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r m a n d a d d e l S a n t o E n t i e r r o d e C r i s t o

H e
Isaías 40:31

El Espíritu de Dios, que es el espíritu de la verdad y la fuente de la auténtica alegría, de nuevo nos concentra como pueblo y hermandad y nos hace sentir el inigualable sabor del tiempo más valioso para la piedad popular. Este periodo, en el que resurgen los banderines morados y negros en las puertas y paredes de las casas, que hace regresar a las calles las alfombras de flores y aserrín, que pone constantemente en el ambiente el aroma de la tradicional flor de corozo y el característico humo del incienso, refleja el amor y la devoción con la que los izalqueños se preparan para la llegada de semana más grande y especial del año; sin duda, una mezcla de espiritualidad y tradición, que bajo un especial sincretismo se convierte, con toda propiedad, en una de las más significativas manifestaciones religiosas y culturales de todo El Salvador.

En el ámbito de la materia religiosa, dejándonos llevar por el entusiasmo, quisiéramos pregonar que la ciudad de Izalco es la más especial para el desarrollo de las solemnidades piadosas y populares; y es que sus más de 36 procesiones, 12 velaciones, 14 viacrucis parroquiales, 7 viacrucis infantiles, 7 viacrucis indígenas y sus 2 huertos, desarrollados entre el martes de carnaval y Domingo de resurrección,

propician en la ciudad un ambiente espiritual inigualable, al grado de añorarse, que hasta muchos hermanos, oriundos y foráneos, regresan desde tierras lejanas exclusivamente para vivir y participar de estas solemnidades. Aun así, no se puede, ni se debe, desvalorizar las actuaciones y solemnes particularidades de otras hermandades establecidas en la mayoría de ciudades del departamento de Sonsonate, cuya grandeza espiritual por la cuaresma y semana santa es majestuosa, enmarcadas desde hace meses bajo el sacrificio y trabajo voluntario de sus miembros, que como único objetivo tiene parir las mejores condiciones en las que se desarrollarán los actos religiosos y cortejos procesionales. Un importante actuar que tiende a poner en alto el nombre de todo un departamento, y que logra concentrar el deseo de que los pueblos de Sonsonate sean los más visitados a nivel nacional para vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Bajo un ideal estrictamente establecido, en Izalco, este es el periodo en el que tanto la Iglesia, la Municipalidad y las Hermandades, debiéramos contar con los mejores planes de acción que ayudaran a unificar y mejorar esfuerzos, para convertir en úni-

ca y especial la experiencia de miles de personas que han decidido vivir la semana santa junto a nosotros. Sin embargo, para las instituciones como la nuestra no es nada fácil mantenerse en píe, no solamente por un duro tema de economía, sino también por la falta de involucramiento de nuestros miembros en periodos en el que no se aproxima la semana santa, pues al no tener conciencia de que las hermandades somos instituciones de carácter permanente, cuyo actuar radica en los 365 días del año por conservar el patrimonio cultural y religioso, el avance hacia nuestros ideales puede resultar lento y engorroso.

Tal es el caso de la adquisición de un inmueble para nuestra hermandad, un tema que se ha socializado y promovido de muchas formas a nivel local, que aunque representa una de las necesidades más urgentes por cubrir, sus avances han resultado ser lentos y dificultosos; no obstante, debe mencionarse, que en este momento ya se cuenta con el cincuenta por ciento del proyecto cubierto, pues como de todos es sabido, nuestra hermandad ya es propietaria de la mitad del inmueble elegido para erigir nuestro propio recinto e instalaciones.

sean firmes y agigantados; las esperanzas están puestas en Dios nuestro Señor, quien es el que dirige nuestros proyectos y resultados. En Él creemos y nos depositamos, a Él le servimos y para Él vivimos; aprovechemos este tiempo de meditación y penitencia para ofrecer nuestra vida a Jesús, que a través de la Santa Eucaristía nos espera como el verdadero Salvador y Redentor del mundo.

Que esta Cuaresma y Semana Santa representen la oportunidad perfecta para reencontrarnos con Jesús, que este periodo importante nos lleve a conocer y vivir la verdadera pascua, por medio del misterio de la resurrección del hijo de Dios.

¡Que Dios nos bendiga a todos!

Esta cuaresma 2024, nos hace llegar al momento de renovar nuestras fuerzas, para que nuestros pasos institucionales

Atte. Junta Directiva

JUNTA DIRECTIVA HSE Responsable de la publicación

José Marvin Aguirre Finanzas y Publicidad

Jorge Luis Tutila Rodríguez Dirección Editorial

Pbro. roque acosta

Pbro. Marrio Alvarenga

Colaboraciones especiales

Carlos Eduardo CALLEJAS

Diagramación de Diseño Editorial

Parroquia Nuestra Señora de los Dolores

Queridos Hermanos en Cristo Jesús, nuestro Salvador y Redentor:

Con mucho entusiasmo y alegría me dirijo a ustedes, devotos de Cristo, para compartir este mensaje. Estamos ya en tiempos normales, donde podemos profesar nuestra fe y devociones, en nuestro crecimiento espiritual y de entrega a nuestro Dios. Podemos aprovechar el momento presente, como un tiempo de gracia que el Señor nos regala, para vivir cada momento su pasión, su camino de cruz, en su resurrección definitiva. Estos son los tiempos que deben movernos en la vida de fe, para vivir con mucha esperanza los misterios de nuestra redención.

La Hermandad del Santo Entierro de Cristo, es una institución religiosa, social y cultural que ha estado presente en la historia de la sociedad izalqueña, promoviendo la devoción y el encuentro con Jesús, en sus sufrimientos, sobre todo. Esta institución nació para fomentar las devociones, apoyadas por su fundador, el Pbro. Salvador Castillo Solórzano, viendo la necesidad de motivar la devoción de un pueblo, por el gran amor que guardan a las imágenes sagradas, que veneran con mucha piedad.

Esto también vendría a motivar y promover el tiempo importante de la Iglesia, que es la Cuaresma. La Hermandad tiene a cargo la devoción de actos propiamente penitenciales de Cuaresma y Semana Santa.

Pbro. Roque Acosta Rivas

Después de tantos años de existencia, esta hermandad, continua reuniéndose periódicamente para enrumbar por el camino adecuado y promover la fe por medio de obras; prueba de ello fue la reciente celebración de los cincuenta años de existencia de la Sagrada Urna.

La actual Junta Directiva, muestra más adhesión e involucramiento a la comunidad parroquial, eso es prueba palpable de la fe y gran devoción que poseen, participando en buen número de sus socios de la Santa Eucaristía dominical.

Se nota claramente que viven la Semana Santa, como tiempo de conversión designado por la Iglesia para prepararnos a celebrar el gran tiempo de Pascua. Sabiendo que es tiempo de gracia, no de pena y dolor

Tiempo para reformarnos, transformarnos, cambiar, para prepararnos, para salir de la tumba para abrazar la resurrección. Es tiempo de perdón, reconciliación y penitencia. Es una invitación a cambiar lo que no está funcionando bien en nuestra vida espiritual, es tiempo de conversión.

Es la oportunidad para poner nuestros ojos en “Aquel a quien traspasamos” (Zac. 12,10). La Iglesia nos invita a vivir este tiempo con ayuno y abstinencia. Podemos acompañar a Jesús con el rezo del viacrucis, donde seguimos sus pasos hacia la Pasión. O bien, recordar las “Siete palabras”, es decir, las siete últimas frases de Jesús antes de morir y meditarlas, preguntándonos qué nos dice con cada una de ellas.

Lo importante es que nuestro corazón esté unido al del Señor para entender, más profundamente, la infinita misericordia, el inmenso amor que Dios nos tiene para agradecer, adorar y corresponder con nuestro amor.

Es tiempo para pedir a la Santísima Virgen María que nos lleve al pie de la cruz, como llevó a Juan y a Magdalena, para poder acompañarla y consolarla el sábado y esperar con ella, con confianza y paz, la gozosa noticia de su Resurrección , de la victoria de la gracia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte. Saber que somos amados y que nada ni nadie nos puede se

Cada año al iniciar la cuaresma lo hacemos recibiendo la ceniza como signo de nuestro arrepentimiento y con deseos de iniciar un tiempo de preparación hacia la Pascua, suplicando para nosotros la misericordia de Dios, que culminará en el perdón de los pecados, después de haber pasado por el sacramento de la penitencia.

Los actos de piedad como los vía crucis y las procesiones van preparando poco a poco nuestro corazón para recibir el don de la misericordia de Dios manifestado en Jesucristo, «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» Jn 14, 9, que muere en la cruz para perdón de nuestros pecados.

Un cargador es miembro de una Hermandad (fraternidad), una asociación de fieles de la Iglesia (bautizados) que tienen la tarea de evangelizar con su participación en los diferentes actos de piedad. Cargar una imagen de Cristo, de la Santísima Virgen

María o de los santos, además de ser un gran privilegio, es una enorme responsabilidad ya que con ello manifestamos

nuestra Fe en Dios a través de la Iglesia que es madre y que invita a todos a acer carse al Señor. Cargar una imagen signi fica nuestra cercanía con aquel a quien la imagen representa, o al menos nuestro de seo de tener y mantener esa cercanía me diante la conversión.

Me encanta la letra de un canto que dice:

“Cerca de ti, Señor, yo quiero estar; tu grande eterno amor quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón; hazme tu rostro ver en la aflicción…”.

Este canto manifiesta la esencia de un cristiano (discípulo de Cristo) que busca la cercanía de Dios constantemente, no sólo una vez al año, a la vez que recono

ce su pequeñez ante la grandeza de Dios. “Los bautizados deben considerarse privilegiados por haber sido incorporados a la Iglesia, así como, comprometidos en dar buen testimonio de la fe y de la vida cristiana como servicio a los hermanos y como respuesta a Dios” Mons. José Luis Escobar, VI Carta Pastoral, Vayan y prediquen el Evangelio, n°271.

Queridos hermanos, en su calidad de so

Queridos Hermanos:

Con el mayor agradecimiento a Dios Todo Poderoso, que me permite dirigir a todos ustedes unas palabras en este tiempo tan especial, quiero iniciar resaltando el papel tan importante que jugamos todos al servir y al involucrarnos en el acontecer de más de alguna hermandad izalqueña; y es que no hay duda, estas instituciones tan antiguas y tan concurridas, han logrado mantenerse erguidas y ser pioneras en la piedad popular, por la participación de su alto número de miembros, pero también por el apoyo y el acompañamiento de una feligresía excepcional, que desde siempre ha sido un respaldo total para nuestra sobrevivencia.

Con un alto número de manifestaciones religiosas, nuestra ciudad se posiciona en el centro de la expectativa turística, que quiere descubrir de lo que somos capaces de transmitir en el magnífico tiempo de la cuaresma y semana santa. Es por ello, que el trabajo organizado de más de un año a cargo de las hermandades, debe verse como un proyecto comunitario, pues sus alcances y resultados abarcan no solamente los requerimientos y exigencias locales, si no tan bien aquellos interdepartamentales, que año con año buscan a Izalco como la estación y el centro de la fe.

Hablar de cuaresma y semana santa resulta ser un tema muy amplio, pero no puedo dejar de mencionar en estas líneas la gran labor espiritual que realizan las Parroquias “Nuestra Señora de los Dolores” y “Nuestra Señora de la Asunción”, que día con día abren sus puertas al público propiciando las mejores condiciones para que este tiempo santo se viva de la mejor manera, invitando constantemente al ayuno, caridad y penitencia, y ratificando a través de la Santa Eucaristía que Jesucristo es el verdadero Redentor del mundo.

La misión que se me ha dado como Presidente de esta hermandad, la estoy ejecutando con la mejor disposición y buena voluntad, respaldado con el trabajo de todos los demás miembros de la Junta Directiva, que con sus ideas, aportes y sacrificios han logrado que me sienta fortalecido en la lucha por alcanzar nuestros objetivos; eso no significa que sea suficiente, pues es necesario que todos los miembros de esta hermandad apoyemos de manera total las iniciativas que promuevo, y aunque se que

es difícil superar el tema de la distancia y el tiempo, no hay excusa para que nos alejemos del acontecer institucional. Hoy por hoy, concentra nuestra atención el proyecto de compra de un inmueble para nuestra hermandad, mismo que hemos iniciado en el mes de junio del año pasado, y que a esta altura del año 2024 no ha sido posible concretar; pese a ello, hay un significativo nivel de avance, pero para culminarlo es necesario que todos los miembros cumplamos con nuestros deberes institucionales y busquemos la mejor manera de apoyar a nuestra hermandad.

Antes de finalizar, quiero expresar que Dios quiere la conversión de todos, y la cuaresma es un gran regalo que viene de nuestro Creador para ello, es un tiempo de gracia en donde Él mismo, a través de la liturgia, nos prepara para que lleguemos con la fe reafirmada a la semana mayor, en donde acompañaremos a Jesús hasta el misterio de su muerte, pero sobre todo en donde resucitaremos con Él en la gloriosa Pascua.

La Hermandad del Santo Entierro de Cristo de Izalco

Rinde un homenaje y reconocimiento a la memoria de nuestro querido hermano

Quien el día 17 de enero de 2024 fue llamado a gozar de la presencia del Señor.

Nuestro querido hermano fue Presidente de nuestra Hermandad en los periodos

1992 – 1994 / 1998 - 2000

Fungió como un miembro ejemplar en la propagación de las devociones de los consagrados “Señor del Descendimiento” y “Señor de las Once”

Cumplió con sus deberes estatutarios hasta el último día de su vida.

Dedico su vida entera al servicio de nuestra hermandad, propiciando bajo toda circunstancia su apoyo incondicional en todos los proyectos emprendidos.

Todo nuestro cariño, respeto y admiración hacia la memoria de nuestro apreciable hermano.

DESCANSE EN PAZ

RAFAEL ALFREDO MÉNDEZ JUÁREZ

Nació en Izalco el 1 de julio de 1934, siendo hijo de los señores Guillermo Méndez y Dolores Juárez. Zapatero de profesión, fue casado con Doña María Joaquina Barrientos, con quien procreó 2 hijos, Carlos Francisco y Ana Luisa, ambos de apellidos Méndez Barrientos.

Padre y esposo ejemplar, amante y perseverante de la Santa Eucaristía; hombre de grandes valores y buenos principios, respetuoso con el prójimo y con gran corazón caritativo.

Amante del arte efímero, directriz y principal ejecutor de uno de los nacimientos más representativos de Izalco en el mes de diciembre “El Nacimiento de la Niña Quina”. Hombre inteligente y humilde, que durante los períodos iniciales de “1988” y “1994” tuvo el honor de dirigir a la Hermandad del Santo Entierro de Cristo de Izalco, bajo el cargo de Presidente; fungió como integrante de por lo menos 3 Juntas Directivas de nuestra Hermandad e inte-

gró varios comités de apoyo, siendo dos de los principales el de “Construcción de la Capilla del Señor del Descendimiento” y “Construcción de la Actual Anda del Señor de las Once”.

Será recordado como el hombre de la gran disciplina, ya que durante toda su participación como Cargador del Santo Entierro, por más de 50 años, mostró un respeto y un actuar intachable dentro de las procesiones.

Cuando su cuerpo, y especialmente su vista, se hallaron fuertemente debilitados, se vio obligado a no participar en los cortejos procesionales de sus amados Consagrados

“Señor del Descendimiento y Señor de las Once”, por lo que su participación en la devoción tomó un giro diferente, siendo elegido por la Junta Directiva de la HSE para integrar la importante “Comisión de Ungida del Señor”, que se encarga de la limpieza y estudio anual del Consagrado Cristo Yacente, previo a su pública crucifixión del Viernes Santo. Desde ese cargo, se fue preparando en el camino para tener su auténtico encuentro con el Señor, ya que como él mismo lo pregonó, su Jesús del Descendimiento le hablaba al oído y le decía que pronto estaría con Él.

El inigualable sabor de cada Semana Santa despertaba en nuestro querido hermano Alfredo Méndez una variedad de sentimientos.

que dotaban a su vida de inmensas alegrías y renovación de fuerzas, y aun cuando ya no le era posible movilizarse por sí solo, ratificaban año con año su misión humanística de ayudar para engrandecer la Semana Santa Izalqueña.

Este año 2024, por primera vez, después de casi 74 años continuos, no veremos a nuestro querido hermano Alfredo Méndez llorar con las notas del Faquir, su marcha fúnebre preferida; no le veremos en nuestra Asamblea General pagando su derrama, ni le veremos en la puerta de su casa del Barrio Santa Lucía, esperando el paso de nuestros cortejos procesionales. Pero seguros estamos, que Dios nuestro señor le ha albergado en el cielo y le ha asignado una morada

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Consagración

La consagración de Jesús de las Once fue un tema que estuvo presente en la agenda de casi la totalidad de reuniones de Junta Directiva del año 2017, siendo esta uno de los sueños más importantes por cumplir para nuestra Hermandad, que no solamente visualizaba el evento como una necesidad para el fomento de la fe y la devoción hacia nuestro Señor, sino también como la oportunidad de adquirir un reconocimiento público de parte de la Santa Iglesia Católica, al arduo e intenso trabajo religioso y prácticas de conservación que se han venido realizando por muchas personas en los últimos cien años.

De tal manera que a finales del año 2017, nuestros hermanos David Sarmiento y Joaquín Torres, Secretario y Presidente de nuestra hermandad, comenzaron a socializar la idea de consagración con el Presbítero Roque Acosta, directriz principal de la Iglesia Dolores, quien rápidamente brindo su parecer y les invito a buscar la fecha adecuada para llevarla a cabo, tomándose la responsabilidad de informar y pedir la correspondiente autorización al señor Obispo de la Diócesis de Sonsonate.

Rápidamente, en nuestro pueblo, la voz corrió y el acto de consagración comenzó a sonar entre las personas, al grado de que algunos preguntaban si ocurriría en el año 2018, a lo que se respondía que pronto nuestro señor sería consagrado, pero

definitivamente no sucedería en ese año, pues era un tema que debían autorizar los socios de la Hermandad, legalmente constituidos en Asamblea. De lo que si se daba seguridad es que el Domingo de Ramos próximo, sería el día en que el pleno conocería de tal iniciativa.

Fue así como la Asamblea General Ordinaria celebrada el 25 de marzo del año 2018, por unanimidad autorizaba y encomendaba a la Junta Directiva la misión de dirigir el proceso de consagración de la venerada imagen del Señor de las Once, iniciando con los preparativos al pasar la semana santa de ese mismo año.

Ya contando con la autorización de la máxima autoridad dentro de la Hermandad, dicha noticia fue trasladada por el hermano David Sarmiento al Consejo Parroquial de Dolores, y fue el representante del Sector Cuatro, quien realzó que en el año 2019 la Iglesia Dolores conmemoraría sus 300 años de existencia, lo cual generaría un ambiente perfecto para que la Hermandad del Santo Entierro llevara a cabo el evento, ya que se tendría un clima de jubilo durante todo el año y esa actividad robustecería el actuar de la Parroquia en las celebraciones programadas.

Es así como empezó la preparación para tan importante evento, en donde la Junta Directiva ejerció la dirección total de la

planificación, dejándose acompañar de un grupo de colaboradores, miembros de la Hermandad, que desde el inició dieron su apoyo total a lo planificado.

El 16 de marzo de 2019, a las 2:30 pm., Monseñor Constantino Barrera se hizo presente a la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores, para celebrar la santa Misa de Consagración de la que hasta ese día era la Venerada Imagen del Señor de las Once, y públicamente procedería a depositar en la frente, manos y pies de nuestro amado señor el Santo Crisma, elevándolo desde aquel momento al grado de consagrado, que es el rango que anteponemos hoy a su sagradísimo nombre.

Monseñor, al inaugurar su participación en tan magno evento, se dirigió a los fieles con las siguientes palabras: “En verdad, queridos hermanos, tenemos motivos para alegrarnos, ya que vamos a bendecir a Dios, con ocasión de esta imagen de nuestro Señor Jesucristo, destinada a la pública veneración desde hace más de cien años. Esta sagrada imagen ha de recordarnos en primer lugar que Cristo es imagen visible de Dios invisible: el Hijo eterno de Dios, que bajó al seno de la Virgen, es el signo

y sacramento de Dios Padre. Él, en efecto, dijo: «Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.» Al venerar, pues, esta imagen, levantemos los ojos hacia Cristo, que con el Padre y el Espíritu Santo reina para siempre.

Aquella tarde de un 16 de marzo de 2019 marcó el rumbo de nuestra Hermandad, pues en nuestras manos se nos entregó un verdadero tesoro espiritual, del que somos responsables de conservar y promover, para el acrecimiento de la fe en nuestro Señor Jesús.

Los asistentes principales a la Santa Misa de consagración fueron los oferentes de los descansos del viernes santo, pues se les invitó de manera especial como un reconocimiento a la ayuda y colaboración que año con año prestan a la Hermandad. La feligresía izalqueña acudió masivamente al evento, por lo que se preparó un concierto de marchas fúnebres en el atrio de la iglesia, al finalizar la Santa Misa.

Fueron 2 las procesiones programadas para que el recién Consagrado Señor de las Once recorriera las calles de Izalco en motivo de su consagración; ambas se lle-

varon a cabo el día domingo 17 de marzo de 2019. La primera de ellas realizada a las 9:00 am., en la que participaron únicamente los miembros de la Hermandad del Santo Entierro y las demás hermandades locales, quienes desde la Iglesia Dolores tuvieron la responsabilidad de llevar en hombros al Consagrado Señor hacia la Iglesia de la Asunción, no sin antes orientar el paso final del cortejo procesional a la “Casa de los Barrientos”, en donde se realizó un acto muy especial, como un reconocimiento a tan distinguida familia responsable de traer y heredar al pueblo de Izalco tan majestuosa imagen. La segunda procesión contó con Hermandades invitadas, provenientes desde otros lugares de nuestro país, que se hicieron presentes al llamado de compartir la enorme alegría del pueblo de Izalco, por tener la bendición de contar con la consagración del Señor de las Once. Esta segunda procesión inició a las 2:00 pm, y culminó a las 9:00 pm.

La veneración de las sagradas imágenes perfila entre las principales formas de la veneración debida a Cristo, el Señor, «no porque se crea que en ellas hay alguna divinidad o poder que sean el motivo del culto que se les da», sino «porque el honor que se les tributa está referido a la esencia de lo que representa»

Esta Consagrada Imagen que podemos contemplar con nuestros ojos, nos invita a tener una fe inquebrantable y una firme esperanza, así como una caridad diligente y una sincera humildad; a tener fortaleza en el sufrimiento, dignidad en la pobreza, paciencia en la adversidad, donación en la prosperidad; nos invita a trabajar por la paz y luchar por la justicia, para que, después de recorrer los caminos de este mundo lleguemos a la ciudad celestial permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Con aproximadamente 135 años de permanecer entre nosotros, el Señor de las Once se ha convertido en la ciudad de Izalco en un importante instrumento para la conmemoración de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.

Con una apariencia distinta a la de cualquier otro Nazareno de nuestro país, el Señor de las Once es una bella escultura que hace provocar entre su pueblo largas y profundas sensaciones de quebranto, piedad y misericordia.

Recorre las calles de Izalco únicamente 3 veces al año, el lunes, miércoles y el viernes santo (en la mañana), esta última procesión es la del Viacrucis, llamada también “Procesión de los Encuentros”, en donde le apreciamos en un anda hecha para mostrarlo despegado de exóticos adornos y luces.

Por años, cada vez que retorna a su recinto en la Iglesia Dolores, se ha solemnizado su entrada con el canto del “Perdón oh, Dios mío”, razón por la cual nosotros los izalqueños le vinculamos directamente con dicha melodía.

Como todas las imágenes de Cristo interpretados con la cruz a cuestas Jesús de Las Once se nos presenta con el paso encorvado y vacilante, casi a punto de caer, a causa del peso del madero.

A diferencia de otros Cristos que miran con dulzura al espectador, con dolor sublimado al cielo, y de alguno más de andar sereno y ensimismado, nuestro Señor de las Once, mira directamente al fiel: suplicante y desconsolado, desde un rostro herido por las espinas y los golpes, enflaquecido por la desmoralización, el desvelo, la sed y la falta de alimento.

Su artífice, de identidad desconocida, dejó entrevista en nuestro Señor la humana belleza del Salvador de hombres y el efecto estético de sus proporciones –empujadas hacia la izquierda en el andar; y hacia la derecha en el mirar- es incomparable por las calles del pueblo de Izalco los días en que sale en procesión.

Este invaluable Nazareno constituye un precioso legado cultural y religioso heredado al pueblo de Izalco por la distinguida familia Barrientos en el año de 1955,

sin partida de nacimiento, pues lastimosamente como sucede con casi todos los tesoros devocionales izalqueños, no se tienen datos concretos de su escultor y fecha de adquisición por parte de la mencionada familia. La Hermandad del Santo Entierro de Cristo, basándose en la tradición oral, sostiene que el Señor de las Once llegó a Izalco en el año de 1898, sin embargo, bajo un estudio más técnico y en un apartado específico sobre esta imagen, el Libro “La Casa de los Barrientos” únicamente calcula su hechura hacia finales del siglo XIX, y la ubica en los talleres guatemaltecos de la época, debido a sus rasgos y técnica observados en el vecino país, encontrando hoy en día tremenda semejanza con las imágenes de Nazarenos tallados por los hermano Juan y Santiago Ganuza.

La cabellera de Jesús de las Once es de color oro, y está asociada al sol, a la luz, a lo celestial y representan la virtud, mismos que pertenecieron al infante Humberto Velado, cuyos padres a pedido de las Niñas Barrientos se los dejaron crecer por años para poder confeccionar de ellos dicha cabellera.

Su corona de espinas es de plata, y después de un proceso de restauración en el año 2018, muestra completa las 33 hojas de laurel, como tributo que denota al Cristo Vencedor de la muerte.

Su estatura es de 1.80 mts, su talla es completa, sus antebrazos son móviles, sus ojos son de cristal y sus pestañas de pelo de res. Extracto tomado del Libro La Casa de los Barrientos.

Delante de tu imagen yacente, que tus sendas son duras y que es grande mi debilidad. para que no decaiga mi fe, la fuerza de tu Santo Espíritu. la dureza de mi corazón, de corresponder a tu amor. que siempre caminas a mi lado. esa misma que te libró del Sepuly que está en la Eucaristía.

El acto de la Crucifixión de Cristo no so lamente es un escenario público prepara do para deleitar los ojos de los cientos de fieles espectadores, que el Viernes Santo, a las 12:00 del meridiano, se concentran en el cuerpo principal de Iglesia Dolores; si no que se trata de un verdadero acto de sanación interior que se realiza públicamente como un signo de reconocimiento de la maldad humana, que sin importarle el gran amor de Dios, con sus pecados de a diario, cuelga, sangra, enclava y asesina al verdadero hijo de Dios.

cendimiento, que por 363 días del año pasa cautiva en la tranquilidad de su capilla, es la protagonista de lo que se considera uno de los actos culmines de la semana mayor, pues con él se materializa el momento en que Jesucristo, por mandato divino y por sacrificio propio, muere clavado en una cruz.

Patrimonio Cultural del legendario pueblo de Izalco, en el departamento de Sonsonate.

Custodiada por la Hermandad del Santo Entierro de Cristo de Izalco, Asociación legalmente constituida que le solemniza con dos de sus más grandes cortejos procesionales, desarrollados los lunes y miércoles santo de cada semana santa.

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