La Iglesia Restaurada

Page 278

258

Mal vestidos para el clima invernal con que se encontraron, y debilitados por las escasas raciones, los delicados de salud cayeron enfermos, se murieron y fueron sepultados al lado del camino. El temor a que toda la compañía pereciera impedía incluso que se realizaran ceremonias apropiadas para los muertos; sólo envolvían a sus seres queridos en sábanas, y los bajaban a las tumbas que habían cavado con prisa, cubriéndolos con piedras para impedir el acceso a los lobos que rondaban constantemente su camino. La compañía de Martin, que salió aún más tarde que la del capitán Willie, sufrió más dificultades y pérdidas de vidas; en el río Sweetwater, se encontraron con fuertes nevadas, y durante una de esas severas tormentas murieron quince personas en un día. Los misioneros, que regresaban al valle de Lago Salado por el este, se cruzaron con las compañías en el Sweetwater, y al llegar al valle le informaron al presidente Young sobre las condiciones en que se encontraban. Inmediatamente se formaron partidas de rescate que salieron con provisiones y ropa de cama para encontrar a los emigrantes atrasados. Joseph A. Young y Stephen Taylor fueron enviados en una carreta liviana, como mensajeros de avanzada, para informar a las compañías que ya venía ayuda en camino. John Chislett, un miembro de la compañía del capitán Willie, dice de su llegada: "Ningún mensajero de las cortes celestiales nos habría causado mayor gozo que estos dos jóvenes. Después de animarnos con toda su fuerza a que siguiéramos adelante, continuaron su camino sin dilación para comunicar sus buenas nuevas a Edward Martin y la quinta compañía de carros de mano que había salido de Florence unas dos semanas después que nosotros, y de quienes se temía que estuvieran en peores circunstancias. Al desaparecer de nuestra vista, más de uno gritó fervorosamente tras ellos 'Dios los bendiga'" 2 0 .

Los dos jóvenes encontraron a la compañía de Martin acampada en una cañada entre el Platte y el Sweetwater, conocida ahora como la "cañada de Martin". Los alimentos se les habían agotado, y las tumbas recién cavadas le daban al lugar aspecto de cementerio. La compañía había perdido las esperanzas y

LA IGLESIA RESTAURADA

estaban esperando el fin inevitable; cuando llegaron las noticias del auxilio, un nuevo valor los empujó a seguir adelante para encontrarse con las partidas de rescate. Aun con las provisiones de rescate y la ropa, sus dificultades no habían terminado. Tenían que cruzar las montañas, y en ellas había nevadas tempranas; había que cruzar arroyos y el hielo flotante les cortaba las piernas, mientras el agua los helaba hasta los huesos. El 9 de noviembre entró la compañía de Willie en Salt Lake City y pasó todo el mes antes de que llegaran los sobrevivientes de la compañía de Martin. De la primera de cuatrocientas almas, setenta y cinco habían perecido. De la compañía de Martin de quinientas setenta y seis personas, alrededor de ciento cincuenta habían encontrado sus tumbas junto al camino. El carro de mano como método para cruzar las praderas, no había fallado, pero la tragedia de 1856 tuvo como efecto la disminución del número de emigrantes que dependía de tal medio de transporte. Nunca más se permitió que las compañías de carros de mano salieran del punto de abastecimiento tan tarde en la temporada ni bajo tales condiciones; estos carros siguieron en uso por parte de los emigrantes hasta 1860. A principios de 1861, se adoptó la,política en la Iglesia mediante su agencia de emigración, de enviar yuntas al este cada año para encontrarse con los emigrantes que iban rumbo a Utah. Estas yuntas y sus conductores se proveían en forma gratuita por medio de voluntarios, que respondían animosamente al llamado de la Primera Presidencia. Su sacrificio de tiempo y medios para ayudar a sus hermanos en el evangelio a quienes nunca habían visto es una muestra del amor que dominaba todo el movimiento encaminado a construir el reino de Dios.

Lecturas complementarias 1. A Comprehensive History of the Church, por Roberts, Vol. 3 págs. 382-413. (La fundación de las misiones.) Vol. 5, págs. 77-116. ("Estudio de las misiones".) 2. Ibidem, págs. 93-95, nota 6. ("La conexión profética e histórica de Napoleón III con el mormo-


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.