La comunicación que necesitamos, el país que queremos (Parte 3)

Page 283

“Ni de aquí, ni de allá”

El cruce de la frontera: “Lo que se deja, lo que te espera” Empezamos a dejar atrás las pequeñas casas que se encuentran cerca de la frontera, ubicadas en colonias humildes a orillas del caudaloso Río Bravo. Se puede percibir un letrero que nos da la bienvenida a un lugar totalmente diferente del que provenimos: “Welcome to Laredo”. El autobús se detiene por completo. Con pasaporte y visa en mano, comenzamos a descender de la unidad donde nos espera un oficial de migración al cual debemos entregar nuestros papeles. Después de checarlos escuetamente paso a recoger mi equipaje. Otro oficial toma mi visa para revisarla ahora en una computadora. Termina en poco tiempo y me indica señala la máquina de rayos X donde debo colocar las maletas. La revisión es rápida y sencilla (extrañamente, la máquina no detectó la botella de rompope que llevaba en una de las maletas donde también había dos paquetes, uno de enchiladas potosinas y otro de carne seca, pequeños regalos que se llevan para “los de allá”). Ahora debo tramitar el permiso para ir más allá de 25 millas (40.23 Km) de la frontera. La mayoría de los pasajeros ya cuenta con él, sólo unos cuantos debemos hacer fila para entrar a la oficina de migración, fila que se vislumbra muy larga. El calor comienza a ser sofocante. Son alrededor de las 11:30 de la mañana y la temperatura en Laredo debe oscilar entre los 30 y 35 grados, o al menos así se siente. Unas dos horas y media después es mi turno para entrar a la oficina de migración. Inmediatamente el oficial me pide mi pasaporte y visa, los revisa con mayor detenimiento, contrario XV ENCUENTRO NACIONAL CONEICC

a los otros oficiales. Me pregunta en español cuál es mi destino y me pide la dirección en la que me hospedaré, yo le doy un papelito donde tengo anotados esos datos. Sin más preguntas y sin solicitar más documentos, me pide coloque mis huellas digitales en un scanner y luego me toma una fotografía. Finalmente me da el permiso y me pide que pase a pagarlo. El trámite en la frontera ha terminado. Los letreros señalan la dirección para continuar el viaje. El camino aún es largo, unas 6 horas tal vez para llegar al destino final. Me encuentro en un paisaje diferente pero con ciertas familiaridades, estoy entre el español y el inglés, entre los tacos y las hamburguesas, entre los mexicanos y los “gringos”, entre México y Estados Unidos. Pero, conforme llegamos a las 25 millas de camino y pasamos la revisión de la garita, esas familiaridades comienzan a difuminarse. Poco a poco, se va quedando atrás aquello que dejé antes de la cruzar la frontera para dar paso a lo que me espera: el choque entre el nosotros y la otredad, entre lo propio y lo que no te pertenece. Es entrar al mundo del otro, a un contexto diferente y extraño del que se viene pero que poco a poco se hace propio. Las luces del downtown me dan la bienvenida a una gran ciudad. Finalmente arribamos a la terminal de autobuses donde ya me están esperando. Este trabajo es un estudio etnográfico sobre las condiciones de vida de una potosina radicada en Houston Texas. Durante mi estancia de 5 días en agosto de 2010, tuve la oportunidad de conocer detalladamente la realidad que vive una migrante mexicana. A la par de la observación etnográfica 982


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.