La Iglesia Restaurada

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EL BATALLÓN MORMÓN

Beneficios y efectos del reclutamiento Algunos de los resultados del reclutamiento se sintieron inmediatamente. Brigham Young le había asegurado al capitán Alien que para el primero de julio tendría su batallón. Al siguiente día se indujo a diez jefes indios, que estaban cerca de Council Bluffs, a poner sus huellas como firmas a un tratado garantizando a los mormones el derecho de detenerse en tierras indias, cultivar el suelo y pasar por ellas sin ser molestados1 '. El 16 de julio el capitán Alien concedió su aprobación escrita para que los mormones permanecieran en la tierra de ios Pottawattamie. Se hizo un documento similar, permitiendo a los santos hacer las paradas que fueran necesarias en su camino al oeste. "Para facilitar la emigración de toda la gente a California y por el tiempo que razonablemente se requiriera para tal propósito. "En tales paradas pueden parapetarse con las estacadas o fortificaciones que sean necesarias para su protección y defensa contra los indios. Esto mientras dure la aquiescencia del Presidente de los Estados Unidos" 1 2 .

Estos documentos fueron subsecuentemente aprobados por el Presidente Polk, debido en gran parte a la influencia de Thomas L. Kane, quien había hallado en los mormones a un pueblo agradable y había llegado a ser su amigo fiel. Pronto se realizó otro beneficio. Se permitió a los hombres del batallón vestir su ropa normal en vez de uniformes y se les pagó por adelantado por esta ropa cuando las compañías llegaron a Fort Leavenworth. El pago por adelantado para su ropa, a $3.50 por mes, significaba que cada uno recibiría $42 dólares, o sea $21.000 dólares para todo el batallón. La mayor parte de esto fue enviado a sus familias junto con el salario del primer mes. Los santos también enviaron agentes secretos a Santa Fe por donde pasaría el batallón para traer de vuelta a los campamentos de Israel los salarios que habrían ganado para entonces. En una carta al batallón, Brigham Young decía: "Consideramos que el dinero que habéis recibido como compensación por vuestra ropa, ha sido una manifestación de la buena providencia de nuestro Padre Celestial en este tiempo, que es cuando debemos comprar las provisiones y bienes para el abastecimien-

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to durante el invierno en el campamento" 1 3 .

El pago a los hombres del batallón variaba entre $7.00 dólares mensuales para los soldados rasos hasta $50.00 mensuales para los capitanes. Al final de un año de servicio el equipo llegaría a ser de la propiedad personal de los hombres, cuando los liberaran en California. Las familias que se quedaron atrás La formación del batallón se había hecho de las compañías de avanzada, y esto dejó a quinientas carretas sin conductores. Para llenar estos vacíos el Presidente Young les escribió a los santos acampados en Garden Grove con fecha del 7 de julio: "Los lugares de estos quinientos conductores deben ser reemplazados inmediatamente, y queremos que reunáis a todos los hombres viejos y jóvenes y a todos los demás que sean capaces de entrar al ejército, arrear bueyes, ganado y ovejas, ordeñar vacas, cortar leña, sacar agua, cortar pasto, arrojar y amontonar heno, etc., de la granja y a aquellos que puedan estar trabajando en Misurí y todos los demás que puedan oír su llamamiento y los mandéis a Council Bluffs inmediatamente; de lo contrario, quinientas yuntas se quedarán sin conductor. . . "La petición que os hacemos de que nos enviéis a cada hombre y muchacho (dejando solamente a los necesarios para vigilar los plantíos y los rebaños), la haremos inmediatamente en todas las regiones de Nauvoo y no debéis prestarle oídos sordos" 1 4 .

Brigham Young prometió a los miembros del batallón que dejaron sus familias, que él se encargaría de que se les proveyera lo necesario y que, o seguirían avanzando o serían atendidas en alguno de los sitios de parada1 s. Esta promesa se observó fielmente. Brigham Young más tarde afirmó con orgullo justificado que a las familias de los hombres del batallón les había ido mejor que a otras. El plan, cuando se llamó al batallón, era que los santos pasaran el invierno en Grand Island en el río Platte. Esta isla tenía ochenta y tres kilómetros de largo, con un promedio de 2.8 kilómetros de ancho, y con bastantes árboles. Cerca había grandes praderas cubiertas con pasto que podría cortarse y usarse para forraje. Este plan se cambió más tarde y los santos entraron a Winter Quarters, al otro lado del río en Council Bluffs, cerca de lo que ahora es Omaha, Nebraska. (


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