ARGENTINOS EN LA DEHESA
Del caos
al orden
Paul y Florencia Bulacia llegaron buscando estabilidad económica y proyección. Luego se fueron encantando con la tranquilidad y organización santiaguina, algo muy diferente a lo que estaban acostumbrados.
P
aul Bulacia trabajaba en la industria del retail en Buenos Aires y por asuntos de negocios tuvo que viajar al país. Las visitas se hicieron cada vez más frecuentes, hasta que “en un momento se hizo pesado viajar todas las semanas y tener a la familia allá y dije bueno, vayamos para Chile”, recuerda. Junto con Florencia, su señora, y sus tres hijos, Marcos (15), Sofía (11) y Tomás (9), se instalaron definitivamente en el país en 1998. Eligieron quedarse porque acá existían posibilidades reales de crear su propio negocio. “La estabilidad que tiene Chile te va dando ciertas comodidades desde el punto de vista profesional y personal. Había un tema de inseguridad en Argentina. Acá era todo más seguro y había crecimiento económico. Así vinimos por un año, después fueron tres y mirás para atrás y ya van a ser ocho años”, explica. No les costó adaptarse gracias al idioma y al buen recibimiento de la gente. La cercanía es otro plus, porque viajan constantemente a ver a su familia. Una de las cosas que más les gusta es el contraste entre Santiago y Buenos Aires, el cambio del desorden a la tranquilidad. “Nos divertimos mucho cuando vamos para las Pascuas, volvemos y tenemos un poquito de esa familia que nesecitás. Cuando las cosas están muy prolijas, muy ordenadas como en Chile, te llama la atención la confusión. En Argentina está todo eso, la locura, el ruido, el movimiento, es muy distinto. Pero cuando volvemos y aterriza el avión,
es un placer, decimos ¡estamos de vuelta! y esa diferencia hace que sea muy atractivo. Veníamos del despelote y nos encantó el tema de tener seguridad, tranquilidad, orden y poder calcular el futuro” cuenta Paul.
La Dehesa, mucho verde
Paul y Florencia reparten su tiempo entre sus hijos y los negocios que han formado. Son dueños del restorán Pepinos, ubicado en el mall Paseo Los Trapenses, la tienda de ropa Las Che, en Avenida La Dehesa y los Maxi Kioscos, drugstores donde se puede encontrar desde revistas, hasta puros y caramelos. Una de las cosas que más llamó la atención de la familia Bulacia es que en Santiago todo estaba muy cerca, la cordillera y el mar a una hora de distancia. Eligieron el sector de El Huinganal por las similitudes que tiene con el barrio donde vivían en Argentina – La Horqueta de San Isidro, en el Gran Buenos Aires–, espacios amplios, y muchas áreas verdes. “Los niños pueden hacer deporte y es tranquilo. En el condominio hay una pileta, mis hijos llegan del colegio, se sacan los botines y se van a jugar fútbol o al tenis y comparten con más chicos. Esto es lo más parecido al lugar que nosotros vivíamos allá”, cuenta Florencia. “Es un privilegio vivir en un lugar tan organizado, porque a nosotros nos ha tocado viajar bastante y el tema del orden es impresionante, quizás ustedes no lo aprecian porque lo tienen desde siempre”, concluye.