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Conoces a...? María Pagnon de la Vega

¿Conoces a...?

MaRía Pagnon De la vega

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María Pagnon de la Vega, alumna de San José del Parque hasta el año 2012, es Graduada en Biología Sanitaria en la Universidad de Alcalá de Henares. PhD en Biomedicina en la Universidad de Uppsala, Suecia.

El 03 de septiembre, el periódico digital de ABC Salud se hacía eco del estudio publicado en la revista “Science Translational Medicine”, en el que dabas a conocer una nueva mutación genética relacionada con la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano. Frente a la afirmación de que las mujeres siguen encontrando obstáculos para desenvolverse en el campo de la ciencia, nos gustaría que compartieras con nosotros tu experiencia en él.

Esto es una cuestión muy importante. Creo que las mujeres hemos tenido pocas referencias femeninas en muchos ámbitos de la sociedad y uno de ellos es la ciencia. En los Premios Nobel en Física, Química y Fisiología o Medicina, de los 624 premios otorgados, solo 22 mujeres han sido premiadas (23 premios en total, ya que Marie Curie es la única mujer que tiene dos premios Nobel, uno en física y otro en química). La gente, cuando se imagina a un científico, piensa en Albert Einstein, un señor blanco y mayor. Esto está cambiando poco a poco, aunque quizá no lo suficiente, y ahora tenemos alguna otra referencia en España como Margarita Salas o María Blasco. Sin embargo, la gran mayoría de la población no tiene ni idea de quiénes son estas personas. Quizá esto también tiene que ver con la cultura científica y el poco interés en la ciencia por parte de las instituciones que hay en nuestro país, pero eso es otro tema. Las mujeres tenemos que ser perfectas para poder llegar a donde llegan los hombres, en cambio, ellos se pueden permitir tener algún fallo para llegar arriba. Yo, personalmente, no he recibido en Suecia un trato diferente por ser mujer de mi generación durante mi doctorado, ya os contaré qué tal me va en el sector de la industria, y la verdad es que sí que veo grandes investigadoras de entre 40-50 años con buenos puestos en el sector. Por el contrario, si miras las generaciones anteriores sí que se puede apreciar más la brecha de género. Por ejemplo, para el comité de evaluación de mi tesis, nos costó encontrar a mujeres expertas en mi campo que cumplieran los requisitos.

¿Qué fue lo que te animó a investigar?

A mí, desde Primaria, ya me gustaba Conocimiento del Medio. Luego, con María José Salmerón en Ciencias Naturales y, más adelante, con Mercedes en Química, empezamos a ir al laboratorio. En la ESO pensaba que quería estudiar farmacia, pero la verdad es que cuando hice selectividad, mi idea era hacer medicina y desafortunadamente (o no), me quedé a apenas unas centésimas. Por eso empecé Biología Sanitaria, con la idea

de cambiarme a Medicina, pero al final hice buenos amigos, me gustó la carrera y me quedé.

¿Qué consejos darías a nuestras alumnas que ahora, quizá, se están planteando orientar sus estudios a la investigación?

Primero, que busquen referentes que les puedan motivar, que cada vez hay más. También les diría que es un campo precioso con el que aportas mucho a la sociedad, aunque no haga mucho ruido porque la ciencia es lenta. A veces es realmente frustrante porque dedicas mucho tiempo a cosas que luego no funcionan, pero es muy enriquecedor tener libertad y aprender a resolver problemas, improvisar y experimentar. A parte, les diría que estén abiertas a nuevas experiencias y a viajar, lo cual en ciencia es casi imprescindible, y enriquece mucho tus aptitudes profesionales y personales. Por último, les diría que no tengan prisa por saber lo que les gusta, que tienen muchos años para equivocarse y cambiar de opinión, y no pasa nada.

¿Cuál fue la razón por la que decidiste centrar tu investigación en el Alzheimer?

Me interesaba mucho la neurociencia en general, siempre me ha causado curiosidad el cerebro. Dentro de la neurociencia, el campo de las enfermedades neurodegenerativas es muy amplio y atractivo, y en concreto el Alzheimer es la causa más común de demencia. También es un aliciente el hecho de que todavía haya muchos interrogantes sobre el desarrollo de la enfermedad y no haya cura. A parte, mi abuelo tuvo Alzheimer (como muchos otros abuelos, y no tan abuelos), lo cual fue un incentivo extra.

En el artículo del ABC se afirma “La enfermedad de Alzheimer, ya sea esporádica o genética, no tiene cura”. A pesar de ello, ¿existen actividades, juegos, tareas… que hagan que ejercitemos más nuestra memoria y evitemos así dicha enfermedad o que su aparición sea tardía o menos grave?

Si es Alzheimer familiar, es decir, que tienes una mutación en un gen que afecta directamente al desarrollo de la enfermedad (menos del 2% de los casos), suele ser mucho más agresivo y rápido, con lo cual es más complicado. Pero, en general, por supuesto que tu estilo de vida puede afectar. Es lo que llamamos epigenética, que es la relación entre factores ambientales y los genes, es decir, ciertos factores como la alimentación, el ejercicio, medicamentos u otras sustancias químicas, la edad, etc. pueden afectar la expresión de los genes sin cambiar la secuencia de ADN como sucede en el caso de las mutaciones.

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