Elogio del insulto literario

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Elogio del insulto literario

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J.J ARMAS MARCELO

l insulto es, sin duda, una de las categorí- nicas, y uno de los más importantes escritores de as literarias más provocativa, no sólo toda la historia de México: Alfonso Reyes. porque sugiere (y obliga a) la Carlos Fuentes recuerda en uno de sus ensayos contestación sino porque establece la vivacidad que Reyes retrató su desdén de una polémica en la que brilla por el nacionalismo cultural «Desde que la escritura el ingenio, el delirio occidental adquiere categoría mexicano en una sola frase imaginativo e irracional de los que, sin duda, resulta insultante literaria, el genio loco y escritores y las infatuaciones para los mexicanos instiarbitrario del escritor pasionales de unos contra otros exige sus víctimas, utiliza hasta tucionales y sacrales: si la (y de todos contra todos). Nada el abuso el mecanismo del literatura mexicana debe ser nuevo bajo el sol, por otra improperio y busca exterminar el mundo —escribió más o parte, porque desde que la menos Reyes—, lo será al adversario con frases escritura occidental adquiere porque es literatura, no porque brillantes,» categoría literaria, el genio loco sea mexicana. En toda y arbitrario del escritor exige sus definición hay unas fronteras víctimas, utiliza hasta el abuso el que suelen excluir más de la cuenta. En toda mecanismo del improperio y busca exterminar al exclusión, definitoria o no, siempre hay un adversario (y, más allá, al enemigo) con frases insulto que muchos no quieren admitir. Vallebrillantes, apelativos y dicterios que no Inclán, eso al menos se cuenta de él, poseía tal admiten respuesta. Citar a Aristófanes en la talento para el insulto hilarante e inmediato que Grecia clásica y volver sobre algunas de sus se volvía loco por una sola frase brillante o uno páginas implicaría empezar por el principio, de esos apelativos que hicieron fortuna hasta el antes de meternos de hoz y coz en el elogio del día de hoy. A principios de siglo, cuando el insulto literario en nuestros alrededores, en modernismo bullía en la gran urbe, dijo al nuestros predios modernos y en nuestra geo- regresar de la Ciudad Condal que "Barcelona grafía cultural. era una ciudad llamada a desaparecer". De Cualquier mexicano institucional, la mayoría todos es conocido el apodo que colocó para de los que todavía buscan escapar de un siempre en la figura de Galdós: "El mestizaje profundo y evidente (y, sobre todo, garbancero", desproporcionado apelativo que secular), tendría como insulto propio de un no ha dado al traste con la obra del gran novelisintelectual decadente la frase paradójica de ta insular. uno de los más relevantes ensayistas y prosistas En el Siglo de Oro de la literatura española los de las letras hispáfénices y


genios de la misma se mataban unos a otros, se de la creación artística, el ninguneo y el insulto insultaban con el ingenio literario que les era figuran a la cabeza del ingenio. Picasso llamó a propio y que formaba parte de su forma de ser y, David Alfaro Siqueiros "pintor de pistola" tras naturalmente, buscaban en ello no sólo la desca- la muerte de Trotsky en Coyoacán, México, con lificación del contrario sino insinuar y conseguir lo que venía a matar dos pájaros de un solo tiro situarse el primero en una escala jerárquica que intelectual: al pintor, que no le gustaba nada, y al no pudiera ser modificada por el talante de sicario stalinista que había en Siqueiros. nadie, visto los improperios que caían desde arriba por quienes lo intentaban. Los casos de Francisco de Quevedo, para mí el más grande n nuestros días el más grande insultador escritor de todos los tiempos en la literatura de nuestras letras, a lo largo y ancho del española, y Góngora, en continuo enfrentaámbito hispánico, es paradójicamente miento y en un despliegue de ingenio que no uno de los más grandes escritores: admite dudas literarias, son un reflejo y una tra- Jorge Luis Borges. Durante su larga y fructífera ducción excepcional de cuánto mueve el insulto vida creativa e intelectual no dejó títere con en el alma de los escritores de todas las cabeza y se encargó personalmente de geografías y todas las épocas. establecer categorías jerárquicas No hay que recordar a Catulo, «En toda definición hay dentro y fuera de nuestros unas fronteras que con quedarnos en Quevedo universos. Cuéntase que la suelen excluir más cuanto tiempo nos haga falta ingeniosa crueldad del ciego de la cuenta. En toda Borges discutir es más que suficiente. resultaba tan exclusión, definitoria o no, impertinente y tan eficaz que siempre hay un insulto todos quienes intentaban la l genio del escritor es exclusivo, exclusivista y que muchos no quieren respuesta terminaban peor que si admitir.» excluyente. Su vanidad, sea hubieran guardado un piadoso genial o no, también. En nuestra silencio ante las invectivas de literatura más reciente el ninguBorges. La realidad no sólo es neo es de un continuo trasiego en las jerarquías insultante, sino también paradójica y literaria. de escritores y escribidores. Juan Ramón Cuando el poeta Gerardo Diego se acercó Jiménez pasaba por un carácter destemplado, hace unos años a saludar a Jorge Luis Borges, cuya acidez traducía el estado de ánimo que lo hizo seguramente impelido por el respeto que vulgarmente llamamos "mala leche". Se cuenta la personalidad y la obra del argentino le de él que no sólo despreció a Pedro Salinas y a provocaron desde siempre. "Maestro, soy toda su obra, de la que hizo la mueca chistosa de Gerardo Diego", se presentó educadísimo el más largo alcance en su chismografía (en lugar de poeta español. El argentino lo miró sin verlo y le La voz a ti debida, Jiménez diría "la voz a mí contestó con la agresiva dialéctica del insulto debida"), sino que se adentro en los mares que siempre iba con él. "¿En qué quedamos, interminables del ninguneo cuantas veces Gerardo o Diego?". De Cien años de soledad, la algunas sombras literarias se acercaron a él para novela que pasa por ser una de las más grandes lo que fuera menester. De la Revista de Oc- escritas durante este siglo en nuestra lengua, cidente, eso cuentan los suyos, dijo que era, sin vino a decir Jorge Luis Borges que «le sobraban duda, "La Revista del Desoriente", acierto ácido cincuenta años», se supone que de páginas, de en donde no le faltaba mucha razón. Pero el nin- adjetivos, de literatura pantagruélica y voladora, guneo no pertenece sólo a la categoría de los "de Mary Poppins", como arguye —insultanteescritores y a la literatura. En todos los ámbitos mente, por cierto— sobre esa misma novela el cubano Guillermo Cabrera Infante. Pero con Borges, referencia obligada a la hora

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de hablar en español del agua del insulto literario, la paradoja surgió en su propia vida cuantas veces la buscó el gran ciego a quien se le hizo cuento, en un poema extraordinario, que alguna vez nació Buenos Aires. Años más tarde del encuentro con Gerardo Diego, el Ministerio de Cultura español y el jurado del Premio Cervantes otorgaron el galardón al poeta español Gerardo Diego y al argentino Jorge Luis Borges, ex aequo, lo que vino a representar para los seguidores borgianos un «insulto literario» de difícil recibo. Sic transit gloria scriptorum.

res propios y extraños. Uno de los más grandes escritores e insultadores de la literatura universal en estos momentos se llama V. S. Naipaul, poco conocido en nuestros ámbitos pero sin duda uno de los más leídos en lengua inglesa. Mestizo, excéntrico, observador nato y hurón de la vida, Naipaul escribió unos reportajes sobre Argentina donde descalifica la visión de la historia de su país que Borges "idealiza e inventa", con lo que el trinitario no hace otra cosa que señalar el gran defecto físico del argentino: la ceguera también lo es intelectualmente, según Naipaul, en el caso de Borges. El regreso de Eva ero, en la década de los 80, la Academia Perón es una pieza tan indestructible como cualSueca llegó al sublime insulto contra Bor- quier poema o cuento de Borges. Hombre de la ges al otorgar al autor de Cien años de esquina rosada, por ejemplo, es un poema soledad, la novela a la que le homérico que Borges inventó «En el Siglo de Oro sobraban cincuenta años, el Predesde su genialidad literaria, que mio Nobel de Literatura. Pero de la literatura española además posee un doble que vive, en esa misma escala de insultos los fénices y genios respira y escribe, como subde la misma se simpáticos (pero crueles), virtiendo el orden natural de las matabanunos a intelectuales (pero matadores) e cosas: Adolfo Bioy Casares. hirientes (y, por tanto, otros, se insultaban' En todas partes cuecen habas. Y el descalificadores), García con el ingenio literario insulto no es propio de una época Márquez acuñó un chiste que les era propio.» especial o de unos escritores cuya excepcional en el momento de vanidad se alza por encima de la recibir en 1967 el entonces propia feria que han inventado prestigioso Premio Internacional de para aplaudirse mutuamente o Novela Ró-mulo Gallegos. Cuando los para lapidarse hasta la muerte civil. Los últimos venezolanos, celosos de sus glorias literarias, le escarceos o insultos que se han dado en la preguntaron al colombiano por la obra de literatura española de nuestros días son peccata Rómulo Gallegos, García Márquez contestó con minuta. Desde el advenimiento socialista al "una mamadera de gallos" que ha hecho poder, en el 82, los ninguneos institucionales de fortuna y no se ha perdido todavía en el olvido. muchos de nuestros gobernantes y el intento de "En Canaima", explicó García Márquez, "hay la su mediocridad más ramplona por jerarquerizar descripción de un gallo que está muy bien". a su antojo los prestigios literarios intelectuales Claro que, cuando en 1982 los suecos, son, a mi modo de ver, el peor insulto que obviando a Borges, le dieron el Nobel tiempo le puede hacérsele a un país que recientemente ha faltó a Mario Vargas Llosa, a la sazón en Italia, recuperado sus libertades. para afirmar una vez más que se lo habían de haber dado "a Borges", elogio del perdedor que descalifica —desde el criterio de quien elogia— quellos barros trajeron estos lodos. no sólo al premiado sino también al galardón de Que «los ciento cincuenta novelistas» la gloria eterna. de Carmen Romero son un chistoso Pero Borges no ha dejado de ser, por gran escri- insulto que a algunos puede resultarles bochortor y, por tanto, insultador, zaherido por escritonoso no significa en ningún momento que no

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haya habido un intento de establihsment generacional del socialismo del 82 por arrasar la historia literaria anterior que no le fuera adicta o, en todo caso, se plegara al silencio y al servilismo que exigían tácitamente quienes intentaban ordenar el sistema jerárquico de los prestigios en España. ¿Es o no un insulto la arbitrariedad con la que ciertos profesores universitarios, determinados jerarcas de la crítica literaria y algunos medios de información cultural se tomaron en la década tonta, la de los 80, las escalas reales de la literatura española, de la que V. S. Naipaul, precisamente en esa década, vino a decir a Madrid que no era "más que una provincia menor de la literatura del mundo"?

Capote, sino Gore Vidal —rival del propio Capote en tantas cosas—, Tennessee Williams y Jane Bowles, además de Williams Borroughs, quedan como una crónica despedazada por el talento ninguneador del autor de El cielo protector.

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no de los grandes ninguneados por la jerarquía institucional en la España de los 80 ha sido, sin duda, Camilo José Cela. Lo que sucede es que el talento de Cela y su capacidad de resistir a todo tipo de viboreo y muerte anticipada es muy superior a la tenacidad mediocre con que sus enemigos se empeñan en negarlo literaria y biográficamente. A estas alturas, la ingenuidad n algún artículo publicado en el ABC es un lujo que quienes sabemos que sabemos Cultural hablé de la necesidad de la lite- pocas cosas de cuantas nos ocurren alrededor ratura canalla —la vivificante literatura no podemos permitirnos sin correr el riesgo de de los insultadores de todo género— en una la muerte. Cela destapa, cada voz que le viene España tallada a la medida del silencio y del ser- en gana, las esencias de una animosidad contra vilismo institucionales. Cité a dos escritores que, todo y contra todos que, por contrapartida, para bien y para mal, se han hecho a sí mismos provoca el rechazo de unas minorías pensantes referencias de esa literatura del insulto, a la que que también existen. E insisten en que él, Cela, me adhiero cada vez que haga falta para defen- ya no existe. Su natural proprensión al derla dentro del páramo reverencial de nuestros histrionismo y a la exageración no son escritores: Francisco Umbral y Terenci Moix. Y irracionales, sino que proceden directamente de cité también al más proverbial de los escritores una de las totémicas figuras de nuestra literatura: norteamericanos en cuanto a literatura canalla Quevedo. El resto es un desarrollo del talento se refiere: Truman Capote. Días más tarde, recibí que en España suele molestar más de la cuenta un telegrama con el siguiente texto: «Gracias, y que termina, si sobrevive al accidente canalla. Abrazos. Truman Capote». Era la continuo del ninguneo, por resultar incómodo a respuesta inteligente de Umbral cuantos deseaban la muerte y la «Juan Ramón Jiménez a un elogio que muchos escritores desaparición real del demonio. —no se si institucionales o pasaba por un carácter ¿Es hora de repetir, una vez más a simplemente dados al oficio destemplado, cuya acidez destiempo, que para el Premio traducía al estado mercantilista de la hipocresía— Cervantes es un insulto que entre del ánimo que consideraron un exceso frivolo y, sus galardonados no esté el desde luego, un insulto gratuito. vulgarmente llamamos nombre de Cela ni el de García "mala leche".» Pero si repasamos la biografía Márquez? ¿Quiénes insultan más, del gran superviviente de la época los jurados ministeriales que, año de Capote, veríamos qué opinión, tras año, negaron la posibilidad qué elegantes insultos, qué desprecio desgrana del Cervantes a Cela y a García Márquez, dialécticamente Paul Bowles a la hora de los hasta que los suecos, en un paradójico insulto, recuerdos de sus propios amigos. No sólo otorgaron a ambos el Nobel de Literatura? No hay que pedir falsifica-

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dones históricas (eso sí que es vaya a cambiar el poder en realmente un insulto de- «En nuestros días el más España, y el discurso de ese masiado repetitivo entre no- grande insultador de nuestras mismo poder, las cosas vayan a sotros) para recordar que tan letras, a lo largo y ancho cambiar entre nuestros sólo un año antes de que a Cela escritores, sometidos casi del ámbito hispánico, se le otorgara el Nobel, uno de siempre a la tentación espases paradójicamente los más cualificados jóvenes módica del insulto como parte uno de los más narradores españoles, mundano, de la literatura canalla, grandes escritores: "viajero" y culto observador de exgrimida como categoría liJorge Luis Borges.» las cosas de la vida, escribió un teraria y como una de las Bellas artículo en el que venía a Artes. Sobran los casos, algunos expresar su indignación por el realmente insultantes, en los que insulto que significaba que en España nos de verdad la sangre ha llegado al río. Sobran inventáramos siempre un candidato interior los casos en los que el establishment cultural de para todo. Cela era el centro de sus insultos y España, o de cualquier otro lugar del mundo, ha sus inventos, en un escrito donde "demostraba" privado de su sitial y de sus honores a quienes, que nos habíamos inventado nosotros, los por una u otra razón, caían antipáticos al sistema provincianos de siempre, los inventores y resultaban incómodos a quienes detentan el interiores, al candidato Cela para el Nobel de poder f áctico de los ciudadanos. Extenderse en Literatura, cuando en realidad —según él— anécdotas y en episodios en los que el insulto nunca había sido un verdadero "finalista" de tal brilla por sí mismo como un alarde de galardón. Pero cuando al año siguiente los independencia intelectual resulta finalmente académicos suecos volvieron a fallar el Nobel y baladí, sobre todo en un tiempo en el que — esta vez se lo otorgaron al autor de La familia de como expresaba Durremat, seguramente Pascual Duarte, algunos de los jóvenes leones siguiendo a Brecht— se hace muy difícil explicar de nuestra novela interior vociferaron con su lo evidente. El insulto, por evidente y por eterestética habitual negando la evidencia. no, no es más que la expresión de una resistencia Aquellas cegueras han traído los últimos que lucha por mantenerse en el ámbito indepenescarceos insultantes, levemente agrios, ligera- diente de la literatura. Y eso se paga con el silenmente sanos. cio, el excesivo ninguneo institucional y, a veces, el criminal silencio civil sobre una obra creativa abe pensar, más en estos tiempos en los y una biografía ejemplar en muchos conceptos. que del discurso del cambio parece Nada, por otro lado, nuevo bajo el sol. pasarse lenta pero inexorablemente al cambio de discurso, que no por mucho J. J. Armas Marcelo es escritor. madrugar amanecerá más temprano; que no porque

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