El Mundo de las Princesas

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El Mundo de las Princesas y otros cuentos

Por Ingrid


El Mundo de las princesas según Ingrid  ¿Qué hay en ese mundo? En el mundo de las princesas hay castillos, árboles, flores y plantas, banderas, nubes y mantas.  ¿Quiénes viven ahí? ¿Cómo son? Allí viven las mariposas y las personas que son príncipes y princesas.  ¿Cómo son sus casas? ¿Qué comen? Viven en casas que están hechas de ladrillos y maderas, mezcladas con cosas del mundo como agua y pinturas de colores. Ellos comen panchos y frutas.  ¿Tienen enemigos? No.  ¿Qué pueden hacer? Pueden jugar e ir visitar a sus amigos y a charlar.  ¿Qué les gusta hacer? A las princesas les gusta usar vestidos de colores y a los príncipes comprar trajes.  ¿Hay animales especiales? ¿Cómo son? Sí, gatitos y cachorritos y pollitos bebés.


En el mundo de las princesas Por Ingrid La bruja, que sabe hacer pociones para volar y pociones para envenenar príncipes y princesas le abrió la boca al príncipe con una cuchará y lo obligó a tomar el veneno que tenía guardado en una botella. Entonces, el príncipe se transformó en un sapo. Pero no cualquier sapo, un sapo que, además de saltar y hacer “croc” podía hablar. Para que pudiera volver a ser príncipe tuvieron que darle una galletita.


La Historia de la Princesa Por Ingrid Rocitas, un conejo rosa, vivía escondido en el castillo de la princesa Floricienta porque le tenía mucho miedo a la gente. Rocitas era muy muy pequeñito, y siempre había temido que si salía donde estaban las personas lo fueran a pisar. Un día, cuando la princesa se encontraba sola en el jardín del castillo juntando flores, Rocitas se acercó y le habló sin vergüenza. Desde ese momento se hicieron amigos.

Todos en el castillo sabían de esta amistad. El rey era quien más feliz estaba porque la princesa no tenía muchos amigos y le gustaba que su hija tuviera alguien con quién jugar. Rocitas, viendo que a la princesa la ponía muy triste no tener amigos decidió ayudarla a conseguir algunos. Entonces salieron del castillo para que pudiera presentarle a varios de sus amigos.


Juntos, viajaron al pueblo de Kisitas, un pueblo muy colorido y tranquilo y con casitas chiquitas. Allí fueron a la casa donde se reunía toda la gente. En esa reunión Floricienta conoció a muchas personas y se hizo muchos amigos. Entre esas personas que conoció se encontraba el príncipe del reino de las Luces. El príncipe se llamaba Maximiliano.

Cuando la princesa lo vio pensó que era raro ver a otro príncipe allí. Se acercó a él y le preguntó qué hacía allí. Él le respondió que pasaba por el lugar y como vio a toda esa gente reunida quiso ver qué era lo que estaba pasando. Después de eso, la princesa y el príncipe se pusieron a charlar y se llevaron muy bien.


Cuando la princesa volvió a su castillo se quedó pensado en el príncipe y decidió llamarlo para hablar. Él no la atendió porque, como era de noche, estaba durmiendo. Sin embargo, al día siguiente, por la mañana, volvió a llamarlo y esta vez sí la atendió. Charlaron un largo rato y, finalmente, arreglaron para que él la fuera a visitar al castillo. El día que el príncipe la visitó quien atendió a la puerta fue el Rey. Él le preguntó a qué venía y el príncipe le respondió que a ver a la princesa Floricienta. El Rey lo dejó pasar muy contento de que su hija tuviera un nuevo amigo. Desde ese día el príncipe y la princesa fueron muy amigos y todo gracias a Rocitas. Fin


El encuentro de la mariposa Lulú y el soldado jefe Por Ingrid y Samir Luego de un evento inesperado, el mundo de la guerra y el de las mariposas se cruzaron y dos de sus habitantes se encontraron. La mariposa Lulú, que es muy aventurera, y el soldado jefe, jefe de todos los soldados, se encontraron en la Torre Eiffel de París y se hicieron amigos. El soldado jefe dijo: ─ ¿Querés jugar a la guerra? Lulú no quería jugar a la guerra y le propuso jugar a la mancha. Pero como el soldado jefe no quería jugar a la mancha decidieron irse a la playa. Para poder llegar hasta ahí viajaron en el tanque del soldado jefe. Así, estuvieron toda la tarde haciendo castillos de arena. Cuando ya estaban cansados de tanto jugar, se fueron a dormir al tanque porque Lulú podía dormir en cualquier lado y el soldado jefe tenía preparada una cama. Fin


Estefanía y Kiara en busca de la piedra del equilibrio Por Ingrid y Astrid La elfa Estefanía y la maga Kiara fueron asignadas la misión de atravesar el bosque para recuperar la piedra del equilibrio climático que ha sido robada por el pueblo vecino. A poco andar se encontraron con un terrible e inmenso dragón de fuego durmiendo a pocos metros. Al principio no lo podían creer. Entonces, decidieron caminar en puntitas de pie haciendo el menor ruido posible para no despertarlo. Una vez pasado ese peligro escucharon voces a lo lejos. Se trataba de cuatro elfos que se acercaban por el camino. Por suerte, Estefanía hablaba un perfecto élfico y fue capaz de hacerles entender que ellas no eran sus enemigas. Así, les pidió que “por favor” no las atacaran. Los elfos al escucharla decidieron no atacarlas y seguir su camino en paz. Pocos metros más adelante, se toparon con una inmensa piedra que les bloqueaba el camino. Al principio como no sabían qué hacer pensaron en volver atrás para hacer otro recorrido pero, finalmente, decidieron que lo mejor que era tomar carrera y saltarla. Todo hubiera salido muy bien, ¡pero no! Estefanía al saltar cayó sobre una ¡planta venenosa! Para poder ayudarla Kiara usó su magia y, por suerte, logró curarla.


Después de que Estefanía ya se recobrara, las amigas se encontraron con Campanita, una joven hada que había extraviado su camino. Para ayudarla y Kiara volvió a usar su magia para hacer que recuerde cuál era su camino. Mientras, le indicaba el recorrido con sus poderes, Kiara vió entre los árboles un bolso sin dueño. Se acercó a abrirlo y allí adentro descubrió que había un manual para aprender a volar dragones. Ya que ella no sabía cómo volar dragones pero Estefanía sí, se lo quedó para poder aprender. Ya caída la noche, Estefanía se encuentra un… ¡mapa con atajos! Eso les permitió avanzar más rápido. Pero en su apuro, Estefanía se llevó puesta una flor venenosa que la confunde y hace que intente atacar a Kiara. Ella para curarla volvió a recurrir a sus poderes y logró sacarle el polen que la tenía tan mareada. Ya sin mucho para andar Kiara y Estefanía llegaron al pueblo vecino. Allí recobraron la piedra del equilibrio. Como ambas sabían andar a dragón y querían regresar lo más rápido posible cada una se subió a un dragón que les prestaron en aquel pueblo y volvieron volando a su hogar. Fin


Club de Cuentos es una aventura de

Siempre de viaje Literatura en p r o g r e s o


Sobre la autora

Me llamo Ingrid. Nací en Buenos Aires, Argentina. La semana pasada, me divertí mucho. Voy a 2° A, en la escuela Dámaso Centeno. Cuando estaba en 1°, estuve practicando para saber saltar la soga y ya aprendí a saltar la soga.


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