la primera letra

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la primera letra es un minilibro-tarjeta de Wilson Javier Cardozo © abrelabios, 2017 http://abrelabios.com ISBN 978-9974-649-43-9

Arte de portada: Carlos Tomasso

Cuidado de la edición: Zenia García Ríos

Wilson Javier Cardozo

Edición original de referencia: ediciones del eclipse, Montevideo, Uruguay, 2000

Edición especial para el Festival Internacional de Poesía de Cartagena (Cartagena de Indias, Colombia) http://abrelabios.com/festivalpoesia.html

con el apoyo de la Intendencia Departamental de Rivera, Uruguay

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Has reunido el principio el origen, la causa dispersado la vida multiplicado el alba. Estabas ya dispuesta antes de la invenciรณn de la estirpe o la fama. No te hiere la peste ni el escarnio te alcanza. Sola engendras el tiempo fructificas la Nada atrapas al silencio herramienta del habla. Acarreas sentido para cisternas que no retienen aguas. Instituyes la empresa de la palabra.

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I

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II

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Nombra la tierra y los frutos del mar. Designa a cada ser. Menta la vida. Llama a la piedra, piedra, de tal forma que no quiebre el hechizo ni el ojo del asomo que congrega ni la alarma del fin con su apetito. Acecha tu placer en el proverbio mutilado y preciso. Asómate al hastío del cadáver fecundo y malparido. Y cuando digas pacto, alianza, acuerdo convocantes de la sublevación como camino amotina vergüenza en cada puño que rasgue el miedo a quebrantar lo establecido. He tirado los dados; el albur abundará en indicios.

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III

AbrĂ­amos un fruto por placer -mĂłvil desconocidoy era un simple artificio atarse a retornar eternamente al espacio prohibido.

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Entonces era el Uno. El Impar. Y la nociĂłn del Todo era posible. Orbe, fosa, cantera sonoridad amorfa, carente de resquicio ni morada para lo distinto.

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IV Lista para zarpar o hundirse. Pronta para rozar arderse desde adentro.

Wilson Javier Cardozo

Prevista antes del alba. Antes que llegue El Predador y la belleza sea solo una marca prescindible y lejana y en el comercio sea solo un objeto mĂĄs la creatura humana. Previa al Ayer, antes del yerro del alzamiento del vuelo de la caĂ­da de las cadenas del linaje del rigor del aplauso. Manifiesto del cuenco donde abrevan mis lazos.

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Libre del hierro de la pesada carga descartaste fatigas para fugar, desnuda y atrapada, en tu equilibrio frágil del principio. Armonía sólo para ser violada. Ni corrosión ni hartazgo ni violencia ni muerte solo inmovilidad aseguraban. Escabullirse temer de ser nombrada furtivamente huir e involucrarse despojarse del miedo arrancarle la máscara plantarse para siempre perpetuarse. Rescatando la entraña de las cosas que volverán a ser por la palabra.

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V

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VI Hasta los huesos cala. Aguijón en la carne. Escarba, en lo profundo, las raíces del miedo.

Wilson Javier Cardozo

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Yo no sé definirlo con términos precisos ni conozco los trazos del pincel que puedan describirlo. Pero sé que si llegas me cala hasta los huesos. Si te recrea el sueño la carne aguijonea. Y pensarte -pensarnoses atreverse, siempre, a conmover las raíces del miedo.


VII No sustraes ni agregas. Anidará la tinta desgajada y resuelta en los arados surcos de tu imagen hurtada.

No desatas ni lías. Deterioro tus márgenes parado al filo de mí mismo. Sin embargo me arrastran esa, tu mordedura mi erosión en porfía y la alquimia secreta de esta cópula íntima.

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No retienes ni avanzas. Modularé el registro -vacío espejo y laberintocomo materia revelada.

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VIII

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–¡Ya! -dijiste¡Descendamos ahora! Cuando la confusión se adueña Y resquebraja todo lo cotidiano. Albedrío y pasión han sido atados. Auxiliemos ahora a los humanos más pequeños que siempre y más quebrados. Esta Babel de hoy -obra inconclusa y formidablenos abre otra labor acaso tan enorme o descartable: lograr de los pedazos que nos resten -ecos y signos perdurablesclaras señales intuiciones seguras de comunes vestigios de un tiempo solidario de un espacio de encuentro más allá de la fragmentación como destino milenario.


Y aunque no tienes puños ni coraza ni espada ni vives por el hierro ni te sosiegas con pan o con mordazas y aunque eres débil y pequeña modelada a semejanza humana en esta madrugada golpearemos -armados con tu nombrela cerrada muralla. Y aturdida caerá aunque no crea en el poder de la palabra. Gritaremos tu nombre, enronquecidos, enamorados del sonido y de la magia. Cederán sus cimientos -sordamente abrumadospor la divina espada.

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IX

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X

Wilson Javier Cardozo

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Esculpida en la piedra encerrada en la máxima Alguien te ha vuelto un acicate para el juicio y el dedo acusador. para la pérfida cizaña. Abandona la muerte a que estás condenada. De este lado entrarás a la sustancia. Hallarás cómo hambre, frustración y pasiones los diminutos días de los hombres invaden y vuelven víctima y vuelven agresor a estos intérpretes de una disputa antigua lejana y renovada. Verás que la justicia -desde la condición humanaes como una balanza. (Desarreglada)


XI Escamoteas palabras en el aire. A un castillo de naipes nos invitas. (Alguien se cubre las manos con los ojos para quebrar mentiras)

con encendido timbre y entonaciĂłn precisa, cubren tus manos un espacio que, dentro nuestro, atisba, arma gestos perfectos tu rostro sin que nadie vea formas fingidas.

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Y sin embargo, llama tu voz

(Alguien se cubre las manos con los ojos para quebrar mentiras) Es tu mejor jugada y no comprendes por quĂŠ la magia ha faltado a esta cita.

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XII

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Es el hijo del hombre quien elige convertirte en saeta, en bálsamo, en detritus. Usarte por defensa, cetro, bastón de ciego, máscara u ornamento de estilo. Es el hijo del hombre quien elige rellenarte -de flores o de hierro, de pólvora o de mirralos ojos y los vientres insaciables a que estás condenado desde el instante mismo que te los ha cedido. Es el hijo del hombre quien elige -desconcertado, al verse tan desposeídovalerse de tus límites difusos hacerse de tu tiempo indefinido armarse su aposento en tu espacio fallido para creer que ha llegado a decirse en una burda sucesión de sonidos.


Estoy solo y escribo. Escritura en la arena que habremos de borrar con el dedo que escribe no la primera ni la última letra ni el número maldito ni mi deseo de evitar el cumplimiento de lo escrito sino tan solo frágiles signos de un misterio -atroz desde el principiolas tres o cuatro cosas que no entiendo, armado de un ropaje que no es mío, cediendo a la locura de un poder que suprimió su propia libertad con sus designios. Estoy solo y escribo. Después diré la frase formularia las parábolas que -alteradas, sin brillorelatarán memorias obsecuentes de volubles discípulos. Más tarde hablaré a los oídos -desconfiados e incrédulosde seres similares a mí y tan distintos.

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XIII

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Por fin consumarĂŠ lo que habĂ­amos dicho cuando no usaba dedos ni manos, ni sabĂ­a de la fragilidad que sienten estos hombres que eluden escribir sobre la arena y procuran -a veceshuir de su destino.

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