92
El Secreto
Una mañana Jeannie fue a mirar el buzón y para su gran sorpresa el cartero había puesto por error la correspondencia de Bob Proctor en su buzón. ¡Lo que Jeannie no sabía es que Bob Proctor vivía tan solo a cuatro manzanas de su casa! No sólo eso, sino que el número de la casa de Jeannie era el mismo que el de Bob. Enseguida llevó el correo a la casa correcta. ¿Puedes imaginarte su emoción cuando Bob Proctor abrió la puerta?. Él viaja mucho por todo el mundo y rara vez está en casa, pero la matriz del Universo sólo sabe de momentos adecuados. Desde el pensamiento de Jeannie de lo maravilloso que sería conocer a Bob Proctor, la ley de la atracción puso en movimiento a las personas, las circunstancias y los acontecimientos por todo el Universo para que eso sucediera. La segunda historia es la de un niño de diez años llamado Colin, que había visto El Secreto y le encantó. La familia de Colin fue a Disneylandia a pasar una semana y el primer día tuvieron que hacer muchas colas en el parque. Esa noche, Colin antes de dormirse pensó: «Mañana me montaré en todas las atracciones y no tendré que hacer ninguna cola». A la mañana siguiente Colin y su familia estaban delante de las puertas de Epcot Center cuando el parque iba a abrir y un empleado se les acercó y les preguntó si querían ser la Primera Familia del Día en Epcot. Como la Primera Familia del Día se les concedería la categoría de VIP, les acompañaría un empleado del parque y tendrían pases para todas las atracciones. ¡Era todo y más de lo que Colin había deseado!. Había cientos de familias esperando entrar esa mañana, pero Colin no tenía la menor duda de por qué su familia había sido elegida la Primera Familia. Sabía que era porque él había utilizado El Secreto. ¡Imagina lo que ha de ser descubrir ―a los diez años― que el poder de mover mundos reside dentro de ti!.