Teología Práctica

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persuasiva a la comprensión y atractiva a la voluntad. Y así debe ser hasta el juicio final. Los predicadores deben proceder a su oficio sin ningún resquicio de ambición de riquezas. Ésta es la segunda parte del modo. Los predicadores tienen que enseñarse afables, llenos de amor por los infieles, mansos, tener una vida ejemplar y predicar de tal forma que lo que dicen sea provechoso, al menos, para ellos mismos. Se puede ver la sutileza de Las Casas. Como esto no sucedió, lo que pasa es que en ninguna parte se encuentran vestigios de la caridad evangélica. Por ello, dijo él, tenemos que controlar no solamente nuestros pecados, como también de los daños ajenos cuya causa seamos nosotros mismos. Ahora bien, la alianza entre misión y colonialismo fue fatal a la evangelización. Ésta se quedó tan corrompida que podemos preguntarnos si –de hecho– sucedió. En el caso del Brasil colonial, encontramos un ejemplo del método evangelizador en el trabajo de los jesuitas. Manuel da Nóbrega escribió en 1556/57 el Diálogo da conversão do gentio, considerado el primer texto literario escrito en el país. En éste, expone de una forma viva como se debería evangelizar a los indígenas. El diálogo se pasa entre un cura y un religioso que trabajaba como herrero, haciendo herramientas a los indígenas de la misión. En determinado momento, el cura Gonçalo Alvarez afirma que quizá todo el esfuerzo de los jesuitas haya sido en vano, al menos hasta “que estos gentiles no vengan a ser muy sumisos y que con miedo vengan a tomar la fe”.25 Sujeción y miedo, estos eran los recursos pedagógicos utilizados para conducir a los nativos a la fe. En cuanto a la religión de los Tupies, fue descalificada como idolatría y error. Se cuenta que una prueba de la falta de civilización era la ausencia en la lengua tupi de los fonemas f, l y r. Esto explica porque entre estos pueblos no había fe ni ley ni tampoco rey, idea por lo menos fantasiosa. Asimismo, la postura de los jesuitas era ambigua, porque ellos mismos reconocen la inteligencia, “buenas sutilezas” y “buenas invenciones” que los indígenas eran capaces. Por ello Nóbrega inscribe las siguientes condiciones al éxito de la evangelización: tener menos espíritu (el Espíritu Santo), mucha fe, hablar bien la lengua del pueblo, hacer milagros, tener paciencia, nunca engañar al otro, ejercer caridad. Sin embargo, reconoce como es difícil encontrar quien siga estas reglas.26 ²⁵ Cf. LEITE, Serafim (Ed.). Monumenta Brasiliae II (1553-1558). Roma, 1957. p. 317-345, aquí p. 328. Cf. también mi artículo Perspectivas de diálogo entre fé indígena e fé cristã. Estudos Teológicos, v. 36, n. 1, p. 45-60, 1996. ²⁶ Cf. también MONTOYA, Antônio Ruiz de. Conquista espiritual feita pelos religiosos da Companhia de Jesus nas Províncias do Paraguai, Paraná, Uruguai e Tape. Trad. Arnaldo Bruxel e Arthur Rabuske. Porto Alegre: Martins Livreiro, 1985.

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