AF AUSJAL 34_VOL1

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La Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL

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Volumen

Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina

34

Número

31 34

Año 2010 2011


ÍNDICE

dIRECTORIO

Número 34 Volumen 1 JUNTA DIRECTIVA PRESIDENTE José Morales Orozco S.J. Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México jose.morales@uia.mx VICEPRESIDENTES Joaquín Sánchez S.J. Rector de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá joaco@javeriana.edu.co Pedro Rubens Ferreira Oliveira S.J. Rector de la Pontificia Universidad Católica de Pernambuco de Brasil prubens@unicap.br Luis Rafael Velasco S.J. Rector de la Universidad Católica de Córdoba de Argentina rector@uccor.edu.ar SECRETARIA EJECUTIVA Susana Di Trolio sditroli@ucab.edu.ve SECRETARÍA EJECUTIVA Director de Proyectos Jesús Azcargorta jazcargo@ucab.edu.ve Asistente Técnico Isabel Campo icampo@ucab.edu.ve Administrador Alexander Guerrero aleguerr@ucab.edu.ve CARTA DE AUSJAL EDITOR Corina Briceño corinabriceno@gmail.com CONSEJO EDITORIAL Susana Di Trolio sditroli@ucab.edu.ve Jesús Azcargorta jazcargo@ucab.edu.ve DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Perla Cruz Querales pcruzq@gmail.com Teléfonos: (58) (212) 2661341 (58) (212) 2668562

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Nota del Editor

30 Reflexiones sobre la promoción de

3 La RSU se abre camino

en AUSJAL Corina Briceño

la responsabilidad en las instituciones de Educación Superior Cristina de la Cruz Ayuso Universidad de Deusto. España

Desde la Secretaría Ejecutiva

Con Sello AUSJAL

4 La Red de RSU y el Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social de las Universidades de AUSJAL: logros, lecciones y futuros retos Susana Di Trolio Temas para reflexionar:

8 La Responsabilidad Social Universitaria

en nuestras universidades Rafael Velasco S.J. Universidad Católica de Córdoba. Argentina

11 Políticas y sistema de autoevaluación de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba. Argentina

16 La autoevaluación y el trabajo en

red como herramienta favorable para la institucionalización del enfoque de RSU en las universidades de AUSJAL Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba. Argentina

Documentos

20 Mediaciones y gestión de nuestra misión e identidad: una experiencia Fernando Verdugo S.J. Universidad Alberto Hurtado. Chile

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Acciones significativas en RSU de las universidades de AUSJAL Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba. Argentina

Rostros de la red

48 Construyendo Responsabilidad Social Universitaria Corina Briceño

58 Publicaciones 60 Antes del cierre 62 Directorio 64 Diplomado de Derechos

Humanos


NOTA DEL EDITOR Corina Briceño

La RSU se abre camino en AUSJAL “Para AUSJAL, la Responsabilidad Social Universitaria no es una moda reciente, ni pasajera.” Así lo afirma Daniela Gargantini en el prólogo que escribió para el Informe final del proceso de Autoevaluación de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL. Gargantini encabezó un profundo proceso de introversión realizado por las universidades jesuitas, con respecto al tema de la Responsabilidad Social Universitaria, que a diferencia de lo que muchos creen, no es sólo un trabajo de las empresas u organizaciones, sino también de las universidades, como principales agentes transmisores de conocimiento y pilares fundamentales en la construcción de una sociedad. El prólogo de Gargantini, quien es coordinadora de la Red de RSU AUSJAL, continúa de esta forma: “Desde su primer documento, Desafíos de América Latina y Respuesta Educativa AUSJAL, se establece que nuestra propuesta universitaria debe modelarse como respuesta a los desafíos de las sociedades latinoamericanas. (Conscientes de que) las sociedades latinoamericanas no cambiarán sin que se produzcan profundas transformaciones en sus universidades, que efectivamente busquen formar y promover a las nuevas generaciones con la sensibilidad y los conocimientos para enfrentar los nuevos desafíos, hacia una mayor justicia y humanidad” Es este el compromiso de AUSJAL, reforzar la formación integral de quienes estudian en sus universidades y motivar en ellos la voluntad para ayudar a los más necesitados en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Por esta razón, en 2007 nace la Red de Homólogos de RSU AUSJAL compuesta por 19 universidades, a pesar de que en 2003 ya se había planteado reflexionar sobre el tema, lo que llevó a realizar una evaluación y proponer diferentes políticas de autogestión. Hoy en día 14 de las 19 universidades lograron avanzar en el proyecto y presentar resultados, gracias al trabajo en equipo y el compromiso evidenciados en más de 40 foros virtuales, 3 encuentros presenciales y articulaciones on line. Lo que ha permitido el enriquecimiento del proceso llevado a cabo por la Red RSU. En esta edición número 34 de la Carta de AUSJAL, presentamos los resultados de este nutrido proyecto con sello ignaciano. Una radiografía del estado de la RSU en las universidades jesuitas de América Latina. Además, en cada informe se detallan las mejoras implementadas desde los cinco impactos incluidos en la autoevaluación de la RSU (educativo, cognoscitivo y epistemológico, social, organizacional y ambiental) Se trata sin duda de otro logro destinado a ofrecer una educación plena de valores, solidaridad y compromiso, una educación AUSJAL.

Más información en la página 64 del Volumen 1

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Desde la Secretaría ejecutiva

Susana Di Trolio Secretaria Ejecutiva

La Red de RSU y el Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social de las Universidades de AUSJAL: logros, lecciones y futuros retos S

on varios los espacios de intercambio y proyectos comunes que la Red AUSJAL ha logrado construir durante los últimos años: RSU, pobreza, TICs, valores y ética, derechos humanos, cooperación internacional, cultura juvenil, etc. Como toda labor colectiva y consensuada, la creación de esos espacios no siempre ha sido fácil pero, sin lugar a dudas, el proceso ha enriquecido a las personas y universidades que hemos tenido el privilegio de participar en la experiencia. Así, el fructífero camino que ha recorrido la Red de Homólogos de RSU desde el año 2007 es un ejemplo del enriquecimiento humano e institucional alcanzado. Con la reciente publicación del “Informe Final del Proceso de Autoevaluación de la RSU en AUSJAL” (mayo, 2011) se completa la primera etapa del “Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social de las Universidades de AUSJAL” (AUSJAL, 2007). En este mensaje intentaremos hacer una evaluación, de por sí incompleta, del interesante proceso colectivo vivido por la Red de RSU.

Aunque los esfuerzos de AUSJAL en Responsabilidad Social Universitaria se remontan al año 2003, con una primera reunión en Chile, y a la presentación a la XIV Asamblea en 2005 del entonces denominado documento “Políticas e Indicadores de RSU en AUSJAL”1, fue en mayo de 2007 cuando la Asamblea de Rectores acordó poner en marcha el Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la RSU en AUSJAL. El proyecto, que comprende dos grandes etapas, apunta al fortalecimiento de la institucionalización de la perspectiva de RSU en sus diversas dimensiones; el desarrollo de mecanismos de autoevaluación que les permitan a las universidades identificar logros e implementar planes de mejora continua de la gestión, y; el intercambio de metodologías, experiencias y aprendizajes.2 Justo al mes siguiente de la celebración de la Asamblea (junio, 2007), nos reuníamos en Caracas para sostener el I Encuentro de la Red de Homólogos de RSU. Allí nació formalmente la Red de RSU, cuya Coordinación Regional ha estado bajo la responsabilidad de la Universidad Católica de Córdoba, y con la colaboración de la Católica del Uruguay.

1 Posteriormente, dicho documento cambió su nombre y sirvió de base para la elaboración de la publicación, “Políticas y Sistema de Autoevaluación y Gestión de la RSU de AUSJAL”, p.18. Ed. Alejandría, 2009. 2 Carta AUSJAL N°25, Mensaje de la Secretaría, “Hacia el Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social en AUSJAL”, AUSJAL, 2007. p.9.

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Logros Una breve mirada evaluativa a los resultados de la primera etapa del Proyecto de Fortalecimiento Institucional nos permite ver los excelentes resultados alcanzados. El principal logro ha sido la creación y consolidación de la Red de Homólogos de RSU. El segundo gran producto de la Red ha sido la elaboración del Sistema de autoevaluación y gestión de la RSU en AUSJAL. Pero, quizá el resultado más meritorio de la Red de RSU ha sido la implementación del proceso de autoevaluación y la elaboración de los informes correspondientes en 14 de las 19 universidades de AUSJAL que conforman dicha Red. Por último, aunque no por ello de menor valor, es importante destacar que la experiencia desarrollada por la Red de Homólogos de RSU en la construcción de un marco conceptual y un sistema de indicadores para la evaluación de la RSU no sólo ha sido de mucho beneficio para las universidades, sino que la misma es reconocida en espacios académicos internacionales. En pocos años la Red AUSJAL ha logrado posicionarse como un referente en la reflexión sobre Responsabilidad Social Universitaria. Evidentemente, ésta experiencia ha sido posible gracias al trabajo constante de las 19 universidades de la Red de Homólogos de RSU y, especialmente, a la excelente coordinación regional del Proyecto realizada por la Universidad Católica de Córdoba, con el apoyo de la Católica del Uruguay. El Sistema de Autoevaluación y el primer informe del proceso de autoevaluación son el fruto de un proceso de construcción colectiva en el que participaron 19 universidades de AUSJAL. Lo interesante del proceso es que, a pesar de lo complejo que es el tema de la RSU y el diseño de indicadores, la Red logró amplios resultados con un mínimo de encuentros presenciales (tres encuentros, incluido el de 2007). Esto fue posible gracias al uso intensivo de las TICs (más de 40 foros virtuales), y al rápido aprendizaje de los homólogos de su utilización como herramienta para la investigación comparada y el seguimiento de proyectos.

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Desde la Secretaría ejecutiva

Lecciones aprendidas Estos han sido algunos de los logros de la Red de RSU. Pero dicha red no sólo ha producido logros concretos y medibles, sino que también ha generado lecciones que debemos rescatar, revisar y aprender si queremos que los frutos de AUSJAL sean cada vez más y de mayor beneficio. La primera lección de la Red de RSU, que no es nueva en AUSJAL, pero que es bueno repetir, es que la combinación entre la calidad humana, profesional y el espíritu de perseverancia de los homólogos es el factor capital de la calidad del desempeño de las redes de homólogos. La calidad académica y profesional, así como la diversidad en la formación de los homólogos de RSU, ha sido una ventaja clave para el éxito de la Red. Igualmente, una mirada a la fotografía de los participantes en el I Encuentro de la Red de RSU 2007, nos muestra claramente la constancia de los homólogos; la mayoría de nuestros queridos compañeros y excelentes profesionales que actualmente integran la Red han estado trabajando arduamente desde el inicio del proceso en 2007, y algunos incluso desde 2003. La segunda gran lección que nos mostró la Red de RSU es que es viable tener una coordinación regional de una red de homólogos que sea compartida entre varias universidades. Antes de 2007 no teníamos experiencias de coordinaciones regionales compartidas. Gracias al camino abierto por RSU, hoy tenemos tres redes de homólogos que son coordinadas regionalmente por más de una universidad. Finalmente, otras dos importantes lecciones del trabajo de la Red de RSU es que debemos resistir la tentación, muy propia de los gestores, de apresurarse en los aspectos metodológicos de construcción de indicadores. Igualmente, la otra lección es que en el trabajo en red entre países, incluso entre los que hablan un mismo idioma, siempre hay que estar atentos a las diferencias en el lenguaje. En la segunda etapa del Proyecto que se inició en junio pasado tenemos tres grandes retos y algunos riesgos que debemos evitar. A pesar de que la Red ya está trabajando en los retos y está consciente de los riesgos es importante explicitarlos.

Nuevos y viejos retos y riesgos El primer reto es lograr que el sistema de autoevaluación se institucionalice en las universidades que participaron en la primera etapa. El segundo, es poner en marcha las recomendaciones elaboradas para el fortalecimiento institucional de la RSU en las universidades involucradas en el proyecto. Y, el tercero, es incorporar a nuevas universidades en el Proyecto de Fortalecimiento Institucional. Es en los primeros dos retos que queremos detenernos brevemente. Así como al inicio del Proyecto se explicaron los riesgos de la reflexión sobre la RSU, tenemos que ser conscientes de que actualmente tenemos una muy buena concepción de la RSU y de sus políticas mínimas comunes, así como una batería de indicadores de gestión e impacto, pero aún no contamos con un sistema de autoevaluación de la RSU en las universidades de AUSJAL completamente institucionalizado y operativo. Este hecho no nos sorprende ni nos desanima. No debemos olvidar que, en la mayoría de nuestras universidades, el contar con sistemas de información, especialmente en áreas no

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estrictamente financieras, que sean pertinentes, efectivos, actualizados y directamente articulados a la toma de decisiones está lejos de ser la norma. En muchas universidades, tampoco existen los procesos necesarios para el seguimiento, la evaluación y retroalimentación gerencial. Por ello, el gran reto de la Red AUSJAL consistirá en promover que el Sistema de autoevaluación se “encarne” en las universidades. Obviamente, las institucionalizaciones son un proceso y, por lo tanto, no se decretan ni son un hecho aislado. Entre otros elementos, la institucionalización implica, que se creen los procesos necesarios para: uno, mantener la información del sistema de autoevaluación actualizada y, dos, para realizar una revisión y evaluación periódica de los indicadores e informar a las autoridades. De forma tal que los resultados de la autoevaluación sean un insumo clave para los planes y acciones anuales de las universidades. La relevancia que ha cobrado la reflexión y los intentos de medición de la Responsabilidad Social Universitaria en las universidades latinoamericanas y europeas es un hecho positivo. No obstante, a pesar de los avances, debemos estar claros de que dicho proceso no está libre de riesgos. En principio podemos identificar dos grandes riesgos que generalmente enfrenta la RSU, a saber: el de la ausencia de conceptualización y el de la medición sin fundamento o propósito. El riesgo de la ausencia de conceptualización: sin pretensiones, debemos reconocer que la Red de RSU de AUSJAL ha evitado el riesgo de la ausencia de conceptualización al señalar que en AUSJAL “la Responsabilidad Social Universitaria se relaciona directamente con la esencia de la propuesta educativa de inspiración cristiana e ignaciana que caracteriza a nuestras universidades.”3 También, como se señalaba en el año 2007, en las universidades de AUSJAL la responsabilidad social tampoco puede ser concebida en forma reduccionista como una simple herramienta gerencial que le permite a la institución gestionar sus impactos en las sociedades en las que se insertan y en el planeta como un todo4. El riesgo de la medición sin propósito o fundamento conceptual: un segundo riesgo que enfrenta normalmente la RSU, y las modas que de ella se derivan, es el intentar desarrollar indicadores sin tener claridad del propósito de la medición. Éste punto es de especial importancia puesto que la RSU es compleja y, por lo tanto, la medición de sus impactos es difícil. Sin el desarrollo de una sólida base conceptual los intentos de construcción de indicadores de gestión de la Responsabilidad Social Universitaria es un ejercicio metodológicamente errado e institucionalmente absurdo. La evaluación personal e institucional es un elemento propio del carisma ignaciano. En el proceso desarrollado en AUSJAL, desde el inicio se ha tenido presente este riesgo. De allí los esfuerzos que se han hecho, y que se continuarán haciendo a futuro, para clarificar el concepto de RSU y para utilizar la información recolectada en el Sistema de Autoevaluación y Gestión de la RSU en un insumo permanente para la toma de decisiones sobre las estrategias de mejora institucional. Así, el segundo reto de las universidades que culminaron su autoevaluación es lograr que los resultados del primer informe no se conviertan en un documento institucional irrelevante y sin impacto en la toma de decisiones. Como se plasma en la matriz operativa del Plan Estratégico de AUSJAL 2011-2017 (Proyecto P8), la Red AUSJAL tiene el deber de seguir articulando a las universidades a fin de formular las acciones de mejora que, como Red, se desarrollarán en la segunda etapa del Proyecto de Fortalecimiento Institucional. 3 4

“Políticas y Sistema de Autoevaluación y Gestión de la RSU de AUSJAL”, p.18. Ed. Alejandría, 2009. Carta AUSJAL N°25, Mensaje de la Secretaría, 2007. p.7.

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temas para reflexionar Rafael Velasco S.J. Rector de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina

La Responsabilidad Social Universitaria en nuestras universidades E

l concepto de Responsabilidad Social Universitaria que manejamos las universidades jesuitas es un concepto integral que se refiere al modo de gestionar las universidades, a fin de que sean realmente actores claves en la lucha por la justicia y se comprometan como instituciones, a formar profesionales críticos y constructivos. Las Universidades Jesuitas de América Latina definimos el término Responsabilidad Social Universitaria como “la habilidad y efectividad de una universidad para responder a las necesidades de transformación de la sociedad donde está inmersa, mediante el ejercicio de sus funciones sustantivas: docencia, investigación, proyección social y gestión interna. Estas funciones deben estar animadas por la promoción de la justicia, la solidaridad y la equidad social, mediante la construcción de respuestas exitosas para atender los retos que implica promover el desarrollo humano sustentable”1

Para que esto se cumpla, las universidades debemos transformar este deseo de trabajar por la justicia, que brota de la fe, desde todas las dimensiones sustantivas de la universidad. Esto implica instaurar políticas con respecto a nuestra docencia, nuestra producción de conocimiento, la proyección e incidencia social de la universidad y cómo las gestionamos.

Algunas reflexiones que surgen de nuestra experiencia En la Universidad Católica de Córdoba tenemos casi seis años tratando de establecer políticas de gestión claras que abarquen docencia: desarrollando experiencias de aprendizaje y de servicio, con y desde las comunidades más desfavorecidas que también participan en la formación de nuestros graduados y graduadas. Por otra parte, esas experiencias deben reflexionarse desde la docencia y la misma vida universitaria. Para ello es necesario favorecer espacios pedagógicos curriculares, así como también para la realización de jornadas de reflexión institucional y de formación docente. Hemos aprendido que sin experiencias que humanicen las ideas, nuestra lectura crítica de la realidad queda en ideología, y que a su vez, esas experiencias de aprendizaje y servicio sin reflexión quedan en una mera vivencia emocional. Hemos replanteado nuestra investigación a fin de producir conocimiento sobre temas pertinentes socialmente. Lo que nos ha permitido integrar cada vez más los criterios de calidad científica con criterios de pertinencia social. Creemos que la investigación tiene que replantearse: el paradigma de científicos que solo escriben para revistas indexadas sobre los temas que les interesan a esas revistas, no parece ser el que más ayude. Si las universidades promueven la investigación con recursos propios, ¿no deberíamos establecer áreas problemas sobre las que queramos incidir con conocimientos de calidad y a su vez pertinente socialmente? 1

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Políticas y sistema de autoevaluación y gestión de la RSU en AUSJAL, pág. 18, Ed. Alejandría, 2009.


Creemos que la investigación tiene que replantearse: el paradigma de científicos que solo escriben para revistas indexadas sobre los temas que les interesan a esas revistas, no parece ser el que más ayude. Si las universidades promueven la investigación con recursos propios, ¿no deberíamos establecer áreas problemas sobre las que queramos incidir con conocimientos de calidad y a su vez pertinente socialmente?

Eso debería afectar también cómo y qué tipo de resultados se espera de lo investigado. Si vamos a pedir a nuestros investigadores sólo publicaciones científicas o también vamos a promover decididamente la divulgación, seminarios, capacitaciones, transferencias tecnológicas a sectores realmente necesitados de ese conocimiento. Con respecto a la proyección social, el intento de incidir públicamente sobre determinados temas políticos, sociales y ambientales a favor de los sectores más vulnerables, nos ha llevado a reflexionar sobre lo imperioso de que las universidades se identifiquen decididamente con los problemas que sufren las grandes mayorías. ¿A quiénes beneficia el conocimiento que producimos?, ¿cómo se vuelca el peso de nuestras instituciones a favor de los más pobres?, ¿generamos opinión pública acerca del actual estado de exclusión que sufren las grandes mayorías en Latinoamérica? Una visión tan radical de la universidad se sostiene en la medida en que la gestión se va transformando para que nuestras comunidades universitarias sean lugares de justicia y de humanidad. La gestión de la Universidad es clave, dado que trabajar por la justicia debe ir acompañado de un proceso de autocrítica con respecto a criterios de acceso, permanencia y egreso de la universidad, el ambiente de trabajo que fomentamos, del modo en que los miembros de la comunidad universitaria se sienten no solo “laborantes”, sino también “colaborantes” en nuestra misión. Este es sin duda uno de los aspectos más sensibles.

Proceso de Autoevaluación

El proceso de autoevaluación en RSU que nuestra Universidad ha liderado junto con la UCU, nos ha ayudado a obtener una suerte de “fotografía” acerca de cómo estamos en los impactos señalados. Para nosotros la experiencia ha sido sumamente positiva dado que nos ha ofrecido datos sobre las diferentes dimensiones evaluadas: cómo estamos avanzando en cuanto a políticas objetivas y verificables y qué percepción tiene la comunidad universitaria sobre este proceso. También nos ayudó a establecer las líneas de acción rectoras de los objetivos del año 2010 y 2011.

Algunas consideraciones finales sobre el compromiso social de nuestras universidades: La Compañía de Jesús en la CG 35 ha reafirmado su misión -y por lo tanto la misión de sus instituciones- como el servicio de la fe unido inseparablemente a la promoción de la justicia, en diálogo con la cultura y las diversas confesiones religiosas.

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temas para reflexionar

Decimos que la fe que busca justicia es el principio integrador de nuestros ministerios (incluso de nuestro hacer academia) Por lo tanto ese es nuestro “lugar”. Desde ahí miramos la realidad. Desde esa perspectiva queremos reflexionar, producir conocimiento, hacer docencia y proyección social. La CG 35 dice con claridad: “Nuestro compromiso de ayudar a establecer relaciones justas nos invita a mirar el mundo desde la perspectiva de los pobres y marginados, aprendiendo de ellos, actuando con ellos y a su favor” (D. 3, 27). Esto significa que una universidad de la Compañía toma posición ante los problemas de la realidad y esa percepción está marcada por una mirada evangélica, no una mirada supuestamente “neutral.” Ante la realidad de la exclusión, la Universidad tiene que decir una palabra; ante el problema habitacional urgente –por ejemplo-, no se puede seguir enseñando cómo se hacen casas, o cómo se gestiona un proyecto, la Universidad debe generar experiencias que ayuden a criticar las causas de la exclusión y a proponer modelos más acordes al bien de las comunidades más desfavorecidas, para generar planes habitacionales más humanos. Eso mismo es válido con respecto a las diversas áreas del conocimiento y su implicación con la realidad.

La Compañía de Jesús en la CG 35 ha reafirmado su misión -y por lo tanto la misión de sus instituciones- como el servicio de la fe unido inseparablemente a la promoción de la justicia, en diálogo con la cultura y las diversas confesiones religiosas”

A la luz de esto sería bueno que como universidades nos planteáramos -tal vez una vez másalgunas preguntas fundamentales, para volver a nuestro “Principio y Fundamento”: ¿Son nuestras Universidades amigas de los pobres?, ¿tienden puentes entre la academia y la realidad de los más desfavorecidos o viven presas de su lógica académica, cuando no de una lógica que reproduce los axiomas del neoliberalismo? ¿Nuestras universidades favorecen relaciones de justicia con Dios, con los demás seres humanos y con la Creación? De algunas de estas respuestas depende la verdadera utilidad apostólica de nuestras universidades y su inspiración evangélica. Si una universidad es jesuita debe adquirir un carácter profético, identificándose con la causa de Jesús “que para los sabios fue un necio, para los piadosos un escándalo y un revolucionario para los gobernantes, siendo por eso, naturalmente, crucificado.”

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temas para reflexionar Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba, Argentina

Políticas y sistema de autoevaluación de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL L

a identidad jesuita y cristiana que define nuestro modo de ser y hacer universidad debe atender, hoy más que nunca, problemáticas complejas y profundas de un mundo en el que aún subsisten marcadas injusticias que atentan contra la dignidad del hombre y la humanidad. Así, la urgencia por formar estudiantes con espíritu, competencias y habilidades capaces de superar la experticia técnica y el éxito laboral, debe jerarquizar la dimensión ética y el compromiso con la sociedad como eje de las capacidades especializadas del egresado universitario, y como condición habilitante del nuevo profesional. Este nuevo enfoque es el que entendemos como Responsabilidad Social Universitaria. El cual se funda, para el caso de las universidades jesuitas, en el modo de enseñar de la Compañía de Jesús.1 La Responsabilidad Social resulta ser un modo de gestión integral; una estrategia de gestión ética e inteligente de los impactos que genera la Universidad en su entorno humano, social y natural. Bajo este enfoque, las universidades de AUSJAL han optado por trabajar integralmente en torno a los cinco impactos que la labor universitaria genera: impactos educativos (docencia); impactos cognoscitivos y epistemológicos (investigación); impactos sociales (proyección social); impactos de funcionamiento organizacional e impactos medioambientales (administración), definiéndolos como los principales ejes de su gestión en esta temática. En este sentido, la Responsabilidad Social como modo de gestión integral, supone un avance cualitativo institucional de trascendencia ya que atraviesa y articula todas las funciones sustantivas de la Universidad. Debe señalarse que, en esta comprensión holística del enfoque radica la principal distancia con el modelo clásico de proyección social voluntaria o de la extensión, que sólo logra abarcar el cuarto impacto (el impacto social). Este desplazamiento que implica dejar de atender sólo a las acciones externas de la universidad (voluntariado, extensión), para avanzar hacia una gestión integral de la organización académica, resultó clave para comprender lo que podía (y debía) significar la Responsabilidad Social Universitaria en nuestras instituciones. Bajo este enfoque: “La Responsabilidad Social Universitaria, en el marco de las universidades de AUSJAL, ha de entenderse como la habilidad y efectividad de la universidad para responder a las necesidades de transformación de la sociedad donde está inmersa, mediante el ejercicio de sus funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión. Estas funciones deben estar animadas por la búsqueda de la promoción de la justicia, la solidaridad y la equidad social, mediante la construcción de respuestas exitosas para 1 Modo expresado en los Documentos “Características de la Educación de la Compañía de Jesús” y “Paradigma Pedagógico Ignaciano” (planteamiento práctico)

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temas para reflexionar

atender los retos que implica promover el desarrollo humano sustentable. Por lo tanto, la Responsabilidad Social Universitaria debe ser un eje transversal del quehacer de las universidades de AUSJAL” (Red RSU-AUSJAL, 2009)2 Para ello las universidades jesuitas de América Latina han avanzado consensuadamente en torno al desarrollo de mecanismos de autoevaluación (políticas, indicadores y sistemas de información metodológicamente sólidos) que le permitan identificar logros y deficiencias de su gestión en materia de responsabilidad social y, a partir de esta información, implementar propuestas de mejora.

La institucionalización de la RSU en AUSJAL El proceso de institucionalización del enfoque de RSU, iniciado por las universidades de AUSJAL en el año 2003, se plasmó en la creación de la Red de RSU- AUSJAL conformada por 193 de las 31 universidades jesuitas de América Latina y coordinada por la Universidad Católica de Córdoba con la colaboración de la Universidad Católica del Uruguay. El proceso incluyó la definición de un Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social de las Universidades de AUSJAL, la elaboración de un documento institucional capaz de definir las políticas de RSU de AUSJAL y la determinación de los indicadores de seguimiento y la implementación del proceso de autoevaluación de la RSU en 14 universidades jesuitas de América Latina durante el período 2008-2010. El Proyecto de Fortalecimiento Institucional de la Responsabilidad Social de las Universidades de AUSJAL se puso en marcha en abril del 2008, con la intención de fortalecer a partir del proceso iniciado, la institucionalización real y efectiva de la perspectiva de la Responsabilidad Social Universitaria en sus diversas dimensiones; el seguimiento, evaluación y mejora continua de los resultados alcanzados, así como el intercambio de metodologías, experiencias y aprendizajes entre las universidades miembros.

Sistema de autoevaluación y gestión de la RSU en AUSJAL Tal como acordaron las universidades pertenecientes a la Red RSU de AUSJAL, el Sistema de Autoevaluación y Gestión de la RSU constituye “una herramienta de autoaplicación y autodiagnóstico que permite ir dando cuenta progresiva y comparativamente de los pasos y alcances de la RSU en nuestras acciones como universidades de AUSJAL. De la misma manera facilita y favorece la puesta en marcha de planes de mejora continua para el fortalecimiento del enfoque de la RSU en la gestión universitaria. El mismo comprende: a) un marco conceptual que explica las dimensiones del concepto, las variables y los indicadores que permiten operarlo; 2 Red RSU-AUSJAL (2009) Políticas y Sistema de autoevaluación y gestión de la Responsabilidad social Universitaria en AUSJAL. Alejandría Editorial. Córdoba-Argentina. 3 La Red homólogos de RSU-AUSJAL, fue creada en 2007 con el propósito de potenciar y fortalecer la reflexión, el intercambio y la gestión de la responsabilidad social en las universidades. Se propone reinterpretar este concepto desde la especificidad de la labor universitaria integrándolo a la rica tradición de las universidades de inspiración ignaciana. Universidades participantes: Universidad Católica de Córdoba, Universidad Javeriana de Bogotá, Universidad Javeriana de Cali, Universidad Católica del Ecuador, Universidad Alberto Hurtado, Universidad Rafael Landívar, Universidad Iberoamericana-León, Universidad Iberoamericana-Ciudad de México, ITESO, Universidad del Pacífico, Universidad Católica del Uruguay, Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Católica del Táchira, UNISINOS, Universidad Católica de Río, UCA El Salvador, UCA Managua, Universidad Ruiz de Montoya, Instituto Universitario Jesús Obrero (Red RSU-AUSJAL, 2009)

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b) los instrumentos de relevamiento de datos; c) las propuestas referidas al uso de la información para alimentar los procesos de aprendizaje institucional y mejora continua (Red RSU- AUSJAL, 2009) Se estructura a través de un sistema de información de acuerdo con las definiciones y valores propuestos por la Red de RSU de AUSJAL, con relación a las cinco dimensiones o áreas de impacto definidas:  Impacto educativo (relativo a los procesos de enseñanza-aprendizaje)  Impacto cognoscitivo y epistenológico (en torno a las prácticas de investigación)  Impacto social (modo en el que la Universidad se proyecta socialmente en la comunidad)  Impacto organizacional (hacia el interior de la institución)  Impacto ambiental. A partir de estas dimensiones, el sistema de información está compuesto por dos instrumentos: un sistema de indicadores institucionales y una encuesta de percepción de los diferentes públicos afectados por la gestión universitaria (Ver gráfico 1: Mapa conceptual del sistema y gráfico 2: Dimensiones, variables e indicadores del sistema) Una vez obtenidos los datos de ambos instrumentos, se procede a la presentación y análisis de los mismos en las instancias de participación formal institucionalmente reconocidas (tales como consejos consultivos, centros de estudiantes, reuniones de sindicatos, etc.) o grupos de evaluación con carácter participativo y conformados de manera plural para tal fin, de manera que se conformen comunidades de intereses donde todas las partes interesadas puedan estar representadas en coherencia con los valores enunciados. La tarea esencial de estos espacios de discusión es pensar y proponer acciones de progreso en el corto, mediano y largo plazo, que forman parte de la estrategia de mejora continua que se desea impulsar y del Plan de fortalecimiento institucional de la RSU de cada universidad. Dicho Plan es luego presentado a las autoridades universitarias y a la Asamblea de rectores de AUSJAL para su aprobación y puesta en marcha. Junto a estos instrumentos, el sistema de información presenta un apartado de evidencias, donde se solicita a las universidades los registros de documentos de procedimientos, resoluciones, notas, declaraciones, referencias web, etc. que avalen las respuestas dadas en cada indicador (Red RSU-AUSJAL, 2009a)4 (ver gráfico 3: Metodología de implementación del sistema) Las iniciativas de fortalecimiento de la RSU implementadas en las universidades de AUSJAL son fruto de un proceso de elaboración universitaria a nivel latinoamericano, las cuales han favorecido espacios de análisis, debate y generación progresiva de acuerdos. Los mismos permitieron poner en marcha procesos y alcanzar resultados como construcciones colectivas, a partir del compromiso con la excelencia académica y con la promoción total del hombre mediante la formación humanística, social, profesional y científica de todos los que forman parte de la comunidad universitaria, en coherencia con la identidad jesuita y cristiana que nos inspira. 4 Red RSU-AUSJAL (2009a): Presentación sintetizada del Sistema de autoevaluación y gestión de la Responsabilidad social Universitaria en AUSJAL. Alejandría Editorial. Córdoba-Argentina.

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temas para reflexionar

Gráfico 1: Mapa conceptual del sistema de autoevaluación y gestión de la RSU-AUSJAL (Red RSU-AUSJAL, 2009:31)

Gráfico 2: Dimensiones, variables e indicadores del sistema de autoevaluación y gestión de la RSU-AUSJAL (Red RSU-AUSJAL, 2009a:20)

Dimensiones o Impactos Formación de los estudiantes

(Impacto Educativo)

Generación y difusión del conocimiento (Impacto Cognoscitivo y Epistemológico)

Vinculación con la sociedad (Impacto Social)

• Orientación de la agenda • Metodología adecuada a principios éticos • Interacción de conocimientos • Socialización • Incidencia • Alcance de los Programas y Proyectos • Interacción con otros actores sociales • Aprendizaje de los actores involucrados • Articulación Disciplinaria • Plan y Presupuesto Asignado • Incidencia

(Impacto Organizacional)

Gestión ambiental

•Uso y manejo de recursos ambientales •Cultura y educación ambiental

(Impacto Ambiental)

Indicadores

• Integración de la RSU en el Currículo • Experiencia vivencial • Reflexión y análisis critico • Perfil del egresado

• Clima organizacional • Desarrollo del talento humano • Relación con proveedores • Inclusión • Comunicación responsable • Participación • Cultura de la transparencia y la mejora continua

Gestión universitaria

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Variables

Indicadores de resultados, procesos e impactos.


Gráfico 3: Metodología de implementación del sistema de autoevaluación y gestión de la RSU en las universidades de AUSJAL (Red RSU-AUSJAL, 2009a:19)

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temas para reflexionar

Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba, Argentina

La autoevaluación y el trabajo en red como herramienta favorable para la institucionalización del enfoque de RSUen las universidades de AUSJAL1 L

a formación socialmente responsable convoca a todas las universidades confiadas a la Compañía de Jesús a un trabajo ineludible en medio de un contexto global problemático, como resulta ser el actual. Es por ello que no puede reducirse a un área disciplinar o a funciones universitarias particulares, sino que requiere recuperar estrategias que han sido puestas en marcha por la Red RSU-AUSJAL, a fin de institucionalizar dicho enfoque en los procesos vinculados con la formación superior en América Latina. Las acciones implementadas en esta línea, se encuadran dentro de una discusión conceptual, que, partiendo de la naturaleza misma de la problemática social existente, intenta impulsar un cambio institucional progresivo, con respecto a la necesidad de superar los enfoques sectoriales. Lo cual permite una formación académico-profesional y humana específicamente capacitada y comprometida en acciones que tiendan, no sólo desde lo técnico o académico sino desde lo político-institucional y personal, a superarla. Entre las estrategias implementadas -y a modo de lecciones aprendidas- resulta clave destacar las siguientes: -

“La consideración de la RSU como asunto de todos: la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL debe ser asumida y entendida como una cuestión de identidad, de la esencia misma de las universidades. Como tal le compete a todas las instancias y niveles, los cuales deben estar dispuestos a servir, para asegurar la coherencia institucional.

(Aún así, a nivel político es definitivo el liderazgo de los rectores y autoridades para lograr la institucionalización de la RSU al interior de cada universidad; así como a nivel operativo es necesario contar con una estructura u organización institucional que apoye y potencie el enfoque. En este sentido es esencial la conformación de un grupo de trabajo que lidere el proceso de autoevaluación como de institucionalización progresiva, junto a un sistema de 1 Artículo basado en Gargantini, Daniela (2010) El proceso de autoevaluación y gestión de la Responsabilidad Social Universitaria: la experiencia de AUSJAL. Ponencia presentada en el II Foro Internacional sobre Innovación Universitaria. Las universidades como agentes de innovación en el compromiso social, organizado por la Universidad de Deusto. Cátedra de Innovación Deusto- BBVA. 10 al 12 de noviembre de 2010. México DF y Red RSU-AUSJAL (2011) Presentación sintetizada del informe final del proceso de autoevaluación de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL. Alejandría Editorial. Córdoba, Argentina.

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La Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL debe ser asumida y entendida como una cuestión de identidad, de la esencia misma de las universidades. Como tal le compete a todas las instancias y niveles, los cuales deben estar dispuestos a servir, para asegurar la coherencia institucional”

información que facilite la gestión de la temática. A partir de este soporte político y operativo resulta también fundamental la articulación o integración con otros procesos institucionales, tales como los de evaluación y acreditación, o de planificación estratégica vigentes en cada universidad, a fin de que el enfoque permee los procesos académicos y de gestión.) - El esfuerzo hacia el logro de una transformación social concertada: la Responsabilidad Social Universitaria tiene como uno de sus propósitos vincular a los diversos miembros de la comunidad universitaria en proyectos e iniciativas que estén orientadas a contribuir a la transformación de la realidad local, nacional y regional, de acuerdo y articuladamente, con los actores significativos de su entorno. - La apertura a la innovación pedagógica y científica: el ejercicio constante y sistemático de la Responsabilidad Social conlleva a que las universidades identifiquen nuevos caminos de formación e investigación científica, útiles para los procesos de desarrollo y construcción de lo público en el ámbito local, nacional y regional. Esto exige apertura y flexibilidad. - El fomento de la interdisciplinariedad: el trabajo que se propone desde la Responsabilidad Social Universitaria es integral e interdisciplinario, pues las realidades que se abordan así lo requieren. - La experiencia vivencial: marcada por el contacto directo con las comunidades y el medio social, especialmente con los pobres y con los sectores más vulnerables. - El conocimiento y análisis crítico de la historia y realidad contemporánea del país y la región: con especial énfasis en la comprensión causal de la poca generación de oportunidades y bienestar para las grandes mayorías, la exclusión y los problemas de gobernabilidad, desde una visión local con perspectiva global o universal. - La alta capacidad técnica y profesional de los estudios de cada carrera: profundizando en la capacidad de diseñar soluciones exitosas, conscientes de que no basta con la buena voluntad, y que el moralismo sin competencia y excelencia académica, puede traer males mayores.

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temas para reflexionar

- El sentido de lo público: como espacio de trascendencia para el quehacer profesional, de manera tal que los profesionales exitosos lo sean también para la construcción de lo público. - El apoyo en la cooperación interinstitucional y en el trabajo en red: cada vez nos increpan con más fuerza, como universidades ignacianas, las problemáticas de la región, y a la vez nos exigen una respuesta desde nuestros saberes, poderes y haberes académicos, que pueden ser efectivamente abordados a través de las redes. Dada la complejidad y velocidad del cambio y de las demandas de nuestras sociedades latinoamericanas, para dar una respuesta efectiva a los mismos y tener así una educación superior pertinente, la estrategia no puede ser otra que la promoción y el fortalecimiento del trabajo en red”(Red RSU- AUSJAL, 2009)2 Estos aspectos claves son los que parecen garantizar la sostenibilidad de los procesos emprendidos, con el fin de: •Desarrollar en alumnos y docentes, las habilidades (tanto técnicas como humanas) necesarias para contribuir en la resolución concreta de problemáticas complejas, generando compromiso. •Construir un nuevo perfil del alumno y el docente: altamente capacitado y actualizado, consciente y comprometido con la resolución de las problemáticas del medio. •Favorecer cambios institucionales en coherencia con la misión e identidad que nos define. •Reubicar a la universidad en su medio (especialmente en los sectores más desfavorecidos), ampliando las relaciones universidad-sociedad, a partir de una visión de interdependencia y enriquecimiento recíproco. Para ello, y como en todo proceso sistémico y regular de institucionalización, ha resultado necesario promover lo siguiente: -

“Articulaciones a nivel intra-institucional: es decir, con los diferentes niveles, sectores, secretarías, cátedras, áreas y estamentos de la propia universidad, desde donde se desarrolla la propia actividad académica, a fin de favorecer que el enfoque de RSU sea realmente incorporado y permee la propuesta académica y de gestión.

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Articulaciones a nivel inter- institucional: las cuales han implicado no sólo vínculos y asociaciones con otros actores del medio con los cuales la universidad se relaciona, sino particular y especialmente con las demás universidades miembros de la Red de RSU-AUSJAL” (Gargantini, 2007)3

2 Red RSU-AUSJAL (2009) Políticas y Sistema de autoevaluación y gestión de la Responsabilidad social Universitaria en AUSJAL. Alejandría Editorial. Córdoba-Argentina. 3 Gargantini, Daniela (2007) “Políticas e indicadores de responsabilidad social universitaria- Proceso de institucionalización del enfoque de RSU en universidades jesuitas” En: Libro de resúmenes del Encuentro de Universidades Latinoamericanas- Hacia la construcción de un mayor compromiso social de las universidades. Universidad Nacional de Mar del Plata. Mar del Plata, Argentina.

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En este sentido merece ser destacado el trabajo y el proceso realizado en los años de funcionamiento como Red. Este valioso aporte facilitó la transferencia horizontal y el intercambio de buenas prácticas, favoreció el respaldo y apoyo institucional, motivó la participación y reforzó la identidad de nuestras universidades. Los resultados alcanzados constituyen así, “una construcción colectiva basada en metodologías participativas (y en el aporte de 19 universidades), a través de más de 40 foros virtuales, 3 encuentros presenciales e innumerables articulaciones on-line”4 Esto ha brindado insumos objetivos capaces de facilitar la toma de decisiones y mejorar la gestión institucional de nuestras universidades, haciéndolas coherentes con la misión e identidad ignaciana que las caracteriza. Tal como lo evidencian las estrategias expuestas, no se trata de incorporar mecánicamente en las universidades el concepto de Responsabilidad Social desarrollado en el ámbito empresarial, o de sumarse a una corriente o a una moda. Se trata de reinterpretar este concepto desde la especificidad de la labor educativa de nivel superior en América Latina e integrarlo a la rica tradición de las universidades jesuitas, ampliando y profundizando la identidad de las mismas en la perspectiva del servicio a la sociedad.

Merece ser destacado el trabajo y el proceso realizado en los años de funcionamiento como Red. Este valioso aporte facilitó la transferencia horizontal y el intercambio de buenas prácticas, favoreció el respaldo y apoyo institucional, motivó la participación y reforzó la identidad de nuestras universidades. Los resultados alcanzados constituyen así, “una construcción colectiva basada en metodologías participativas (y en el aporte de 19 universidades), a través de más de 40 foros virtuales, 3 encuentros presenciales e innumerables articulaciones on-line”

4 Red RSU-AUSJAL (2011) Presentación sintetizada del informe final del proceso de autoevaluación de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL. Alejandría Editorial. Córdoba, Argentina.

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Documentos Fernando Verdugo S.J. Vicerrector de Integración y Relaciones Universitarias de la Universidad Alberto Hurtado de Chile

Mediaciones y gestión de nuestra misión e identidad: una experiencia A

l cabo de algunos años desde la fundación de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) en 1997, surgió entre sus directivos la conciencia de que había que perfilar lo ignaciano desde los inicios en la Universidad. Tal vez por mi condición de jesuita, se me pidió que hiciera una propuesta en esa dirección y que liderara su puesta en marcha. La tarea me pareció desafiante pero compleja, principalmente porque no tenía mayor experiencia en el tema. Implicaba, en primer lugar, familiarizarse con la tradición orientadora y reflexiva sobre lo que significa ser una universidad vinculada a la Compañía de Jesús. Luego, una vez adquirida una mejor comprensión de los rasgos fundamentales de nuestra identidad, había que considerar qué hacer, cómo y con quién, para que lo ignaciano repercutiera en cada ámbito de la vida universitaria: en la docencia, la investigación, los servicios prestados a la sociedad, la convivencia cotidiana, la estructura organizacional, las formas de gobierno, etc. Si bien abundan las conferencias y documentos que tratan sobre la misión e identidad de las universidades vinculadas a la Compañía de Jesús1, a mi juicio es más difícil contar con antecedentes de cómo se concreta en dichas universidades los propósitos y rasgos adoptados como propios. Al respecto es interesante notar, por ejemplo, que los criterios o indicadores mediante los cuales se nos mide en los procesos de acreditación, nacionales e internacionales, rara vez permiten visualizar los estados de avance en relación a ciertos propósitos y características ignacianas. Nuestra experiencia en la UAH nos permite afirmar que, a lo más, los pares evaluadores destacan el alto nivel de identificación con la misión institucional que observan entre los miembros de la comunidad universitaria. Pero, ciertamente, aspectos fundamentales de nuestra misión e identidad no están presentes ni en las pautas ni en sus informes de evaluación. Más aún, muchas veces hemos tenido que introducirlos un poco a la fuerza para dar cuenta de lo que es o quiere ser nuestra universidad. El foco de esta presentación, entonces, no estará tanto en volver una vez más sobre los contenidos fundamentales de la misión e identidad de las universidades jesuitas, cuanto en los modos de concretar los propósitos y rasgos adoptados. Ahora bien, es imposible ofrecer aquí una visión exhaustiva de la identidad ignaciana tal como ha sido plasmada en la UAH. Esto supondría una evaluación con indicadores que, como he señalado, suelen no estar presentes en los procesos de acreditación o evaluación institucional. Supondría, además, tomar en cuenta el parecer de diversos actores de la comunidad universitaria y, por cierto, del entorno para ver cómo nos perciben. 1 Cualquiera que se adentre en los temas sobre misión e identidad, verá que la literatura es y sigue siendo abundante: desde textos fundacionales de la Compañía de Jesús, como son las Constituciones, hasta los más recientes artículos y conferencias de la reunión de Rectores que tuvo lugar en la Universidad Iberoamericana de México (abril del 2010), pasando por una serie de obras más sistemáticas.

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Más modestamente, quisiera presentar algunas convicciones a las que he llegado, luego de 10 años involucrado en estos temas. Comenzaré con algunas reflexiones sobre la misión e identidad de las universidades vinculadas a la Compañía de Jesús, donde el énfasis estará puesto en la necesidad de permanente reformulación. Luego, sabiendo que hay muchos ámbitos en que lo ignaciano está llamado a hacerse presente en la vida universitaria, he escogido dos, la estructura organizacional y la Vicerrectoría de Integración. Si he optado por esta presentación que combina experiencia y reflexión, se debe precisamente a que la identidad se construye a partir de lo que queremos ser y de lo que, efectivamente, hemos sido2.

1. La misión e identidad: en continua reformulación

Las demandas para el desarrollo y las múltiples transformaciones experimentadas por nuestras sociedades bajo la presión de la globalización, los procesos de secularización y el mayor pluralismo existente, como también las crisis y deseos de prestar un mejor servicio dentro de la Iglesia, han llevado a las universidades católicas y jesuitas, como pocas veces en la historia, a preguntarse por su misión e identidad. ¿Cuál debe ser el aporte y el sello de estas universidades en las sociedades en las cuales se insertan hoy? ¿Vale la pena dedicar personas, energías y recursos a esta tarea? ¿Tiene sentido jugarse por una propuesta universitaria en un medio cada vez más competitivo, donde las alternativas provienen no sólo de adentro sino también de afuera del país? A juzgar por los hechos, la respuesta de la Compañía de Jesús a estas dos últimas preguntas ha sido positiva. En efecto, no sólo ha mantenido y desarrollado las instituciones de educación superior que estaban a su cargo sino que, además, ha emprendido nuevos proyectos. En América del Sur, por ejemplo, se ha comprometido con al menos cinco nuevos proyectos universitarios durante los últimos 25 años: la UC del Uruguay (1985), la UAH de Chile (1997), el ISEHF de Paraguay (1997), el Instituto Universitario Jesús Obrero de Venezuela (1998) y la Universidad Ruiz de Montoya del Perú (2003)

Sabiendo que hay muchos ámbitos en que lo ignaciano está llamado a hacerse presente en la vida universitaria, he escogido dos, la estructura organizacional y la Vicerrectoría de Integración. Si he optado por esta presentación que combina experiencia y reflexión, se debe precisamente a que la identidad se construye a partir de lo que queremos ser y de lo que, efectivamente, hemos sido”

2 Esta conferencia, con sus variantes, fue presentada en el 2010 tanto en la Universidad Católica de Córdoba, Argentina, como en la Universidad Católica del Uruguay, ambas miembros de AUSJAL, la Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina.

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En cuanto a la misión, mi impresión es que las universidades vinculadas a la Compañía de Jesús suelen expresarla con bastante claridad. Y esto no sólo porque sea un requisito de planificación, sino precisamente porque un rasgo fundamental de la espiritualidad que da origen a la tradición educativa ignaciana, es el de alimentar la conciencia crítica acerca de las motivaciones por las que actuamos3. ¿Qué motivó a Ignacio de Loyola, y a sus primeros Compañeros, a involucrarse en esta aventura? ¿Qué nos motiva hoy, hombres y mujeres, jesuitas, laicos y laicas a involucrarnos en este proyecto común? ¿Qué caracteriza nuestro quehacer que nos distingue de otros? ¿Se trata de ofrecer al sistema de educación superior más de lo mismo? La vinculación de la Compañía de Jesús en el ámbito educativo no fue algo evidente. Es sabido que a Iñigo, el peregrino “sólo y a pie”, no se imaginó a sí mismo involucrado en instituciones educativas y de investigación. Nada más ajeno a su trayectoria de vida. De hecho, fue bastante tarde –cerca de los 30 años- cuando él mismo emprendió un proceso sistemático de formación: comenzó en 1525, en Barcelona; luego, en 1526, pasa a Alcalá; enseguida, del año 1528 a 1535, a la Universidad de París. Más tarde, cuando empieza a tomar cuerpo la nueva orden religiosa fundada oficialmente en 1540, tampoco se la imaginó embarcada en la actividad académica. Como bien nos recuerda John O’Malley4, fue transcurridos algunos años desde la fundación de la Compañía, que los jesuitas empezaron a involucrarse en proyectos educativos para todo tipo de estudiante: de manera incipiente en Gandia, en 1546; más abiertamente con el colegio de Messina, Italia, en 1548; y a nivel superior, con el Colegio Romano, hoy la Universidad Gregoriana, en 1551; por mencionar algunas. Al morir Ignacio (1556), la educación se había constituido en el principal ministerio de los jesuitas. Cuando la Compañía fue suprimida en 1773, había más de 800 instituciones de educación. Me parece importante destacar que fue el jesuita Ignacio, y no el peregrino Iñigo, quien captó el enorme potencial que tenía la educación; fue el superior general de los jesuitas y no el apóstol itinerante, quien captó la importancia de las mediaciones institucionales para llevar a cabo la misión a la que él y sus compañeros se sentían llamados. El actual Superior General de los jesuitas, el P. Adolfo Nicolás, nos lo ha recordado en la reciente reunión de Rectores en México: Ignacio llegó a comprender muy tarde que las universidades como tales podían servir para que la Compañía de Jesús cumpliera su misión en la Iglesia. Lo que resulta sorprendente es que Ignacio explica con claridad en las Constituciones por qué le atrajo la idea de lo que él llama ‘universidades de la Compañía’: la Compañía de Jesús acepta ‘encargarse de universidades’ para que los ‘beneficios’ de ‘mejorar la enseñanza y las condiciones de vida…se extiendan más universalmente.’ El bien más universal es lo que empuja a Ignacio a aceptar la responsabilidad de las universidades. En el tiempo de Ignacio y sus compañeros, junto con las nuevas fronteras geográficas y culturales del mundo nuevo, surgieron en Europa nuevas fronteras eclesiales e intelectuales: el protestantismo y el humanismo renacentista. Conscientes de que ese mundo nuevo que estaba surgiendo ofrecía oportunidades inéditas, Ignacio y los primeros jesuitas no dudaron en valerse de los medios considerados más aptos para llevar a cabo su misión: es decir, la de 3 No es casualidad que el punto de partida de los Ejercicios de San Ignacio sea el Principio y Fundamento (23) y que el propósito de los ejercicios mismos sea “quitar de sí todas las afecciones desordenadas, y después de quitadas para buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de su vida” (1); o sea, moverse por propósitos despojados de todo engaño y libremente asumidos. 4 John W. O’Malley, S.J., Los primeros jesuitas, Mensajero-Sal Terrae, España, 1993, pp. 249-298; “How the First Jesuits Became Involved in Education”, en Vincent Duminuco, S.J. (ed.), The Jesuit Ratio Studiorum: 400th Anniversary. Perspectives, Fordham University Press, New York, pp. 56-74.

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Fue el jesuita Ignacio, y no el peregrino Iñigo, quien captó el enorme potencial que tenía la educación; fue el superior general de los jesuitas y no el apóstol itinerante, quien captó la importancia de las mediaciones institucionales para llevar a cabo la misión a la que él y sus compañeros se sentían llamados”

ayudar a las personas a conseguir el fin último para el que fueron criadas5. Se puede decir que entusiasmados con lo que podríamos llamar la “primera globalización”, encontraron en las universidades un modo de profundizar y ampliar el aporte de su carisma y misión, una oportunidad para sumarse más eficazmente a la gestación de un mundo nuevo y mejor. No corresponde aquí presentar y analizar cómo entienden hoy su misión las universidades confiadas a la Compañía de Jesús, en este contexto de la “nueva globalización”. Basta, para hacerse una idea, revisar algunas páginas web donde suelen estar las declaraciones de misión. Fácilmente podemos constatar que las universidades jesuitas tienen una serie de propósitos comunes: una oferta de formación integral y no solo profesional de los estudiantes; un compromiso académico de calidad, que atiende al entorno local y regional, para la generación de condiciones de vida más justas y fraternas; la generación de espacios para el diálogo interdisciplinar, para el diálogo entre fe y cultura; la inserción en una tradición educativa; etc. Tanto ayer como hoy, la misión de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús tiene elementos comunes. Sin embargo, algunos objetivos y su formulación han tenido que variar “según tiempos, lugares y personas”, como tanto le gustaba decir a San Ignacio.

Detengámonos ahora más específicamente en el tema de la identidad En primer lugar, convengamos con lo que se entiende por identidad y por identidad institucional. La identidad tiene que ver con aquellas cualidades y experiencias con las que, en determinados contextos y situaciones históricas, una persona, una colectividad o institución quiere asociarse y o ser reconocida por otros. La identidad no es una esencia innata o una herencia inmutable, sino más bien una realidad dinámica, una construcción histórica que asume el pasado y mira el futuro, en la que está siempre en juego el respeto de los demás y la dignidad humana6. Ahora bien, al igual que con la misión, en este tiempo de globalización acelerada, culturalmente menos homogéneo, más plural y de enorme competitividad, como universidades católicas y jesuitas también nos hemos visto urgidas a repensar nuestra identidad y a poner énfasis en determinadas cualidades por las que queremos ser reconocidas. Recientemente por ejemplo, el superior general de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás, en su discurso a los rectores reunidos en México, ha puesto de relieve ciertos desafíos del presente que exigirían reorientar la misión de la educación superior jesuita. A mi juicio, implica también revisar nuestra identidad. Interpelan no sólo el qué debemos hacer como universidades, sino igualmente el modo de hacerlo. Así, frente a la globalización de la superficialidad, el P. Nicolás insiste 5 Cfr. Constituciones, 307. 6 Utilizo aquí el concepto de identidad que propone el sociólogo de la cultura Jorge Larraín, Vicerrector Académico de la UAH (Cfr. Identidad chilena, LOM, pp.21-48).

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en que nuestras universidades debieran caracterizarse por conocer el mundo interior de sus estudiantes y formarlos en profundidad de pensamiento e imaginación; frente a las demandas de universalismo propias de la globalización, invita no sólo a potenciar las redes sino también a abordar mancomunadamente problemas supranacionales que afectan la fe, la justicia, etc.; y frente al incremento de las inequidades y a las amenazas de fundamentalismos y secularismos agresivos, nos invita a direccionar el sentido de nuestra investigación o ministerio académico y redoblar el talante social y de diálogo que nos caracteriza. Como vemos, nuestra identidad no es algo estático: estamos siempre tensionados a tomar conciencia de las cualidades que queremos subrayar o desarrollar: profundidad interior, universalidad en los propósitos, rigurosidad en el diálogo. Una y otra vez estamos siendo desafiados a considerar las cualidades por las que queremos ser reconocidos en nuestros sistemas de educación superior y en nuestras sociedades.

Misión e identidad se impactan y modifican mutuamente. La primera define lo que queremos hacer, la segunda, el modo cómo queremos hacerlo” En síntesis, misión e identidad se impactan y modifican mutuamente. La primera define lo que queremos hacer, la segunda, el modo cómo queremos hacerlo. La identidad supone también un relato que da cuenta de la misión asumida, junto con las cualidades con las que nos identificamos en el cumplimiento de la misma. Misión e identidad implican, por un lado, fidelidad a las experiencias y cualidades fundantes, por otro, apertura creativa para responder a los desafíos del presente y del futuro. La vertiginosidad de los cambios que estamos experimentando en medio de esta globalización acelerada nos obliga a una reformulación permanente, quizás más de lo que quisiéramos. El discernimiento constante es incluso más urgente que en tiempos de Ignacio.

Bajemos ahora al nivel de la concreción de los objetivos y cualidades que vamos adoptando como universidad.

2. Las lógicas en tensión: roles y estructura organizacional En sus 10 siglos de historia en Occidente, las universidades se han visto afectadas por diversas lógicas o racionalidades que han tensionado y siguen tensionando su existencia y quehacer. Originalmente desarrolladas en el seno de la Iglesia en plena Edad Media, con la Ilustración y el surgir de los estados nacionales de las universidades no sólo se espera que estén al servicio de la verdad, sino, sobre todo, de la formación de los ciudadanos y de los funcionarios que el Estado requiere. En situaciones como la actual, en donde las inversiones y gastos en educación son cada vez más onerosos, tenemos que reconocer que las lógicas de una administración eficiente y eficaz, fuertemente influidas por una sociedad de mercado, son ineludibles. En una universidad vinculada a la Compañía de Jesús, conviven en tensión al menos tres lógicas mayores: la lógica “académica”, la lógica “administrativa” y la lógica apostólica o “jesuita”. En cuanto a la lógica “académica” es la que le da razón de ser a la universidad. Puede tratarse de una institución simple, es decir con propósitos de docencia y de extensión solamente (como inicialmente muchos colleges en EE.UU.); o bien compleja, es decir que incorpora también la investigación como parte de sus propósitos y quehacer. Cualquiera sea el caso, lo sustantivo de una universidad es lo académico; así nos lo recordó a los jesuitas la

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En una universidad vinculada a la Compañía de Jesús, conviven en tensión al menos tres lógicas mayores: la lógica “académica”, la lógica “administrativa” y la lógica apostólica o “jesuita”. En cuanto a la lógica “académica” es la que le da razón de ser a la universidad” Congregación General XXXIV7. En realidad, esto lo comprendió la Compañía de Jesús desde un comienzo, desde que se involucró en la aventura universitaria. Por eso destinó gente que fuera competente en distintas disciplinas, que se adentrara en esta lógica, y algunos llegaron a ser eximios. La excelencia académica suele ser una cualidad buscada y reconocida de las universidades jesuitas. A la par de la lógica académica, ya en tiempos de San Ignacio había clara conciencia de que los colegios y las universidades no se podían instalar y sostener sin allegar los recursos necesarios para su funcionamiento y sin contar con una administración adecuada. Sin atender a lo que, en definitiva, hoy llamamos lógica “administrativa”8. El problema del financiamiento y de la gestión adecuada de las universidades es un asunto muy candente en la actualidad, tanto a nivel nacional como al interior de las instituciones. Las universidades vinculadas a la Compañía de Jesús no nos escapamos de esta lógica, tan influenciada hoy por las dinámicas de mercado. En cuanto a la lógica apostólica o “jesuita”, quizás sería mejor llamarla lógica ignaciana, en la medida en que hoy es más evidente que no son jesuitas los principales sujetos de estas obras, sino laicos y laicas que con algunos jesuitas –cada vez menos– colaboran en un proyecto común. Es importante reconocer, como lo hemos visto, que la Compañía asume esta línea de acción porque abre enormes posibilidades para lo que considera su misión en la Iglesia: “ayudar a las ánimas… a conseguir el último fin para el que fueron criadas”9, mejorar la enseñanza y condiciones de vida10. El P. Adolfo Nicolás nos ha recordado esta lógica jesuita que tensiona nuestras universidades con preguntas como estas: “¿Pueden las universidades jesuitas de hoy continuar con energía y creatividad el legado del ministerio académico jesuita y construir puentes intelectuales entre Evangelio y cultura, fe y razón, para el bien del mundo y sus grandes interrogantes y problemas?”; “¿Si Ignacio y sus primeros compañeros tuvieran que crear la Compañía de Jesús otra vez en la actualidad, seguirían aceptando que las universidades son un ministerio de la Compañía?”; “¿Cuáles son las necesidades de la Iglesia y de nuestro mundo, donde somos más necesarios, dónde y cómo podemos servir mejor? Estamos en esto juntos –jesuitas y laicos, subraya el P. Nicolás- y eso es lo que debemos recordar en vez de preocuparnos acerca de la sobrevivencia de los jesuitas”. Lo lógica inherente que motivó a los jesuitas a asumir universidades también debería estar presente hoy en nuestras universidades. Ahora bien, ¿dónde tiene que estar el sello de la universidad jesuita? ¿Sólo en lo que tiene que ver con la última lógica, es decir con la que estaría más explícitamente relacionada con el Evangelio y la fe, con el ayudar a las personas a alcanzar su fin último trascendente? ¿No debiera incidir nuestra identidad en los propósitos y modos que dan curso a la lógica académica? ¿No debiera nuestra identidad permear la manera de financiar y administrar las universidades?

7 Cfr. Congregación General XXXIV, decreto 17. nn. 5ss. 8 Sorprende que en las Constituciones de la Compañía de Jesús (1550) haya un capítulo de diez consagrado a los colegios y universidades, con abundantes orientaciones e instrucciones sobre la administración de los mismos. 9 Constituciones, 307. 10 Cfr. Ibídem, 440.

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A mi juicio, si bien sigue siendo cierto que lo sustantivo de la universidad es lo académico, también lo es que sin una buena administración, el proyecto se hace inviable. Y, lo mismo, si lo “jesuita” es adjetivo, esta lógica debiera cualificar el conjunto. Estas tres lógicas, en muchas universidades de la red se expresan y materializan en el organigrama de la universidad; varias universidades vinculadas a la Compañía de Jesús han ido creando vicerrectorías de Administración y Finanzas (o equivalentes), vicerrectorías del Medio, de Integración o de Misión e Identidad (en EE.UU.), además de las tradicionales vicerrectorías Académicas. En estos años he podido observar que en algunas universidades donde estas vicerrectorías no cuentan con unidades y/o servicios significativos para la vida de la universidad, pasan a ser algo así como “generales sin tropa”, es decir, irrelevantes y prescindibles. De ahí que sea fundamental que se hagan cargo o se les encomienden funciones decisivas para el cumplimiento de la misión de la universidad. En el modo de estructurar el organigrama de la universidad, se muestra un sello propio que pasa a ser reconocido incluso por los de fuera. Confieso, sin embargo, que sigue siendo más fácil explicar en qué consiste una vicerrectoría de administración y finanzas, que una del medio o de integración…

A mi juicio, si bien sigue siendo cierto que lo sustantivo de la universidad es lo académico, también lo es que sin una buena administración, el proyecto se hace inviable. Y, lo mismo, si lo “jesuita” es adjetivo, esta lógica debiera cualificar el conjunto. Estas tres lógicas, en muchas universidades de la red se expresan y materializan en el organigrama de la universidad; varias universidades vinculadas a la Compañía de Jesús han ido creando vicerrectorías de Administración y Finanzas” Otro elemento a considerar para el perfilamiento de la Universidad, es que todos los decanos consideren y gestionen las tres lógicas dentro de las Facultades bajo su responsabilidad, y no sólo la dimensión académica. Una forma de asegurar esto, es que se tengan en cuenta las tres lógicas en el proceso de elección del decano y, también, que desde el punto de vista organizacional trabaje con y responda a los tres vicerrectores. Al menos eso es lo que hemos intentado, con mayor o menor resultado, en la UAH. Independientemente de la solución organizacional que se dé en cada institución de educación superior jesuita, lo fundamental es captar que estas lógicas están en permanente interacción y tensión, y que deben evitarse las alternativas que generen estancos entre una y otra. En la gestión de cualquier entidad de la universidad, es necesario tener presente y hacerse cargo de lo académico, lo administrativo y lo ignaciano. En este sentido, la constitución de consejos, equipos interdepartamentales, organismos colegiados, etc. ayudan a que todos se sientan corresponsables de las tres lógicas mencionadas. Por último, un breve comentario sobre el lugar que les corresponde a los jesuitas en una universidad vinculada a la Compañía de Jesús, considerando las tres lógicas. Sean muchos o pocos, surge la pregunta, incluso dentro de la Orden, si no debieran restringir, o al menos priorizar, su presencia a los ámbitos donde prima la lógica apostólica, por ejemplo en la pastoral universitaria. En mi opinión, los cambios numéricos –la disminución drástica de los jesuitas-,

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pero sobre todo las competencias requeridas para entrar en las otras lógicas, han hecho más candente esta cuestión, cuya respuesta puede ser decisiva para la identidad futura de una universidad. Desde el punto de vista de la Compañía, la capacitación de los jesuitas para las distintas lógicas intrauniversitarias se ha vuelto más compleja. En efecto, los candidatos suelen entrar hoy a la vida religiosa de más edad que antes; y, luego, de un largo proceso de formación para el ministerio sacerdotal y en alguna disciplina, se incorporan bastante más tarde a la vida académica que sus pares laicos. No es raro encontrar a un jesuita que recién en torno a los 40 años está disponible, con un doctorado, para entrar plenamente en la vida académica. Y, dado el incremento general de personas con educación superior de calidad en el país, suelen encontrarse con más candidatos disponibles y jóvenes que postulan a un mismo puesto en la universidad. Como jesuitas nos preguntamos dónde podemos prestar un mejor servicio: como profesor, como gestor o como pastor. La respuesta a esta cuestión tendremos que abordarla juntos, jesuitas, laicas y laicos, puesto que colaboramos en un proyecto común.

3. Contribuciones a la misión e identidad desde la Vicerrectoría de Integración En esta última parte, quisiera presentar las unidades y servicios que prestamos como Vicerrectoría de Integración (VRI), aparte de jornadas de inducción para académicos, funcionarios y estudiantes nuevos. Demás está decir que esta vicerrectoría no es la única que se preocupa por la identidad, ni mucho menos de la misión. Sería no sólo pretencioso sino incluso ofensivo afirmar lo contrario. Me interesa más bien, por un lado, poner de manifiesto componentes de la misión y rasgos identitarios a los que responde y busca contribuir a través de cada unidad. Y, por otro, destacar que la VRI, si bien subraya la lógica “jesuita”, está intrínsecamente vinculada con las otras dos: la académica y la administrativa. Quien conoce otras universidades de la red, encontrará muchas semejanzas con lo que hace en vicerrectorías afines. Confrontar nos ayuda a abrirnos a nuevas posibilidades y, también, a confirmarnos en lo que hacemos. Como es sabido, tanto “el servicio de la fe y la promoción de la justicia” como la oferta de una “formación integral”, son contenidos de la misión y rasgos identitarios con los que obras vinculadas a la Compañía de Jesús nos queremos identificar. 1. El Centro Universitario Ignaciano (CUI), con dos coordinaciones que articulan lo pastoral y la formación teológica, está al “servicio de la fe” dentro de la universidad11. El pluralismo, asumido y promovido, no puede llevarnos a silenciar nuestra propuesta e identidad creyente, pero se debe hacer al modo “universitario”; es decir, favoreciendo el diálogo entre fe y razón. Destaco también el sello social, integrador y generador de liderazgo de este Centro. Recientemente, por ejemplo, con ocasión del terremoto que afectó al centro-sur del país, organizó y coordinó los trabajos de reconstrucción que movieron a más de 500 estudiantes, más algunos académicos y funcionarios de la universidad. El CUI convoca a estudiantes de distintas carreras y condiciones sociales; favorece, como pocas otras instancias, la integración dentro de la universidad. Pone en contacto, por ejemplo mediante los Ejercicios Espirituales, con las fuentes de la espiritualidad que inspira nuestro proyecto educativo. 11 Existe, también, el Centro Teológico Manuel Larraín más dedicado a la investigación y discernimiento de los signos de los tiempos. Este Centro, desarrollado en conjunto con la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica, está adscrito a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UAH.

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2. Si el “servicio de la fe” cobra vida en el CUI, la “promoción de la justicia” anima al Centro de Reflexión y Acción Social (CREAS). Este Centro genera mecanismos para observar, promover y asegurar que el quehacer universitario refleje su compromiso con la justicia, su responsabilidad social declarada en la misión institucional. Por ejemplo, co-organizando seminarios interdisciplinares sobre asuntos candentes como la migración, la pobreza en los campamentos (o cantegriles), sobre voluntariado y liderazgo social, etc. Si bien cada unidad académica de la UAH está conectada con la sociedad a través de sus múltiples actividades, el CREAS se constituye en un puente institucional entre la realidad social, las organizaciones y la actividad académica, generando alianzas internas y externas que permitan impactar en la sociedad. Especial mención requiere el aporte que está prestando a la actividad docente, mediante la promoción y capacitación en la metodología de Aprendizaje y Servicio, tan en sintonía con el modelo pedagógico ignaciano. El compromiso con la justicia es también fuente de experiencias y aprendizajes significativos. 3. El Centro de Ética, creado en 1999 y actualmente parte de la Vicerrectoría de Integración, también es expresión del compromiso institucional con el servicio de la fe y la promoción de la justicia. Este Centro, con un fuerte acento en la investigación, tiene por objeto plantear propuestas éticas dentro de un contexto respetuoso del pluralismo universitario, desde una identidad cristiana que busca el diálogo en el pensar, la formación en el discernimiento, y el desarrollo de la argumentación interdisciplinaria. El Centro pretende responder a las inquietudes éticas nacionales en un contexto de globalización, relevando la dimensión ética en la discusión sobre temas que inciden en la vida ciudadana, sin pretender pensar éticamente por otros sino invitándolos a pensar éticamente. Al formar parte de una universidad jesuita, el Centro ha optado por una metodología de trabajo de talante ignaciano, reflexionando a partir de la experiencia y orientándose a la acción concreta. Al situarse en América Latina, el Centro ha asumido una perspectiva de entender los temas desde los marginados de la sociedad, una opción coherente con el Evangelio y el Magisterio Latinoamericano. La presencia del Centro en el área formativa se cristaliza a través de la oferta de cursos, algunos de ellos enfocados a estudiantes de pregrado, otros para estudiantes de postgrado y/o postítulo de distintas disciplinas. Tal vez el producto más conocido del Centro es el Informe Ethos, con varias entregas al año. El P. Kolvenbach, quien fuera por 25 años Superior General de la Compañía de Jesús, nos recordaba en la lección inaugural que ofreció en la UAH en el 2006, que la cura personalis o cuidado de la persona “ha constituido el gran atractivo de la educación ignaciana”. Decía que la cura personalis “no queda reservada exclusivamente a la relación entre docente y estudiante, sino que se extiende a la comunidad universitaria, que la asume de una manera activa y responsable. Es que la vida estudiantil tiene el potencial de convertirse en un lugar privilegiado de encuentro, de expresión personal y comunitaria, puede ser un lugar privilegiado de aprendizaje para llevar una vida responsable en la sociedad humana y en el pueblo de Dios, tanto para el presente como para el futuro”. En relación a este rasgo identitario, quisiera presentar otras dos unidades: 4. A propósito de vida estudiantil, la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) existe precisamente para generar y favorecer iniciativas en ese sentido. Entre otras funciones, promueve y sirve de vínculo con las organizaciones estudiantiles (centros de alumnos,

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El P. Kolvenbach, quien fuera por 25 años Superior General de la Compañía de Jesús, nos recordaba... que la cura personalis o cuidado de la persona “ha constituido el gran atractivo de la educación ignaciana”. Decía que la cura personalis “no queda reservada exclusivamente a la relación entre docente y estudiante, sino que se extiende a la comunidad universitaria, que la asume de una manera activa y responsable. Es que la vida estudiantil tiene el potencial de convertirse en un lugar privilegiado de encuentro, de expresión personal y comunitaria, puede ser un lugar privilegiado de aprendizaje para llevar una vida responsable en la sociedad humana y en el pueblo de Dios, tanto para el presente como para el futuro” federación de estudiantes); ofrece y coordina cursos deportivos, artísticos, etc. Otra manera de cuidar de los estudiantes es difundiendo y gestionando becas y beneficios. Desde el año 2010, un 64,8% de los estudiantes de pregrado de la UAH cuentan con algún tipo de ayuda institucional, estatal o mixta, destacándose por esto entre las universidades privadas del país. 5. No es extraño que, durante el proceso formativo, los estudiantes requieran apoyos para mantener (o recuperar) sus motivaciones más profundas cuando se presentan obstáculos, sufrimientos y limitaciones. Con frecuencia se ven enfrentados a conflictos intra-psíquicos, familiares, sociales y económicos que es necesario atender. Derivados por los coordinadores académicos, por la DAE o por otros compañeros, acuden al Centro de Desarrollo Personal (CEDEP), atendido por un equipo de profesionales. Este Centro ofrece, además, talleres o cursos de crecimiento personal que se integran al sistema de créditos. Trabajan cada vez más articulados con las direcciones de las carreras, para desarrollar entre los estudiantes habilidades sociales y capacidad de autonomía, de la cuales tantas veces carecen. 6. Por último, en este mundo globalizado donde nuestra misión e identidad nos impulsa a traspasar las fronteras, la Dirección de Cooperación e Intercambio (DCI) apoya a las unidades académicas en la generación y mantenimiento de las relaciones con las universidades de la red jesuita y otras con las que también emprenden proyectos comunes. Además, está a cargo de la promoción y gestión de la movilidad estudiantil. Especial atención se pone en el cuidado de los estudiantes que experimentan, pasiva o activamente, la interculturalidad. Concluyo señalando que la VRI, con sus unidades, es una concreción de la voluntad institucional de dotar con un sello específico al proyecto universitario. Instancias similares se han ido instalando en otras universidades de la red jesuita. En general, la VRI hacia el interior ofrece programas de impacto transversal, que contribuyen al cumplimiento de su misión formativa. Y, también, cultiva relaciones con el exterior (con la sociedad y con otras universidades) mediante las cuales la Universidad explicita su sello. Ha supuesto invertir en recursos humanos y financieros, que, a su vez, han redundado en beneficios para la Universidad: entre otros, la de contar con una identidad reconocible y coherente con su misión.

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documentos Cristina de la Cruz Ayuso Universidad de Deusto

Reflexiones sobre la promoción de la responsabilidad en las instituciones de Educación Superior 1. Previo: a modo de advertencia Una reflexión sobre la responsabilidad exige comenzar con una advertencia sobre las distintas paradojas que encierra este concepto en la actualidad. La insistente demanda de responsabilidad puede esconder, en algunos casos, cierta perversión que convendría desenmascarar, ya que, en algún sentido, algunas de esas iniciativas que apelan con desmedido énfasis a la responsabilidad, están asentadas sobre unas bases normativas que terminan por legitimar la expansión del neoliberalismo que rige las estructuras económicas de organización en nuestra sociedad. Una cuestión que, a nuestro juicio, no está siendo tratada como tal, sin una aproximación seria y rigurosa a la responsabilidad social. Si bien se está insistiendo y avanzando con notable éxito en la creación de herramientas, en la concreción de buenas prácticas o en la identificación de indicadores para diagnosticar el “estado de la cuestión” en materia de responsabilidad en el ámbito de las organizaciones (incluidas, también las universidades), poco o nada se está avanzado en la definición de algunas “claves” que permitan identificar la naturaleza y el alcance del sentido de la responsabilidad que se promueve a través de esas iniciativas. “Claves” que nos permitan estimar qué tipo de iniciativas se están promoviendo en nombre de la responsabilidad. Claves que nos ayuden a valorar el bien que tratan de proteger a través de la practica de la responsabilidad. Claves, en fin, que permitan analizar si esas iniciativas están alineadas con la misión de las organizaciones que las promueven, o si por el contrario, nada tienen que ver con ellas. Es necesario analizar y estimar los objetivos, las fortalezas, las debilidades, y las oportunidades que generan (o dejan de generar) esas llamadas a la responsabilidad. No todo vale en la promoción de la responsabilidad. Y, en cualquier caso, no todo vale de igual manera. Lo nuclear del debate sobre la responsabilidad está, a nuestro juicio, en las claves que permiten identificar los pilares sobre los cuales se sustentan las políticas que tratan de promoverla en el marco organizacional. Solo así será posible diagnosticar y reconocer con cierta seriedad el lugar social de esa organización y la manera en la que se sitúa en sociedad. Recordemos que, atendiendo a cómo se está promoviendo la responsabilidad en el contexto de nuestras sociedades, ésta se presenta como una exigencia ineludible en la esfera pública para personas y organizaciones. Parece que dicho esto, se justifica cualquier “practica de responsabilidad” que se quiera promover. Y como decimos, no vale todo, ni todo vale de la misma manera. Lo sustantivo, respecto al afán por diagnosticar y evaluar a las organizaciones, no está en tener adaptada ésta u otra herramienta de gestión de la responsabilidad social, sino en la capacidad para valorar el alcance y el significado de los indicadores que se utilizan para rendir cuentas

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Recordemos que, atendiendo a cómo se está promoviendo la responsabilidad en el contexto de nuestras sociedades, ésta se presenta como una exigencia ineludible en la esfera pública para personas y organizaciones”

de su “responsabilidad.” Lo nuclear de la mejora continua, por otro lado, radica no tanto en la “orientación hacia la mejora” sino en los criterios que se utilizan para seleccionar las áreas que presentan mayor debilidad (ética) en una organización. Lo sustantivo está también en el modo en cómo esas áreas de mejora seleccionadas se operativizan en los objetivos estratégicos de una organización. También está en el procedimiento para la toma de decisiones, en la identificación de los yugos a los que está sometida la gestión de la responsabilidad en algunas organizaciones, o las “aperturas sociales” que favorecen, etc. Es decir, lo que importa de la promoción de la responsabilidad, lo que debiera importar al menos, no es tanto tener una metodología para su aplicación, o elaborar una memoria anual de resultados. Lo que importa es tener competencias para poder valorar los anclajes sobre los que estas políticas de promoción de la responsabilidad social se sustentan. Saber, en definitiva, al servicio de quién y de qué están. Y sobre esto –como venimos señalando- poco o nada se ha dicho en el amplio debate sobre la responsabilidad social que con rabiosa actualidad nos acompaña desde hace ya bastante tiempo. Y lo cierto es que, amparándose en la exigencia moral de responsabilidad que exige el actuar tanto de personas como de organizaciones, resurge desde hace dos décadas un discurso que modifica de manera sustantiva tanto el sentido, como la naturaleza y el alcance de este concepto. Aunque es posible acudir a distintos ejemplos que manifiesten el interés por la responsabilidad, en este momento rescatamos brevemente dos llamadas a la responsabilidad que son paradigmáticas por el significado que adquieren en el marco de esta reflexión. Ilustran bien el viraje del discurso de la responsabilidad al que me estoy refiriendo. La primera de ellas, data de enero de 2009. Pertenece a Barack Obama. Fue pronunciada durante la ceremonia de posesión a la presidencia de Estados Unidos: Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito (…) son algo viejos. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad (...). Este es el precio y la promesa de la ciudadanía. Ésta es la fuente de nuestra confianza.1 La llamada a la responsabilidad con la que concluye el párrafo que extractamos es una más de las muchas que aparecen en el texto de su discurso inaugural. Obama apelaba entonces de manera reiterada a la necesidad de asumir con seriedad la responsabilidad para afrontar los 1 Extracto del discurso inaugural pronunciado por Barack Obama en la ceremonia de toma de posesión en enero de 2009, en ELPAÍS.com - Washington - 20/01/2009. [www.elpais.com]

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grandes e ineludibles retos (y crisis) a los que se enfrenta no solo su país, sino el mundo entero. No era la primera vez que, con igual contundencia pero menos alcance mediático, se subraya a nivel mundial la necesidad de restaurar en la esfera pública (principalmente en el ámbito económico) el valor de la responsabilidad, advirtiendo sobre la no sostenibilidad del mercado si sus reglas siguen dándole la espalda. "Les propongo que ustedes, los líderes empresariales reunidos en Davos, y nosotros, las Naciones Unidas, iniciemos un pacto mundial de principios y valores compartidos, que darán una cara humana al mercado global.” Estas palabras pertenecen a Kofi Annan. Fueron pronunciadas en un discurso ante el Foro Económico Mundial de Davos en enero de 1999, con el objetivo de presentar una iniciativa mundial, el Global Compact2, que propone fomentar la responsabilidad cívica de las empresas para que éstas contribuyan a responder a los retos que plantea la globalización y ayuden a hacer realidad una economía mundial más sostenible e inclusiva. Esta iniciativa fue adoptada formalmente 18 meses después, en julio de 2000, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Invitaba a colaborar a las empresas con los Organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones laborales y la sociedad civil para promover, con un carácter universal, principios sociales y medioambientales que facilitasen a las empresas, principalmente a las compañías multinacionales, elementos para la gestión de su responsabilidad en un escenario de economía global, y claves para el seguimiento de dicha gestión por parte de los poderes públicos, la sociedad civil y la ciudadanía en general. Entre las dos declaraciones, la de Obama y la de Kofi Annan, median exactamente diez años. La precisión resulta elocuente, teniendo en cuenta que el intervalo entre ambas dibuja los contornos de lo que podríamos denominar con todo rigor la “década dorada de la responsabilidad”: el periodo en el que más esfuerzos se han hecho y más recursos se han destinado para que la responsabilidad eclosione en la esfera económica del mercado mundial. Y sin embargo la tozuda realidad nos devuelve con insistencia un reclamo que llama a valorar desde otras claves la manera en la que se está promoviendo la responsabilidad en la esfera públicaporque, precisamente en esa década dorada, “nunca ha resultado más difícil ser responsable”; nunca, ciertamente, se han dado tantas condiciones para dejar de serlo... o para no poder serlo de ninguna manera, o para serlo en algún sentido que contradice y contraviene precisamente los derechos que trata de proteger. La mayor parte de las iniciativas de responsabilidad en el ámbito empresarial esta última década, se han centrado principalmente en cuestiones similares a las que reclamaba en 2009 Obama: control, buen gobierno, transparencia, rendición de cuentas, límites y sistemas de vigilancia en algunos sectores, consorcios, alianzas, partenariados, etc. La actividad ha sido escandalosamente frenética. Descontrolada y desproporcionada. Sin entrar a hacer una valoración exhaustiva, lo que sí cabe subrayar ahora es la necesidad de sacar alguna conclusión serena. Y es que quizás la formula de la responsabilidad no consiste únicamente en “más control + más límites + más vigilancia.” Que esa sea una formula necesaria, no quiere decir que por ello sea una formula suficiente. Ni siquiera que sea la única fórmula. Existen alternativas. Por eso, resulta un poco inquietante que solo se planteen como respuesta las mismas medidas que se vienen articulando durante los últimos años, y que ya han mostrado su ineficacia y fragilidad para regular el mercado. ¿Dejaremos, aun así, que lleguen con la naturalidad que lo están haciendo a un ámbito como el de las instituciones de Educación Superior? 2

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http://www.unglobalcompact.org/


La exigencia estriba en “aprender” a responsabilizarnos por circunstancias de las que no sabemos si somos responsables o no. Y hacerlo además en un contexto social, económico y político que no ofrece las condiciones para asumir responsabilidades en el sentido pleno de lo que esto supone en la esfera pública” Otra tendencia que surge con fuerza en esa época dorada de la responsabilidad, es el protagonismo que cobra en ese contexto la llamada a la responsabilidad “individual”: es decir, las expectativas y la respuesta que se espera de personas y de organizaciones en esa esfera pública. En el ámbito económico, esto es preocupante porque camufla –como decíamosalgunas estrategias que permiten, en nombre de la responsabilidad, la expansión del neoliberalismo en las estructuras de organización económicas de nuestra sociedad. Muchos de los reclamos formativos y de investigación que se están haciendo a las universidades forman parte de esa estrategia de expansión. No lo olvidemos. La exigencia estriba en “aprender” a responsabilizarnos por circunstancias de las que no sabemos si somos responsables o no. Y hacerlo además en un contexto social, económico y político que no ofrece las condiciones para asumir responsabilidades en el sentido pleno de lo que esto supone en la esfera pública. Esto, por de pronto, dificulta cualquier iniciativa de creación y consolidación de comunidades de responsabilidad en nuestra sociedad. Algo sobre lo que las universidades, en el ámbito de la formación de ciudadanos y profesionales, tiene mucho que decir, ya que ellas debieran ser capaces de contribuir a consolidar esos lazos que permiten vincular el ejercicio de la ciudadanía, o el ejercicio profesional a una comunidad, cultural, social o económica, de responsabilidad. El discurso sobre responsabilidad social que domina hoy el discurso político, social y económico no esta orientado a ser un discurso emancipador. Sirve más bien para legitimar estructuras que impiden avanzar en esa dirección. Las reflexiones anteriores, sin duda, exigen un recorrido más amplio que el que le ha sido asignado como inauguración en esta presentación. Pero sirven en cualquier caso para entender el énfasis que damos a la advertencia de que no conviene tomar el nombre de la responsabilidad en vano. Por tanto, bien vale detenerse, antes de abordar cualquier otro curso de reflexión, a delimitar con cierto detalle aquellos aspectos que conviene tener en cuenta a la hora de valorar el alcance (y la pretensión) de algunas iniciativas que –como venimos señalando- abanderan con énfasis la llamada a la responsabilidad. En cualquier caso, ¿cómo hacerlo sin caer en la tentación del “moralismo y del universalismo” que acompaña a menudo a las reflexiones sobre categorías éticas como ésta de la responsabilidad que aquí nos ocupa? Efectivamente, una de las críticas que recibe con insistencia un análisis crítico sobre la responsabilidad abordado desde las claves que proporciona la ética aplicada es que, amparándose en una enconada voluntad de verdad, universalismo y representación, se erige como un faro que pretende iluminar, desvelar y orientar determinadas practicas sociales, acabando finalmente por “hablar por otros.” Sin embargo, y sin ánimo en ningún caso de que estas palabras sirvan más que como una precipitada pero necesaria aclaración, cabe decir en nuestro descargo que no se trata de eso. La labor de la ética aplicada no persigue tan altos vuelos. Pretende tan solo contribuir a

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diagnosticar, a partir de sus herramientas, lo que nos está pasando, por qué nos está pasando y cómo nos está pasando. La ética aplicada realiza tan solo una mirada atenta a la realidad social con el fin de hacer visibles los problemas concretos, su naturaleza y alcance, que corresponden a una determinada realidad. Se trata, por tanto, de una mirada que problematiza. No de una mirada que moraliza. Una mirada que se empeña en aclarar, en la medida de sus posibilidades, y siempre en una necesaria interacción con otras miradas, los problemas, los peligros, y las oportunidades que se generan en esa situación concreta .... intentando aportar explicaciones. Esto, por supuesto, exige una mirada crítica. Su pretensión no obstante -como decimos- no es llegar a moralizar, sino a generar claves –como también venimos insistiendo- que nos permitan contribuir a determinar cuáles son los canales a partir de los cuáles se generan normas y se institucionalizan procesos que terminan dotando de legitimidad a los agentes y actores sociales que promueven determinadas practicas sociales. Por eso, es importante también aclarar que cuando hablamos de responsabilidad, no por ello estamos refiriéndonos a la moralidad de las organizaciones. Precisamente, tratamos de evitar esto último. Lo valioso de la “responsabilidad” consiste en que, a partir de esa idea, es posible diferenciar entre la legitimidad de las organizaciones y la moralidad de las organizaciones. Es distinto pensar en la responsabilidad de una universidad en términos de legitimidad que en términos de moralidad. Y, a nuestro juicio, esto es algo que se debe explicar con sencillez pero de manera rotunda cuando hablamos de la responsabilidad de las organizaciones. La “moralidad” implica juicio y evaluación sobre acciones de las organizaciones, y análisis para ver si esas acciones se adecúan a lo que previamente hemos definido como “bueno”, o “justo.” La legitimidad exige otros procesos distintos que se alejan de este tipo de valoraciones. Se fija principalmente en la “calidad ética” de los resultados. La legitimidad es algo que se construye. Y las políticas de responsabilidad son elementos que contribuyen a consolidar ese proceso en el ámbito organizacional. Por eso, importa pensar la responsabilidad desde el prisma que aquí proponemos. La legitimidad se le reconoce a una persona u organización en base a un proceso que se ha ido enriqueciendo sobre la base de las decisiones que se han tomado y cómo se han tomado; o sobre la base de las relaciones que se han establecido y con quién, etc. Por eso, lo sustantivo es determinar claves que nos permitan valorar cómo se adecúan las organizaciones para garantizar calidad ética en los resultados de aquello que hacen, contribuyendo de esta manera a la generación de condiciones de justicia en todo su entorno.

La legitimidad es algo que se construye. Y las políticas de responsabilidad son elementos que contribuyen a consolidar ese proceso en el ámbito organizacional” 2. El concepto El discurso sobre la responsabilidad social se ha caracterizado por haber priorizado algunas estrategias en su tarea de promoción que, vistas con cierta perspectiva, pueden quedar caracterizadas en un continuo que se inaugura con un intenso debate inicial sobre el concepto: es decir, sobre qué es la responsabilidad social. No obstante, ese debate pronto mostró su

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urgencia por “pasar a la acción”. Y, vistas las dificultades para consensuar una aproximación al significado de la responsabilidad, el interés fue poco a poco virando “de la teoría de la responsabilidad a la práctica de la responsabilidad”. Estrategias relacionadas con la definición de metodologías, baterías de indicadores, orientaciones para la elaboración de memorias de responsabilidad social; estrategias para favorecer el diálogo con los stakeholders, los grupos de interés, de cada organización, o la identificación de buenas practicas de responsabilidad social, vinieron de esta manera a adquirir un protagonismo desmedido que, por de pronto, provocó una relativa falta de interés por la naturaleza y alcance de aquello que se quería promover. Importaba la práctica: herramientas que ayudasen a las organizaciones a mejorar en algunos aspectos, contribuyendo de esta manera a hacer más significativa y sustantiva su “responsabilidad” como organización en distintos ámbitos, los relacionados con el marco propio de su actividad y sector. No importaba la teoría: analizar en profundidad y con un necesario desapego el alcance de aquello que se estaba tratando de promover. Ya hemos hecho referencia de soslayo a las consecuencias de este viraje de la responsabilidad: un activismo desaforado que ha reducido a la responsabilidad a una práctica meramente instrumental. A esto, reconozcámoslo, han contribuido también los obstinados enconos por conseguir una “buena” definición de responsabilidad social. Admitiendo que el cometido de la teoría de la responsabilidad es precisamente ese: producir definiciones. Y sin embargo, lo que se ha quedado en el camino es algo importante: algunas claves que -como se ha señaladonos permiten hacer una estimación seria y rigurosa sobre las iniciativas de responsabilidad social de algunas organizaciones. ¿Cómo distinguir y valorar las practicas de responsabilidad social de las organizaciones?, ¿qué bien se protege con esas practicas?, ¿a quién favorecen?, ¿al servicio de quién se ponen?, ¿cuáles son los criterios para evaluar su efectividad “social”? La práctica poco o nada nos dice de todo esto. Hace falta, por tanto, recuperar algunos análisis que nos ayuden a concretar con cierta precisión el despliegue que ofrece la categoría de la responsabilidad. Por eso, ahora que ese discurso ha calado con fuerza en el ámbito universitario, éste no debiera conformarse con replicar definiciones tan condescendientes con las que provienen del ámbito empresarial. Esos guiños desvirtúan en buena medida el discurso sobre la responsabilidad de las instituciones de Educación Superior. Estas deberían liderar la recuperación de aquellas “sombras” que han quedado oscurecidas del concepto y plantear de manera robusta la riqueza de contrastes que permite el concepto de responsabilidad. En el ámbito de nuestras universidades jesuitas, miramos a la Universidad:  A través de una categoría: la responsabilidad  En un determinado contexto: la sociedad  Con una determinada finalidad: la promoción de la justicia Reconocemos por tanto, desde esta perspectiva:  La respuesta de la universidad a la sociedad a través del desarrollo del proyecto universitario  Un lugar social de la universidad como agente de construcción social  El carácter transformador de la universidad

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Conviene que no perdamos de vista estos elementos-guía del interés por la responsabilidad social en nuestros centros, porque son a los que en definitiva debiéramos volver para rescatar el valor que aportan a la hora de hacer una estimativa crítica sobre los procesos de responsabilidad que promovemos. Por eso, dos son al menos las cuestiones que debiéramos tener presentes sobre el concepto a la hora de valorar nuestra disposición hacía la responsabilidad social: 1.- por un lado, en primer lugar, el despliegue del concepto de responsabilidad, que nos lleva a rescatar matices importantes a la hora de rendir cuentas sobre el ejercicio de la responsabilidad en el desarrollo de la misión universitaria. Esos matices ponen de relevancia, entre otros, aspectos como los siguientes:

- Los sentidos de la responsabilidad

La responsabilidad es un concepto rico que remite a diversos sentidos. Se puede entender la responsabilidad como la obligación de asumir consecuencias por un mal cometido (por un impacto negativo); o como la voluntad de prever consecuencias negativas y tratar de evitarlas; o el interés por favorecer consecuencias positivas; o la inclinación de contribuir a la realización de determinado servicio social; o el deber de proteger o promover un determinado bien común, o la exigencia de transformar, etc. Los sentidos que motivan al ejercicio de la responsabilidad son bien distintos. Y, sin lugar a dudas, determinan notablemente la práctica de la responsabilidad. Conviene por tanto aclarar cuáles son las razones que impulsan nuestras estrategias de responsabilidad en el marco de nuestras organizaciones. En ese sentido, resulta elocuente rescatar desde este curso de análisis sobre la responsabilidad, los significados que adquiere si la entendemos a partir de los rasgos a los que remite esta categoría y que nos resultan familiares y propios: “hacerse cargo de la realidad”, “cargar con la realidad”, “encargarse de la realidad” o “dejarse cargar por la realidad” (una dimensión que remite, en este caso, a la influencia que tiene la realidad, o ciertos elementos de la misma, en nuestra manera de estar en el mundo).

- Los niveles de la responsabilidad

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Cuando hablamos de responsabilidad, conviene distinguir también a qué nivel dirigimos nuestras exigencias. No es lo mismo situar el análisis a un nivel macro, que a un nivel meso o micro. En el primer caso, la responsabilidad remite a una revisión profunda de las normas y procesos de institucionalización presentes en las estructuras sociales, políticas y económicas. Una revisión que permita, en última instancia, entender de qué manera es preciso responder a los retos que nos plantean hoy nuestras sociedades. En el segundo caso, la responsabilidad remite a la actuación de las organizaciones presentes en las esferas de nuestra sociedad, y que son las que operativizan y favorecen esas normas y procesos de institucionalización. Si las “reglas sociales” no se cambian, difícilmente cabe esperar que las organizaciones procedan de manera distinta. Y sin embargo, esas “reglas sociales” solo se cambian mediante la institucionalización de procesos en el ámbito organizacional, a través de sus prácticas. En cualquier caso, lo primordial es saber dónde se sitúa el análisis sobre la responsabilidad y qué exigencias demanda cada nivel. El tercero de esos niveles, remite al ámbito de la responsabilidad individual y de las dinámicas de corresponsabilidad que exige su participación en el ámbito productivo, en el de la participación social, etc. Niveles todos


ellos distintos que, lógicamente, también inciden en la practica de la responsabilidad y que, por ello, conviene distinguir.

- Las preguntas de la responsabilidad

Cuando hablamos de responsabilidad, conviene aclarar también las preguntas sustantivas a las que esta categoría remite: ante quién es responsable una universidad, de qué es responsable, para qué es responsable y por qué. En ese sentido, es importante no descuidar a los sujetos a los que se responde, cuestión que suele quedar oscurecida por el afán instrumental de las metodologías y que suele dejar sin rostro a las estrategias de responsabilidad. En ese sentido, cabe insistir en que es preciso superar la mera identificación de los sujetos “naturales” pertenecientes a cada organización. En nuestro caso, esos sujetos naturales son los miembros de la comunidad universitaria. Pero un proceso serio de responsabilidad social requiere de una universidad, en este caso, que se interrogue sobre la necesidad de ampliar el alcance de su responsabilidad hacia colectivos que exigen ser reconocidos atendiendo a razones de carácter estrictamente moral: demandas sociales, colectivos excluidos, etc.

Recordemos que lo importante de la responsabilidad no está únicamente en los datos que estos procesos suelen generar, sino también en las preguntas a las que responde. Los fríos diagnósticos de responsabilidad social suelen devolvernos cifras sobre resultados concretos de actividad. Rescato algunos de los que se ofrecen en este encuentro. El 33% de las universidades que han participado en el proceso, identifican que aplican metodologías de enseñanza-aprendizaje que favorecen la RSU. El 50% afirma que tiene una agenda de investigación que favorece la RSU. Esa insistencia a animar a nuestras universidades a evaluarlo todo, puede terminar por esterilizar esos procesos y que terminen siendo iniciativas de gestión sin demasiado resultado. Esos datos no dicen nada. Lo harían si ciertamente explicaran cuáles son esas metodologías de enseñanza-aprendizaje; si dijese cómo, de qué manera favorece la responsabilidad a través de la investigación, y, por supuesto, si además valorase el alcance y la pertinencia de todo ello en el marco del horizonte de lo que se propone alcanzar, tanto en el ámbito formativo como investigador. Solo así podremos valorar su responsabilidad a través de las oportunidades que genera en esos ámbitos de actividad.

Podemos insistir aun más en el despliegue del concepto de responsabilidad, si nos detenemos en las exigencias que requiere su práctica, las limitaciones a las que muchas veces está sujeta, o los ámbitos de la responsabilidad que debería llevarnos a diferenciar el lugar social de la universidad en cuanto sujeto social, sujeto político y también sujeto económico. En todo caso, queda expuesto con nitidez que una aproximación a la responsabilidad, exige poner en valor el alcance y despliegue que tiene este concepto. 2.- por otro lado, en segundo lugar, conviene situar el discurso de la responsabilidad en el marco de un horizonte de lo que se quiere promover. Y aquello que las universidades jesuitas se plantean como valor-fin es la promoción de la justicia. No hay que perder de vista este horizonte, muchas veces oscurecido por otros valores-medio (la innovación, la competitividad, la internacionalización, la transparencia, la participación, la eficiencia, etc.) que adquieren tanto protagonismo en nuestros planes estratégicos que terminan ellos mismos convirtiéndose en valores-fin. Instrumentalizando (cuando no alejándonos) de ese horizonte inicial. Deberíamos

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establecer cierta alerta que nos permita darnos cuenta de cuándo los valores-medio están colonizando y adquiriendo una trascendencia desmedida en el proyecto universitario, no solo convirtiéndose ellos mismos en valores-fin, (algo que ocurre de manera natural en el ámbito empresarial), sino incluso desplazando a los recogidos en nuestras declaraciones misionales. Aclarado, el despliegue que exigen algunos de los elementos-guía de esta reflexión sobre la responsabilidad, pasamos a continuación a esbozar muy brevemente algunas de las iniciativas de responsabilidad social universitaria que se están promoviendo en el entorno español. Posteriormente, intentaremos hacer una valoración crítica a propósito de éstas, que no pretende en ningún caso ponerlas en cuestión, sino tan solo valorar las “tendencias de responsabilidad” que están promoviendo.

3. El contexto español La Responsabilidad Social Universitaria es considerada, junto con la formación e investigación, como un elemento nuclear de la misión de las universidades y un eje central de su actividad. Así queda recogido, al menos en la Estrategia Universidad 2015 del Ministerio de Educación, junto a la formación e investigación, como la tercera misión de la Universidad. Se aspira a que en 2015 todas las universidades tengan aprobada por el Consejo de Gobierno una política de responsabilidad social y que sea comunicada y conocida en la comunidad universitaria. En este marco, y promovido desde el Ministerio de Educación y Ciencia, “se acomete el impulso de dicha responsabilidad social como una pieza fundamental del compromiso de la Universidad con la sociedad y con su tiempo, así como con las generaciones futuras. Este fomento se concibe, como un compromiso que la universidad ha de tener con su entorno local, así como con la comunidad nacional e internacional. Estos son los objetivos para la universidad española en el horizonte 2015 que ha de perseguir una Universidad socialmente responsable”.3 Desde el Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial (CERSE), del Ministerio de Trabajo, también se está trabajando para intentar resaltar la importancia del ámbito de la formación en la promoción de la responsabilidad social. El grupo de trabajo ha elaborado un documento, La responsabilidad social de las empresas, RSE, el desarrollo sostenible y el sistema de educación y formación, que destaca la importancia de "incorporar al sistema de educación y formación en todos sus niveles y etapas los principios y valores del desarrollo sostenible y la responsabilidad, con el objetivo general de que todas las personas puedan desarrollar un modo de pensar abierto y libre, y adquirir los valores, conocimientos y capacidades que les permitan encontrar las soluciones a los problemas que les afectan"4 Otra iniciativa destacable es la que se presentó el pasado martes 25 de mayo en Madrid: el informe Una aproximación al estado de la RSE en la enseñanza en España5 elaborado por el Club de Excelencia en Sosteniblidad con la colaboración de la Dirección General de Economía Social, del Trabajo Autónomo y la RSE. Según indica el documento “El estudio tiene como objetivo presentar una imagen actual del panorama educativo español en relación con la responsabilidad corporativa, que más allá del concepto elaborado por la

3 Estrategia Universidad 2015: http://www.educacion.es/eu2015/la-eu2015.html 4 Las conclusiones del grupo de trabajo sobre Educación, Formación y divulgación de la RSE, fechado el 18 de mayo de 2010, se puede descargar en: http://www.etnor.org/html/pdf/CERSE-Educacion.pdf 5 El documento completo se puede descargar en: www.responsabilidadimas.org/download/rseense%C3%B1anza.pdf

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Algunas iniciativas que se están promoviendo desde las universidades, cabe destacar la elaboración y presentación de memorias de responsabilidad social que vienen realizando algunas de ellas para dar a conocer resultados sobre su gestión: la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Zaragoza, la UNED, y la Universidad de Navarra son algunas de las pioneras en esta cuestión” Comisión Europea, cuando se habla de responsabilidad corporativa en la educación se hace referencia a los valores, a un nuevo modelo educativo integrador y transversal que tiene en cuenta no sólo los conocimientos técnicos, sino también, y sobre todo, los valores humanos aplicados a aquellos” Respecto a algunas iniciativas que se están promoviendo desde las universidades, cabe destacar la elaboración y presentación de memorias de responsabilidad social que vienen realizando algunas de ellas para dar a conocer resultados sobre su gestión: la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Zaragoza, la UNED, y la Universidad de Navarra son algunas de las pioneras en esta cuestión. Por su parte, las universidades públicas andaluzas, a través del foro de consejos sociales, están promoviendo, en coordinación con algunos centros universitarios, una serie de actividades de reflexión sobre el concepto y aplicaciones de la responsabilidad social. Entre ellas destaca el proyecto “Propuesta de Memoria de Responsabilidad Social del Sistema Universitario Andaluz”, un trabajo que los Consejos Sociales decidieron poner en marcha desde hace tres años, con el apoyo de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía6. La guía elaborada recoge una serie de recomendaciones con parámetros evaluables en forma de compromisos con los diferentes grupos de interés de dentro y fuera de la Universidad, como el alumnado, el personal, la sociedad, el medioambiente, el tejido empresarial y las instituciones, así como la mejora continua. Con estas orientaciones, cada universidad cuenta con un modelo para elaborar su propia memoria individual, que se instituirá como el elemento estratégico fundamental para fortalecer el compromiso social de un sistema universitario sostenible. La metodología que dirige el informe es una adaptación de la aplicada por el Global Reporting Initiative (GRI) para la elaboración de los informes de sostenibilidad de las grandes corporaciones mundiales que, en el caso de la guía andaluza, se traslada a la medición de la responsabilidad social en las Universidades. Esto supone un avance para el desarrollo de la evaluación de la Responsabilidad Social en las administraciones públicas y, en concreto, en las instituciones universitarias andaluzas. El equipo de investigadores andaluces que han acometido el proyecto por encargo del Foro de Consejos Sociales, encabezados por Manuel Larrán (Universidad de Cádiz) y Antonio López (Universidad de Granada), ha analizado los planes estratégicos de las Universidades desde la perspectiva de la responsabilidad social, además de estudiar la presencia de este concepto en su oferta formativa y de investigación. Por otra parte, se han llevado a cabo diversas jornadas y talleres de trabajo en todas las Universidades andaluzas para identificar las expectativas que los distintos grupos de interés tienen sobre las instituciones universitarias. Las actividades realizadas pueden consultarse en la web www.rsuniversitaria.org 6

El resumen ejecutivo se encuentra en: www.consejosandalucia.org/documentos/resumen_ejecutivo.pdf

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La propuesta de la Factoría de Responsabilidad Social de la Universidad de Valladolid es otra de las iniciativas relacionadas con la creación de herramientas ad hoc para medir la percepción de la RSU en la comunidad universitaria así como en la incorporación del enfoque transversal de la Responsabilidad social en las facultades y campus que la componen7. También destacan las universidades las que han elaborado un Código de Ética. Una de las primeras en desarrollar su Código Ético en el ámbito español fue la Universidad de Cádiz. Otras de las universidades que ya poseen este documento son la Universidad de Santiago de Compostela y la Universitat de Lleida. En este ámbito es también interesante consultar la Red de comisiones de ética de las Universidades Españolas (RECUE)8, que recoge información de los distintos Comités o Comisiones de ética de la investigación o de bioética de las universidades españolas. En mayo de 2010, se celebraron las II Jornadas sobre RSU organizadas por el grupo Sogres de la Universitat Jaume I de Castellón. Uno de los resultados del encuentro fue la creación de un espacio web para intercambio de experiencias.9 Respecto a la incorporación de la responsabilidad social en los planes de estudios de las universidades, en 2010 se presentó en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense la tesis doctoral “La responsabilidad social del universitario: un estudio empírico” elaborada por Carmen de la Calle, en la que se recoge la experiencia realizada en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid a través de la asignatura sobre responsabilidad social10. También destaca la iniciativa de la Universidad Autónoma de Madrid, en la promoción del voluntariado universitario en universidades latinoamericanas que ha dado lugar a la creación de la Red Iberoamericana de Voluntariado Universitario para la Inclusión Social (REDIVU). Se ha generado para ello una alianza estratégica entre la Dirección Regional del PNUD, la AECID, el Fondo España-PNUD, el Programa de Voluntarios de la ONU, la Unión de Universidades de América Latina, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Nacional Autónoma de México. Sobre esta misma temática se propuso la celebración de las II Jornadas sobre Responsabilidad Social UvaCaja de Burgos “Responsabilidad Social Universitaria y Voluntariado”, que se llevaron a cabo en Valladolid en noviembre de 2010.

4. Breve valoración crítica a algunas iniciativas de responsabilidad social en las universidades Siendo este un itinerario breve sobre algunas de las iniciativas que se están realizando en el contexto español, quisiéramos, a continuación, pasar a valorar el alcance de algunas de ellas, entendiendo que la mayoría de las propuestas están orientadas, por un lado, a mejorar el gobierno y la gestión de las organizaciones; y por otro, muy nítidamente, a incorporarla poco a poco en el ámbito formativo, a través del enfoque por competencias, mediante iniciativas de promoción del voluntariado estudiantil, el compromiso y la participación social.

7 http://www.uva.es/cocoon_uva/impe/uva/contenido?pag=/contenidos/serviciosAdministrativos/otrosServicios/ secretariadoAsunstosSociales/RS_UVa&idSeccion=117298&idMenus= 8 http://www.ub.es/rceue/index2.htm 9 http://www.sogres.uji.es/rsu/ 10 Texto completo de la tesis en http://eprints.ucm.es/10187/1/T31406.pdf

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4.1. La responsabilidad social como una herramienta para mejorar el gobierno y la gestión de las universidades Abordemos en primer lugar un análisis sobre el alcance de la primera tendencia. Lo primero que cabe señalar respecto a la misma es que esa vinculación determina una concreta aproximación al enfoque de la responsabilidad social: se está pensando en la “responsabilidad social” como una herramienta cuyo objetivo es ayudar a mejorar en algunos aspectos la gestión y el gobierno de las instituciones de Educación Superior. Teniendo en cuenta las características específicas que definen la misión y, por tanto, los distintos ámbitos de actividad de las universidades, lo cierto es que este enfoque, en realidad, poco se distingue del que se aplica en las estructuras de organización económicas en nuestra sociedad. De hecho, algunas aproximaciones a la “RSU” a veces contribuyen a alimentar esa confusión cuando se obstinan por trasladar a la universidad las iniciativas de Responsabilidad Social que se están llevando a cabo en el ámbito empresarial. A nuestro juicio, existen limitaciones importantes en esa aproximación a la responsabilidad de las organizaciones, incluso en un contexto estrictamente mercantil. También, por tanto, en el que corresponde a las Instituciones de Educación Superior. La universidad necesita un discurso propio sobre responsabilidad. Las fronteras sobre cómo las universidades deben gobernar y gestionar sus recursos para hacer frente a la misión universitaria son mucho más tenues e imprecisas y el enfoque estrictamente empresarial muestra profundas insuficiencias para ser aplicado en ese contexto. A pesar de ello, no faltan intentos de “colar” por ese hueco modelos de gestión de la RSE dirigidos a empresas, ligeramente adaptados a un ámbito como el universitario. Y como decimos es insuficiente: el interés por las cuestiones medioambientales frente a otros más propios de la misión universitaria es un ejemplo claro de lo que queremos decir. Si bien es cierto que la universidad no es ajena a esa responsabilidad por el entorno, desde las claves del cuidado y respeto medioambiental, lo sustantivo para ella es ver cómo operativiza dicha preocupación desde el marco de lo que es propio al desarrollo de esa misión. No debemos olvidar que en esos procesos de diagnostico de responsabilidad social, los indicadores son un elemento más de ese proceso. Pero, además, tampoco debemos olvidar que los indicadores concretos tienen menos importancia si se gestiona todo esto desde la transparencia y la participación. Esos indicadores pueden variar en el tiempo, en número y en contenido. Sus valores puntuales son menos importantes que los procesos. Sin perder de vista el imprescindible liderazgo de los responsables máximos, ya que sin esto, todo este trabajo de “diagnóstico” puede convertirse en un artefacto académico sin valor alguno para la institución. Quizás este recorrido ya esté avanzado en nuestras universidades pero es necesario que se tenga en cuenta para las que se incorporan por primera vez al tema de la responsabilidad social.

4.2. La responsabilidad social como una herramienta para favorecer la proyección social de la universidad Tampoco han faltado intentos de derivar la RSU hacia ese otro escenario que conforma la acción social de la universidad, poblando su ámbito de intervención en la sociedad de iniciativas no exentas muchas veces de un carácter paternalista, meramente asistencial o caritativo. En uno u otro sentido, lo cierto es que a menudo es fácil identificar practicas de responsabilidad en universidades desde un enfoque que remite directamente a un sentido de la responsabilidad asistencial y reactivo, cuya razón de ser se sustenta en el argumento de que la universidad es “responsable” de devolver a la sociedad aquello que ella misma le ha posibilitado. El contenido

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de la responsabilidad se entiende en este caso en términos de “deuda con la sociedad” y viene a concretarse en la valoración de cuál es, en términos cuantitativos, la contribución de la universidad en la sociedad en términos de resultados / productos. Este enfoque utilitarista, entendido en su sentido más radical, obliga en última instancia a las universidades a valorar aquellos aspectos que en términos de utilidad le permiten ser “socialmente” más responsable. Cuanto mayor sea su capacidad de generar resultados positivos, mayor será su contribución a la sociedad y más pertinente su contribución con la sociedad. Las memorias de actividades, la presencia en los rankings de universidades excelentes o la publicación de los éxitos académicos o de investigación, se convierten en elementos importantes de valoración de los resultados de la tarea universitaria. La excelencia, en fin, se mide en términos cuantitativos. Cuestión que no implica en sí misma un juicio moral, pero que nos debe llevar a valorar, en cualquier caso, las razones que hay detrás de ese enconado interés por medir la excelencia únicamente desde una perspectiva competitiva, y no desde una perspectiva social. ¿Por qué publicitar solamente el porcentaje de éxito académico o de empleabilidad de los estudiantes de una universidad y no, en cambio, el porcentaje de disminución de bolsas de exclusión que ha generado la universidad en una sociedad? La razón sólo es una: hay voluntad de medir lo primero. No hay voluntad de medir lo segundo. Y lo sustantivo aquí es saber por qué no se mide lo segundo. Si ese porcentaje fuese muy significativo, sin duda, existiría ya un indicador en las universidades para destacarlo como “factor de éxito”. Pero poco o nada se dice, al menos suficientemente, de estas cuestiones en términos de resultados o de impacto. Se señala el porcentaje de estudiantes de nuestras universidades que pertenecen a tal o cual estrato y cuántos de ellos estudian con becas o créditos universitarios. Poco se dice de la evolución del proceso formativo de estos estudiantes, o de las medidas de acción positiva que es preciso activar para igualar a estos estudiantes en las mismas condiciones de partida que los restantes, etc. En cualquier caso, es de justicia reconocer que existen iniciativas de responsabilidad en el marco de las universidades que tienen como objetivo poner en valor aquellos elementos que conforman la agenda social de la universidad, y que son capaces de generar motivación, implicación y mucho dinamismo en la comunidad universitaria. Muchas de estas iniciativas “sociales” tienen un impacto positivo muy importante, a pesar del carácter asistencial y paternalista de muchas de ellas. En este marco y con objetivos motivados por una clara vocación social, se diseñan programas de participación social o de voluntariado en los tres ámbitos de actuación propios de las universidades. Conviene recordar no obstante que la mayor debilidad de estas iniciativas es que, aunque son manifestaciones de su compromiso social e intentan responder a una sincera voluntad de la universidad por integrarse e interactuar con la sociedad, son iniciativas que no están integradas en el marco de políticas integrales de la universidad, no suelen estar conectadas con sus objetivos estratégicos o en coherencia con las líneas de actuación diseñadas para el desarrollo de su misión. Suelen ser, en cambio, iniciativas aisladas, con un enfoque muy a corto plazo, poco estructuradas en torno a una agenda común de la universidad y que no están integradas ni en cooperación con otras iniciativas que se suelen ofertar, con los mismos objetivos, desde otros centros de la misma universidad. Suelen ser además iniciativas que se planifican para cumplir objetivos propios de la universidad y que están poco descentradas respecto de ella misma. Iniciativas que no se construyen en diálogo con el resto de la sociedad a la que la universidad trata de responder. Un

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Este enfoque utilitarista, entendido en su sentido más radical, obliga en última instancia a las universidades a valorar aquellos aspectos que en términos de utilidad le permiten ser “socialmente” más responsable. Cuanto mayor sea su capacidad de generar resultados positivos, mayor será su contribución a la sociedad y más pertinente su contribución con la sociedad”

ejemplo de lo que estamos diciendo podemos encontrarlo en los programas de voluntariado de muchas universidades, diseñados para los estudiantes como parte de su proceso de formación. Admitamos en cualquier caso que este nivel de responsabilidad supone un avance cualitativo importante respecto al anterior, sobre todo en lo que se refiere a la disposición de la universidad frente a su compromiso social, pero reconozcamos también que son iniciativas necesitadas de mayor coordinación y de mayor compromiso institucional.

5. El valor transformador de las universidades Como señalábamos al inicio de este trabajo, un debate serio y fértil sobre la responsabilidad de las universidades en el proyecto de construcción de una sociedad pasa por reconocer su valor transformador. Lo cual implica poner las distintas funciones de la misión universitaria al servicio de ese valor, es decir, al servicio de la justicia social. La respuesta de por qué esto debe ser así, hay que ir a buscarla precisamente en esa vocación social presente en el corazón mismo de la misión universitaria. Admitir que en eso mismo, y no en otra cosa, consiste el elemento nuclear de la responsabilidad de las universidades supone reconocer que la identidad de la propia universidad, todo lo que ella hace y es, está motivado por esa reconocida vocación social y orientado a ese objetivo transformador. Otra cosa es la manera en la que la universidad luego responde a esa vocación y qué estrategias planifica para conseguir ese objetivo. También, cada vez son mayores las dificultades de la universidad para reconocer su valor transformador y concretar su vocación social en proyectos alineados con la justicia social. Pero ni lo uno ni lo otro desmienten que la responsabilidad de la universidad se sustenta en su obligación de transformar. La universidad no es responsable únicamente de responder a las demandas de la sociedad. Y, mucho menos, no es responsable de responder solo a algunas de ellas, a las que provienen de las estructuras de la esfera de lo económico; y después responder, solo si se puede, o si se sabe o si es posible, a las que provienen de otros ámbitos. Su verdadera responsabilidad, en fin, no consiste únicamente en responder, sino en cómo responde, a quién responde, de qué manera responde, etc. El reto transformador de la universidad se la juega en estas preguntas finales, no solo en el hecho mismo de responder. Por eso, es necesario que esa vocación transformadora de la universidad se canalice y permee en el proceso de planificación y gestión de su actividad; que esté presente y visible en el desarrollo de las funciones que le son propias: que se concreten sus objetivos estratégicos en acciones específicas. Si algo se quiere cuantificar y evaluar en las universidades, el empeño debe ir encaminado no tanto en medir cuán responsables son, sino cuál es el valor transformador que es capaz de generar. Y los resultados deben ir encaminados a rendir cuentas, no tanto de lo primero, sino de lo segundo: es decir, de aquello con lo que contribuyen para la promoción de la justicia en nuestra sociedad. Aquí está la clave.

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Con sello ausjal Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba, Argentina

Acciones significativas en RSU de las universidades de AUSJAL1 A

continuación recuperaremos a modo ilustrativo acciones significativas que, en consonancia con la identidad compartida que nos caracteriza como universidades jesuitas en América Latina, fueron realizadas por las universidades miembros de la Red RSU-AUSJAL. Las mismas no agotan el sinnúmero de acciones que a lo largo de estos cuatro años de funcionamiento de la Red (2007-2011) se han llevado adelante, sino que constituyen sólo una muestra de los impactos institucionales que el trabajo en red ha favorecido.

Propuestas de incorporación de la RSU en las mallas curriculares Con respecto a las propuestas de mejora surgidas a partir del proceso de autoevaluación de la RSU en AUSJAL, se destaca el proceso que está realizando la Universidad Rafael Landívar (URL, Guatemala), para estructurar e incorporar la RSU en la malla curricular en cada disciplina que ofrece la universidad, articulado sistemáticamente con el impacto social. Así, se vincula con los procesos de formación profesional, ejecutando actividades o proyectos de servicio o responsabilidad social a lo largo de la misma. Para la URL la importancia radica en permitirle al estudiante adquirir una experiencia que enriquezca el aprendizaje integral. Los proyectos desarrollados se vinculan al aprendizaje profesional, la formación en valores y el servicio a la sociedad. El proceso gradual propuesto abarca tres etapas, organizadas según el nivel de formación académica de los estudiantes: • Etapa 1 - Contextualización e información: su objetivo se centra en que los estudiantes conozcan la realidad objetiva del país, así como sus efectos subjetivos. Se desarrolla con mayor énfasis durante los dos primeros años de la carrera, para que el estudiante se vaya permeando ante una realidad generalmente distinta a la propia. • Etapa 2 - Intervención desde cursos específicos de cada disciplina: se desarrolla a partir del tercer año de la carrera y su objetivo es sensibilizar al estudiante con respecto a su capacidad de aporte técnico-profesional, el cual se logra mediante un aprendizaje de calidad. Esta etapa se trabaja llevando a la práctica los conocimientos que los estudiantes adquieren en un determinado curso de formación profesional, mediante un proyecto o actividad concreta que permita, además, generar un aporte de beneficio social.

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Fuentes: Boletines electrónicos de la Red RSU-AUSJAL 2009-2011.


• Etapa 3 - Intervención desde la práctica profesional supervisada, tesis de investigación, cursos de especialización y cursos especiales: a desarrollarse durante el último año de la carrera. Su objetivo es fomentar en el estudiante una actitud crítica y proactiva en la solución de problemáticas sociales. Supone un trabajo de mayor dificultad y desde la lógica del trabajo en equipo, preferentemente con la participación de estudiantes de distintas carreras. Fuente: http://www.url.edu.gt

En el mismo sentido, la Universidad Católica de Córdoba (Argentina) puso en funcionamiento a partir de marzo del 2011 la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social, como dependencia directa del Vicerrectorado Académico, reestructurando y reconvirtiendo así el Área de RSU perteneciente al Vicerrectorado de Medio Universitario. Esta decisión permitió avanzar en ofrecer una mayor inserción institucional del enfoque en la vida académica de la universidad. Esta Secretaría, con igual jerarquía que las secretarías de Investigación, de Posgrado, de Pedagogía Universitaria y Académica, tiene como misión fundamental asegurar que cada unidad académica pueda contar con un programa de RSU de carácter curricular; ayudar en la elaboración de los planes de gestión en RSU de cada unidad académica; promover la inserción de criterios de compromiso social en los planes de estudio y coordinar los programas y proyectos de RSU existentes.

Avances en la gestión medioambiental en las universidades de la Red de RSU En torno al impacto ambiental, son varias las iniciativas que han sido puestas en marcha en las universidades miembros de la Red.

Campus Sustentable En la Universidad Rafael Landívar se desarrolla actualmente el proyecto de Campus Sustentable, con el que pretenden convertirse en tres años, en la primera universidad verde de Guatemala. En este sentido, ya se han iniciado varios proyectos como la construcción de una planta de tratamiento de aguas servidas, un plan de reforestación, separación y clasificación de desechos, entre otros. La importancia de este proyecto es que la mayoría de las iniciativas han sido planteadas por los estudiantes, lo cual les ha permitido apropiarse del proyecto.

Ibero Campus Verde en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México En verano de 2007 el Programa de Medio Ambiente y el Departamento de Arquitectura de la Ibero Ciudad de México (UIA-CM), presentaron al Rector una iniciativa para impulsar los procesos de sustentabilidad en la Universidad. Como primer paso se acordó realizar un diagnóstico de la gestión ambiental del campus con el fin de conocer el grado de ambientalización de la gestión. Se definieron diez líneas estratégicas ambientales, a saber: agua; compras; energía y cambio climático; edificios; espacios abiertos; materiales y residuos peligrosos; protección civil y seguridad industrial; residuos sólidos, servicios de alimentos, transporte y estacionamientos. En septiembre de 2008 se presentaron los resultados del primer diagnóstico. Derivado del mismo, la universidad dio a conocer a la comunidad la Política de Sustentabilidad de la UIA-CM,

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Con sello ausjal

y lanzó “Ibero Campus Verde”, una iniciativa que propone consolidar la incorporación de la dimensión ambiental y de la sustentabilidad tanto en las funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión, como en las actividades administrativas. Para desarrollar esta iniciativa se creó un Consejo Técnico y un Consejo Directivo. El primero es responsable de evaluar y autorizar el Plan de Líneas Estratégicas Ambientales (PLEA), mientras que el segundo es responsable de procurar los recursos necesarios para el diseño, la implantación, la operación, el mantenimiento y la mejora continua del Sistema de Gestión Ambiental (SGA) Entre las actividades planificadas, se recibió asesoría en la metodología de la norma ambiental internacional ISO1400. Utilizando esta metodología el grupo de trabajo identificó, analizó y definió los aspectos ambientales y sus correspondientes impactos. Una vez identificados, se definieron los objetivos, metas (a corto, mediano y largo plazo), acciones, indicadores, controles operacionales, mecanismos de seguimiento y medición, así como los responsables de la implementación, operación y monitoreo de las acciones. Así mismo, se debatió sobre la factibilidad regulatoria, financiera, técnica y operativa dando como resultado el Plan de Lineamientos Estratégicos Ambientales (PLEA), el cual fue presentado al Consejo Técnico para su aprobación y autorización y posteriormente al Consejo Directivo para la procuración de los fondos necesarios para su implementación. Fuente: http://www.uia.mx/web/site/tpl-Nivel2.php?menu=mgCooperacion&seccion=cdCampus

Las 3R en la PUCE En la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, continúa el proyecto Practiquemos las 3rs (Reducir, Reutilizar, Reciclar) que consiste en depositar material para reciclaje (plásticos, papel y afines) en los puntos verdes, pirámides ecológicas, y en tachos azules debidamente etiquetados. Asimismo, el proyecto está comenzando dos nuevas campañas: La primera es “Ponte Pilas… Recolecta pilas usadas!”, cuyo fin es que la comunidad universitaria deposite pilas usadas en las diferentes dependencias en las cuales se ubican minipirámides ecológicas. Estas son recolectadas, clasificadas, pesadas y entregadas a la Fundación Acuerdo Ecuador, que se encarga de neutralizarlas y confinarlas, para que sean un elemento neutro, libre de contaminación. La segunda es la campaña “Recicla tu celular”, que consiste en la recolección de celulares en desuso. La empresa Porta es la encargada de recolectarlos y exportarlos a México y Estados Unidos, donde cumplen un adecuado proceso de reciclaje. Fuente: http://www.puce.edu.ec o bien a reciclaje@puce.edu.ec.

Observatorio Responsabilidad Social Universitaria El Observatorio Responsabilidad Social Universitaria, es un grupo de trabajo de 31 universidades instaurado el 16 de febrero de 2007 por la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad Católica de Colombia, con el apoyo del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe-UNESCO-IESALC, AUSJAL y la Red Universitaria Mundial para la Innovación-GUNI.

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El Observatorio construye académica y temáticamente la Responsabilidad Social en las instituciones educativas de educación superior y realiza proyectos comunes de carácter interinstitucional e interdisciplinar. El Observatorio enfatiza, en estas acciones, temas relacionados con la erradicación de la pobreza con las siguientes líneas temáticas: Organización social, Mejoramiento del entorno, Hábitat y Medio Ambiente, Desarrollo, Derechos Humanos y Formación Ciudadana, Salud, Nutrición y Educación. El objetivo de articularse en red es poder dinamizar el debate de la RSU, sistematizar y socializar las experiencias institucionales frente a ella y consolidar proyectos sociales comunes. La Coordinación en este momento está a cargo de la Pontificia Universidad Javeriana, por intermedio de Omayra Parra de Marroquín del Instituto de Estudios Sociales y Culturales PENSAR. Fuente: www.javeriana.edu.co/pensar/recursosvirtuales/orsu o bien observatorio.rsu@javeriana.edu.co

Referentes en RSU a nivel internacional • Académicos de varios países debaten sobre innovación universitaria Del 10 al 12 de noviembre de 2010 se llevó a cabo en la sede de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, el II Foro Internacional sobre Innovación Universitaria, bajo el lema “las universidades como agentes de innovación y compromiso social.” Con la intención de debatir acerca de la necesidad de las universidades de reorganizar sus procesos para dar respuestas adecuadas y rápidas a los problemas sociales cambiantes, el Foro coordinado por la Universidad de Deusto (España), reunió a representantes de instituciones de varios países para revisar tres ejes fundamentales: la innovación curricular y pedagógica; la innovación social y la innovación en materia de investigación y tecnología. En el marco del eje de innovación social la Coordinación regional de la Red RSU-AUSJAL, fue uno de los conferencistas invitados, a fin de socializar entre los asistentes el proceso de gestión y autoevaluación de la RSU que están llevando a cabo las universidades de AUSJAL. • La Red RSU-AUSJAL invitada a las III Jornadas de RSU Universidad Zaragoza- España. Durante los días 24 y 25 de mayo del 2011 se llevaron a cabo las III Jornadas de Responsabilidad Social Universitaria en la Universidad Zaragoza- España. En el marco de dichas Jornadas, la Red de RSU-AUSJAL fue invitada a integrar la mesa de debate referida a la RSU en Latinoamérica. La participación de la Red de RSU pretendió socializar el proceso por el cual atraviesan las universidades jesuitas de América Latina: el de favorecer a nivel universitario, la inclusión y adhesión institucional a perspectivas que permitan avanzar desde la docencia, la investigación y la proyección social a la Responsabilidad Social Universitaria como enfoque integral de gestión. Se expuso así el trabajo institucional conjunto desarrollado por las universidades de la Red. La presentación y experiencia compartida fue altamente valorada por autoridades tanto de los centros educativos como de la Secretaría General de Universidades españolas presentes, poniendo de manifiesto el impacto que el trabajo de la Red ha alcanzado tanto a nivel latinoamericano como internacional.

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Rostros de la Red Corina Briceño

Construyendo Responsabilidad Social Universitaria La primera vez que varios de los representantes de AUSJAL se reunieron para discutir sobre el concepto de la Responsabilidad Social Universitaria, se dieron cuenta de que ya muchas de las universidades jesuitas la practicaban en diversas acciones a beneficio de la sociedad. El compromiso social estaba allí, sin embargo, era tan amplio que fue necesario delimitarlo dando a conocer las experiencias y perspectivas de cada Universidad, vinculadas al tema. De esta manera, y con el apoyo de todos los que participaron, se plantearon diferentes políticas y propuestas de desarrollo de la RSU, gracias al trabajo en equipo. El compromiso social comenzó a cobrar más forma, se estructuró un modelo gerencial y una gran Red de Homólogos de 19 universidades de AUSJAL, para fortalecer entre todos, el concepto de la RSU en Latinoamérica. A continuación, los rostros de los que hicieron posible esta enriquecedora experiencia.

Daniela Gargantini Universidad Católica de Córdoba. Argentina Coordinadora de la Red de RSU de AUSJAL desde sus inicios, Daniela Gargantini es actualmente la Vicerrectora Académica de la Universidad Católica de Córdoba e impulsó la creación de la Secretaría de Proyección Social y RSU como dependencia directa del Vicerrectorado en su universidad. “Esta decisión fue un desafío. Junto a la convocatoria de dedicaciones integradas (docencia, investigación y proyección social) y el avance hacia reformas curriculares que favorezcan la RSU, hemos logrado insertar institucionalmente este enfoque en la vida académica de nuestra universidad”, dice Gargantini. Para ella la experiencia de trabajo ha sido muy gratificante y le ha permitido conocer de cerca la vivencia de la identidad ignaciana en las universidades de AUSJAL. “Técnica y profesionalmente el trabajo compartido ha guardado un gran compromiso que ha consolidado la Red RSU. “Nos ha permitido posicionar a AUSJAL en esta temática a nivel latinoamericano e institucional.” Desde el punto de vista organizacional, la coordinadora afirma que se fortaleció la relación con los proveedores para dar los primeros pasos hacia una gestión ambiental. Igualmente dijo que el respaldo y aprendizaje que la Red ha permitido debido a su estructura horizontal, es sin duda una ventaja que merece continuar siendo capitalizada para lograr una mayor institucionalización del enfoque en las universidades de AUSJAL.

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Lorena Álvarez Moreno

Universidad Iberoamericana Ciudad de México

“La participación en la Red de Homólogos de RSU de AUSJAL ha enriquecido la reflexión conjunta sobre las dimensiones que abarca el término de la responsabilidad social para las universidades confiadas a la Compañía de Jesús. Por lo tanto la conceptualización y desarrollo de un instrumento de autoevaluación ha permitido focalizar la atención en la responsabilidad que tenemos desde todas las instancias que hacen vida en la Universidad”, dice Lorena Álvarez, licenciada en educación especial por la Universidad de Birmingham, en Inglaterra, y representante de la Coordinación de Responsabilidad Social de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México. Álvarez agrega que la difusión de todas las acciones que se realizan tiene un impacto formativo en los jóvenes, con el objetivo de que den su aporte en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Con respecto a los resultados de la evaluación sobre la RSU en la Ibero, comenta que fueron publicados en la revista DIDAC, con el fin de promover a nivel de las instancias correspondientes el análisis de las oportunidades de mejora.

Vera Solís

Universidad Centroamericana. Nicaragua Vera Solis es coordinadora del Programa de Calidad Ambiental de la Universidad Centroamericana de Nicaragua y también de la Red RSU AUSJAL en la UCA. Es bioanalista y nutricionista y entre sus próximos proyectos se cuenta el programa UCA Saludable. A pesar de su experiencia de trabajo con otras redes, Solís resalta que la experiencia con la Red RSU ha sido única. “La diferencia radica en que impera la calidad y el compromiso de las personas que están detrás de cada una de las universidades representadas en la Red. La superación de las barreras de la distancia, y el tiempo para la realización de todo un proyecto, que está teniendo resultados tan importantes para nuestro quehacer e identidad, constituye una de las principales fortalezas”, dice. Solís comenta que el diagnóstico de RSU les ha permitido tomar conciencia de las debilidades y fortalezas, asumiendo el reto de evidenciar la responsabilidad social en cada uno de los ámbitos del quehacer de la universidad. “Es así, que la inclusión de la RSU como eje transversal e inspirador en el Plan Estratégico 2011-2015 constituye por sí misma una acción estratégica. Además se han implementado varias acciones de mejora como por ejemplo, las cátedras y debates sobre la ética y el desarrollo, la educación ambiental a través del Arboreto y el Programa de Calidad Ambiental, revisión de las prácticas profesionales y el Servicio Social en el pregrado, entre otras.

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Rostros de la Red

Maria Teresa Sánchez Universidad Católica Andrés Bello. Guayana, Venezuela

“Esto ha sido una mina de aprendizaje”, dice María Teresa Sánchez, profesora y coordinadora de Proyección a la comunidad en la UCAB, extensión Guayana. Para esta universidad, participar en la Red RSU ha sido una excelente oportunidad, en palabras de Sánchez. La institución ha logrado crecer y fortalecer los aspectos vinculados con la RSU. Para ello se conformó un equipo multidisciplinario, con el objetivo de develar enfoques y necesidades, determinar líneas de acción y ejecutarlas a beneficio de la comunidad universitaria, la ciudad, sus barrios y urbanizaciones. Con respecto al trabajo en equipo, Sánchez está satisfecha y muy agradecida. “Es increíble cómo varios países tan lejanos pudieron acercarse en la construcción de una propuesta. Estoy muy contenta por haber compartido con un equipo de integrantes tan intelectuales y valiosos.” En cuanto al análisis obtenido luego de la evaluación de la RSU en los cinco impactos correspondientes, se estudió para plantear una serie de propuestas que ya se están llevando a cabo con el equipo de RSU y los líderes de los diferentes procesos.

Juan Ignacio Latorre Universidad Alberto Hurtado. Chile A pesar de que Juan Ignacio Latorre lleva muy pocos meses en su actual cargo como director del Centro de Reflexión y Acción Social, CREAS, y recién ha llegado a Chile luego de culminar un Máster en Políticas sociales y mediación comunitaria, en la Universidad Autónoma de Barcelona, asumió el reto de formar parte de la Red RSU de AUSJAL como su primer desafío. “La verdad es que el equipo ha sido muy acogedor y disponible para facilitar todo lo que sea necesario en este tiempo de inserción. Particularmente el equipo que coordina la red ha sido muy colaborador en el proceso de autoevaluación de RSU que estamos comenzando”, dice Latorre. En la Universidad Alberto Hurtado de Chile se ha ido instalando paulatinamente un enfoque integral de gestión que pretende medir y detectar debilidades y fortalezas, que permitan mejorar las prácticas y ser cada vez más coherentes con la misión, visión y proyecto formativo de la Universidad. Latorre afirma que “UAH hace muchas cosas que sin duda tienen un impacto educativo, cognoscitivo, social, organizacional y ambiental. Ahora tenemos la maravillosa oportunidad de medir todo lo que hacemos y ordenarlo e integrarlo en un enfoque amplio como es el que nos propone AUSJAL a través del proyecto RSU.”

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Francisco Ivern S.J. Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Brasil Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, el P. Francisco Ivern S.J. es actualmente Vicerrector de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y uno de los homólogos de la Red RSU. Ivern confiesa que a pesar de no haber participado en todas las audio conferencias y reuniones presenciales, se involucró en la experiencia y considera ha sido muy enriquecedora. “La temática nos une estrechamente alrededor de objetivos de fundamental importancia para nuestras poblaciones. Se trata de reforzar la contribución de nuestras universidades para disminuir las injusticias y desigualdades que aun afligen a nuestros países. En la PUC Río, que se ha caracterizado por tener un fuerte compromiso en el área social, se está llevando a cabo un “proyecto piloto” para investigar las acciones que se realizan en los 4 decanatos y en los 25 departamentos en dos áreas específicas: la investigación y los proyectos y las diversas actividades de extensión que abundan. “Queremos averiguar si esas dos actividades están relacionadas entre sí o tal vez corren por líneas paralelas. En una segunda oportunidad, realizaremos una evaluación más completa”, dijo Ivern.

Omar Serrano

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas . El Salvador Para Omar Serrano, Vicerrector Académico de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador y su asistente Nelly Chévez, la experiencia de participar en la Red ha sido “iluminadora” Gracias al diagnóstico, constataron que la Universidad está en sintonía con los lineamientos y opciones de la Compañía de Jesús. “Por otro lado, la investigación nos abrió los ojos para darnos cuenta de muchos instrumentos y herramientas que no empleamos como parte de la RSU. La falta de mecanismos, espacios e instrumentos de evaluación que nos indiquen si nuestro trabajo está logrando los objetivos que perseguimos ha sido una constatación posibilitada por este ejercicio. Por ejemplo, nos hace falta implementar políticas evaluativas que midan el impacto de proyectos sociales y trabajos de investigación, necesitamos propiciar espacios que faciliten el contacto directo de estudiantes y empleados con los sectores más empobrecidos y vulnerables del país. En definitiva el diagnóstico nos confirmó nuestros lineamientos generales y nos hizo detectar con bastante especificidad las deficiencias en su implementación.” Con el proyecto RSU AUSJAL, la UCA de El Salvador logró posicionar tanto el término como el contenido de la RSU, animando a la comunidad universitaria a participar en el proceso activamente. También formaron varios equipos multidisciplinarios especialistas en diferentes áreas académicas para establecer lineamientos de acción.

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Rostros de la Red

Mariana Marturet y Marianela Fernández Universidad Católica del Uruguay “Dámaso Antonio Larrañaga” Tanto Mariana Marturet como Marianela Fernández, forman parte del sector extensión y servicio a la comunidad de la Vicerrectoría del Medio Universitario en la UCU y opinan que la Red de Homólogos de RSU ha sido una pieza clave que ha generado instancias de reflexión, intercambio y apoyo en los últimos años de trabajo. Ambas destacan que los logros alcanzados desde la UCU en esta temática, tienen una fuerte relación con el trabajo que se ha realizado en el marco de la Red, el apoyo y el aporte de los homólogos que la integran y su compromiso con el proyecto. “Ha sido un proceso interesante”, dicen. La propuesta de integrar institucionalmente la Responsabilidad Social Universitaria ha permitido iniciar y llevar adelante un camino hacia la integración de la temática en los procesos de evaluación y gestión de la Universidad, tanto a nivel de la planificación estratégica institucional, el sistema de seguimiento y evaluación de resultados, la autoevaluación y acreditación de carreras, así como en los procesos de rediseño curricular. Se trata de implementar políticas coherentes con la mirada de la RSU, desde la selección de los proveedores hasta la facilidad de acceso a personas con discapacidad en la UCU, así como también la puesta en marcha de una política de educación ambiental y cuidado del medioambiente.

Marisol Sánchez Universidad Católica del Táchira. Venezuela

Fue decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica del Táchira (UCAT) y ahora es coordinadora de Responsabilidad Social Universitaria en la misma institución. Marisol Sánchez dice que formar parte del proyecto RSU ha sido sin duda, una actividad muy provechosa. “Me ha permitido transcender fronteras, aprender nuevos procesos y compartirlos con calificados miembros de la Red para renovar cada día más mi sentir universitario. En la Universidad nos hemos nutrido de conocimientos y nuevas prácticas” Sánchez resalta que ni la distancia, la diversidad de las instituciones y la actividad académica de cada uno de los homólogos impidió el desarrollo y culminación del trabajo propuesto. “Eso demuestra el sentido de responsabilidad e identificación plena con el compromiso adquirido, hecho que abonó una experiencia satisfactoria porque vimos el fruto del esfuerzo realizado” Agrega además que para la UCAT, la Red de Homólogos de RSU, el trabajo compartido, el apoyo y la colaboración recibida, afirma que hoy en día el tema de la RSU es un pilar fundamental en la misión de AUSJAL. Al igual que para la comunidad universitaria que lo ha tomado como un compromiso del quehacer propio de la Universidad en su meta de formar profesionales socialmente responsables.

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Matilde Schwalb

Universidad del Pacífico. Perú

“El trabajo con la red RSU AUSJAL ha sido una gran experiencia de aprendizaje”, dice Matilde Schwalb, Vice Rectora y Presidenta del Comité de Responsabilidad Social de la Universidad del Pacífico (UP). También es investigadora y profesora de esa casa de estudios. Gracias al proyecto de RSU entendieron el contexto de las universidades de AUSJAL, para luego comprender la situación de la RSU en la UP. “Se crearon lazos y se fortalecieron otros con los que ahora mantenemos una comunicación más fluida y enriquecedora. Por otro lado, el benchmarking con nuestros pares de la red nos ha ayudado a elaborar nuestro plan de RSU que ya estamos poniendo en marcha”, dice Schwalb. Igualmente afirma que han comunicado el espíritu y la filosofía de la RSU en su institución. “Este modelo nos está siendo muy útil en nuestras comunicaciones con otras instituciones, no solo académicas sino también del sector empresarial, gubernamental y de organizaciones sin fines de lucro, y está sirviendo de guía para distintos tipos de instituciones”

Claudia Mora Pontificia Universidad Javeriana Cali. Colombia

Desde que comenzó a plantearse la idea de crear la Red RSU de AUSJAL, Claudia Mora ha estado muy involucrada en el proyecto. Hoy en día, después de todos estos años de trabajo dice que la experiencia ha sido muy positiva y le ha permitido reflexionar sobre la Responsabilidad Social de las universidades de la Compañía de Jesús. “Participamos en la definición de un sistema de evaluación y gestión que han marcado nuevos referentes y conceptos para la Javeriana. Más debate y contraste de experiencias y sobre todo, una mayor perspectiva de la realidad Latinoamericana”, dice. En la Pontifica Universidad Javeriana en Cali, Mora es la directora de la Oficina de Responsabilidad Social Universitaria. Es psicóloga de profesión y ha realizado estudios con el Programa de Formación de Formadores en Responsabilidad Social Empresarial. Con respecto a este tema, enfatiza que fue incluido en el proceso de Planeación de 2006 a 2011 de la Universidad. Para aquel momento, se planteó un objetivo estratégico en relación a cuatro proyectos: definición de la política, diseño e implementación de estrategias formativas y curriculares, definición de una política y plan de acción ambiental para el campus y la integración de la dimensión de la responsabilidad social en la gestión administrativa. El proceso iniciado con la Planeación Institucional se potencializó con el auto diagnóstico de la responsabilidad social y se ajustaron las líneas de trabajo para el periodo 2010-2012.

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Rostros de la Red

José Ivo Follmann S.J. Universidade do Vale do Rios do Sinos, UNISINOS. Brasil

Adecuar a la gestión de UNISINOS la propuesta de la Red RSU de AUSJAL, fue un verdadero reto, en palabras del P. José Ivo Follmann S.J. Un reto que incluso, llamó la atención del Sistema Nacional de Evaluación del Ministerio de la Educación de Brasil. Es por eso que cataloga la experiencia de “movilizadora”, porque también ha contribuido al mejoramiento de la Nación. “Uno de los objetivos de la Universidad es institucionalizar el proyecto de RSU AUSJAL. Como resultado se creó un órgano especial con la misión de proveer las exigencias de la evaluación de parte del Ministerio de la Educación, de forma integrada con los requisitos y orientaciones de la RSU”, dice Follmann. Agrega que en UNISINOS, específicamente, identificaron tres prioridades sociales para los próximos 3 años: la educación de las relaciones étnico-raciales, sobre todo, las relaciones entre blancos y negros; el cuidado del medio ambiente, especialmente del agua, y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías sociales.

Christian Cabezas Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Christian Cabezas es Director de Formación Continua y de Vinculación con la Colectividad de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) desde 2009. También es docente en la Facultad de Psicología e investigador. Para Cabezas la experiencia fue muy enriquecedora desde el punto de vista académico, social y cultural. “En el plano académico aprendí mucho de trabajo en equipo para la definición de los conceptos, los instrumentos y la elaboración de las herramientas de medición. En el plano social he podido apreciar el trabajo de Responsabilidad Social que las otras universidades de la Red están realizando. Ese trabajo es muy valioso y nos ha servido para generar nuevas ideas de aplicación en mi país. Finalmente, el aprendizaje cultural ha sido extraordinario. Hemos compartido muchos momentos tanto en las reuniones con audio conferencias como en los encuentros presenciales en los que apreciamos nuestras cálidas raíces que tenemos por esencia los latinoamericanos.” En la PUCE el énfasis ha radicado en brindar al estudiante espacios de contacto con realidades diferentes, prestar ayuda en las zonas más vulnerables y ofrecer un mejor clima organizacional, desde el punto de vista corporativo, además, promover y facilitar el desarrollo continuo y la capacitación del capital humano.

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Marcela Cuevas Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Colombia

Ingeniera industrial de profesión, egresada de la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá, Marcela Cuevas es actualmente homóloga de la Red RSU de AUSJAL de esa casa de estudios y sobre este proyecto comenta lo siguiente: “He tenido la oportunidad de participar como homóloga desde el año 2006 y tengo que destacar que ha sido una experiencia muy positiva tanto por los principios que se han mantenido en la Red, como por los procesos de aprendizaje que hemos tenido a nivel personal e institucional”, dice Cuevas. Igualmente, considera que la Red de Homólogos de RSU es un caso real de comunidad de aprendizaje, con profunda conciencia sobre la necesidad de aportar una solución a las problemáticas de nuestros países, desde las instituciones de educación superior, es decir a través de la generación o transmisión del conocimiento. “La motivación y apoyo que genera el trabajo en red han sido elementos fundamentales para avanzar en una meta como ésta. La calidad profesional y el compromiso de los homólogos, al igual que el apoyo dado por las directivas de nuestras instituciones, han ratificado la importancia del tema. Más importante aun es destacar el liderazgo de la red, realizado por las personas designadas por la Universidad Católica de Córdoba a partir del año 2007, quienes han mantenido metodológicamente un trabajo coordinado dentro de los tiempos concertados, lo que ha dado éxito al proceso”

Mercedes Morales

Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela

“En el año 2003 participé como representante de la UCAB, en el primer encuentro de RSU AUSJAL en Chile y allí nos comprometimos a construir una Red de Homólogos como la que existe hoy en día”, recuerda Mercedes Morales, directora de Proyección a la Comunidad de UCAB Caracas. Agrega que a partir de ese momento, se establecieron los primeros acuerdos para la elaboración de un documento que definiera las políticas e indicadores de la RSU. Desde el año 1954 la UCAB ha realizado diversas acciones vinculadas con la Responsabilidad Social Empresarial, sin embargo, los compromisos adquiridos desde la Red, han permitido la toma de decisiones organizacionales y financieras que han contribuido con la sistematización de la RSU. Con respecto a los resultados obtenidos hasta ahora, Morales comenta que el tema de la RSU ha logrado posicionarse en todas las instancias de decisión de la Universidad. Igualmente, el equipo de coordinadores de RSU ha sido reconocido como una instancia estratégica para la formación integral de los estudiantes. También se inició un nuevo proceso de formación de profesores coordinadores de RSU, de la mano de CLAYSS, para el tema de aprendizaje y servicio.

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Rostros de la Red

Carmen Salazar Universidad Rafael Landívar. Guatemala

Egresada de la Universidad Rafael Landívar, Carmen Salazar labora en esa misma casa de estudios como directora del Departamento de Responsabilidad Social. Anteriormente fue coordinadora de varios proyectos desarrollados en distintas facultades de la universidad. Lo que quiere decir, que conoce muy bien el tema. Con respecto a su experiencia trabajando con la Red RSU AUSJAL, la califica de enriquecedora. “La visión de la Responsabilidad Social Universitaria se fortalece al momento de compartir las experiencias. El trabajo en red ha sido fluido y el proyecto se ha convertido en una apuesta institucional”, dice Salazar. Además, asegura que de ahora en adelante la visión de planificación se organizará a partir de los 5 impactos de la Autoevaluación de la RSU como eje transversal. De esta manera, se cumplirá la institucionalización del proyecto, en búsqueda de un mejor ambiente universitario.

Mario Iván Patiño Universidad Iberoamericana León. México

“El trabajo con la Red RSU ha representado una gran oportunidad de aprendizaje sobre la conceptualización y las áreas de impacto, que no habíamos identificado antes de pertenecer a la Red”, dice Mario Iván Patiño, Director del Centro de Formación Social, de la Universidad Iberoamericana León. Agrega que las condiciones propias en la UIA León permitieron su participación en ciertas etapas del proyecto, tales como la elaboración del auto diagnóstico, la redacción del documento marco, la participación en la discusión del marco conceptual e indicadores de impacto del proyecto de fortalecimiento, pero no posibilitaron la aplicación de los instrumentos y la conclusión del mismo. Ahora, Patiño asegura que en la Universidad ya cuentan con las condiciones institucionales para aplicar los instrumentos y concluir con el proceso de autoevaluación. Luego elaborarán el proyecto de fortalecimiento. “Consideramos que la experiencia de las otras universidades de la Red que lograron completar el proceso nos será de suma utilidad”, dice.

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Hortensia Muñoz Universidad Antonio Ruíz de Montoya. Perú Hortensia Muñoz afirma que hubo dos razones que la motivaron a permanecer trabajando “tercamente” en la Red de Homólogos de RSU: “Una es participar en una utopía como es la de generar cambios en nuestras maneras de entender y conducir la universidad. La otra es la relación con mis compañeros de la Red y la Secretaría Ejecutiva.” Muñoz es la homóloga de la Red de RSU AUSJAL de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Es licenciada en antropología y ha estado muy vinculada con los Derechos Humanos. En la UARM se desempeña, entre tantas otras actividades que realiza, como directora de Proyección Social. “En el camino andado, a través de correos, foros virtuales y encuentros presenciales, he aprendido de ellos y con ellos, sobre cómo configurar una forma compartida de llevar adelante el quehacer universitario, sin que esto signifique anular la particularidad de cada universidad. Ahora sé que es posible producir conocimiento en red, compartir proyectos de intervención comunes y alentarnos mutuamente para proseguir por la ruta que nos hemos trazado”

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Publicaciones

Conflictos transnacionales: Centroamérica, cambio social y globalización William I. Robinson

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador Este libro tiene tres objetivos. El primero, explorar la historia reciente de Centroamérica, destacando las dinámicas de la globalización para entender a la región. El segundo, explorar algunos temas de relevancia para la sociología y las ciencias sociales en general, como la globalización, el desarrollo y el cambio social. Y finalmente, contribuir a través de la producción intelectual con la lucha de las mayorías pobres tanto en Centroamérica como alrededor del mundo; unas mayorías que siguen en búsqueda de la justicia social y de la emancipación. Los tres objetivos están interrelacionados con respecto a la forma en la que se percibe el mundo, incluyendo las posibilidades y límites inherentes a la acción colectiva, lo que moldea en gran medida el protagonismo social.

Desigualdad, legitimación y conflicto. Dimensiones políticas y culturales de la desigualdad en América Latina Mayarí Castillo, Manuel Bastías y Anahí Durand Universidad Alberto Hurtado de Chile La lectura de estos textos anuncia que en este siglo XXI, la tendencia ha sido la de naturalizar y ocultar los complejos mecanismos a través de los cuales nuestro sistema instala y legitima las desigualdades en nuestras sociedades. Algo ocurrió en el debate académico e intelectual, que por mirar y escuchar al sujeto, descuidó la pregunta por los mecanismos sociales, políticos y económicos de la desigualdad. Este libro constituye un esfuerzo por reposicionar la mirada en aquellos mecanismos que instalan —a menudo de manera violenta—, la desigualdad al interior de nuestras sociedades y sujetos latinoamericanos

Universidad, política y democracia. Escritos polémicos Leonardo Carvajal, Luis Fuenmayor Toro, Tulio Ramírez y Luis Ugalde S.J. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela

Una serie de especialistas en el tema de la educación nos acercan a través de sus estudios, reflexiones y experiencias, a un polémico tema de la actualidad: la reforma universitaria. Cada uno de sus autores brinda a lo largo de los ocho capítulos de esta obra, un enfoque particular sobre esta temática. El último capítulo está dedicado, convenientemente, a plantear en detalle el Proyecto de Ley de Educación Universitaria presentado por las universidades del país ante la Asamblea Nacional.

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Valores y religiosidad en jóvenes universitarios en el Uruguay Néstor Da Costa, Fernando Ordóñez, Rosario Hermano, Federico Rodríguez, Laura Font, Martín Fittipaldi y María José Aznárez Universidad Católica del Uruguay El presente estudio se enmarca en el interés del Programa de Educación en Valores de la Universidad Católica del Uruguay por ofrecer un análisis empírico y teórico de las relaciones entre ética y religión en el contexto juvenil uruguayo, que permitan comprender la relación entre opciones de sentido y de valor de ciertos grupos juveniles. Se pretende aportar al conjunto de la sociedad uruguaya, elementos para comprender mejor la vivencia de los valores y la religión, en continuidad con la Encuesta Nacional de Valores que se realizó en 2002. El objetivo de este trabajo consiste en la realización de una investigación de carácter socio-religiosa de corte cualitativo, focalizada en población juvenil y mayoritariamente universitaria, centrada en la vivencia de la religiosidad y los valores, que permite generar conocimiento sobre dicha temática en forma sistemática, poniendo atención a la percepción de los propios actores. En la actualidad, la sociedad uruguaya se replantea, en forma explícita o implícita, los valores que son centrales para la convivencia ciudadana.

El Táchira en cifras-2010. Situación económica. Violencia en la pareja Rina Mazuera Arias y Neida Albornoz Arias Universidad Católica del Táchira. Venezuela La publicación está dividida en cuatro secciones dedicadas a los capítulos pobreza (objetiva y subjetiva) y violencia de pareja, exponiendo la realidad sobre estos dos temas, con resultados obtenidos del trabajo de campo realizado en los 29 municipios del estado Táchira durante el período septiembrediciembre de 2010. Los objetivos del estudio fueron: determinar las características socio-demográficas y socioeconómicas de los hogares tachirenses, obtener elementos para diagnosticar y analizar la realidad relacionada con las dimensiones empleo, desempleo, salud, educación y percepción de la pobreza de los hogares encuestados e indagar sobre la existencia o no de la violencia de pareja en los hogares encuestados. La cobertura horizontal del estudio fue una muestra de hogares del estado Táchira, mientras que la cobertura vertical viene dada por los indicadores como: sexo, grupos de edad, actividad económica, ocupación, nivel educativo, nivel de ingreso, discapacidades y enfermedades de las personas que componen los hogares encuestados.

El papel de los cristianos en la construcción del espacio público Carlos Mendoza Álvarez Universidad Iberoamericana Ciudad de México Retomando la experiencia de participación de los cristianos en el espacio público local, nacional e internacional, las contribuciones de este libro dan cuenta de cómo la fe cristiana capacita para la superación de la rivalidad, la promoción de la justicia y el desarrollo de procesos de reconciliación humana, en especial en situaciones de violencia y opresión. Más allá del planteamiento moderno que secularizó las ideas políticas del siglo XX, el pensamiento humanista del siglo XXI busca reintegrar el aporte de las religiones y del cristianismo en la comprensión de lo mundano. El espacio público, como expresión de la intersubjetividad humana posible, había quedado vetado a la religión. Pero el nuevo contexto requiere un análisis y una práctica distinta a la que promovió la secularización moderna, reduciendo a la religión a la mera esfera privada.

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ANTES DEL CIERRE

Calidad de la Democracia: Videoconferencias del Programa de Liderazgo

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n el marco de las actividades del Programa de Liderazgo Universitario Ignaciano Latinoamericano y con el propósito de fortalecer el diálogo entre universitarios de distintos países de la región, los días 6 de abril, 4 de mayo y 1 de junio de 2011, se realizaron tres videoconferencias: “Calidad de la Democracia (concepto, gobernabilidad, desarrollo, evaluación y América Latina)”, “Democracia, ciudadanía y DD.HH” y “Perfiles ciudadanos/as en la perspectiva Ignaciana”. El grupo de coordinadores estableció una metodología que implicaba por parte de los jóvenes participantes, una preparación previa que incluía la lectura de un documento seleccionado, la discusión de un video y el trabajo en equipo. Durante las videoconferencias participaron expertos de las universidades presentes, con el propósito de responder a las inquietudes planteadas por los jóvenes universitarios. Después de las conferencias los jóvenes redactaron artículos breves alusivos a los temas discutidos. En esta actividad participaron jóvenes de las siguientes universidades: Iberoamericana Ciudad de México y León, UCAB Caracas y Guayana, UCAT de San Cristóbal, Javeriana de Bogotá y Cali, PUCE de Ecuador y UCA de El Salvador.

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Identidad y Pedagogía Ignacianas en los currículos de las Escuelas, Departamentos o Facultades de Educación

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on el propósito de “Desarrollar un proceso reflexivo y colegiado en todas las Escuelas y Facultades de Educación de las Universidades pertenecientes a AUSJAL, sobre las estrategias para incluir de manera transversal en los Currículos de los programas de Formación de Educadores, la perspectiva de la Identidad y la Pedagogía Ignaciana”, se dieron cita las universidades miembros, para dialogar sobre la primera de las categorías propuestas. En esta, la primera de 6 sesiones, se avanza en la primera fase del proyecto en la que se fundamenta teóricamente la reflexión y en particular abordando el estudio de la categoría “Dimensión de la formación y formación profesional en la perspectiva de la Pedagogía Ignaciana y la Educación Jesuita”. Este encuentro recoge las reflexiones surgidas a partir de una lectura transversal de los documentos sobre Pedagogía Ignaciana. Allí se identificaron algunos de los elementos que aportan para la formulación de los aspectos atinentes a la intencionalidad formativa en nuestras universidades. En particular, se abordan desde la pregunta: ¿Qué dicen los documentos de Pedagogía Ignaciana, acerca de la formación en general de la persona y de la formación de ésta como profesional en distintos campos del saber?; es decir, ¿Cómo desarrolla la idea de que el profesional es ‘alguien’ que no solamente sabe, sino que sabe para? La pregunta acá es ¿Qué nos dice la Pedagogía Ignaciana sobre esta intencionalidad formativa? La Universidad Javeriana de Bogotá, hizo la presentación de un documento inicial que circuló entre los miembros de la Red, que enfatizó en la necesidad de la formación por atender a los desafíos que plantea el contexto: inequidad, abuso en la explotación de los recursos naturales, la crisis de valores, violencia y corrupción, entre otras. Esta propuesta presentada por la Universidad Javeriana fue comentada por la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, indicando la necesidad de enfatizar en directrices para la acción. Así mismo, no olvidar los cuatro elementos -utilidad, justicia, humanidad y fe- propuestos por el P. Kolvenbach S.J. como núcleos del pensamiento universitario, el papel del acompañamiento personal en el proceso de formación y el conocimiento del contexto de los estudiantes por parte de los profesores, a fin de acercarse para comprender mejor sus procesos. El proceso de reflexión de los Homólogos de Educación continúa y habrá un próximo encuentro virtual sobre la segunda categoría: “El Sujeto que se forma y el sujeto que acompaña la formación en la Pedagogía Ignaciana y la Educación Jesuítica.”

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rectores PAÍS

Rectores de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina - AUSJAL NOMBRE

Dr. José María Cantó, S.J. / Rector jmcanto@jesuitas.org.ar

ARGENTINA

BRASIL

CHILE ECUADOR EL SALVADOR GUATEMALA

MÉXICO

NICARAGUA PARAGUAY PERÚ

REPÚBLICA DOMINICANA

URUGUAY

VENEZUELA

Facultades de Filosofía y Teología de San Miguel

Lic.Luis Rafael Velasco, S.J. / Rector Universidad Católica de Córdoba Vicepresidente de AUSJAL rector@uccor.edu.ar Dr. Marcelo Fernandes de Aquino, S.J. / Rector Universidade do Vale do Rio dos Sinos-UNISINOS reitor@unisinos.br Pontificia Universidade Católica Dr. Josafá Carlos de Siqueira, S.J. / Rector do Río de Janeiro (PUC-RIO) josafa@puc-rio.br Pe. Pedro Rubens Ferreira Oliveira, S.J./ Rector Universidad Católica de Pernambuco UNICAP Vicepresidente de AUSJAL prubens@unicap.br Dr. Fabio do Prado-Rector / reitoria@fei.edu.br Centro Universitario da FEI Dr. Jaldemir Vitório, S.J./ Rector reitor@faculdadejesuita.edu.br

COLOMBIA

INSTITUCIÓN

Faculdade Jesuita de Filosofía e Teología (Faje)-Belo Horizonte

Pontificia Universidad Javeriana Bogotá Dr. Jorge Humberto Peláez, S.J. / Rector Pontificia Universidad Javeriana Cali jpelaez@puj.edu.co Universidad Alberto Hurtado Lic. Fernando Montes, S.J./ Rector fmontes@uahurtado.cl Dr. Manuel Corrales Pascual, S.J. / Rector Pontificia Universidad Católica del Ecuador mcorrales@puce.edu.ec Universidad Centroamericana P. Andreu Oliva, S.J./ Rector "José Simeón Cañas" rectoria@uca.edu.sv Dr. Joaquin Sánchez, S.J. / Rector Vicepresidente de AUSJAL joaco@javeriana.edu.co

Dr. Rolando Alvarado, S.J. / Rector Universidad Rafael Landívar rector@url.edu.gt Ing. Héctor Acuña Nogueira, S.J. / Rector Universidad Iberoamericana Torreón hectoracuna@iberotorreon.edu.mx Instituto Tecnológico y de Estudios Dr. Juan Luis Orozco, S.J. / Rector Superiores de Occidente, ITESO rectoria@iteso.mx Universidad Iberoamericana Dr. José Morales Orozco, S.J. / Rector Ciudad de México Presidente de AUSJAL jose.morales@uia.mx Mtro. David Fernández Dávalos, S.J./ Rector Universidad Iberoamericana Puebla david.fernandez@iberopuebla.edu.mx Mtro. Gerardo Valenzuela Rodríguez, S.J. /Rector. Universidad Iberoamericana León gerardo.valenzuela@leon.uia.mx Universidad Loyola del Pacífico Ing. Enrique Pasta Enrique.pasta@loyola.edu.mx. Universidad Iberoamericana Ing. Sebastián Serra Martínez / Rector Tijuana sebastian@tij.uia.mx Dra. Mayra Luz Pérez / Rectora Universidad Centroamericana asrector@ns.uca.edu.ni UCA Managua Dr. Gabriel Insaurralde, S.J. / Director Instituto Superior de Estudios director@isehf.edu.py Humanísticos y Filosóficos ISEHF Dr. Felipe Portocarrero Suárez / Rector Universidad del Pacífico Portocarrero_FB@up.edu.pe P.Juan Carlos Morante Buchhammer, S.J. Rector Universidad Antonio jmorante@uarm.edu.pe. Ruiz de Montoya Lic. Pablo Mella, S.J. / Director Interino Inst.Filosófico Pedro Francisco pablomellasj@yahoo.es Bonó, (IFPFB) Mg. Francisco Escolástico, SJ / Rector Instituto Especializado de fransciso.escolastico@gmail.com Estudios Superiores Loyola Dr. Eduardo Casarotti, S.J./ Rector Universidad Católica del Uruguay ECASAROT@ucu.edu.uy “Dámaso Antonio Larrañaga” Dr. Arturo Sosa, S.J. / Rector asosa@ucat.edu.ve Dr. José Virtuoso, S.J.-Rector fjvirtuoso@ucab.edu.ve Lic. Julio Jiménez / Director dnesdireccion@iujo.edu.ve

Universidad Católica del Táchira Universidad Católica Andrés Bello Instituto Universitario Jesús Obrero

DIRECCIÓN Av. Balbín 3226-C.C. 10, B1663NET San Miguel, Buenos Aires, Argentina, Tel. (54-11) 4455-7992 Int. 110, Fax: (54-11)4455-6442, Site: www.facultades-smiguel.org.ar Camino a Altagracia, Km 7 1/2 Córdoba, Argentina, Tel. (54-351) 4938000 Ext. 101 Fax: (54-351) 4938002, Site: www.uccor.edu.ar Av. UNISINOS, 950, Bairro Cristo Rei Caixa Postal 275-93022-000 Sao Leopoldo-RS- Brasil, Tel.(55-51) 3590-8201/3591-1122, Fax: (55-51) 3590-8899, Site: www.unisinos.br Rua Marques de Sao Vicente, 225, Gávea Rio de Janeiro, RJ - Brasil - 22453-900 , Tel.(5511) 35271120/35271121, Fax: (55-11) 35271119, Site: www.puc-rio.br Rua do Principe 526, Boa Vista CEP 50.050-900, Recife-PE, Brasil, Tel. (55-81) 32164000 Fax (55-81) 34230541, Site: www.unicap.br Av. Humberto de Alencar, Castelo Branco, 3972 Bairro Assunçao CEP 09850-901, Sao Bernardo do Campo, SP, Brasil, Tel (55-11) 32091855 Fax (55-11) 3209-7996, Site: www. fei.edu.br Av.Dr. Cristiano Guimaraes, 2127, Planalto CEP 31720-300, Belo Horizonte MG, Brasil, Tel. (031) 3115-7094 Fax (031) 3115-7086, Site: www.faculdadejesuita.edu.br Carrera 7ª. No. 40-62, Edif. 21 Emilio Arango, SJ Piso 2, Bogotá, Colombia, Tel. (571)3208320 Ext. 2002 Fax (57-1)2853348, Site: www.javeriana.edu.co Calle 18 No. 118-250, Cali, Colombia, Apartado Aéreo: 26239, Tel. (572)3218200 Fax (572)5552826, Site: www.puj.edu.co Almirante Barroso 6, Santiago, Chile CP6500620, Tel. (562) 6920211, Fax (562) 6920216, Site: www.uahurtado.cl Av. 12 de Octubre entre Patria y Veintimilla, Ed. Administrativo Piso 3, Quito, Ecuador, Apartado 17-01-2184, Tel. (593-2) 252-0947 Fax (593-2) 2567117, Site: www.puce.edu.ec Boulevard Los Próceres, Apartado Postal (01) 168, San Salvador, Tel. (503) 22106620 Fax (503) 2106655, Site: www.uca.edu.sv Campus Central Vista Hermosa III, Zona 16-Guatemala 01016, C.A.Tel (502) 24262626 Ext.2102 Fax (502) 22797802, Site: www.url.edu.gt Calzada Iberoamericana 2255, C.P. 27020, Torreón, Coahuila, México, Tel. (52-871) 7051011 Fax (52-871) 7051080, Site: www.lag.uia.mx Periférico Sur Manuel Gómez Morín, 8585, Tlaquepaque-Jalisco, México CP 45090, Tels. (5233) 36693434 Ext.3538/3530 Fax (52-33) 36693585, Site: www.iteso.mx Prol. Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México D.F. CP 01219, Tel. (52-55) 59504000 Ext.4500 Fax (52-55)52922133, Site: www.uia.mx Boulevard del Niño Poblano, 2901 Unidad Territorial Atlixcáyotl, 72430 Puebla, Pue., México, Tel. (52-222) 2290700 Fax (52-222) 2301730, Site: www.iberopuebla.edu.mx Boulevard Jorge Vértiz Campero 1640, Col. Cañada de Alfaro, C.P.37238, León Guanajuato-México, Tels. (52 477) 7100607 Fax (52-477) 7115477, Site: www.leon.uia.mx Av. Heroico Colegio Militar s/n, Cumbres de Llano Largo, CP 39820 Acapulco, Gro. México, Tel. (744)446.52.25 y 26 Ext. 103 Fax (744)446.52.27, Site: www.loyola.edu.mx Av Centro Universitario 2501, Playas de Tijuana, CP 22200 Tijuana, B.C. México, Tel. (52664) 6301577 Ext. 201 Fax (52-664) 6301591, Site: www.tij.uia.mx Intersección Pista Juan Pablo II con Av. Universitaria, Apartado postal No.69, Managua, C.A., Tels. (505) 2673990 Fax (505) 2670106, Site: www.uca.edu.ni Itapúa 148, con Santísimo Sacramento, Casilla de Correos 3290, Asunción, Paraguay, Tel. (595-21)290549 Fax (595-21)29.62.27, Site: www. isehf.edu.py Avenida Salaverry 2020‑Jesús María, Lima, Perú, Casilla postal:4683, Tels. (511) 4712485 Fax (511)2190140, Site: www.up.edu.pe Ave. Paso de los Andes 970, Pueblo Libre-Lima 21, Perú, Tels. (511) 4 240.53.22/230.56.97 Fax (511) 323.11.23 , Site: www.uarm.edu.pe Josefa Brea No.65, Barrio Mejoramiento Social, Santo Domingo, República Dominicana, Tels.(809) 6892231 Fax (809) 6850120, Site: www.centrojuanmontalvo.org.do Calle P.Angel Arias 1, San Cristóbal República Dominicana, Tel (809) 528-40.10/41.10 Fax (809)528-92.29, Site: www.ipl.edu.do Av. 8 de Octubre 2738, Montevideo CP 11600, Uruguay, Tel (598 2) 487-2717/480-8123, Fax: (598 2) 4870323, Site: www.ucu.edu.uy Carrera 14 con Calle 14, Barrio Obrero, Edif. UCAT, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela, Tels. (0276) 3446844 Fax (0276) 3446183, Site: www.ucat.edu.ve Av. Teherán, Edif. Servicios Centrales, Piso 3 Urb. Montalbán, Apdo. Postal 20.332 Caracas (1021), Venezuela, Tels. (58-212)4074299/4074298 Fax (58-212) 4074349, Site: www. ucab.edu.ve Esquina Luneta, Edif. Centro Valores, piso 7 Oficina 7-1, Parroquia Altagracia-Caracas (1020), Venezuela, Tel: (58-212) 564.86.52/564.16.43, Fax:(58-212) 564.50.96


Red de Enlaces de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina - AUSJAL Institución Facultades de Filosofía y Teología de San Miguel

Nombre José María Cantó, S.J. Rector

enlaces

Correo

Teléfono

Fax

jmcanto@jesuitas.org.ar

(54)(11) 4455-7992 Int. 110

(54)(11) 4455-6442 (54) (351) 4938000

Universidad Católica de Córdoba

Martín Maldonado Secretario de Desarrollo y Asunto Internacionales SEDEAI

sedeai@uccor.edu.ar

(54) (351) 4938000 Int. 103

Pontificia Universidad Católica de Río (PUC-Rio)

Francisco Ivern , S.J. Vice-rector

fivern@puc-rio.br

(55)(21) 31141001

(55)(21) 31141608

Thales Cavalcanti Castro Asesor de Relaciones Internacionales e Interinstitucional

(55)(81) 2119.4220

(55)(81) 34230541

Universidad Católica de Pernambuco UNICAP

thales@unicap.br (031)3115-7000

(031)3115-7086

Faculdade Jesuita de Filosofíae Teología (Faje)-Belo Horizonte

Jaldemir Vitório, S.J. Rector

reitor@faculdadejesuita.edu.br

Centro Universitário da FEI

Fabio do Prado

reitoria@fei.edu.br

(55)(11) 43532900

(55)(11) 41095994

Universidade do Vale do Rios do Sinos UNISINOS

Paraskevi Bessa Rodrigues Coordinadora de Relaciones Nacionales e Internacionales

evi@unisinos.br MarliseH@unisinos.br

(55)(51) 3590.8237

(55)(51) 3590.8443

Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá

Luis David Prieto Martínez Secretario de Asuntos Intenacionales

ldprieto@javeriana.edu.co

(57) (1) 320 83 20 Ext. 2011/2725

(57) (1) 3208320 Ext. 3908

Pontificia Universidad Javeriana, Cali

Fernando Calero Aparicio Director de Relaciones Internacionales

fcalero@javerianacali.edu.co

(57)( 2) 3218365

(57) (2) 5552804

Universidad Alberto Hurtado

Constanza Bauer Campos Dirección de Cooperación e Intercambio

Cbauer@uahurtado.cl

(56)(2) 6920414

(56)(2) 6920216

Pontificia Universidad Católica del Ecuador

María Isabel Aguinaga Iturralde Directora de Relaciones Internacionales

miaguinaga@puce.edu.ec

(593)( 2) 299 17 00 Ext.1682

(593)( 2) 250-9684

Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" UCA

María de los Ángeles Torres Jefa de la Oficina de Cooperación Internacional

mtorres@buho.uca.edu.sv

Universidad Rafael Landívar

Luis Alberto Lemus Director del Departamento de Relaciones Académicas Internacionales

lalemus@url.edu.gt

(502) 24262626 Ext. 2850

(502) 24262578

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, ITESO

Luis José Guerrero Anaya Secretario de la Rectoría

luisjose@iteso.mx

(52)(33) 36 69 35 38

(52)(33) 36693435

Sonia Elizabeth Fernández Orozco Subdirectora de Vinculación y Relaciones Académicas

soniae.fernandez@uia.mx

(52) (55) 59504014

(52)(55) 59504281

Antonio Cruz Pérez Asistente de Rectoría

antonio.cruz@leon.uia.mx

(52) (477) 7100600

(52) (477) 7115477

alberto.fischer@iberopuebla.edu.mx (52)(222) 372.30.01

(52)(222) 229.07.28

Universidad Iberoamericana Ciudad de México Universidad Iberoamericana León Universidad Iberoamericana Puebla Universidad Iberoamericana Tijuana Universidad Iberoamericana Torreón

Alberto Fischer García Director de relaciones externas e inercambio académico Lorena Santana Serrano Directora General de Vinculación Institucional Enrique Macias Director de Vinculación

(503) 22106641

(52) (664) 6301577 al 81. Ext.203

(52) (664) 6301591

enrique.macias@iberotorreon.edu.mx (52) (871) 7051010

(52) (871) 7051080

l_santana@tij.uia.mx

(744) 4465225 Ext. 124

Brenda Melissa Solano Pérez Asistente de Rectoría

msolanop@loyola.edu.mx

(744) 4465225 y 26 ext.103

Vera Amanda Solís Secretaria General (Enlace interino)

vsolis@ns.uca.edu.ni

(505) 2783273

Luis Ughelli

academico@isehf.edu.py

(595)(21) 293579

Universidad Antonio Ruiz de Montoya

Soledad Escalante Secretaria Académica

sescalante@uarm.edu.pe

(511) 4245322 anexo 110

(511) 4231126

Universidad del Pacífico

Cecilia Montes Directora de Relaciones Institucionales

Montes_C@up.edu.pe

(511) 2190100 Aux 2406

(511) 4630658

Fabio Abreu Director de Educación Contínua

f.abreu@bono.org.do

(809) 6822231

Universidad Loyola del Pacífico Universidad Centroamericana UCA, Managua

Instituto Superior de Estudios Humanísticos y Filosóficos (ISEHF) Secretario Académico

Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó (IFPFB)

(505) 267 0106 (595)(21) 293579

(809)6850120

Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola

Carina Contreras Alcántara Asistente de Rectoría

carina-contreras@hotmail.com (809) 5284010 Ext 3016

Universidad Católica del Uruguay "Dámaso Antonio Larrañaga”

Andres Jung Secretario de Asuntos Internacionales

relinter@ucu.edu.uy

(598)(2) 4872717 (598)(2) 4808123

(598)(2) 4808123

Universidad Católica del Táchira

Rina Mazuera Arias Decana de Investigación y Postgrado

rmazuera@ucat.edu.ve

(58)(276) 5107651

(58) (276) 3418952

Universidad Católica "Andrés Bello”

Lizbeth Sánchez Meneses Directora de Secretariado de Relaciones Internacionales

Isanchez@ucab.edu.ve

(58) (212) 4074603

(58)(212) 2668562

Judith Benítez Secretaria General de Educación Superior

dnessecretaria@iujo.edu.ve

(58) (212) 5648652 (58) (212) 5641643

(58) (212) 5645096

Instituto Universitario Jesús Obrero

(809) 5289229



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