Alice muestra by David Valderrabano Font

Alice expulsada en el país de las maravillas és una obra escrita e ilustrada por David Valderrábano Font, inspirada en el clásico de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol. En este relato corto, se cuenta la historia de Alice Campbell, una chica adolescente la cual se enfrenta al duro día a día que la rodea y de cómo para intentar escapar de este, crea su propio universo único y fantástico donde refugiarse. La dura realidad se mezcla con esta fantasía creando así una combinación que te atrapará y te sumergirá en sus mundos.

El papel utilizado para la impresión de este libro ha sido fabricado a partir de madera procedente de bosques y plantaciones gestionadas con los más altos estándares ambientales, garantizando una explotación de los recursos sostenibles con el medio ambiente y beneficiosa para las personas. El autor desea expresar su agradecimiento a todas las personas que han hecho posible la realización de este libro, que con su aprecio y apoyo han contribuido a traer este libro al mundo. Titulo original: Alice. Expelled from Wonderland. 2014. 2014 por David Valderrábano Font Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánica, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Printed in Spain - Impreso en España. Con la colaboración de ValdStudio España.

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Expulsada del paĂs de las maravillas

David ValderrĂĄbano Font

ÍNDICE Cap I ............. 7

Cap VIII ........ 38

Cap II ........... 11

Cap IX ........... 40

Cap III ......... 19

Cap X ............ 49

Cap IV ......... 23

Cap XI ........... 53

Cap V .......... 29

Cap XII ......... 58

Cap VI ........ 33

Cap XIII ........ 62

CapVII ....... 35

Cap XIV ......... 66 Cap XV ........... 70

Capitulo I Cuando uno crece se olvida de esos mundos maravillosos que transcurren en nuestras mentes cuando somos pequeños, esas grandes aventuras que vivíamos a diario ya fuesen luchando contra invasores alienígenas o visitando nuevos mundos... Por desgracia, la vida nos obliga a madurar y a enterrar todas esas fantasías en lo más hondo de nuestro ser., encerrando así, a ese pequeño niño que fuiste una vez para dar en su lugar a un ser adulto y complejo. Pero esos recuerdos nunca serán eliminados del todo, si hacemos un esfuerzo y buscamos en nuestro interior quizás logramos poder rescatar a ese niño que se encuentra preso en la oscuridad. Alice era una de esas chicas que creía aún en la existencia de mundos fantásticos, algo totalmente comprensible puesto que solo tenía 18 años recién cumplidos. Su pelo era de un color rojizo como ascuas y sus ojos azules, los cuales habían perdido su resplandor por culpa de su mirada apagada y melancólica. En sus ojeras se reflejaba aflicción y su cuerpo mostraba una delgadez, que indicaba que algo no iba bien, además, era una chica tímida y no muy sociable ya que se pasaba horas en su cuarto, pensando en su mundo y en sus cosas. Vivía en los suburbios de una gran ciudad, en un pequeño piso con su madre Margareth, en una zona en la cual se hacía muy difícil el día a día, donde la marginación y el riesgo de exclusión social eran presentes.

Nunca conoció su padre y su madre tampoco le contó nada de él, pero aún así creció envuelta de figuras paternas postizas que su madre iba trayendo a casa. Ésta, estaba siempre demasiado ocupada tratando con todos esos hombres que venían a verla por unos pocos minutos, así que a falta también de hermanos, creció sola y sin depender de nadie, empezó a convertirse en una pequeña mujer. Alice tuvo que abandonar el colegio a los 14 años por problemas económicos y comenzar a trabajar en una carnicería cerca del centro, no pagaban bien y el trato era denigrante, pero era lo único que había y aunque no tuvo la oportunidad de seguir estudiando, Alice era una chica muy inteligente, le encantaba leer y dibujar, se pasaba sus pocas horas libres dibujando criaturas fantásticas que imaginaba y devorando alguna obra literaria. Siempre al salir del trabajo, se escapaba un momento antes de ir a casa para recoger o entregar algún libro a la biblioteca. Le encantaban las historias fantásticas, con las que podía olvidar, aunque fuese solo por unos instantes, la realidad y la hacían volar hacia mundos maravillosos. Su habitación era su santuario, era pequeña, pero tenía todo a su gusto y a su alcance, al fondo una pequeña ventana con vistas a la fachada de otro edificio y la escalera de incendios del edificio completaba el paisaje de este lugar. Pero no todo era bonito, al llegar a casa ella se encargaba de todas las tareas del hogar. Su madre se pasaba el día ocupada con sus amantes y bebiendo. A veces le gritaba sin motivo y la obligaba a darle parte de su dinero.

La convivencia se hizo insoportable. Realmente su madre se aprovechaba de ella, su método era atacarla psicológicamente, haciendo creer a la pequeña que no valía nada. -¡Eres una fracasada y siempre lo serás! Lo llevas en la sangre al igual que tu padre... -Pero mamá… -¡Ni peros ni leches!… Nunca llegarás a nada como sigas así… Lo que tienes que hacer es buscarte un hombre con dinero para que nos mantenga, pues con la mierda sueldo que cobras no tenemos ni para comer, aunque siendo como eres no creo que nadie te quiera... -¡Búscatelo tú, que estás siempre rodeada de hombres! -¡A mí no me hables así, niñata! Pues es tu obligación ya que yo te he mantenido toda la vida y ya estoy harta. Yo lo he sacrificado todo por ti .Me lo debes todo, recuérdalo, si no fuera por mí no habrías ni nacido. Así eran todos los días, la misma canción una y otra vez, la pobre chica ya no podía más… Algunas noches, para poder llegar a fin de mes, hacía horas limpiando escaleras y edificios en el centro. Había días que solo podía dormir una o dos horas y lo más triste de todo era, que ella se sentía muy sola ya que no tenía amistades, pues tampoco había tiempo para ello y las que tenía las fue descuidando con el tiempo. Las calles por donde pasaba en sus trayectos eran muy peligrosas y tenía que ir siempre con cuidado, pues más de una vez se había llevado un susto. La vida era dura para todos en ese lugar. El problema principal era la droga, que se cobraba vidas allá donde pasaba. Y una noche ésta pasó por su casa y se llevó a su madre.

Capitulo II Su madre estaba en el suelo, fría, encima la mesa quedaban indicios del camino que la había llevado hasta esa situación. Aunque odiase a su madre, era el único ser querido que tenía, su única familia, y ahora estaba sola. Alice se derrumbó… Al funeral no asistió nadie, ni todos los amantes que rodeaban siempre a su madre ni tan siquiera la propia droga que acabó con ella se presentó para despedirse. Nadie apareció finalmente, excepto la lluvia. Llegó a casa empapada , sin perder tiempo se dejó caer sobre la cama, cubierta con su vestido negro y mojado miró al techo pensando en lo ocurrido. Alice abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una caja de antidepresivos, ella había sufrido muchas veces ansiedad y de depresión. Anteriormente tomaba esta medicación, pero la abandonó por miedo y dejó de ir al médico. Alice estaba muy mal, Se tomó las pastillas pensando en que la ayudarían, pero no notó nada. Siguió tomando más, pero en vez de notarse mejor cada vez se encontraba peor. Desde allí veía el cuarto de su madre, entró y vio su bolso. Lo abrió y encontró un poco de la droga que ésta consumía y acabó con su vida. Era lo único que le quedaba de ella... La pequeña, decidida a no querer vivir, pensó que lo mejor sería tomársela y mezclarlo todo con un poco de alcohol. Así que cogió el gin que su madre tenía en la nevera y se metió la peligrosa combinación en su cuerpo.

La peligrosa mezcla empezó a tomar efecto, Alice estaba decidida a morir… Las gotas de sudor resbalaban por su cuerpo y aparecían las primeras convulsiones mientras su mente hacía un resumen de su vida. No recordaba ningún momento feliz, realmente no había motivos para vivir, su vida no tenía sentido. Estaba decidida con el camino que había tomado... De repente todo era oscuro, la chica comenzó a andar entre la oscuridad sin ver, ni saber a dónde iba, la verdad es que era una sensación muy reconfortante, notaba que su cuerpo no pesaba tanto como de costumbre y el cansancio acumulado desaparecía, parecía casi q estuviera flotando. Una voz empezó a oírse, la voz era extraña pero graciosa, de vez en cuando se le escapaba una pequeña carcajada y como si el viento la portase, le susurraba: -Ven, Alice, ven. Siguió andando guiada por el sonido de esa voz, la verdad es que le era muy familiar, como si ya la hubiese escuchado anteriormente. Era una voz que le transmitía mucha confianza. Continuó hasta que llegó a una gran puerta metálica, alumbrada por la luz de dos candelabros y rodeada por unas altas murallas de piedra que nacían de cada extremo alargándose de tal forma que era imposible ver su final. Ese lugar no tenía nada que ver con la sensación confortable que le transmitía la voz, parecía la entrada a un enorme jardín. La voz seguía llamándola para que entrase, entonces se dio cuenta de que las puertas estaban abiertas, pero algo en su interior le decía que no era una buena idea entrar, como una sensación de rechazo le invadía por todo del cuerpo. Aun así decidió entrar. En el interior todo tenía un aspecto tétrico y tenebroso. La oscuridad envolvía

completamente todo. Una niebla baja cubría los pies de la pequeña y esa sensación de paz que tuvo hacía un instante empezaba a desaparecer, quizás no fue una buena idea entrar, pensó, pero cuando giró la cabeza para volver, la puerta y las murallas que la seguían habían desparecido, solo árboles y oscuridad era lo que había y nada más. La voz que la ayudaba a seguir se silenció. Alice se empezó a poner nerviosa, no sabía qué pasaba ni qué era ese lugar, echó a correr sin saber a dónde, todo era igual, parecía que no avanzaba, empezaba a notar una sensación de agobio, quería gritar, estaba asustada, no sabía a dónde ir cuando, de repente, Alice observó un objeto muy brillante entre toda esa oscuridad. Se fue acercando poco a poco hasta que comenzó a descubrir qué era. ¿Qué hacia un espejo ahí? Aunque, en fin, no era nada extraño si lo comparábamos con todo lo que estaba ocurriendo. Comenzó a aproximarse lentamente y empezó a verse reflejada, pero algo era distinto. En su reflejo Alice no se veía con esa delgadez que la caracterizaba, hasta su mirada era distinta, sus ojos eran brillantes, habían desaparecido las ojeras, su cara estaba sonriendo. Estaba fascinada, era lo que realmente deseaba, quería hacer realidad esa visión. Alice tocó el espejo con su mano, de repente el espejo explotó convirtiéndose en pequeñas partículas de polvo brillante y esa imagen desapareció. Alice se derrumbó por la explosión, no estaba herida, pero una sensación de tristeza le invadía y sin fuerzas en el suelo echó a llorar. Pero en ese instante algo empezó a acercarse hacia donde estaba la chica, era una criatura extraña, parecía una especie de conejo, pero era diferente, parecía como si fuese un juguete viejo, pues se le podían observar marcas de costura en su cuerpo.

Entonces el conejo se posó frente a ella. -Alice, te he estado esperando durante mucho tiempo. Yo puedo ayudarte a hacer ese deseo real. (El conejo soltó una pequeña carcajada) Era la voz de antes, procedía de ese extraño animal de peluche. Ella se secó las lágrimas y se levantó rauda del suelo para contestar: - Sí, por favor. El suelo empezó a temblar, parecía el fin del mundo, la tierra comenzó resquebrajarse, de los cráteres del suelo brotaba fuego y un inmenso agujero se formó ante sus pies. Algo estaba surgiendo de las profundidades de la tierra y su aparición creaba todos esos acontecimientos, entonces el grito de una bestia nació del interior. Los temblores cada vez eran más fuertes, era como si algo estuviera por avecinarse. Alice estaba temblando en el suelo, no tenía ni idea de qué iba a pasar. Al fin vio unos ojos en las profundidades del cráter. Eran los ojos de una bestia inmensa que estaba haciendo su aparición, Aunque en su mirada se observa un rasgo de humanidad, puede que si no fuese porque pertenecían a esa enorme criatura, se podría decir que eran los ojos de una persona. La inmensa criatura se postró ante la chica de manera sumisa. Era una bestia que semejaba a los dragones orientales de los libros que había leído, pero con unas diferencias que lo hacían único. Nunca había oído hablar de esa criatura. Era una especie de quimera, alargado cual serpiente, cubierto de escamas. Sus patas eran igual a las de un ave rapaz y su cabeza era asombrosa, conservaba el rostro de un lobo cubierto con la maravillosa melena de un león. De su frente salían cuernos como si de un venado se tratase y unos alargados bigotes nacían de su nariz.

Pero lo más extraordinario eran sus ojos, tan vivos, tan humanos, los cuales miraban a Alice como si pudiesen travesar su cuerpo. El conejo cogió de la mano a Alice: -No tengas miedo, es un “Lupus volador”, una criatura legendaria, nos llevará hacia el hogar de la hechicera que te indicará cómo cumplir tu deseo. -Alice, sube a mi espalda y te llevaré al mundo de las maravillas -exclamó la bestia. Así que subieron a su lomo y se agarraron fuertemente a la melena que recorría toda espalda de la criatura. Acto seguido se elevó con Alice y el conejo en su espalda y comenzaron a surcar el cielo. La oscuridad que antaño lo envolvía todo, ahora empezaba a desaparecer y en su lugar se observaba una luna llena en el cielo que los alumbraba.

David Valderrábano Font Alice expulsada del país de las maravillas 2014 Versión de prueva