CUTBACK 08- FREE SURFING MAGAZINE

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capaz de leer a Charles Bukowski en inglés podría llamarte de todo menos poser. Aunque, seguramente, preferirías que te llamara esto último. La Surf Music de cuando los surfers legendarios tenían vinilios (he dicho surfers legendarios, no el friki de tu vecino) se divide en:

total, el Brian Wilson (que después de componer joyas como: “Cuando algunos chulean en voz alta para acojonarme y dicen que su escuela es genial les digo: ¿Ccuál es el problema colega? ¿No has oído hablar de mi colegio? Es el número uno del estado... ¡sé fiel a tu cole!” se arrepintió y se volvió sordo de una oreja como para resarcirnos.

The Surf Music, La Precuela. Como era la época (años 50 y 60), mamaba del Rockabilly y R&B. Empezó siendo sólamente instrumental, para pasar a incorporar armonías vocales, como Julio Iglesias y las trillizas, para entendernos. De todas maneras, los puristas, como en todos los ámbitos, tocando un poco lo que no son las cuerdas, dirán que las armonías vocales no es lo que define a la música surf. Y yo estoy totalmente de acuerdo. ¡Faltaría más! A dónde vamos a ir a parar con tantas moderneces, luego dejarán de hacer tablas de madera de balsa. En este primer grupo estaban El Sonido de Orange County y el de South Bay. Los primeros entre los que se encuentra el señor Dick Dale, utilizaban más la reverberación de la música (esto es, que sonara un rato laaargo) y los otros, pues reberveraban menos, para qué engañarnos, no daban tanto la nota. La primera banda de música realmente surfer es considerada los Bel Airs (nada que ver con el príncipe) y Mr Moto fue el primer tema grabado. Después está Dick Dale, que fue la ostia, y aún sigue en activo. Las malas lenguas dicen que este mes está con Cèline en Las Vegas, pero yo creo que Cèline no le sigue el ritmo y él ha comentado que es un poco wannabe. Pues Dick King of the Surf Guitar Dale era de los pocos que medio surfeaban, aunque según parece era más de parking que de pico, fumeteando tabaco de liar y ligando con esas chicas de sujetadores picudos. Al ser de Boston es bastante normal que no fuera un lobo de mar, (aunque constato que su inglés era excelente). Además de la increíble fuerza de la guitarra de Dick Dale (del resto no conocemos su fuerza) este tipo de música se basa también en un instrumento tan fálico como puede ser el saxofón. El eterno binomio enfrentado del masculino y el femenino, el saxofón contra las armonías vocales. Antes se basaba en estar en el bando de lo vocal o el bando del saxo... ahora nos definimos siendo de kas naranja o kas limón. Lo dicho, a dónde vamos a parar... El segundo grupo se iba más hacia el rock de los años 60, donde tenemos las armonías vocales preScissor Sisters de los Beach Boys y los fornidos comechicles Jan and Dean que

Luís González y Didac Piquer creadores del libro Summer fun, Historia de la música surf (Milenio). Es la primera referencia bibliográfica de habla hispana que relata la génesis, evolución, renacimiento y peculiaridades del género musical conocido como música surf. Si quieres ganarte una copia del libro para saber mas acerca de la música surf entra en CUTBACKMAG. COM y dale un repaso a la entrevista que le hemos realizado a Didac Piquer. Responde a un par de preguntas acerca de la entrevista y podrás ser el afortunado. En el tercer grupo está cualquier tipo de música con la que puedas surfear (estos surfers legendarios qué cachondos). Esto da la libertad a cualquier surfer de bien, de afirmar con rotundidad que Camilo Sexto, más que un visionario con Jesucristo Superstar y el botox, es un precursor de la música surf en castellano: Siempre me traiciona la previsión y me domina el corazón... Siempre voy a meterme donde hay debajo roca y es por eso que comer me toca...

Y ya no entro más, ya no entro más Siempre el mismo plato que me ralla Y ya no entro más, ya no entro más Estoy harto de viajar de playa en playa... Resumiendo un poco, en la primera época la música surfer representaba el modo de vida de la juventud californicaniana. Con ella vinieron las películas de adolescentes, sí, ésas en las que los preppies parecían tener más de treinta tacos y la culona Funicello cantaba y movía el cardado en películas con bandas sonoras facilonas y chillonas. Ahora, todo aquello del marketing sigue siendo evidente, pero nos intentan vender la música de una manera diferente, antes eran fiestas surferillas en las que conocer al guapete de la playa y en las que mover glúteo despendoladamente era lo máximo aspirable y ahora no sabes muy bien qué aspira la gente. La respuesta a cómo hemos pasado de aquello a esto es: la edad. Estamos divididos entre los que escuchaban esta música, el público obejtivo P de pureta mental, que ahora nos venden un estilo de música relajado, pausado, de cuarentones y alrededores que reflexionan sobre la vida, el hecho de surfear, lo fría que está el agua, la novia con la que salgo desde los catorce y nuestros veinte hijos, mi bicicleta retro llena de óxido, mis cuarenta tablas y mi guitarra acústica que me ayuda a conciliar el sueño para no llenarme de orfidales. Y después el público objetivo C de criajos y de los que no aceptan su edad, (seguro que conoces alguno), punk a saco para darle más fuerza a las maniobras de los vídeos, en las mangas, en los campeonatos, en las webs. Música rápida, maniobras radikales, maniobras clásicas, música soporífera. Y la new wave? La new wave tiene que ser música de surf por imperativo legal. Entre los ronquidos de delfines, la lluvia cayendo sobre las espumas, los sonidos del mar, vaivenes del viento y demás ruiditos hacen que comulgues con la naturaleza por pelotas. Admítelo, si te quedas embobado pulsando botones en las tiendas de Natura, eres un surfer místico. Por mi parte reivindico que el origen de la música surfer es el ukelele, que deberían prohibir los cantautores sin talento que sólo saben un ritmo, que limitar la potencia de los baffles del de la furgo azul es un bien social para el ecosistema playero y que la mejor canción para meterse al agua que propongo como himno sea única e intransferible para cada uno, a salvo de gurús musicales, grupos de moda, saturación de djembés en las playas y gustos masivos políticamente correctos. Amén. ::: Puto Surf.


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