La ética de Cristo

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lio que nos atrae, que nos gusta, que nos seduce y, sobre todo, a todo lo que tira de nosotros y en ese sentido nos arrastra. Esto es cosa bien sabida por los expertos y gestores de la propaganda y la publicidad. Los mensajes publicitarios, que vemos constantemente en los anuncios de los medios de comunicación o en los grandes carteles que colocan en las calles y en las carreteras, son imágenes y consignas estudiados al detalle por expertos altamente cualificados, los grandes profesionales de la manipulación de masas. Los contenidos que entrañan esos mensajes publicitarios no van dirigidos a las ideas de las gente, sino a la sensibilidad de las personas. Por eso lo expertos en publicidad son maestros consumados en la utilización de aquello a lo que cualquier ser humano es más sensible, el éxito, el bienestar, el poder y, sobre todo, la felicidad, el bienestar y el placer que proporciona la sexualidad. No se piense que estas cosas son un invento de última hora. Se trata de convicciones muy antiguas.. Sin remontarnos a tiempos más remotos, ya Tomás de Aquino, en el siglo de oro de la gran escolástica, hacía una fina distinción entre el "amor" y la "dilección", afirmando que el amor es más divino, precisamente porque es más pasivo. El amor es, para los teólogos escolásticos de los siglos XII y XIII, una "pasión", la primera y la más importante de todas las pasiones que tiene y vive el ser humano. "El amor, afirma Tomás de Aquino, es la primera de las pasiones del apetito concupiscible"'. Y de ahí, el mismo Tomas de Aquino concluye de manera sorprendente: "el amor (o sea, la pasión) es más divino que la dilección". ¿Por qué? Porque "el hombre puede dirigirse mejor a Dios por el amor, ya que es atraído pasivamente, de alguna manera, por el mismo Dios"'. I A\ razón que da santo Tomás, para decir esto, resulta sin duda desconcertante para algunas mentalidades: el amor merece ese elogio precisamente porque es "pasión", o sea implica la fuerza que imprime en la conducta lo pasional: "porque el amor comporta cierta pasión, principalmente en cuanto que reside en el apetito sensitivo" \ Es más divino

1."Amorergo esí prima passwnum conenpiseibilis". Sum. Theol., I-II, q. 25, a. 2. 2. "Divinius esl amor quam dileclio... per amorem passive quodammodo ab ipso De attractus". Sumtn. Theol. I-II, q. 26, a. 3 ad 4. Cf\ A. G. Vella, Love is acceplance. A psichological and theological' investigalion ofíhc mi9nd op'St. T/iomas Aquinas, Ma M.U.P.^Mesida, 1969\\ 18-123. " 3. "Quia amor importat quatidam passioncm, praecipue seiundum quod es/ in appctitu sensii/ivo". L. c.


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