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Noviembre de 2005

¿Puede el PAN ganar en el 2006? Desde su fundación por Manuel Gómez Morín, el Partido Acción Nacional abanderó la democracia y la libre empresa para enfrentar al entonces- indestructible sistema dominado por el PRI. “Místicos del voto” los calificó Adolfo Ruiz Cortines por su inclinación a preferenciar la lucha cívica para obtener el poder. Durante décadas, el PAN se aferró a sus convicciones. Son memorables las anécdotas de resistencia por parte de sus dirigentes. La rectitud de muchos de ellos como Adolfo Christlieb Ibarrola y José Ángel Conchello, le dieron al partido un fuerte contenido ético. Pero la ética y la moral, lo sabía Nicolás Maquiavelo, sirven para muchas cosas, menos para obtener el poder y gobernar. Un grupo más pragmático de panistas irrumpió en la escena nacional en el año 1988. Su mote lo decía todo: “Los bárbaros del norte”. El grupo se nutrió en gran medida del descontento empresarial por las crisis recurrentes que se habían originado con la privatización de la economía a Los Pinos, decretada por Luis Echeverría. El calendario de las crisis es demoledor: 1975, 1981, 1985, 1987. Una espiral, casi sin control, de devaluaciones e inflación, llevó al país no sólo a la bancarrota económica: también a la bancarrota política del sistema. 1988 evidenció que el sistema comenzaba a irse. Paridad pesos-dólar e inflación 1970-1988 P A R ID A D P E S O S P O R D Ó L A R 2,500 2,000

El PAN modificó su estrategia. Tomaría el poder no por asalto a la casa presidencial, sino por una estrategia de penetración. La invasión empezaría por los sótanos. Desde la célula básica, desde el municipio, se instrumentó una andanada electoral que removió los cimientos de la estructura priísta. El asalto final provino desde un gobierno estatal. La base de poder panista era, en el año 2000, ya importante, aunque aún no comparable a la imponente estructura tricolor. Había, con todo, una diferencia sustancial entre la elección del año 1988 y la del 2000: la estructura priísta no era ya suficiente para triunfar. Además, había en México despertado una conciencia cívica que le inyectó gran dinamismo a la sociedad. No había posibilidad de articular fraudes electorales de gran envergadura. El país, adicionalmente, había atestiguado la última bancarrota del PRI: la moral. Las reglas se habían roto. Los priistas habían regresado al camino de las balas para finiquitar sus conflictos. La corrupción se desbordaba. Como en una mística asiática, los funcionarios públicos priistas preferían el suicidio a la justicia. Ahí ganó el PAN. Sacando al PRI de los Pinos Lo que hizo Acción Nacional en el 2000 no fue una simple victoria electoral: fue una epopeya. La estrategia central del panismo se basó en convertir la elección constitucional en un plebiscito. Las opciones no eran más que dos: continuar con la descomposición o cambiar. Las personas votaron por el “sí” al cambio. En los estados con mayor población del país triunfó la postura de Vicente Fox. Entidades ganadas por partido elecciones presidenciales 2000

1,500 1,000 500 0 '7 0 '7 1 '7 2 '7 3 '7 4 '7 5 '7 6 '7 7 '7 8 '7 9 '8 0 '8 1 '8 2 '8 3 '8 4 '8 5 '8 6 '8 7 '8 8 IN F L A C IO N % 160 120 80 40

SIN A L O A

DUR A N G O

C HIHU A HU A

G U E RR E R O

TL A X C A L A

S A N LUIS P O TO SI

J A LIS C O

N AYA RIT

C AMP E C H E

NU E V O L E O N

SONORA

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C O A HUIL A

Q U E R E TA R O

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PU E B L A

C O LIMA

DISTRITO F E D E R A L

TA B A S C O

V E R A C RUZ

E STA D O D E ME XIC O

A G U A S C A LIE NT E S

HID A L G O

B A J A C A LIF O RNIA S.

B A J A C A LIF O RNIA

G U A N A JU ATO

Z A C AT E C A S

TAMA ULIPA S

Q UINTA N A R O O

MIC H O A C A N

PRI

0 '7 0

'7 1

'7 2

'7 3

'7 4

'7 5

'7 6

'7 7

'7 8

F uente: B anco de México

'7 9

'8 0

'8 1

'8 2

'8 3

'8 4

'8 5

'8 6

'8 7

'8 8

PAN

PRD

F uente: Instituto F ederal Electoral

MO R E L O S


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Pero la realidad, como siempre, demostró ser más dura que las predicciones. El candidato no pudo nunca convertirse en presidente. Quizá esto tenga su explicación en un error de origen: la estrategia se diseñó para ganar una elección, no para conducir una transición. La paradoja para los mexicanos fue la siguiente: lo más importante en una elección no es a quien se saca del poder, sino a quien se mete. El declive El desmoronamiento comenzó pronto: el PAN, fue el partido que llevó a un candidato al poder pero no obtuvo el poder. Al final del día, el blanquiazul se quedó sin nada. Sus carteras en el gobierno del cambio fueron pocas e intrascendentes. El presidente se deshizo de sus aliados. Se alejó del PAN. Entregó el partido Verde a los brazos del PRI. Exilió a Porfirio Muñoz Ledo. Ya para el tercer año de gobierno, central por la renovación de la Cámara Baja, el gabinete estaba descompuesto. El PAN fue derrotado, marcando un retroceso importante tanto en el número de asientos como en el porcentaje de votación. Acción Nacional en el Congreso de la Unión C o m p arativ o e ntre le gislatura s LVIII (2000-2003)

LIX (2003-2006)

C urule s

205

148

Voto s

14,212,032

8,189,699

% d e v ota ció n

38.24%

30.73%

F uente: Instituto F ederal Electoral, C ongreso de la Unión

De ahí, la caída libre no se ha detenido. Acción Nacional ha perdido, desde el 2003, 19 elecciones estatales. En el último año no ha ganado salvo Tlaxcala y Aguascalientes. Los simpatizantes se han alejado, producto del desencanto. El efecto Fox, crucial en el año 2000, se ha convertido en el defecto Fox. La desilusión conduce a la nostalgia autoritaria. El 2006 amenaza con cumplir la profecía de Diego Fernández de Cevallos: “Vicente Fox pasará a la historia por dos cosas. Haber sacado al PRI de los Pinos y por haberlo vuelto a meter”. El delfín ahogado Fox apostó su sucesión al apoyar a su

Secretario de Gobernación, Santiago Creel y, para abonar su candidatura, envió a su Secretario del Medio Ambiente, Alberto Cárdenas, a participar en la contienda con el objeto de dividir el voto tradicional en perjuicio de Felipe Calderón Hinojosa. La jugada falló, y dejó aislado al Presidente, evidenciando su debilidad. Creel no creció porque equivocó su estrategia. Contra los análisis que se han publicado, lo cierto es que la derrota de Creel comenzó no en el planteamiento, ciertamente erróneo, de su precampaña, sino en la conceptualización de su papel político como Secretario de Gobernación. Creel nunca fue Secretario de Gobernación porque quería ser candidato a la presidencia. Optó por el bajo perfil, la inoperancia, la cautela excesiva para evitar el desgaste. La otrora poderosa Secretaría de Gobernación quedó coja. Estrictamente en lo referente a adoptar un bajo perfil para obtener la candidatura presidencial, Creel no fue el primero en la historia en hacerlo. Adolfo Ruiz Cortines escondió sus aspiraciones fingiendo un precario estado de salud. Decía de si mismo no poder ser presidente por su edad. José López Portillo entendió la psicología del echeverrísmo y se mantuvo inmóvil para agradar. Ernesto Zedillo ni se movió ni deseó nunca ser candidato, pero fue. Creel, sin embargo, equivocó su tiempo. El país requería un Jesús Reyes Heroles en el Palacio de Covián: un constructor, un ideólogo, un conductor de la transición. Creel, por el perfil del Presidente, debió ser el Adolfo Suárez de la alternancia. Hoy es un hombre sin capital político. La decisión, no el titubeo, lo hubiera conducido a la silla presidencial. Porque al igual que hubo quienes llegaron a la presidencia por no hacer, también hubo quienes llegaron haciendo. Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría son los mejores ejemplos. En el modelo que siguió Creel hubo dos yerros fundamentales. No entendió la psicología del Presidente ni ubicó su tiempo histórico. Ruiz Cortines entendió que el Cachorro de la Revolución, su paisano, Miguel Alemán, necesitaba un Secretario de Gobernación prudente pero sumamente eficiente. El Presidente llenaba los espacios. El vendaval que desató en el país,


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requeriría, después, su austeridad y mesura. López Portillo supo que Echeverría no permitiría que nadie llegara al poder por sus méritos ni con su equipo. Ahí radicó la tumba política de Mario Moya Palencia. Carlos Salinas, un presidente con plenos poderes, le confió a su más cercano colaborador de la época, Manuel Camacho, que había perdido la candidatura por una razón: “Te aliaste con mis enemigos”. Creel no entendió que era su obligación histórica llenar el vacío que había en Los Pinos. Tampoco que, como decía Reyes Heroles, los políticos deben aprender a lavarse las manos en agua sucia. Pero hizo algo peor: no entendió su tiempo. Y eso, en política, es mortal. No comprendió que el país había cambiado. Jugó durante seis años un juego cuyas reglas creía modificadas. Pero no: cambió el juego.

sectores de indecisos que favorecen su crecimiento. ¿Puede ganar el PAN? El mapa de poder del PAN demuestra que ha perdido fuerza en prácticamente todas las entidades del país, con la excepción de Veracruz. Existen franjas de la República en donde su existencia es raquítica. El fenómeno del 2000 se dio porque contaron con un candidato excepcional, por el hecho de que Cuauhtémoc Cárdenas llegó disminuido a la contienda electoral y porque eran oposición: no sufrían el desgaste del ejercicio del poder. Ninguno de estos factores se repetirá. Participación del PAN en elecciones de Gobernador 1999-2005

El opositor oficial Felipe Calderón es un candidato más competitivo que Santiago Creel. Posee varios atributos importantes: preparación, solidez partidaria, no carga con el peso de haber sido copartícipe de la administración, se deslindó oportunamente del foxismo, es buen tribuno y es joven. Calderón es, por tanto, un candidato más elástico que Creel. El ex-secretario de gobernación fue herido de muerte por los escándalos: entregó concesiones sospechosas a grupos empresariales televisivos, está acusado de desviar recursos del FONDEN -del orden de mil millones de pesos- y perdió la brújula -en el peor momento- de su vida personal. Apareció como incongruente. Además, Creel y Calderón apostaron a modelos políticos diferentes: aquel al poder del dinero, este a la preeminencia de la operación política. Gasto en precampañas del PAN

Pre c a n did ato

P erio d o

R a dio

Tele visi ó n

Total

Inicio

F in

C ard e n a s

28-J u n

09-S e p

609,450

4,509,237

5,118,687

C re el

06-J u n

21-O ct

102,075,658

98,163,598

200,239,256

C ald er ó n

12-J ul

01-O ct

Total

9,164,427 111,849,535

16,811,709

25,976,136

119,484,544

231,334,079

F uente: El Universal

Calderón, por sus características y apoyos dentro del gabinete, en particular la poderosa red del Programa Oportunidades, puede llegar a

0%-10% votación 11%-19% votación 20%-39% votación 40% o más de votación

F uente: Institutos E lectorales E statales.

La economía, además, puede jugar en contra de las aspiraciones del PAN para quedarse en el poder. Diversos analistas hablan de una desaceleración de la economía estadounidense producto de los altos precios de los energéticos y de la cantidad de recursos que se tendrán que destinar para reparar los daños del huracán Katrina. Esto impactará el crecimiento de México, y nunca ha sido buena la combinación de elecciones con desempleo. Hacia adentro, además, el PAN se encuentra desorientado. No hay que pasar por alto que, pese a la comunicación política que se ha ejecutado con oficio, la contienda interna ha sido un fracaso. Sólo el 30% del padrón ha salido a votar. Se trata solo del voto militante, los adherentes que son simpatizantes ciudadanos, han manifestado su


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desencanto con el partido en el poder. De esta forma, la radiografía electoral del PAN no es nada agradable. Su músculo, aquellos que votaron en la elección interna, es más bien delgado. No obstante, el PAN aún gobierna espacios importantes dentro del país. Controla 11 gubernaturas y es gobierno en 539 municipios. La gran pérdida del PAN ha estado en el voto potencial, el voto ciudadano no militante que alguna vez le favoreció. Los factores de poder Con todo, el PAN cuenta con factores reales de poder que le benefician. Uno, importante, es la estructura gubernamental. Los programas, especialmente los sociales que se manejan desde la Secretaría de Desarrollo Social, se afinan para apuntalar la permanencia. El flujo de recursos será inmenso y dirigido. Por otra parte, el poder de la Iglesia Católica parece operar a favor del partido conservador. El activismo del papa Benedicto XVI ha sido patente en asuntos relacionados con México y particularmente en la sucesión presidencial. En Roma, el 8 y 15 de septiembre pasados, el Papa instruyó a obispos mexicanos a “iluminar” los anhelos democráticos del pueblo mexicano y, en especial, a realizar una “purificación de la memoria, a fin de que los males pasados no vuelvan a producirse más”, a través de los “procesos pastorales orgánicos”. Además, existe una facción sumamente influyente de empresarios que apoyarán decididamente al PAN. En particular, la mayoría de los integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios verá con simpatía la llegada de Calderón a la candidatura, en particular por un rechazo a la posibilidad de que el PRD crezca ante la fractura del PRI. Claudio X. González, Rómulo O´Farrill, entre otros, podrían apoyar a Calderón. Es muy posible que aquellos que apoyaron a Alberto Cárdenas, como Lorenzo Servitje y Juan Gallardo, sumen sus esfuerzos al candidato oficial. Igual puede suceder con los apoyos de Creel, particularmente el de Juan Sánchez Navarro, Lorenzo Zambrano y Roberto Hernández, Otro factor de gran relevancia es la alianza que se tiene con Televisa. Los tiempos han cambiado y la empresa también. A pesar de que

hay signos de apertura, lo cierto es que el poderoso grupo de medios posee ligas estrechas con el poder. La vieja definición de Emilio Azcárraga Milmo, “yo soy un soldado del PRI”, ha sido adecuada a los tiempos por su hijo: ahora Televisa es soldado del presidente, independientemente del partido al que pertenezca. La cercanía del poder presidencial con Televisa no son fortuitas. Gracias a la intervención de la esposa del Presidente, el impuesto que el Estado cobraba a los concesionarios (12.5% anual en tiempo) prácticamente desapareció. La cuarta parte del todo el presupuesto publicitario del gobierno federal (3 mil millones de pesos) se destina a los medios del grupo. La SCT intervino para frenar la venta de canal 40 e impedirle una competencia incómoda al consorcio. Por último, la Secretaría de Gobernación le dio el control de 65 casas de juego y la autoridad fiscal ha sido generosa, al favorecer ahorros por alrededor de 2,000 millones de pesos de ISR por concepto de fusiones dentro del grupo. En retribución, Televisa ha sido un operador clave en los ataques contra los adversarios. Articuló la demolición de López Obrador, exponiendo la corrupción de su primer círculo; instigó la ruptura interna del PRI al enfrentar ante las cámaras a Roberto Madrazo y a Elba Esther Gordillo; facilitó la expulsión de esta última al arrancarle Joaquín López Dóriga la confesión de que había financiado la creación del partido Nueva Alianza; ha brindado espacios ilimitados y gratuitos a los precandidatos panistas; ha omitido mencionar los escándalos de corrupción de la casa presidencial y dinamitó la campaña contra Arturo Montiel. ¿Que hacer con Fox? Quizá el gran dilema del blanquiazul resida en qué hacer con el Presidente de la República. Normalmente, los candidatos poseen, antes de sus campañas, la certeza de lo que es electoralmente conveniente hacer con su antecesor. Luis Echeverría intentó romper con Gustavo Díaz Ordaz. Miguel de la Madrid tomó distancia de la corrupción lopezportillista y montó su campaña bajo la promesa de una renovación moral. Pero Francisco Labastida, en el 2000, no supo o no pudo resolver un dilema similar al que ahora se le


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presentará al candidato del PAN. Ernesto Zedillo era un presidente popular, con aceptación pero que no operaba políticamente y no brindaba, por tanto, votos. Calificación del Gobierno de Ernesto Zedillo

No v99 En e00 M ar -0 0 M ay -0 0

ay -9 9 Ju l-9 9 Se p99

ar -9 9 M

M

No v98 En e99

M

M

ar -9 8 ay -9 8 Ju l-9 8 Se p98

10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0

F uente: E ncuesta trimestral del periódico R eforma, Junio 2000

La popularidad de Vicente Fox no tiene duda. Las mediciones más recientes lo ubican como un hombre que tiene el respaldo de la población. No obstante, sus niveles de aprobación no se traducen en niveles de votación. Carlos Salinas, por ejemplo, logró traducir los éxitos de su gobierno en una estructura de poder -Solidaridadque se extendía a todos los rincones del país y que brindó autonomía electoral a la maquinaria del PRI. Pero Fox, pese a ser popular, no gana elecciones. No lo hace ni dentro de su propio partido. Aprobación del Gobierno de Vicente Fox R e fo r m a

E l U n i v e r sa l

C o n su l ta M i to fsk y

0%

20%

Aprueba

40%

60%

80%

100%

Desaprueba

El mensaje que envío al panismo antes de la segunda vuelta electoral no sirvió de nada. En los cambios de su gabinete, Fox nombró en la Secretaría de Economía y en la de Agricultura a dos hombres muy cercanos a Alberto Cárdenas. En la vieja simbología del poder en México, el mensaje no habría tenido desperdicio. Había línea a favor del llamado caballo negro. Pero la línea fracasó estrepitosamente. La gran paradoja, entonces, es que el candidato no podrá deshacerse por completo de Fox, pero tampoco podrá respaldarle ciegamente. Fox es un lastre y un motor. El tono de la campaña,

seguramente, se dará en un lenguaje cifrado: el mismo que ha utilizado Calderón en su precampaña. Los logros, que son en buena medida de sus aliados, en el combate a la pobreza, en la generación de una vida digna para millones. Prometer encender motores nuevos de la economía, como el turismo, Rodolfo Elizondo es otro operador calderonista de primer nivel. Utilizar la simbología para contrastar: una esposa mesurada, centrada. Al mismo tiempo habrá que atacar las debilidades del presidente. No hay posibilidad de triunfo si se desgarran las vestiduras en favor de un gobierno que ha provocado desencanto. La postura a seguir: profundizar el cambio que se inició, prosiguiendo con lo que funcionó y cambiando radicalmente lo que no sirvió. La epopeya Para conservar el poder, el PAN deberá emprender una cruzada. Todas las encuestas revelan que, pese a todo, Santiago Creel era su candidato mejor posicionado ante la sociedad. Esto se entiende por la continua aparición en medios durante los últimos tres años. Calderón es el candidato más débil en los últimos sondeos publicados, enfrentándose a López Obrador y a Roberto Madrazo o a Arturo Montiel. López Obrador le llevaba una ventaja, según estos estudios, de 14 puntos. La geografía electoral del país revela que el PAN necesita, urgentemente, asegurar su victoria en el tercer padrón más importante del país: Veracruz. El padrón más numeroso, el del Estado de México, está controlado por Arturo Montiel. En la reciente campaña de gobernador, el PRI obtuvo 47.7% contra 24.7% del PAN y 24% del PRD. El Distrito Federal, segundo padrón en importancia, está perdido. La estructura del PRD es, en los hechos, invencible. Los sondeos publicados anticipan que el PRD será capaz de obtener ahí entre 45% y 50% de los votos. La campaña ahí será más intensa por la confluencia de comicios locales. Encuestas locales El PAN necesita posicionarse en Veracruz, que tiene un padrón de más de 4 millones. En esta entidad, el blanquiazul ha experimentado su mayor


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crecimiento. De ser una fuerza meramente testimonial hace una década, ha pasado a poseer una fuerza electoral de suma importancia. En la ú l t i m a e l e c c i ó n f e d e r a l , Ve r a c r u z f u e , prácticamente, el único estado donde Acción Nacional creció. En los comicios estatales del año siguiente, el 2004, obtuvo 945,338 votos, sólo 26 mil menos que el PRI. Veracruz es central en la estrategia del PAN para el 2006. Posee, además, una importante votación en Jalisco, el cuarto padrón nacional. Su influencia es notoria en el centro del país, pero esta no le basta para obtener el triunfo. Acción Nacional, para ganar, necesita incrementar su votación en otras entidades del país. El voto duro del partido se ubica en alrededor de 8 millones de sufragios. Esta es una base de consideración, pero el problema es que no ha aumentado en los últimos años y sí, por el contrario, ha disminuido. En síntesis: Acción Nacional no supo aprovechar el momentum generado por Vicente Fox. En este sentido, Felipe Calderón puede inyectar esa competitividad que le urge al blanquiazul. Sus atributos le pueden hacer penetrar en franjas jóvenes, indecisos del electorado. Además, Calderón intentará beneficiarse de la fractura del PRI, a fin de cooptar el mayor número posible de migrantes. Esto es particularmente atractivo y potencialmente posible con la estructura del SNTE. Pero para ganar, Calderón deberá realizar la proeza de llevar a las urnas entre 6.3 y 8.7 millones de votos indecisos. Deberá hacerlo aún con el gran lastre de un gobierno desinflado a cuestas.

Un drama en tres partes El crecimiento de Acción Nacional impulsa el surgimiento de un escenario similar al de la votación local del Estado de Veracruz: los resultados partidos en tercios. Es previsible que el incremento en las simpatías del PAN se de, en principio, en perjuicio de Andrés Manuel López Obrador. López Obrador basa sus expectativas de triunfo en convencer a los indecisos sobre su candidatura. El PRI, por el contrario, se beneficia más de su voto duro que de convencer a nuevos votantes. Se sabe que cuando existe una alta abstención o una fuerte competencia entre tres partidos, el PRI es el beneficiario. La oposición, para triunfar, requiere de la concentración del voto indeciso y de una alta concurrencia de votantes. Así, el PAN estaría reduciendo los porcentajes de López Obrador. En principio, este escenario facilitaría la restauración. El PRI, con un voto duro de 9.5 millones de sufragios aseguraría su triunfo si ninguna fuerza opositora logra rebasar el 35% de la votación. No obstante, la dinámica de la contienda interna del tricolor avizora una fractura. Se configura el escenario “victoria pírrica” del dossier de agosto, con rasgos del escenario desintegración: el desenlace está por definirse. Los migrantes del PRI han tenido tradicionalmente, un destino: el PRD. Así, si se profundiza la ruptura interna del PRI y se consolida el crecimiento del PAN, el beneficiario último podría ser, una vez más, Andrés Manuel López Obrador.<

Escenarios de victoria para el 2006

P a dró n: 67 millones P articip a ció n: 40.2 millones (60%) Voto d uro (millones) 8.1

PR I

9.5

5.1

Voto s n e c e s ario s

Voto d uro

R e q uiere u n v oto d e:

G a n a c o n 42%

16,884,000

8,100,000

8,784,000

E s c e n ario 2 X 1: G a n a c o n 38%

16,036,000

8,100,000

7,936,000

Pro b a ble tercio s: O btie n e 36%

14,472,000

8,100,000

6,372,000


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