La ilusión de una reforma: Lora del Río durante la II República (1931-1936)

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fuerzas monárquicas, se discute sobre la necesidad de expulsión de la Guardia Civil, sin perjuicio de luego achacar el asunto a otros concejales de los Ayuntamientos pero parece que los concejales republicanos y casi todos los casos los de menos instrucción aprovechan y se dan cuenta de las artimañas de las minorías y cuando se discute la expulsión de órdenes religiosas, de la Guardia Civil, de los Carabineros, de la Policía Gubernativa o de las fuerzas de Seguridad, la minorías de los Ayuntamientos buscando sus posiciones para cazar al obrero, proponen la marcha y expulsión de la Guardia Civil, con el propósito de que la mayoría de los Ayuntamientos voten en contra y ellos triunfen, en lo que no sienten, pero lo utilizan paraatraerse al obrero y (1) qué infelicesil} no saben ellos que las mayorías de algunas Corporaciones, francamente dicen en un número determinado que no desean la Guardia Civil, y estas minorías se ven cazadas y fracasadas en sus propósitos, porque parece mentira que sean tan inocentes( sic) y crean que el obrero puede olvidar aquellas fechas en que cuando pedían mejoras los caciques les hechabanisic) la Guardia Civil después de haber utilizado al obrero en las elecciones o cuando contra viento y marea, se sostenía a un individuo de la Guardia Municipal, que ante las faldas y los clamores de una madre había dado un tiro a un obrero. Esto es irrisorio, pues se ven en esos pueblos que el obrero ni os quiere a ustedes, ni.a nosotros los actuales, el obrero (presuntamente se refiere al obrero cenetista) lucha por un deseo dejustas aspiraciones que es muy notable reconocerle y no cabe duda que la Guardia Civil no se suprimirá siquiera sea en el tiempo que media, hasta que los obreros puedan hechársela( sic) a los caciques, como ellos lo hicieron con los obreros; ahora lo que nunca hará el menesteroso porque tiene nobleza es permitir que un guardia municipal de muerte ni hiera delante de su propia madre a ningún ciudadano", En la madrugada del día siguiente, dos de los concejales de la minoría monárquica protagonizan un escándalo público que trae como consecuencia la dimisión del Sub-Jefe de la Guardia Municipal y multa de 25 ptas. para los Sres. Santos y Boronat.protagonistas del suceso". En un fuerte estado de embriaguez, saliendo del Casino La Peña, los concejales aludidos interpelaron al Sub-Jefe de la Guardia Municipal para que fuera con ellos a abrir una de las casas de prostitución de la villa. Logrando convencerle tras cierta resistencia, los dos concejales fueron acompañados por el guardia y, en el camino, al parecer fueron

" Sesión de 9-IX-1932, p. pp. 54-55. ,. AMLR. Caja 317. Expediente promovido contra el Sub-Jefe de la Guardia Municipal D. Manuel FernándezCadenas y otras por escándalo. folios sin numerar.

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