::::REVISTA PLUMA ::::
ABRIL 2012
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POLITICA • SOCIEDAD • CULTURAL
Es innegablemente necesario sacar toda la carne al asador, pensar con cordura, para buscar reestructurar las bases del partido con personas que estén dispuestas a tatuarse el logo en la frente y en la mano derecha. Todo con el fin de entrar el pugilato electoral actual con nuevos bríos. Con fuerza. Y para eso no está hecho Julián Nazar, un facineroso de la política cuya ambición no conoce límites y que está consumado como un peligro para el PRI.
partido, Nazar profirió que se merecía ser el dirigente del PRI estatal por sus aportaciones al partido, pero ¿cuáles eran las aportaciones de las que tanto hablaba? Mas lo peor fue su amenaza, que de no lograr sus perversos sueños quemaría las instalaciones del partido que lo parió y lo ha amamantado siempre. Por fortuna esto no se cumplió. Pero qué podemos decir de bueno en su vida púbica si ha sido esa: vivir de la rapiña, como los buitres viven de la carroña. Es ese proceder que lo ha hecho dueño de tres ranchos, de suntuosas residencias y de varias camionetas de lujo. No es difícil dilucidar cuál es el objetivo principal de este barbaján que ostenta el cargo de coordinador estatal de campaña de Enrique Peña Nieto sino el de arrimar ascuas a su sardina.
JULIÁN NAZAR Motejado como “El Talibán”, apelativo que le ha quedado como anillo al dedo por su nefasto comportamiento, su perversa actividad política y por su trato montaraz y agreste, el nombre de Julián Nazar es sinónimo de tropelía y corrupción. El andar político de este sujeto ha sido como el de un tapir en un lecho de rosas. No se merece ningún tipo de cargo político, ni siquiera institucional, pero es y ha sido diputado federal no por merecimientos, porque no los tiene, ya lo dijimos, sino a base de siniestras confabulaciones. Primero un ranchero ramplón; después líder a ultranza de los campesinos y del agro chiapaneco; hoy diputado federal y dueño de una fortuna que insulta la inteligencia hasta del menos versado, esa es la metamorfosis que el priista Julián Nazar Morales obtuvo gracias a su ominosa
carrera política en unos cuantos años.
cantidades exorbitantes en sus bolsillos.
Nazar Morales sigue impune después de embolsarse los recursos de la Alianza para el Campo y hoy está cobijado por el fuero de la diputación federal y está al amparo de las siglas de la CNC, donde continúa cometiendo los más atroces fraudes a los campesinos, ya que de los 400 millones de pesos que recibe de los gobiernos federal y estatal para los programas oficiales de apoyo al campo, tan sólo migajas hace llegar a las manos de los beneficiarios quedándose él con
Este personaje nada simpático está tan rodeado de aliados sátrapas como de intrigas y de impudicia. Es un tipo rústico en su modo de hablar (corriente y vulgar le queda corto), viejo y trampero, que resuelve sus problemas a golpes, actitud digna de la especie zoológica, ridículo en su forma de vestir, qué diremos de su manera de pensar -si es que este hombre fue dotado de esta facultad humana. En el pretérito reciente, en plena pugna por la silla estatal del
Lerdo, truhán, necio, soberbio, ladrón, son unos cuantos de los muchos adjetivos que lo identifican como uno de los peores personajes que ha concebido el PRI en sus entrañas que antepone sus intereses antes que los de su propio partido y que insta al desgobierno. ¿Esa es la clase de priístas que Enrique Peña Nieto ha llamado a esta épica batalla electoral? Puede decirse entonces que, al menos en Chiapas con Julián Nazar Morales al frente de las cuadrillas tricolores, Peña Nieto está durmiendo con el enemigo.
REVISTA PLUMA • FEBRERO DE 2011
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