Biocompartiendo Nro. 53-2020

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¡ Quédate en casa ¡

Editor: Fernando Alvarado de la Fuente E-mail: bioferdi@hotmail.com Blog: http://fernandoalvaradodelafuente.blogia.com/ FaceBook: Fernando Alvarado BioFerdi WEB: www.ideas.org.pe Facebook: http://www.facebook.com/centroideas.peru


NOTICIAS Y EVENTOS DE LA SEMANA

Red de BioMercados del Perú / SILVIA WÚ GUIN LEIA revista de Agroecología. VOLÚMEN 36, NÚMERO 3 Detallado recuento de una de las experiencias más sostenidas de vinculación de productores con consumidores urbanos en el Perú, con más de dos décadas de trabajo, de su adaptación al contexto de aislamiento y de sus perspectivas postpandemia. Una breve historia Hace casi 21 años se gestó la primera bioferia de atención sabatina permanente en el Perú. Con el nacimiento de la BioFeria de Miraflores, un sábado 4 de diciembre de 1999, fue posible reunir los elementos básicos y luego sistematizarlos para su réplica en otros distritos limeños y en otras regiones del país. Al igual que todo lo nuevo e inédito, nos desbordaba la emoción de demostrar que un emprendimiento era posible, aunque anticipábamos que el camino había que trazarlo al andar. Nada se había escrito sobre ello aún. La BioFeria de Miraflores nació en aquel momento con una veintena de bioproductores y con una variedad de oferta conjunta que difícilmente superaba el centenar de productos (si bien la mayoría con certificación ecológica). ¡Cuánto nos faltaba para una variedad diversa! Esa que nos permitiera decir con orgullo “mi menú lo preparé con ingredientes 100% ecológicos”. Algo que sí brillaba, tanto como nuestro toldo nuevecito, fue la presencia mayoritaria de mujeres liderando y administrando los puestos de la BioFeria. Cómo se logró la autorización para instalar una bioferia, a la que prejuiciosamente se comparaba con un mercado cualquiera de ambulantes, es otra historia. Resaltamos la visión de una Subgerente de Desarrollo Social quien, con su voluntad política y su vocación hacia el bienestar de sus ciudadanos, nos permitió la instalación de la BioFeria con su toldo temporal, abarcando un tercio de una vereda ancha al costado de un hermoso parque enrejado. Van a transcurrir 21 años de esa inauguración y muchas bioferias y ecoferias se autorizaron (no todas permanecieron) en diferentes distritos de Lima y en las regiones del país. Todas, iniciativas inspiradas por el mismo deseo que alentó a la BioFeria de Miraflores: brindar una alimentación saludable. La mayoría de estas ferias son organizadas y gestionadas de manera autónoma por diferentes promotores. Paralelamente al éxito del esfuerzo dirigido a una alimentación saludable con productos ecológicos, fue inevitable provocar la “inspiración mañosa” de algunos empresarios quienes abrieron sus markets “eco” sin exigir los requisitos a consciencia. Había que marcar distancia con estos emprendimientos mercantilistas irresponsables. Fue así que las reuniones conjuntas con los comités de gestión de cada bioferia y ecoferia sirvieron para generar una plataforma que perfilara los requisitos y las características de los emprendimientos con oferta ecológica garantizada. La nombramos Red de BioMercados del Perú. La Red de BioMercados del Perú La Red de BioMercados del Perú es un grupo abierto que acoge a toda aquella experiencia o emprendimiento con oferta ecológica garantizada y con deseo de participar y comprometerse con la


siguiente visión: Consumidores disfrutando de productos garantizados y saludables permanentemente. Productores logrando seguridad y soberanía alimentaria con ingresos justos. Municipios respetando, valorando y sumándose al esfuerzo de promover el funcionamiento de ferias ecológicas u otros emprendimientos de oferta ecológica como parte de su política de salud pública en favor de su comunidad. Experiencias y aprendizajes compartidos fraternalmente y apoyo mutuo solidario para encarar dificultades y limitaciones comunes. El ánimo es el de fomentar el bienestar de la colectividad con negocios sostenibles y respetuosos de la salud de las personas y del planeta, y con consumidores que valoran el esfuerzo de los productores. En esta perspectiva, es grato recordar la visita de un grupo yogui que ponderó nuestro esfuerzo de forjar comunidades ecológicas en la frase “las aves del mismo plumaje debemos volar juntas”. La Red de BioMercados del Perú reúne bioferias y un marketplace con reparto a domicilio. Hasta antes del confinamiento obligatorio (mediados de marzo de 2020), las bioferias atendían regularmente los fines de semana. A partir de julio cada bioferia ha debido adaptarse a las condiciones particulares que su caso exige (tabla 1). El marketplace BioPoint (www.biopoint.pe) supone una oportunidad adicional de comercialización para los productores quienes, con inscribirse en la web y aceptar las condiciones (como comprometerse a realizar el reparto y contribuir con un porcentaje mínimo para la sostenibilidad del sistema) reciben pedidos en línea todos los días de la semana. Atributos de los productos ofrecidos en las bioferias En un contexto de fríos intercambios comerciales, donde el producto es simplemente un medio para saciar necesidades, intentamos generar una diferencia con la promoción de productos ecológicos de obtención local. La diferencia se sintetiza en seis atributos que, por coincidencia, todos comienzan con “s”: Sanos, porque aportan los nutrientes completos que respaldan una vida con salud, energía y vitalidad. Seguros, porque son inocuos al estar libres de sustancias perjudiciales para la salud. Sabrosos, porque su desarrollo natural (sin haber sido forzado por sustancias artificiales) les asegura sabrosura y aroma auténticos. Solidarios, porque las relaciones entre las personas y con la naturaleza propiciadas por los emprendimientos promueven armonía, respeto, tolerancia, inclusión. Soberanos, porque fomentan la vigencia, la valoración y el uso de los productos de nuestra agrobiodiversidad. Sustentables, porque su producción hace un uso racional de los recursos naturales, gestionándolos para mantener su aprovechamiento por las generaciones futuras. La oferta ecológica en las bioferias Llegar al punto actual nos tomó poco más de una década y de aquellos inicios de escasísima oferta, de menos de 100 tipos de productos, a la actualidad con más de mil tipos de productos, ya podemos asegurar con alegría “mi menú lo preparo íntegramente con productos 100% ecológicos”. ¿Qué se ofrece en las bioferias actualmente? Productos vegetales: hortalizas en general, frutas, hierbas, libres de fertilizantes químico-sintéticos, plaguicidas, herbicidas.


Productos de crianza: huevos, carnes, lácteos, miel, que respetan la etología de los animales, brindándoles un área para desplazarse libremente, prohibiendo la crianza en jaulas o espacios reducidos, alimentándoles con granos y pastos de la agricultura ecológica. Toda mutilación está prohibida, tanto como el uso de antibióticos, hormonas de crecimiento o alimentos con transgénicos. Los productos como los derivados lácteos o las carnes tienen asegurada la cadena de frío. El 100% de productos frescos (vegetales y de crianza) cuentan con certificado de garantía de provenir de un cultivo o crianza ecológica; el certificado es emitido por entidades independientes de reconocimiento internacional así como por el Sistema de Garantía Participativo de reconocimiento nacional. Productos procesados: aceites de primera prensa en frío, cereales, derivados de la oliva, derivados de granos andinos, frutas deshidratadas, harinas integrales y menestras, panificados, refrescos, sucedáneos al azúcar refinada, tentempiés, elaboraciones de consumo al paso y un larguísimo etcétera, están preparados con ingredientes de la agricultura ecológica, quedando estrictamente prohibidos los aditivos (saborizantes, conservantes, colorantes o mejoradores del sabor) y los insumos refinados (azúcar blanca y rubia, sal refinada, harinas blancas fortalecidas de manera artificial, aceite refinado, margarinas). Los productos procesados también cuentan con certificación ecológica y todos tienen registro sanitario y etiquetado según la norma del Codex Alimentarius. Productos no alimentarios: cuidado personal, prendas de algodón ecológico, limpieza del hogar. Solo se aceptan los productos biodegradables y con aceites esenciales 100% naturales, libres de derivados del petróleo, preservantes de tipo parabenos y otras sustancias dañinas como los lauril sulfatos presentes en lavavajillas, jabones de mano, champús. La gestión de las bioferias por los participantes en la Red de BioMercados del Perú En resumen, la gestión de las bioferias está marcada por las siguientes condiciones y características: Las y los bioferiantes • Son productores ecológicos, mujeres y varones, de diversidad etaria. • Son pequeños productores. • Cuentan con carné de salud. • Se presentan con mandil y toca cubrecabello. • Emiten boletas de venta. El mercadeo • Se alienta una relación de confianza entre productor y consumidor. • Se fomenta la información transparente de los productos (etiquetado según normas, con fecha de producción, fecha de caducidad, ingredientes). • Se asegura la estabilidad de participación de bioferiantes y la regularidad de la oferta. • Se promueve que los consumidores lleven canastas, cochecitos de compra y bolsas de tela. • Se despacha principalmente en bolsas de papel que llevan impreso el logo de la Red de BioMercados del Perú y el listado de las bioferias integrantes, sus horarios y direcciones. • Se prohíbe la entrega irracional de bolsas plásticas y la entrega de sorbetes, así como las bandejas de poliestireno expandido (tecnopor). • Los precios son estables y justos para los productores y los consumidores. A raíz de la pandemia es obligatorio cumplir con normas adicionales de sanidad: • Ingreso al recinto ferial por turnos para el control del uso de mascarilla, para la toma de temperatura, para la aplicación de alcohol en gel en las manos y para la desinfección del calzado en el pediluvio. • Control de la distancia social de un mínimo de 1,5 m entre las personas. • Recomendaciones al consumidor para que evite manipular los productos y para que los solicite previamente por teléfono y solo los recoja en la bioferia. • Análisis cada 15 días para confirmar si las y los feriantes se mantienen sanos. El equipo promotor • Constituido por personas con más de 10 años de experiencia. • Acompaña permanente a productores y a todo el evento.


• Convoca a reuniones de feriantes para conocer posibles desacuerdos o dificultades, hallar soluciones conjuntas, intercambiar opiniones y acordar mejoras en el servicio. • Basa su gestión en un reglamento interno. • Es interlocutor con la municipalidad. • Asegura y articula la diversidad, complementariedad y coherencia de la experiencia. • Se encarga de la promoción en medios de comunicación y en redes sociales. • Busca la sostenibilidad de la bioferia. • Organiza talleres, charlas y minicursos en diversos temas dirigidos a consumidores. • Atiende inmediatamente sugerencias, inquietudes, pedidos y reclamos de consumidores. • Recurre a promotores de otras bioferias en caso de requerir apoyo o para resolver inquietudes. La comunicación fluida seguirá siendo el desafío para informarnos de contratiempos y resolverlos antes de convertirse en impases. Por fortuna, vivimos una era de mensajes instantáneos y de redes sociales que demuestran efectividad en este momento de pandemia. Los grupos WhatsApp y Facebook se aprovechan para agilizar las comunicaciones entre los involucrados (promotores, bioferiantes, consumidores) de ida y de vuelta. Los comunicados de cierre temporal y de reapertura se difundieron por las páginas de Facebook de cada bioferia. Los pedidos para delivery se reciben gracias al WhatsApp y al correo electrónico. Bajo el contexto de pandemia La pandemia mundial ha significado un freno en seco para millones de planes y de sueños. Simultáneamente a la inmovilidad de las personas y al desenvolvimiento parcial de las actividades, se desarrollan iniciativas nuevas. Históricamente se demuestra el poder de las crisis para alentar emprendimientos. Así, la mayoría de los feriantes de la Red de BioMercados siguió y sigue atendiendo a sus clientes mediante el reparto a domicilio, destacando aquellos con producción en campo. El ritmo de abastecimiento-consumo ecológico, lejos de paralizarse, ha continuado decidida y valientemente, siguiendo rigurosamente las pautas de bioseguridad advertidas por las autoridades sanitarias, como el uso de indumentaria protectora consistente en mascarilla, protector facial y mameluco confeccionado en tela ligera impermeable, así como el tener a mano alcohol para la desinfección constante de manos y de superficies. Sin duda, los desafíos rebasaron las capacidades de los productores al inicio del confinamiento: • Teléfonos desbordados de pedidos. • Rutas de entrega ineficientes. • Clientes enojados rechazando recibir el pedido en las puertas de sus casas por retraso en la entrega. • Normas de tránsito (de personas y de vehículos) ambiguas, que provocaron retenciones de documentos personales, confiscación de vehículos y multas de miles de soles. • Dificultad para encontrar materiales básicos de seguridad, desde mascarillas hasta alcohol en gel. Afortunadamente, productores superaron con temple el reto y a las pocas semanas sumaron la rutina del reparto a domicilio a su quehacer cotidiano de producción. A partir de julio, varios se reincorporaron a ferias integrantes de la Red y a otras ferias promovidas por las municipalidades con apoyo del Estado. La perspectiva (con o sin pandemia) Tras casi 21 años de la primera bioferia, quedamos convencidos de la existencia de una demanda real por productos ecológicos garantizados y de una “bioferta” con capacidad de abastecer los requerimientos, ambos en continuo crecimiento. Aunque exista demanda insatisfecha, también es cierto que cada día surgen más iniciativas con entusiasmo para cubrirla. Menestras, granos y aceites virgen extra en la Feria Ecológica de Barranco. Paloma Duarte Soldevilla, octubre de 2020 Por el lado de quienes promovemos el mercado ecológico de proximidad, seguimos investigando la conducta del consumidor bajo este contexto. Nos interesa lograr un sistema seguro y eficiente, tanto


para productores como para consumidores. ¿Qué hace falta en nuestra visión? Necesitamos emprendimientos de distintos tipos, sean biotiendas, bioferias, deliveries, marketplaces. Todo es válido y recomendable, y su coexistencia y atención simultánea es deseable para asegurar un abastecimiento todos los días de la semana, a lo largo del tiempo –y sobre todo– lo más próximo a las personas que lo requieren. Lo óptimo es que los consumidores se desplacen lo menos posible para tener acceso a productos ecológicos garantizados. Y ante la necesidad de cuidar el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones, se requiere más que nunca la descentralización de las iniciativas y, mejor, su multiplicación. De otro lado, entendamos la vulnerabilidad de las bioferias por estar supeditadas cada cuatro años a la voluntad política de las municipalidades; incluso, se debería superar la organización de bioferias conmemorativas y más, las itinerantes que, a nuestro entender, solo inculcan la idea de que los productos ecológicos se deben consumir “una vez al año”. En su lugar, invirtamos en el esfuerzo (y el apoyo municipal, si lo hubiera) por crear iniciativas duraderas en el tiempo e independientes de la voluntad de terceros. Todas y todos mereceremos y necesitamos una bioproducción estable, permanente y lo más próxima posible. Un aspecto clave es mantener el optimismo y fomentarlo. Evitar caer en el derrotismo o en esa zona de confort que nos laxa y nos relaja la inventiva, la creatividad, la innovación. En la década de 1980, cuando las prácticas agroecológicas empezaban a mencionarse en las aulas de la Universidad Nacional Agraria La Molina, con frecuencia escuchábamos comentarios burlones del tipo “son propuestas para agrónomos de macetas” porque para esos estudiantes era inimaginable cultivar sin agroquímicos. Hoy en día, los puestos de productos frescos de las bioferias son el mejor testimonio de que sí es posible cultivar sin usar agroquímicos para saciar una gran demanda. Sucede algo parecido con los productos procesados: para un sector de productores, es impensable una transformación libre de aditivos (desconocen que los antiguos peruanos procesaban para alargar la vida útil de los productos y conseguían mejorar su cualidad nutritiva, como con la chicha y el tocosh, preparado a partir de papa fermentada). Cada semana, las ferias ecológicas demuestran la enorme cantidad de productos procesados de calidad, libres de aditivos dañinos, que es posible desarrollar. Siguiendo una lógica pesimista, para un grupo de promotores resulta inviable la supervivencia de iniciativas con una oferta 100% ecológica. Por tanto, presentan la oferta ecológica “pero complementada” con otra convencional y lo justifican porque anticipan que es el único camino para franquear el punto de equilibrio. A nuestro entender, sí es posible la sostenibilidad de iniciativas con un 100% de oferta ecológica garantizada y ello dependerá del tipo de gestión a desplegar. Somos optimistas cuando imaginamos sociedades con cultura agroecológica. Hace 21 años iniciamos el proceso y estamos convencidos de estar bien encaminados. Silvia Wú Guin Coordinadora de la Red de BioMercados del Perú silviawuguin@hotmail.com Fuente: http://leisa-al.org/web/index.php/volumen-36-numero-3/4294-red-de-biomercados-del-peru

NUESTROS DESENCHUFADOS / Gustavo Rodríguez Jugo de caigua, tu dosis de reflexión, noviembre 21, 2020 ¿Por qué los simpatizantes de la vacancia no pueden ver sus enormes consecuencias? La primera vez que sentí un puñete por estar desconectado de las mayorías de mi país tenía 21 años. Hasta entonces había pasado gran parte de mi vida en el redil mesocrático de una provincia, y no me


costó adaptarme a su versión en Lima. Yo creí que Vargas Llosa iba a ganar casi en primera vuelta ese 8 de abril de 1990. Y lo creí, a pesar de que ya circulaban señales de que un japonesito que se paseaba en tractor había encontrado un turbo en las zonas marginadas. La segunda vuelta fue la confirmación del impresionante fenómeno Fujimori y, cabizbajo al día siguiente en mi oficina, incrédulo de que un desconocido hubiera triturado a un autor cuyos libros me habitaban, no me pareció risible enterarme de que la noche anterior un grupo de señoras de alcurnia hubiera acudido a las afueras de su casa para hacer una vigilia lacrimosa. Yo, de alguna forma, era como ellas: la viuda de un sueño guillotinado. Quizá desde entonces empecé a ponerle atención a las opiniones que recogían los taxistas, a hacer preguntas tímidas en vez de pontificar mis verdades, a leer las portadas de diarios antagonistas. Sería un soberbio imbécil si creyera tener una lectura panorámica de la realidad —ese Aleph borgiano sencillamente no existe—, pero creo que puedo darme cuenta si alguien está haciendo el ridículo debido a su cerramiento. En estas semanas de crisis política han abundado estos casos. Por ejemplo, el sábado 14 de noviembre El Comercio publicó un artículo de Fernando Rospigliosi titulado ‘Un gobierno razonable’, donde el autor opinaba que el flamante gabinete de Manuel Merino, liderado por Ántero Flores-Aráoz, le sería más útil al Perú que el anterior de Martín Vizcarra. Ese mismísimo día el Perú tuvo la manifestación más grande de su historia y, al día siguiente, Merino tuvo que dejar la presidencia. Tal artículo, como lo señaló con sorna Diego Salazar, didn´t age well. El mismo domingo que Merino renunció a la presidencia usurpada, el programa de televisión Rey con Barba entrevistó a Flores-Aráoz, el primer ministro recién expulsado por las masas, y los conductores le dijeron que algún día el país reconocería la injusticia cometida con él. Notemos que dicho programa es conducido por dos varones camino a septuagenarios que siempre han vivido rodeados de poder. Y recién, el último jueves, cuatro magistrados del Tribunal Constitucional decidieron abstenerse de interpretar el célebre artículo de la incapacidad moral que hizo vacar a un Presidente, como si la última semana de furia en las calles no hubiera ocurrido: una bomba de tiempo que la mayoría del país quería ver con instrucciones seguras de uso. Quizá convenga confesar que estas manifestaciones de desconexión me son particularmente fascinantes porque he convivido con ellas. El chico que arribó a Lima desde una mesocracia provinciana tuvo suerte: su trabajo solucionando problemas de comunicación le dio acceso a esferas muy diversas, desde las culturales hasta las de farándula, pasando por ONG, grandes corporaciones y cúpulas políticas, y fue en estas dos últimas donde empecé a conocer a varios conservadores privilegiados de la capital peruana. Parte de mi fascinación proviene de su apertura a creer mentiras y propagarlas —si es que no las fabrican ellos mismos— con tal de imponer su visión del mundo, tal como Trump hizo durante su presidencia. Cada cierto tiempo me encontraba con algunos en reuniones, como las sanisidrinas Lentejas de la Mona Jiménez —a ella la extraño, en verdad—, y era como ingresar en un invernadero donde se guarecen modales y creencias que se desfasan con el tiempo mientras, allá afuera, la sociedad cambia con velocidad de vértigo. No es nada nuevo: María Antonieta sugiriendo repartirle pasteles al vulgo es una caricatura que lo ilustra. La psicología social detenta un término llamado ‘sesgo de grupo’ que tal vez explique este fenómeno: cuando las personas están en grupo toman decisiones respecto al riesgo de manera diferente de aquellos que están solos. Un hincha de fútbol que camina solito por la calle tal vez no se arriesgaría a lanzar arengas, pero en multitud sería muy probable que se vuelva violento. El riesgo, en el caso de los aquí aludidos, es haber agudizado mutuamente sus creencias hasta quedar en ridículo: cuando los extremistas se encuentran en un habitáculo cerrado —los algoritmos de las redes los arrean hasta allá en rebaño—, esos prejuicios que llevan, alimentados por su desconexión con otras realidades, se multiplican, se viralizan en esa misma burbuja encerrada y el resultado son magistrados que le dan la espalda al pueblo o primeros ministros apaleados que no pueden explicarse los


fenómenos que pasaban ante sus narices. Y vaya si estos fenómenos fueron gigantescos: una reciente encuesta del IEP señala que el ¡94%! de los peruanos estuvo en contra del ascenso de Manuel Merino a la presidencia. Y que el 37% expresó su hartazgo en marchas, cacerolazos y arengas en redes: ocho millones de ciudadanos activos. Por supuesto, hay causas que propician esta desconexión: 1. Crecer en un barrio resguardado. 2. Educarse en un colegio de pago. 3. Practicar deporte en un club privado. 4. Transportarse en auto propio, básicamente por siete distritos. 5. Carecer de padres o maestros que expandan tu mundo. Quienes cumplan con estos requisitos —sobre todo el último— muy probablemente terminen algún día protagonizando un meme. También es posible habitar este círculo míope si, a pesar de no haber crecido en un entorno cerrado y privilegiado, la inseguridad te lleva a buscar desesperadamente ser aceptado en él. En varios cócteles me he topado con ejemplos andantes de este arribismo. Es más: quizá yo mismo haya estado en camino de ser uno de ellos. Dios. Si algún día me golpeo la cabeza y resulta que me he convertido en eso que hoy llaman un viejo lesbiano, espero que también me desenchufen. Fuente: https://jugodecaigua.pe/nuestrosdesenchufados/?fbclid=IwAR1_qiIZ4rojvbuQCCPSr97piVSu45S7WMhslVHQDU5l7gNgCDv4IgjVTxo

Con las zapatillas bien puestas / Renato Cisneros “Los jóvenes que salieron a las calles solo conocen la democracia como forma de gobierno. Nacieron en ella. Crecieron con ella. No pueden arrebatársela”. Lee la columna de Renato Cisneros. Renato Cisneros Escritor y periodista rcisneros@comercio.com.pe Lima, 21 de noviembre 2020 Actualizado el 21/11/2020 a las 06:00 Hoy, martes 17, al momento de escribir esta columna, tras la elección de Francisco Sagasti como titular del Congreso e inminente presidente de la república hasta julio del próximo año, la feroz tormenta de los últimos días nos da por fin un respiro. Un respiro ciertamente breve, porque el caos regresará más temprano que tarde, en un futuro no muy lejano, porque el Perú es un país adolescente acostumbrado (¿o destinado?) a reproducir cada tanto, como si de oscuros remakes se tratase, algunos de los episodios más dramáticos de su historia. Lo que hemos vivido en noviembre del 2020 con la caída de Merino, los heridos y muertos a manos de la policía y la búsqueda desesperada de un presidente de transición, es una especie de cruel reescritura de lo sucedido exactamente veinte años atrás, cuando cayó el dictador Fujimori, la ciudadanía se volcó a las calles para recuperar la democracia y el Congreso ungió a Paniagua como mandatario. O de lo


sucedido hace cien, cuando poco antes de celebrar el centenario de la independencia la población reaccionó furiosamente contra varias medidas despóticas de Leguía. O de lo sucedido hace doscientos, cuando peruanos valientes se enfrentaron a la élite local que tan cómoda convivía con el régimen de la corona para hacer respetar su derecho a ser libres. Nuestra vida independiente es eso hasta ahora: una espiral, un bucle, un déjà vu perdurable, una película de intriga que ya vimos, estamos viendo, volveremos a ver. La que se ha retirado derrotada –ojalá, esa sí, para no volver– es la jurásica guardia política del siglo veinte que ha tenido a Ántero Flores Aráoz como su ocasional, esclerótico brigadier, y a varios ex parlamentarios disueltos como sus defensores más irritados. Muchos peruanos decidieron salir a marchar ante la imposición de un gabinete como el que convocó ese monigote de las mafias llamado Manuel Merino, integrado por personajes antediluvianos, ultraconservadores, cuya sola presencia y forma de pensar ponía en riesgo las reformas que la gran mayoría respaldó en el referéndum de diciembre de 2018. Esos políticos apolillados han mostrado que son incapaces de comprender que los jóvenes demandan una relación empática y transparente con sus representantes, que no necesitan “agitadores” (ni tápers ni loncheras) para salir a defender sus ideas. Y sí, es posible que haya habido infiltrados violentos en las marchas –ninguna movilización multitudinaria es impenetrable–, pero seguir blandiendo la idiota tesis paternalista de la manipulación solo revela la profundidad del precipicio desde donde estos casposos señores fuerzan la mirada para intentar ver y enfocar una modernidad cuyos bordes ya no distinguen. ¡Dense cuenta! Los jóvenes que salieron a las calles solo conocen la democracia como forma de gobierno. Nacieron en ella. Crecieron con ella. No pueden arrebatársela, menos aún al caballazo. También crecieron con las redes sociales, esa es su forma natural de comunicación, son veloces en sus respuestas, no saben lo que es guardar silencio, están acostumbrados a contestarle al más pintado. Y si no creen en la autoridad, es porque han sufrido en carne propia la enorme crisis de autoridad del milenio propiciada por políticos corruptos, padres violentos, curas pedófilos, maestros ignorantes y, ahora, policías asesinos. Se les ha enseñado a no creer en nadie y han internalizado esa lección. Por eso el lema “se han metido con la generación equivocada” debe leerse como un certero mensaje dirigido con indignación a todos aquellos tiranosaurios que desprecian sus protestas espontáneas, pero a la vez como un duro recordatorio a todos los peruanos de generaciones pasadas que no luchamos lo suficiente para heredarles un país más igualitario. Si en algo confían estos jóvenes –hoy más que nunca– es en su capacidad para transformar el país. No creo que hayan bajado la guardia en absoluto. Ahora mismo están vigilando al presidente Sagasti y sus ministros, y su recelo no desaparecerá del todo hasta que estén tras las rejas quienes les quitaron la vida a Inti Sotelo y Bryan Pintado, sus héroes de verdad, cuya memoria van a honrar cada vez que sea necesario, cada vez que los ladrones osen volver a poner en riesgo su futuro. // Fuente: https://elcomercio.pe/somos/firmas/generacion-bicentenario-con-las-zapatillas-bien-puestaspor-renato-cisneros-marcha-nacional-francisco-sagasti-noticia/

Una y más generaciones / Rafael Roncagliolo Cara al futuro

“Esta generación del 2020 es diferente, aunque continuadora, de la Generación del 2000: la que creció con la angustia de los apagones y el horror del terrorismo. La que conoció las barbaridades del fujimorismo”. Los jóvenes, en las calles de todo el país, han otorgado sentido al Bicentenario. No solo ellos, claro. Los protestantes han sido de todas las edades. Juntos han desterrado el riesgo de una celebración que hubiera podido ser apenas litúrgica, de actos académicos, ceremonias y desfiles. O monumentos monumentales, como en 1921. Sin embargo, al autoproclamarse del Bicentenario, esta juventud le entrega contenido y aliento a la efeméride. Y a todo lo que debe venir en esta fecha. Tras el estropicio de una política aherrojada en el intercambio de prebendas y coimas.


Esta generación del 2020 es diferente, aunque continuadora, de la Generación del 2000: la que creció con la angustia de los apagones y el horror del terrorismo. La que conoció por la televisión las barbaridades del fujimorismo y participó en la marcha de los Cuatro Suyos. La que se levantó contra el autoritarismo, el Gran Hermano Montesinos y la corrupción. La que se reconoció en la sobriedad republicana de Valentín Paniagua y creyó en Toledo. Y hay, antes, la Generación de 1980: la que vivió en su infancia las reformas del gobierno de Velasco Alvarado. La del uniforme único y el quechua como idioma oficial. La de las grandes huelgas nacionales de la época de Morales Bermúdez. La que celebró en alborozo el retorno a la democracia con Fernando Belaúnde. Y una Generación de 1960, que irrumpe contra el gobierno oligárquico y civilista de Manuel Prado. Que fue impactada por la Revolución Cubana y las guerrillas de 1963. Que heredó el Frente de Juventudes y militó en los nuevos partidos reformistas del 56 (Acción Popular, Partido Demócrata Cristiano y Movimiento Social Progresista). Que soñó con las reformas que ofreció el primer Belaúnde: agraria, de la educación, del crédito, de la tributación, de la empresa y del Estado. Una generación activa en las reformas de Velasco. Como Francisco Sagasti y Jaime Quijandría, padre del flamante Ministro del Ambiente; coetáneos dirigentes estudiantiles, ambos, de la Universidad Nacional de Ingeniería el primero, de la Universidad Nacional Agraria el segundo. Uno podría remontarse aún más atrás: la rebelde generación de los 40 y la elección de Bustamante y Rivero en el 45. La de 1920, hace un siglo, el primer centenario y Leguía, los jóvenes Haya de la Torre y Mariátegui. En fin… Se dirá que es extraño esto de distinguir a las generaciones por periodos de veinte años y no de quince, como proponía, desde España, Ortega y Gasset. No importa. Lo relevante es reconocer las etapas y episodios que marcan a las cohortes demográficas. Así, 1898 en España. Las guerras en la historia europea. Hiroshima y Nagasaki en el Japón. Los asesinatos de 1968, la Guerra de Vietnam o las Torres Gemelas en EE. UU. Entre nosotros, las marejadas democratizadoras se han sucedido, más o menos, cada veinte años. No se restringen al Estado de Derecho, sino que apuntan a democracias cada vez más sustantivas e incluyentes. No son cíclicas sino acumulativas. Cada insurgencia recoge la anterior y va más allá. Lo importante ahora es que se jubile una nata política multietaria que creía que el Perú y el mundo eran inmutables; y que pretendía aplicar sus costumbres y criterios, respetables, pero anacrónicos, estrechos y excluyentes, a un país y a una gente que ya no son los mismos. Los políticos del “no sé” y el “no entiendo”. La elección del próximo 11 de abril, probablemente se decidirá entre las nuevas fuerzas, que expresan esta renovación de la vida política. No entre las figuras y figurones del ciclo que se cierra. Ojalá. Por último: Gracias, Francisco, viejo amigo, por haberle devuelto al país la autoestima; y por haber llevado, a nuestra generación, al cumplimiento de una asignatura que teníamos largamente pendiente. Fuente: https://larepublica.pe/opinion/2020/11/21/una-y-mas-generaciones-por-rafael-roncagliolo/


COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU)/ 21 de noviembre 2020 / 10:25 PM Global Casos 58,082,876 12,085,386 9,050,597 6,052,786 2,178,023 2,047,563 1,556,730 1,497,135 1,380,531 1,366,182 1,240,493 1,025,969 946,087 918,386 843,475 841,308 765,409 629,850 556,904 539,143 533,555 493,308

US India Brazil France Russia Spain United Kingdom Italy Argentina Colombia MĂŠxico PerĂş Germany Poland Iran South Africa Ukraine Belgium Chile Iraq Indonesia

Fuente: https://coronavirus.jhu.edu/map.html

Global Muertes 1,379,737 255,823 168,989 132,726 100,823 54,721 49,261 48,593 44,327 42,619 36,902 35,484 35,442 35,105 20,845 15,774 15,522 15,030 13,972 13,288 13,139 12,219 11,925 11,455 11,149 9,916

US Brazil India Mexico United Kingdom Italy France Iran Spain Argentina Peru Russia Colombia South Africa Indonesia Belgium Chile Germany Poland Ecuador Turkey Iraq Canada Ukraine Romania


CALENDARIO AGROECOLÓGICO NOVIEMBRE * domingo 1, Día de Todos los Santos, feriado * sábado 7 noviembre, (2002-2020) décimo octavo aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos * martes 10 noviembre, Día del Libro * martes 17 noviembre, (1998–2020) Aniversario 22 del Grupo EcoLógica Perú * viernes 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño * miércoles 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer * domingo 29 noviembre, (1978-2020) el Centro IDEAS celebra su 42 aniversario DICIEMBRE * martes 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA * jueves 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos. * jueves 3 diciembre, Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica. * sábado 6, (1999-2020) Vigésimo primer Aniversario de la BioFeria de Miraflores. * jueves 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos * lunes 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano * viernes 25 diciembre, Navidad, feriado * viernes 1 de enero 2021, feriado

BIOCOMPARTIENDO #53- 2020 ¡ Por una vida productiva, sana y feliz, libre de transgénicos ! Miembro de ▪ Centro IDEAS: Innovando procesos de calidad de vida ▪ RAE Perú (Red de Agricultura Ecológica del Perú) Promoviendo sociedades con cultura agroecológica ▪ Consorcio Agroecológico Peruano - CAP


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