Aristóteles va a juicio

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Sumario

Nota preliminar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11

I ntroducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

C apítulo I. L as locas historias de la lógica . . . . . . . . . . . . . .

17

1.

La lógica puede ser divertida . . . . . . . . . . . . .

17

2.

El hotel infinito, la paradoja del mentiroso y otros rompecabezas lógicos . . . . . . . . . . . . . . . .

22

3.

La gramática del lenguaje lógico . . . . . . . . . . .

28

4.

Los primeros principios: identidad, no contradicción y tercio excluso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

38

5.

Estrategias deductivas y esquemas de inferencia . . .

50

6.

Un par de puzles lógicos para terminar . . . . . . .

58

C apítulo II. Falacias, sesgos y otros desvaríos argumentativos . . .

63

1.

El lenguaje: una bestia impresionante . . . . . . . . .

63

2.

Las falacias formales y el problema de la inducción . .

69

3.

Tetralogía de falacias materiales . . . . . . . . . . .

78

4.

Falacias de ambigüedad . . . . . . . . . . . . . . .

85

5.

Falacias de relevancia . . . . . . . . . . . . . . . .

89


10 / Sumario

6.

Los sesgos cognitivos: un poco de psicología social . .

95

C apítulo III. A lgunas técnicas y problemas de argumentación jurídico - filosóficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 1.

El arte de tener razón . . . . . . . . . . . . . . . . 103

2.

Comentarios, dilemas y uso de recursos audiovisuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

3.

Dos claves jurídicas esenciales: ponderar y justificar excepciones . . . . . . . . . . . . . . . . 119

4.

El derecho y la verdad: una relación complicada . . . 125

5.

El sexo es importante para argumentar (I) . . . . . . 139

6.

El sexo es importante para argumentar (II) . . . . . . 154

E pílogo. E n defensa de las razones . . . . . . . . . . . . 165 R eferencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . 167


Nota preliminar

Este manual es el resultado de años de experiencia docente e investigación universitaria. La argumentación me fascinó desde temprana edad, ya en el instituto. Posteriormente, cuando cursé mis estudios de Filosofía en la Universidad de Granada, disfruté mucho participando en las batallas dialécticas que se formaban tanto en clase como en la cafetería de la Facultad. Creo que el debate argumentativo es importante por dos razones. Primero, porque pone en marcha nuestro cerebro, como si fuera un músculo que exige ejercicio diario a fin de mantenerse en forma; decía mi profesor de Filosofía de 1º de Bachillerato —Javier— que filosofar es “como entrenar el cuerpo”. Y, segundo, porque, aunque la verdad objetiva y el hecho de salir victorioso en un debate no son exactamente una misma cosa, sí que me parece indudable el valor que tiene la palabra bien razonada para resolver nuestros problemas de forma pacífica. Qué le voy a hacer, soy un romántico del lenguaje, de su poder de persuasión y capacidad para insuflar estados de ánimo positivos. Tras haber cursado el Grado en Derecho y haberme incorporado como Personal Docente e Investigador en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, deci-


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dí poner en marcha un proyecto de innovación docente. Me había dado cuenta de que, en contra de un método de arraigo en las escuelas jurídicas del país, mi forma de enseñar no tenía nada que ver con la clásica dogmática jurídica. Prefería el diálogo socrático, los debates y la práctica de la oratoria. Por eso, solicité financiación a la Unidad de Calidad, Innovación Docente y Prospectiva de la Universidad de Granada para iniciar un Seminario de oratoria y argumentación. Se trataba de un proyecto en el que se desplazaba la clase magistral como eje de la experiencia de enseñanza y aprendizaje, colocando en su lugar la práctica argumentativa y el debate. Los materiales que aquí voy a presentar se nutren, además de todo el conocimiento generado en ese proyecto, del libro de texto que diseñé para presentarme a las oposiciones del Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria, por la especialidad de Filosofía. Cristalizan así en una sola obra mis dos pulsiones académicas: la filosofía y el derecho. Igualmente, quisiera destacar dos apuntes formales o estilísticos de la obra. El primero tiene que ver con el título elegido. Cuando me puse en contacto con el editor para la publicación del manual, se me ocurrió titularlo sencillamente Manual de argumentación filosófica y jurídica, tratando de componer un texto sencillo y breve. No obstante, luego tuve la sensación de que era un nombre demasiado insustancial, equiparable a los abundantes tratados que hay sobre la materia. Luego leí una noticia en la que ChatGPT, el modelo lingüístico basado en GPT 3 y desarrollado por la compañía OpenAI, había respondido a un internauta que Aristóteles era el filósofo más importante de la historia. Entonces, pensé titular la obra “Aristóteles va a juicio”, ya que siempre ha sido uno de mis filósofos fetiche y, de paso, me servía para ir alineán-


Aristóteles va a juicio. Manual de argumentación filosófica y jurídica / 13

dome del lado de las máquinas en caso de una guerra contra los humanos. Por otro lado, he decidido no emplear ninguna cita bibliográfica al pie, ni incorporar notas críticas al cuerpo del texto. Esto se debe al convencimiento de que, en los parámetros actuales que configuran el saber académico, se abusa de la cita y del “refrito” para esconder la falta de ideas originales. No es infrecuente encontrarse en las bases de datos científicas artículos plagados de referencias en los que la lectura se vuelve tediosa, aburrida o —directamente— imposible. Yo mismo he practicado este innoble arte del citar para cubrir un cupo mínimo de palabras, la mayoría de las veces presionado por los acelerados tiempos de la investigación científica, el clima opresivo de competitividad o las “sugerencias” de un revisor, para quien nunca es suficiente el número de referencias empleadas. Espero haber conseguido un texto más legible, sin descuidar la importancia del rigor en el uso de los conceptos. De cualquier modo, al final de la obra se recopilan las principales referencias bibliográficas. Daniel Peres Díaz, octubre de 2023


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