CUENTO: LA VIDA DE PEDRO

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LA VIDA DE PEDRO. Érase una vez, una pareja pobre que decidieron tener un hijo. Cuando lo tuvieron lo llamaron Pedro. Al cabo de unos meses los padres se dieron cuenta que no podían mantener a su hijo entonces lo abandonaron en su casa que estaba sucia y vieja. Al día siguiente una señora pasó por la casa y escuchó llorar a Pedro; como estaba la puerta abierta decidió entrar y se encontró al niño solo y abandonado. La señora pensó llevárselo a su casa, y eso hizo. Ella estaba soltera y no tenía hijos, aunque ahora ya tenía a Pedro. La mujer se llamaba Luisa y tenía 30 años, vivía en una mansión porque era rica, debido a que sus padres eran marqueses,y al morir le dejaron toda su herencia.


Pedro se crió en la mansión que se situaba en las afueras de un pequeño pueblo, que estaba rodeado de muchos huertos y

bosques. Al cabo de diez años, Luisa le dijo a Pedro que no era su verdadera madre que sus padres lo abandonaron al nacer. También le dijo que después de un tiempo se suicidaron. Pedro reaccionó mal y salió llorando al bosque y se adentró tanto que se perdió. El niño se veía tan solo; que no sabía ni que hacer, ni donde ir. Decidió ir a buscar madera para construir una cabaña en un árbol. Cuando iba de camino se encontró con un perrito que estaba abandonado y perdido como él, se hicieron muy amigos y Pedro decidió quedárselo, llevárselo a su casa del árbol y le puso de nombre Coco. Cuando cogieron la madera, construyeron la cabaña y la adornaron con flores, hojas y cosas que encontró


por allí. Antes del anochecer salieron a buscar algo para comer, más tarde encendieron una hoguera y se quedaron dormidos.

Al día siguiente muy temprano Pedro y Coco fueron a buscar algo para desayunar. En el camino se encontraron con una serpiente. Poder escapar de ese momento era un gran reto para Pedro.

Pensó

en

varias

estrategias

para

reaccionar

adecuadamente, y lo que mejor le parecía fue coger un cuchillo que siempre llevaba a cuestas, que había construido con sus propias


manos,y como él tenía buena puntería decidió tirárselo a la serpiente y matarla. Con muy buena suerte lo consiguió. Al atardecer que ya estaban en su casa del árbol, Pedro y Coco escucharon un ruido extraño, salieron para ver lo que era, y resulta que un águila inofensiva que se había chocado contra un alto pino. Pedro decidió coger al ave y meterla en su cabaña. Lo que le pasaba era que se había roto una ala. Pedro lió su ala con una gran hoja y la aguardó varios días hasta que se puso bien y la dejó en libertad. Por otro lado, en el pueblo la señora Luisa al ver que no encontraba a su hijastro Pedro, avisó a a policía y los agentes hicieron todo lo posible para encontrarlo;pusieron carteles, avisaron a todos los habitantes del pueblo por si lo veían, y rastrearon toda la zona, pero no se les ocurrió buscar en el bosque.



En el bosque Pedro y Coco fueron a darse el baño de todas las tardes, a un pequeño lago que había cerca de su cabaña, y de camino se encontraron con restos de huesos. A Pedro como no le daba asco todo eso, los guardó en una bolsa, y siguieron su camino.


Pocos días después unos taladores fueron al bosque a talar unos árboles y cuando estaban cerca de la casa del árbol vieron a


Pedro paseando a Coco, y ellos mismos se dijeron que era el niño desaparecido, pero para no escapar decidieron no decirle nada. Cuando estos señores llegaron al pueblo llamaron a la policía y le dijeron donde estaba el niño. También avisaron a Luisa, y pocos minutos más tarde fueron a buscarlo. Cuando llegaron al bosque se encontraron con Pedro y Coco y los llevaron a la mansión de Luisa, siempre y cuando hubieran cogido todas sus cosas que tenían en su cabaña. Lo primero que hizo Pedro fue saludar a Luisa y enseñarle los restos de huesos a la policía para ver si podían identificar de quien eran, y la policía le dijo que en pocos días le decían la respuesta. Cuando Luisa y Pedro llegaron a su casa el niño Pedro le pregunto a su madrastra que si se podía quedar con Coco, Luisa dijo que desde nunca le habían gustado las mascotas, pero que por hacerle feliz, haría cualquier esfuerzo. Una semana después los policías llegaron a la casa de Pedro con los resultados de los huesos; para Pedro no eran muy buenas noticias pero, el niño quería que se lo dijeran. Los policías se la iban

a decir aunque con mucha pena. Le contaron: Pedro los

huesos que te encontraste en el bosque son de tus padres, parece que se arrepintieron de haberte abandonado. Pedro no reaccionó muy mal, ya que se imaginaba que iba a ser algo parecido por el comentario que habían hecho antes de empezar a contarlo, aunque si se le escapó alguna lágrima que otra. Pero él mismo se decía que no había que pensar en el pasado que en lo que había que pensar es en el presente y en el futuro. Él de todas formas está


muy feliz con su madrastra Luisa y con su perro Coco. Varios años después, Luisa encontró una pareja llamada Andrés, que era un tipo de hombre muy simpático y muy bueno. Los tres hicieron un primer viaje en familia, y en ese viaje fue cuando Andrés y Luisa decidieron casarse. El día de la boda Pedro llevó las arras e iba muy guapo vestido. Días después, a Pedro se le ocurrió un idea,... le dijo a sus padres que quería tener un hermano/a, ellos se lo pensaron y decidieron que era una buena idea, así Pedro tendría con quién jugar, con quién hacer los deberes, … Pedro pensó hasta en los nombres y a él le parecía que si era una chica se llamaría María, y si fuera un chico, Francisco. Cuando ya nació el bebé, resulta que era un niño. A Pedro le venía muy bien por que así podría compartir las mismas cosas de chico, hablar de cosas de niños, … Al cabo de unos 10 años, los dos hermanos ya tenían su confianza como para contarse sus cosas, sus secretos,... Como Pedro ya tenía 20 años, estaba estudiando en la universidad. Quería ser médico porque a él siempre le habían gustado esas cosas. Se casó con una mujer llamada Carina. Y tuvo dos hijos llamados: Antonio y Luis. Llegó a ser el director de un hospital en su pueblo (que con el paso del tiempo se fue extendiendo). Los padres de Pedro, Luisa y Andrés, murieron al ser ya viejos. Pedro y su familia fueron muy felices y comieron perdices.


12

fin

AUTORES: María José Rubio Navarro Francisco Jesús Pérez Berbel Mª Esther Pastor Tapia Yaroslav Sánchez Kushnir


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