Aventura en la casa del jardín

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Aventura en la casa del jardín

Los niños y niñas de Cuarto A del Colegio Juan Rodríguez Muñiz escribimos relatos de aventura y misterio

Oviedo, curso 2010-2011


Erase una vez una familia muy feliz; eran la madre, el padre, la niña de cinco años y su hermana de dos años. Un día llegaron a casa muy cansados, porque habían ido al campo, y se fueron a dormir. De repente, cuando todos estaban dormidos, se oyó un ruido. La niña mayor se asustó y fue a ver a los padres. Cuando llegó a la habitación, los padres ya no estaban. Sólo se veía el rastro de una mano ensangrentada. La niña se asustó mucho, cogió a la hermana y la metió con ella en el armario. Un vecino que por la noche había oído gritos llamo a la policía. Cuando la policía llego, cogieron a las niñas y las llevaron a un orfanato. Unos años después la niña quiso volver a su vieja casa, cogió a la hermana y se escaparon del orfanato Cuando llegaron, la mano ensangrentada seguía allí, pero debajo de ella había dos esqueletos que se movían. La niña creyó que eran los padres y salió corriendo por las escaleras. La niña se cayó y… ¡se despertó! Resulta que todo había sido una horrible pesadilla y que se había caído de la cama. Fue rápidamente a ver a los padres y no se habían movido de la cama. La niña aliviada, se fue a la cama y durmió todo la noche plácidamente. Aida Delgado


Esta historia está basada en todo aquello maravilloso que nos suele ocurrir. No es por nada, lo que pasa es que alguna vez suelen pasar cosas muy malas. Bueno, sigamos, esta historia cuenta de una familia que vivía en una casa preciosa… Pero, a lo largo de los años, se iba haciendo más vieja. Hasta que un día un buen hombre la reformó enterita. Le hizo un jardín, unas habitaciones muy bonitas, la pintó y le puso una chimenea y muchas cosas. Ese muchacho la había convertido en una preciosidad. Le hizo pisos y así fue como había transformado una cosa vieja en una cosa muy nueva. Luego llegaron muchos interesados que decían que era muy bonita. Pero les dijo que no quería venderla porque al haberla reformado la quiso para él

Adrián Fernández


Había una vez una familia que vivía en una casa abandonada, dónde salían murciélagos, arañas y muchos bichos y animales que daban miedo. Y, desde entonces, se anda con rumores de aquella casa. Los que vivían en la casa abandonada eran: el padre, que se llamaba Fran, y la madre, Jeanella; la niña, que es la hija y se llamaba Mariluz, y la otra niña, que también es hija, Fabiola. Vivían en Madrid en una zona muy poco conocida. Pero un día ocurrió algo en esa casa. Fabiola y Mariluz les decían a sus padres que veían cosas en su jardín medio invisible. Y luego les decían que escuchaba n ruidos y que les llamaban algo parecido a esto: ¡Fabiola, Mariluz, venid con nosotros! Pero ya no se han escuchado más ruidos…pero si se han visto cosas.


La noche siguiente, estaban cenando y, justo estaban hablando de la noche anterior, cuando, de repente, vieron algo blanco en la ventana de su jardín. Y el padre dijo: - Es solo es niebla, no es nada. Cómo si la niebla le escuchase. - Mira niebla ¡cógeme!, ¡ven! Y no ocurrió nada. Pero aquella noche, a las 12:00 de la noche, si ocurrió algo. A la mañana siguiente, el padre desapareció. Y esa noche apareció… ¡pero mudo! Y no pudo explicar nada de lo que pasó aquella noche. Las hijas estaban muy preocupadas. Pero ya se sabía el resultado: aquella casa estaba embrujada….

Jeanella Calixto


Una aventura en la casa de los duendes En una parte del bosque donde Dios sabe dónde, vivía una familia muy feliz. Eran los duendecillos del bosque. Tenían muchos amigos: la coneja Presumida, el topo Sabiondo, la tortuga Parlanchina, la Flor del Oeste y muchos más. Ella, la mamá de los duendes verdes, tenía que preparar una fiesta para el topo Sabiondo. No sabía qué hacer, pero... ¡es que no le podía decir que no! Porque no quiere perder a sus amigos. Ahora estamos metidas en un buen lío... y mis hermanos son unos vagos. Mira, te voy a decir como son: mi hermano el gruñón está enfadado con todo el mundo. Mi hermano el payasote, como sabéis que los payasos son payasos, está haciendo el tonto todo el día. A mi hermano el descarado no le podías hablar, si no te odiaba. Y mi hermana era una canija que sólo cogía flores recién nacidas. Mamá y yo estábamos perdidas. Entonces se me ocurrió una idea: llamar a todos mis amigos. Pero ellos le iban a hacer un regalo y estaban muy ocupados. Papá estaba trabajando todo el día y no tenía tiempo. Si no trabajaba le echarían del grupo de los leñadores rojos y verdes. Entonces, a mis hermanos se les ocurrió una idea: ellos nos ayudarían si les dejábamos ir al bosque. Nosotras tuvimos que decir que sí, no nos quedaba más remedio. Nos pusimos a trabajar. Un lazo para allá, la comida para allí, los regalos aquí... Resulta que ¡nos quedó genial! Sólo nos faltaba


llamar a todos los amigos y darle la sorpresa al topo Sabiondo. Cuando vinieron nos escondimos y él abrió la puerta. Le dijimos: ¡sorpresa! Él se quedó paralizado, no supo que decir. Justo cuando estábamos en medio de la fiesta, se oyó a un niño y a sus pisadas. Todos nos aterrorizamos, ¡venía hacia aquí! Descubrió nuestra casa, la agarró y se la guardó en la mochila. Cuando acabó la incursión se fue a su habitación. Sacó nuestra casa, la movió, oyó nuestros gritos y paró. El niño dijo: - ¡Salid! - No os voy a hacer daño. Empezamos a salir. Nos empezó a hacer un montón de preguntas. Justo entraba su madre y nos escondió. Cuando se fue nos llevó al bosque, jugó conmigo y con mis hermanos. ¡Al topo Sabiondo le encantó la fiesta! Pero...se tuvo que acabar. Nos fuimos cada uno para su casa y, desde entonces, el niño nos viene a ver todos los días. ¡Así fue el mejor día de mi vida! Bueno, adiós, querido diario. La duendecilla amorosa, Reina de las flores Lucía Fraile


Había una vez una niña que se llamaba Carla. Fue con su madre a la playa porque ya era verano. Llegaron a la playa y buscaron un sitio en la arena y encontraron un sitio precioso, donde había piedras azules como el mar. Allí pasaron el día, Ya estaba oscureciendo y se marcharon a casa. Llegaron a casa, se cambiaron y fueron a cenar. Cuando acabaron se fueron a ver la tele. La hija le dijo a la madre que tenía sueño y se fue a la cama. La madre sabía que al otro día era el cumple de Carla. Al día siguiente la madre la despertó cantando ``cumpleaños feliz´´. Luego, la niña fue al colegio y la madre quedó preparando una fiesta sorpresa. Preparó unas invitaciones y fue llamando por teléfono a los invitados. Después la madre fue a comprar una tarta de Hannah Montana. Por fin, la madre llenó los globos y llegó Carla, La madre dijo que se duchara. Y la madre siguió preparándolo todo. Por fin llegaron los invitados y la hija acabó y se vistió. Todo el mundo se escondió y apagaron la luz. La madre llamó a Carla y Carla vino y, de repente, encendieron la luz y empezó la fiesta. Y, al final, Carla ganó muchos regalos y se divirtió.

IASMIN GOMES DA SILVA


La casa del terror En una ciudad grande vivía un niño que se llamaba Luis. Iba caminando por la calle y, a lo lejos, vio una casa que tenía un gran jardín. Se fue acercando y vio la silueta de un zombi que se escondía en un árbol del jardín. Cuando llegó a la puerta de la casa había desaparecido. Entró en la casa y vio unos ojos rojos. Luis supuso que era el zombi y le dio mucho miedo. Fue a la cocina, cogió un cuchillo y se lo clavó en el intestino y el zombi desapareció. Luis volvió a casa y tuvo miedo durante muchos días. Pasados 15 días, se levantó de la cama, se fue a dar un paseo por donde aquella casa y, al volver, vio escritas con sangre una letras que le decían: “VAS A MORIR, LUIS, mañana por la tarde” Y Luis se fue para siempre de esa ciudad y no volvió nunca más.

Borja Piñero


EL ORO DESAPARECIDO Un día, en el mundo de los leprekauns, cayó un cofre del cielo. Un leprekaun se acercó y abrió el cofre, viendo que estaba lleno de oro. El leprekaun se lo llevó a su casa. Su hermana vino a visitarlo. Rápidamente, escondió el cofre en el armario. Después fue a abrir la puerta; la hermana sospechó que su hermano escondía algo porque estaba muy nervioso. Después de mucho tiempo, el leprekaun dijo a la hermana que se fuera. La hermana se fue sin decir ninguna palabra. Entonces YUKI, que así se llamaba el leprekaun, abrió rápidamente el cofre y miró si seguía el oro. Se sentó en el sofá y miró las noticias. Vio que el cofre era de su hermana y la llamó por el teléfono. La hermana fue corriendo para allí. Llegó y entonces la hermana se enfadó y YUKI se lo dio. Pelayo Boullosa


Un día iba al colegio y había mucha niebla, no se veía nada. Entonces choqué contra algo; era un muro, mire arriba y… ¡era una casa muy grande! que era de color anarajanjado. Entonces miré mi reloj y… ¡ya eran las nueve menos cinco! Sólo me quedaban 5 minutos para llegar al cole y está a 18 manzanas de aquí. El otro día llegué al cole de milagro. Ahora he entrado en la casa. Hay dos perros, dos gatos y cinco hamsters. Hay un huerto enorme donde hay una vaca, un caballo etc. ¡Eh!, ¿y ese ruido? He entrado en el desván de la casa. Hay un cofre cubierto de moho y telas de araña y tengo la llave. En el cofre hay una nota que dice: El que lea esto que se quede con la casa. Fui a mi casa y le dije a mi madre todo lo de la casa. Volvimos donde la casa y… ¡la casa no estaba! Lucas Walica

FIN


Erase una vez una casa en la que vivía una familia que, entre todos, eran seis .El hermano mayor es Juan, el segundo es Mario, el tercero es Pelayo y el cuarto es Rubén; la madre se llama Alicia y el padre Vicente. El más trasto es Rubén, el más serio Mario, el más gracioso Juan, Y el más malo Pelayo. Fueron de vacaciones a E.E.U.U. Pero hubo un problema y fueron a parar a Los Alpes, en las montañas. Fue terrible, porque casi todos tenían vértigo. Un día bajaron la montaña; se cansaron tanto que se fueron a un hotel donde se acomodaron y se tomaron un tentempie. Cuando salieron del hotel se perdieron en la noche. Más tarde, un señor muy raro les dijo que qué les pasaba. La madre le dijo que se habían perdido. Entonces, el señor les prestó una casa.Aquella casa era muy rara y muy extraña. Todos tenían mucho miedo. Al día siguiente se fueron de excursión a la montaña. Y todos tenían mucho vértigo, así que fueron en coche y regresaron a la casa. Lo mejor es que se quedaban a vivir, pero les daba mucho miedo de noche.


Luego llegaron a casa y: ¡Qué desastre! - dijo la madre- En esa casa vivía el señor extraño pero lo peor es que ... ¡Todavía está el señor! El señor extraño daba mucho miedo, así que todos se asustaron por verle. Porque esta vez sí que daba miedo de verdad. El señor le preguntó que de quién era la casa y le dijo que la casa era suya. Y el señor se enfadó y les quiso echar... pero se quedaron a vivir después de que se fuera. The End Mario Cobíán


Una vez, en un pueblo muy humilde, se encontraba una familia muy normal. Una tarde, cuando Esteban venía del colegio, vio un bache en el jardín. Subió a su casa y preguntó a la madre que era eso. La madre le contó que escuchaba ruidos, cómo de duendecillos trabajando. Ya había pasado un rato cuando Esteban fue a averiguar. Estaba todo muy oscuro. De repente ¡PUM!, se cayó; cuando un montón de manos le acariciaban el rostro. Llegó a un hermoso país, pues él no se imaginó que ese país era horrible. Pasaron unos minutos, cuando Esteban se frotó el ojo con las manos y vio a un hermoso siamés de dos cabezas. Esteban se acercó a ver qué era esa cosa tan rara. Pero, cuando iba a tocarla, una voz muy aguda que salía de esa cosa le llegó hasta el tímpano. Esteban se quedó sorprendido y dijo: - ¿Puedes hablar? El gato, muy entrometido, respondió: - ¡Pues claro que puedo hablar! Esteban se quedó con la boca abierta y le dijo al gato: -¿Sabes dónde está la salida de aquí? El gato dijo: - Pues mira a tú alrededor y toma una.


Esteban miró y vio que un montón de flechas apuntaban algún camino. Volvió a mirar al gato pero ya no estaba. Él no se lo podía creer, ¿cómo una cosa podría haber desaparecido de la nada? Cuando volvió a mirar al horizonte sólo había dos caminos, el derecho y el izquierdo. Cómo él era diestro, decidió guiarse por su mano y siguió el camino. Era todo recto, no había paredes ni puertas, ¡Estaba encerrado! Esteban gritaba ¡SOCORRO! pero nadie lo escuchaba. Esteban se sentó en una esquina y se puso a llorar. Cuando pensó que estaba todo perdido, se le acercó una simpática oruga que le pretendía ayudar. Entonces, la oruga le dijo que si quería salir de allí tendría que atravesar cosas como, por ejemplo, la pared que tenía delante. Cruzó la pared y vio un hermoso castillo. Abrió sus grandes puertas. En el medio de una habitación había un sillón donde estaba sentado un joven. El chico le dijo que para volver a su pueblo tenía que jurar una cosa. Esteban dijo que sí. El joven le mandó decir que nunca más desobedecería. Acabó de decirlo y ¡de un PLIS PLASS! estaba en su casa. Bajó las escaleras y la madre le preguntó qué había sucedido. Él le dijo que que la Magia y los sueños se

podían alcanzar. Tatiana Fernández De Pinto


La semana pasada, una pareja fue de viaje a un hotel de 5 estrellas. Un día, de noche, llamaron por teléfono y dijeron: - estoy cerca. ¡Bah!, no importa, son tonterías. Vale. A las 12 de noche volvieron a llamar al teléfono y dijeron: - estoy en el ascensor. ¡Bah!, son tonterías. A la 1 de la mañana llamaron a la puerta y dice la mujer: - ¿quién es? - soy la muñeca del terror, y dice la mujer: - ¡no!, no te voy a abrir. A las 2 de la mañana, la muñeca mató a la chica… pero era todo la imaginación de él.


A las mañana siguiente va a preguntar por ella y le dicen que el hotel estaba encima de un cementerio. A los 6 años o así, aparece la chica en el sillón. Y el hombre dice: - ¿estás cariño? - ¡sí!, ¡sí!, soy yo, es que tenía miedo de aquella muñeca. De repente se oye un grito y desaparece: ¿IMAGINACIÓN DE ÉL?

Nerea Carrascal


Había una vez una casa encantada. En ella vivían tres niños, Pedro, Mario y Adrián y los padres, Felipe y María. La casa estaba llena de arañas, serpientes y avispas. Y justo era la casa de verano, que de un día al otro se puso así. Los padres se pusieron a limpiar. Pero los bichos no se fueron. Entonces llamaron a un exterminador. Y los bichos se fueron.


Y la casa que era la casa encantada ahora es la casa reluciente.

Catriel BenĂ­tez


Salía del colegio a las 19:30, era ya de noche. Me dirigía a casa, cuando un ruido extraño me sobresaltó. Corrí a casa y cuando llegué, me escondí en mi cama.

Oí que la ventana se abría y sonaron pasos que iban hacia la despensa, donde guardamos el dinero. Salí de la cama, pero una red me atrapó y me desmayé.

Cuando recuperé el sentido estaba en una gran estancia con objetos extraños. Me levanté y vi un hombre con una máscara y con un sombrero. Conseguí abrir la puerta de la jaula donde estaba encerradado, pero el hombre me vio y descubrí que tenía un guante con cuchillas.


Salí de aquel sitio y me di cuenta de que

estaba en el bosque, pero tenía que correr, porque el hombre me perseguía. .Justo cuando me había agarrado, mi padre y unos guardias le dispararon y lo dejaron malherido.

Los guardias nos llevaron a casa y nos dimos un abrazo.

Diego Martínez


Aventura en la casa del jardín Taller de escritura de Cuarto Proyecto didáctico Contar Colegio Juan Rodríguez Muñiz

Curso 2010-2011


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