo que ya en el de 1983 y posteriores sólo había UNO (1)) por donde salían dos caminos de rodera, uno hacia Fornillos (de Aliste) y otro hacia Ceadea (también de Aliste).Me había situado en ese camino a la


espera, más o menos en la mitad entre los Carrascones y la Portilla el Campo, con toda la ansiedad del mundo, y tratando de divisar a mi padre con el carro tirado por la pareja de vacas, creo la Jatona y la Roja o la Guinda. Cuando vi aparecer el carro en solitario, con mi Padre adelante guiando y las vacas con paso cansino tirando del carro, desandando el camino en sentido inverso al de la temprana mañana, recuerdo que el corazón se me salía por las costillas, y cuando el carro llegó, mi acción inmediata fue mirar para dentro del carro a ver si estaba la cerda ¡ Y estaba ! Mi desilusión fue mayúscula. Mi Padre me entendió, y me dijo ¡ No la pude vender ! Claro que mi padre no había tenido para nada en cuenta el proverbio de ¡ Ni al perro ofendas, ni al niño prometas ! Pero tampoco era cosa que a mi padre, que adquirió un buen nivel de instrucción como autodidacta labriego, en la Guerra con Marruecos de 1921 a 1924, se le pudiera exigir conocimientos de Psicología infantil, más allá de lo que era la definición académica del Diccionario de la RAE, por esas fechas todavía muy pobre en el tema, y con elemental sentido de aplicación general.


Este recuerdo, a los años vista, y los comentarios de la crisis mencionados, que bien recordaba por tenerlos memorizados, pero especialmente por aquellas caras compungidas, sin duda al percibir esa angustia existencial de los vecinos del Pueblo, me invitaron a tratar de profundizar la Gran Depresión del 29, que también llegó a España, a la comarca de Aliste y a Tolilla (de Aliste). Luego en 1934, las cosas empeoraron, al ganar la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), las elecciones de 1933, fue elegido Presidente del Gobierno el Radical Alejandro LERROUX ( la CEDA estaba en la gestión del Golpe y no quería ser cabeza de gobierno), dando marcha atrás con las modificaciones hechas por Manuel AZAÑA del 31 al 33 (que entre las sociales y políticas, era una conquista de avanzada, que desde luego enojaban a Alemania y no gustaban ni a Francia ni a Inglaterra). Entre ellas: No a la Reforma Agraria. No a la enseñanza laica. No a las conquista sociales, que no fueron tantas, y hoy serían de risa. No al voto femenino. Sí a la amnistía general de los conspiradores de 1932. Fue el bienio Cedista-Radical, de una República gobernada


en mayoría por las derechas tradicionalistas y autoritarias que siempre habían mandado en España. Eso, más las grandes corrupciones, y la represión en Asturias: Coronel YAGÜE BLANCO, con órdenes del general M.GODED LLOPIS y de Franco (desde Madrid) a los mineros asturianos; más la represión violenta en Cataluña al mando del general D.BATET MESTRES y otras huelgas en España a sangre y fuego, radicalizaron en grado sumo a las izquierdas, que ganaron las elecciones de Febrero de 1936. Luego el Golpe Militar y la Guerra de España 1936-39 (venganzas personales, denuncias mentirosas

e inventadas por odios, sentencias y ejecuciones sin juicio, carencias y hambres de todo tipo, cartillas de racionamiento, los eslogan de turno : prohibido hablar de política, o Franco ha dicho: Ninguna mesa sin pan, ni ningún hogar sin lumbre ( y no se veía ni el pan ni el carbón, fuera de las aldeas de vida miserable); Fiscalías de Tasas, aceite de palma sólida rancia e incomible, ni azúcar ni harina ni pan, ni aceite y escaseces de todo tipo)), que de alguna manera se venía gestando desde 1931 cuando se instauró la Segunda República ( el general Sanjurjo con la sanjurjada


conspiró en el 32. Y el Presidente del Gobierno Don Niceto ALCALÁ ZAMORA , un católico practicante, tolerante y moderado (luego exiliado por el peligro de perder la vida), le cambió la pena de muerte – que de derecho le correspondía por el Código de Justicia Militar -, por la de destierro a Portugal, algo así como acostarse a dormir con el enemigo). 002-LA CONCURRENCIA A LA ESCUELA DE TOLILLA , EN LOS FRÍOS DÍAS DE INVIERNO. No es necesario repetir que en Aliste, incluido Tolilla, todos éramos pobres en bienes, entre ellos las ropas de vestir. Y peor aún, con los efectos de la Gran Depresión del 29, que relato en el punto anterior. Y si a eso le añadimos / agregamos la Guerra del 36 al 39 y su posguerra, más la Segunda Guerra Mundial del 39 al 45, pues ya lo ven ustedes ¡ La Mesa estaba Servida ! El caso, que los niños / rapaces – varones por supuesto – eran los más perjudicados, pues las mujeres en general, desde la infancia, llevaban las piernas cubiertas hasta los tobillos, con los cánones aprendidos durante casi 800 años de los moros / árabes / magrebíes (o casi, como indicaban los manuales de buenas


costumbres y de moralidad pública, exigidos por la Iglesia y refrendados por el Gobierno, que se hacía cargo de mantener todas esas apariencias – aparenzas en italiano – cínicas e hipócritas, a la vista del público. Aquella asociación de Iglesia, Gobierno, y la derecha absolutista , autoritaria y tradicional, que se denominó Nacionalcatolicismo, a imitación degradada del Nacionalsindicalismo nazi, la que yo conocí y viví desde 1936 a 1951, aunque durara, en esencia, hasta 1976, siguiendo vigente gran parte de ella ), aunque claro, no usaban pantalones en esos tiempos, porque era cosa de hombres y, los hombres, más o menos desde los 13-14 años siempre llevaban los pantalones puestos. El caso que los varones escolares, teníamos un ropero de alguna camisa todo tiempo, máximo tres; pantalón corto de pana, uno de uso diario bien usado y encogido y otro para las fiestas y celebraciones importantes – el que podía, que éramos pocos – (nosotros a partir de 1936 a 1941-42 estuvimos afuera por necesidad ) una chaquetilla ligera, y debajo de ella, en invierno un pullover, en general sin mangas; unos zapatos con cordones de un


cuero basto a untar con grasa de sebo (para fiestas y días de guardar); un par de medias de lana o calcetines, de pie entero; unas cholas al uso paras todo andar; uno o dos pares de medias / calcetines de lana tejidas en casa, generalmente por las madres, que muy pocas eran de pie entero, casi ninguna, pues la mayoría era de peal, las más, otras de medio pie, menos, y las de pie entero, que se contaban en los Pueblos de Aliste con los dedos de la mano; había que ahorrar lana para venderla, que como dije, era uno de los comodines (commodities en la actualidad) que formaba parte de esa “economía de escala de sub-subsistencia". Los equipos de vestuario escolares y del resto de las tareas a campo abierto, básicos y de diario, de los rapaces / varones, casi eran comunes para las cuatro (4) Estaciones del año: Parte de la Primavera y del Otoño, más o menos bien. Verano algo menos, la chaquetilla, e Invierno algo más, los calcetines y el pullover citados. Pero como solían durar a la fuerza no menos de 03-04 años, los calcetines de lana tejidos – que de nuevos llegaban hasta justo por debajo la rodilla -, como la pierna crecía, el calcetín bajaba posiciones casi hasta la mitad de la pantorrilla. Con los pantalones


pasaba lo mismo: de nuevos llegaban hasta por debajo de las rodillas, y terminaban en la mitad del muslo al poco tiempo. De manera que los calcetines / medias para abajo y el pantalón para arriba, dejaba media pierna expuesta a los fríos y vientos, que eran de primera. Las rodillas se escareaban de frío con surcos profundos, ásperos y ennegrecidos, que comúnmente se llamaban hormigueros, por el color y el túmulo de la rodilla; lo que desaparecía recién en la salida de la primavera o entrada del verano, por el calor y los baños de natación en el Río. Y como los lectores se pueden imaginar, la ventilación del pie dentro de las cholas era fenomenal en invierno; pues los pies, con sólo la media de peal – absoluta mayoría - , eran libres de moverse dentro de las cholas, pues por el frío se quedaban transidos de dolor, sobre todo los dedos ¡Imagínense pie libre de abrigo, con base de madera de

olmo – el piso de las cholas – en el invierno, y un balance escaso de calorías! Pero así era la vida de los vecinos, de las mayorías, de los Pueblos de Aliste en aquellos difíciles años. En Tolilla (de Aliste), en invierno llevábamos a la Escuela brasas y cisco de jaras en latas grandes de sardinas, que poníamos en los


bancos de a dos. Y dada la cercanía y el calor, en la parte visible y expuesta de las piernas – que como dije antes era amplia – se producía una enorme vasodilatación (lo que al parecer le pasaba también a las rapazas), ese calor, en el paso frío calor, era el que producía esas rodillas surcadas, de piel dura y resquebrajada, tipo elefante. Pero bueno, todo ese tipo de recuerdos, buenos y malos, todavía me emocionan al recordarlos y escribirlos, que en definitiva son las propias vivencias, que no me las tiene que contar nadie ¡ Me las cuento a mí mismo, y las neuronas parece que se divierten y están contentas – yo también - de buscar la información donde la habían guardado ! Esto de las neuronas especializadas de la zona del Hipocampo / amígdala, cerrando y abriendo los centros de la memoria, sí que es una de las Grandes Maravilla de la Biología Humana, pues si perdemos nuestra Memoria, nos despersonalizamos, al perder todos los registros de nuestra Vida. 003-LA TEMPORADA DE LA PESCA DE CANGREJOS Y LA DE LA CAZA DE PERDICES CON LAZO.


En ambos casos, mi Maestro inicial de oficios de cangrejero / cazador de perdices con lazo, fue mi tío Agustino, el medio hermano menor de mi Madre, que me llevaba algo más de seis años y medio (6 y ½); pero que luego lo superé con creces, como suele suceder. No obstante, pero en un carácter más profesional y de necesidad de venderlos (los cangrejos), Atilano GONZÁLEZ GELADO, el hijo de la tía Rosa GELADO, había llegado a tener tres docenas de cangrejeras; y como él debió ir al frente de Guerra en el bando nacional en 1936, la tía Rosa me vendió una docena en 1937 – año que yo inicié en solitario la pesca con 08 años cumplidos, dado que mi tío revistó como pastor desde Enero de 1937-, que junto con la docena heredada de mi tío ( Agustino), mi dotación normal era de dos docenas de cangrejeras, que era una dotación bastante importante, que a partir de la temporada de 1943, le pasé la posta a mi hermano Paco. A mi hermano, también se le dio esta pesca muy bien, pero sin duda yo fui más competitivo y eficiente que mis antecesores: Atilano y Agustino, por las razones que explicaré , sin dejar de recordar, que en el Pueblo no había nadie más que se dedicará a pescar cangrejos con cangrejeras en forma más o menos habitual. Incluso en Mellanes


de Aliste tampoco, dado que mi hermano, allá por 1943-45, sí incursionó en algunos de sus pozos aliseros, más arriba de la raya que cruzaba el Río Mena en la Ribera del Molino Tubal. ¿Las razones invocadas de competitivo y eficiente? Fueron dos: La primera, que cuando el aro de la cangrejera no asentaba bien en la superficie del lecho del Río, por las piedras raíces u otras causas, los cangrejos por la parte de abajo – sin entrar en la red de malla – comían el cebo desde afuera, por lo tanto al sacar con la estaca la cangrejera, como los cangrejos no habían entrado dentro de la red en embudo de la misma, se quedaban tranquilos en el Río después de haber comido. Eso me dio la idea de ponerle en el fondo unos suplementos redondos de hojalata, debajo del cebo, que le impedían comer sino entraban dentro de las cangrejeras. La segunda innovación fue más importante y de mejores resultados: Tanto Atilano como mi tío Agustino, la carne de cebo que usaban era la de lagarto y alguna otra carnaza suelta, que solían cazar con sus perros, que en principio andaba bien, pero como no había refrigeradores (tampoco corriente eléctrica), esa carne por más que se tuviera en el lugar más fresco de la casa en agua fresca, se


pudría en un par de días; y se decía –por tradición – pero en forma equivocada, que los cangrejos cuando más olor tuviera el cebo más le gustaba. Yo, que entonces tenía tan buena vista que veía hasta debajo del agua, observé que los cangrejos andaban rondando la cangrejera, se metían sobre el cebo, lo olían, no lo comían y se marchaban con rapidez. Como además era buen pescador de ranas con caña, en la poza del Río Mena que embalsaba el agua de los Llenaderos, la que lateraliza la Calzada de Arriba de Tolilla, que desde Marzo a Agosto (cuando había agua) se llenaba de una especie de algas / rumiacos bastos que florecían en la superficie, donde encima de ellas las ranas tomaban sol, cantaban sus versos y canciones batracias nocturnas y se reproducían como todo ser vivo, con la caña y una bolita roja de paño en la punta del hilo – que oficiaba como señuelo móvil de los bichos de los que las ranas se alimentaban -, estos batracios al irse moviendo la bolita la perseguían, la ponían en su boca, que cerraban con fuerza con el afán de comerla, y la rana salía colgada con la bolita en la boca, y en el aire con la mano izquierda en un movimiento rápido se le


retorcía el pescuezo y a la cesta. Era común que pescara dos o tres docenas de ranas, en una hora o poco más, que fritas (eran) son una exquisitez. En una de esas pescas de rana, cavilé que las mismas serian un cebo fenomenal para ponerles a las cangrejeras, en el supuesto que les gustara , de fácil obtención y de carne totalmente fresca. De manera que tal cebo, había que ponerlo a prueba, lo que hice en esa misma poza de los Llenaderos, una tarde agradable de mediados de Abril de 1937 (con 08 años cumplidos, como ya expresé por ahí), y el resultado fue excepcional; y, de ahí en más, para mí fueron las ranas, el cebo obligado de las cangrejeras. Las zonas y épocas de pesca de cangrejos en Tolilla, era más o menos así: Comienzo de temporada, fines de Marzo y mes de Abril: La azuda (azud) de los Llenaderos y el Molino Tubal, de la azuda el Ancho para arriba, hasta la raya de Mellanes. Mayo, las pozas de la Caleja (Calleja), y especialmente las del Molino los Corderos, en las cercanías de la huerta del tío Benito MARTÍN. Junio, la azuda del Pradote, agua profunda y soleada. Julio el Pozo el Pontón y la


azuda de enfrente el Molino harinero, cargada de alisos, de aguas profundas y frescas, la más grande con la del Ancho y la del Pradote - Juncal - Pozo el Pontón. La pesca media, según la tarde (las de Mayo tormentosas las mejores), de 06 a 10 docenas de cangrejos de excelente calidad, formato tipo langosta (en pequeño), color verdoso negro, de una longitud de unos 12 centímetros (sin contar las pinzas o patas delanteras, fuertes, prensiles y sabrosas), de punta de cabeza a punta de la cola. Cuerpo (descartable después de cocido) de unos 05 centímetros, cola (lo exquisito) de unos 7-8 centímetros en bruto. Forma de comer ( luego de cocer fuerte unos 08 minutos en un caldero colgado en el llar de la lumbre) : En tortilla con huevos, o una salsa de vinagre y aceite en un plato (mejor que vinagre limón, que en Aliste no había ni limones ni hábitos de consumo). Una delicia, y una gran calidad de proteínas y otros muchos nutrientes. Luego de pescados, los cangrejos se conservaban hasta 03 días vivos, dentro de una cesta de mimbre colgada de una viga en un lugar a la sombra y fresco de la casa (que le permitía respirar),


cubierta por esas algas / rumiacos bien húmedos que antes referí. Si cocidos, también había que comerlos en los dos primeros días, pues las proteínas de mejor calidad, se descomponen, al parecer, con mayor rapidez.

Nota sobre las cangrejeras. Formato: a).Un aro de alambre de hierro uniforme y soldado, de un espesor del orden de los Seis (6) milímetros, y un diámetros del aro del orden de los 26 centímetros. b).Una red de cordezuela fina tejida, en forma de embudo, con una caída del orden de los 15-16 centímetros, de mayor a menor (tejida con una aguja especial de caña dura, de uso para la pesca en Tolilla, donde se daba la caña en superficie húmedas de las huertas, y mi abuelo Simón tenía una mata en una de las huertas de Las Cruces) con cuadrados abiertos de red (para el paso del agua y no paso de los cangrejos hacia fuera) de unos 2,5 centímetros de lado, insertada en forma uniforme en el aro de alambre de hierro. c).En la punta del embudo de la red, bien atada, una pieza de hojalata redonda protectora del cebo, donde se sujetaba el mismo, de un diámetro del orden de los 06 centímetros. d).Tres riendas de cordezuela


algo más gruesa, atadas al aro en tres puntos equidistantes, para mantener el aro en equilibrio con su red colgada, de unos 15 centímetros de longitud, convergentes a una pieza redonda de corcho, de unos 06 centímetros de diámetro, y un espesor de centímetro y medio. Este corcho desalojaba por su volumen en el agua fuerza suficiente para mantener las tres riendas erectas atadas al aro – para que las riendas no cayeran sobre la red de pesca –, pero no tanta como para poder vencer el peso de gravedad del aro mismo, que se asentaba en el piso del cauce del agua del Río (Mena, en el caso, el que pasa por Tolilla). Y e). Una cuerda de cordezuela algo más gruesa, atada a la inserción de las tres riendas a la salida del corcho, de unos 4 -5 metros de longitud, que parte de ella, alrededor de 1,5 metros salían a la ribera fuera del agua, para visualizar los lugares donde se habían tirado las cangrejeras. Luego, cada 35 a 45 minutos – más o menos –, según se viera el flujo de cangrejos al cebo de las cangrejeras, se sacaban las mismas con la ayuda de una estaca en Y, en general una vara de sauce del orden de 1,70 metros de longitud. Con la mano derecha se sostenía la estaca, la cuerda que salía a la orilla de la ribera desde la cangrejera, se ponía en la parte abierta de su


ángulo agudo con la mano izquierda, y luego con esa mano se tiraba de la cuerda hasta levantar las cangrejeras con sus cangrejos ya en el embudo de la red, se ponían los mismos en las cestas de mimbre, se tapaban los cangrejos con las toscas algas y rumiacos referidos antes, se revisaban los cebos y se volvían a tirar las cangrejeras al río, hasta que se diera por terminada la cangrejada. La verdad que era emocionante, emoción que todavía se manifiesta ahora mismo en mi intimidad, a pesar de los más de 70 años de haber cesado en la actividad utilitaria y de entretenimiento, que para nada entorpecía las otras obligaciones familiares, pues la pesca era una complementaria, que además de ser de utilidad familiar, era de un arte creativo y de una afición incomparables, donde la paciencia y la elección de los lugares, eran de suma importancia; incluso cambiante en los días de cambio de climas, y los cambios de las temperaturas del agua. La hora más propicia – según mis observaciones y experiencia --, desde la media tarde : 16-17, hasta la primera parte de la noche 20-22.

LA CAZA DE PERDICES CON LAZO:


Esta acción, legalmente prohibida, pero en aquéllos tiempos de Guerra / posguerra, de hecho permitida, no perseguida, era usada por verdadera necesidad, como un medio tradicional para acercar también proteínas de alta calidad a la casa familiar, que siempre estaban en falta. Tanto la caza de la perdiz, como la utilización de sus nidadas. Antes de seguir, quiero significar, que el procedimiento no era devastador para la especie, ni mucho menos, pues las grandes mayorías de los nidos, la astucia de las perdices los hacían entre el monte y los sembrados de trigo, centeno y / o cebada, donde era imposible hallarlos por el hombre. El hombre se limitaba a algunos de cortinas y prados, en la parte más alta y seca, no inundable, cerrados con pared de piedras, de una altura promedio de 1, 20 metros, sobre la cual siempre había un borde con hierbas secas y alguna zarza, donde las perdices hacían sus revolcaderos (un nido arañando la tierra con las patas dentro de una mata de hierba y sobre la pared), siendo más numerosos del lado de la Hoja Sembrada, al no ser molestadas ni por los rebaños de ovejas, ni por los perros de los rebaños, ni por los pastores. Inclusive en los


mismos prados, que a pesar de estar cerrados con pared, los enclavados en el término de la Hoja Sembrada, también le daban más seguridad y garantía, en un entorno más apacible y seguro. Como en el caso de la pesca de cangrejos, también mi Maestro fue mi tío Agustino, y únicamente le enmendé la plana, con el teñido del lazo del hilo blanco torcido, de los carretes marca Cadena, que mi tío lo usaba al natural, y yo los empecé a teñir con las hierbas verdes del mismo entorno de cada nido, para que a la vista y al instinto de las perdices pasara inadvertido. De manera que el blanco del hilo torcido y teñido, se confundiera con el propio color de las hierbas verdes que rodeaban la entrada de cada nido, al ser teñido por el verde de las mismas; pues esas hierbas, entre secas y verdes, eran el introito del túnel herbario por donde entraban las perdices a la puesta de los huevos (día por medio) y a su inspección frecuente. Yo la primera perdiz, que cacé viva, y que mantuve enjaulada unos años, incluso ponía huevos todos los años en la jaula, fue en Mayo de 1937 , en la cortina del tío Pablo CASAS de la Puente de abajo, en esa barranca de varias cortinas de secano, del Cotorro la


Puente – el que daba pie al sendero peatonal del Carrilón, para subir al Castro por el lado de la Puente de abajo), que en su punta tiene la Peña del Carrascal, que lateraliza el Camino a Flores y Fradellos. Ese año 37, en la primavera, cacé 4-5 perdices más. El año más productivo fue el de 1940 (mi Padre seguía en la Cárcel de Zamora, por casi dos años más). En un día de Mayo del 40 ( creo que el día 14, martes), enlacé 5-6 perdices en varias toponimias de Tolilla. Y la temporada más productiva la de 1942, de Marzo a Junio 17 perdices. Pero salvo la primera del 37, todas las demás, ya estaban ahorcadas en el lazo. En la última etapa, 39 a 42, descubrí que los machos, ante la ausencia de la hembra, venían a buscarla hasta el nido que ambos habían hecho. En eso me ayudó la casualidad, pues por la mañana había retirado del nido la hembra enlazada, de nuevo pasé por allí, y vi al macho que iba caminando hacia el nido, armé de nuevo el lazo y también cayó el macho .De manera que, luego de cazar a las hembras, armaba el lazo de nuevo para cazar al macho, que era más grande y más gordo, pesaba medio kilo o más que la hembra (media: la hembra 1,50 kilos y el macho de 2 o más, en


bruto), y en la mayoría de los casos tenía éxito. Son las observaciones de la vida, cuando las de necesidad, aguzan el ingenio.

Uso y Formato del lazo para la caza de las perdices: El lazo era de hilo blanco de los carretes marca Cadena. Dos tramos de 03 hilos cada uno, que se retorcían, uno hacía la izquierda y otro hacia la derecha, luego se juntaban, y se enroscaban en una sola unidad de seis hilos retorcidos. El Lazo tenía una longitud del orden de los 50-60 centímetros, y se anudaba con prolijidad en las dos puntas. La punta del lazo, tenía un lazada corrediza, por donde se metía la otra punta, para dejar un redondel, de unos 08- 09 centímetros de diámetro. Ese redondel de lazo (como dije, lo teñía del verde de las hierbas vecinas al nido), se sujetaba en el seguidero / túnel de hierbas previas al nido, con horquillas de la misma hierba, de tal manera, que cuando la perdiz viniera a poner los huevos, al meter la cabeza y el cuerpo por el seguidero hacia el nido, la cabeza entrara con comodidad en el lazo, pero el cuerpo, como era mayor que el redondel del lazo, lo que hacía era cerrar el lazo, y la perdiz,


con la cabeza más grande que el pescuezo a continuación de la cabeza, no podía zafar ni para atrás ni para adelante, terminando ahorcada. El extremo opuesto al redondel del lazo, se ataba a alguna estaca segura bien clavada en el suelo, o a la raíz fuerte de alguna zarza vecina al nido. Y de esta manera, dejo constancia de algunos de mis entretenimientos utilitarios en la niñez y primera juventud por las tierras de Aliste, dentro del término de Tolilla de Aliste, mi Pueblo de origen, al Noroeste de la ciudad de Zamora, y a una distancia de la misma del orden de los 58-60 kilómetros, distante 08 kilómetros de la autovía de Zamora / Braganza (Portugal), que desde años atrás, se enlaza con una carretera provincial, que viene de Gallegos del Río, y esta se una a la de Zamora-Braganza, en término entre Ceadea y Fornillos, ambos de Aliste. Un abrazo. Simón Buenos Aires, 11-12 de Abril de 2015.


skapjk@gmail.com

NOTAS ADICIONALES: O1).Sobre mis Patologías: En opinión de los médicos especialistas, tanto del Dr.Rovegno de CEMIC, especialista formador de especialistas en Urología, en especial en enfermedades de Próstata; como el oncólogo Dr. Díaz Cantón, del mismo centro CEMIC, han decidido que a partir de la última inyección dada el 3003-2015, del medicamento Eligard ®, de origen Norteamericano (droga de base: Acetato de Leuprolida, 22,5 mg. Inyección cada 90 días), la medicación se suspenda – por lo menos temporalmente –, habida cuenta que el PSA prostático (y conexos) ya casi es indetectable: Noviembre de 2014 = 0,15% sobre un normal de hasta el 4% . Marzo de 2015 = 0,13% sobre un normal de hasta el 4%.Luego los controles periódicos indicarán el curso a seguir. 02).Sobre la operación de estómago y los controles de la hepatitis –C, sin medicación específica desde el origen en ambas


direcciones, bajo controles trimestrales, en análisis básicos y específicos de sangre, TC y ecografías de control, dadas las funciones normales de los órganos afectados. 03). Y esto va como ayuda de mi parte: “”Yo sé bien, que en lo

emocional, intelectual, la alimentación (aunque ya no disfrute el placer de antes), el ejercicio físico y la no preocupación por las enfermedades de mi parte, contribuyen enormemente con la salud. También sé, que hocicar ( como de vez en cuando hacían las burras nuestras y de mi abuelo Simón cuando era jinete infantojuvenil, años ha) en estos momentos – sobre todo por la falta de interés en la Vida –, sería muy pernicioso; y aunque mi Vida ha sido muy batalladora, seguramente por las dificultades del largo camino recorrido, mi ánimo no está dispuesto, ni a abandonar la lucha, ni a la rendición incondicional. Y en esto andamos, a los casi 86 años y medio (86 y 1 / 2 años)””.VALE.--S.K.A.-11-12 / 04 / 2014.-



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