Pedagogía de la ternura

Page 71

82

CONCEPTOS BÁSICOS PARA UNA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA

quizás, para muchos, eso siga siendo cierto: no tiene valor fundamental cambiar el color de nuestra piel o de nuestro cabello, la conformación de nuestro rostro u otros rasgos congénitos. Sin embargo, sabemos y observamos que para muchas otras personas, víctimas o atrapadas por la sociedad de consumo o "cultura ligth", que han permitido que su cuerpo y su personalidad se convierta en una mercancía con la cual se trafica para el mejor postor, sí es una preocupación el poder cambiar y exhibir, por moda o por imposición de la cultura económica y de mercado, algunos rasgos genéticos de su personalidad y desde luego y con más facilidad, relativa, de sus rasgos psicológicos. Si no es sustantivo o fundamental, para muchos, cambiar lo congénito, sí es importante en cambio, como afirmara el mismo Sorin: "... poder influir sobre nuestro carácter, sobre nuestro modo de ser y actuar. No tendremos inconvenientes en la vida ni seremos más o menos útiles a la sociedad por parecernos a mamá o por tener la nariz y la boca como la de papá. Pero podemos tener dificultades y causarlas a los demás si somos ociosos y perezosos, coléricos y de mal genio, o excesivamente débiles de voluntad y firmeza ante los demás. Por suerte, estos rasgos de carácter son más adquiridos que congénitos, y pueden modificarse para bien de uno mismo y de los demás".77 Pero el asunto psíquico, a la hora de la verdad, no es tan simple. No es tan cierto que porque algunos rasgos definitorios de la personalidad sean adquiridos, se puedan cambiar con facilidad. Todos somos testigos o protagonistas de muchos cambios que queremos en nosotros y en los demás y que cuestan mucho o definitivamente no se logran. Piense usted en una persona fumadora, que lucha y lucha por dejar el cigarrillo y al final, sólo termina su nocivo hábito, cuando lamentablemente, digámoslo así cruda y realmente, es asesinada por un cáncer En la estructura de la personalidad, hay muchas características o rasgos psicológicos, que como lo afirman Hamer y Copeland, "... son causados por influencia genética y que se repiten dentro de la misma familia. Estos son rasgos de mucho cuidado y se mantienen a raya o probablemente controlados, si se genera un buen ambiente familiar y se da una buena educación".78 La familia, cualquiera que ella sea, cualquiera sea el nivel de desarrollo que tenga y cualquiera sea el ambiente que la caracterice, "imprime carácter" en sus niños y niñas y mediante esto se juega el futuro feliz o infeliz de los mismos, en la dimensión psicosocial que a ello corresponde. Ayer, hoy y seguramente mañana, la situación y características de las personas y de la sociedad, estarán determinadas, en buena proporción, por la influencia familiar. Los niños y las niñas, y a esto se le llama "aprendizaje vicario" por imitación o por modelos, copian a sus padres y

77

Ibídem.

78

Hamer, Dean y Copeland, Peter. El Misterio de los Genes. Javier Vergara Editor. Buenos Aires, 1998.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.