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Educación

ACADEMIA SALESIANA: Por Gustavo Cano, periodista CULTIVANDO EL TALENTO ESCOLAR

Frente al desafío de seguir educando integralmente a los jóvenes de las diferentes obras salesianas, el Área de Comunicaciones de nuestra Congregación, con el apoyo del Equipo de Educación, inauguró el pasado mes de agosto la Academia Salesiana de Artes y Comunicaciones (ASAC), instancia de formación que busca potenciar aptitudes comunicacionales y artísticas de alumnos y alumnas de colegios, logrando que las herramientas sean un aporte en su desarrollo, mediante talleres de cómic, audio, periodismo, diseño, fotografía y audiovisual.

“El año pasado vimos la necesidad de ofrecer a los jóvenes una instancia de formación en artes y comunicaciones más estructurada y sistemática, que les permitiera adquirir conocimientos y herramientas comunicativas para su futuro. Fuimos a diferentes puntos del país y quedamos muy satisfechos. La pandemia no nos detuvo para replicarla este año”, expresó Felipe Valdés, encargado del Centro Multimedial CaeteraTolle, que lidera la iniciativa.

Debido al contexto, este 2020 los talleres se plantearon como una experiencia digital. Nueva versión que en redes comenzó a identificarse como #ASAC2020, transformándose en un patio salesiano donde 105 estudiantes de todo el país aprendieron, interactuaron, generaron lazos de amistad, además de apreciar un posible camino vocacional para su futuro.

Para el director de la Red de Escuelas Salesianas, Juan Pablo Vásquez, el carácter voluntario de la instancia hizo que los “propios estudiantes fueran el motor de esta experiencia, la que nos sirve para plantearnos nuevos proyectos culturales o científicos en un futuro cercano o bien un modelo educativo a distancia, como un preuniversitario online. Las tendencias nos indican que la educación a distancia llegó para quedarse y para fortalecer los modelos presenciales”.

Los estudiantes tuvieron una jornada de premiación, donde se realizó una exhibición de algunos trabajos creativos, y se les otorgó un certificado a aquellos que cumplieron con el 70% de la asistencia mínima. Por otro lado, los que cumplieron el 100% de asistencia serán tomados en cuenta para los cupos y becas en la modalidad presencial a realizarse en el Centro multimedial CaeteraTolle, en Santiago de Chile, idealmente en 2021, si es que las circunstancias lo permiten.

Patio, una necesidad aun en pandemia

Este tiempo de #ASAC2020 le ha mostrado a todo el equipo organizador que los estudiantes de las diferentes presencias salesianas tienen deseo de aprender, pero también de reunirse y compartir con otros estudiantes aquello en lo que son buenos. Tienen deseo de ser escuchados, encontrarse, conocerse y, sobre todo, pertenecer.

“... Las tendencias nos indican que la educación a distancia llegó para quedarse y fortalecer los modelos presenciales”.

“Me llevo la forma juvenil y creativa en que los profesores nos enseñaban. Siempre nos preguntaban al inicio de las clases cómo nos había ido en el día; se preocupaban por todos. Los contenidos me dieron muchas ideas para poder desarrollar mi catálogo artístico”, señaló Matías Arrobash, estudiante del Liceo Salesiano San José de Punta Arenas, quien busca conjugar lo aprendido con su prematura vocación como barbero, espacio que ya comenzó a incursionar.

Para Clemente Garrido, estudiante salesiano de Iquique, todas sus expectativas se cumplieron. Conoció aspectos técnicos de los diversos talleres y, además, pudo relacionarse con estudiantes de otras presencias salesianas de Chile.

Michell Martínez, estudiante del Colegio Salesiano de Linares, comentó que ASAC se le hizo muy corta. Aun así, aprovechó el espacio para aprender sobre fotografía y edición para contenidos en sus redes sociales. “Tenía nociones, pero esta academia vino a darme muchas más bases para hacer mis post en las redes”.

Por otro lado, Joaquin Lopez, del Colegio Salesiano Técnico Industrial Don Bosco de Antofagasta, destacó el buen compañerismo que su sección, un ambiente propicio donde tuvo la oportunidad de aprender cosas nuevas.

“La Academia Salesiana fue un espacio didáctico y muy divertido. Los profesores eran muy amenos y explicaban muy bien cada uno de los temas”, señaló María Rivero, estudiante del Colegio Salesiano de Alto Hospicio. Agradeció entrar en contacto con otros que, como ella, comparten un especial gusto por el animé, los videojuegos y, por supuesto, las comunicaciones.

“Estamos muy contentos por el trabajo realizado. La crisis que vivimos nos ha interpelado fuertemente a repensar el servicio que brindamos y creemos que ASAC es un buen resultado del proceso de adaptación al contexto. Pudimos trabajar con estudiantes desde Iquique hasta Punta Arenas, interactuar con sus apoderados, ofrecerles una propuesta diferente y contribuir a su proceso de formación integral”, comenta Vicente Fritz, delegado del Área de Comunicaciones de la Inspectoría.

Una instancia cuyo objetivo era dotar de herramientas comunicacionales y artísticas a estudiantes salesianos de diferentes puntos del país develó la necesidad de los jóvenes por compartir sus experiencias con otros que, como ellos, tienen gustos afines. Espacio educativo que abrió la puerta a la necesidad de seguir formando buenos cristianos y honestos ciudadanos, ahora también digitales.

>Vida Sana POR QUÉ TODOS HABLAN DEL MINDFULNESS

Por Paulo Inostroza, periodista

“Todos nacemos abiertos al conocimiento, sin embargo, nos contaminamos por el contexto en el que vivimos, donde competir y obtener dinero es lo esencial. Y ese fenómeno, obviamente, estresa a las personas”.

Últimamente se escribe mucho de mindfulness, concepto que está lejos de ser una novedad. Todo lo contrario, es una técnica y estilo de vida práctico basado en más de 2.500 años de tradición de las artes de meditación orientales, que en la actualidad toma fuerza. Tiempos vertiginosos, egoístas, de tener más que vivir, sin espacio para uno mismo ni los nuestros, y ni hablar de la locura que puede significar el encierro, la falta de contacto social y los temores laborales y mundanos.

En la actualidad es fácil abrir un libro y anotar algunas características de este método, pero qué mejor que dirigirse a alguien que realizó un diplomado de mindfulness, lo aplica en su vida diaria y también procura enseñarlo a quien tome la recomendación. Sharif Laibe, director de Origo Lab, quiso explicarnos y aclararnos unas cuantas dudas.

“Busca, con distintos tipos de dinámicas, encontrar la calma y la atención plena en las personas, para lograr ecuanimidad en las emociones y mayor control de la vida diaria. En Oriente estas prácticas son parte de la educación de muchos países, por eso no es raro que, en esta era donde podemos viajar a cualquier lugar, muchos hayamos conocido sus beneficios y se masifique. Esta calma obtenida nos permite ser más conscientes de quiénes somos, conectarnos con la flora y la fauna y determinar nuestro propósito en la vida”, comentó con entusiasmo.

Aclara que no es una cura ni una vacuna, precisando que “en el diplomado aprendí un método para aplicar mindfulness en personas como terapeuta. Sin embargo, existen restricciones. No somos psicólogos ni psiquiatras, tenemos protocolos y tests para identificar trastornos mentales que no puedan ser atendidos en este tipo de terapias, y en esos casos los derivamos con el profesional indicado. El mindfulness debe ser ejercitado con determinación, constancia y disposición al cambio, y los cuadros depresivos no se alinean con estos requerimientos”.

Cuenta que se realizan terapias a nivel grupal y las personas que asisten cumplen con compromisos de confidencialidad y respeto. Se conversan temas que son personales y el método se aplica en 12 sesiones de una hora (una por semana) y comprende la práctica de técnicas de meditación relacionadas con la historia de vida de cada participante.

“Son tiempos donde es difícil encontrar el silencio, pero la pandemia nos regaló una intimidad forzada, pero necesaria. No hay silencio, pero sí mucha pausa reflexiva”.

Sobre los beneficios de esta práctica, asegura que “obtener calma, dirigir el autoconocimiento, practicar la atención plena, liberar el sufrimiento, acceder al control de tus emociones, desarrollar un sentido de vida, instaurar los distintos tipos de meditaciones que sostienen el mindfulness como hábitos de salud, y tener la posibilidad de ser consciente. Una persona consciente sabe que sus actos pueden causar daño y, por eso, esos hábitos se suprimen”.

Sharif, desde su experiencia, advierte que “me enfoqué en Innovación Social y noté que las sociedades están enfermas de varios virus, pero sobre todo por el egoísmo, y concentré mis esfuerzos en la educación. Formé Origo Lab y me dedico a cambiar el mundo desde sus raíces, desde la educación, trabajando con niños y profesores. Todos nacemos abiertos al conocimiento, sin embargo, nos contaminamos por el contexto en el que vivimos, donde competir y obtener dinero es lo esencial. Y ese fenómeno, obviamente, estresa a las personas”.

Conexión con lo sagrado

El padre Félix Levín, director del Teologado Internacional Salesiano de Lo Cañas, explica que la meditación, desde el punto de vista cristiano, es “para nosotros un camino a la oración, ese momento en que te encuentras contigo mismo para capturar lo que Dios te quiere decir. Nos conectamos mediante un ejercicio que no es intelectual, sino generando un vínculo. Ghandi hablaba de que es un contacto con la flaqueza humana. Claro, orando conoces tus limitaciones para encontrarte con lo ilimitado. Es una conexión humana con lo sagrado”.

Y cree que en estos momentos es fundamental. “Son tiempos donde es difícil encontrar el silencio, pero la pandemia nos regaló una intimidad forzada, pero necesaria. No hay silencio, pero sí mucha pausa reflexiva. Aquí es donde te preguntas realmente qué tan reconfortante es mi trabajo y si lo que hago saca lo mejor de mí. Te preguntas las cosas realmente importantes, decides caminos y vuelves a los vínculos fundamentales. Este es un tiempo para meditar, más allá de lo ajetreado que pueda ser el teletrabajo y nuestro ritmo de vida”, expresó.

Redescubrir la serena armonía con la Creación

Por Karina Velarde, Nello Gargiulo y Lorena Jiménez.

La llegada del nuevo coronavirus ha dotado de personalidad a este año 2020. Podríamos decir que se ha convertido en un personaje, que surge en las conversaciones propias del confinamiento. Mientras tanto, en el silencio que delata la ausencia de la humanidad más allá de los hogares, la naturaleza cobró protagonismo.

Animales salvajes de pronto deambulan por las ciudades. Las cristalinas aguas de Venecia dan la vuelta al mundo debido al cese de la navegación en ellas. Cielos más despejados gracias a que gases contaminantes se redujeron por el freno de las faenas. Escenas esperanzadoras para una sociedad inmersa en la discusión sobre el calentamiento global que revelan que aún hay tiempo para salvar nuestra Casa Común.

Sin embargo, hoy el medioambiente no está dentro de las prioridades. La crisis sanitaria y sus efectos son urgentes, con razón. Pero si se observan las raíces de la pandemia hallaremos la alteración de los ecosistemas, cuando las fronteras de lo salvaje no se respetan y los virus que habitan en los animales saltan a la especie humana. Una expresión más de la naturaleza que hoy nos exige un cambio de actitud.

Clamor que fue escuchado por el Papa Francisco, quien anunció en mayo de 2020 el año “Laudato Si”, encíclica sobre el cuidado del medioambiente. El objetivo del Santo Padre es que todos puedan dedicarse a estudiarla en profundidad, pues “una ecología integral implica dedicar un poco de tiempo a redescubrir la serena armonía con la creación (...), debemos reflexionar sobre nuestro estilo de vida y nuestros ideales”.

Casa común

La palabra ecología es un neologismo griego que se integra a la reflexión científica cuando se comprende que el funcionamiento de un organismo viviente es fruto de un conjunto de relaciones que interactúan entre ellas y hacen posible su existencia. El término “Oikç” significa casa y es la raíz tanto de la palabra economía como de ecología, una casa que debe ser curada y administrada en sintonía. La experiencia nos dice que no siempre ha sido así. La preocupación global para la ecología del planeta ha tenido que esperar su tiempo para entrar con mayor preocupación en las políticas gubernamentales.

En la misma Doctrina Social de la Iglesia, la aprensión por el tema del ambiente es nueva. La atención central, por largo tiempo, ha sido dedicada más directamente a temas como la dignidad humana, la justicia social, la paz, el desarrollo, etc. Con “Laudato Si” este tema asume carácter de imperativo ético de urgencia frente a la evidencia de que los cambios del clima avanzan y el equilibrio del ecosistema global sufre fuertes deterioros.

Para la pastoral, la lectura de este tema puede hacerse bajo dos miradas complementarias. La primera es la relación del hombre con la naturaleza, responsable de la continuidad de la Creación misma, para llevar el cumplimiento de la promesa de los cielos nuevos y la tierra nueva (Ap.21). La segunda es la construcción de la comunidad política nacional e internacional, hoy muy carente de interconexiones virtuosas, porque cierto tipo de finanzas condiciona el desarrollo y las visiones de corto plazo en materias medioambientales.

De aquí nace la expresión “casa común”, que es también la novedad de “Laudato Si”. En su publicación, en junio de 2015, meses antes de la cuarta gran Cumbre de la Tierra en París, su conclusión de fondo fue decretar con apremio la evidencia de que los problemas del cambio climático afectan globalmente a todos los países, sin exclusión. Con esto también hay amplio consenso en que la solución de los temas emergentes debe ser abordada con un sentido de responsabilidad común.

Con la pandemia se ha detenido la economía para la sobrevivencia del mundo entero. El Universo ha demostrado su fragilidad. Las lecciones y los aprendizajes son muchos a partir de la urgencia de desconectar ciertas finanzas, sobre todo el orden de cosas, para ceder a la construcción de sistemas políticos vinculantes con fuertes incentivos a la economía real y productiva con amalgamas de fraternidad.

Sistema para el futuro

“La paz, el desarrollo y la protección del medioambiente son interdependientes e inseparables”, señala uno de los principios de la primera Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro, en 1992. Veinte años más tarde, en la misma ciudad se realizaría una nueva versión de esta cita, en la que se impulsó, bajo esa premisa, una agenda de metas para 2030. Luego de la consulta más amplia de la historia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se publican en 2015 los 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS). Fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de géneros; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura;

“La paz, el desarrollo y la protección del medioambiente son interdependientes e inseparables”...

reducción de las desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles; producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas, y alianzas para lograr los objetivos son las 17 propuestas de la ONU.

Aunque los ODS parezcan aislados, todos se relacionan entre sí. Tarea que no es sencilla, sino, por el contrario, lo suficientemente compleja, como lo es la problemática a abordar. Implica caminar hacia otros sistemas económicos y sociales, donde la responsabilidad de las acciones, personales y colectivas, pasan de un segundo plano a la base de las relaciones con otros. Una lógica que algunos expertos asocian a la bioeconomía.

Concepto planteado en los 70 que destaca el origen biológico de los procesos económicos, donde todo se utiliza y nada se desperdicia. Usa el conocimiento que existe sobre los procesos naturales y los aplica a la producción, desde la utilización de los recursos renovables hasta la gestión de los desechos. Como señaló el Consejo Alemán para la Bioeconomía en 2017, un sistema económico adecuado para el futuro.

La bioconstrucción, que considera desde el comienzo estructuras que disminuyen el uso de energía; la implementación de energías limpias, como la solar y la eólica, que ayudan a descarbonizar la matriz energética; el uso sostenible de la biodiversidad, donde los desechos se reintegran a proceso productivos, son algunas de las propuestas.

La economía circular se enmarca bajo estos principios, donde aprovechar al máximo los recursos prevalece. Es una respuesta al sistema lineal de producir, usar y desechar, reemplazando por reducir, reusar y reciclar. Un ejemplo es reintegrar materias primas usadas al proceso productivo, como las botellas de plástico, o utilizarlas para generar otros productos, e incluso energía, como los desechos agrícolas transformados en biomasa.

Una propuesta que es alcanzable gracias a la nueva Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, donde quien produce debe hacerse cargo de los residuos que genera, lo que comercializa. Sin embargo, poco o nada de efecto tendrán las nuevas normas si a estas no se les acompaña de planes que logren instalarlas como un cambio cultural a nivel planetario.

¿Alianzas a la altura del desafío?

Desde hace décadas que en el mundo se han gestado alianzas entre los diferentes países para proteger y sanar al planeta. No obstante, las medidas tomadas parecen estar por debajo del desafío planteado, observando, con el pasar del tiempo, que deben ser más ambiciosas para lograr heredar a las próximas generaciones un mundo habitable.

Uno de los objetivos es ser climáticamente neutros, es decir, tener un resultado cero de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Gran desafío para una sociedad cuya matriz energética aún hoy, con todos los avances tecnológicos, depende mucho de combustibles fósiles, como el petróleo, gas natural, carbón, etc. Reto que aborda la reunión anual de líderes mundiales, COP, organizada por Chile y realizada en Madrid en 2019.

Sin embargo, a pesar de que en nuestro país se está tramitando en el Parlamento la Ley de Cambio Climático, la última COP no logró alcanzar los compromisos necesarios que lleven al mundo, a finales de siglo, a evitar que la temperatura aumente 1,5 grados, considerado límite para la habitabilidad en la Tierra. Triste noticia para el planeta, pero que ha logrado despertar la urgencia en la ciudadanía.

Para el doctor en oceanografía, Humberto González, la atención de la gente al cambio climático es algo que no había visto nunca durante su carrera. El tema se ha empoderado en la población, por lo que cree que hay opciones de incidir en quienes toman decisiones. “La gente quiere mayor información y eso es sumamente importante. Creo que el hecho de que la Ley de Cambio Climático se haya aprobado por unanimidad es un buen síntoma”, expresó en una charla para la Academia Chilena de Ciencias sobre la comisión científica de la última COP.

“Hay un tema que identificamos y que queremos profundizar este año: las soluciones basadas en la naturaleza. La gracia de este concepto es que puede abordar las causas del cambio climático a través de la mitigación, como los impactos del cambio climático, a través de la adaptación”, señaló Maisa Rojas, coordinadora de la Comisión Científica de la COP25 en la misma instancia.

Protección de los ecosistemas naturales no solo para preservarlos, sino porque históricamente nos han protegido. Los bosques, a través de la fotosíntesis; la fauna que cumple la labor de captura y exportación de carbono hasta los sedimentos profundos del océano, que como los glaciares se transforman en sumideros que, de ser perturbados, nuevamente liberarán los GEI que por siglos retuvieron.

PRINCIPIOS DE LA PERMACULTURA

Observa e interactúa: Tomarse el tiempo para interactuar con la naturaleza. En la medida en que nos conectamos con 1 ella, las cosas funcionan de manera eficiente.

Captura y almacena energía: Cada elemento del sistema debe ser escogido y ubicado de tal manera que cumpla tantas funciones como le sea posible. La selección de especies 2 apropiadas requiere un conocimiento completo de los animales o plantas a cultivar: sus tolerancias, necesidades y productos. Obtén un rendimiento: Asegura obtener recompensas útiles como parte del trabajo que estás realizando. 3

Aplica la autorregulación y acepta la retroalimentación: Reducir las actividades no apropiadas para asegurar que los sistemas 4 continúen funcionando bien.

Usa y valora los servicios y recursos renovables: Aprovechar la abundancia de la naturaleza para reducir el comportamiento 5 consumista y dependencia en recursos no renovables.

Deja de producir residuos: Valorar y dar uso a todos los recursos que están a nuestro alcance. Nada se desecha. 6

Diseño de los patrones a los detalles: Si damos un paso atrás, podemos observar patrones en la naturaleza y en la sociedad. 7

Integrar más que segregar: Poniendo las cosas adecuadas en los lugares adecuados, las relaciones se desarrollan entre esas cosas y se complementan para darse apoyo. Usa soluciones lentas y pequeñas: Sistemas pequeños y lentos son más fáciles de mantener, se aprovechan mejor los 8 9 recursos locales y produce más resultados sostenibles.

Usa y valora la diversidad: Esto reduce la vulnerabilidad frente a una serie de amenazas y toma ventaja de la naturaleza 10 única del ambiente donde reside.

Usa los bordes y valora lo marginal: El lugar de interacción entre cosas es el espacio donde los eventos más interesantes ocurren. Estos suelen ser los elementos más valiosos, diversos 11 y productivos en el sistema.

Usa y responde creativamente el cambio: Se puede tener un impacto positivo sobre el cambio inevitable observándolo cuidadosamente e interviniendo en el momento preciso. 12 Trabajar con la naturaleza

En la década de los 70, los australianos Bill Mollison y David Holmgren acuñaron el término “permacultura” para definir un sistema de diseño para la creación de ambientes humanos sustentables. Inspirada en la filosofía de la Agricultura Natural de Masanobu Fukuoka, biólogo, agricultor y filósofo japonés, persigue reproducir las condiciones naturales tan fielmente como sea posible.

Se basa en la filosofía Wu Wei, que invita a no intervenir o forzar las cosas. Los principios de este método son: no arar, no usar abonos o fertilizantes, no eliminar malas hierbas ni usar pesticidas, no podar y sembrar mediante bolas de arcilla. Una respuesta positiva a la crisis ambiental global que estamos viviendo.

“La filosofía de trabajar con y no en contra de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y a los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar las áreas como sistemas monoproductivos”, señaló Mollison.

Verde, que te quiero verde

Acompañar a los jóvenes hacia un futuro sostenible, señala el Rector Mayor en su propuesta programática luego del Capítulo General 28, P. Ángel Fernández, implica una conversión cultural, no una moda. Por eso, dice que hoy los salesianos se comprometen a dar testimonio creíble, personal y comunitariamente de conversión en el cuidado de la Creación y en la Espiritualidad Ecológica.

La Red de Escuelas Salesianas de Chile responde al llamado del cuidado de la casa común. Para eso desarrolla diversas iniciativas que apuntan a fortalecer una cultura del reciclaje y el buen uso de los recursos renovables, fomentando así en los niños y jóvenes un compromiso con el cuidado del medioambiente.

Un colegio que se ha vuelto un referente en la implementación de una educación medioambiental es la Escuela Agrícola Salesiana Fundación Huidobro, de Catemu, que en 2016 recibió la Certificación Ambiental en nivel de excelencia por parte del Ministerio de Medio Ambiente, la que estará vigente hasta el año 2021, convirtiéndose así en la única escuela salesiana del país en tener esta importante certificación.

“Siempre hemos tratado de vincular nuestra especialidad agrícola ganadera con la sensibilidad que hay que tener con el medioambiente, cuidado animal y vida saludable. Aunque los jóvenes se encuentren en sus casas, el área técnica ha seguido trabajando estos tres ejes”, expresó la rectora del establecimiento, Nataly Araya.

En 2019 crearon un punto limpio y dentro de su proyecto curricular cuentan con la asignatura “recursos naturales”, impartida desde 7° básico a 2° medio, en la que enseñan a los jóvenes a fortalecer una conciencia medioambiental. Además, conversan sobre el tema en las clases de orientación, se implementaron diversos talleres de huertos y veterinaria enfocados a concientizar sobre la reutilización de desechos orgánicos y trato con los animales, entregando herramientas prácticas que pueden ser fácilmente replicadas en el hogar.

Ejemplo que han seguido otros colegios, como el Centro Educativo Salesianos Alameda, de Santiago, que ganó un concurso desarrollado por Midas Chile, organización que fomenta la conciencia medioambiental, e instaló un nuevo punto de reciclaje en el colegio. “Este es un proyecto centrado en los jóvenes, ya que son ellos los llamados a liderar y construir una sociedad que cuide la casa de todos”, planteó Daniel Saldías, representante de la organización.

El departamento de ciencias de la Escuela Agrícola Salesiana Don Bosco, de Linares, realizó actividades de construcción de filtros caseros de agua utilizando botellas plásticas, piedras, arena y carbón. Además, elaboraron composteras caseras, clasificando distintos desechos de verduras y frutas, y experimentos de germinación a través del cultivo de diferentes semillas. Las iniciativas apuntaron al fomento del reciclaje, la reutilización, valoración del recurso hídrico y reconocimiento del aporte del compostaje al mejoramiento del suelo.

El Centro Educativo Salesianos Talca implementa el programa Reciclacest, que promueve el reciclaje como alternativa a la acumulación de desechos sólidos mediante la creación del Punto Limpio dentro del colegio. El primer paso del proyecto fue la realización de un taller de formación para profesores en conservación y uso de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Luego, se formó a los alumnos brigadistas ecológicos, responsables de promover buenas prácticas ambientales asociadas a la limpieza del entorno del colegio.

Protección de los ecosistemas naturales no solo para preservarlos, sino porque históricamente nos han protegido.

“El proceso de reciclaje busca sensibilizar a la población educativa y comunidad en general acerca del problema de la basura, y el peligro que representa para la salud de las personas y conservación del medioambiente. Todo lo aprendido en el segundo semestre de 2019 lo podemos hacer en este momento en nuestras casas”, señaló Carla Farías, profesora responsable de Reciclacest, quien ahora continuará la iniciativa de forma online.

Parte de la alianza salesiana verde

Fundación Don Bosco, obra social de nuestra Congregación que ayuda a jóvenes y adultos en situación de calle, se unió a Don Bosco Green Alliance, movimiento verde salesiano global, porque están convencidos de que el trabajo conjunto como instituciones de Don Bosco en todo el mundo puede hacer una contribución sustancial para mejorar el medioambiente y, al mismo tiempo, construir una nueva generación de ciudadanos y líderes comprometidos con esta causa.

En el presente, la fundación trabaja en los compromisos de fortalecer la educación ecológica, instalar jardines y espacios para niños, reutilizar las bolsas de basura en los tachos, disminuyendo así el uso de plástico; comprar productos que sean reutilizables, retornables o recargables; desarrollar talleres de huerto orgánico en las diferentes casas, organizar y participar en plantaciones de árboles, instalación de señaléticas para el cuidado de la luz, cambio de la totalidad de las luces a fluorescentes compactas (CFL) o diodos emisores de luz (LED).

Una de las últimas iniciativas realizadas fue la instalación de paneles solares (termopaneles) en la Residencia Familiar Silva Henríquez, de La Florida, que acoge a familias en situación de calle, que nació como una forma de bajar los costos de consumo de luz, reducción de la huella de carbono y ser una institución sustentable. Esta planta eléctrica servirá como campo de estudios para un colegio técnico-profesional, con el cual están en conversación para firmar un convenio.

“Hemos asumido algunos compromisos para trabajar al interior de la Fundación en un esfuerzo por ser sustentables y de referencia. Al establecer campus ecológicos, estamos ayudando a construir un futuro seguro y sostenible para nuestro planeta”, expresó el P. Víctor Mora, presidente de la Fundación.

Corriente fantasma

¿Sabías que si tus aparatos eléctricos están enchufados, a pesar de estar apagados o en “stand by”, siguen consumiendo energía?

Así lo indica la empresa Endesa, señalando incluso que podrían consumir exactamente lo mismo que al estar en uso, lo que equivaldría hasta 400 kWh extras anuales. Por eso te recomendamos:

Usa alargadores Desconectar (zapatillas) para de la corriente desconectar todo todos los de una vez antes aparatos que de dormir o salir no utilices. de casa.

Por Joaquín Castro, periodista

NEURALINK: CONEXIÓN CEREBRO-MÁQUINA

El transhumanismo es una corriente de pensamiento que busca el mejoramiento humano a través del progreso tecnológico. Desde sus orígenes, ha sido una idea que ha levantado un debate que requiere ser evaluado no solo a la luz del progreso de las ciencias, sino también desde la perspectiva ética. La oportunidad que hoy tiene la humanidad de superar los límites de la biología es evidente, el punto es que sepamos aprovecharla con responsabilidad.

Es en esta línea que Elon Musk, director general de la empresa de automóviles autónomos Tesla Motors y de la empresa de transporte espacial SpaceX, fundó en 2016 la empresa Neuralink, que tiene por objetivo principal ser una respuesta “trans”- humana ante la inminente llegada de la Inteligencia Artificial avanzada (IA). Es decir, que en el futuro no seamos dominados por las máquinas. Una propuesta que parece sacada del mundo de la ciencia ficción, al más puro estilo de novelas futuristas de escritores como Isaac Asimov o Arthur C. Clarke.

La compañía investiga la posibilidad de instalar un ordenador dentro de nuestra cabeza para potenciar nuestras capacidades cognitivas y acortar la brecha que existe con las funcionalidades desarrolladas por la IA. La motivación principal no es luchar contra las máquinas, sino entender estos avances como una posibilidad para mejorar nuestras propias facultades.

El dispositivo consiste en colocar varios implantes con electrodos en nuestro cerebro, que permitirían que los niveles cognitivos se actualicen, como pasa con el software de nuestro smartphone cada cierto tiempo. En síntesis, volvernos mucho más listos. Además, también permitirían controlar otros dispositivos, como el celular o la TV, e incluso navegar en la web solo con el uso de nuestra mente.

Desafío: respetar la dignidad

A pesar de parecer una iniciativa para resguardar la seguridad del ser humano en el futuro, esta medida se encuadra bajo el gran paraguas de lo que ya hemos mencionado como “transhumanismo”, corriente que desde la perspectiva de ética cristiana siempre ha sido foco de debate y discusión.

“Adquirimos aspectos nuevos de conciencia y nuevas tecnologías para mejorar a los seres humanos. Y estas novedades se usan bien o mal. Bien, cuando se aplican las reglas morales de respeto a la persona, que es libre y debe ser amada por sí misma y, por tanto, no debe ser instrumentalizada para otros fines. Mal, cuando se explota a las personas, se las utiliza para otros fines. Si en cambio se las ayuda, es por su bien”, señala Robert Gahl, ingeniero, filósofo y teólogo estadounidense, profesor de Ética Fundamental en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma.

Este comentario está en sintonía con lo señalado por el Papa Francisco en el contexto del congreso de transhumanismo organizado por la Cátedra Francisco José Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión, de la Universidad Pontificia Comillas. Aquí animó a los investigadores “a profundizar en el estudio interdisciplinar propuesto para comprender mejor y afrontar los cambios y desafíos actuales, con vistas a que la vida humana y su dignidad sean respetadas, evitando cualquier intento de instrumentalización”.

La compañía de Elon Musk no se aleja de este propósito, ya que defiende que esta tecnología también ayudará a curar o paliar enfermedades como la epilepsia, párkinson y alzhéimer. Justamente esto es lo que argumentará ante el gobierno de Estados Unidos para que le permitan seguir con la investigación.

Algunas pruebas

Ya han hecho pruebas en ratas, donde implantaron por medio de cirugía pequeños hilos que, por medio de sensores, recopilaron información de sus cerebros y la enviaron a un chip receptor de cuatro milímetros ubicado en sus cráneos. Pero los tests no solo se han aplicado en ratones. Según lo señalado por Musk durante un encuentro en el que presentó el desarrollo de la empresa, “un mono ha podido controlar una computadora con su cerebro”.

“Adquirimos aspectos nuevos de conciencia y nuevas tecnologías para mejorar a los seres humanos. Y estas novedades se usan bien o mal...”

La compañía espera que los usuarios puedan intercambiar pensamientos con otros o aprender digitalmente cualquier habilidad, como se muestra en películas como “Matrix”. Todos estos alcances son posibles, pero han dejado muy claro que el principal objetivo ahora es ayudar a comunicarse a pacientes que sufren parálisis cerebral.

Aunque curar enfermedades neuronales sea una causa muy positiva y necesaria para muchas personas, esta tecnología plantea aún más desafíos. Si podemos actualizar nuestro cerebro como si fuera el sistema operativo del smartphone, entonces ¿podrían también hackearnos? o ¿las empresas podrían espiarnos?

El futuro, a la luz de estos desarrollos, parece una locura solo prevista por la ficción, pero si todo va en ayuda del ser humano, respetando su dignidad, entonces bienvenida sea esta innovación.