ESTE ÁLBUM ILUSTRADO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
Quique Cavayé ☺ESCRIBE☺AQUÍ TU NOMBRE ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺
Adrián Canales Lucia Domínguez Raquel merino Julia benito Mario herrero Rodrigo Gutiérrez Mar Rodríguez Diego Gómez Lucía Salazar
CRIE, Viérnoles 2015.
Soy el pingüino Jorge, soy tímido, sensible y no sé escribir. Soy alto y guapo, aunque un poco flaco porque no como mucho pescado. Me gusta pescar y deslizarme por el hielo. También me gusta patinar y hacer guerras de bolas de nieve.
El pingüino vive en el Polo Sur, en un iglú gigante que tiene un cuadro de un pez espada y un sofá rojo con peces de color naranja. Su iglú es especial porque lo ha hecho él mismo con la ayuda de su madre. El sofá hace que la recuerde y también es especial porque tiene otros recuerdos de su familia.
Un día el pingüino se encontró con una pingüina llamada Belinda que era muy lista y siempre hablaba con todos. El pingüino, pensó… - Me gustaría ser su novio pero soy muy vergonzoso. Y se fue a casa un poco triste. Luego siguió pensando… - Y si yo a ella no le gusto y le parece que me estoy adelantando. Es una pena que no sepa escribir para contarle todo esto. Y siguió pensando toda la noche, hasta el día siguiente.
Enseguida llegó la foca dispuesta a escribirle una carta a la pingüina. “Querida pingüina: Te invito a comer una rica ensalada con guisantes, tomates y aceitunas. Después, por la tarde, podemos ir a jugar al bádminton a la pista de hielo. Saludos del pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: - Esta carta no me gusta porque la ensalada está muy fría, y no tiene pescado que tanto le gusta a la pingüina.
Al día siguiente le fue a visitar una ballena que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de pato. “Querida amiga: Ven conmigo a nadar, y luego podemos comer unos peces y unos barquitos. ¡Están muy ricos! Abrazos, el pingüino Jorge.” Pero al pingüino no le gustó y dijo: - Yo no escribiría eso porque los pingüinos no podemos comer barquitos.
Por la tarde se encontró con un tiburón que, con mucho esfuerzo, escribió una carta con un lápiz de dientes de tiburón. “Querida pingüina: Te invito a que vengas a nadar conmigo por el Polo Norte. Y al final del día métete en mi boca y te comeré. Un saludo, Jorge.
Pero al pingüino no le gustó y dijo: - No, no y no. No me gusta.
A la mañana siguiente se encontró con un humano llamado Frank Cuesta que en un momento le escribió la carta en un papel de color azul.
“Querida pingüina: Te invito a mi casa para jugar un poco, y después vamos a explorar por Tailandia. Seguramente nos lo pasaremos muy bien. Un saludo, Jorge.” Pero al pingüino no le gustó y dijo. -Vaya, pensaba que sería una carta mas divertida.
A la mañana siguiente se encontró con un calamar que le escribió la carta con la tinta. “Querida pingüina: Te invito a mi casa a dibujar con mi tinta, nos lo pasaremos bien. También te invito a comer arroz con tomate. Un saludo pingüino, Jorge.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: - No, no y no, yo no escribiría esto.
El pingüino, triste y desolado, pensaba… si yo supiera escribir te invitaría a pescar para poder comernos unos ricos peces, también te invitaría a esquiar en la nieve y a bañarnos en el agua. Luego podríamos tomarnos un helado de tres bolas, vainilla, chocolate y fresa.
La pingüina, que estaba encima de un árbol, escuchó muy emocionada al pingüino. Y le dijo: -Gracias por todo. A mí me gustaría que me invitaras a un helado de fresa con esencia de vainilla. También te agradecería que me compraras un trineo porque ayer me estrellé contra una verja y el trineo se me rompió. Al final los pingüinos fueron felices.
FI N
ESTE ÁLBUM ILUSTRADO ES UNA ADAPTACIÓN DEL LIBRO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.