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¡AMPRE nos dio la bienvenida con música!

Por: Norma Matuk / Fotografía: Yunuén Vázquez

El pasado ocho de noviembre las integrantes del Voluntariado de la Fundación Centro Libanés, liderado por Ceci Chamlati, visitamos a nuestra querida AMPRE, organización que nos llenó de grandes sorpresas pues el esfuerzo que se hace en equipo se ve reflejado.

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AMPRE fue fundada por un grupo de mamás en 1960, como la primera escuela de educación especial en Mexico, para darle igualdad de oportunidades a sus hijos. Su misión sigue creciendo y enriqueciéndose 62 años después. Hoy en día funciona como colegio y residencia.

Ahí brindan atención a niños, adolescentes y adultos de bajos recursos con discapacidad intelectual (como síndrome de Down, asperger, parálisis cerebral y autismo) a través de terapias, actividades recreativas y clases especiales buscando siempre la inclusión y el amor al prójimo, reconociendo los talentos y desarrollando habilidades que favorezcan a la integración a la comunidad y a la sociedad.

Desde hace varios años visitamos y ayudamos a personas vulnerables o en situaciones desfavorables y AMPRE es un ejemplo de lo que se puede lograr si se apoya a organizaciones que trabajan en equipo.

Al entrar a este lugar te llenas de emoción y alegría en un instante. Nos recibieron con una orquesta en la que cada uno toca un instrumento, sin importar su condición, pero lo que realmente lo hizo especial fue ver el gran entusiasmo y esfuerzo que pusieron, así como los abrazos que con mucho cariño nos dieron. Realmente fue un momento que nos llenó el corazón, porque también somos parte de su proyecto.

Posteriormente, entregamos el donativo y los mismos integrantes tomaron esa oportunidad para expresar lo contentos que sentían por la donación y porque compartimos con ellos unos momentos de risas, música y felicidad.

Por su parte, la directora expresó su agradecimiento y mencionó cómo el apoyo de personas desinteresadas y altruistas, como las integrantes del Voluntariado de Centro Libanés, hacen posible ofrecer la calidad y vida digna que merecen sus alumnos y residentes.

Tomamos muchas fotos compartiendo con ellos, en las que se percibe la gratitud, esperanza, el amor y positivismo ante la vida diaria. Agradecemos a todas las voluntarias y amigas por su gran apoyo que hizo posible entregar una misión más.