¿DÓNDE ESTAMOS HOY?
Puerto Rico es hoy un país cuya fibra social está lastimada. La inseguridad, la insensibilidad, y los abusos son la orden del día. La crisis actual se caracteriza por un aumento en los niveles de desigualdad y por una mayor vulnerabilidad en individuos y sectores. Para recuperarnos, debemos volver a pensarnos como personas de derechos pero también de responsabilidades. En particular, rescatar en la práctica, de manera sustantiva, el aprecio a la diversidad pero también a la solidaridad; la autoestima pero también el respeto a la diferencia. Es preciso poner en acción políticas públicas que atiendan a los más azotados por la toma de decisiones equivocadas, recortes festinados en los fondos públicos y la indiferencia del Estado para estimular mayor equidad y protección social.
En este tema tenemos que comenzar por abordar el tema de desigualdad y pobreza. Según los estándares federales, el 46% de puertorriqueños y puertorriqueñas viven en pobreza y pobreza extrema. Por otro lado, Puerto Rico ocupa el segundo lugar en el Hemisferio en a cuanto niveles de desigualdad. En Puerto Rico el 20% más rico recibe el 59.9% del ingreso nacional bruto, mientras que el 20% más pobre recibe el 1.7%. La actual Administración no ha implementado ni una estrategia dirigida a cerrar esta brecha de desigualdad. Sólo a través del acceso a las herramientas del desarrollo como la educación y el trabajo, podemos aspirar a que esta enorme parte de nuestra población (46%) pueda levantarse por sí misma.
De igual manera los niños, las mujeres, las personas de edad avanzada, los impedidos y veteranos son poblaciones vulnerables que tenemos que rescatar del olvido y la dejadez de la presente Administración. Son sobre 50,000 los casos activos de menores atendidos por el gobierno por abuso sexual, negligencia y maltrato físico y emocional. Por otra parte, las mujeres constituyen la mayoría de nuestra población y timonean uno de cada cuatro hogares en nuestro país. Sin embargo, aún enfrentan trato desigual y discriminatorio.
Nuestra población de edad avanzada, que ascenderá a 35% de la población total en el 2050, enfrenta empobrecimiento y falta de servicios e infraestructuras adecuadas para atender sus necesidades. Por
::PARTICIPACIÓN Y SOLIDARIDAD::
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