Poema - Escriturías sobre el muelle Por David Rengel Estudiante de Comunicación Social y Literatura Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
A lo lejos las gaviotas juegan sobre una pequeĂąa canoa abandonada,
mordisqueando con cruel inocencia los ojos del cadĂĄver del pescador.
En la distancia, detrás de las blancas gaviotas, el océano descarga su odio iracundo sobre los acantilados, que muerde una y otra vez en incesantes envestidas: y yo… ¡cómo quisiera ser esas rocas, cómo quisiera contemplar desde el cielo los fragmentos de este cuerpo endeble, de esta cárcel de carne, de esta infausta prisión!
Pero no, no batirán los cuervos sobre mí sus alas redentoras, ni se apagará el fuego que corre por mis venas ante tempestad alguna…
No verá mi corazón nunca más una mañana.
No escuchará esta alma fragmentada sino el discurso de su propio índice incriminatorio, gravemente, férreamente, la calma decapitándole desde su sombra transformada.