Revista n° 470 - Marzo . Mayo 2016

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Revista de formación y animación misionera

EDITORIAL:

Tierra rica de santos y beatos

| Nuestra presencia: Estamos creando futuro

Junio – Agosto 2016 | AÑO LXV | EDICIÓN 470

El año del cura Brochero


20 de j�nio F�esta de la C�nsol�ta

Devoción llena de ternura dirigida hacia Aquella que había conocido el dolor, pero también la consolación de Dios, Aquella que fue consolada y que consuela, Aquella hacia la cual el hombre atribulado puede dirigirse con confianza, seguro de ser escuchado.

Nuestra Señora de la Consolata

El cuadro de la Virgen Consolata es un lienzo pintado que respeta el estilo de ícono oriental bizantino: arte sacro que representa los valores espirituales más que la belleza física exterior; arte simbólico más que realista. Es de autor desconocido, pero rico en enseñanzas de devoción a la Virgen. Contemplando la imagen, podemos descubrir los significados que se esconden detrás de las posturas y de los colores con los que el autor quiso representar a la Virgen y al Niño.


P. Antonio Gabrieli, imc

Sumario Edición: N° 470 – Año LXVI

Tierra rica de santos y beatos Por: P. antonio gabrieli, imc

4 | Buzón Misionero

¡Tenemos nueva dirección regional! Por: La redacción, imc

5 | actualidad 1

Año Santo de la Misericordia y la Vida Consgrada Por: P. José Auletta, IMC

7 | actualidad 2

Experiencia de Misericordia Por: P. Lawrence Ssimbwa, IMC

11 | ficha 45 – Rincón joven

Priorizar las relaciones Por: p.Mauricio Guevara, imc

15 | testigo

Pastor con olor a oveja y Misericordia Por: Juan Carlos Greco, iMC

19 | Nuestra presencia

Estamos creando el futuro Por: la redacción, imc

Costo de la suscripción anual: $120.– costo con Colaboración: $200.–

El Papa Francisco confirmó que el sacerdote argentino José Gabriel Brochero, más conocido como el cura Brochero, será canonizado el 16 de octubre en Roma, en el marco del jubileo extraordinario de la misericordia. Será el primer santo nacido y muerto en el país. Este acontecimiento, que nos llena de orgullo, nos lleva a tomar conciencia que la santidad es la propuesta que Dios hace a todo hombre y mujer y que no se trata sino de vivir en plenitud, intensamente, una vida evangélica allí donde Él nos llama. A raíz de este acontecimiento descubrimos que también Argentina es tierra rica de santos y beatos. Debemos recordar otro santo argentino, Héctor Valdivieso Saenz, un cura nacido en Argentina y fallecido en España en 1934. Pero no podemos olvidar a muchos otros, que a pesar de no haber sido proclamados santos oficialmente por la Iglesia están en camino a la canonización como la Beata Vicuña, Ceferino Namuncurá para nombrar los más conocidos. En estos días se habla de Mamá Antula, una figura desconocida que sin embargo en su vida ha dejado unas huellas que todo cristiano debería conocer. En total contamos 8 beatos, 6 venerables y 31 siervos de Dios. Nos llama mucho la atención y nos entusiasma la figura del Cura Borchero, definido como el buen pastor que anunció el Evangelio de manera muy especial a los más marginados. Sacerdote como Dios quiere y el pueblo necesita. Es ciertamente un ejemplo extraordinario para todo sacerdote. Su espíritu misionero es una invitación a estar atentos a las múltiples necesidades de los que nos rodean y a acercar a todos la misericordia de Dios. “El sacerdote que no tiene mucha lástima de los pecadores es medio sacerdote; estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote, si no llevo en mi pecho la caridad ni a cristiano llego.” (cura Brochero). No puedo terminar esta reflexión sin recordar el Congreso Eucarístico de Tucumán. El lema elegido ‹Jesucristo, Señor de la historia te necesitamos› acompañado por la frase ‹Jesucristo pan de vida y comunión para nuestro pueblo› son muy significativas. Queremos vivir como familia de Jesús el año santo de la misericordia, la canonización del Cura Brochero, el congreso eucarístico nacional abriendo nuestros corazones a Jesús eucaristía, fuente inagotable de amor, a la misericordia y a ser testigos de ella de manera especial frente a los pobres a los enfermos y a los excluidos.

Editorial

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Tierra rica de santos y beatos

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BU

R E N O I S I ZÓN M

O ¡Tenemos nueva dirección regional!

El P. Stefano Camerlengo, Superior General de los Misioneros de la Consolata, de visita por Argentina.

P. Mauricio, superior regional; P. Rubén, vice, padres. Kioko, Marcos y Manolo, consejeros; un equipo conformado por cuatro continentes África, Asia, América y Europa. ¡Felicitaciones y les acompañamos con nuestras oraciones!

Staff

Padres y novicios de la Consolata, reunidos por la visita del padre general y la elección del nuevo consejo.

Propietario: Instituto Misiones Consolata www.consolata.org.ar Registro Propiedad Intelectual N° 5077185

Edición: N° 470 Junio-Agosto Año LXVI Director: P. Marcelo De Losa, IMC Redacción: Misiones Consolata Miembro de PREMLA

Colaboradores: P. Gabrieli Antonio, P. López Rubén, P. Guevara Mauricio, P. Manco Luis, Hna. Susana Lensiski. Fotos: Archivos IMC , Agencias, Internet, Revista Misiones Consolata Dirección y Administración: José Bonifacio 1774 [1406] – C. A .B. A admregional@consolata.org.ar Tel: (011) 4632-3940

Correspondencia: Revista Misiones Consolata C.C. 2 – Suc. 11 – [1411] – C. A .B. A . info@consolata.org.ar Diagramación: Aldus De Losa aldo@estudiodigit.com.ar Impresión: Mundial S.A. Cortejarena 1862 , CABA


Por: P. Lawrence Ssimbwa, imc

La vida consagrada, como estilo de vida, representa el ministerio misericordioso de Jesús en el mundo.

P. Lawrence Ssimbwa,

imc

Ante la realidad de terremotos, guerras, hambre, terrorismo, desplazamientos, matanzas, venganza, violencia en el mundo, muchos no dejan de dudar de la presencia de Dios cuando acontece toda esa crueldad. Se nota con constancia el aumento de las personas que perpetúan el mal, en algunos casos, utilizando y sacando provecho del nombre de Dios. Se nota, casi en todos los rincones del mundo, la indiferencia con los más vulnerables de la sociedad: pobres, inmigrantes, habitantes de la calle, entre otros. Se percibe, a raíz de eso, un sinnúmero de personas que han dejado de creer en que, realmente Dios puede seguir siendo misericordioso con aquellos que protagonizan lo maléfico. En situaciones de esa índole, lo más inmediato que se esperaría es llevar a cabo la perspectiva legalista y vengativa sobre aquellas personas catalogadas de perniciosas. Se piensa siempre en la aplicación de

la justicia retributiva sobre los considerados transgresores de lo acostumbrado. Rara vez, se piensa e imagina en mirar al otro con ojos de misericordia. Esa realidad que caracteriza la mayoría de las personas, muestra que el término misericordia casi está ausente entre las palabras que utilizamos en el diario vivir de nuestra existencia. A pesar de las debilidades del ser humano, Dios nunca ha cesado de ser misericordioso. A lo largo de la historia, Dios ha mostrado su misericordia sobre el hombre y la mujer de cada época. Desde Adán hasta el recién nacido, Dios es el mismo misericordioso. Del norte al sur, del oeste al este, su identidad nunca cambia. Su ser es misericordia y éste es su atributo divino. Él siempre es rico en misericordia (Sal, 136). Jesucristo, único Salvador del mundo, es el rostro misericordioso de Dios (Efes. 2, 4): “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14:9). Aquí vemos que la misericordia siempre “expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer”. Para ello, el 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el papa Francisco oficialmente inauguró el Jubileo Extraordinario de la

misericordia. Este año santo es un “tiempo propicio por la iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes”. La vivencia del Jubileo de la misericordia es para recordar a los cristianos su participación en el ser misericordioso de Dios. Así que, todo está dirigido para que los seguidores de Cristo puedan experimentar este año santo “como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual”. Este Jubileo de la misericordia nos ofrece un momento dorado para hacer un giro gigantesco en nuestra forma de pensar, actuar y relacio-

Imagina en mirar al otro con ojos de misericordia narnos con los demás. Pues, “¡este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazon”. El santo padre nos exhorta a que, experimentemos un cambio de mentalidad respecto a la misericordia, pues “seguir como estáis es solo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis”. Es claro que este año de misericordia será

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Año Santo de la Misericordia y Vida Consagrada

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de gran importancia en la medida (Mt 15, 37). Nadie puede descartar en que acontezca un cambio en to- el hecho de que, por la misericordia das las dimensiones de nuestra vida. pasaba a la otra orilla para anunciar a los de allá el Evangelio de salva Misericordia, vocación de los ción. En fin, lo que movía a Jesús en consagrados y consagradas todas las circunstancias no era otra La vida consagrada siempre se co- cosa, sino la misericordia, con la loca al servicio del Reino de Dios. La cual leía el corazón de los interlocuimportancia de ella se radica en la tores y respondía a sus necesidades “sobreabundancia de gratuidad y de amor, más reales. Es claro que la miseritanto más en un mundo que corre el ries- cordia es la dimensión fundamengo de verse asfixiado en la confusión de tal de la misión de Jesucristo. lo efímero”. La vida religiosa como La vida consagrada como esticondición de vida, no es otra cosa lo de vida que representa el minisque la re-presentación del modo de vivir de Cristo. Es una re-presentación porque presenta de nuevo, perpetua, y prolonga a Cristo virgen, pobre y obediente aquí en el mundo. Lo que Cristo vivió se representa en el mundo a través de la vida consagrada. La consagración religiosa hace que los consagrados y consagradas se vuelvan personas más cercanas a Jesucristo. Con el testimonio de su vida resumido en la vivencia de los consejos evangélicos, ellos perpetúan y presentan de nuevo las virtudes, la actuación y el pensamiento de Cristo ante los hombres y mujeres de cada época. Cristo se perpetúa a través de ellos y éstos tienen el cometido de presentarlo ante el mundo a través de su consagración. terio misericordioso de Jesús en el La misión que Jesús recibió del mundo, tiene un papel enorme para Padre ha sido de revelar el misterio jugar en este Jubileo de la misericordel amor divino en plenitud. De he- dia. Los consagrados y consagradas cho, “en Él todo habla de misericordia”. estamos llamados a vivir y mostrar La misericordia de Jesucristo es evi- la misericordia sobre los demás “pordente desde la encarnación hasta su que a nosotros en primer lugar se nos ha entrega salvífica en la cruz. De igual aplicado la misericordia”. Así como Jemanera, la compasión del Salvador sucristo, el que nos eligió es miseridel mundo está muy explícita en su cordioso, “así estamos nosotros llamaministerio público. Jesucristo mues- dos a ser misericordiosos los unos con los tra su misericordia a los cansados y otros”. extenuados (Mt 9, 36), a los enfer La vocación a la vida consagramos (Mt 14, 14), a los hambrientos da es de pura misericordia. Somos

consagrados y consagradas, no porque lo merecemos, sino, porque Jesucristo nos llamó y nos escogió por iniciativa suya y, por su mirada misericordiosa se fijó en nosotros. El ejemplo patente de esta realidad es la vocación de Mateo. Jesús cuando pasaba delante de la meza de los impuestos, sus ojos se fijaron sobre Mateo (Mt 9, 9). No hay lugar a dudas que, “era una mirada cargada de misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, lo escoge a él, el pecador y publicano para que sea uno de los doce”. Por misericordia, Jesús eligió a Mateo para que hiciera parte de su discipulado. Por su misericordia escogió a los consagrados y consagradas para que fueran testigos e instrumentos de misericordia y consolación entre muchos hombres y mujeres agobiados de varias circunstancias de la vida. Los religiosos y religiosas, por su vocación, son misioneros de la misericordia de Dios al mundo que parece que haya perdido la importancia y el sentido de este aspecto. Es una vocación que se recibe gratuitamente, así que gratis lo deben dar (Mt 10, 8) para que todo en Cristo tengan vida (Juan 3, 15). En este año santo de la misericordia, los consagrados y las consagradas están invitados a “alcanzar la mente y el corazón de toda persona”. Deberían ser los primeros en tener la convicción de que la misericordia es “la viga maestra que sostiene la vida de la iglesia”, y la de todos los cristianos. Actualmente, el mundo está lleno de casos de inclemencia y para ello, se anhela el testimonio de la misericordia de Dios. Son muchas las personas que han perdido la esperanza por pensar que Dios ha sido cómplice en su sufrimiento. Es la vocación


época moderna, que han dado el testimonio de la misericordia de Dios a sus semejantes. Los santos y beatos entendieron que no se podía separar la consagración de la misericordia. La consagración religiosa hace que seamos instrumentos de la misericordia de Dios ante muchas personas que se encuentran en desilusión. Dios utiliza a nosotros como su lápiz para sellar la compasión en el corazón de muchos hombres y mujeres que lo buscan con sinceridad. Como misioneros de la misericordia de Dios, es cometido de los consagrados y las consagradas concientizar a los demás a descubrir la verdad de la misericordia inscrita

en sus corazones, para que “la iglesia de nuestro tiempo adquiera conciencia más honda y concreta de la necesidad de dar testimonio de la misericordia de Dios en toda su misión”. Es tarea de los religiosos hacer que el mundo vuelva a creer en la misericordia de Dios. Nuestra consagración nos hace “dar testimonio de la misericordia de Dios revelada en Cristo, en toda su misión de Mesías profesándola principalmente como verdad salvífica de fe necesaria para una vida coherente con la misma fe, tratando después de introducirla y encarnarla en la vida, bien sea de sus fieles, bien sea —en cuanto posible— en la de todos los hombres de buena voluntad”.

Por: P. José Auletta, imc

Experiencia de misericordia

Experimentar la Misericordia es tener la oportunidad de vivir los niveles más profundos y variados del amor, haciéndonos parecidos a Dios. Experimentar la misericordia es tener la oportunidad de vivir los niveles más profundos y variados del amor, nos hace parecidos a Dios, acercándonos al llamado y pedido de Jesús: “Sean misericordiosos como el Padre es misericordioso”. En endepa, a lo largo de los años y tanto los equipos como cada integrante, podemos dar fe y tenemos conciencia de vivir la experiencia de la misericordia en la doble vertiente de ser misericordiosos/as y de ser misericordiados/as por nuestros hermanos

y hermanas de los Pueblos Originarios con quienes hemos tenido el privilegio de compartir la vida, sintiéndonos así bienaventurados, alcanzados en “Felices los compasivos porque obtendrán misericordia” (Mt. 5,7), constatando que Dios ha volcado todo su caudal de ternura en los Pueblos de la Tierra. En el documento Memoria y Camino de endepa se expresa que este Equipo Nacional de Pastoral Aborigen nace como “respuesta a la vivencia del Concilio, grupos de misioneros laicos,

religiosas, sacerdotes y obispos se volcaron a los más pobres, en el norte y en el sur del país. Afirmados en el documento de Medellín, con compromisos de vida, y alentados por los obispos de toda América buscaron senderos nuevos hacia las zonas empobrecidas y allí descubrieron a los Pueblos Indígenas —los más pobres de entre los pobres— pero también al otro cultural y original con una extraordinaria riqueza de vida milenaria como un verdadero tesoro escondido. En nuestro país los Pueblos Indígenas son los sobrevivientes de un genocidio

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de los consagrados y consagradas mostrar ese rostro misericordioso de Dios que nunca deja de irradiarse sobre el ser humano, incluso en momentos más dramáticos de su existencia. En la historia del cristianismo, ha habido un sinnúmero de santos y beatos que Dios ha utilizado como instrumentos para mostrar su misericordia infinita al mundo. El listado de ellos es infinito, pero no se puede dejar de destacar el ejemplo de la beata madre Teresa de Calcuta, santa Faustina Kowalska, san Pedro Claver, el beato José Allamano, la beata Irene Stefani entre otros. Se trata de hombres y mujeres de la

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—aun sin justicia ni reparación— que comenzó en la época colonial y se profundizó en las campañas militares del Estado Nacional: La preocupación de promover por medio de la inmigración el crecimiento demográfico del país y su productividad, llevó a ocupar militarmente los territorios en poder de los Pueblos Aborígenes, dando lugar a matanzas de los mismos en las llamadas conquistas del desierto del norte y del sur del país. En forma simultánea con la conquista militar y aun a posteriori, el choque cultural entre el blanco y el indio dio lugar a masivos etnocidios que hicieron desaparecer a no menos de 50 etnias que poblaban nuestro territorio nacional”. “En los años 70’, nuestro país y la mayoría de América Latina, vivió tempestades de odio, muerte, desapariciones, torturas, miedo y persecución. En medio de esas oscuridades, la presencia de misioneros en zonas indígenas era muy numerosa… pero desarticulada por la situación política del momento. Cada uno estaba solo, sin experiencia, pero con generosidad y entusiasmo descubriendo la realidad indígena que los sectores oficiales y la sociedad argentina negaban”. En los inicios, en endepa encontramos a los Pueblos Indígenas al borde del camino como le pasó al samaritano de la parábola que nos narra (Lc 16, 30-37), viendo su necesidad y sus heridas. Pueblos marginados, invisibilizados, heridos en su dignidad, discriminados, empobrecidos, saqueados por siglos…, confinados en los lugares más inhóspitos del país, sin derecho a poseer sus territorios, a exteriorizar su cultura, a practicar su religión, impedidos de expresarse en su idioma, sin libertad…, ignorados como inexistentes… Con ocasión de una reunión entre la cepa (Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen) y dirigentes indígenas en el año 1992, los

participantes dirigentes Indígenas manifestaron: “Al pueblo indígena, como al tronco de un árbol, lo hacharon, lo cortaron, comieron de sus frutos…, lo dejaron por arbolito muerto, pero este tronco tenía raíces hondas y después de tantos años comenzó a brotar otra vez, nosotros mismos somos esos brotes, esas ramas nuevas, el árbol no está muerto.” Desde entonces, este árbol que retoña es nuestro logo. endepa es un equipo eclesial católico al servicio de los Pueblos Indíge-

El ponernos en el lugar del pueblo que acompañamos nos permite ver la vida desde otro lugar nas, con espíritu y búsqueda constante de una práctica ecuménica y de diálogo interreligioso. En su actuar endepa se pone al lado de los Pueblos Indígenas, se compromete con sus sueños y sus luchas, practicando la Misericordia que según su etimología, significa corazón que siente la miseria. Con empatía y compasión penetramos por la grieta que abre el dolor, puerta abierta a una relación en la que prima el intercambio y la libertad para generar acciones en busca de justicia y bienestar. El ponernos en el lugar del pueblo que acompañamos nos permite ver la vida desde otro lugar, descubriendo facetas nuevas de la realidad. Nos acercamos a las comunidades aborígenes, a los Pueblos Indígenas y nos abrieron la puerta, recibiendo así nosotros su Misericordia. Podemos decir que somos del pueblo de

los blancos que tuvieron parte en el genocidio y en vez de reproches, rechazo, rencor o resentimiento nos recibieron como hermanos y amigos, compañeros de camino y aliados. Nos permitieron asomarnos a la riqueza de sus culturas, a sus saberes ancestrales, a la fineza de su espíritu, la ética comunitaria. Pudimos abrir los ojos y el corazón, abrir la mente y las entrañas, el espíritu y las relaciones, abrir los horizontes de nuestro pequeño mundo y encontrar, encontrándonos, mil valores en un pueblo que guarda desde antiguo esa fuerza del adentro, del espíritu grande y comunitario, la economía de dar y recibir en un mismo gesto de bienes compartidos, de reciprocidad según las necesidades, que no crea ni señores, ni servicios. Nos regalaron relaciones armónicas con la naturaleza, aprendimos a mirar a Dios también con otros ojos, nos sabemos convertidos a dimensiones nuevas de mayor dialogo, diversidad y respeto.

Así, caminando junto a los Pueblos nos esforzamos por vivir: • Justicia a la luz del Evangelio • Respeto a la dignidad de las personas, a la diversidad de las culturas, a la historia de cada pueblo, a su organización y a su autonomía, a su participación protagónica • Respeto a la tierra-territorios y al ambiente • Respeto a la diversidad en un enriquecimiento mutuo y reciprocidad • Favoreciendo la construcción de una Iglesia local que asuma la diversidad en un diálogo intercultural e interreligioso • Trabajando en articulación con otras Pastorales, Iglesias Cristianas, otras Religiones, Organizaciones Indígenas y otros Equipos


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y Grupos con los que se comparte una causa común y con una permanente Articulación Ecuménica en América Latina • Con una mayor incidencia en la sociedad y en el poder político en beneficio de los Pueblos Indígenas.

Y esos compromisos nos llevan a: • Compartir la vida, la fe y la espiritualidad, enriqueciéndonos mutuamente con el aporte de las culturas, contribuyendo a la fraternidad universal. • Acompañar el proceso autogestionario y la organización de las Comunidades Indígenas. • Contribuir a la toma de conciencia para que haya una sociedad argentina más justa basada en la aceptación de la diversidad de los Pueblos y Culturas donde se hagan efectivos los Derechos Humanos y en particular los Derechos de los Pueblos Indígenas, asumiendo esta realidad pluricultural reconocida por la Constitución Nacional,

Leyes nacionales, provinciales e internacionales. • Apoyar la lucha por la conservación de los bosques, el ambiente y un desarrollo sustentable para alcanzar niveles de vida digna. • Sensibilizar y comprometer a nuestra Iglesia con la realidad y diversidad de los Pueblos Indígenas en Argentina con espíritu ecuménico e interreligioso.

Hemos recorrido un largo y esperanzado camino junto a los Pueblos Indígenas, podemos celebrar como endepa que: • Aprendemos de los Pueblos Indígenas una profunda y colectiva experiencia del Espíritu que en todo tiene la primacía, que vive y está presente en toda la creación. Esta actitud contemplativa y vital aporta a la Iglesia y a la humanidad una profética purificación frente al secularismo imperante, la pérdida de los valores espirituales y del sentido de la vida.

• El desafío de la inculturación urge hoy más que nunca a valorar la experiencia religiosa de los Pueblos Originarios que creen que el Dios de Jesucristo ha estado presente y ha actuado en sus culturas desde siempre y posteriormente les fue anunciado en el Evangelio. Este Jesús de Nazaret es el que endepa anuncia y comparte gozosamente en el diario caminar con los Pueblos. • La convicción de que la experiencia religiosa de los Pueblos Indígenas es válida y ha sido suscitada por el Espíritu debe mover al diálogo interreligioso con aquellos que se mantienen fieles a las experiencias religiosas de sus antepasados. Por eso es necesario fortalecer procesos y experiencias de inculturación, diálogo interreligioso y ecuménico. • La experiencia de intercambio cultural aporta a los/as agentes de Pastoral (sean indígenas o no) una visión más amplia y completa de


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10 P. José Auletta, imc coordinador de endepa por noa

la realidad, de la forma de concebir el mundo y de vivir la espiritualidad. Así se amplía la concepción respecto a la tenencia de la tierra- territorio (tierra para ser y no para tener) y al mismo tiempo, Tierra significa respeto y conservación del ambiente, a las prácticas de salud, los modos de educación, de acceso al conocimiento, la economía, etc.… • Compartir el idioma de los diferentes Pueblos ayuda a enriquecer el sistema de pensamiento; a valorar la palabra, sobre todo porque la palabra, con sus distintos matices en cada Pueblo, tiene un valor muy fuerte, lleno de vida, y está libre de estructuras del racionalismo. Ayuda a entrar en diálogo y a superar etnocentrismos. • La sabiduría y espiritualidad de los Pueblos Indígenas, tanto la que convive con las creencias y prácticas de las Iglesias Cristianas como la de los Pueblos que se mantienen fieles a su religión

ancestral, ocupa el centro de la vida, de la cultura y cosmovisión. • Continuamos valorando y acompañando los esfuerzos de los Pueblos Indígenas por una mayor dignidad, justicia e igualdad; aún cuando esto le traiga a la Iglesia sospechas y hasta injustas persecuciones de los sectores de poder. No tengamos miedo a la emergencia indígena también dentro de la Iglesia. Hace 30 años a la Iglesia le tocaba ser la voz de los sin voz; hoy tienen voz propia, a la Iglesia le toca amplificar esta voz. “Ya no es posible seguir viendo a los indígenas como objetos de estudio o de acciones interrogantes, ni verlos solamente como víctimas y objeto de benevolencia, sino como compañeros de camino, como sujetos protagonistas de nuestra historia, de nuestro desarrollo y evangelización” (Petul Cut Chab). Se puede constatar, con evidencia cierta, que los Pueblos Indígenas han irrumpido en la sociedad y decididamente se han puesto de pie en el afianzamiento de su identidad cultural, en la lucha por la recuperación de sus tierras y territorios, en la autodeterminación de su destino económico, político y social y en la conciencia y afirmación de sus derechos. “Los indígenas y afroamericanos emergen ahora en la sociedad y en la Iglesia. Este es un kairós para profundizar el encuentro de la Iglesia con otros sectores humanos que reclaman el reconocimiento pleno de sus derechos individuales y colectivos, ser tomados en cuenta en la catolicidad con su cosmovisión, sus valores y sus identidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostés eclesial” (d.a. 91) Sin embargo, persisten con fuerza las graves situaciones de muerte cuya causa y raíz es el racismo

enclavado en el corazón de nuestra sociedad que aun mira y trata a los Pueblos Indígenas con mente colonial. Este escándalo se hace aún mayor en un país conformado en su

Los indígenas y afroamericanos emergen ahora en la sociedad y en la Iglesia gran mayoría por gente que se proclama cristiana. “Los indígenas y afroamericanos son, sobre todo, “otros” diferentes, que exigen respeto y reconocimiento. La sociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo su diferencia. Su situación social está marcada por la exclusión y la pobreza. La Iglesia acompaña a los indígenas y afroamericanos en las luchas por sus legítimos derechos.” (d.a. 89). Ante un sistema hegemónico neoliberal que propone la monocultura, los Pueblos Indígenas ofrecen la belleza de la diversidad. La interculturalidad, entendida como la aceptación y el respeto del otro, es riqueza de la humanidad y de la Iglesia. La presencia de tanta variedad y belleza cultural nos pone frente a la necesidad de reforzar con audacia una evangelización inculturada. Tanta experiencia y vida compartida junto a los Pueblos Indígenas nos brinda múltiples riquezas y posibilidades y hace crecer en nosotros una inmensa acción de gracias porque “se nos ha manifestado la tierna misericordia de nuestro Dios… para guiar nuestros pasos por los caminos de la paz.” (cf. Lc. 1, 78.79)


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Rincón Joven Por: P. Mauricio Guevara, imc

Priorizar las relaciones

Desde los comienzos de la existencia humana sobre la faz de la tierra, el Hombre ha intentado relacionarse para satisfacer sus necesidades básicas, así como también se fue sirviendo de la convivencia con sus pares para alcanzar sus sueños y realizarse como persona. Pienso que sería imposible hablar de comunidades auténticas y sociedades justas sin antes haber afinado el arte de relacionarse. Relacionarse exige buscar el modo de identificarse con el otro para así poder después crear vínculos verdaderos. Relacionarse es fomentar la unión autentica con aquellos con quien compartimos la vida, a partir de la capacidad de generar confianza y amistad. Dicen los grandes especialistas del comportamiento humano, que la capacidad de comunicar asertivamente tiene un factor decisivo en las relaciones humanas. Una comunicación asertiva exige una escucha atenta y activa frente a la realidad que la vida nos va presentando en las personas con quien nos vamos cruzando. En mi experiencia misionera de vida vengo constatando que en estos últimos tiempos de “fast food” y de “mensajes instantáneos” las personas, movidas por la prisa, comenzaron a perder la capacidad de profundizar las relaciones humanas. Frente al frenético mundo productivo del trabajo y la neurótica corrida del día a día, vamos perdiendo lentamente la magia del encuentro, la única capaz de generar pasión por la humanidad. Estoy convencido que siempre habrá más realización humana en la medida que seamos capaces de dedicar una parte de nuestro tiempo al encuentro autentico con aquel que es diferente a mí. Porque el otro con su diferencia es el único capaz de cuestionar y perturbar mi paso rutinario, y mi muchas

veces acomodada vida. De nada sirven organizaciones y proyectos acertados, oraciones y celebraciones perfeccionistas, ideas e intenciones buenas, si perdemos la capacidad de relacionarnos, cuerpo a cuerpo, en vivo y en directo, con pasión y misericordia. Es imposible en este año jubilar de la misericordia hablar de ser misericordiosos como el Padre, si no evaluamos nuestra capacidad de relacionarnos en la escuela de la Vida. Relacionarse verdaderamente no es algo que solo tiene que ver con uno mismo, no se trata de buscar satisfacciones personales. Relacionarse es algo que tiene que ver con las personas que encontramos y comunicamos; y con nuestro modo de valorizar y comprender el otro en su ser distinto, diverso y único. Te dejo algunas pistas que te pueden servir para cualificar tus relaciones humanas y ser más misericordioso: 1) Escucha con el corazón y deja de lado los prejuicios que tienes del otro. 2) Ayuda a las personas a obtener lo que necesitan, y verás como luego, te ayudarán a obtener lo que deseas. 3) Trabaja en equipo. Por más que tengas grandes ideas y trabajes mucho, solo el trabajo en equipo genera sinergia, consenso, enlace y éxitos. 4) Piensa que una buena relación humana no depende de un conjunto de reglas y normas, en realidad, ella depende de la capacidad que tenemos de cautivar y dejarnos cautivar por el otro. 5) Acepta que en una buena comunicación no todo es palabra, también es de gran importancia nuestra capacidad de razonar (aquello que sabemos), de gestionar las emociones (aquello que sentimos) y nuestra acción (aquello que hacemos).


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Testimonios Pascua Joven Misionera

Ruiz Lautaro, Franco y Mauricio Colegio Ntra. Señora de la Consolata, Mendoza

Primero comenzamos agradeciendo al colegio por habernos dado esta gran oportunidad de viajar a Córdoba para tener esta gran experiencia misionera ya que con nuestros compañeros Mauricio y Franco nos habíamos desviado del camino de la iglesia. La verdad la pasamos muy bien porque sentimos que a la pascua la vivimos con más pasión y más cerca de Jesús ya que tuvimos la gran experiencia de participar a la cena Hebraica con todos los alimentos representativos, con el fin de descubrir sus raíces, historia y cultura; y como ellas están incorporadas en nuestra Santa Eucaristía. Durante la celebración de la Cena del Señor revivimos el lavatorio de los pies, gesto que realizo Jesús a sus discípulos como signo de amor y servicio. Lo más fuerte de todo fue lo de la dinámica de la cruz la cual nos ayudó a pensar todo lo que tuvo que aguantar Jesús por nosotros. En este día tan especial para la Iglesia Católica, se propuso una meditación sobre la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, motivada por la dinámica de la CRUZ. Fue una jornada de ayuno y silencio que profundizamos en el desierto; que nos permitió encontrarnos con nosotros mismos y desde esa mirada poder identificar cual es la cruz que cargamos. Esas cruces que nos hacen sufrir y hacen sufrir a los demás. Pero así también descubrir cuales son las cruces de nuestro mundo y cual es nuestro accionar para con ellas. Después de vivir la muerte de Jesús y envueltos de angustia, tristeza, abandono, miedo y dolor iniciamos el camino a la resurrección, el camino a la Pascua (el paso de la muerte a la vida). Y a pesar de tantos sentimientos no nos dejamos robar la esperanza de que Cristo que murió por amor, también resucitara por amor a nosotros mostrándonos ese camino de luz que anhelamos transitar en nuestras vidas. El desafío a

alcanzar en este día fue el encontrarse personalmente con el Resucitado, y para lograrlo debíamos vencer la barrera de la tristeza, que nos produce el pensar que Dios ha muerto. Al concluir esta experiencia tan especial y para algunos inolvidables, realizamos la condecoración a todos los atletas por haber superado y resistido los desafíos diarios. Las menciones especiales fueron para la Perseverancia, Coraje, Superación y Humor Misionero. En fin con Franco, Mauricio y a mi persona, llegamos a la conclusión que gracias a esta gran experiencia aprendimos a ser más misericordioso con el prójimo, ya que esto nos sirvió para volver a las alas de Jesús y volver a estar acompañados de nuevo y a me sirvió dentro de todo para aprender a perdonar porque antes me costaba mucho pero ahora después de la pascua aprendí a hacerlo sin importar el daño causado y me di cuentas que comencé a mejorar, convertir y crecer como persona humana.

Ailín Delgado Colegio Pablo VI, San Francisco

Cuando me entere que mi colegio iba a ser sede de la Pascua Joven Misionera, y que iba a recibir a jóvenes de todas las provincias, tuve deseos de participar aunque con muchas dudas por estar sola y no conocer a nadie y sabiendo que no iba a pasar la Pascua con mi familia. Mismo así, tomé coraje y me decidí participar. Mis expectativas eran aprovechar esta ocasión para acercarme nuevamente a Dios, reafirmar mi fe y vivir, por primera vez, la Pascua de una manera diferente. A lo largo de los encuentros y dinámicas pude comprender la importancia de cada momento en carne viva, la magnitud del Amor de Cristo y todo lo que nos brota desde el corazón frente a los ojos de Él. Hoy en día muchos jóvenes se alejan de Cristo, por distintas circunstancias refugiándose en otras alternativas que este mundo nos ofrece. Creo que debemos incentivar desde la fe a los jóvenes haciendo cosas sanas que fortalezcan nuestro espíritu para no desviarnos. Esta experiencia supero cualquier prejuicio que tuviera de la Pascua, ese Jesús Resucitado es mi guía en este camino que tránsito día a día y además de las bellas personas que me llevo guardadas en el corazón e instantes vividos junto a ellas, aprendí a que Dios actúa por medio de mí, y que todo se da según su Voluntad.


Algunos campeones de la Misericordia Consigna de la pascua. Donde cerca de 40 jóvenes fueron seleccionados de varias provincias del país para hacer una experiencia pascual diferente con Aquel que hace nueva todas las cosas. Aquí algunas postales de la pjm realizada en San Francisco, Córdoba.


Pequeña oración a la Consolata Madre querida:

Quisiera escribirte esta carta, mejor dicho, esta oración. Escúchame otra vez, Consolata, pues te necesito, necesito tu ternura, necesito tu mano. Te hablo, Madre, desde los colores de esta tierra, con los negros, los indígenas y mestizos. Te hablo, Madre, desde un pasado, desde una historia hecha de sangre y flores, de guerras y encuentros, de amores y odios. Te hablo, Madre, desde los plantíos de yuca, maíz, papas, bananos, café y del chontaduro. Te hablo, Madre, desde las montañas, las cordilleras, los ríos, las cumbres. Te hablo, Madre, desde la cultura donde habito, pues yo sé, Madre, que me has invitado desde esta cultura a abrirme para el mundo. Te hablo, Madre, porque, también tú y yo estamos inmersos en esta cultura americana. Te hablo desde Colombia, Madre, desde las tierras de Cali, desde la pastoral afro descendiente, desde la comunidad formativa. Te hablo, Madre, desde los rincones de mi corazón, donde empieza a crecer el sonido de la Marimba, del cununo, del guasa. Es tan lindo Madre, escúchanos, es tan hermoso María, es tan bueno saber que nos escuchas desde lo que somos. Ves, Madre, allá vienen nuestros ancestros, porque, también ellos te amaron. Ves, Madre, allá están nuestras raíces, nuestra cultura y allá está tu hijo, Madre .Otra vez Él nos llama, pero la barca donde ahora vamos es nuestra forma de ser, es lo que somos, es la cultura, Madre. Ya no te encuentro en el santuario, Madre, pero te encuentro en nuestras mesas, en nuestra danza, en nuestras celebraciones, en las mingas y alabados. Ya no te busco solo en las iglesias, Madre, te contemplo en el caminar de la gente, en los pasos cansados de los trabajadores, en los jóvenes yendo a la universidad, en los vendedores de la calle, en el habla del pueblo, en los acentos, en las tardes calientes. Te veo, Madre, y te descubro en los rostros de los hombres y mujeres que encuentro en el camino. Ya no te busco en los libros de teología, Madre, mejor dicho, ya no sé la teología de los libros; mi teología lleva el sudor de los días, la violencia, las guerras, las luchas, el sufrimiento. Es que otra vez, Madre, tu hijo va a ser crucificado por aquí, en tantos hombres y mujeres cuyas vidas son quitadas, cosificadas, traficadas. Mi teología, Madre, comprende todo esto, pero, también, lleva el atardecer, el olor de las arepas, el sabor del san cocho, las noches estrelladas, las montañas del valle, el rio Cauca, en el canto del ballenato, el abrazo de los misioneros, el vuelo de las mariposas, el olor de las flores y la música del Pacifico. Te hablo, Madre, desde los sonidos que empiezan a habitar en mi corazón y no quisiera pedirte nada, solo invitarte, Madre. Ven, Consolata, junto a tu hijo ven a bailar con nosotros. Ven, Madre, y baile nuestra salsa, nuestro bunde, nuestro currulao, todos nuestros ritmos. Ven, Madre, pues acá te esperamos, acá te necesitamos. Mira cómo es linda esta danza, Madre, cómo lucen nuestros jóvenes, oye cómo cantan los abuelos, cómo acá te celebramos… Madre Consolata, no se haga presente sólo en nuestra labor, en nuestro luto, en nuestro sufrimiento, sino, también, en nuestra fiesta. Madre del señor, acá danzamos, tomados de las manos, bailemos y caminemos. Sandrio Cândido Pereira, seminarista de la Consolata

Te hablo, Madre…


Por: P. Juan Carlos Greco, imc

Testigo

Pastor con olor a oveja y misericordia Cura Brochero: Creyó que sólo sería buen pastor con una acción misionera inspirada desde el afecto, desde el interés y la compasión por los golpeados por el sufrimiento, la pobreza y las injusticias. En el rostro de Brochero encontramos la Misericordia de Dios. El papa Francisco firmó hace unos meses el decreto con el que reconoce el segundo milagro por la intercesión del beato argentino José Gabriel Brochero, por lo que se convertirá en el primer santo nacido y muerto en la Argentina. El milagro fue la curación de una niña que volvió a andar tras un infarto cerebral. Se trata de Camila Brusotti, que a los ocho años sufrió una brutal paliza a manos de su madre y su padrastro, lo que la dejó inconsciente y permaneció más de dos meses en terapia intensiva (El primer milagro certificado de Brochero fue el de Nicolás Flores, que revirtió un cuadro inicial de posible “vida vegetativa” tras un accidente). El “cura gaucho”, como se lo conocía, nació en Córdoba y desarrolló su actividad pastoral en las sierras cordobesas. Se convertirá en el primer santo “auténtico” argentino. Héctor Valdivielso Sáez, considerado por muchos el “primer santo argentino” nació por cuestiones circunstanciales en el país, pero desde los cuatro años vivió en España, donde finalmente murió con apenas 24 años. El cura Brochero había sido declarado “venerable” por Juan Pablo II en 2004 y luego beatificado por

Benedicto XVI a fines de 2012, pese a que el inicio de su causa había sido autorizado ya en 1967. En este camino hasta la canonización queremos que “el mundo pueda conocer la misericordia” del llamado “Cura Gaucho”- Pero el “mundo” comienza por vos y yo”.

¿Conoces algo del Cura Gaucho? Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto. Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba. A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto. Con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras

Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. Su corazón misionero no se desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 km requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona. En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante su ministerio, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, un Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos

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y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía repetir. Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. “Ya el diablo me va a robar un alma”, decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios. Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Tránsito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914. Un fiel testigo del resucitado.

nosotros mismos y entrar en nuestro corazón –en profundidad y con franqueza es muchas veces el viaje más difícil y largo a recorrer-. El Allí: su Diócesis, su parroquia… Allá hasta los confines de la “tierra a él confiada”. Sabía abrir las puertas y dejar entrar y al mismo tiempo buscar salir más allá de las fronteras tradicionales. Propuso comenzar con un horizonte concreto y limitado, para después ir ampliándolo poco a poco. De la misma manera, el camino misionero que el abría a quienes lo ayudaban, era planteado siguiendo un esquema similar, comenzando por “aquí”, siguiendo por “allí”, en el horizonte para ir abriendo la mirada hacia la misión más terminar allá.

¡Te propongo recorrer las tres con humor y solo fases o testimonios breves para no cansarte!

Aquí El cura Juan acaba de morir. El obispo en la ceremonia se extiende con los elogios: —El difunto era un buen sacerdote, excelente amigo de todos, un padre humilde y pobre, un misionero ejemplar!!... La sacristana vuelve hacia uno de los monaguillos y le dice al oído: Anda a la urna y mira si es el P. Juan el que está adentro. Lo que se puede decir de Brochero es poco cuando se lo elogia. Él sabía buscar dentro a aquel que quería llevar hacia el allí y allá. ¡Conversión es el primer paso de la misión: lo fue Ustedes serán mis testigos para él, lo es para mí y para vos! EsEste testamento del Maestro, el cuchemos algunas frases brocheriaCura Brochero lo tomó a la letra y nas que nos hablan del aquí. “No somos cristianos por una idea vivió como testigo misionero en las tres A…¡no las pilas aaa!!! Son o decisión ética sino por encontrarlas tres dimensiones que él siem- nos con Jesucristo” pre conservó en su camino: Aquí en Acerca de su ordenación de sacersu corazón. La misión comienza en dote: “Sentí mucho miedo. Apenas

soy un pobre pecador, tan lleno de límites y miserias. Y me preguntaba: ‘¿Podré ser fiel a la vocación? ¿En qué enredo me metí?’ Pero en seguida una sensación inmensa de paz invadió todo mi ser. Porque si el Señor me había llamado, Él sería fiel y sostendría mi fidelidad; además, Jesús, el Buen Pastor, jamás niega sus dones a quienes lo siguen y son ‘otros Jesús’ como su Hijo muy amado.”

“Brochero no solo experimentó la misericordia sino que también fue testigo y la compartió sobre todo con los más alejados, no se quedó peinando ovejas sino que fue a buscar al postergado superando límites, el miedo y el cansancio”

“Sólo convirtiéndonos nosotros mismos en un nuevo magníficat podremos llegar a ser lo que Dios quiere que seamos, humildes servidores, sobre los cuales se inclina la misericordia de Dios para poder ofrecer así su vida por amor al mundo. Seamos en éste día, por intercesión de la Madre de la misericordia, artífices de la paz, instrumentos de reconciliación, seamos constructores de la unidad y testigos de la misericordia, a fin de que Dios quiera servirse de nosotros, servidores y acordarse de su eterna misericordia, es decir de la gran promesa de Dios hecha a nuestros padres a favor de Abraham y de nosotros y de su pueblo por los siglos de los siglos”. “La hostia consagrada es un milagro de amor, es un prodigio de amor, es una maravilla de amor, es un complemento de amor, y es la prueba más acabada de su amor infinito hacia mí, hacia ustedes, hacia el hombre”.


“Brochero se caracterizaba por ir al encuentro de los necesitados. Nunca le faltaban provisiones para entregar a los pobres de la zona. Su vestimenta era siempre muy humilde y pobre. Muchas veces, doña Zoraida Viera de Recalde, que le cuidaba la ropa, le solía preguntar: -Señor Brochero, ¿y aquella camisa nueva que usted tenía? El Cura respondía: -Ya se la di a otro que estaba más necesitado que yo”. Decía siempre: “Dios es como los piojos, está en todas partes, pero prefiere a los pobres”. (Cura Brochero) Con su prédica itinerante y en los ejercicios espirituales. Testimonia un sacerdote que lo conoció: “Reinando en su Parroquia la ignorancia, la indiferencia, la borrachera y el robo, emprendió la obra de evangelizar por medio de los Ejercicios Espirituales y se propuso llevar a la ciudad de Córdoba a sus feligreses para que allí pudiesen hacerlos. Pero ¿cómo arrastrar a esta gente que no sabía de qué se trataba eso? ¿cómo conducir un número grande de hombres y mujeres por entre caminos muy difíciles por más de 150 kilómetros por las sierras? Brochero comentaba: ‘Preguntaba yo cuál era el hombre más ‘condenau’, más borracho y ladrón de la zona. Enseguida le escribía una cartita diciéndole

“Nos cae muy bien. Brochero fue un héroe, fue misericordioso, fue un hombre que hizo grandes obras para los pueblos. Es una gran providencia que la canonización sea en el año de la misericordia, del Bicentenario (de la Independencia Argentina) y a 150 años de haberse iniciado en el sacerdocio”, Mons. Olivera, impulsor de la beatificación y de la santificación de Brochero.

nadie hasta que aparezca! Pero si se ha perdido la fe, Brochero sabia que había que ir a “rescatarla” y al mismo tiempo sembrarla en los corazones que nunca la tuvieron. ¿Pa`dónde encaró?: A las periferias,

Biblia Testigo y misión

“Él no fue un cristiano triste. Sabía de la alegría que da Jesús y la quería contagiar”, explican los obispos argentinos: “Por eso al visitar a la gente en sus casas, les decía: “Aquí vengo a darles música”. La música de saberse amados por Dios”. Por eso sin música escuchada en el aquí no hay verdadera música cantada en el allí o allá… Allí En el confesionario: —¿Qué puedo hacer con mis pecados, señor cura? —Ora. —Las cuatro y cuarto, pero ¿Qué puedo hacer con mis pecados? Sentado… Caminar hacia el allí pero sentado, confesando largas horas (en el templo, junto a la tranquera, sentado sobre una piedra…). “El sacerdote que no tiene mucha lástima de los pecadores es medio sacerdote. Estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote; si no llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego.” Y a sus sacerdotes ayudantes, les comunicó, por escrito, “que cuanto sean más pecadores o más rudos o más incivilizados mis feligreses, los han de tratar con más dulzura y amabilidad en el confesionario, en el púlpito y aún en el trato familiar”. Caminando… hacia los pobres:

que pensaba pasar dos días en su casa, decir Misa, predicar y confesar, y que por tanto avisase a sus amigos, de esa forma yo sabía que de esa manera esa gente me iba a escuchar porque si iba a una casa buena esos pícaros no se iban a acercar. Ahí nomás les decía que me había ‘costiau’ para hacerles el bien, y que quería enseñarles el modo de salvarse, y aquí sacaba el Santo Cristo, invitándolos a los Ejercicios Espirituales’. Invitando a la gente no sólo de su Parroquia sino también recorriendo la Rioja y San Luis llegó a llevar unas 700 personas a los Ejercicios, proporcionándoles el caballo y el dinero y respondiendo por todo para la gente pobre. Todas esas gentes volvían de Córdoba llenas de alegría y completamente transformadas. Allá Estaba el cura dando la misa en la iglesia, y dijo: En este pueblo se ha perdido la fe. Y responde un borracho en voz alta: ¡Pues de aquí no sale

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como ya ha explicado en multitud de ocasiones el Papa Francisco, es donde el “cura brochero” se anima a estar: “ir hacia los que no conocen el amor de Dios porque no se les ha anunciado o porque la cruda realidad que les toca vivir les habla de que Dios pareciera estar ausente de sus vidas”. Pero no solo con palabras sino también con obras, en ámbitos que no eran comunes para los clérigos de su tiempo. “Como la Virgen en las Bodas de Caná, también él supo decir a Jesús: “no tienen agua”, “no tienen educación”, “no tienen caminos”, “no tienen medios acordes para encontrarse como hermanos y comercializar sus productos…” y muestran algunos de sus proyectos: “abrió escuelas, fue pionero en abrir un colegio para niñas, proyectó el ferrocarril, y entre todos hicieron caminos, acequias, diques, telégrafos, y la misma Casa de Ejercicios”.

“Brochero como hombre de fe, pobre y entregado ya estaba presente en el corazón de la gente hacia el año 1857 con ocasión de la epidemia del cólera.

Bien puede decirse que fue un mártir de la caridad. Esta terrible enfermedad acaecida en la ciudad lo encontró a José Gabriel ya ordenado sacerdote. Lejos de huir de aquel flagelo este joven sacerdote arriesgándose a contagiarse por servir al enfermo, fue de casa en casa, consolando y asistiendo en sus necesidades materiales y espirituales a los enfermos. Consoló a las familias y dio cristiana sepultura a las víctimas de la epidemia. Es a partir

ía ¿Qué pasar si todos los jóvenes de Argentina, saliéramos a la calle a os encontrarn con otros jóvenes

de este hecho que la gente empezó a descubrir a un hombre de Dios andando en medio de ellos”. “Visitando a los leprosos de la zona, contrajo la enfermedad que soportó durante sus últimos años, la lepra. Bien puede decirse que fue un mártir de la caridad. Una persona que lo conoció testimonia lo siguiente: había en la parroquia un leproso que era de mal carácter, blasfemaba, y nadie quería acercarse a él. Brochero se acercó a él, le llevaba comida, lo aseaba, tomaba mate con él. Su misma sobrina le decía que no fuera y él respondía: ¿Es que el alma de ese pobre hombre no vale nada? Y siguió atendiéndolo; lo transformó en un manso cordero, el leproso se confesó con el Cura y murió santamente recibiendo todos los sacramentos”.

mos Te desafia con tus a juntarte ra tratar amigos pa ar la de descifr tro ndida den o sc e a c ti tác la sa fórmu o l u b fa ta de es dora . evangeliza


Por: la redacción

Stefano Camarlengo, Superior General del imc, de paso por la Argentina, dejó un estela de renovación y una nueva manera de pensar la Misión.

P. Stefano Camarlengo, imc

Desde 2011 Stefano Camarlengo es el Superior General del imc; ha visitó unas cinco veces cada lugar misión, esto le dio una riquísima visión global de las dificultades de la Iglesia en un mundo cada vez más complejo, y los desafíos a los que se enfrenta la vida de la congregación de los misioneros de la Consolata. —¿En todos estos años, qué cosas vio que hayan evolucionado (o no), en la vida de la Misión? Cuando llegué a Superior empezaba un cambio muy grande. Primero, en la teología, en el sentido de qué es la Misión hoy. Antes era muy claro para los misioneros europeos que se iban al África o a América Latina: era una misión geográfica. Ahora no es tan geográfica sino de situación humana, que necesita una presencia, un acompañamiento, una promoción. Todo esto estaba desorientando al Instituto porque éste nació como una misión para el África.

De hecho, los primeros misioneros que llegaron a Latinoamérica fue para acompañar a los inmigrantes europeos que llegaban, italianos sobre todo, y para buscar un poco de dinero para las misiones africanas. Por otro lado, los jóvenes no sabían por qué entraban en nuestro Instituto y los ancianos se sentían un poco perdidos en el trabajo. El segundo cambio, son los misioneros. Antes, la mayoría era europea, a lo que se sumó un grupo de Argentina, Brasil y Colombia, sobre todo. Pero en 2005 ya había 200 africanos miembros del imc, y hoy son más de la mitad de todos los misioneros, sobre un total de mil. Hace 2 años se murió un padre que quedó como una referencia histórica por el número: con él el número de misioneros pasó de no africano a ser africano. Y esto es un cambio enorme, no solo en la persona si no en la mentalidad, el modo de ser, pensar y actuar en la Misión. Y el tercer cambio que se puede individualizar es la situación financiera y la crisis social que afectó a Europea. El imc vivía gracias a Europa con sus ayudas económicas. Pero con la crisis económica que en Europa se siente como nunca desde la época de Posguerra. Y sumado a esto, la disminución del número de misioneros italianos se perdió

la red de colaboradores que contribuían con dinero. Así, ya no se podía seguir esperando una ayuda de Europa y es necesario que cada continente trabaje por organizar su Misión. Esto significa una transformación enorme. Para mí, fue una crisis purificadora. Y cada misionero se vio en la necesidad de trabajar para mantenerse a sí mismo y a la Misión. —¿Y todos estos cambios fueron aceptados o resistidos? Hasta ahora hay dificultades para aceptarlos pero están dando frutos. Antes los proyectos que se hacían eran sólo de los misioneros, no se compartía ni se hablaba con la gente del lugar, porque se pensaba “yo tengo el dinero, yo hago las cosas” . Esto creó muchos problemas. Teníamos un slogan en Italia que era: “Las ayudas, ¿ayudan de verdad?”. Muchas veces, sobre todo en África, creaban más dependencia y paternalismo que un cambio verdadero para las personas. El tema es hacer cosas con la gente y que puedan continuarse. Por ejemplo, donde el imc tiene hospitales. ¿Quién sigue ese proyectos cuando nosotros nos vamos? Si para nosotros se convierten en un problema seguir manteniéndolos, imaginemos para la gente del lugar. Lo mismo sucede con las escuelas.

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Estamos creando el futuro

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–Es una realidad desafiante. ¿Cuál es la transformación más profunda del imc? Está cambiando la manera de llevar adelante la Misión. Por eso digo que es un tiempo positivo y purificador porque nos ayuda a cambiar la mentalidad. Estamos acostumbrados a ser maestros, no discípulos. Y hoy debemos aprender a actuar. Es interesante. Por supuesto que todo esto creó un cambio complicado y difícil. Mi responsabilidad en estos tiempos también cambió. La figura del Superior General antes era el que mandaba porque tenía el dinero, y ahora es algo más comunitario, compartido, dialogado. Y es el camino que debemos seguir. —Le tocó un tiempo histórico para el imc. Cambió la visión, la Misión… Intentamos un proyecto de reorganización que también será histórico porque la actual estructura organizativa es de los años ’60, después del Concilio Vaticano II. Se valorizarán tres criterios. Uno: el imc va a organizarse en el lugar donde se realiza la Misión. Hoy, la Dirección General, que es el órgano más grande del Instituto, organizativo y directivo, está en Roma. Es decir, vivimos fuera de la Misión y mandamos en la Misión. Y es un problema; no se pueden decidir cosas fuera de la Misión. Ahora hablamos de continentalidad: cada continente – América, África, Europa, Asia- deberá tomar su propia decisión. El Superior General será el responsable de mantener la unidad, coordinar, generar comunión y reflexión. El próximo Superior General tendrá una tarea más de animador del Instituto que de Superior en el sentido de mando. —Como un animador misionero. Claro, que ayudará a la gente a reflexionar. Los misioneros de la Consolata tenemos expresiones como

vivir juntos con espíritu de familia. Pero con la crisis que vive la familia hoy, ¿qué significa ser familia? Para los africanos familia es una cosa, para los europeos otra. Cuando empezó el Instituto había una idea totalmente distinta de la vida familiar que la que tenemos hoy. Y es necesario reflexionar esto. Es la tarea que tendrá un Padre General para ayudar a todos a encontrarse, orientar, tomar decisiones. Será una figura nueva. Otra idea es que hasta ahora se hablaba de unidad en la diversidad, pero el acento estaba puesto en la

La Misión está en el centro y si misionamos, esa es la manera de vivir la comunidad. Es un cambio radical. unidad. Hacíamos las mismas cosas sin importar dónde: África, América, Asia, Europa. Esto no tiene sentido porque cada contexto, cada realidad, son diferentes. Por eso, vamos a poner el acento en la diversidad. Unidad siempre, pero valorando la diversidad. Cada continente deberá asumir su organización la cual será diferente del otro que vive en otra sociedad, otra cultura. Esto es un criterio revolucionario porque antes se habla de que todos debíamos hacer lo mismo, y ahora se empieza a hablar de que cada uno tiene una particularidad que se necesita respetar y valorizar. —Es dar vuelta todo. ¿Cuál es el consenso de esto entre los padres? El imc está acompañando estos cambios. Por supuesto que hay quienes están más de acuerdo, otros menos. Pero pienso que por primera

vez tenemos una propuesta para llevar a cabo el cambio del que veníamos hablando. A veces las ideas están claras pero falta el instrumento para llevarla a cabo. Hace tiempo que se habla de un cambio de Misión, de vida comunitaria, pero siempre faltó hacerlo. Y esta propuesta es concreta. Hay un proyecto que ya está en camino, pero necesita la contribución de todos. —Esto trae un cambio en la Formación de los nuevos misioneros. Exactamente y es el cambio más duro. Porque hasta ahora preparábamos gente para ser sacerdotes primero y después para vivir en comunidad en sentido religioso. ¿Y qué pasa? Uno llega a ser sacerdote en una Iglesia inserta en una sociedad que no cree. Entonces, no sabe qué hacer, porque está acostumbrado a trabajar con la gente que va a misa. Se habla de una vida religiosa donde la comunidad es prioritaria y lo mandas a misionar. Y si va a misionar no puede estar siempre en la comunidad. La Misión está en el centro y si misionamos, esa es la manera de vivir la comunidad. Es un cambio radical. Esto en la formación hasta ahora no se da porque el primer problema que hay son los mismos formadores. Los jóvenes que llegan al imc son los jóvenes del mundo, pero ellos no son el problema, el problema lo tenemos nosotros. Y el desafío más grande es encontrar verdaderos formadores y no repetidores de ideas del pasado. El problema grande actual del imc es el liderazgo, que haya gente líder que crea en este cambio y trabaje para llevarlo a cabo. Este es el camino que nos espera. —La Iglesia católica tiene pocas vocaciones desde hace muchísimos años.


es necesario trabajar para ver la motivación profunda que lleva a un joven a buscar este camino. El trabajo de acompañamiento es fundamental. El formador debe tener la capacidad de leer adentro de cada persona. Porque si se desconocen estos aspectos, después son problemas grandes. —¿Cómo imagina los cambios ya en marcha? Imagino en el futuro que sea de pequeños grupos que viven más cerca de la realidad -la real, no la imaginaria- que vivan con la gente, donde se encuentren con los mismos problemas, esperanza y la alegría de vivir en la comunidad. Como sucedía en la antigüedad. ¿Cómo actuaba la Iglesia? Era la comunidad que decía

“este hombre es bueno, puede ser nuestro pastor”. —¿Algo como las Comunidades Eclesiales de Base, de los años ‘80? En tanto vivir en un barrio, en una comunidad. Sí, exacto. Solo que el problema que yo le veo de estas comunidades de base es que se volvieron muy políticas. No digo que la política no sea importante pero no se puede solamente enfocar las cosas desde ese punto de vista.

—Es un criterio innovador, aunque retome el espíritu de las primeras comunidades cristianas. La Iglesia está acostumbrada a ser mayoría. Pero, poco a poco, deberá acostumbrarse a ser una minoría. Este es un cambio que pasará en la Historia, no veo que en un futuro la Iglesia crezca. Vivo en Roma y mucha gente que llega allí, no es por una fe verdadera o quiere vivir el Evangelio, sino porque ve un Papa que es simpático y da un poco de seguridad como líder. Es un pensamiento psicológico, no de fe. Por eso, deberemos acostumbrarnos a ser una minoría, viviendo en una sociedad como signo del Evangelio. No veo que mucha gente continúe

siendo católica. Lógicamente hay lugares como Italia o Argentina donde los católicos son mayoría, pero no pienso que vaya a durar mucho. El mundo está cambiando tan rápidamente que nosotros vamos con una palabra que no tiene sentido. —Cuando se dice que hay 1200 millones de católicos, el número no significa demasiado en sí mismo. Es verdad. Claro que hay lugares donde los católicos son más fuertes que en otros. En España es algo terrible. No encontrás ni un joven en la Iglesia. Más bien están en contra debido a que la Iglesia acompañó la dictadura de Franco. Y suceden cosas que no pasan en otros lugares como personas que van a la parroquia para pedir ser borrado de los registro del bautismo. Dicen: “No solo no quiero ser católico, sino que tampoco quiero que mi nombre figure como bautizado”. Es algo único. Aquí, en Argentina, también se acusó a la Iglesia de acompañar la dictadura militar, pero hay mucha gente y jóvenes que participan. Puede ser que se hayan reconciliado con la historia. Allá no. –Hace 17 años, la Misión en Corea fue la gran apuesta del IMC, fue correr una frontera más en la misión ad gentes. ¿Cuáles fueron los frutos de esa misión? El comienzo fue muy bueno porque fue una decisión de todo el Instituto de abrir esa Misión. Pero después, dejó a Corea aislada porque la preocupación grande era el África. Y la gente que vivía allá trabajaban muy bien pero no había una buena comunicación, así que era como no vivir la vida del Instituto. Ahora lo que se está haciendo es que Asia entre a la vida del imc porque debemos pensar que el futuro sea ese continente. Asia no necesita de los misioneros de la Consolata, pero nosotros necesitamos de esa misión

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No es fácil. En Brasil hay vocaciones pero son personas jóvenes que les gusta la Iglesia a la antigua. La mayoría son así. Por eso no encontramos muchas personas dispuestas a la Misión, que requiere otra manera de trabajar. Es interesante también que muchos jóvenes que se acercan a la Iglesia porque creen tener vocación, pero tienen necesidad de protección, seguridad o porque tienen problemas familiares. Por eso

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para continuar y seguir siendo misioneros ad gentes. Así que debe entrar en el pensamiento del instituto. Retomando lo que veníamos hablando: la misión engloba todo, la unidad en la diversidad y la visión de Asia como el futuro de la vida del Instituto. Sueño que de aquí a 10 años casi la mitad del IMC esté trabajando en Asia, donde está la mayor población del mundo y la menor cantidad de cristianos. Y si el Instituto va al Asia, allá cambiará la manera de ser misionero en esta época. —En Europa y demás regiones donde están, ¿tienen alguna actividad en la crisis de los inmigrantes y refugiados? En Portugal, España, Italia, Polonia y una pequeña presencia en Londres. En todos lados trabajamos con los inmigrantes. En Italia, hace 30 años que acogemos gente que llegaba para trabajar. Cerca de Turín tenemos, junto con Caritas, una casa de refugiados. Y hace un mes, se abrió un espacio con cuatro congregaciones, en Sicilia donde llegan la mayoría de los refugiados. Lo interesante fue que el obispo cuando

llegaron los padres de la Consolata para ayudar, les dijo: “Gracias por venir, pero su presencia será valiosa en el norte de Italia y el norte de Europa, donde no quieren a los inmigrantes. Nosotros ya estamos dispuestos a acogerlos”. —Una reflexión para este Año de la Misericordia. Me viene un proverbio africano: “La ardilla es pequeña pero no es esclava del elefante”. El mundo de hoy, los poderes, la dificultad vocacional, la crisis de la esperanza, todo eso es el elefante. Y nosotros, somos los pequeños, las ardillas. Si uno se mete y se compromete, no es un esclavo de todo eso que puede bloquear o paralizar el trabajo. Es un tiempo muy bueno porque estamos creando el futuro. Gracias a Dios vivimos una época que está terminando y se abre otra que estamos preparando. Somos pequeños pero con la fuerza para actuar. Creo que debería ser el año de la Resurrección. Yo no me hice misionero porque era pecador o tenía problemas, me hice misionero porque me hacía feliz. Creo que lo importante es encontrar el lugar

donde se posiciona cada uno porque desde ahí vivirá su vida. —A los jóvenes que quieran entrar al imc, ¿se les puede hablar de una nueva vida religiosa? Sí. Pienso que sí. Que esta manera de vivir el evangelio, la vida religiosa, la vida misionera, te da una alegría única. No hay que entrar porque se tiene una cruz sino porque tenemos una resurrección. Ese es el sentido de la vida. El problema es que todos somos profetas de la desventura, distribuidores de tristeza, y necesitamos compartir la alegría de lo que somos. En esta nueva forma de vida religiosa, es una nueva forma de realizarse.

¿Te gustaría ser misionero de la Consolata? ¡Contáctanos! amv@consolata.org.ar www.consolata.org.ar

Misioneros de la Consolata en Argentina Casa Regional José Bonifacio 1774, [1406] Ciudad de Buenos Aires Tel: (011) 4632-3940

Noviciado Latinoamericano Juan XXIII 2460, [B1683DEP] Martín Coronado (Bs. As.) Tel: (011) 4842-1820

Seminario Filosófico Julián Martel 1550, [B1663GHL] San Miguel (Buenos Aires) Tel: (011) 4455-0863

Animación Misionera Voc. amv@consolata.org.ar www.sal.consolata.org.ar

Pquia. Nuestra Señora de la Misericordia Sucre 2675 • El Plumerillo, [M5539CZB] • Las Heras (Mendoza) Tel: (0261) 448-9773

Pquia. Ntra. Sra. de Pompeya Bilbao y Fraga 581 Villa Pompeya, [B1722OSI] Merlo (Buenos Aires) Tel: (0220) 489-3602

Pquia. San Ramón Nonato P. Pedro y Aráoz, [4560] Tartagal (Salta) Tel: (03873) 424-370 Casa: (03873) 422-540

Hermanas Misioneras de la Consolata Nemesio Álvarez 957, [1744] Moreno (Buenos Aires) Tel: (0237) 462-0560

Pquia. de la Medalla Milagrosa Laicos Misioneros de la Av. Fuerza Aérea 1527, Consolata

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Colegio Nuestra Señora de la Consolata Gomensoro y 3 de Febrero, [5519] • Guaymallén (Mendoza) Tel: (0261) 4452-282

Instituto Pablo VI Libertad 2869, [2400] San Francisco (Córdoba) Tel: (0356) 4431-416


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