Hoy, el vuelo del pensamiento, aterrizó en Tolilla de Aliste enero 2017

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HOY, EL VUELO DEL PENSAMIENTO, ATERRIZÓ EN LA PRADERA DEL CAMPO DE TOLILLA DE ALISTE, CERCA DE LOS CARRASCONES. Buenos Aires, 5-6 de Febrero de 2017. Estimados Parientes y Amigos: En estas mañanas calurosas del verano de Argentina 2016 / 2017, suelo despertarme temprano, y durante un rato recostado en la almohada, mi mente a través de los recuerdos que encienden los pensamientos – los vehículos más rápidos que conocen los humanos desde sus orígenes –, se ponen en marcha hacia muchos lugares de la tierra. Unas veces por la simple geografía e historia aprendidas, otras por las vivencias personales al paso, y las más, por estar dotadas de las emociones y sentimientos familiares y vecinales << en los años infantiles y de tierna juventud >>, que naturalmente son jurisdicción de Aliste, irradiadas de mi pueblo de origen: Tolilla de Aliste, sus Pueblos aledaños, y otros de la Comarca y más allá. Y en medio de estas cavilaciones, de repente, se me aparece un pensamiento cargado de recuerdos infantojuveniles, para hacer un vuelo hacia la Pradera del Campo de Tolilla, el de las Eras para las Trillas, el de los dos Carrascones (aunque he visto que hace años solo queda uno), donde en cercanía sesteaban las Vacadas, y los vaqueros titulares con sus escuderos ayudantes de 6 a 8-10 años de edad, de los que formé parte de 1934 a 1937 para terceros, y dos o tres años más para nuestro tío Simón Casas, que tenía turno con el tío Benito Martín, y en ese turno nos juntábamos con Cándido Martín Rivera, un año mayor que yo, el 4º hijo del tío Benito Martín y la tía Catalina Rivera, y también para nosotros y el abuelo Simón, que nos tocaba el turno juntos , pues los turnos eran de a dos vecinos por día. Aunque desde hace muchos años de los Carrascones hay sólo uno < como ya expresé >, pues el más viejo y hueco, donde anidaban todos los años algunos mochuelos, cuando yo volví en el primer viaje a España, ya había sucumbido por la carga de los muchos años. Y no sé, por qué el aterrizaje tenía que ser en el Campo, pues el pensamiento no necesita espacio físico para aterrizar ni despegar; pero debe ser, porque en sus días de hace muchos años, yo pensando en los aviones mecánicos, suponía [y la verdad podían hacerlo] que en el Campo de Tolilla podrían con facilidad aterrizar aviones / aeroplanos, y tenía la esperanza de que lo hiciera alguno, aunque fuera por accidente para conocer los aviones de cerca. De manera que como el viaje ha sido imprevisto, casi irremediable, y de alguna manera instantáneo, y simultáneo en varias direcciones, antes de olvidarlo voy a


saludaros, y trasmitiros las anotaciones del Plan de Vuelo, desde el centro de operaciones escritas, situado en mi Casa de la ciudad de Buenos Aires, donde por contraste de los fríos bajo cero de España , y mucho más en el resto de Europa del Norte y Centro Norte – en pleno invierno 2016-17 –-, aquí en Buenos Aires, ya de vuelta, estoy en el Escritorio con aire acondicionado, dado que estamos en los meses más fuerte del verano en el Hemisferio Sur. 01-Y, VAMOS A LOS DETALLES DEL VIAJE Y SUS VISIONES:

01-01-Recuerdos panorámicos del Pueblo y sus Gentes: Para empezar, no sé por qué, sigo viendo las personas y las cosas de la misma manera que las vi en mis tiempos jóvenes. Y aún a sabiendas que desde que emigré en 1951, las generaciones anteriores a mi generación y gran parte de la mía y algunos de las posteriores han fallecido << lo que he ido constatando en mis viajes posteriores a 1951 >>, sigo pensando al Pueblo con toda la gente que yo conocí, en el estado de edad y apariencia que tenían casi 66 años atrás. De manera que a pesar del invierno en Tolilla en estas fechas, en el Campo veía verano, trillas, medas, parvas, trillos, parejas de vacas, vueltas de parvas, parvones , venteos , bieldos, bieldas, manojos, palas , tornaderas, barrederos, baleas, pejos, costales, muelos, parejas de vacas con sus tábanos picándoles en las costillas (cuando la realidad de la Estación es hierba helada, con agua que se escurre bajo el hielo / carámbano, ladera abajo hacia el Arroyo La Fuente). Inclusive los residuales de las últimas Vacadas en las cercanías de los Carrascones, que era donde las vacas descansaban del mediodía a la tarde, venidas de las praderas de Pielamula y los Campetes, con paso por el Río Mena por Vegamolino y Molino los Corderos, con la Hoja de Abajo sembrada en los años impares, y por la tarde por Molino los Corderos, los Linares y la Puente de Abajo y el Espadañal. O en la Hoja de Arriba sembrada en los años pares, por las praderas de las Fontaninas, los Ferradales, Urrieta el Espino, y la Ribera del Mena por el Molino Tubal, el Ancho o la Azuda, subiendo por el Camino de las Cortinonas al descanso señalado. De hecho, la Vacada se deshacía cuando empezaban las trillas ( ya cada uno se encargaba de sus vacas para llevarlas a las mañanas temprano al Monte los Ferreros, antes de empezar a trillar, pues había que esperar que el sol secara el rocío de la noche que humedecía las pajas de las mieses), o algún día después, según hubiera venido el tiempo para la Siega y el Acarreo de los cereales, con variantes de unos pocos días, en función de los comportamientos del tiempo en esos días, o la mayor o menor cantidad de lluvias de primavera, que aceleraba (con menos lluvias) o retrasaba (más lluvias primaverales) las maduraciones del centeno , de verde a seco, para el


comienzo de las siegas; que en cada caso, podía variar de fin de Junio, a primeros de Julio de cada año. En esa entrada veraniega, de muchos años atrás, que cambia la realidad del invierno 2017 presente, el pensamiento ha recreado al verano; y, la primera imagen, fue la detención de mi Padrino Rafael Álvarez, vecino de Tolilla, que estaba acomodando manojos de centeno en la Era que le había tocado en suerte ese verano en los primeros días de Agosto del año 1936, que era la más próxima a los Carrascones. Yo lo vi a cierta distancia desde la Era que nos había tocado a nosotros, algo más al centro, a partir de un auto que entró por la parte de arriba del Campo, del que se bajaron tres hombres vestidos de falangistas, con boinas / gorras de requetés, con correaje y pistola al cinto, de la que echaron mano apuntado y diciendo en alta voz en forma arrogante e imperativa ¡VIVA ESPAÑA! Y mi Padrino le contestó ¡VIVA! En alto voz y levantando los brazos por encima de la cabeza con las manos abiertas. El supuesto jefe, al parecer el policía de Alcañices que se había declarado por sí jefe provisional de falange le preguntó ¿Conoces a Rafael Álvarez?- Soy yo, le contestó. Lo metieron a la fuerza en el auto y se lo llevaron, sin que se enterara la familia hasta un rato después. Al paso de los días – no muchos - , se comentaba en voz baja, y entre personas de confianza absoluta, que había sido fusilado en una SACA en los encinares de Monte la Reina, en cercanías de Toro [[ por un pelotón que comandaba el sanguinario y vengativo empleado de Correos de Zamora, Gregorio Martín Mariscal (que eliminó también a su Jefe de Correos de Zamora, Vicente Alonso Iglesias), un camisa vieja de origen aragonés llegado a Zamora en 1935, con su atuendo desafiante de falangista camisa vieja, prepotente y mal educado, al decir de los que lo conocieron]]. El asesinado, con mujer y 6 hijos menores, de 8 años la mayor y varios meses el menor. La causa, la denuncia de un pariente de la CEDA devenido en falangista, con el que había tenido un litigio judicial negativo por una finca, que luego plasmó en venganza personal, denunciándolo como comunista por haber votado al Frente Popular ¡…! De los 6 hijos, murieron en Zamora en Agosto o Septiembre del 36, por epidemia de sarampión complicada con encefalitis 3, la primera, la tercera y el sexto. En visión de Eras de verano, a pesar del invierno, se apareció la nuestra de 1937, vecina a la de mi abuelo materno Simón, ambas unidas y laderas al prado de los Pradicos de mi Padrino Rafael (antes nombrado), donde mi Padre (Pablo), ya estaba ausente desde el 26-27 de Julio, pues luego de varios embates de los que se había salvado de milagro en 1936 (lo había salvado el nombrado Jefe de Falange de Alcañices, que no era el provisional nombrado antes, que fue encarcelado por violencia sexual con amenaza de muerte de la esposa del


perseguido Maestro de Tolilla de Aliste), fue detenido por haber sido Alcalde del Pueblo y del Ayuntamiento en la II República Española y llevado a la Cárcel de Alcañices, para pasar después a la de Zamora, donde estaría preso 4 largos años, hasta su libertada condicional en 1941, luego de una condena de 8 años, meses y días. La causa: Denuncia del Secretario del Ayuntamiento, afiliado a la CEDA y promocionado a jefe de falange del Municipio, por socialista, republicano y partidario de las reformas sociales del bienio socialista de 1931 a 1933. Aunque la realidad había sido, que como Alcalde, al Secretario – que eran los que mandaban de hecho en los ayuntamientos – le controló la tesorería y los presupuestos, y le sacó funciones que eran competencia del Alcalde. Y el Secretario, aprovechó la oportunidad de la revancha vengativa, que aunque hechos deleznables de común en todos los tiempos, en esos, eran conductas multitudinarias inducidas por el terror y la venganza. De manera que el señor secretario, dejó a los hijos de nuestro Padre (Pablo, de 37 años), de 8,5 y 1 año y 4 meses, y su esposa (nuestra madre Balbina de 30), a la suerte que le cayera, y seguro sin sentirse culpable de nada. Aunque su destino le mandó en forma temprana, un cáncer digestivo, que lo liquidó en poco tiempo. Y con esta visión de Trillas y Eras de Agosto de 1932, donde todavía el Invierno de este Enero / Febrero de 2017 sigue en el recuerdo como Verano 85 años después. En este caso, la referencia es el primer encuentro que tengo con la muerte, dado que en la primera decena de Agosto falleció mi abuelo paterno Francisco, enfermado de repente, y fallecido dos o tres días después. La Era de turno sorteada, era la ladera de nuestro prado de la Silvirona, y del prado de la tía María Gelado y del tío José Gago, a la izquierda del camino de entrada que surca la pradera del Campo, en línea con los Carrascones, hacia el camino de la Raya con Lober de Aliste, donde está la marra o mojón, y pasa el camino de rodera de Lober a Mellanes de Aliste, vía el Ramajal y la Ladera de Tolilla y su Cañada de paso hacia Mellanes. En el turno de los recuerdos, se presentan algunas comidas familiares, más o menos representativas. La primera que sale al paso, es una de Junio de 1931 ó 32, en nuestra Casa, siendo los comensales presentes: El tío Simón Casas, su hijo Domingo, primo hermano nuestro, de 14-15 años; el abuelo paterno Francisco y la abuela paterna María; nuestro Padre y Madre, y el suscripto; pues el hermano Paco, si era en el 31 no había nacido, y si en el 32, apenas tenía 7 meses, de manera que pescado con espinas, nada de nada. La cena era de barbos fritos del río, que el tío Simón y Domingo (su hijo) habían pescado con la red en el Pozo Pontón del Río Mena. Los pescados habían sido freídos por mitades por mi Madre, con espinas


incluidas, como era lo normal para quien sabía comer pescado con paciencia. Y esa paciencia le faltaba al abuelo Francisco, que se lo pasó protestando y carraspeando contra pescados y espinas, de manera que para él, la cena fue un gran sacrificio con letanía de protesta y regaños a los barbos. Pero quizás la Comida más significativa en el plano Familiar íntimo, haya sido una de las cenas de los días entre el 10 ó 15 de Enero de 1951, cuando ya el recordador que escribe esto –yo –-, tenía casi redondeado el viaje de emigración a la Argentina [ ya me había comunicado por carta con la empresa marítima de origen italiano Giacomo Costa fu Andrea, en la representación de Vigo, y hecho reserva para el barco Giovanna-C, para el embarque en Vigo el 24-05- 1951 y recibido la comunicación postal ese día ] del que nadie queríamos hablar en concreto en el Grupo íntimo, más allá de mi hermano Paco y yo, pero ya estaba presente en el ambiente la ausencia imaginada << y la tristeza interna de todos y disimulada flotaba en la mente íntima de cada uno, inclusive en el resto de la familia parental y amigos íntimos, que eran los informados colaterales del proyecto de viaje, instalado en Julio-Agosto de 1950>>.En esa Cena, en la Cocina de la Casa solariega, como era habitual, estábamos presentes: Balbina (Madre, 44 años); Pablo (Padre, 50 años); Simón (Hijo,22 años); Paco (Hijo,19 años);Consuelo (Hija, 14 años);y, Rufina (Hija,8 años). La Cena amable, y bastante silenciosa, en ese ámbito intimista de las Cocinas de Aliste, que eran Centros de las vivencias ancestrales y grupales de las Familias, en el caso, era de patatas – tal vez de la huerta del Pradote –, berzas del Alisón, y trozos de chorizos cocidos de las Matanzas de Diciembre de 1950 (luego más reducidos con tenedor y cortes de cuchillo, mezclado con el resto de elementos) , como tríada básica cocida, en el pote grande de hierro fundido de tres patas, con tapadera, de agujero silbante con el vapor presionado por la cocción, y transferidos a la tartera grande de barro vidriado de los Valles de Vidriales (Benavente-Zamora), con trozos de pan de hogaza en la mesa, cuchara en mano, y en forma espaciosa y lenta camino del estómago, rociado con vino tinto del pellejo / odre, que tenía asiento debajo del hueco de la escalera del Sobrado de Adentro. Ladero de la puerta de la Despensa. Otro giro de comidas, más bien de cenas, eran las muchas veces que yo iba a dormir a casa del tío Simón mencionado, el padre del primo Domingo. Como el tío Simón era Juez de Paz del Ayuntamiento, por lo menos un par de veces al mes tenía que ir a Gallegos del Río – cabeza del Distrito – a las reuniones del Alcalde, Concejales y Secretario, que integraban el gobierno del Municipio, y Domingo me invitaba a cenar a su casa – era ya un excelente cocinero con sus pocos años– y a dormir, costumbre que rigió hasta que él se casó en septiembre


de 1940, con la prima de mi Madre Agustina Salvador, aunque las comidas familiares recíprocas siguieron de por vida. En todo caso, es bueno recordar una cena, probablemente en Noviembre de 1934. Yo había acompañado a Domingo al espadañal de delante los Huertos, donde en el Río (Mena), se forma una poza de agua de mediana profundidad, muy soleada y con buen remanso, donde se iniciaba ya en Enero la pesca de sardas con caña y anzuelo en días soleados. Y como en casi todas las pozas del Río, en los laterales eran muy abundantes las espadañas, verdes y floridas en primavera, y secas en otoño-invierno, donde se refugiaban, y a veces solían hacer nido, las “pollas del agua”, o patos medianos salvajes en tiempo de primavera, de carne sabrosa y comestible. Pues bien, Domingo había visto un rato antes, dos o tres pollas del agua nadando y comiendo en esas espadañas, yo caí por su casa, él echó mano a la escopeta (una nueva que había comprado de dos caños, marca Víctor Sarasqueta, ya el Padre y él usaban la que tenían de un caño), y fuimos en busca de las aves para la cena. De inmediato divisó y le disparó a una, que quedó muerta en la orilla, y otra se escapó en vuelo bajo a esconderse entre las espadañas cercanas de la gran Poza del Espadañal, donde confluían los dos brazos del Río; y, allí, fue Domingo a observar a la fugitiva, que localizó y mató de un disparo cuando quiso levantar vuelo. Con las dos medianas palmípedas, nos fuimos a casa. Domingo las peló, las trozó, y las metió en un pote mediano de los de hierro fundido, de tres patas, y tapa con agujero, con una base de algo de aceite, una cucharada de manteca, cebolla picada, pimiento picado y una cucharada de pimentón, quedando yo al cuidado del guiso para darle alguna vuelta y vigilarlo, pues él iba a una de las huertas de la Juncal a buscar un haz de herraña / ferraña (forraje de centeno verde) para las vacas. El caso, que yo atendía el guiso, dándole vuelta de tanto en tanto, y tenía ganas y tentaciones de saborearlo, y con un tenedor arremetí hacia una parte de los muslos de las yacentes involuntarias, sin darme cuenta que el mismo estaba muy caliente, y el sacarlo del pote y llevarlo a la boca fue un instante, aunque no tuve tiempo de saborearlo por la violencia con que lo debí sacar de la boca, quedando la huella en lengua y paladar, aparte que la porción todavía estaba medio cruda y sanguinolenta. Cuando llegó Domingo con el forraje, le puso las patatas al guiso con un rociado de arroz, y aún con la boca escaldada, cenamos ambos con toda normalidad. Dignos de recordación, eran los desayunos con mi abuelo materno Simón, cuando iba con él de escudero a las ferias: Rabanales, San Vitero y más, a vender los terneros o jatos. Él también se las arreglaba bien en la cocina (con prácticas habituales en los varios viajes < creo que estuvo 5 veces > de trabajo


temporal que hacía a Cuba, donde era un experto en encofrados de hormigón de inmuebles para fábricas de azúcar), y los desayunos feriales de común, eran dos huevos fritos para cada uno, los llamados huevos blandos, donde se mojaban los pedazos de pan, hasta agotar el contenido, luego un café molido a mano con la moledora mecánica, colado en embudo de fieltro, y con el carro cargado con los jatos a las ¡Ferias! Otras comidas recordadas, que eran frecuentes y en Familia, era con las familias de los ÁLVAREZ de Tolilla, toda una institución de Clan familiar tradicional, que en el caso local, estaba formada por parte de los hijos del matrimonio de mis bisabuelos maternos, Domingo Álvarez (a quien todavía conocí algunos años, murió en 1933) y Toribia González (a la que no conocí, pero sí estaba bien informado por parte de mi Madre).Parte de sus hijos se casaron y se quedaron en Tolilla: Martina, mi abuelo Simón, y Pablo (el resto, Francisco se casó para Gallegos del Río, Fermín para Lober de Aliste, y Daniel y Rita emigraron a la Argentina antes de mi nacimiento).La tía Martina, se casó con su primo Juan; mi abuelo Simón con su prima Justina, hermana de Juan; y Pablo con Luisa, vecina de Tolilla. Y la descendencia fue la siguiente: De matrimonio de Simón Álvarez y Justina Álvarez, mis abuelos, nacieron los Hijos: Juliana, Balbina (mi madre), y Victorina. Luego del segundo matrimonio de mi abuelo Simón, por viudez temprana, con Juana Río: Ángel, Teodoro y Agustino. Del matrimonio de Martina y Juan, derivaron los hijos: Marciano, Antolín, Celedonio, Domingo e Isaac, que eran dos veces Álvarez, como sus primos Juliana, Balbina (nuestra Madre) y Victorina . Y del matrimonio de Pablo y Luisa, nacieron las hijas: Cándida, Rufina y Julia. Cándida se casó con su primo Marciano y Julia con su primo Antolín. De manera que la Familia Álvarez de Tolilla consolidada se formaba por: El abuelo Simón +Nuestros Padres (Balbina y Pablo) con sus 4 hijos :Simón, Paco, Consuelo y Rufina = 7 integrantes.//La tía Luisa; Cándida y Marciano, su hijo Marciano; Antolín y Julia y sus hijos José y Oliva; Celedonio, Domingo e Isaac =11 integrantes.//Victorina y Aquilino, con sus hijas Justina, Manuela y Aurora =5 integrantes.//el tío Agustino y la tía Antonia con sus hijas Mercedes, Carmen y Angelines= 5 integrantes.//El tío Teodoro y la Tía Antonia , radicados en Ceadea de Aliste, y sus hijos Visitación y Domingo=4 integrantes. Total 32 miembros integrados, que formábamos una unidad familiar emocional y cultural muy unida y solidaria. Y dentro de ésta se destacaba nuestra familia troncal 6, la de Cándida-Marciano e hijo 3, la de Julia -Antolín e hijos + Rufina,5 = 14.


En una celebración de no sé qué, en casa de Cándida, allá por Noviembre de 1941, hubo una cena muy especial familiar: La tía Luisa y sus hijas, Cándida, Julia y Rufina; Marciano, y hermanos, Antolín, Celedonio, Isaac (militar y estaba con permiso); nosotros: Balbina y Pablo y sus hijos: Simón, Paco y Consuelo. Del contenido de la cena no me acuerdo bien, pero en ella, hubo un entremés y un brindis de carácter excepcional [ para todos los asistentes por primera vez ] en esos tiempos en el Pueblo (incluso en la Comarca): Aceitunas negras y

verdes aliñadas y brindis con sidra embotellada y gasificada, traída en un viaje a Zamora por el primo hermano de mi Madre < de doble enlace parental >:Marciano (Álvarez Álvarez), que había salido en libertad del Penal de Alcalá de Henares (antes había estado en la Cárcel de Zamora con mi Padre), en Julio o Agosto de 1940, y se había rehabilitado como un excelente carretero en toda la Comarca (luego después de la Cárcel de comienzos de 1937 (con 28-29 años), por haber sido Alcalde pedáneo del pueblo de Tolilla de Aliste de 1934 y 1935, en la Segunda República, como simpatizante Socialista, además de un gran lector, y un nivel intelectual muy por arriba de la media de la Comarca, como todos sus otros 4 hermanos), constructor de los populares e insustituibles Carros tirados por vacas, que eran las herramientas multifuncionales para todo lo que fuera transporte de cargas, más pesadas que las que podían transportarse en una caballería: “”Leñas diversas para las cotidianas lumbres de las cocinas, acarreo de las mieses de las morenas a las medas de Trilla, transporte de la hierba segada de los prados a los pajares, acarreo de los granos de las Eras a los graneros / sobrados, traslados de las pajas molinas en las trillas de las Eras a los pajares, llevar al molino de ida los costales de grano a moler y de vuelta la harina, acarreo de las patatas y resto de hortalizas de las huertas a los recintos de las casas destinados a ese fin; transportes de terneros o cerdos a la venta en las ferias, de abonos orgánicos de cuadras y pocilgas para abonar tierras, cortinas y huertas; cargas de piedras para paredes y otros fines, como cargar las cañizas de los chiqueros de ovejas, con sus cepos y cabaña, cuando la distancia de una tierra a otra era demasiado alejada, y no se podían llevar al hombro. Y en fin, toda carga pesada más allá de las capacidades de personas, burras y demás, para trasladar cantidades de cosas o elementos – homogéneos o diversos – de pesos y volúmenes importantes de cualquier cosa útil y necesaria, para las necesidades personales / familiares, o auxiliares y / o complementarias de las actividades agrícolas y ganaderas, a escala de la Comarca de Aliste, pobre de solemnidad, en bienes y servicios””.

01-02-Los Viajes en las autopistas de Tolilla:


Después de aquel primer viaje de Tolilla a Lober y regreso, cuando tenía 18 meses de edad, en el mes de Abril de 1930, acompañado de nuestra prima Felisa, dentro de las alforjas de la burra Cardona, con una piedra de contrapeso del lado opuesto. No tardé muchos años en viajar en automóvil por los caminos de Tolilla. Allá por Septiembre de1931, llegó el 2º Maestro a la Escuela de Tolilla, la primera Escuela de su Historia, en las praderas de las Portillas de las Eras, fuera del Pueblo en su parte de Arriba . El primero Maestro de la Escuela, yo apenas lo recuerdo, pues estaba hospedado en Casa de Cándida Álvarez, la prima de mi Madre, fue un tal Don Martín, que debe haber estado de Septiembre de 1930 a Junio de 1931. Don Antonio González, ese 2º Maestro, era natural de Grisuela de Aliste, que antes había sido Maestro por León o su provincia, y tenía un auto Ford, creo que modelo 1930. Don Antonio tenía un hijo de mi edad Manolo, y con alguna frecuencia, para poner en marcha el coche, íbamos a dar una vuelta por el Pueblo y sus caminos circundantes. Como lo tenía guardado en el portal de la tía Paula Fernández, a metros de la Casa del Maestro, con frente al Pozo de Arriba, de manera que era común salir del Portal, Calle Real abajo, hasta la Casa del tío Juan González, y por entre la Casa del tío Juan y el pajar ladero del mismo dueño, calle por medio, enfilar por la Calzada de Arriba hasta la cuesta de las Cortinonas, y por el camino de éstas salir a las Praderas de la Escuela, hacer un recorrido por la pradera del Campo, a veces por el Ramajal , camino de Ceadea, hasta el Campetón de Lober y regreso. En cualquier caso y dirección, todos disfrutábamos del paseo en auto. Y estos paseos de circunvalación urbana, duraron hasta Junio de 1936, con un interregno de Enero a Junio de 1935, dado que como en aquellos años no había líquidos anticongelantes, había que extraer el agua del radiador por un orificio de caída por gravedad. En Enero del 35 hubo muchas heladas, Don Antonio se olvidó de sacarle el agua, se congeló, y el hielo rajó el bloc del motor, y lo tuvo que llevar a reparar a Madrid. Este es el Maestro que más tiempo estuvo en Tolilla: Septiembre de 1931 a Junio de 1936; y hubiera estado más, pero como era un socialista convencido – en la 2ª República la mayoría de los Maestros de España era socialistas o de izquierda activa, con el golpe militar del 36 fueron muy perseguidos – tuvo que huir al monte por ser perseguido a muerte por los Falangistas de la zona, y logró pasar por Portugal a la zona republicana de Valencia.


De cualquier manera, a mí me encantaban esos viajes en auto, y en esa época y después, cuando iba con las vacas a la Ribera del Río Mena (a su paso por Tolilla), yo tenía una pista imaginaria paralela a la Calienda / canal de agua del Molino. La misma iba desde el Molino hasta la Cortina Nueva del tío Juan González, donde se instaló la primera noria de riego movida a motor de sangre de burro de Tolilla. La pista era polvorienta en primavera y verano, dado que era el camino de la Ribera de Tolilla a Mellanes, y el fórmula uno (en esos años de la F-1 no tenía ni la menor idea) era una mimbre de los mimbrales de la ribera, que con su flexibilidad yo hacía correr por el camino, empujándola con la mano derecha, y el bólido tenía la misma velocidad que le imprimían la rapidez de las zancadas de mis piernas. Otro sustituto imaginario, de seguir viajando en auto, era el aro de latón del asiento de las herradas viejas, redondo, de unos 2-3 milímetros de espesor, una altura / anchura aproximada de los 4 centímetros, y un diámetro hueco del orden de los 20 centímetros. Ese aro, se ponía y llevaba en marcha rodando, empujado por un tipo de horquilla a medida del ancho de la supuesta rueda, de un trozo de alambre de los alambrados con púas – naturalmente se le sacaban las púas dejando el alambre liso –, y la punta lisa del alambre, se insertaba en un trozo de vara de madera delgada y rolliza, generalmente del tipo de sauces de donde se sacaban las varas para arrear las vacas en las aradas, trillas y acarreos, de una longitud de 80 centímetros a 1 metro. Con la mano se echaba el aro a rodar sobre el suelo, luego con el palo referido en la mano derecha (era la del manejo habitual), se insertaba ese tipo de horquilla algo más ancha que el aro de latón (unos 42 milímetros). La horquilla era de tipo rectangular, con dos ángulos rectos en la parte de atrás, y abierta en la de adelante por donde entraba el aro al que sostenían los lados del alambre. La puesta en marcha era al principio algo complicada (pero como a todo juego artesanal se le va tomando el tiempo y la mano, esas cosas que no se enseñan ¡se aprenden! ) , pues había que sintonizar el rodado inicial impulsado con la mano, con la inserción en la horquilla /mango de empuje, que al compás del correr de las piernas iba tomando velocidad, y variando de dirección según la línea del camino / pista, en calles o caminos de rodera. Este juego tenía más afinidad con los autos que el mero rozar de las mimbres en el suelo, pero permitía menos imaginación, habida cuenta que había que estar más atento para mantener los equilibrios. En una palabra, era más afín a los coches, pero permitía “soñar menos”.


En el entretanto, era un habitual jinete de nuestra burra Cardona y la Negra de mi abuelo Simón, tanto albardadas como en pelo, pero siempre con cabezada y ramal. Cuando en pelo, solía apurarlas por los caminos de turno y hacerlas correr todo lo posible, y no pocas veces tropezaban y el jinete salía despedido por encima de las orejas de las burras, pero con ambas me llevaba muy bien. Tan es así, que allá por los años 1937 a 1939 / 40, en la primavera / verano aprendí a pararme de pie descalzo encima de ellas, a paso cansino, y hacíamos tramos largos con toda naturalidad, más allá de la cuota de exhibicionismo del jinete entre los 8 y los 10-12 años de edad.

01-03-Algunos pocos viajes mentales seleccionados que fueron realidad hace muchos años: 01-03-01-En estos devaneos tempranos a bordo de la almohada, llega un recuerdo de los que casi nadie < o muy pocos > pueden dar testimonio de esta herbácea, familia de las lináceas, de una altura entre 30 y 50 centímetros, salvo en Egipto, que según dicen anda en no menos del metro de altura: El Lino, su

linaza, y el proceso artesanal de la siembra al uso en los tejidos.(Primero voy a decir, que como esto seguro lo leerá alguna vez mi hijo Pablo, le digo que el lino de Tolilla, no tenía la calidad del lino y el algodón del Nilo –Egipto –. Lo del Lino y el Algodón (que en Tolilla y en sus Reinos y Comunidades el algodón no existió nunca), Él , lo hace resaltar con frecuencia, dadas las calidades de las sábanas cameras fabricadas con los textiles de esa procedencia; teniendo además fama unas variedades finas de Flandes, de las que en el Quijote se habla también de sábanas de Holanda varias veces << pues aunque mi Hijo no ha leído todavía completo a Don Quijote de la Mancha, estoy seguro que lo leerá algún día, aunque es probable que menos veces de las que lo he leído yo , en edición escolar simplificada primero, y sobre todo la edición completa de 4 tomos – Copia de la Edición Príncipe – adquirida en Argentina en 1960>> : Capítulo XLIV (44), Segunda Parte del Quijote, en la canción de Altisidora a Don quijote:”” ¡Oh, tú, que estás en tu lecho, / entre sábanas

de Holanda…! “”. Y Capítulo LIII (53), Segunda Parte, en la renuncia de Sancho Panza al Gobierno de la Ínsula: ””…y arroparme con un zamarro de dos pelos en el invierno en mi libertad, que acostarme con la sujeción del Gobierno entre sábanas de Holanda, y vestirme de martas cebollinas (por cebellina o cibelina)…””. Estimándose que fue en Egipto donde comenzó la artesanía textil del lino y algodón en tiempos muy antiguos, pues es bien sabido que las momias de los


faraones y sus familias, y personas ricas e influyentes, en o fuera de las pirámides, están recubiertas de telas de lino, manteniendo las formas del cuerpo embalsamado, en procura de la “vida eterna”, la que se conseguiría además, por las buenas acciones humanitarias en la vida, y si eran absueltos de las acusaciones de los 42 demonios que los interrogaban en el Tribunal de las Almas que presidía el dios Osiris. Procesos del Lino: El procesos comienza por el laboreo de la tierra y su carga de abonos orgánicos, en huertas ribereñas de riego, pues necesita bastante agua. La siembra [por el sistema de voleo], puesta la tierra a punto, es de la diminuta semilla de linaza al voleo, y una vez sembrada la huerta, se ara la tierra para que las semillas de linaza se cubran, y luego con la rastra se alisan / emparejan / aplanan / o nivelan los surcos, para regarlos por el sistema de inundación, a través de acequias o regaderas en el mismo suelo cuando lo necesiten (en los años que había agua para riego). El período de siembra común es (era en el Hemisferio Norte) de marzo / abril de cada año, y la recolección ya es bien veraniega – allá por julio –, cuando la planta esté madura , a punto del verde al amarillo, la que se arranca a mano (no se siega) con semillas y raíces enteras sacudidas, y se van haciendo pequeños manojos o haces de las plantas. Sin duda en Aliste en sus años se sembraba bastante el lino, habida cuenta que era de uso en muchas prendas masculinas y femeninas, antes de la invasión del algodón, y naturalmente de las fibras sintéticas. En Tolilla de Aliste, hay un sector importante de huertas de riego, a la izquierda del camino de la Corredera que va a Lober de Aliste, que se denominaban Los Linares. Pues bien, que yo recuerde, la última recolección de Lino, fue de una de las huertas de Los Linares del matrimonio del tío Vicente Cruz / Rafaela Pedrero, allá por el año 1937. Con anterioridad, algunos años antes, muchos vecinos lo cultivaban, y yo todavía me acuerdo del majado de semilla primero y de las plantas después, en los poyos externos de las casas conforme al proceso que se detalla. Proceso muy artesanal y primario, como demandaba el medio y su tiempo. Desgranado: Los haces arrancados como se dijo, se extienden a secar al sol, y luego se someten las puntas donde están las semillas (la linaza) al mayado / majado / golpeado con la mayadera (un palo macizo redondo alargado y pulido de unos 20 centímetros de largo y 6-7 de diámetro, con agarradera reducida


para empuñar con la mano).Luego se venteaban y se cribaban las semillas de linaza. Enriado: Los haces desgranados, se sumergían en su totalidad en algún pozo del río de 7 a 10 días, donde entra en putrefacción la lignina, que es tóxica y contamina las aguas cuando estas están estancadas y no se oxigenan, lo que afectaba a los peces y otros acuáticos, como ranas y cangrejos. Luego los manojos se sacaban del agua y se dejaban secar al sol, en este estado. Mayado: En las mismas piedras de los poyos externos de las casas, los propios, que casi todas tenían, los haces de lino ya fuera del agua y secos al sol, se golpeaban con la mayadera de punta a punta, de arriba abajo y de abajo arriba, para quebrarle y molerle a palos la paja o cubierta externa que cubre a las plantas. Y en ese estado, sigue su recorrido al espadado / espadillado. Espadado / Espadillado: En una tarima de madera con base sólida, digamos una tabla de punta de alrededor de un metro de alto, unos 20-22 centímetros de ancho y unos 2 centímetros de espesor, se colocaba una manada del lino mayado, sujeto con la mano izquierda. Luego con la mano derecha con un tipo de espada / espadilla corta de madera, se iba sacudiendo esa manada de lino de punta a punta, colocada encima de la tabla de punta mencionada, de tal manera que toda la manada en su longitud fuera convenientemente espadada / espadillada. Esas manos de lino se iban ordenando, para pasar al proceso siguiente: Rastrillado: esta es una herramienta con una especie de peine de agujas aceradas más ralas y gordas al comienzo y mucho más juntas y finas al final, por donde el operador pasa de a puñados las plantas de lino machacadas a palos y espadadas /espadilladas, y empuñadas y tiradas por sus manos hacía sí, repasando de ida y vuelta hasta que quede lista la fibra larga limpia para el hilado. En la parte más distante del operador queda la primera parte, que se desechaba, por no tener uso en el proceso; luego venía la parte intermedia, que es la estopa, que sí tiene aplicaciones útiles secundarias (incluso se hilaba para cosas más bastas), y el paso final, la fibra larga y limpia para el hilado. Hilado: El hilado de aquellos tiempos en Aliste, era de huso y rueca manual, a cargo de las mujeres con experiencia, dando lugar a la formación del hilo continuado, cuyo espesor era calibrado por los dedos de las hilanderas en forma instintiva, pero con el amor y la responsabilidad de hacer las cosas bien. Luego se formaban las madejas, y se cocían para que el hilo blanqueara, y una vez blanqueado, se ovillaba, se tejía a mano con agujas (lo menos), o con telar


rudimentario ( lo más) a pedal de sube y baja y lanzadera manual, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda – en color blanco natural, o teñido, conforme a usos y costumbres –; y, de este estado, pasaba al uso de destino. Aunque en mayoría el tejido, debía pasar por las expertas modistas / costureras, dominantes del arte de las sábanas, forros de cobertores, camisas, camisones, pecheras, refajos, justillos, bantales ( término alistano de bolso interior artístico con aperturas laterales , que llevaban las mujeres, debajo del manteo o del mandil ), enaguas y otras aplicaciones, que yo todavía recuerdo, a muchos años vista, que las usaban abuelas y abuelos. En el caso de Tolilla, la gran costurera era la tía Rosa GELADO, la madre de Atilano González., casado con la vecina Cristina, prima de mi Padre, que por los años 40 fueron a vivir a Barcelona. Recuerdo a algunos abuelos, con sus pantalones de paño de lana de trapa, botones brillantes o dorados, con chaqueta sin mangas, con botones metálicos al tono, mangas blancas de camisas de lino a la vista, con puños adornados, y pecheras artísticas al aire muy elaboradas. En algunos casos, los pantalones ajustados hasta la rodilla, tipo calzón, con medias blancas tejidas .Y, naturalmente, las mujeres mayores tampoco se quedaban atrás, en especial los días de fiesta. Todo eso fue anterior a la Guerra de 1936, y en general, abuelas y abuelos mayores de 60 años, que eran pocos los que llegaban a esa edad. Aunque era mucho más visible todo eso, en el Aliste profundo, pues Tolilla (que está en la parte Sureste de la Comarca) se modernizó mucho desde que se logró la primera Escuela del Pueblo por mediados de los 20, con Escuela provisional en la Casa del Maestro, y la Escuela propiamente dicha, edificada en solitario en las praderas de la parte de arriba del Pueblo; donde concurrieron camadas de Maestros jóvenes, a una Escuela nueva y bien equipada , en tiempos del Gobierno de Primo de Rivera ( mi Escuela de Septiembre de 1932 a Diciembre de 1942, con mis Maestros: Don Antonio 1932-1936, natural de Grisuela de Aliste; Don Maximino, 1936-1937, natural de Jambrina del Vino; Doña Ramona, 19371939 - una Maestra interina no titulada, que sabía poco y enseñaba menos, pero enchufada por el jefe de falange de Carbajales de Aliste, vecina de este pueblo –; y, Don Jerónimo, 1939 a 1942, complementado por delegación a Wenceslao el hijo de Doña Florinda, la Maestra de Lober de Aliste , cuando Don Jerónimo se tuvo que hacer cargo de la Secretaría del ayuntamiento de Pontejos del Vino, de donde era natural, por fallecimiento de su hermano Zenón que desempeñaba el cargo). En general, muchos de estos Maestros, hacían sus primeras armas en la Enseñanza, en procura de una carrera hacia comarcas y pueblos más importantes y mejor comunicados; que además, encontraron en el Pueblo unas


buenas generaciones de jóvenes – varones y mujeres – con muchas ganas de aprender, hasta donde fuera posible, en ese ámbito alejado de la cultura de libro, o instrucción primaria con orden y pedagogía, que en el caso de Aliste ( y de muchas otras comarcas de España y más allá), por los siglos había sido secuestrada por los gobiernos de turno, habida cuenta que la relación del costo-coste / beneficio inclinaba la balanza a favor de los primeros, y las igualdades de derechos y obligaciones cargaban las pesas en el platillo de las obligaciones, pues los derechos naturales de los tiempos, eran para las grandes mayorías solo retóricas filosóficas en las selvas de los deseos, pero sin aportarse inversiones que abrieran caminos hacia las llanuras despejadas donde se miden los horizontes, y las becas de estudios en los países más evolucionados, se mentaban solo en las noticias periodísticas; recién en la Segunda República se echó mano a las mismas en forma masiva, pero duraron poco, por el golpe militar del 36. Y eso que Zamora, era una provincia que producía Maestros con largueza en los Partidos judiciales más evolucionados: Zamora, Toro , Benavente, Villalpando, Fuentesaúco, Sayago (menos), Sanabria (pocos) y Aliste (apenas). No así el resto de las profesiones a nivel Universitario, que eran carreras mucho más largas y costosas, y eran pocos los que podían cursarlas, hasta la evolución producida por la Reconstrucción física y política de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial – España tenía todavía los residuales generalizados muy activos de la propia Guerra - , que aunque llegó a España con atraso, hizo posible el éxodo masivo de las zonas marginales hacia el mundo desarrollado, donde las juventudes generacionales derivadas de Aliste y otras muchas zonas, han tenido las oportunidades de acceder, a ese deseado y añorado sector profesional, que los olvidos de la historia secular le habían vedado, por la simple incapacidad económica del medio. De manera que la calidad de la semilla estaba presente en la Comarca, pero carecía de la tierra fertilizada para llegar a la cosecha rolliza y espigada. NOTA: Yo, por las circunstancias políticas que vivió España en la Dictadura de Franco desde el golpe militar de 1936 a su muerte en 1975, con prórroga de Arias Navarro un año más, tuve que sufrir el desarraigo de la Familia, de España y de Aliste, a comienzos de 1951, rumbo a la Argentina en condición de emigrante. Un episodio doloroso, del que queda la marca, sino del hierro candente de los esclavos de la antigüedad acaudillados por Espartaco del 73 al 71 a.C, o de los sambenitos de los judíos españoles de la Edad Media, sí en la rebelión justa de un estado de ánimo sitiado por ser hijo de un Alcalde de la Segunda República de España ( un socialdemócrata y cristiano de ley) milagrosamente salvado del fusilamiento de las hordas falangistas de los


primeros meses del 36, pero condenado a 8 años, meses y días, con libertad condicional después de 4 largos años, y registros de antecedentes penales estigmatizados de “rojo”.

Pero lo que es el destino: ”De no haberse cruzado en mi vida esas circunstancias negativas, no hubiera venido a la Argentina, ni hubiera formado la Familia que formé, con mi mujer Lidia Nelly TESTA SCHROH (31-10-1932 // 3101-2011), argentina, de familia de origen italiano y alemán; ni tenido y disfrutado al hijo Pablo; ni del matrimonio de éste con la argentina Silvia Cristina TEJEDA ROLDÁN, hubiera nacido mi nieta Paula Jimena KATON TEJEDA , que junto a sus Padres, es el verdadero sostén emocional de mis últimos años del recodo de la Vida”. De manera, que yo le estoy muy agradecido a la Argentina y a los argentinos, que me han dado muchas de las posibilidades ¡ Con esfuerzo, dedicación, tenacidad, disciplina, voluntad y trabajo ! Que algún día soñé en España, en aquellos años de los estudios pastoriles mal cuidando el ganado de ovejas de la Familia, con mis libros en la cajita de madera colgada del brazo con un cordel, por los distintos parajes del término de Tolilla de Aliste, al abrigo de las jaras en invierno y a la sombra de las encinas o robles en la alta primavera y el verano. Y las políticas de los ganadores de la Guerra de España de 1936 a 1939, extendida por 40 años, me negaron, de manera que se hizo presente en mi destino personal, el refrán ancestral, bien conocido:” Que no hay mal que

por bien no venga”. 01-03-02)-Y como epílogo final de la nota, voy al relato apretado de algunos recuerdos, de un alto contenido emocional, que a pesar de todo, tienen para mí [ y entiendo que para muchos alistanos originales y / o derivados también] , unas artes culturales de conductas y comportamientos sociales << de los que pasamos por las Escuelas de las Madres Alistanas, analfabetas de Libro, pero pletóricas de sacrificios, ejemplos y buenos consejos >>, que han sentado las bases de la formación social en las complicadas acciones de la Lucha por la Vida, dándole valor a las cosas y a las personas. A las cosas, por las anemias crónicas que afectaban Aliste, que en forma natural se valoran mucho más; a las personas, por la influencia de las costumbres austeras, pacientes, sostenidas, con sentido colaborativo y comunitario, donde muchas tareas requerían el concurso colectivo de todos los que podían hacerlo. Las Madres de Familia y las Mujeres de Aliste: Es claro, que las Mujeres de Aliste ¡Y de la mayor parte del mundo, incluido el occidental y cristiano! Estaban sometidas a padres y maridos, bajo la tiranía de ser objetos sin derechos, refrendada y estimulada especialmente por las religiones monoteístas, a partir


de por lo menos la judeo-cristiana, donde la primera mujer creada por Dios, Eva, para acompañar al primer hombre de la Creación, Adán, por la tentación cometida en el paraíso, derivada en pecado original, era la responsable de todas las maldades; y, como tal, por su condición de mujer y la propia naturaleza femenina, trasmitiría por siempre a todas las mujeres del mundo las infinitas maldades del “sexo femenino”, que la teología sostenida y milenaria – especialmente la cristiana – atribuía ex profeso al Creador. Y en todo caso, olvidándose de las incomparables virtudes de la Madre, de la Maternidad , y de ser las desarrolladoras creativas de la Humanidad y el Mundo. Sin mujeres Madres, ni el Mundo que conocemos ni la Humanidad existiría. Y por si fuera poco, la patente de invención y los indeterminados contenidos implícitos de: Explotación, autoridad, mando, poder, disciplina, decisión, permiso, orden y gobierno de familia y sociedad, con todo cinismo, se la han otorgado los hombres a sí mismo, con la bendición de las jerarquías religiosas, falsificando el Mandato del Dios Universal en propio beneficio. Pues es difícil de entender, que el Creador, que todo lo sabe, y que mujeres y hombres son sus criaturas por excelencia, bendecidas para el “creced y multiplicaos” en armonía y amor, haya ideado semejante desigualdad en el otorgamientos de sus propios Derechos Naturales. Dicho lo precedente, voy a hablar ahora de las Mujeres y Madres de Aliste (por supuesto muchas otras comprendidas en el ancho Mundo). Las que yo conocí personalmente, y los antecedentes históricos de las mismas, por mentas vocales escuchadas a mi Madre, en nuestras conversaciones sobre el tema. Aliste le debe su existencia a las Mujeres, tanto en su maternidad, como en la consolidación histórica de la Familia, que aun siendo objetos de uso y abuso, en los códigos de los hombres, han sabido refugiarse en la retaguardia de la Familia, manejando con sutileza las armas más poderosas que existen para gobernar sin que se note: El amor, la tolerancia, la comprensión, la entrega, el sacrificio voluntario silencioso y perpetuo, la colaboración, el cuidado, sin pizca de egoísmo, en aras de la armonía de la Familia nuclear. Aparte de esos dones existenciales y muchísimos más implícitos, que sintetizan el halo maternal, que son fáciles de percibir, pero difíciles de explicar, de las Madres de Aliste; lo que más me asombra [desde muchos años atrás y cada día más], era (es) su capacidad intuitiva de combinar y administrar los escasos recursos económicos alimentarios disponibles para todo un año, con una logística de cálculo a ojo de buen cubero, que ni la red de ordenadores / computadoras podría mejorar. Los elementos de base de mis tiempos eran :


Trigo/harina/amasado/pan; patatas, alubias, fréjoles de varias clases secos (verdes en primavera-verano, 2 meses), garbanzos, guisantes, lentejas, zanahorias, cebollas, lechugas, pimientos, tomates, berzas, repollos, sandías, melones y +; tocinos, chorizos, jamones, botillos, morcillas, torrejones, orejales, manteca de cerdo y +. Las comidas diarias básicas eran tres: Almuerzo, comida y cena; y en las siegas de los prados con guadaña y las mieses con hoces, había unos intermedios adicionales rápidos, denominados las 10 (por la media mañana) y las 5 (por la tarde). Los alimentos diarios – no estacionales - en todo el año, o casi, eran: Patatas, legumbres, algo de carne de cerdo y pan. Como extras especiales de tanto en tanto, los huevos, en tortilla o los llamados huevos blandos. Pues los huevos se vendían al huevero, y eran una especie de Caja chica para las amas de casa, que destinaba a pequeñas compras familiares: azúcar, café, sal, aceite, chocolate, y alguna prenda de vestir para los niños de la Casa. Otras extras, de tipo anual, eran los hornazos para las Semanas Santas y la torta de chicharrones azucarados después de las matanzas. Ambos elementos se hacían cuando se amasaba el pan, más o menos cada 15 días. El hornazo, dentro de la masa, llevaba trozos de tocino y de chorizo colorado bien distribuidos, y se horneaba en el horno que tenía cada familia en su casa, y al rato de la cocción en el horno, se hacía presente en la corteza la grasa colorada del chorizo, y la neutra del tocino. Y la torta de chicharrones < que eran los residuales del derretido de los mantos de la manteca de los cerdos de la matanza>, se distribuían azucarados en la masa de la torta a hornear, y era una torta más, en medio de las hogazas destinas al consumo de pan de la quincena. La elaboración del pan, era una rutina de las Madres, como dije, más o menos quincenal, y tenía varias etapas: La víspera del amasado se cernía la harina con las piñeras / cedazos de seda con enrejado muy fino que solo dejaba caer la harina en la artesa de madera y dejaba el salvado en el cedazo, que se guardaba para dárselo a las gallinas o a los cerdos. Encima de la artesa, a todo lo largo, había una varillas finas en forma de H, donde se apoyaban los cedazos (dos, uno para cada mano), que accionaba la operadora con sus brazos, a derecha e izquierda en forma sincronizada y rápida a modo de sacudida, y en esas acciones el harina iba cayendo a la artesa. La harina cernida quedaba en la artesa hasta la mañana siguiente, donde el ama de casa, comenzaba el amasado con agua tibia calentada en una caldera de


cobre, colgada en la cadena del llar de la cocina. En ese amasado, iba disolviendo el hurmiento / furmiento / levadura, que era una porción de masa fermentada, del amasado de otra vecina, pues cada amasado iba guardando esa porción de masa, que iba circulando de vecina en vecina cuando se necesitaba. En el caso de Tolilla (mi pueblo de origen), había dos levaduras rotatorias, la de Abajo del Pueblo y la de Arriba del Pueblo, que dividía la cuesta de las Paneras, aunque en caso de necesidad, las vecinas recurrían a la otra jurisdicción, dado que era solamente una división práctica de costumbre. La amasadora personal / manual, además, se iba haciendo tiempo mientras reposaba y levaba la masa, de encender el horno con leña para irlo calentando, de tal manera que cuando estuviera la masa lista para confeccionar las hogazas a mano, el horno estuviera a punto para barrerlo, traer las brasas a la puerta (del horno), y con la pala de madera de largo mango, ir poniendo las hogazas sobre el piso del horno para su cocción. Todo a ojo, tanto el formato de las hogazas (que salían uniformes), cuanto la temperatura y el tiempo de cocción, aunque había una prueba tradicional: Se tomaba un poco de masa, y se hacía un bollo pequeño y alargado colocado a la puerta del horno en el piso, llamado pillado, en pocos minutos, ese “pillado” horneado, informaba si el horno estaba en la temperatura ideal para la horneada de las 12-15 hogazas y alguna torta (las tortas eran más pequeñas). Cuando se sacaba una torta del horno ya cocida ( el resto de la hornada se sacaba a la mañana siguiente ya frío), era común hacer la llamada sopa en vino, que era el pan caliente empapado con vino rebajado con agua y bien azucarado, de cuya ceremonia era habitual que participaran los niños a partir de los 5-6 años. De esta celebración había un dicho que expresaba: ”Sopa en vino no emborracha, pero alegra a la muchacha”. Un abrazo. Simón

skapjk@gmail.com


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